Los tres eventos que serán claves para las Bolsas en 2019


WALL STREET, YA ACUMULA EN EL AÑO UNA SUBA DE MÁS DEL 11%

Hasta el momento el año bursátil no da quejas a los inversores. Pero el exceso de datos y señales han generado confusión. Un informe del Bank of America Merrill Lynch echa luz sobre lo que puede venir.



Xi Jinping, Theresa May y Jerome Powell.

Por Jorge Herrera

A pesar de todo, Wall Street sorteó febrero con entusiasmo con un Dow Jones que ganó un 3,7%, el S&P 500 un 3% y el Nasdaq un 3,4%. Con lo que, en lo que va del año, el Dow y el S&P acumulan ya una suba del 11%, mientras el Nasdaq gana un 13,5%. Tras la fallida cumbre entre EE.UU. y Corea del Norte, ahora los inversores aguardan otras señales para posicionarse. Sin embargo, el exceso de datos y señales terminan generando cierta confusión. De ahí que días atrás resultaba interesante ahondar en un informe de los expertos del Bank of America Merrill Lynch, que parece brindar una visión que tiene una perspectiva diferente.

Allí los estrategas del BofA-ML muestran una perspectiva distinta a la del resto del mercado al considerar que el panorama para las acciones es, en realidad, menos complicado de lo que parece o interpreta la mayoría de los analistas. Claro que para ello advierten que los inversores deberán interpretar correctamente los tres grandes temas que están en el corazón del mercado.

Para ello recurrimos a las explicaciones de Savita Subramanian, jefa de estrategia cuantitativa y de acciones de BofAML Global Research, sobre los tres catalizadores principales del mercado, que, según ella, son bastante binarios por naturaleza. Al respecto, en una nota a clientes señaló que los factores de doble resultado abundan, y que estos problemas ya han impulsado la dispersión entre clases de activos, sectores y acciones. Para los expertos del BofAML, los temas claves que determinarán el destino del mercado de acciones este año y un tiempo más son los siguientes:

El comercio con China: ¿Habrá acuerdo, si o no?

Es importante entender cuánto se juega en una resolución de la guerra comercial entre Estados Unidos (Donald Trump) y China (Xi Jinping). Según la encuesta a asesores financieros del BofAML, la guerra comercial es vista como el riesgo más importante para las acciones en el futuro. A partir de eso, se puede concluir que un acuerdo exitoso podría ser el mayor impulsor de futuras subas de las acciones. El BofAML considera que un acuerdo parcial ya está cotizado en el mercado de valores tras las recientes noticias que han hecho que una resolución parezca más probable.

Se abren así tres escenarios posibles:

En caso de llegar a un acuerdo real, esperan un alza de entre el 5%-10% para las acciones en Wall Street, con beneficios directos e indirectos para los resultados empresariales que podrían beneficiar a las acciones cíclicas globales.

En caso de darse un acuerdo parcial, proyectan una reacción instintiva de “vender las noticias”, pero ante una guerra comercial, en serio, podrían borrarse la mayoría, si no todas, las ganancias que las acciones han acumulado durante el presente año.

III. De darse una guerra comercial a pleno, el riesgo de caída lo estiman entre el 5% y el 10%. Es que los aranceles adicionales afectan directamente al beneficio por acción de las empresas del S&P 500 entre un 1%-2%. Habría una compresión del ratio PER (Precio-Beneficio) por el exceso de incertidumbre.

El próximo movimiento de la Reserva Federal: ¿subir las tasas o reducirlas?

La gente del BofAML señala que los futuros están otorgando una probabilidad de cero a nuevos aumentos de tasas de interés para el resto de 2019, seguido de un recorte de tasas en 2020. Pero además esperan que el próximo movimiento de la Fed sea un aumento.

Aquí los escenarios que se presentan son:

Si la Fed sigue subiendo tasas: el tono del Presidente de la Fed, Jerome Powell, será lo suficientemente agresivo como para que el mercado se estabilice en 2019, así el S&P 500 podría corregir todas las subas. Los sectores e industrias que probablemente caigan bajo ese escenario son los sectores de consumo que se benefician de las tasas bajas, de un crédito fácil e inflación benigna, así como sectores con alta rentabilidad por dividendos.

En caso de que la Fed sea moderada en el futuro: el BofAML encuentra que las siguientes 10 acciones han superado al máximo en los casos anteriores de inactividad de la Fed: Arthur J. Gallagher, Lennar, PVH, Progressive, Baxter International, Altria Group, Amgen, Atmos Energy, UDR, y Mondelez.

“Brexit”: ¿Duro o blando?

Una reciente encuesta de BofAML mostró que el 29% de los encuestados no tenía idea de qué esperar con respecto a la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, que aún tiene a mal traer a la primer ministro, Theresa May. De ahí que el BofAML proyectó dos escenarios:

En el caso de un “brexit” duro, o sea, un no acuerdo, implicaría un impacto bajista corto y agudo para las acciones europeas, estadounidenses y mundiales en el rango de entre el 5%-10%.

Si se da un “brexit” blando, que es el escenario base de los economistas del BofAML,implica un acuerdo de retiro más suave, que representa un escenario negativo a largo plazo en lugar de una venta masiva. El S&P 500 tiene una exposición en ventas al Reino Unido, por lo que el impacto es probable que se vea a través de efectos de segundo orden como el PBI, dólar, petróleo, etc.

Trump:"Ganaré otra vez y mejor que en 2016"

"Soy más conservador que republicano", afirmó el presidente
 
Donald Trump con encendido discurso en un mitin conservador

El presidente estadounidense, Donald Trump, habló hoy ante activistas de derecha en la Conferencia de Acción Política conservadora y aseguró que volverá a ganar las elecciones el año que viene.

"Ganaré las elecciones también en 2020 y con un margen más amplio que el de 2016", declaró Trump en su intervención, entre aplausos. "Probablemente era más conservador que republicano", declaró el magnate al recordar el inicio de su campaña de marketing de 2016.
"Y supongo que la gente simplemente no lo percibió", prosiguió, y agregó que "nuestro movimiento, nuestro futuro y nuestro país no tienen límites". "Estados Unidos es respetada nuevamente y el mundo lo sabe", afirmó Trump frente a activistas de derecha reunidos en la CPAC, por sus siglas en inglés, en el Puerto Nacional cerca de Washington. En el momento de subir al escenario, Trump se abrazó a la bandera estadounidense, despertando la ovación de los presentes, en su mayoría con sombreros rojos con el lema "Make America Great Again".
Se trata de la quinta presencia de Trump en la cumbre, y la tercera desde que asumió la presidencia en enero de 2017.

El presidente de 72 años comenzó su discurso hablando de los aranceles, criticando a los medios de comunicación y manifestando la confianza que tiene en sus posibilidades de reelección en las elecciones de 2020. De acuerdo con la última encuesta de Gallup, Trump tiene un índice de aprobación del 89%.
"Estamos reclamando la herencia invaluable de nuestra nación, revirtiendo décadas de errores y traiciones por parte de la clase dominante fallida", subrayó el mandatario. "Estados Unidos es respetada de nuevo y el mundo lo sabe".
Trump le dedicó unas palabras al fiscal especial Robert Mueller, que investiga la injerencia rusa en las elecciones estadounidenses y sus posibles vinculaciones con la campaña electoral del magnate.

"Robert Mueller nunca recibió un voto. La persona que nombró a Robert Mueller nunca recibió un voto", señaló.
"Entonces, el fiscal general es débil e ineficaz y él no hace lo que debería haber hecho". Trump consideró las investigaciones como "puras tonterías", y recordó que el informe de Mueller no confirmó que haya habido colusión con Rusia.
El presidente estuvo acompañado por el vicepresidente Mike Pence, la asesora de la Casa Blanca Kellyanne Conway, y su principal asesor económico, Larry Kudlow.

Poco antes del inicio de la cumbre, el sitio político The Hill entrevistó a varios de los asistentes, la mayoría de los cuales expresó que creen que Trump ganará la reelección el año próximo. Además, considera que su contrincante, y el único posible de enfrentar al neoyorquino, será Joe Biden por el Partido Demócrata.
Al cierre de su presentación, Trump prometió a los activistas una victoria en la reelección.
"Vamos a hacerlo de nuevo en 2020 y los números, creo, van a ser aún más grandes", adelantó a la multitud.

El salvinismo: una pasión de la derecha italiana

¿Cómo ha conseguido Matteo Salvini su arrolladora popularidad? ¿Su liderazgo político es similar al de otras fuerzas políticas de la extrema derecha europea? ¿Cómo juega el discurso antiinmigrante? Sobre el auge de la derecha populista y el declive de la izquierda, dialogamos con el analista político Samuele Mazzolini.

Por Mariano Schuster / Pablo Stefanoni




Matteo Salvini ha conseguido imponerse como el principal líder de la derecha italiana, desbancando al Movimiento 5 Estrellas pero también al histórico partido de Silvio Berlusconi en las últimas elecciones regionales. ¿Cuáles son las razones que explican que la Liga, un partido vinculado históricamente al Norte y asociado al secesionismo y el odio a los «pobres del Sur», haya conseguido crecer en regiones que le eran adversas?

A partir de 2013, cuando ganó las primarias de la Liga Norte sobre su fundador y líder histórico Umberto Bossi, Matteo Salvini empezó a imprimir un lento viraje al partido, que se ha ido acelerando con el transcurso de los años. La Liga Norte había sido históricamente el partido de los intereses de los pequeños propietarios de las regiones del norte –Lombardia y Veneto, en particular–, aplastados por la presión fiscal, y que además ostentaban una diferencia cultural con el resto del país. Sin embargo, hay que resaltar que ya desde entonces la Liga Norte empezó a interceptar segmentos significativos del voto obrero gracias al aura demagógica de Bossi. En la retórica del partido, Roma era una ciudad parasitaria, «ladrona», ya que vivía de aparatos estatales financiados por los impuestos del Norte. El Sur era descrito en términos de holgazanería y atraso social y económico, mitigado solamente por un asistencialismo demasiado generoso. En su época más extravagante, la Liga Norte dio vida a un exotismo político que entremezclaba ocurrencias bizarras y crasas vulgaridades. Se inventaron de la nada una genealogía histórica de la Padania –el valle que ocupa casi todo el norte de Italia–, con fiestas en las cuales sacaban en una ampolla una muestra de agua del río Po, sin contar los ultrajes y los gestos obscenos que Bossi, en los años de su auge político, jamás escatimó. La Liga Norte osciló desde los años 90 hasta 2013 entre una posición abiertamente secesionista (que no arrojó muchos réditos electorales) y la colaboración con Berlusconi con una plataforma federalista. En el sur siempre fueron muy odiados. La Liga Norte era la muleta de la coalición del centroderecha en el norte.

Salvini, que hasta hace algunos años estaba plenamente imbuido en esta retórica política, ha cambiado de rumbo, moldeando el partido según el formato del Frente Nacional de Marine Le Pen y cambiándole incluso el nombre, ya que ahora se llama simplemente Liga, sin la palabra «Norte». Se trata de un partido nacional, con una retórica centrada principalmente en la inmigración. La intensificación y la mediatización del fenómeno migratorio en los últimos años, con un aumento dramático de los desembarcos de seres humanos desesperados en las costas del sur del país, han ofrecido un material explosivo para la Liga. En este marco, Salvini se ha caracterizado por mantener una postura de mano dura y ha logrado identificar a la izquierda como «buenista» y olvidadiza de los intereses de los italianos, y ha acusado en paralelo a los demás países europeos de dejar sola a Italia en el manejo de la migración. Según Salvini, la dinámica migratoria pone en aprietos el mercado laboral, obliga al Estado a gastar dinero en los migrantes y amenaza el orden público. Ha sido una estrategia que, en una coyuntura de descalabro social y económico, ha canalizado de la forma más burda el descontento social. El cumplimiento de estas promesas electorales desde que ocupa el cargo de ministro del Interior ha logrado aumentar de manera exponencial su cotización política en los últimos meses. Además, Salvini ha sido hábil al incorporar otros temas que en el escenario político ningún otro sujeto había logrado capturar, como la oposición a la reforma de las pensiones y a los tecnócratas europeos. Con respecto a este último punto, coqueteó con una desconfianza galopante hacia la Unión Europea que va desplegándose por el país y llegó a poner en entredicho incluso el euro, pero diciendo lo contrario cuando eso ya no lo convenía.

Si tuviera que trazar un perfil de Salvini, ¿qué rasgos resaltaría?

Hay que reconocer que Salvini tiene un grandísimo olfato político. Creo que su mayor habilidad radica en hacer pasar consignas de la derecha radical como planteos de «sentido común». Sus tonos son encendidos, pero siempre logra presentar sus propuestas como perfectamente legítimas, como fruto de un razonamiento. El suyo no es un mero griterío: a través un lenguaje simple, muy lineal, de «hombre del pueblo», es capaz de empaquetar políticas extremas como obvias y evidentes, colocando por afuera del campo de la razonabilidad a los demás actores políticos. Otra capacidad, esta sí más subterránea, es la de mantener su popularidad en sectores que están en sus antípodas políticas. Salvini no le gusta exclusivamente a quienes hoy en día incuban un fuerte resentimiento social. Mantiene, al mismo tiempo, un apoyo muy alto entre los sectores empresariales. No todos en este sector toleran su ímpetu xenófobo, pero ante la incógnita del Movimiento 5 Estrellas, prefieren un partido con una vocación mucho más neta en defensa de los negocios, como evidencia la promesa de instituir el flat tax. Esto explica que durante varios meses Salvini haya tenido «buena prensa» en algunos periódicos de orientación liberal. Es un político muy sagaz, ya que al exhibir una mezcla de radicalismo de derecha y pragmatismo proempresarial llega a fusionar ámbitos sociales muy heterogéneos.



¿Qué similitudes y diferencias hay entre Salvini y otras corrientes de la extrema derecha –o los «populismos de derecha»– europeos?

Es una galaxia compleja, se trata de formaciones que tienen genealogías distintas. Más allá de que en esta coyuntura histórica sean categorizadas heurísticamente como populismos de derecha, es importante mantener un acercamiento lo más analítico posible, incluso para no caer en la trampa de acusarlos, sin más, de fascismo. Lo que tienen en común es una abierta hostilidad hacia la migración. Reclaman sus países exclusivamente para los nativos (nativos a menudo entendidos en términos estrictamente de consanguinidad étnica), exhibiendo intolerancia hacia los migrantes africanos y asiáticos, pero también hacia los de Europa del Este. Algunos de ellos expresan más preocupación que otros hacia la supuesta «islamización» de nuestras sociedades. Es un tema que Salvini ha desplegado, aunque no diría que es tan central como en el caso de Marine Le Pen en Francia y Geert Wilders en Holanda. De manera apenas menos visible, una parte de ellos tiene posturas homófobas, pero hay excepciones. Alcanza con pensar en la líder de Alternativa para Alemania (AfD), Alice Weidel, que es abiertamente homosexual, o el neerlandés Pym Fortuyn, que también lo era.

Me parece, de todos modos, que existen diferencias importantes. Algunos de ellos no logran quitarse por completo una cierta estética fascista, aunque el discurso (en muchos casos) ya no lo sea. Es el caso del Frente Nacional de Le Pen, cuya asociación con el régimen de Vichy sigue siendo bastante inmediata. Lo mismo sucede con AfD en Alemania y Jobbit en Hungría, que proceden de movimientos sociales de extrema derecha. Como sabemos, la procedencia ideológica de la Liga es muy distinta, aunque claramente Salvini se haya convertido en una opción electoral muy atractiva para el electorado posfascista. Sin embargo, yo diría que la diferencia fundamental es otra. Si bien casi todos estos sujetos son hostiles hacia la Unión Europea y postulan la recuperación de la soberanía nacional (desde una perspectiva de derecha, obviamente), el elemento «antiausteridad» es más marcado en el caso de la Liga y, en parte, en el de Marine Le Pen. No es casualidad que los populistas de derecha del norte de Europa recurran, como muchos liberales de sus países, a la parábola de la cigarra y la hormiga: los pueblos del sur de Europa son cigarras dedicadas a la buena vida y pretenden que sus cuentas sean pagadas por las hormigas trabajadoras, que serían los pueblos del norte. Vale la pena subrayar que es un discurso que carece de cualquier tipo de sustento. Finalmente, hay una ulterior fuente de tensión entre ellos –más allá de que hayan tenido muchas cumbres juntos– en vistas a una suerte de internacional de los populistas derechistas. Salvini ha reclamado una y otra vez que haya un reparto equitativo entre países europeos de los migrantes que llegan a Italia. El más recalcitrante ha sido justamente su amigo Viktor Orbán en Hungría.

Luca Morisi, el gurú de las redes que desarrolla la campaña política de Salvini, ha logrado convertir a quien fuera un demagogo que solo tenía poder de convencimiento para sectores racistas y xenófobos minoritarios en un verdadero líder popular. ¿Cuáles han sido las claves de la estrategia de propaganda que han permitido hacer que Salvini parezca «cercano al pueblo»?

Este es otro aspecto fundamental. Hay una hiperexposición mediática de Salvini. Prendes la radio y habla Salvini, pasas a la tele y está Salvini, por tu ciudad tarde o temprano te toparás con Salvini lanzándose en una de sus arengas, te conectas a las redes sociales y te aparece algún post o alguna foto de Salvini. En este último campo parece que Luca Morisi ha afinado un sistema particular, denominado comúnmente «la bestia». No soy un experto en tecnologías digitales, pero tengo entendido que es un sistema que maneja conjuntamente las redes sociales y la listas de mail, analizando constantemente los contenidos de mayor éxito, el tipo de usuarios que han interactuado y de qué manera lo han hecho. Eso les permite ir afinando la propaganda, calibrando los mensajes según los vaivenes y los cambios del humor político. Pocas semanas antes de las elecciones del año pasado, lanzaron un juego online en Facebook llamado «Gánate a Salvini», que invitaba a los usuarios a interactuar con los posteos del «Capitán» [el apodo del líder de la Liga]. A quien ganaba, se le publicaba una foto desde el canal de Salvini, recibía una llamada de este y finalmente lo podía conocer en un encuentro «reservado». Era una manera de aumentar el volumen de tráfico del canal, pero también de captar los datos de una cantidad enorme de usuarios. Ahora sabemos muy bien que el manejo de los big dataes importante a la hora de intentar influir en la opinión pública.



El ascenso del «salvinismo» parece ir en paralelo al derrumbe político e intelectual de la izquierda italiana, una de las más fuertes de Occidente. ¿Es posible pensar desde dónde podría recomponerse ese espacio?


Todas las vertientes de la izquierda italiana viven un periodo de crisis gravísima. Las elecciones del 4 de marzo de 2018 serán recordadas, durante mucho tiempo, como su Waterloo. La izquierda moderada y socialdemócrata pasa por un extravío profundo. Su adhesión a las políticas antipopulares, su aceptación acrítica de la austeridad impuesta desde Bruselas, su cercanía con los grandes grupos empresariales y financieros han hecho que sea percibida, y con mucha razón, como cómplice de la pérdida de aquellas seguridades sociales y laborales que habían caracterizado la anterior fase histórica. Matteo Renzi, tras un periodo en el cual logró aparecer como el representante de una propuesta innovadora de renovación generacional en una especie de «populismo de centro», ha desechado muy rápidamente el capital político acumulado y ahora, a los 44 años, ya es una estrella menguante de la política italiana. No bien llegó al poder, demostró que la única variante que aportaba era una ulterior moderación del Partido Democrático, en un proceso que se gestaba por lo menos desde la muerte del Partido Comunista Italiano (PCI) y del cual él ha representado el auge y la consecuente ruina. Arrogante, presuntuoso, fuera de contacto con la realidad, ha confirmado la tesis de Maquiavelo según la cual el liderazgo para llegar al poder no coincide necesariamente con el que se necesita para mantenerlo.

La izquierda radical tampoco tiene esperanza alguna. Ante la población, aparece como totalmente residual. Este sector político se dirige exclusivamente a sí mismo, porque debe respetar ciertos cánones del discurso y una determinada estética. La izquierda cree que debe gustarse a sí misma. En realidad, debería gustar por fuera de sí misma. El hecho es que sus procesos litúrgicos, fuera de su propia burbuja, provocan rechazo. Se arrincona y no se da cuenta de que escoge autónomamente el nicho del espacio político que la neutraliza. No es una cuestión de dejar de luchar por la justicia social: es un tema de símbolos, de palabras, de tics nerviosos, de una repetición de todo lo «políticamente correcto» que se ha vuelto odiosa. Pero es también una cuestión de contenidos. En este sentido, ninguna de las dos vertientes de la izquierda logra desarrollar un análisis socioeconómico a la altura de las circunstancias, insistiendo sobre derechos civiles e individuales en una época en que la prioridad de la cuestión social es patente. Ninguno de los dos sectores ha problematizado seriamente el papel de la Unión Europea y del euro. Ambos han sido la palanca a través de la cual el neoliberalismo se ha cristalizado y consolidado, desgastando la democracia en favor de los mercados y vaciando a los Estados europeos de soberanía popular. Según la izquierda italiana, hablar de soberanía hoy en día corresponde a adoptar el lenguaje del enemigo. Es una palabra vetada. Puedo darme cuenta de que, vista desde América Latina, esta postura parece hasta grotesca. Aquí solo la derecha y el Movimiento 5 Estrellas han sido lo suficientemente sagaces para entrever la necesidad de referirse a la «cuestión nacional», que es un nudo riquísimo, ya que ahí se condensan el déficit democrático, la asimetría entre los países europeos y la necesidad de llevar adelante una propuesta anclada en las tradiciones populares y nacionales. En cambio, la izquierda se presenta como defensora de un cosmopolitismo abstracto, y no es una casualidad que sus votantes pertenezcan a capas acomodadas que viven en los costosos centros urbanos. Su enraizamiento popular ya es casi nulo.


Hace casi un mes, numerosos alcaldes del sur de Italia se rebelaron contra Salvini y decidieron no cerrar sus puertos ante la llegada de inmigrantes. ¿Cómo puede resolverse ese conflicto humanitario y también territorial entre el gobierno y los alcaldes? ¿Pueden líderes como el alcalde napolitano Luigi de Magistris encarnar la nueva oposición al gobierno?

El gesto de esos alcaldes ha sido valiente y meritorio. Pero no hay ningún conflicto territorial. La verdad es que la posibilidad de revertir la política de Salvini de cerrar los puertos está fuera de su alcance. El tema humanitario no tiene una fácil resolución. Las migraciones son dinámicas que tienen razones estructurales profundas y que requerirían de soluciones drásticas, comenzando por el cuestionamiento del papel de los países occidentales y sus multinacionales en África. En el corto plazo, haría falta una mayor solidaridad por parte de los países europeos y la superación de la Convención de Dublín que prevé que sea el país de llegada del migrante el responsable del trámite del asilo, lo que pone excesiva presión sobre los países del sur de Europa, Italia y Grecia in primis.

Con respecto a De Magistris, me veo obligado a responder enfáticamente que no, no puede encarnar ninguna oposición al gobierno. Recientemente ha descartado la posibilidad de liderar un amplio abanico de fuerzas de la izquierda radical de cara a las elecciones europeas. Hay dos tipos de razones para pensar que no hubiera sido particularmente exitoso. El primero tiene que ver con el personaje. En los últimos tiempos se ha encerrado en un lenguaje y un simbolismo muy vernáculo, muy napolitano, con escasa proyección en el centro-norte de Italia, donde vive la mayoría de la población. Además, ha salido con propuestas algo estrafalarias, como la idea de una criptomoneda para Nápoles y la organización de un referéndum para obtener mayor autonomía para la ciudad (en un contexto en que la autonomía siempre ha sido una consigna de la Liga para desenganchar al norte de las regiones del sur, objetivo que Salvini está logrando a través de una trasferencia de competencias a tres regiones norteñas en el medio de un silencio generalizado, ya que pondría en duda su vocación nacional). El segundo es que De Magistris no logró mantener una prudente distancia de sujetos políticos desacreditados y sin futuro político. Lo peor es que su propuesta fue fagocitada por ese milieu, con la adopción de tonos de condena moral antes que políticos. Volvamos al tema migratorio. Este supone hoy en día una dicotomía de la que no hay nada bueno que sacar. Insistir en el polo opuesto al de la Liga es éticamente loable, pero políticamente infecundo. Su alternativa sería tratar de aproximarse a la Liga, pero eso es éticamente asqueroso y políticamente inútil: ya hay alguien que ocupa ese casillero inmensamente mejor que tú. El único camino que puede tener algún sentido es la adopción de una posición matizada sobre el tema para evitar salir políticamente aplastado. Es decir, reconociendo el drama humanitario y rechazando las políticas de la Liga, pero admitiendo la naturaleza problemática del fenómeno y la necesidad de alguna intervención reguladora. Sin embargo, es un eje desde el cual resulta prácticamente imposible extraer réditos políticos y se deben buscar nuevas dicotomías en las cuales ocupar la posición más fuerte. Es la cuestión del control de la agenda política. En cambio, la izquierda y De Magistris han ido siguiendo esta línea. Reciben pasivamente la dicotomía de la migración (y otras análogas) y la refuerzan, desempolvando un antifascismo militante que no articula nada y se limita a expresar una obra de testimonio moral.






¿Cómo juega hoy Italia en la geopolítica global?


Muy mal. Italia ha sido históricamente el sur del norte y el este del oeste. Ahora corremos el riesgo de que esto se invierta. Sin embargo, no se trata de una suerte de «destino manifiesto» al revés. Italia vale potencialmente mucho más de lo que sus pavorosas elites piensan y de lo que las descabelladas elecciones de estas han determinado en las últimas décadas. Italia ha sido históricamente rehén del atosigamiento de imitar a modelos extranjeros, y la participación en el proceso de constitución del euro –una de las apuestas geopolíticas más absurdas y nefastas del siglo pasado– representa el punto más alto de esa actitud. Es la filosofía del así llamado «vínculo externo», es decir la voluntad de atar nuestra economía y sociedad a modelos que nuestras elites consideran como más exitosos, para que nos arrastren fuera de nuestros supuestos atavismos, de nuestra aparente propensión ontológica al desastre, a hacerlo mal. Es, en definitiva, una especie de «autorracismo». Todo esto se ha traducido en una política exterior a la merced de los más poderosos, tanto en el plano europeo como en el mundial, sobre todo frente a Estados Unidos. Por eso, Italia ha estado siempre a la vanguardia a la hora de prestar recursos (militares, financieros y de espionaje) para fines ajenos a sus intereses (véase en particular la participación en guerras impulsadas por otros), poniendo en riesgo incluso sus propias redes comerciales.

Italia no es inmune a los problemas internos de orden económico, demográfico y político que menoscaban su proyección internacional. Pero un eventual «Italexit» asusta a todo el mundo, ya que pondría en duda la existencia misma de la eurozona. En este sentido, Italia no es Grecia. Pero además, Italia goza de posiciones que le permitirían conducir una política exterior más independiente, más protagónica. El tamaño de su economía (la octava o novena del mundo), su privilegiada posición geográfica en el centro del Mediterráneo, su excelencia en algunos sectores tecnológicos, son elementos que en principio le podrían otorgar un papel mucho menos servil del que exhibe ahora. El tema es que falta Estado, carecemos de una clase dirigente a la altura que sepa razonar por fuera de los patrones consolidados, de instituciones que funcionen. Para tener un papel geopolítico más relevante, habría que terminar el inacabado proceso del «Risorgimento». Es una tarea que se había propuesto el Partido Comunista, pero ahora ya nadie razona en esos términos.


Samuele Mazzolini es doctor en Filosofía por la Universidad de Essex. Se desempeña como docente en el departamento de Política, Lenguajes y Estudios Internacionales de la Universidad de Bath. Es colaborador habitual del periódico Il Fatto Quotidiano y presidente de la organización política Senso Comune.

Un afroamericano se convierte en el líder de un grupo neonazi en Estados Unidos para disolverlo

El activista californiano James Stern se ganó la confianza del dirigente de Movimiento Nacional Socialista, ubicado en Detroit, hasta conseguir que le cediera el cargo

James Stern, durante una rueda de prensa en 2012, en Jackson (Misisipi).


Lo que ha ocurrido este invierno en Detroit podría ser perfectamente la copia de un guion tragicómico de Hollywood, el último de Spike Lee, sin ir más lejos, Infiltrado en el KKKlan, ese que cuenta la historia del policía afroamericano que en los 70 logró colarse hasta la médula del Ku Klux Klan. Pero es tan real como los documentos que reflejan que el nuevo líder del Movimiento Nacional Socialista (NSM, por sus siglas en inglés), uno de los grandes grupos neonazis del país, es un hombre negro llamado James Stern. La noticia comenzó a circular de forma algo confusa en los medios estadounidenses el pasado jueves. El viernes el flamante dirigente empezó a conceder entrevistas para anunciar su primera medida al frente de la organización: acabar con ella.

Usando un símil político, se podría decir que Stern ha dado un golpe de Estado; usando uno financiero, que ha lanzado una opa hostil; pero, en realidad, el asalto al grupo ultra con sede en la gran ciudad del motor ha sido consentido por el propio neonazi que lo dirigía hasta entonces, Jeff Schoep. Stern, un veterano activista de 54 años de California, se ganó la confianza del ultra a lo largo de los años y a mediados de enero, según consta en el registro licencias a corporaciones y entidades del Estado de Michigan, consiguió que le cediera formalmente la presidencia del grupo.

El NSM afronta una seria demanda judicial por su participación en la gran marcha racista de Chalottesville (Virginia) de verano de 2017, que acabó con graves disturbios, y en la que una mujer blanca murió atropellada por el coche que se lanzó premeditadamente contra los manifestantes antifascistas y que conducía un joven supremacista. Este asunto tenía muy inquieto a Schoep por las repercusiones personales y económicas, así que el cargo se había convertido en una patata caliente. “Él sabía que tenía los miembros más vulnerable e impredecibles que había habido jamás en la organización”, explicó James Stern este viernes en una entrevista a The Washington Post. “Se dio cuenta de que alguien cometería un delito y que él iba a acabar siendo considerado responsable de ello”, añadió.

La cuestión es cómo, de todos los seres humanos en el mundo, este ultra cedió al testigo a un activista negro, a espaldas de los militantes extremistas. Según la versión de Stern, ambos se conocieron años atrás. Cuando el activista afroamericano estaba cumpliendo una pena en una prisión de Misisipi por un delito de fraude de correo, tuvo como compañero de celda a un conocido líder del Ku Klux Klan, Edgar Ray Killen, encarcelado por matar a tres trabajadores de derechos civiles. De alguna manera, aunque Killen le solía insultar de forma racista, también acabó confiando en Stern y, aunque suena rocambolesco, le cedió poderes sobre sus activos, según recoge el Post. En 2016, fuera de la cárcel, Stern dice que los usó para disolver la organización de Killen.

En 2014, dice, el líder del grupo de Detroit le contactó para preguntarle por aquella relación con Killen, fallecido en 2018. Era, decía, la primera vez que su organización contactaba a un afroamericano desde Malcom X. Se conocieron y comenzaron una peculiar relación en la que discutían sobre política, historia o raza. A inicios de 2019, Schoep le confió su angustia por el litigio a raíz de Charlottesville. Y Stern se ofreció a cargar con la losa.

El exlíder neonazi de Detroit se lamentaba de su suerte este viernes en una entrevista telefónica con Associated Press. Decía, en resumen, que James Stern le había engañado haciéndole creer que los demandantes dejarían de perseguir al grupo si él dejaba de dirigirlo y, como de todos modos pensaba abandonar el cargo, lo vio como una solución interina muy oportuna. “Él tiene ese trozo de papel, pero no está reconocido de ninguna manera como líder del Movimiento Nacional Socialista”, recalcó Schoep.

Por poco reconocido que esté entre los neonazis de la organización de Detroit, Stern ya está ejerciendo como dirigente y, en calidad de ello, presentó el jueves ante el juez una moción sobre la tragedia de Chalottesville en la que dice: “Es decisión del Movimiento Nacional Socialista declararse culpable de todas las acciones recogidas en la demanda con él”. Cuando acabe ese pleito quiere convertir la web del grupo en una plataforma de educación sobre lo que fue el Holocausto.

Facebook lanzará una opción para limpiar por completo el historial




Facebook lleva un tiempo preparando una función que permitirá limpiar el historial de los usuarios. Al usarla, la herramienta eliminará toda la información que la red social recopila sobre sus usuarios a través de aplicaciones ajenas y páginas web. La herramienta, tras diversos retrasos, está programada para lanzarse a lo largo de este año.


Con el objetivo de recuperar la confianza de los usuarios, Facebook lanzará una opción que permitirá borrar el historial, y con él, todos los datos adquiridos por Facebook para su emplazamiento de publicidad

La opción de limpiar el historial de Facebook fue anunciada por primera vez en mayo del año pasado, jusnto antes de la conferencia de desarrolladores de la red social, conocida como F8. En aquel entonces, la herramienta se describió como una opción similar a las opciones de limpiar el hitorial en los navegadores de Internet. También se informó que la opción estaría disponible “en pocos meses”.

En Facebook, la información eliminada por el limpiador de historial será toda la relacionada con los anuncios de Facebook y las herramientas de análisis de la red social. Esto sin duda, dañará la principal fuente de ingresos de la red social, que es la publicidad. Al no disponer de esta información, la publicidad mostrada a los usuarios no estará basada en sus preferencias.

Pero este arriesgado movimiento tiene bastante lógica. Tras el escándalo de Cambridge Analytica, la preocupación por la privacidad se disparó y los usuarios, organizaciones e incluso gobiernos comenzaron a mirar con ojos recelosos a la red social. Por ello, queriendo ganar de vuelta la confianza de los usuarios, Facebook ha decidido seguir adelante con esta opción.

No está claro qué datos borrará exactamente, cómo funcionará ni cuándo saldrá, por lo que es posible que el limpiador de historial sufra nuevos retrasos antes de su salida definitiva.

El débil cierre de año de la economía brasileña desafía al Gobierno de Bolsonaro

El PBI repunta un 1,1%, menos de lo previsto, lastrado por la caída de la inversión empresarial y el gasto público en el tramo final de 2018. El optimismo del sector privado tras la victoria del ultraderechista no se traduce, de momento, en mayor actividad
El ministro de Economía de Bolsonaro, Paulo Guedes, el pasado día 20.


La economía brasileña creció un 1,1% en 2018, según los datos divulgados este jueves por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), una expansión idéntica a la registrada un año antes. La actividad económica en el país más poblado de América Latina se frenó en el cuarto trimestre, la expansión del PIB fue pírrica —de solo un 0,1% respecto a los tres meses inmediatamente anteriores— y no reflejó el optimismo del mercado y del sector privado tras la llegada al poder del ultraderechista Jair Bolsonaro.


Los especialistas apuntan a la huelga de camioneros y a las incertidumbres provocadas por el periodo electoral en Brasil como los principales lastres para el crecimiento y para el mercado de trabajo, que sigue en fase de lenta recuperación tras tres años aciagos. En 2018, el desempleo se situó en el 12,3%, solo cuatro décimas menos que un año antes. Pero las noticias son, nuevamente, peores si la mirada se posa únicamente sobre el último trimestre del año, cuando la tasa de paro volvió a crecer.

Pese a la débil recuperación, casi todos los componentes del PIB cerraron en positivo en 2018, aunque tímidamente: una de las excepciones fue la construcción civil, que se desaceleró hasta el 2,5%, en el que ya es su quinto descenso anual consecutivo. La industria avanzó un 0,6% y el sector agropecuario, un 0,1%. El crecimiento general de la economía se vio impulsado, principalmente, por el sector servicios, que representa más del 70% del PIB y cuyos principales componentes —comercio y construcción— registraron sólidos avances, del 2,3% y 3,2% respectivamente. El consumo de las familias aumentó, por su parte, un 1,9%, mientras que la inversión escaló un 4,1%, el primer resultado positivo tras una secuencia de cuatro años negativos. Por lo que respecta al consumo del Gobierno, se mantuvo estable.

Con todo, el último trimestre del año, mostró una desaceleración de todos los indicadores: la inversión cayó un 2,5%, el gasto público retrocedió un 0,3% y el consumo de los hogares se desinfló, avanzando un exiguo 0,4% frente al 0,6% registrado en los tres meses anteriores. La caída en la inversión entre septiembre y diciembre es una de las noticias más preocupantes, según Juliana Inhasz, profesora de Economía de la escuela de negocios Insper. "¿Cómo conseguimos crecer de forma sostenible si no invertimos? Lo que arroja ese indicador es que quien tiene dinero no está apostándolo a la economía brasileña. Demuestra la desconfianza de los inversores en que Bolsonaro vaya a poner de nuevo a Brasil en la buena senda y las dudas sobre la capacidad del presidente para aprobar la reforma de las pensiones presentada este mes", expone.

Las cifras económicas son, quizá, el mayor reto para el Gobierno de Bolsonaro. Sobre su figura pesan las expectativas de millones de brasileños que escucharon sus promesas de una rápida mejora de la actividad una vez que el ultraderechista llegase al Gobierno. Una encuesta CNT/Ibope divulgada esta semana mostraba que el 51% de los entrevistados cree que la situación del mercado de trabajo va a mejorar en los seis próximos meses, más del doble que en septiembre pasado, antes de las elecciones. Todavía es pronto para decir si el anhelo de rápida mejora económica en la era Bolsonaro se verá o no frustrada, pero algunos síntomas no están jugando a favor del presidente y de su superministro de Economía, Paulo Guedes: este jueves, el IBGE anunció un crecimiento del desempleo en el cuarto trimestre del año pasado —del 11,6% al 12%—, justo cuando el mercado financiero y el sector privado aplaudían el resultado de las elecciones.
Débil desempeño del sector exterior

Para este año, las previsiones más optimistas apuntan a una expansión de la economía brasileña cercana al 2,5%. Pero no todos los analistas lo ven igual. "Yo diría que [esta proyección] llega a ser exagerada para una economía que necesita muchos ajustes. Hasta ahora, poco hemos evolucionado en las reformas: el texto de las pensiones todavía tiene que ser discutido y modificado, y ya hemos perdido dos meses del año. Además, tenemos un escenario externo incierto para este año, con incertidumbres sobre China y Estados Unidos", agrega Inhasz, de Insper.

El sector exterior contribuyó negativamente al PIB brasileño el año pasado. Mientras las importaciones crecieron un 8,5% en 2018, las exportaciones lo hicieron a un ritmo mucho menor, del 4,5%. "Esto tiene que ver, por ejemplo, con el sector agropecuario que, ante la cosecha récord de 2017, exportó bastante menos en 2018. La crisis de Argentina, uno de los principales socios comerciales de Brasil, también afectó mucho", explicó en rueda de prensa Rebeca Palis, coordinadora de Cuentas Nacionales del IBGE.

Los prejuicios apocalípticos de un consultor


Por Eduardo Fidanza


Teorías sociales que por su valor pueden considerarse clásicas, pero ya no aptas para entender el presente, mantienen imperturbable vigencia cuando las culturas políticas repiten los mismos comportamientos del pasado. En una época en que las divisiones ideológicas recrudecen bajo la forma de luchas irreconciliables, es lo que ocurre con algunos textos de psicología social, particularmente los que ahondan en el prejuicio. Entre ellos se destaca un libro que ya se mencionó en esta columna: The Nature of Prejudice, de Gordon W. Allport, publicado en 1954 en los Estados Unidos y editado aquí por Eudeba en 1962. La versión argentina, cuya revisión técnica estuvo a cargo de Eliseo Verón, alcanzó cinco ediciones. Según Allport, el sentido de sus investigaciones es hacer un aporte a un campo en el que los seres humanos, a diferencia de lo que ocurre en las ciencias duras, avanzaron muy poco: las relaciones humanas, que con exageración pedagógica él consideraba estancadas en la Edad de Piedra.

La naturaleza del prejuicio se actualiza al observar las conductas agresivas empleadas para profundizar los conflictos políticos hasta convertirlos en grietas insalvables. En esa dinámica, serán los intelectuales y los consultores, antes que los militantes, los que elaborarán las razones para justificar el rechazo visceral de unos partidos hacia otros. Un ejemplo paradigmático de esta práctica lo constituye una desconcertante columna de Jaime Durán Barba , publicada en Perfil el fin de semana pasado bajo el título " Cristina, Maduro y el autoritarismo". La verdad es que, para decirlo en lenguaje llano, este escrito es una verdadera "joyita", recomendable para un trabajo práctico universitario sobre el prejuicio que estudió Allport.
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La columna de Durán se estructura en cuatro pasos. En el primero construye el concepto de "extremista", en el que ubica a nazis, comunistas, falangistas, guerrilleros de izquierda y a las tres A. Como es obvio, este grupo recibe una valoración muy negativa, que Durán reafirma asimilándola a la personalidad autoritaria descripta por Adorno, para sostener que sus integrantes son machistas, antisemitas, misóginos, homofóbicos y mesiánicos. El segundo paso es una alusión a Hugo Chávez , al que vincula con las posiciones antisemitas de Norberto Ceresole, un nacionalista argentino que lo asesoró. El tercer paso consiste en estigmatizar al peronismo, afirmando que utilizó ("con otras palabras") los argumentos de Ceresole para cuestionar a Frondizi, Illia y Alfonsín, acusándolos de encabezar gobiernos antipopulares. Son las mismas consignas revolucionarias, escribe Durán, que levantan ahora los partidarios de Maduro en la Argentina para atacar a la democracia. Desde Baradel hasta Pino Solanas, pasando por Yasky y Grabois.



En el cuarto paso condensa los significantes anteriores -extremismo, chavismo y peronismo-, para afirmar, al cabo de un párrafo en que equipara a Guillermo Moreno con López Rega y a la Guardia de Hierro con los Montoneros: "Si Cristina gana las elecciones, cambia la Constitución, como anuncia, y arma a los barrabravas , a su Vatayón Militante de presos comunes, a los motochorros y a grupos de narcotraficantes para que maten a sus opositores, tendríamos una guardia semejante". Provoca escalofrío esta sombría predicción, pero como se verá encaja perfectamente en las explicaciones de la psicología social del prejuicio.

El método que Durán Barba utiliza Allport lo denomina "construcción de categorías" y luego, sobre ellas, de estereotipos. Las categorías son generalizaciones útiles para la vida social si poseen fundamento y propias del prejuicio cuando entran en conflicto con las evidencias. Estas afirmaciones conducen al estereotipo, que Allport define como una creencia exagerada asociada a una categoría para justificar la conducta que adoptamos hacia ella. Por eso, sabiendo que exageró, Durán aclara al final de su texto que hay peronistas (y católicos) que respetan la democracia. Sostendrá Allport que ese es el típico recurso defensivo del antisemita: "Tengo un amigo judío...". Nada nuevo en materia de endogamia e intolerancia: Durán Barba adopta la misma conducta que critica.

Si fuera un columnista más, vaya y pase. El problema es que se trata del principal consejero en comunicación del Presidente, considerado un gurú por la mesa chica del Gobierno. Este consultor, que pretende ser un profesional moderno y democrático, parece que quisiera hacernos retroceder a la Edad de Piedra de nuestras guerras civiles. Hundirnos aún más en la grieta para sacar rédito político. Olvida que mal o bien existen instituciones idóneas para resolver los conflictos sin atizar la división: el Parlamento para los honestos, la Justicia para los delincuentes.

Acaso dictadas por la desesperación ante una eventual derrota, las afirmaciones del asesor presidencial dañan el sistema. Y lo banalizan, al esconder bajo la apariencia de argumentos intelectuales una serie de prejuicios apocalípticos al servicio de una mera estrategia de marketing electoral.


Omar Perotti :"El gobierno abandonó lo productivo, se diluyó en un esquema financiero y de gastos corrientes"

El senador Omar Perotti pelea la candidatura a gobernador de Santa Fe por el peronismo, apoyado por una alianza que incluye el respaldo de Cristina y Massa. "Ojalá esta unidad se de a nivel nacional", se ilusiona.



Por Ignacio Fidanza


La entrevista ocurre minutos después de la primera sesión del Senado del año. Fue un día intenso. Perotti entra al despacho arrastrando la adrenalina que descargó en el recinto Cristina Kirchner en su ofensiva contra el fiscal Stornelli, que incluyó detalles de una supuesta injerencia en la causa de la Embajada de Estados Unidos. Comenta al pasar su sorpresa de que los radicales hayan enviado al senador Marino a chocar contra el rechazo de las mujeres: "Les dijimos que propongan o otro".

Se queja que el aire acondicionado no enfría -es verdad-, mientras retoma ese ritmo pausado y reflexivo que vuelve el diálogo con la gente del interior tan agradable. Omar Perotti fue la sorpresa de la última elección a gobernador de Santa Fe, arrancó de atrás y quedó a un puñado de votos de arrebatarle la provincia a los socialistas. Esta vez no son pocos los que creen que el triunfo está flotando ahí en las puertas de su despacho. Tiene una primaria con María Eugenia Bielsa y una pelea que asoma cerrada, pero el entusiasmo alrededor suyo es casi físico. Saben que si gana, puede ser un actor central del peronismo que viene.

Hay una expectativa importante en el peronismo -no sólo en Santa Fe- de la posibilidad de recuperar Santa Fe después de 12 años. ¿Cómo la toma?

Con satisfacción. Terminada la elección de 2015, donde se definió la elección con una diferencia de 23 mil votos entre los tres candidatos, creo que el peronismo tomó plena noción de que era posible ganar la provincia y que estuvo muy cerca de hacerlo. Si hubiese estado ese convencimiento, si hubiese habido más tiempo en ese momento para la campaña, estaríamos gobernando Santa Fe desde ese momento. Y creo que hubo un trabajo de construcción, de acercamiento de distintos sectores, tratando de mantener la expectativa y ser una alternativa superadora al socialismo en el gobierno. Las distintas instancias que se dieron, de organización partidaria, de involucramiento en esa estructura de todos los sectores, una PASO con buen clima para la elección general, generaron las condiciones para que lo que escuchamos en la calle -"¿por qué no se juntan y arman algo superior porque no la estamos pasando bien?"- se haya hecho realidad. Primero, en el acuerdo que conformó el partido con partidos adherentes de los tradicionales, y con la incorporación de dos sectores importantes: el Frente Renovador de Massa pasó a incorporarse, además de la vuelta de muchos sectores que habían trabajado con Reutemann o Del Sel en la elección pasada.

¿Santa Fe es un laboratorio de lo que puede ocurrir a nivel nacional? Porque menciona lo de Massa y Cristina también apoya su candidatura. ¿Se puede extrapolar esta experiencia?

Esto trasladó alegría, entusiasmo, que todos los sectores estén juntos. Ojalá pueda trasladarse también a nivel nacional. Y ojalá pueda haber una gran PASO en la que participen todos. La expresión y el esfuerzo de dialogar con todos fue importante. Desde Unidad Ciudadana, Frente Renovador, sectores que estuvieron con Reutemann en la última elección, vuelvan a encontrarse. Tenemos un compromiso de cambiar la realidad y asumir lo que para nosotros debe ser Santa Fe: convertirse en un foro de la defensa de la pequeña y mediana empresa por el trabajo argentino, la industria nacional. Tener una vocación productiva frente a un modelo financiero predominante. Tenemos la vocación fuerte de una etapa con otro protagonismo para Santa Fe. Sentarnos a discutir las políticas nacionales. Las de comercio exterior, por ejemplo. Si Santa Fe es el 20% del total de las exportaciones nacionales, ¿cómo no va a estar sentada discutiendo cuál es el tratamiento de estos sectores?. Asumir la defensa de los sectores que transforman materia prima, que incorporan valor agregado y hoy están igualados en sus retenciones a una exportación primaria, algo de un retroceso enorme, impensado en una política de comercio exterior, de valoración del agregado de valor como componente no solo de más mano de obra sino de mayor valor por tonelada exportada.

El socialismo fue ambivalente en la defensa del modelo productivo de Santa Fe, de agroindustria, de pymes industriales, de incorporación de aportes científicos tecnológicos a la producción, frente a este modelo financiero de Macri.

¿Y eso no lo hace el socialismo? porque ellos se diferenciaron de Macri, no comparten su modelo.

Han tenido una ambivalencia. Macri discutió con ellos y negociaron hasta las últimas instancias la posibilidad de modificar la Constitución (para habilitar la reelección del gobernador Miguel Lifschitz). Los intereses de la realidad política del socialismo fueron superiores a la necesidad de los sectores productivos. El socialismo debió haber sido mucho más claro, más enérgico el planteo, sobre todo porque la realidad santafesina va en una dirección de lo que un gobierno va a necesitar en los próximos años: la capacidad de generar divisas y traerlas a una Argentina que tanto las necesita. Asumir la defensa de un liderazgo agroindustrial, sumar la diversidad productiva, incorporar valor con aporte científico tecnológico, eso no debió haberse puesto en duda nunca. Santa Fe debió haber sido la vanguardia en la defensa de esos sectores.Es sabido que Schiaretti respaldó fuertemente su postulación, lo considera muy importante que gane en Santa Fe. ¿Por qué?

Porque creo que como hombre del interior ve la necesidad de fortalecer la posición federal. Nosotros somos muy claros: hay que dar a Santa Fe lo que es de Santa Fe y que el resto del país lo sepa. No vamos solamente por la defensa de los recursos que nos corresponden de coparticipación sino por la defensa de nuestra historia productiva. La defensa de nuestra raíz de producción y de trabajo que está puesta en riesgo frente a un esquema muy centralista y muy financiero. Y claramente Córdoba es un aliado en esa discusión. La posibilidad de transformación de materias primas, pero también ser una alternativa de generación de energías y combustibles a través de la biomasa. Somos provincias con estructuras productivas parecidas, que cuando no se cuida la industria y no se valora la incorporación de valor, sufrimos parecido. Creo que fortalecer ese esquema va a equilibrar la discusión en el país y generar una visión de más federalismo, que el resto de las provincias también necesitan.

¿Cómo ve esta situación que se da de una Cristina fortalecida y un Macri golpeado en las encuestas? Con la irrupción también de Lavagna como un candidato importante.

Creo que va marcando el desaliento, la falta de respuestas a una acción de gobierno que generó acompañamiento y está muy lejos de las expectativas que había generado. Eso consolida a la instancia de una oposición y se buscan distintos tipos de oposición. Buscan en otros espacios el reemplazo a lo existente o la mejora de lo existente.

Los gobernadores -y a usted lo incluso en ese espacio, como dirigente del interior del peronismo- han cerrado acuerdos de unidad importantes, pero arriba todavía no ocurre. ¿Para un dirigente importante de una provincia importante, que puede ser gobernador, en un ballotage Macri-Cristina, a quién elige?

Creo que hoy en la estructuración de cada una de las provincias eso está muy lejos todavía. En particular en nuestra visión y decisión de participar muy fuerte en Santa Fe. Nosotros hemos privilegiado la construcción en Santa Fe, porque entendemos que allí hay que ir solidificando la posibilidad de una alternativa, de que todos los sectores juntos consigamos un resultado diferente y mucho más cercano a las aspiraciones de la gente y que eso se pueda trasladar a un ámbito nacional. Esa construcción va a generar un escenario nacional diferente al de hoy, no me cabe duda. Y con un potencial para un cambio de políticas nacionales muy fuerte.

La falta de respuesta del Gobierno a las expectativas que había generado consolida a la oposición, que busca presentar una alternativa más cercana a las aspiraciones de la gente. El potencial para un cambio de políticas nacionales es muy fuerte.

El impacto de un hipotético triunfo del peronismo en Santa Fe sería brutal, a seis días del cierre de listas de las presidenciales...

Un triunfo o una alegría de los santafesinos que quieren un cambio no debería ser algo que sacuda, debería ser algo que entusiasme también a otros con que hay un camino posible de cambiar un gobierno que se ha empecinado en un esquema financiero, que quedó atado muy duro a las pautas del FMI y no muestra señales de reacción. No solamente habrá una elección previa en Santa Fe, sino en muchas otras provincias. En lo que a nosotros nos interesa, fundamentalmente trataremos de darle a los santafesinos la posibilidad de recuperar la tranquilidad que da tener un empleo. Las dos seguridades que les faltan a los santafesinos: la de la calle, poder transitar con tranquilidad, y la de poder llevar un salario a su casa para alimentar a su familia.

Cuando arrancó este proceso de Macri se definía como desarrollista, decía que su modelo era Frondizi y que había que terminar con la antinomia entre el campo y la industria. ¿Imaginaba que su gobierno iba a tener estas características?


De ninguna manera. Yo hice campaña por Scioli, plenamente convencido de que había que continuar con un mercado interno fuerte, que había que ir generando la resolución de la Argentina a su frente financiero internacional, captar inversiones, pero no abandonar para nada el esquema que había vuelto a plantear una reactivación importante en algunos sectores industriales. Sí creo que allí había que centralizarse en darles más vigor a los que tenían un gran potencial, que el financiamiento internacional pudiera fluir hacia esos sectores para consolidar una recuperación industrial que se había dado, para convertir a la Argentina en un líder agroalimentario internacional, como una verdadera plataforma de negociación con China y el resto de los países asiáticos. Con recordar que en la campaña con muchos sectores pymes el planteo era "Macri es empresario, no va a desarmar estas cosas".

Que el complejo aceitero argentino, uno de los más importantes del mundo, esté con una capacidad ociosa altísima porque las retenciones al valor agregado son iguales al poroto, es un ejemplo del retroceso. El gobierno se diluyó en un modelo financiero y de gasto corriente.

¿Y qué pasó?

Creo que la realidad ha ido mucho más allá de lo que algunos imaginábamos, respecto al golpe que hoy tienen estos sectores productivos. Pensar que el complejo aceitero en la Argentina, uno de los más importantes del mundo, tenga a la exportación de granos como la principal actividad, con capacidad ociosa altísima porque las retenciones al valor agregado son las mismas que en los granos, es impensado. Esos sectores jamás dimensionaron que iba a venir tamaño retroceso, que no premiara los niveles de inversión para agregar valor. Esto sumado a la preeminencia de un sector financiero que está lejos de aportar en obras de infraestructura necesarias como apoyo a distintos sectores productivos, para puedan dar un salto en su presencia internacional. El Gobierno se diluyó en negocios financieros y en esquema de gastos corrientes. Allí hubo una dilapidación de muchas expectativas y de mucho sacrificio de los argentinos.

¿Por qué no fue posible ponerse de acuerdo con María Eugenia Bielsa?

Creo que hubo un diálogo franco, muchas reuniones y había expectativas de cada uno de poder competir por la gobernación. Y uno no considera que haya falta de generosidad en otro porque lo quiera hacer o porque no quiera llegar a una instancia de unidad. La unidad no es solamente una lista única, la unidad es la que va a definir la gente en esta PASO, que va a ordenar la unidad del oficialismo. Son los santafesinos los que van a ordenar a nuestros intendentes, a los presidentes comunales, a los diputados, senadores y también a la fórmula de presidente y vice. Yo aspiro a que esa sea la expresión clara de unidad con la que podamos expresar a todos los santafesinos mucho más allá de una PASO partidaria. Las expresiones sociales sobrepasaron a la formación de los partidos. Uno siente que este espacio en particular -el nuestro, que se llama SUMAR- tiene esa característica: acercar a los santafesinos que quieren un protagonismo diferente de su provincia y que puedan sumar a eso. Mi característica siempre fue esa. Yo tuve en mi gabinete como intendente a gente que no venía de la política, pero que tenía voluntad y capacidad para aportar. Eso lo vamos a trasladar con toda la fuerza a este proyecto.

Esta semana Santa Fe finalmente termino de entregar los papeles en la Corte Suprema en el juicio que tienen contra la Nación, que podría representar un ingreso extra para la provincia de 50 mil a 75 mil millones de pesos. ¿Qué tendría que ocurrir?

Como senador propuse al resto de los legisladores nacionales de todos los partidos una nota de acompañamiento a esa presentación, para que la Corte pueda abocarse lo antes posible a la determinación y a la forma en la que se va a pagar. Pero soy crítico del proceso de negociación: porque como gobernador yo lo hubiese encarado de otra manera. Esta no es una deuda de Macri con Lifschitz, es una deuda de la Nación con la provincia de Santa Fe. Desde el primer momento de asumir, Santa Fe tendría que haberse presentado ante el gobierno nacional. Santa Fe no es solo el gobernador. ¿Yo qué hubiese hecho? hubiese ido con la representación de todas las fuerzas políticas de la legislatura santafesina, con la representación de la producción, del trabajo, de las universidades y del sector científico-tecnológico. Somos todos nosotros los que reclamamos esto para los santafesinos. Dejar claro que no había ninguna connotación política sino el reclamo de una provincia, con la sensatez de saber que de la noche a la mañana no te van a poder pagar todo junto, pero sí con una respuesta de cómo planificar el pago a la provincia. Eso no se hizo y la provincia además se endeudo en 500 millones de dólares emitiendo bonos, cuando nos deben en pesos. Le dijimos en ese momento al gobernador que mientras negociaba, cargara esta deuda de los 500 millones en la Nación, para que fuera la Nación la que tomara el riesgo de cambio mientras no definía cómo pagar su deuda con Santa Fe.

¿Por qué cree que el gobernador Lifschitz no atendió sus sugerencias?

Quizás por lo que decía al principio, que el gobernador tal vez entendió que en ese diálogo que entabló, podía encontrar el acompañamiento del gobierno de Macri (para la reforma de la Constitución provincial). Quizás me equivoque y sea una presunción, puede que haya pensado que recibiría una respuesta de otro tipo, pero creo que el accionar es institucional, el accionar debe ser de la provincia de Santa Fe en su conjunto. Porque esa deuda la Nación no la va a pagar en cuatro años, o sea que cualquiera de otra fuerza política puede gobernar Santa Fe en el próximo periodo y tener un acuerdo entre todos -no solo en la forma del reclamo, sino en el uso- hubiese sido lo deseable.

¿Si gana usted que haría con esos recursos?

Uno cree que con esos recursos extraordinarios hay que hacer algo que no se podría hacer todos los días, y para nosotros esos recursos tienen que ir al potencial que Santa Fe tiene que cuidar y cultivar: su gente y su formación. Tenemos que usar esos recursos para dar un salto en la formación de nuestra gente, desde la edad más temprana hasta la mayor cantidad de alumnos en la universidad. Y subir el piso de las necesidades elementales de nuestra provincia: agua potable y cloacas. Resguardar desde el esquema de salud y apuntalar el diferencial que va a potenciar a las regiones en el futuro: las que brindarán mejor calidad de vida son las que pueden tener mayor nivel de conocimiento y a Santa Fe ahí a todo lo que fue su dotación de recursos naturales bendecida con agua dulce, buenas tierras, gente pionera y emprendedores, le tienen que poner un potencial adicional en la formación de su gente.

El dólar se disparó después del discurso de Macri

El BCRA subió la tasa y prendió la aspiradora de pesos, pero no logró contener a la divisa, que quedó a un paso de los $41

El dólar minorista cerró a $40,84


El dólar comenzó marzo con una fuerte suba. Pese a que el Banco Central subió convalidó otra leve suba de la tasa y puso al máximo la aspiradora de pesos a través de las Leliq, el tipo de cambio se disparó casi 2% y se acercó al nivel alcanzado la semana pasada durante la "mini corrida". El alza se aceleró luego del discurso de Mauricio Macri en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso, en el que desplegó un mensaje de fuerte tinte electoral.

El billete minorista saltó 71 centavos a $40,84, según el promedio de los bancos de la city porteña que elabora el BCRA. Mientras que el mayorista trepó 66 centavos a $39,81.

"El dólar mayorista comenzó marzo con nuevos máximos anuales", destacó Gustavo Quintana, de PR Corredores de Cambio.

Si bien la divisa norteamericana también se fortaleció frente a otras monedas latinoamericanas, en Argentina la suba fue mucho más importante. "El dólar sube más del doble de lo que lo hace en el resto de la región", resaltó el analista financiero Christian Buteler.

Con una importante demanda para cobertura durante toda la rueda, la suba del dólar se acentuó tras el discurso del Presidente frente a la Asamblea Legislativa. Al respecto, el economista Mariano Kestelboim disparó: "Cerró el mercado: 70 centavos arriba el dólar y de vuelta muy cerca de los $41. El riesgo país sube a 718 puntos. Me parece que no les cayó bien el aumento de la AUH y un Macri muy nervioso".

Ante la nueva escalada del tipo de cambio, que cerró febrero con un incremento del 4,8%, el BCRA volvió a reforzar el torniquete monetario. En la subasta diaria de Leliq, en la que vencían $166.694 millones, absorbió $30.200 millones para "secar la plaza" y contener al dólar. La obsorsión fue mayor a la anunciada: cerca del mediodía, el Central había ofertado $190.000 millones pero terminó tomando $200.000 millones.

Además, convalidó una nueva suba de la tasa de 9 puntos básico. Así, el rendimiento promedio de las letras quedó en 50,2%.

Sin embargo, no alcanzó para detener la disparada cambiaria. Lo cierto es que el discurso presidencial, en claro tono de campaña y apoyado en la polarización, recalentó el clima electoral. Un elemento determinante para espantar a los fondos especulativos y agitar los fantasmas de una nueva corrida.

Por la caída en las ventas de autos y motos Honda suspende 700 trabajadores



Honda suspende operarios y se suma a las empresas del sector que por la crisis anunciaron cierres y suspensiones.


La automotriz Honda anunció la suspensión de cerca de 700 operarios durante marzo debido a la profunda caída de la venta de motos y autos. Por tercer día consecutivo la industria automotriz muestra señales de la dura crisis que atraviesa, luego de que el miércoles la fábrica de carrorecerías de colectivos Metalpar anunciara el cierre y despido de 600 trabajadores, y ayer PSA Peugeot suspendiera a 1.000 trabajadores.

Las suspensiones regirán en la planta que la fábrica de capitales japoneses tiene en la localidad bonaerense de Campana e impactarán al 70 por ciento del total de los trabajadores, quienes durante los próximos dos meses cobrarán el 70 por ciento de su salario. El acuerdo de suspensiones fue acordada con Smata, gremio liderado por Ricardo Pignanelli. "Acordamos en el último trimestre del año 2018 una semana de suspensión para cada mes en virtud de que había un sobre stock de motocicletas y de automóviles. Se producía pero no había ventas", recordaron desde el sindicato de mecánicos el proceso en el que venía la empresa automotriz.

"De nuestra parte siempre buscamos preservar las fuentes de trabajo y en este caso mantenemos un dialogo fluido con la empresa en función de ello", sostuvo Diego Yaquemet, delegado general de Smata a Infogremiales, en defensa del acuerdo alcanzado con Honda.

Lo que ocurre en la empresa de capitales japoneses es la tercera señal que llega desde el sector automotriz en los últimos tres días. Ayer, Peugeot anunció la suspensión mil operarios de la planta que la empresa francesa tiene en la localidad bonaerense de El Palomar. La medida fue anunciada para este mes, pero como informó PáginaI12 podría extenderse en abril. "La decisión es producto de la caída de la demanda, hay que esperar que bajen un poco los stocks", dijeron desde la compañía.

En tanto, el miércoles la firma de capitales chilenos y brasileños Metalpar confirmó el cierre de su fábrica de carrorecías, la más importante del país. La sede de Metalpar que baja las persianas está ubicada en Loma Hermosa, partido de General San Martín. Según informó la empresa los despidos llegan a los 600 entre operarios, trabajadores de limpieza y seguridad.



Freddie Oversteegen, la niña de 14 años que seducía nazis para ejecutarlos, salvaba niños judíos y volaba puentes y trenes

Tenía 14 años cuando se unió a la Resistencia holandesa, aunque con su cabello largo y oscuro con trenzas parecía más joven.


Cuando iba en bicicleta por las calles de Haarlem, en el norte de Holanda, con armas de fuego escondidas en una canasta, los funcionarios nazis rara vez se detenían para interrogarla. Cuando caminaba por el bosque, sirviendo de vigía o conduciendo seductoramente a su objetivo SS a un lugar apartado, había pocos indicios de que llevara una pistola y estuviera preparando una ejecución.


Se creía que la Resistencia holandesa era el esfuerzo de hombres en una guerra de hombres. Si las mujeres estaban involucradas, pensaba, probablemente estaban haciendo poco más que distribuir panfletos o periódicos antialemanes.
Freddie y Truus Oversteegen, las hermanas de 14 y 16 años que fueron parte vital de la Resistencia femenina holandesa en la Segunda Guerra Mundial


Sin embargo, Freddie Oversteegen y su hermana Truus -dos años mayor que ella- fueron raras excepciones: un par de adolescentes que tomaron las armas contra los ocupantes nazis y los "traidores" holandeses en las afueras de Ámsterdam.


Con Hannie Schaft, una estudiante de derecho con ardiente pelo rojo, sabotearon puentes y líneas de ferrocarril con dinamita, dispararon a nazis mientras usaban sus bicicletas y se pusieron disfraces para esconder niños judíos en todo el país y algunas veces fuera de los campos de concentración.

Tal vez sus actos más atrevidos fueran seducir a sus objetivos nazis en tabernas o bares, les preguntaron si querían "dar un paseo" por el bosque y "liquidarlos",como lo expresó Oversteegen.
Freddie Oversteegen murió el pasado 5 de septiembre. Su hermana Truus había muerto dos años antes


"Tuvimos que hacerlo", le dijo a un entrevistador. "Era un mal necesario, matar a los que traicionaban a las buenas personas". Cuando se le preguntó a cuántas personas había matado o ayudado a matar, objetó: "Uno no debería preguntarle a un soldado nada de eso".


Freddie Oversteegen, la última miembro de la célula de Resistencia femenina más famosa de los Países Bajos, murió el 5 de septiembre, un día antes de cumplir 93 años. Vivía en un asilo de ancianos en Driehuis, a 8 kilómetros de Haarlem, y sufrió varios ataques al corazón en los últimos años, dijo Jeroen Pliester, presidente de la Fundación Nacional Hannie Schaft.


La organización fue fundada por la hermana de Oversteegen en 1996 para promover el legado de Schaft, quien fue capturada y ejecutada por los nazis semanas antes del final de la Segunda Guerra Mundial. "Schaft se convirtió en el ícono nacional de la resistencia femenina", dijo Pliester, una mártir cuya historia fue enseñada a escolares de los Países Bajos y conmemorada en una película de 1981, La chica de pelo rojo, que tomó el título por su apodo.


Oversteegen sirvió como miembro de la junta en la organización de su hermana. Pero ella "decidió estar un poco fuera del centro de atención", dijo Pliester, y algunas veces fue ensombrecida por Schaft y Truus, líder del grupo.


"Siempre he tenido un poco de envidia porque recibió tanta atención después de la guerra", dijo Oversteegen a Vice Netherlands en 2016, refiriéndose a su hermana. "Pero entonces solo pensaba… 'también estuve en la resistencia'".


Fue, dijo, una fuente de orgullo y dolor, una experiencia de cinco años de la que nunca se arrepintió, pero que vino a perseguirla en tiempos de paz. A altas horas de la noche, incapaz de quedarse dormida, a veces recordaba las palabras de una vieja canción de batalla que servía de himno para ella y su hermana: "Hemos llevado lo mejor a sus tumbas / desgarrado y disparado, golpeado hasta que corrió la sangre / rodeado por los verdugos en el andamio y la cárcel / pero la furia del enemigo no nos asusta".
Freddie y Truus Oversteegen cuando fueron condecoradas por su valentía en la Segunda Guerra Mundial


Freddie Nanda Oversteegen nació en la aldea de Schoten, que ahora forma parte de Haarlem, el 6 de septiembre de 1925. Sus padres se divorciaron cuando ella era niña, y Freddie y Truus fueron criadas principalmente por su madre, una comunista que les inculcó un sentido social.


En entrevistas con el antropólogo Ellis Jonker, recogido en el libro de 2014 Under Fire: Women and World War II, Freddie Oversteegen recordó que su madre las alentó a hacer muñecas para niños que sufrían en la Guerra Civil española y que a principios de la década de 1930 se ofrecieron como voluntarios en Red Aid, una especie de Cruz Roja comunista para presos políticos de todo el mundo.


Aunque vivían en la pobreza, durmiendo en colchones improvisados rellenos de paja, la familia albergaba refugiados de Alemania y Ámsterdam, incluyendo una pareja judía y una madre y un hijo que vivían en su ático. Después de que las fuerzas alemanas invadieron los Países Bajos en mayo de 1940, las parejas fueron trasladadas a otro lugar; los líderes de la comunidad judía temían un posible ataque, debido a las tendencias políticas de la familia.


"Todos fueron deportados y asesinados", le dijo Oversteegen a Jonker. "Nunca más supimos de ellos. Todavía me conmueve terriblemente, cada vez que hablo de eso".


Oversteegen y su hermana comenzaron sus carreras de resistencia distribuyendo panfletos ("¡Los Países Bajos tienen que ser libres!"). Y colgando carteles antinazis ("¡Por cada holandés que trabaje en Alemania, un alemán irá al frente!"). Sus esfuerzos aparentemente atrajeron la atención de Frans van der Wiel, comandante del Consejo de Resistencia de Haarlem, quien las invitó a unirse a su equipo, con el permiso de su madre.


"Solo más tarde nos dijo lo que realmente teníamos que hacer: sabotear puentes y líneas de ferrocarril", contó Truus Oversteegen, según Jonker. "Le dijimos que nos gustaría hacer eso. 'Y aprender a dispararle a los nazis', agregó. Recuerdo que mi hermana me dijo: '¡Bueno, eso es algo que nunca había hecho antes!'".


Según la cuenta de Truus, fue Freddie Oversteegen quien se convirtió en la primera en disparar y matar a alguien. "Fue trágico y muy difícil y lloramos al respecto", dijo Truus. "No creíamos que nos adaptaríamos, nadie se adapta a eso, a menos que sean verdaderos criminales… Uno pierde todo. Venera las cosas bellas de la vida".


Las hermanas Oversteegen eran oficialmente parte de una célula de resistencia de siete personas, que creció hasta incluir un octavo miembro, Schaft, quien se unió en 1943.


Pero las tres chicas trabajaron principalmente como una unidad independiente, dijo Pliester, siguiendo las instrucciones del Consejo de Resistencia.


Después de que la guerra terminara en 1945, Truus trabajó como artista, haciendo pinturas y esculturas inspiradas en sus años con la resistencia, y escribió una popular memoria, Not Then, Not Now, Not Ever.

Murió en 2016, dos años después de que el primer ministro Mark Rutteconcediera a las hermanas la Mobilization War Cross, un honor militar por su servicio en la Segunda Guerra Mundial.

Por su parte, Freddie Oversteegen le dijo a Vice que ella hizo frente a los traumas de la guerra "casándose y teniendo bebés".

Se casó con Jan Dekker, tomando el nombre de Freddie Dekker–Oversteegen, y crió a tres hijos. La sobreviven, al igual que su medio hermano, cuatro nietos. Su esposo, que trabajaba en la empresa siderúrgica Hoogovens, ha fallecido.

En las entrevistas, Freddie Oversteegen a menudo hablaba de la física de matar, no de la sensación del gatillo o de la patada del arma, sino del inevitable colapso que sigue, la caída de sus víctimas al suelo.

"Sí", le dijo a un entrevistador, según el periódico holandés IJmuider Courant, "He disparado un arma y los he visto caer. ¿Y qué hay dentro de nosotros en ese momento? Quieres ayudarlos a levantarse".

Response rates in telephone surveys have resumed their decline

After stabilizing briefly, response rates to telephone public opinion polls conducted by Pew Research Center have resumed their decline.

In 2017 and 2018, typical telephone survey response rates fell to 7% and 6%, respectively, according to the Center’s latest data. Response rates had previously held steady around 9% for several years.

While the Center’s telephone survey protocol is somewhat different from those used by other organizations, conversations with contractors and other pollsters confirm that the pattern reported here is being experienced more generally in the industry.



Among the factors depressing participation in telephone polling may be the recent surge in automated telemarketing calls, particularly to cellphones. The volume of robocalls has skyrocketed in recent years, reaching an estimated 3.4 billion per month. Since public opinion polls typically appear as an unknown or unfamiliar number, they are easily mistaken for telemarketing appeals.

In addition, new technologies sometimes erroneously flag survey calls – even those conducted for the Centers for Disease Control and Prevention – as “spam.” Numerous cellphone operating systems, cellular carriers and third-party apps block incoming phone numbers or warn users that incoming numbers are from potential scammers, fraudsters or spammers.

For pollsters, these new challenges add to a long-standing set of reasons why some people may not respond to surveys, including concerns over intrusions on their time and privacy; people feeling too busy to participate; and a general lack of interest in taking surveys.

But low response rates don’t necessarily mean that telephone polling is completely broken. Studies examining the impact of low response on data quality have generally found that response rates are an unreliable metric of accuracy. Pew Research Center studies conducted in 1997, 2003, 2012 and 2016 found little relationship between response rates and accuracy, and other researchers have found similar results. In the 2018 midterm election, polls – including those conducted by phone with live interviewers – performed well by historical standards. Nonpartisan polls in 2018 were more accurate, on average, than midterm polls since 1998.

While low response rates don’t render polls inaccurate on their own, they shouldn’t be completely ignored, either. A low response rate does signal that the risk of error is higher than it would be with higher participation. The key issue is whether the attitudes and other outcomes measured in the poll are related to people’s decisions about taking the survey. In some cases, there is a relationship, but it is corrected by standard weighting adjustment. In other cases, such as when polls attempt to measure volunteerism, standard weighting falls short, resulting in biased estimates.

Another important concern is that low response rates lead to higher survey costs – sometimes much higher. This reality often forces survey organizations to make trade-offs in their studies, such as reducing sample size, extending field periods or reducing quality in other ways in order to shift resources to the interviewing effort. For a number of reasons – including the twin issues of declining response and rising costs – Pew Research Center now conducts most of its U.S. polling online using its American Trends Panel.

Con un dólar sensible los economistas ya hablan de un piso de inflación del 35%,

En marzo habrá aumentos en las tarifas eléctricas, transportes, combustibles y celulares


Los combustibles aumentaron hasta 3% por la actualización de impuestos que gravan a naftas y gasoil




Las proyecciones de la inflación para este año realizadas por las consultoras mantienen un escenario del 35% como piso en un marco en donde el dólar se mantiene dentro de la zona de no intervención. Sin embargo, algunos expertos creen que pasado el "veranito" financiero de enero y febrero, el inicio de la carrera electoral y alguna complicación que pueda surgir en el frente externo pueden llevar a la divisa cerca de su techo o incluso superarlo, ante lo cual en un caso extremo los precios podrían volver a tener un ajuste cercano al 50% como ocurrió en el 2018.

En ese sentido, el dato del IPC de enero que arrojó un 2,9% y las previsiones de febrero cerca del 4%, sumado al alza del 3% en las naftas que regirá partir de hoy, demuestran que el proceso no sólo no aminora sino que se se exacerba con precios cada vez más indexados al billete verde.

"Hoy la gran mayoría se ubica entre 31% y 32% a pesar de que todos siempre se equivocan en manada y para el mismo lado", sostuvo el economista Mariano Kestelboim, que ve a los precios con un avance del 35% como mínimo, hasta el 40%. "La única política clara del Gobierno es la de contener el dólar, aunque la Argentina es hipersensible al contexto internacional. Mientras no haya noticias que puedan generar pánico se va a mantener en el piso de la banda, pero si llega a haber algún problema a nivel global puede llegar al techo o incluso superarlo", planteó.


Compagnucci prevé una inflación de entre 52% y 57%, acompañado de una caída del producto de 4%


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Por su parte, Hernán Hirsch consideró que la inflación se ubicará en un 35%, pero podría llegar al 50% "ante un escenario en donde la estrategia cambiaria salga mal". "La tasa de inflación está un escalón más arriba que antes, con esta política monetaria vetusta, un gobierno sin credibilidad, mucho más debilitado políticamente que en 2017, y las elecciones no te ayudan", añadió.

En lo que va del año el dólar se mantuvo en el piso de la banda, la perforó y el Central aprovechó para que las tasas descendieran abruptamente. Pero luego la divisa volvió a escalar y el BCRA reaccionó al llevar el rendimiento de la Leliq de vuelta al 50%, con lo cual logró el resultado esperado de llevar otra vez la cotización a $39, más cerca del piso.

Lo cierto es que el largo cronograma electoral se enmarcará en ese escenario de extrema volatilidad. El puntapié inicial lo dará hoy el presidente Mauricio Macri cuando inaugure las sesiones ordinarias en el Congreso. Después habrá una elección por mes, como mínimo.

En tanto, el analista senior de TMG Target Market Global Jorge Compagnucci, cree que "en el próximo trimestre habrá una agudización a nivel regional" de la salida de capitales observada en 2018, en lo que sería "un segundo shock externo" que se daría entre marzo y agosto en emergentes, provocado por la desaceleración de China, que repercutirá en la demanda de las materias primas y luego en la moneda de esos países.

Ante ese marco, Compagnucci prevé una inflación de entre 52% y 57%, acompañado de una caída del producto de 4%. "En las últimas semanas el dólar cayó de $41 a $39 no por las tasas sino por la corrección que hubo en los emergentes", aseguró.

"En abril el dólar va a estar entre $43 y $45, pero habrá máxima tensión cerca de las elecciones y podría ubicarse entre $73 y $82", dijo. Según su visión, el Central "está haciendo bien las cosas, pero la situación se le va a ir de las manos" y deberá modificar el acuerdo con el Fondo para poder intervenir con mayor fuerza, al tiempo que los u$s8.000 millones que guarda Hacienda para vender en el mercado cambiario "aparece abultado sólo con la foto de estabilidad de los últimos cuatro meses".

Consumo masivo en supermercados cayó 4% en febrero y se prevén despidos

Continúa el faltante de leche y no hay intervención oficial


Las compras de la población se reducen cada vez más




Por la suba de precios en productos de consumo masivo y la fuerte caída del poder adquisitivo, las ventas de los hipermercados cayeron nada menos que un 4% promedio en febrero, en la comparación interanual, un derrumbe mayor al de los meses previos.

Desde el sector del retail adelantaron el dato mensual que relevan los propios empresarios, y apuntaron  que la caída que se está viendo este mes es ocasionada por una recesión que -según las grandes cadenas- "ya no se puede sostener ni con promociones, bonificaciones ni pagos financiados en muchos casos". Más aún, se observa un escenario con nuevos despidos en bocas comerciales para 2019. El plan de Precios Cuidados se renovó hasta el 6 de mayo, aunque su escasez en las góndolas es notoria, y según las fuentes, "no mueve la aguja para nada".


Precios Cuidados se renovó hasta el 6 de mayo, aunque su escasez en las góndolas es notoria


En casi todos los segmentos de los productos se observaron bajas en las ventas, y aunque la situación de los alimentos es la más preocupante, los artículos de limpieza son los que tienen una gran retracción, con descensos de más del 6 por ciento. A comienzos del mes, diversos empresarios de la alimentación comenzaron a informar aumentos de hasta 12% a hipermercados, supermercados provinciales, autoservicios, almacenes y centros mayoristas.

La decisión de las empresas industriales nucleadas en la Coordinadora alimenticia Copal desairaron nuevamente al ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, quien se aventuró a señalar que "en los próximos meses los precios se desacelerarán". Además, en una política claramente especulativa que agrava el cuadro de situación, algunas empresas lácteas desabastecen al mercado de segundas marcas de leche fluida, por lo que los consumidores se ven obligados a comprar las marcas más caras, ante los controles insuficientes del gobierno.

Tanto en bocas de la Capital Federal como de diversos municipios del conurbano, se siguen observando carteles en los que la excusa perfecta son las inundaciones para especular con la escasez de leche y los precios. "Por razones climáticas, que afectan al Litoral y a la provincia de Santa Fe, la disponibilidad de leche en nuestras góndolas puede verse disminuida", expresan carteles en locales de Carrefour Express, por ejemplo en Bernal, Quilmes y Wilde.

En algunos casos, la venta es racionada y se limita a 3 litros por consumo familiar diario. Claro que primero se deberán encontrar las marcas más económicas, que por lo general a las 10 de la mañana, ya no están más en las góndolas. Analistas de Ecolatina consideraron recientemente que habrá dinámicas diferentes del consumo y cambios de tendencias dentro de esta caída.

Los empresarios se preguntan si al Presidente le ocultan datos porque está deprimido

por Alejandro Bercovich







Cuando inaugure hoy las sesiones ordinarias del Congreso y con ellas el semestre más caliente de la campaña, Mauricio Macri procurará aventar una inquietud que se apoderó por estos días del establishment y que la potencia del rumor convirtió casi en una certeza: que el Presidente está deprimido por la crisis de la que no consigue sacar a su gobierno y que su entorno le oculta información para que el cuadro no se agrave.

La preocupación empezó cuando, dos semanas atrás, Macri le dijo a una radio de San Luis que "ya está bajando la inflación" y que "lentamente va a mejorar la actividad económica". Al día siguiente, el INDEC publicó que el Índice de Precios al Consumidor ( IPC) trepó un 2,9% en enero, por encima del 2,6% de diciembre. No solo la inflación no estaba bajando sino que se estaba acelerando a niveles inéditos para una economía con tan pocos pesos en circulación. Ese 2,9% de enero, para ponerlo en perspectiva regional, fue mayor que la inflación que Chile, Perú o Bolivia tuvieron durante todo 2018. Y para peor, el 49,3% que marcó el INDEC en la comparación interanual de enero va a superar el 50% en febrero, a caballo de las tarifas de luz, gas y transporte.

El otro vaticinio presidencial -"lentamente va a mejorar la actividad"- chocó con otro informe oficial: anteayer, el INDEC calculó que el PBI cayó un 2,6% durante 2018 y dejó un arrastre estadístico del 3% negativo para este año. Sin contar todavía ese arrastre, Macri cerró sus primeros 36 meses de mandato con los peores indicadores desde el crac 2001/2002: en promedio, la economía se contrajo un 1% por año y la inflación fue del 32% por año. Durante el primer mandato de Cristina Kirchner, el PBI creció 4% anual y la inflación (medida por los institutos provinciales) fue del 20% anual. El cuatrienio 2011-2015 dejó un crecimiento nulo entre puntas y una inflación promedio del 27% anual. El mayor contraste es con el mandato de Néstor Kirchner: 9% de crecimiento anual promedio y apenas 10% de inflación por año.

¿Cómo puede haberse permitido el Gobierno exponer al Presidente a una refutación tan inmediata de sus dichos por parte del ente estadístico oficial? ¿Las internas de palacio llegaron a un punto tal que la información ya no fluye como cuando Jorge Todesca asumió al frente del INDEC? El empresariado cree que no. Y le adjudica el yerro al jefe de gabinete, Marcos Peña, de quien dicen que sobreprotege al mandatario para no perturbarlo en medio de la depresión que le diagnostican a la distancia.

Uno de los socios de la Asociación Empresaria Argentina ( AEA) que ya no oculta su desencanto por la gestión de Macri -pero que pidió anonimato para evitar represalias- amplió la hipótesis ante BAE Negocios. "Un tipo tan poderoso no habla nunca en público de sus sentimientos. Es una señal de debilidad. Nosotros mismos evitamos hacerlo ante nuestros empleados. Y él dijo en septiembre que los meses de la corrida fueron los peores de su vida desde el secuestro. Puede ser demagogia, para dar lástima o generar empatía, pero yo creo que es depresión", sostuvo.

El propio Nicolás Caputo también alimentó la teoría de que el mandatario está afectado en su equilibrio emocional. La semana pasada admitió ante colegas que pasa más tiempo en Estados Unidos que en Argentina porque teme a las reacciones destempladas de su amigo de toda la vida.

Hagan algo

El ejército semiótico que custodia la imagen presidencial también exhibió una debilidad inexplicable durante el mal trago que debió afrontar con Dante, el operario de una subcontratista de Riva S.A. que lo increpó en su visita al obrador de ProCreAr en Parque Patricios. Su "hagan algo" se hizo viral en cuestión de horas pese a los vanos esfuerzos de una funcionaria de Ceremonial de Presidencia por entorpecer con su cuerpo la filmación que procuraba otro de los obreros. Como un sargento Cabral del siglo XXI, la rubia procuraba evitarle algo que para Jaime Durán Barba es peor que un disparo de bayoneta. La grabación, de hecho, expuso a un Macri taciturno, a la defensiva y sin una sola respuesta para el trabajador.

Lo que vino después fue quizás peor. Primero la UOCRA confirmó que Dante era un delegado gremial de base y su secretario general, Gerardo Martínez, dejó trascender que "es lo que piensan los trabajadores de la construcción". Pero al día siguiente, el operario no apareció en su lugar de trabajo.

Ante las versiones sobre su supuesta suspensión por indisciplina, él mismo salió a desmentirlas mediante un audio que difundieron oficiosamente funcionarios de Presidencia. En el audio aclaraba que había faltado porque funcionarios lo habían invitado a una reunión, pero también decía que estaba con ellos en ese momento, en su propia casa. Todo mal. Como un spot proselitista con timbreos y sonrisas, pero al revés.

Otra vez, los empresarios se preguntaron ¿cómo terminó involucrado en un episodio así? ¿Otro síntoma de que está bajoneado y mal acompañado en ese padecer?

Sandalias con medias

Desorientados también ellos por la demora de la recuperación que esperaban para esta altura del año y cruzados por resquemores entre quienes militan abiertamente por Roberto Lavagna y quienes aún creen que la elección se definirá entre Macri y Cristina Kirchner, los hombres de negocios se mantienen a la expectativa. Los de AEA recién retomarán la actividad el 12 de marzo con un nuevo almuerzo, el primero desde el que los reunió en el Four Seasons la semana previa a Navidad. Aquella vez habló Natalio Botana y hubo muchos faltazos de quienes no querían avalar otra vez la reelección de Jaime Campos al frente del club de millonarios. Un dato que también habla de los desencuentros entre ellos.

En la industria manufacturera ya casi no quedan quienes respalden el plan económico. Hasta Cristiano Rattazzi, jefe de la filial local de Fiat Chrysler y fiscal de mesa de Cambiemos en los últimos dos comicios nacionales, se desahogó anteayer en la reunión que la cúpula de la UIA compartió con Sergio Massa y su equipo en la sede de la central fabril. "Se nos cayó Brasil, bajamos a un tercio la producción, habíamos desarrollado proveedores locales y los tuvimos que bajar y ahora los autopartistas nos quieren matar", reconoció. "No se puede construir nada sobre un cementerio de empresas", azuzó José de Mendiguren, que llegó a Avenida de Mayo y Lima junto con el tigrense pero jugaba también de local.

Lavagna, en ese contexto, confirmó sus aspiraciones presidenciales y se reunió sigilosamente con dueños de medios de comunicación para establecer canales de comunicación de cara a la campaña. Con Massa pactaron no agredirse y ver qué pasa en marzo. Las encuestas todavía lo ubican por debajo del exjefe de Gabinete en intención de voto pero con contadísimas apariciones en los medios y sin siquiera haber ratificado públicamente su candidatura.

Lo que ya hay es un isologotipo de la candidatura. Es un 2019 con un par de pies enfundados en sandalias con medias, como las que usó el exministro de Economía en su encuentro veraniego con Miguel Angel Pichetto. En política, como sugerían Oscar Wilde y Salvador Dalí para el arte, no existe la mala propaganda.