La disruptividad Bolsonaro




Una vez confirmado como presidente electo, Bolsonaro suavizó un poquito su discurso, comprometiéndose a ser fiel a la Biblia, la Constitución y, para extrañeza de muchos, el ejemplo brindado por aquel flagelo de fascistas y comunistas, Winston Churchill.



Por James Neilson

Ilustración: Pablo Temes.

Hace apenas cuatro meses, el gran favorito para ganar las elecciones presidenciales brasileñas que se acercaban era Lula da Silva; a pesar de estar entre rejas, conservaba el 30 por ciento de las intenciones de voto, mientras que Jair Bolsonaro, un político veterano un tanto extravagante que era proclive a hacer declaraciones escandalosas que indignaban a los biempensantes, arañaba el 17 por ciento.

En aquellos días ya remotos, a nadie se le ocurrió que el paladín de la “ultraderecha” podría estar por anotarse un triunfo histórico en el país más grande de América latina. Si bien dos años antes los norteamericanos habían sorprendido a casi todos los pronosticadores al elegir a Donald Trump cuando los encuestadores daban por descontado que Hillary Clinton ganaría por un margen demoledor, los especialistas en tales asuntos suponían que sería absurdo suponer que algo parecido podría suceder en Brasil.

Se equivocaban. Resultó que la sed de cambio era tan intensa que casi sesenta millones de brasileños, entre ellos muchísimos negros y otros que Bolsonaro se las había arreglado para maltratar, pasaron por alto sus eventuales reparos para darle una victoria contundente en una región en que, con frecuencia, el desenlace de las contiendas electorales depende de un puñado de votos.

Una vez confirmado como presidente electo, Bolsonaro suavizó un poquito su discurso, comprometiéndose a ser fiel a la Biblia, la Constitución y, para extrañeza de muchos, el ejemplo brindado por aquel flagelo de fascistas y comunistas, Winston Churchill. Con todo, aun cuando opte por gobernar de manera menos brutal que la prevista por los convencidos de que lo que quiere es restaurar el régimen militar de más de una generación atrás, es evidente que, como Trump y media docena de líderes europeos, Bolsonaro es producto del hartazgo que tantos sienten luego de décadas de predominio político y, sobre todo, cultural más o menos progresista.

Es por tal motivo que estos rebeldes contra “las elites” suelen ensañarse con los medios periodísticos que a su juicio sirven de voceros del viejo establishment y que se dedican a atacarlos, a su entender injustamente, por violar todas las reglas de la “corrección política” que creían sería permanente pero que, según parece, sólo habrá sido una moda pasajera.

Pues bien: ¿qué tienen en común Bolsonaro, Trump, el italiano Matteo Salvini, la francesa Marine Le Pen, el húngaro Viktor Orbán, el austríaco Sebastian Kurz, el ruso Vladimir Putin, la gente de Alternativa para Alemania y otros, muchos otros, que conforman la llamada ultraderecha que está ganando poder con rapidez en diversas partes del mundo?

Todos son nacionalistas: repudian al globalismo de quienes dicen que el Estado-nación es una antigualla obsoleta que debería ser reemplazado por benignos organismos supranacionales. También reivindican los “valores tradicionales” en que la familia es considerada la base insustituible de la sociedad, la mujer debería cumplir un rol que, desde hace muchos milenos, es diferente del que se considera apropiado para el hombre –de ahí la misoginia que les atribuyen los feministas–, y sienten desprecio por los delincuentes, negándose a tratarlos como víctimas de un orden injusto.

Aunque algunos se afirman agnósticos, reivindican el judeocristianismo por entender que desempeñó un papel fundamental en la formación del Occidente, y por lo tanto son contrarios al islam que tratan como una amenaza existencial. Respaldan a Israel que se ve rodeado por enemigos vengativos resueltos a destruirlo y a masacrar a sus habitantes judíos.

Calificarlos de “fascistas” o “neonazis”, como hacen los asustados por lo que está sucediendo con la esperanza de deslegitimarlos a ojos de los votantes, es una exageración: hasta ahora, ninguno se ha propuesto organizar bandas de uniformados para cazar a quienes se opongan a las iniciativas, que siguen siendo bastante vagas, que tienen en mente.

La irrupción imprevista en tantos lugares de la “ultraderecha” se debe a la sensación de que, para la vieja clase obrera y una proporción creciente de la clase media, el consenso centrista, que en los años últimos se ha deslizado hacia la izquierda, ha fracasado. Quieren algo distinto.

Para más señas, tanto en Brasil como Estados Unidos y Europa, quienes no se han visto beneficiados por los cambios económicos posibilitados por los vertiginosos avances tecnológicos que siguen concretándose, se sienten abandonados a su suerte por la izquierda progresista que en otras épocas supo defenderlos. Ya no confían en los partidos socialistas europeos que en algunos países parecen estar en vías de extinción, o, en Estados Unidos, los demócratas, cuyos militantes parecen más preocupados por los presuntos derechos de los transexuales a usar los baños reservados para mujeres que por la situación desastrosa en que se encuentran quienes han visto cerrarse las fábricas locales al decidir los dueños trasladar la producción a China, Bangladesh o México.

En algunos países como Brasil, la izquierda progresista, consciente de su incapacidad para solucionar o atenuar los problemas ocasionados por los cambios socioeconómicos, se desmoralizó hasta tal punto que sus líderes se concentraron en aprovechar las oportunidades para enriquecerse personalmente, lo que, por supuesto, contribuyó enormemente a su desprestigio y al resultado de la elecciones del domingo pasado.

En Europa y Estados Unidos, los movimientos progresistas se aburguesaron. Puede que sus dirigentes no fueran tan corruptos como sus equivalentes brasileños, pero, merced a sus vínculos con el Estado e instituciones afines, lograron asegurarse ingresos muy superiores a los alcanzables por el grueso de sus compatriotas que, al enterarse de lo que ocurría, reaccionaron como los europeos del bloque comunista cuando vieron a sus gobernantes disfrutar impúdicamente de lujos “burgueses” que les eran negados. Sabían que a partir del inicio de los años veinte del siglo pasado los comunistas habían tomado el igualitarismo económico por una “enfermedad infantil del izquierdismo”, pero así y todo, se sentían ofendidos por el espectáculo brindado. En la actualidad, la brecha cada vez más amplia que separa a los integrantes de las diversas clases políticas de los demás está provocando consecuencias parecidas.

Como es natural, la aparición repentina de Bolsonaro en Brasil, donde en un lapso muy breve cambió drásticamente el panorama político, ha sido festejada con júbilo por los “ultraderechistas” de otras latitudes que sueñan con protagonizar hazañas similares en sus propios países. Lo mismo que sus enemigos declarados de la izquierda, se creen militantes de un movimiento internacional –lo que, por tratarse de nacionalistas, es un tanto paradójico–, que no podrá sino continuar adquiriendo más pedazos de poder. Asimismo, es probable que, en docenas de países, políticos ambiciosos procuren aplicar variantes del recetario de Bolsonaro; elogiarán más a los militares, pedirán a los policías y jueces que traten con mayor dureza a los delincuentes, se opondrán a la inmigración descontrolada y hablarán más de la importancia de la familia que, a juicio de muchos, sigue siendo blanco de una campaña de destrucción progresista.

No es ningún secreto que el ideario recién adoptado por Bolsonaro se asemeja mucho al evangélico que, al hacer hincapié en la responsabilidad personal de cada uno para superarse en situaciones sumamente difíciles, se diferencia del predicado por los obispos católicos y los izquierdistas que culpan a “la sociedad” o al “capitalismo salvaje” por las desgracias sufridas por los social y económicamente rezagados.

He aquí una razón por la que los cultos evangélicos están ganando terreno tanto en Brasil y América Central, como en otras partes de América latina a costa de la Iglesia Católica. En vez de dar a entender que una eventual mejora de las condiciones de vida será consecuencia de un gran cambio universal en que pocos realmente creen, aseveran que se deberá a los esfuerzos de cada uno, una actitud que refleja más respeto por la dignidad personal del individuo al asegurarle que su destino dependerá más de sus propias decisiones que de la voluntad ajena. Será por dicha razón, y por la austeridad que los caracteriza, que en América latina los integrantes de las comunidades evangélicas propenden a ascender económicamente más que la mayoría de sus compatriotas.

En dosis moderadas, los seguidores de Trump, Bolsonaro, Salvini comparten el apego a valores tradicionales. Eso no plantea ningún riesgo, antes bien, ayuda a hacer más coherentes a sociedades que de otro modo podrían fragmentarse en una multitud de “identidades” rivales, como en efecto está sucediendo en Estados Unidos. En cambio, una sobredosis de tradicionalismo sí sería peligrosa. Aunque fue previsible que tarde o temprano se produciría una reacción frente a la ofensiva que han emprendido quienes aspiran a modificar radicalmente todas las sociedades occidentales, embistiendo con virulencia contra modalidades que han durado milenios, además de intentar reescribir la historia común y reinventar el idioma, en el caso de Bolsonaro, aún más que en el de Trump, la tentación de ir demasiado lejos podría ser tan fuerte que los excesos cometidos por sus partidarios sean tan sanguinarios como los que la izquierda está perpetrando en Venezuela y Nicaragua.

La ofensiva troll de Cambiemos contra opositores se coló en una reunión entre Massa y Amnistía Internacional

La organización le planteó una agenda de diálogo al líder del Frente Renovador.


Las fake news y los ataques de los trolls macristas contra opositores son tema de estudio por parte de distintas organizaciones. Las próximas elecciones tendrás estos tópicos en la agenda a tratar, entre otros puntos más importantes como la crisis económica.

Fue así que la directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina, Mariela Belski, le llevó una agenda de derechos humanos y las problemáticas que atraviesa la Argentina al líder del Frente Renovador, Sergio Massa.

Massa y Belski llevaron a cabo un encuentro durante el cual coincidieron principalmente en tres ejes: inclusión, Educación Sexual Integral y fake news.

El primero, la necesidad de construir una sociedad abierta, solidaria, inclusiva y con respeto hacia la diversidad y contra la xenofobia. En segundo lugar, la importancia de trabajar en temáticas como la aplicación de la Ley de Educación Sexual Integral (ESI). Finalmente, Amnistía Internacional y el Frente Renovador coincidieron en su preocupación ante la desinformación, las fake news.


Respecto a la agenda de género, dialogaron sobre el debate llevado a cabo en torno al aborto en nuestro país y la necesidad de lograr que todas las niñas y mujeres puedan acceder plenamente a sus derechos sexuales y reproductivos. También hablaron sobre la importancia de lograr la igualdad de salarios de hombres y mujeres por el mismo trabajo, y la necesidad de una representación paritaria en la vida económica, social, y política.

Respecto a las fake news, la organización analizó la problemática en diferentes países alrededor del mundo y compartió varios de sus informes con Massa. A tal efecto, el dirigente reafirmó su compromiso de seguir trabajando en una política respetuosa de los valores democráticos, con respeto a la diversidad y pluralidad de ideas.

Desde Tornquist, intendente de Cambiemos estalló por la crisis: "El interior es el más castigado”

Agobiado por la crisis, Sergio Bordoni, expresó sus pensamientos sobre del estado de situación con duras críticas “a nuestros gobernantes”, y advirtió: “Somos muchos los intendentes que pensamos así”.





En una publicación sorprendente, el intendente de Tornquist de Cambiemos, Sergio Bordoni, habló contra la crisis económica que atraviesa el país y que golpea fuertemente a la provincia de Buenos Aires. En una publicación en su Facebook, advirtió que son “muchos” los alcaldes que “pensamos así” y pidió comprensión a “nuestros gobernantes”.


“Soy intendente de Tornquist, estoy en Cambiemos, pero así no podemos seguir más, estamos oprimiendo a la clase media y baja de nuestro país”, comenzó el descargo Bordoni y luego puntualizó en los tarifazos. “Se había dicho que por este año no iba a ver más aumentos, y seguimos con aumentos en los combustibles, que afectan directamente y se trasladan a los alimentos”, relató.


Si bien aclaró que “no quiero sacar los pies del plato”, hizo un llamado con una clara advertencia: “Quiero que entiendan nuestros gobernantes, que somos muchos los intendentes, que pensamos así, el tema es que muy pocos se animan a decirlo”.


Seguidamente, reforzó que “yo lo he dicho dónde corresponde, pero no he sido escuchado. El interior es el más castigado con estos aumentos, por favor piensen en la gente que confió en nosotros y cada vez les alcanza menos para vivir, y cuando digo vivir, es con lo mínimo e indispensable”.


Para concluir, solicitó: “Reflexionemos antes de que sea demasiado tarde, quiero sumar y no restar, pero entendamos que la gente no da más”.

De que hablaron Vidal y Massa: Presupuesto a cambio de desdoblamiento


Desconfiada del peronismo “dialoguista”, Vidal habló con Massa para lograr apoyo al Presupuesto

La Gobernadora y el líder del Frente mantuvieron un encuentro a solas de dos horas, donde analizaron las variables de la “Ley de leyes” y el apoyo del massismo el proyecto. En Calle 6 desconfían del “Bloque de los intendentes” que manejan Insaurralde y que se muestra muy cercano a Cristina.





Según anunciaron desde el gobierno bonaerense, el lunes 05 de noviembre María Eugenia Vidal enviará el proyecto de Presupuesto 2019, un texto particular regido por el escenario de crisis y el costo del ajuste que tiene que absorber la Provincia de la Nación.

Sobre ese escenario, Vidal nuevamente apeló al aliado más fiel que tuvo sus casi tres años de mandato y llamó a Sergio Massa para una reunión a solas. Según pudo saber CRONOS, la gobernadora pidió el encuentro preocupada porque Massa le hizo saber la semana pasada que “se corría de la discusión” del Presupuesto de la Provincia y delegó la negociación en un grupo de legisladores e intendentes duros.

Ante la novedad del encuentro, que sorprendió a los propios massistas, en los pasillos de la Legislatura bonaerense sostienen que en Gobernación hay un cierto temor de quedar “a merced de los intendentes” que conduce Martín Insaurralde. Las razones de la desconfianza del Ejecutivo se basan en la cercanía que tienen los alcaldes peronistas del Conurbano con Cristina.

Un dato clave que corre en los despachos de la Cámara de Diputados es el rol de reciente bloque Frente Amplio Justicialista, que componen el ultra polémico e impredecible José Ottavis, Rocío Giaccone, Alejandra Martínez y Juan Manuel Cheppi. “Funciona en sintonía como una especia de interbloque con el massismo”, asegura una fuente que conoce los recovecos del Parlamento provincial. Otras fuentes, apuntan: “El petizo frecuenta mucho las oficinas que tiene Massa en la avenida Libertador".



Durante el encuentro, realizado en el Hotel Four Seasons del barrio porteño de Retiro, Vidal y Massa coincidieron en que la Provincia es “la variable del ajuste” que tiene que hacer Nación, que según cálculos, el costo para los municipios sería de 12.000 millones de pesos. A su vez, ambos ven con preocupación la situación social y de empleo. Ven despidos y suspensiones. Frente a ese escenario, Massa le pidió un plan de pequeñas obras.

Pero un dato fundamental, es que Massa dejó en claro que la “única condición” para apoyar el Presupuesto 2019 de Vidal, es que el oficialismo ayude a impulsar el proyecto para desdoblar las elecciones municipales de las nacionales y provinciales. Ya que Massa no consigue intendentes para su boleta. Nadie quiere ir con él, que mide 10 puntos cuando CFK mide 35.

En Diputados, existen dos textos sobre el desdoblamiento de las elecciones municipales, una de Pablo Garate y otra de Ricardo Lissalde. Massa exige que se fusionen y se aprueben antes de la votación del Presupuesto. Según fuentes de la Legislatura, sostienen que si hay acuerdo se podría aprobar noviembre y a mediados de diciembre votar el Presupuesto 2019. En Gobernación aún no dieron el “si” o el “no” definitivo, aunque en principio no les gusta la idea, y en todo caso, apelan que la decisión final tiene que venir de Mauricio Macri.

Trump despliega soldados en la frontera para frenar la caravana


Trump ha comenzado con el despliegue de los primeros 1.000 militares en el sur de Texas para contener la caravana de migrantes
Soldados desplegados por Trump en Hidalgo (Texas), fronteriza con México.


La imagen de militarización de la frontera de Estados Unidos con México que trata de promover el presidente Donald Trump se hizo realidad este viernes cuando empezaron a llegar los primeros efectivos a algunas zonas de California, Arizona y Texas. La aviación de Estados Unidos distribuyó imágenes de soldados llegando al aeropuerto de Harlingen, Texas, para su despliegue en la zona de McAllen, al sur del Estado. Son los primeros 1.000 soldados de un contingente aprobado de 5.200 que, según el presidente Trump, podría llegar a los 15.000.

El despliegue militar, que en sus cifras máximas sería mayor que la presencia de Estados Unidos en Irak, tiene como objetivo supuestamente la contención de la “invasión”, en palabras de Trump, que se avecina desde Centroamérica. Una caravana de migrantes que partió de Honduras en dirección al norte y hace dos semanas cruzó la frontera entre Guatemala y México en dirección a Estados Unidos. La caravana, formada por familias desesperadas, ha crecido hasta las 7.000 personas. Se encuentran a más de 1.000 kilómetros de la frontera entre México y Estados Unidos. Y avanzan a pie.

Todo esto sucede a cuatro días de las elecciones legislativas del próximo martes, 6 de noviembre, en las que Trump se juega el futuro de su presidencia. Trump ha convertido este asunto en uno de los principales puntos de su campaña y trata de excitar a sus seguidores transmitiendo sensación de caos en la frontera, un caos al que, dentro de esta lógica narrativa, él responde con dureza para defender EE UU. Los militares no pueden hacer las labores de policía de inmigración (ICE) y los agentes de seguridad fronteriza (CBP). Su trabajo se limita a apoyo logístico y administrativo, para poder destinar más agentes al trabajo de seguridad en la frontera.

El despliegue militar en la frontera está además envuelto en la retórica antiinmigrantes más dura que ha utilizado Trump desde tiempos de la campaña electoral. El jueves, Trump anunció que se plantea modificar las leyes de asilo, que quiere modificar por decreto la Constitución para negar la nacionalidad a los nacidos en territorio de EE UU de padres extranjeros, y que ha pedido a los soldados desplegados que respondan con fuego a cualquier agresión.

La actual demostración de fuerza en la frontera es la segunda después de que Trump exigiera la movilización de más de 2.000 miembros de la Guardia Nacional (ejército de reservistas que depende de los Estados) ante la llegada de una caravana de inmigrantes parecida el pasado mes de abril. Aquella caravana llegó a la frontera dividida en grupos de decenas o cientos. Los que pidieron refugio en los puertos de entrada de la frontera fueron recibidos y sus peticiones procesadas, de acuerdo a las leyes de asilo estadounidenses.

Sica busca desplazar a Triaca, complicado varios escándalos de corrupción, con de Trabajo con el apoyo de la UIA

Los empresarios le achacan a Triaca que no frena el avance de los gremios para perforar los 40 puntos en las paritarias.

El ministro de Producción, Dante Sica, busca quedarse con la secretaría de Trabajo que conduce Jorge Triaca, con el respaldo de los empresarios de la Unión Industrial Argentina (UIA).


"Lalo" le tomó el gusto al poder y quedó posicionado como uno de los ministros con mayor margen de maniobra luego de la última reestructuración del gabinete que redujo las carteras a la mitad.

Ahora sus aspiraciones se engordaron con el apoyo de los empresarios que están en alerta ante el avance de algunos gremios poderosos como el de Hugo Moyano, que esta semana consiguió perforar la barrera de los 40 puntos de aumento en las paritarias. Se le sumó Héctor Daer, de Sanidad, que consiguió en las últimas horas un aumento récord del 45 por ciento para los trabajadores de Sanidad.

Estos aumentos que hasta triplican el techo original del Gobierno para las paritarias de 2018 mantienen en vilo al resto de los empresarios, que se quejan de que la ya muy delicada situación de de las empresas se tornará insostenible si tienen que convalidar aumentos en esos niveles.


En la UIA apuntan directamente a Triaca, el secretario de Trabajo de fluida relación con varios gremios, en especial los denominados "Gordos". Tanto Sica como los empresarios creen que el ex ministro no habla de esos conflictos y que deja jugar a los gremios, a tal punto que ni participó en las paritarias de Camioneros. "A Triaca sólo lo vemos cuando explota todo", dijo a LPO un petrolero que esta semana cerró un acuerdo del 40%.

Triaca viene golpeado por la denuncia judicial por un fraude millonario en el gremio de vigiladores privados (UPSRA), intervenido por la Secretaría de Trabajo. Luis Barrionuevo le había advertido que no se metiera en las elecciones de ese gremio y el funcionario debió bajar la lista que apoyaba. No le alcanzó para calmar al gastronómico.

Sica quiere aprovechar ese momento de debilidad para destronar al encargado del área laboral desde diciembre de 2015.

Lo mismo sucede con la Secretaría de Agricultura de Luis Miguel Etchevehere, que Sica tiene en la mira. En el Gobierno se rumorea que el ex titular de la Sociedad Rural podría dejar el cargo luego del G20 o en enero.

Bolsonaro, el nuevo amigo de Israel

Netanyahu felicita al presidente electo por el anuncio de trasladar la Embajada de Brasil a Jerusalén


El presidente electo de Brasil, Jair Bolosnaro, en Río de Janeiro.


Al bautizarse de nuevo en las aguas del río Jordán, Jair Bolsonaro mostró hace dos años su acercamiento a la comunidad evangélica, un culto cristiano conocido por su apoyo al Estado de Israel que suma más de 40 millones de fieles en Brasil, donde también viven unos 100.000 judíos. Poco después de que las urnas le convirtieran en presidente electo del mayor país de América Latina, el exmilitar ultraderechista ha confirmado que cumplirá su promesa electoral de trasladar la Embajada brasileña a Jerusalén. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, felicitó en la noche del jueves a Bolsonaro por haber seguido los pasos del presidente de Estados Unidos, el republicano Donald Trump, y del de Guatemala, el cristiano evangélico Jimmy Morales, los dos únicos países que han sacado su legación diplomacia de Tel Aviv, donde siguen el resto de las embajadas. Paraguay dio marcha atrás y cerró su representación en Jerusalén tras el cambio en la presidencia en Asunción.



“Es un paso histórico, justo y entusiasta”, se ufanó de inmediato Netanyahu a través de Twitter. “Israel es un Estado soberano y debemos respetar sus decisiones”, acababa de tuitear el presidente electo para reiterar su compromiso de campaña de trasladar la Embajada a la Ciudad Santa. Bolsonaro cuestiona así un consenso internacional de siete décadas, que fue roto por Trump en diciembre del año pasado al reconocer a Jerusalén como capital de Israel. La comunidad internacional ha sostenido en repetidas resoluciones de Naciones Unidas que el estatuto final de la ciudad —cuya parte oriental es reclamada por los palestinos como la capital de su futuro Estado— solo puede establecerse tras un acuerdo de paz definitivo entre ambas partes.

El excapitán del Ejército brasileño, que ratificó su voluntad de trasladar la legación diplomática horas más tarde en una conferencia de prensa, ya había anticipado sus planes en una entrevista concedida a Israel Hayom, el periódico más cercano a Netanyahu entre los medios israelíes. “Si ustedes deciden cuál es tu capital, nosotros tenemos que actuar en consecuencia”, argumentó. El primer ministro israelí tiene la intención de asistir en enero a la toma de posesión de Bolsonaro, quien a su vez prevé que Israel sea el destino de uno de sus primeros viajes internacionales.

El presidente electo también había adelantado en la entrevista que Israel podrá contar durante su mandato con el voto de Brasil en la ONU, y apuntó a que el nivel de la representación diplomática ante la Autoridad Palestina debería ser rebajado. “Palestina necesita ser un Estado para poder tener derecho a contar con una embajada”, advirtió. Bajo la presidencia de Luis Inázio Lula da Silva, el Gobierno de Brasil reconoció en 2010 a Palestina como Estado dentro de las fronteras anteriores a 1967.

La sucesora de Lula en el cargo, Dilma Rousseff, ordenó la retirada del embajador brasileño en Tel Aviv durante la guerra de Gaza de 2014. Dos años después negó el plácet diplomático al embajador en Brasilia nombrado por Netanyahu. Se trataba del antiguo dirigente de los colonos judíos Dani Dayan, residente también en un asentamiento. Las administraciones presidenciales del Partido de los Trabajadores mantuvieron durante más de 12 años una política de condena a israel.

Durante su campaña electoral, Bolsonaro sacó a la luz sus buenas relaciones con el Estado judío. Recordó que en una visita a Israel el ministro de Agricultura, Uri Ariel, le había propuesto proporcionar a las regiones áridas brasileñas la puntera tecnología de riego ideada por técnicos israelíes. Al ser preguntado este jueves por la prensa en Río de Janeiro por las consecuencias sobre las exportaciones agropecuarias que puede acarrear su decisión de trasladar la embajada, según ha informado Efe, replicó: “Tenemos un gran respeto por el pueblo israelí y el pueblo árabe. No queremos problemas con nadie. Queremos comerciar con todo el mundo y buscar soluciones pacíficas para resolver los conflictos”.

Monzó y las puertas abiertas del peronismo

por Gabriela Granata

Miguel Pichetto, Juan Schiaretti, Juan Manuel Urtubey y Sergio Massa

La trabajosa aprobación del Presupuesto en la cámara de Diputados fue el último sinsabor que atravesó el presidente del cuerpo, Emilio Monzó, incómodo desde hace tiempo con su pertenencia a Cambiemos. Es cierto que ya había avisado meses atrás que no iba a postularse para un nuevo período, pero la ratificación cuando falta un año y el peronismo está en pleno rearmado detonó suspicacias.

Cerca de Monzó señalan que la decisión está tomada pero que no va a retirarse de la presidencia del cuerpo ni de Cambiemos antes de diciembre de 2019. “No va a ser candidato de Cambiemos, ni de ningún otro partido. No va a ser candidato”, señalan.

El grupo de consulta de Monzó está del otro lado de la General Paz. Su círculo más cercano está conformado por legisladores bonaereneses, entre ellos su hermano Gabriel Monzó, Guillermo Bardón y Marcelo Daletto.

En esa mesa se viene evaluando la estrategia de cara al proceso que está encarando el peronismo, con cruces como el de Felipe Solá y nuevas “afinidades” tal como quedó en evidencia con la foto de “los cuatro”: Miguel Pichetto, Juan Schiaretti, Juan Manuel Urtubey y Sergio Massa.

El peronismo en movimiento resulta un espacio seductor, sobre todo para los dirigentes que provienen del PJ y añoran los debates de estrategia política que no encuentran en Cambiemos.

Monzó fue siempre recelado por el núcleo chico del PRO. Su mejor relación es con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y sumó un vínculo discreto con el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, aunque sea de otro perfil. Pero el segundo fracaso consecutivo de la Casa Rosada para armar una mesa de discusión que no se concretó, lo convenció de validar su decisión de irse.

“La convocatoria a la mesa de discusión ampliada no significó nada. Si, se habló del presupuesto, pero nada de diseño de estrategia política. Se fue acumulando el malestar”, explican.

Aclararon de todos modos: “No hay nada nuevo. En las últimas 48 horas Emilio estuvo dedicado a la reunión del P20 —parlamentarios del G20— con una agenda agotadora. Le preguntaron y respondió lo mismo: que no va a seguir después de 2019. Mientras tanto, no se va a ningún lado”.

Nuevo aumento de combustibles: acumulan 70% promedio en el año

Axión se adelantó y subió hoy sus precios hasta un 7% mientras que las demás petroleras se sumarán en el fin de semana




La compañía Axion aumentó hoy hasta un 7% los precios sus combustibles en el interior del país y el resto de las petroleras se sumarán el fin de semana, también en Capital Federal y el Gran Buenos Aires.

Se trata del ajuste número 14 en lo que va del año, con lo que los combustibles anotaron un incremento acumulado del 70% promedio, lo que afecta principalmente a la clase media e impacta en la actividad económica por vía del encarecimiento del transporte de mercaderías.

El presidente de la Federación de Expendedores de Combustibles y Afines (Fecac), Gabriel Bornoroni, informó a NA que la nafta súper subió un 5%, el diésel 7%, la nafta Premium 3,6% y la diésel Premium un 4,1%.

El incremento fue aplicado por Axion Energy, pero según consideró Bornoroni las petroleras YPF y Shell se sumarán al ajuste de precios entre sábado y domingo, lo que afectará a los consumidores del todo el país.

En Córdoba, cargar un litro de nafta premium en las estaciones de Axion ya cuesta 48,67 pesos y un litro de diésel premium se ubica en 43,65 pesos a partir de este viernes.

La suba fue decidida después de que se conociera que la venta de combustibles en las estaciones de servicio cayó en septiembre un 6,65% respecto al mismo mes de 2017, con un marcado derrumbe del 27,5% de la demanda de naftas premium, de acuerdo a cifras oficiales de la Secretaría de Energía.

El desempeño general del mercado de combustibles tuvo, además, una caída en septiembre del 10,2% respecto de agosto, lo que refleja el efecto de la crisis macroeconómica abierta durante el segundo trimestre del año con la devaluación y el traslado parcial al precio de los combustibles.

Los incrementos vienen goleando con mayor dureza a los consumidores del interior del país, donde los precios son históricamente hasta un 20% más elevados que en la Capital Federal y el conurbano bonaerense.

En la provincia de Corrientes, una de las más pobres del país, los combustibles ya superan alcanzan los 52 y 54 en estaciones de servicio de ciudades como Sauce y Chavarría, mientras que en la ciudad capital la nafta premium de YPF llegará a 49 pesos por litro el fin de semana si se concreta el nuevo ajuste.

Vidal se reunió con Massa y envía una señal de malestar a Macri


La tensión vuelve a escalar entre la Gobernadora y la Rosada por los números de la provincia.


María Eugenia Vidal y Sergio Massa mantuvieron este jueves un encuentro en el Four Seasons de Retiro como antesala de lo que será la negociación por el presupuesto de la provincia de Buenos Aires. La escenografía de la reunión fue la misma que eligieron años atrás, en una recordada foto que incomodó a la Casa Rosada que ve en Massa uno de sus adversarios más molestos.



La reunión sorprendió en las filas del Frente Renovador pero también en el universo de Cambiemos. Según trascendió, el encuentro sirvió a la gobernadora para enviar al gobierno nacional un mensaje de molestia por el ajuste que le impusieron a la provincia de Buenos Aires, que cargará por lejos con el recorte de gastos más grande.



En otras palabras, fue un mensaje que la Gobernadora decide enviar a la Rosada en momentos en que la relación con Mauricio Macri se vuelve a tensar debido a que la "compensación" que le ofrecen por el ajuste en la provincia está muy por debajo de lo que Vidal esperaba.



En las últimas semanas, la Gobernadora -mediante distintos off the record en los dos diarios más importantes- transmitió distanciamientos y cercanías con el Presidente, en un zigzag que revela las tensiones en curso.



A mediados de octubre dejó trascender su decepción con el gobierno nacional, principalmente con el Nicolás Dujovne, y filtró su malestar por convertir a la provincia en la variable de ajuste del Gobierno.


Dos semanas más tarde, un sector de Cambiemos salió a plantear la idea de que Vidal debería desdoblar las elecciones del año próximo en la provincia de Buenos Aires. El argumento se basaba en que con las elecciones simultáneas, Cambiemos pone en riesgo el gobierno del distrito más importante del país. Y agregaban que en el territorio bonaerense es donde reside el poder electoral de Cristina, quien por estos días tiene mayor intención de voto que Macri.



Por esos días, el ministro de Gobierno de Vidal, Joaquín De la Torre, salía en soledad a defender a la Gobernadora y a romper con armonía que exterioriza Cambiemos. De La Torre, de raíz peronista, apuntaba hacia dos ministros de Macri: Rogelio Frigerio (Interior) y -en mayor medida- a Dujovne (Economía).

El ministro de Gobierno bonaerense, Joaquín de la Torre.

Pero esta semana hubo nuevos mensajes desde La Plata hacia la Rosada. "Estoy jugada con Cambiemos y con el objetivo del equilibrio fiscal", transmitió la Gobernadora en reuniones con periodistas para intentar dejar atrás los roces y avanzar en una cifra "extra" (por fuera del presupuesto nacional) que compense lo que la provincia perdió por el ajuste.




Pero la cifra que Dujovne y Marcos Peña tiran sobre la mesa estaría muy lejos de lo que la Gobernadora necesita para transitar su último año de mandato. La tensión vuelve a escalar.



Esta semana, Macri y Vidal se mostraron juntos en Trenque Lauquen. La foto sirvió para mostrar distensión, pero en rigor el malestar no cedía. Lo cierto es que más allá de las sonrisas en lo profundo del interior bonaerense, la última vez que conversaron en serio sobre el impacto del ajuste en la provincia fue la semana pasada en un almuerzo en la Rosada. Fue una reunión cerrada a la que sólo se sumó Marcos Peña. De allí la Gobernadora se fue con las manos vacías. "Haré lo posible", se limitó a responderle Macri.

Vidal cree que le tocó la peor parte del ajuste y negocia atenuarlo vía Fondo del Conurbano



Vidal escuchó del Presidente y del jefe de Gabinete que no habría novedades hasta diciembre. Que recién ese mes podría haber una compensación por decreto aunque tampoco eso era seguro.



Como trasfondo del problema asoma la caída de Macri en las encuestas y las voces que ponderan a Vidal como la mejor candidata de Cambiemos para la presidencia. Eso ocurrió días atrás en un universo muy caro al gobierno: el coloquio de Idea. LPO contó como la Gobernadora se alzaba como la opción presidenciable para los empresarios que participaron del foro que se realizó en Mar del Plata.



Los diputados massistas D´Onofrio, Gutiérrez y Bonelli.

Por el lado de Massa, el líder del Frente Renovador aprovechó la invitación para limar algunas asperezas con la Gobernadora, a la que había presionado dejando trascender que se corría de la negociación del presupuesto bonaerense y lo dejaba en manos de sus diputados Jorge D'Onofrio y Valeria Arata, dos duros que anticipaban una negociación endemoniada para Cambiemos.

Massa negocia dos ejes importantes: uno es un proyecto de ley para que los intendentes puedan separar la fecha de la elección de los comicios presidenciales y provinciales y presidencial. El otro es una serie de cargos que corresponden a la oposición.


Existen dos textos sobre el desdoblamiento de las elecciones municipales en Diputados y Massa exige que se fusionen y se aprueben antes de la votación del presupuesto. Fuentes de la Legislatura aseguran que si hay acuerdo eso podría lograrse en noviembre y a mediados de diciembre votar el presupuesto 2019.



El texto, faculta a los intendentes para anticipar y separar los comicios locales de la elección provincial y nacional. Pero además, los habilita a elegir el sistema de votación y el sistema de internas.



En Cambiemos no quieren saber nada con la iniciativa de Massa. Temen que si Macri y Vidal siguen bajando en las encuestas los alcaldes opten por separar las elecciones como estrategia para retener sus distritos.



Según pudo saber este medio, Vidal le pidió a Massa precisiones sobre los proyectos y se comprometió a darle una respuesta en los próximos días.


El otro punto en los que había tensiones tiene que ver con los cargos en los organismos de control en los que tiene que haber espacios para la oposición. Hay vacantes en organismos como el poderoso Tribunal de Cuentas y también -aunque en menor peso político- en el directorio del Banco Provincia.



Desde La Plata sostienen que una silla en el Tribunal de Cuentas será para el Frente Renovador y otra para el bloque que responde a los intendentes y que encabeza Martín Insaurralde. En tanto, el mismo esquema de reparto se hará con el directorio del Banco Provincia.

La semana pasada, Massa había enviado un mensaje de distanciamiento a la Gobernadora cuando dejó trascender que él tomaría distancia de la negociación por el presupuesto y empoderaba a sus legisladores para discutir los puntos del presupuesto.



Para los negociadores de Vidal, eso significaba un problema. Discutir un proyecto de múltiples aristas como es el presupuesto con cinco legisladores no asomaba como una tarea fácil.

Pero el llamado de Vidal a Massa para la reunión de hoy sorprendió incluso dentro del Frente Renovador, donde los legisladores se preparaban para arrancar la negociación por el presupuesto.

Patricia Bullrich: “el que quiera estar armado que ande armado”


Al ensayar una nueva defensa de la doctrina Chocobar y del policía acusado de gatillo fácil, la ministra de Seguridad redobló la apuesta y lanzó una apología a la tenencia de armas. Argumentó que "la Argentina es un país libre” y luego intentó aclarar: “Preferimos que la gente no esté armada”.


Imagen: Noticias Argentinas

En su paso por Río Cuarto, Córdoba, la ministra de Seguridad aprovechó para redoblar la doctrina Chocobar y reforzar el discurso de mano dura. “El que quiera estar armado que ande armado”, soltó Patricia Bullrich cuando una reportera local le preguntó si el apoyo oficial al policía que mató a un hombre en un intento de robo no podía alentar la justicia por mano propia. En medio de gritos de repudio de un grupo de personas que se acercó al lugar para escracharla, la ministra defendió al policía y dejó en el aire un aval al porte armas para seguridad personal.


“El policía Chocobar actuó para defender a la gente, fue muy clarita su actividad”, afirmó Bullrich ayer por la noche cuando fue interceptada por dos reporteros de medios locales. Sobre la decisión de la Corte, que le denegó un recurso de queja al policía procesado por matar a un presunto ladrón y lo envió a juicio oral, la ministra opinó que era “un tema formal” y confió en que la decisión final estaría del lado de “la razón y la lógica” en lo que llamó varias veces “el nuevo paradigma” de la política de seguridad que “no esté basada en los derechos humanos para los victimarios sino para las víctimas”.

En la línea de defensa de la mano dura, la ministra fue más allá y defendió que los ciudadanos se armen si lo consideran necesario para defenderse de delitos “porque esto es un país libre”. “Bueno, es un tema de las personas”, respondió Bullrich al ser consultada por la periodista de Punta AM, un medio de Río Cuarto. “El que quiera estar armado que ande armado, el que no quiere estar armado que no ande armado. La Argentina es un país libre”, soltó la ministra de forma inesperada.

Mientras de fondo sonaba el clásico cantito de insulto al Presidente (MMLPQLP) pero esta vez con el nombre de la ministra, Bullrich intentó relativizar su afirmación al decir que desde el Gobierno “preferimos que la gente no esté armada”. Como si se tratara de dos caras de la misma moneda, la ministra propuso avalar la política de mano desde las fuerzas de seguridad. “Lo que decimos es que si hay alguien que defiende a la gente no lo ataquen y no lo destruyan”, volvió a defender al policía.

Adrián Marcenac, integrante de la Red Argentina para el Desarme, consideró que tiene “una enorme gravedad” lo dicho en Córdoba por la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, porque “decir que en la Argentina el que quiera andar armado puede andar armado, es incentivar el uso de armas de fuego, que son responsables del 80 por ciento de las muertes que ocurren en el país” en hechos de violencia. En este sentido, Marcenac recalcó que “un 20 o 25 por ciento de esas muertes son en situación de robo, en casos de inseguridad; un 20 por ciento son suicidios, y el resto, es decir la mayoría de los casos, son enfrentamientos callejeros por problemas de tránsito o por otras causas de momento, discusiones vecinales, familiares o en hechos de violencia de género”.  Precisó, en relación con los casos más frecuentes, que “muchos de esos hechos, de no haber habido un arma de fuego de por medio, se podría haber evitado la muerte de las personas”.

Efecto de la recesión: Acindar y Canale cerraron sus plantas y despidieron empleados





Las empresas Acindar y Redepa (dueña de la muy conocida fábrica Canale en Lomas de Zamora) anunciaron el cierre de sus plantas y despidos masivos de trabajadores.


Redepa – que pertenece al Grupo Canale – despidió este miércoles a 86 trabajadores de su fábrica de envases ubicada en la localidad bonaerense de Llavallol. Los despedidos comenzaron un acampe frente al predio de la fábrica, denunciando que el grupo empresario adeuda varios meses de salarios.


El mismo día, luego de echar a los últimos 15 empleados que todavía estaban en relación de dependencia, la empresa metalúrgica Acindar finalizó definitivamente las operaciones de su fábrica de Navarro, cerca de Rosario. El cierre de la planta es la culminación de un proceso que comenzó a fines de 2016, cuando la empresa eliminó uno de los dos turnos de laminado y cerca de 80 empleados aceptaron retiros voluntarios.
Alpargatas despidió a 500 de los 1.300 trabajadores en su planta de Aguilares


En el caso de Canale, representantes de los despedidos apuntaron a un mal manejo de las finanzas por parte de la empresa, más allá del efecto recesivo general de la economía. "En la temporada que pasó, el grupo tuvo una producción récord", aseguró Nicolás Macchi en declaraciones a la prensa desde la puerta de la fábrica.


"Después estuvimos operando con encargues para terceros. Sabemos que la empresa recibió créditos Fondear (a tasa bonificada) durante el gobierno de Cristina, que este año le dieron dos Repro (subsidios para empresas en situación de crisis) y que en los últimos tres años redujeron de tres mil a mil el número de empleados", agregó.


Acindar y Canale son los ejemplos más recientes de lo que se viene observando durante este segundo semestre, en que el sector privado tiende a la austeridad o el recorte frente a una caída en la demanda interna para la cual recién se espera un piso a mediados del próximo año.


A principios de octubre, la empresa Alpargatas anunció una serie de despidos en sus plantas productoras en el interior del país. Primero, anunció el cierre de sus plantas de calzados en La Pampa y Catamarca, con una reducción de 460 puestos de trabajo. Y luego comunicó el despido de 500 de los 1.300 trabajadores en su planta tucumana de Aguilares para evitar el cierre.


En el comunicado previo a ambas acciones, la empresa explicó: "Desde hace tiempo, la compañía atraviesa la difícil situación coyuntural del país, que implica una fuerte caída en el consumo, particularmente en los negocios de calzado y textil donde Alpargatas es líder".




Bill Bernbach and the Creative Revolution


Trump mete el tema de lo inmigrantes en la campaña electoral

Spot apela a la imagen de un mexicano condenado por asesinato

Mensajes contra los inmigrantes en la campaña electoral del Partido Republicano


La imagen amenazante de un mexicano que había sido deportado pero que retornó a Estados Unidos y luego fue condenado por asesinar a dos policías de California, fue utilizada por el presidente Donald Trump para un polémico spot publicitario, a cinco días de las elecciones legislativas.
El aviso político, que lleva la firma del Partido Republicano, acusa al Partido Demócrata de conspirar para ayudar a personas a las que consideran "invasores centroamericanos" con el fin de llenar el país con asesinos de policías.
Analistas locales consideran al spot como el de mayor carga racial de los últimos 30 años.
El aviso publicitario, enviado a Twitter por el presidente a horas de las elecciones de medio término del 6 de noviembre próximo, "es el paso más extremo hasta el momento en el cierre más inflamatorio de cualquier campaña que se recuerde", subrayó hoy la cadena CNN.
El anuncio, producido por la campaña de Trump, está protagonizado por Luis Bracamontes, el mexicano condenado en febrero pasado por el asesinato de dos policías de California.
"Pronto mataré a más policías", asegura sonriente Bracamontes en la corte que lo condenó. Al mismo tiempo, sobre la pantalla se lee el mensaje: "Los demócratas dejaron que entrara a nuestro país. Los demócratas le permitieron quedarse".
El presidente del Comité Nacional Demócrata, Tom Perez, dijo que el anuncio era una señal de desesperación y sugirió que Trump estaba perdiendo la discusión sobre el sistema de salud que está en el centro de la campaña demócrata.
"Este es el Donald distractor y divisivo en su peor faceta", dijo Perez en el programa "Cuomo Prime Time" de CNN. "Esto se trata de infundir temor... Ellos tienen que tratar de infundir temor y su mensaje dirigido favorito es el de la inmigración.
Este ha sido el manual de Donald Trump durante mucho tiempo", acotó.
El aviso publicitario recuerda a otro político conocido como "Willie Horton", que fue financiado por simpatizantes de la campaña de George H.W. Bush en la elección presidencial de 1988.
Horton era un homicida condenado, que cometió una violación durante un permiso bajo un programa en el estado de Massachusetts, donde el aspirante demócrata Michael Dukakis era gobernador.
Hasta ahora, ese era visto como el anuncio más racista en la historia política moderna, en el cual se ponía en juego el temor de los blancos y los estereotipos sobre los negros. En ese momento fue considerado devastador para la campaña de Dukakis.

Trump justificó sus políticas: "Nuestro país se construyó sobre la base de aranceles"

El mandatario consideró que sus medidas llevarán a "nuevos acuerdos comerciales".  Se dispusieron impuestos adicionales de 25% al acero y 10% al aluminio. El Banco Central Europeo advirtió por las posibles medidas de represalia de otros países



El presidente de EE.UU., Donald Trump, defendió la guerra comercial que ha desatado contra varios países, diciendo que los aranceles llevarán a su país hacia "nuevos acuerdos comerciales".

"Nuestro país se construyó sobre la base de aranceles y los aranceles nos llevarán ahora hacia nuevos acuerdos comerciales", publicó ayer Trump en su cuenta de la red social twitter.

En el mismo mensaje, el mandatario calificó de "horribles e injustos" los acuerdos comerciales alcanzados durante el mandato de su predecesor, el demócrata Barack Obama.

"A otros países no se les debería permitir venir y robar la riqueza de nuestro gran EE.UU. ¡Ya no más!", agregó el magnate inmobiliario.

En los últimos meses, Washington ha impuesto aranceles a la Unión Europa ( UE) y a varios países, como China, México, Canadá y Turquía.

En medio de estas tensiones generadas por Washington, el Banco Central Europeo (BCE) advirtió que la reacción de otros países al proteccionismo de EE.UU. con medidas de represalia empeorará la situación aún más para todo el mundo, lo que podría tener implicancias en el crecimiento económico general.

Trump aprobó aranceles de hasta 50% ciento a las lavadoras importadas para los próximos tres años y aranceles de hasta 30% los paneles solares importados por los próximos cuatro años.

Posteriormente, el gobierno de Estados Unidos dispuso aranceles adicionales de 25% al acero y de 10% al aluminio de los cuales excluyó a la Argentina, Australia, Brasil, Canadá, la Unión Europea ( UE) y México. Pero las exenciones para Canadá, la UE y México expiró el 30 de junio y Washington se negó a ampliarlas.

Canadá anunció que impondría sanciones "dólar por dólar" a importaciones provenientes de Estados Unidos por un valor de 16.600 millones de dólares. El 5 de junio, México estableció impuestos con efecto inmediato contra el acero y alumino, carne de cerdo y una serie de productos agrícolas estadounidenses, valuados en alrededor de 3 mil millones de dólares.

La Unión Europea ( UE) aplicó impuestos de 25% ciento a importaciones de Estados Unidos por un valor de 2.800 millones de euros (3.200 millones de dólares) en represalia por los aranceles de Washington al acero y aluminio. Trump respondió amenazando con gravar en 20% contra los autos ensamblados en la UE.

El pasado 6 de julio, entraron en vigor los aranceles de Estados Unidos a artículos chinos por un valor de 34 mil millones de dólares, a lo que China respondió con sanciones equivalentes. El 1° de agosto Trump pidió el incremento de 10 a 25 por ciento de los propuestos aranceles a artículos chinos por un valor de 200 mil millones de dólares.

Esta semana, gobernadores del noreste de Estados Unidos y primeros ministros de provincias del este de Canadá exhortaron a Trump a poner fin a la guerra comercial entre ambos países y a renegociar exitosamente el TLCAN.

A pesar de la disputa, los participantes en la 42ª reunión anual de los gobernadores de Nueva Inglaterra y los primeros ministros del este de Canadá indicaron que los vínculos de cooperación entre esos estados y provincias siguen firmes.

For Most Trump Voters, ‘Very Warm’ Feelings for Him Endured


Also: A detailed look at the 2016 electorate, based on voter records

In the wake of Donald Trump’s 2016 election victory, an overwhelming majority of those who said they had voted for him had “warm” feelings for him.

By this spring, more than a year into Trump’s presidency, the feelings of these same Trump voters had changed very little.

In March, 82% of those who reported voting for Trump – and whom researchers were able to verify through voting records as having voted in 2016 – said they felt “warmly” toward Trump, with 62% saying they had “very warm” feelings toward him. Their feelings were expressed on a 0-100 “feeling thermometer.” A rating of 51 or higher is “warm,” with 76 or higher indicating “very warm” feelings.

The views of these same Trump voters had been quite similar in November 2016: At that time, 87% had warm feelings toward him, including 63% who had very warm feelings.

This report is based on surveys conducted on Pew Research Center’s nationally representative American Trends Panel. The Center tracked views of Trump among the same groups of Americans in March 2018 and at three points in 2016, including in November shortly after the election. In that survey, respondents reported whom they had voted for.

When state voter files – publicly available records of who turned out to vote – became available months after the election, respondents were matched to these files. Self-reported turnout was not used in this analysis; rather, researchers took extensive effort to determine which respondents had in fact voted. And unlike other studies that have employed voter validation, this one employs five different commercial voter files in an effort to minimize the possibility that actual voters were incorrectly classified as nonvoters due to errors in locating their turnout records.

This study also includes a detailed portrait of the electorate – which also is based on the reported voting preferences of validated voters. It casts the widely reported educational divide among white voters in 2016 into stark relief: A majority of white college graduates (55%) reported voting for Hillary Clinton, compared with 38% who supported Trump. Among the much larger share of white voters who did not complete college, 64% backed Trump and just 28% supported Clinton.
Views of Trump among Clinton voters, supporters of other candidates

Many voters who ultimately supported Trump in the general election did not always feel so warmly toward him. In April 2016, shortly before Trump secured the Republican nomination for president, a substantial share of those who would go on to vote for him in November expressed mixed, or even cold, feelings toward him: While most (65%) either viewed him warmly or very warmly, about a third (35%) felt either cold or neutral toward him. About one-in-five (19%) of those who ended up voting for Trump had very cold feelings for him at that time (rating him lower than 25 on the 0-100 scale).

Yet just a few months later, after Trump had wrapped up the GOP nomination and the general election campaign was underway, Trump voters’ feelings toward him grew more positive. And in the wake of his election victory, the feelings of these same Trump voters turned even more positive. In November 2016, 87% of Trump voters said they had warm feelings toward him; and in March of this year, 82% did so.

While most Trump voters continued to have very positive feelings for him, Clinton voters – and voters who supported Gary Johnson and Jill Stein – continued to have even more negative views of Trump.

This March, an overwhelming share (93%) of verified voters who had backed Clinton in the 2016 election gave Trump a cold rating, with 88% giving him a very cold rating. Only 3% of those who voted for Clinton felt at all warmly toward Trump. In fact, a majority of Clinton voters (65%) gave Trump the coldest possible rating (0 on the 0-100 scale).

A large majority of verified voters who reported voting for Gary Johnson or Jill Stein in 2016 also viewed Trump very negatively this spring. Among voters who said they voted for either of these candidates, 84% gave Trump a cold rating, with 70% rating him very coldly.
From cold (or neutral) to warm

About a third of Trump’s November 2016 voters (35%) had cold or neutral feelings toward him earlier that year. By September 2016, a 57% majority of these voters had warmed to him, including 24% who felt very warmly. And shortly after the election, three-quarters of these once cold or neutral voters (74%) felt warmly toward him, including 43% who rated him very warmly.

Among the 65% majority of Trump voters who felt warmly toward him in April 2016, there was much less change in opinions about him. Of this group, 90% or more maintained warm feelings toward him in September and November 2016.

And among both of these groups of verified voters who cast ballots for Trump in November – those who felt warmly toward Trump in April 2016 and those who did not – opinions about Trump changed little between November 2016 and March 2018.
Four types of Trump voters, based on their views in 2016 and 2018

Comparing Trump voters’ feelings about him in April 2016 with their views in March 2018 divides them into four groups: Enthusiasts, who had warm feelings for Trump at both points; Converts, who were initially cold or neutral but warmed over time; Skeptics, who were cold toward Trump in April 2016 and cold again in March 2018; and Disillusioned Trump voters, who were initially warm toward him but were cold or neutral in March 2018.

Enthusiasts make up the largest share of Trump voters (59% of verified voters who reported voting for Trump); they gave Trump warm ratings on the feeling thermometer in both April 2016 and March 2018. Their loyalty to Trump was evident in the primary campaign: In April 2016, six-in-ten Enthusiasts (60%) said they wanted to see Trump receive the nomination compared with just 14% of the other groups of Trump general election voters.

Converts make up the next largest share of Trump voters (23%). These voters were cold or neutral toward Trump prior to his receiving the Republican nomination. In April 2016, nearly half of Converts (44%) favored Ted Cruz for the GOP presidential nomination. But in September 2016, during the general election campaign, 73% of this group had warm feelings for Trump, including 31% who gave Trump a very warm rating. By March 2018, 71% gave him a very warm rating.

Skeptics, like Converts, had cold or neutral feelings for Trump in April 2016. Unlike Converts, however, Skeptics did not have warm feelings toward Trump nearly two years later, after he became president. Skeptics, who constitute 12% of Trump voters, reported voting for him, and their feelings for the president became somewhat warmer in the wake of the election. But their views of him grew more negative after he became president.

A very small segment of Trump voters, the Disillusioned, had warm feelings for him in April 2016 – and reported voting for him that November – but had cold or neutral feelings for him in March 2018. The Disillusioned make up just 6% of Trump voters.

Looking at the average thermometer ratings for Trump from 2016 to 2018 among three groups of Trump voters (there are too few of the Disillusioned for this analysis) underscores the different trajectories in feelings toward Trump among the Converts, Skeptics and Enthusiasts.

In April 2016, the average thermometer ratings for Trump among both Converts and Skeptics were very low (27 among Converts, 24 among Skeptics). By contrast, the average rating among Enthusiasts was 85.

Shortly after the election, both Converts and Skeptics warmed considerably toward Trump, but there were sizable differences in views of the president-elect among the two groups: In November 2016, the average rating for Trump among Converts was 22 points higher than among Skeptics (79 vs. 57).

By March 2018, the average thermometer rating among Converts was 85, slightly higher than it had been shortly after the election. The average rating among Skeptics plummeted more than 20 points (from 57 to 33). The average thermometer rating for Trump among Enthusiasts remained very high over the course of the 2016 campaign and into the second year of Trump’s presidency (88 in March 2018).
In March 2018, modest gender gap in views of Trump among supporters

In April 2016, men who ended up voting for Trump gave him somewhat higher average thermometer ratings than did his women supporters. There were no gender differences in November 2016, following the election. But a significant gap is now evident. Among voters who had reported voting for Trump, men gave him an average thermometer rating of 80 in March 2018, unchanged from November 2016. The average rating among women Trump voters was 74, down 7 points from shortly after the election. There were comparable gender differences during the primary campaign in April 2016, when the average rating for Trump was 6 points higher among men (67) than women (61) who said they voted for him.

The oldest Trump voters, those in the Silent Generation (born 1928-1945), gave him the highest average thermometer ratings in March of this year (82) and in November 2016 (87). There were more modest generational differences in April of that year.

Trump voters without a four-year college degree have rated him consistently higher on the thermometer than have his supporters with a four-year college degree or more advanced education. In March of this year, the average rating among Trump voters who had not completed college was 80, compared with 72 among college graduates.


An examination of the 2016 electorate, based on validated voters

One of the biggest challenges facing those who seek to understand U.S. elections is establishing an accurate portrait of the American electorate and the choices made by different kinds of voters. Obtaining accurate data on how people voted is difficult for a number of reasons.

Surveys conducted before an election can overstate – or understate – the likelihood of some voters to vote. Depending on when a survey is conducted, voters might change their preferences before Election Day. Surveys conducted after an election can be affected by errors stemming from respondents’ recall, either for whom they voted for or whether they voted at all. Even the special surveys conducted by major news organizations on Election Day – the “exit polls” – face challenges from refusals to participate and from the fact that a sizable minority of voters actually vote prior to Election Day and must be interviewed using conventional surveys beforehand.

This report introduces a new approach for looking at the electorate in the 2016 general election: matching members of Pew Research Center’s nationally representative American Trends Panel to voter files to create a dataset of verified voters.

The analysis in this report uses post-election survey reports of 2016 vote preferences (conducted Nov. 29-Dec. 12, 2016) among those who were identified as having voted using official voting records. These voter file records become available in the months after the election. (For more details, see “Methodology.”) Among these verified voters, the overall vote preference mirrors the election results very closely: 48% reported voting for Hillary Clinton and 45% for Donald Trump; by comparison, the official national vote tally was 48% for Clinton, 46% for Trump.

This data source allows researchers to take a detailed look at the voting preferences of Americans across a range of demographic traits and characteristics. It joins resources already available – including the National Election Pool exit polls, the American National Election Studies and the Current Population Survey’s Voting and Registration Supplement – in hopes of helping researchers continue to refine their understanding of the 2016 election and electorate, and address complex questions such as the role of race and education in 2016 candidate preferences.

It reaffirms many of the key findings about how different groups voted – and the composition of the electorate – that emerged from post-election analyses based on other surveys. Consistent with other analyses and past elections, race was strongly correlated with voting preference in 2016. But there are some differences as well. For instance, the wide educational divisions among white voters seen in other surveys are even more striking in these data.
Among validated voters in 2016, wide gap among whites by education

Overall, whites with a four-year college degree or more education made up 30% of all validated voters. Among these voters, far more (55%) said they voted for Clinton than for Trump (38%). Among the much larger group of white voters who had not completed college (44% of all voters), Trump won by more than two-to-one (64% to 28%).

There also were large differences in voter preferences by gender, age and marital status. Women were 13 percentage points more likely than men to have voted for Clinton (54% among women, 41% among men). The gender gap was particularly large among validated voters younger than 50. In this group, 63% of women said they voted for Clinton, compared with just 43% of men. Among voters ages 50 and older, the gender gap in support for Clinton was much narrower (48% vs. 40%).

About half (52%) of validated voters were married; among them, Trump had a 55% to 39% majority. Among unmarried voters, Clinton led by a similar margin (58% to 34%).

Just 13% of validated voters in 2016 were younger than 30. Voters in this age group reported voting for Clinton over Trump by a margin of 58% to 28%, with 14% supporting one of the third-party candidates. Among voters ages 30 to 49, 51% supported Clinton and 40% favored Trump. Trump had an advantage among 50- to 64-year-old voters (51% to 45%) and those 65 and older (53% to 44%).

For a detailed breakdown of the composition of the 2016 electorate and voting preferences among a wide range of subgroups of voters, see Appendix. For the survey methodology and details on how survey respondents were matched to voter records, see “Methodology.”
2016 vote by party and ideology

Voter choice and party affiliation were nearly synonymous. Republican validated voters reported choosing Trump by a margin of 92% to 4%, while Democrats supported Clinton by 94% to 5%. The roughly one-third (34%) of the electorate who identified as independent or with another party divided their votes about evenly (43% Trump, 42% Clinton).

Similarly, voting was strongly correlated with ideological consistency, based on a scale composed of 10 political values – including opinions on race, homosexuality, the environment, foreign policy and the social safety net. Respondents are placed into five categories ranging from “consistently conservative” to “consistently liberal.” (For more, see “The Partisan Divide on Political Values Grows Even Wider.”)

Virtually all validated voters with consistently liberal values voted for Clinton over Trump (95% to 2%), while nearly all those with consistently conservative values went for Trump (98% to less than 1% for Clinton). Those who held conservative views on most political values (“mostly conservative”) favored Trump by 87% to 7%, while Clinton received the support of somewhat fewer among those who were “mostly liberal” (78%-13%). Among the nearly one-third of voters whose ideological profile was mixed, the vote was divided (48% Trump, 42% Clinton).
Religious affiliation and attendance

As in previous elections, voters in 2016 were sharply divided along religious lines. Protestants constituted about half of the electorate and reported voting for Trump over Clinton by a 56% to 39% margin. Catholics were more evenly divided; 52% reported voting for Trump, while 44% said they backed Clinton. Conversely, a solid majority of the religiously unaffiliated – atheists, agnostics and those who said their religion was “nothing in particular” – said they voted for Clinton (65%) over Trump (24%).

Within the Protestant tradition, voters were divided by race and evangelicalism. White evangelical Protestants, who constituted one out of every five voters, consistently have been among the strongest supporters of Republican candidates and supported Trump by a 77% to 16% margin.

This is nearly identical to the 78% to 16% advantage that Mitt Romney held over Barack Obama among white evangelicals in Pew Research Center polling on the eve of the 2012 presidential election.

Among white mainline Protestants (15% of voters overall) 52% said they voted for Trump and 44% reported voting for Clinton. This, too, was very similar to the mainline Protestant split in 2012. Clinton won overwhelmingly among black Protestants (96% vs. 3% for Trump).

White non-Hispanic Catholics supported Trump by a ratio of about two-to-one (64% to 31%), while Hispanic Catholics favored Clinton by an even larger 78% to 19% margin.

Among all voters, those who reported attending services at least weekly favored Trump by a margin of 58% to 36%; the margin was similar among those who said they attended once or twice a month (60% to 38%). Those who reported attending services a few times a year or seldom were divided; 51% supported Clinton and 42% supported Trump. Among the nearly one-quarter of voters (23%) who said they never attend religious services, Clinton led Trump by 61% to 3o%.
Demographic and political profiles of Clinton and Trump voters

As the pattern of the votes implies, the coalitions that supported the two major party nominees were very different demographically. These differences mirror the broad changes in the compositions of the two parties: The Republican and Democratic coalitions are more dissimilar demographically than at any point in the past two decades.

In 2016, a 61% majority of those who said they voted for Clinton were women, while Trump voters were more evenly divided between men and women. Whites constituted nearly nine-in-ten (88%) of Trump’s supporters, compared with a smaller majority (60%) who voted for Clinton. Clinton’s voters also were younger than Trump’s on average (48% were younger than 50, compared with 35% for Trump).

Among Clinton voters, 43% were college graduates, compared with 29% of Trump voters. And while non-college whites made up a majority of Trump’s voters (63%), they constituted only about a quarter of Clinton’s (26%).

About a third of Clinton voters (32%) lived in urban areas, versus just 12% among Trump voters. By contrast, 35% of Trump voters said they were from a rural area; among Clinton voters, 19% lived in a rural community.

The religious profile of the two candidates’ voters also differed considerably. About a third of Clinton voters (35%) were religiously unaffiliated, as were just 14% of Trump voters. White evangelical voters made up a much greater share of Trump’s voters (34%) than Clinton’s (7%). One-in-five Trump voters (20%) were white non-Hispanic Catholics, compared with just 9% of Clinton voters. And black Protestants were 14% of Clintons supporters, while almost no black Protestants in the survey reported voting for Trump.
How did 2016 voters and nonvoters compare?

The data also provide a profile of voting-eligible nonvoters. Four-in-ten Americans who were eligible to vote did not do so in 2016. There are striking demographic differences between voters and nonvoters, and significant political differences as well. Compared with validated voters, nonvoters were more likely to be younger, less educated, less affluent and nonwhite. And nonvoters were much more Democratic.

Among members of the panel who were categorized as nonvoters, 37% expressed a preference for Hillary Clinton, 30% for Donald Trump and 9% for Gary Johnson or Jill Stein; 14% preferred another candidate or declined to express a preference. Party affiliation among nonvoters skewed even more Democratic than did candidate preferences. Democrats and Democratic-leaning independents made up a 55% majority of nonvoters; about four-in-ten (41%) nonvoters were Republicans and Republican leaners. Voters were split almost evenly between Democrats and Democratic leaners (51%) and Republicans and Republican leaners (48%).

While nonvoters were less likely than voters to align with the GOP, the picture was less clear with respect to ideology. Owing in part to the tendency of nonvoters to be politically disengaged more generally, there are far more nonvoters than voters who fall into the “mixed” category on the ideological consistency scale. Among nonvoters who hold a set of political values with a distinct ideological orientation, those with generally liberal values (30% of all nonvoters) considerably outnumbered those with generally conservative values (18%).

Voters were much more highly educated than nonvoters. Just 16% of nonvoters were college graduates, compared with 37% of voters. Adults with only a high school education constituted half (51%) of nonvoters, compared with 30% among voters. Whites without a college degree made up 43% of nonvoters, about the same as among voters (44%). But nonwhites without a college degree were far more numerous among nonvoters (at 42%) than they were among voters (19%).

There also were wide income differences between voters and nonvoters. More than half (56%) of nonvoters reported annual family incomes under $30,000. Among voters, just 28% fell into this income category.

Bolsonaro pone en debate al Mercosur: Reforma o ‘Brexit’ de Brasil

La declaración del futuro ministro de Economía de Jair Bolsonaro, sobre que el MERCOSUR dejará de ser una prioridad para Brasil generó temores entre los socios de la alianza comercial que ya viene muy cuestionada y devaluada y obligan a una inevitable revisión. Los analistas y especialistas en cuestiones internacionales y de políticas económicas aún no concuerdan sobre lo que podría pasar. Algunos sostienen que no hay que dramatizar la revisión de los acuerdos comerciales y que son parte de la evolución de los países. Para otros, como el excanciller Celso Amorín, la gestión de Bolsonaro buscará hacer su propio Brexit.



El futuro ministro de Hacienda de Bolsonaro, Paulo Guedes, se disculpó por sus declaraciones acerca de la Argentina y el MERCOSUR: “Pido disculpas, fueron palabras en la noche de la elección y uno no sabe qué responder. Yo no quise en ningún momento desmerecer a Argentina o el Mercosur, pero la verdad es que no es el foco en este momento porque lo son nuestros problemas internos”, dijo Guedes entrevistado por el diario La Nación en Río de Janeiro.

Tras la victoria en el balotaje, el futuro ministro había dicho que la relación con el Mercosur y Argentina “no será una prioridad” e incluso se refirió al bloque como a una "prisión cognitiva” porque impide comerciar unilateralmente con otras regiones.

El martes (30/10), el presidente electo Jair Bolsonaro ratificó los dichos de Guedes cuando dijo que el bloque está "sobrevalorado" y expresó que coincidía con su futuro ministro.

"Mercosur tiene su importancia sí pero, en mi opinión, está sobrevalorado. Fue bien gestado en su inicio pero en el Gobierno del PT el asunto ideológico pasó a hablar más alto. Nadie quiere detonar el Mercosur pero queremos darle su debida estatura", agregó, dando lugar a una posible reforma, algo que cada vez se vuelve más inevitable por los problemas que genera entre los países el acuerdo el cumplimiento de las reglas de comercio.

Tras los dichos de Bolsonaro, en Argentina el canciller Jorge Faurie salió a relativizar los dichos de Guedes pero reconoció que el bloque de países requiere una "flexibilización" vinculada a "los procesos negociadores".

En una conferencia de prensa desde Casa Rosada, Faurie afirmó que "el Mercosur es un proceso de integración que tiene más de 30 años y encarado como una unión aduanera ha sufrido la experiencia de su propio desarrollo". Y agregó: "En este momento y antes de la elección en Brasil, desde 2016, quedó claro que tiene por delante una tarea de flexibilización vinculada a cómo se llevan adelante los procesos negociadores con diferentes países del mundo".

Desde su creación hace 27, el bloque apenas firmó pactos con Israel, India, Africa Austral, Palestina y Egipto. Y nunca lograron cerrarse acuerdos con la Unión Europea, EFTA, Canadá, Singapur y Corea del Sur.

En Brasil el debate tiene varias posiciones: los que consideran que no hay que dramatizar una reformulación del MERCOSUR y quienes dicen que Brasil buscará salir de la alianza.

La revista brasileña Exame reprodujo en un artículo todas las opiniones:

Las declaraciones repercutieron como una alarma entre vehículos de prensa de los países miembros del bloque, que está compuesto por Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay, y se consideraron como un posible signo de debilitamiento del Mercosur. En Argentina, el diario La Nación destacó en su titular las palabras, mientras que el diario uruguayo El País dijo que la posición "puede traer efectos dramáticos para la relación de Brasil con la región".

Según Guedes, Brasil "se quedó prisionero de alianzas ideológicas" y que eso es malo para la economía. "Todavía de acuerdo con el economista" no vamos a romper ninguna relación. Si yo sólo voy a comercializar con Venezuela, Bolivia y Argentina? No, vamos a comercializar con el mundo, serán más países. Vamos a hacer el comercio. "

Los expertos consultados por EXAMEN, sin embargo, minimizaron las molestias generadas por las declaraciones del economista y futuro jefe del área económica de la gestión Bolsonaro. "Si el Mercosur opera como es hoy, no necesita siquiera ser una prioridad", dijo el embajador José Alfredo Graça Lima, consejero del Centro Brasileño de Relaciones Internacionales (CEBRI). En la visión del diplomático, el bloque necesita ser reformado, so pena de tornarse "irrelevante".

"Las declaraciones son infelices, pues generan dudas y provocan desconfianzas", agregó Graça Lima. "No creo que el Mercosur terminará, pero puede dejar de ser prioridad. Desde el punto de vista político, sin embargo, el bloque es un patrimonio importante que debe ser preservado y fortalecido", concluyó.

Para Cristiane Mancini, profesora de política económica de las Facultades Río Branco, las declaraciones de Guedes no sorprenden, ya que considera natural la revisión de bloques comerciales, especialmente en momentos de crisis. Sobre la posibilidad de que Brasil prospecte otros socios más allá del Mercosur, lo ve como positivo. "Nuestros principales socios no están sólo en América del Sur y establecer negocios con ellos es ventajoso", recordó la profesora.

De acuerdo con ella, desde la perspectiva de Argentina, que vive una grave crisis económica, la brecha abierta puede ser benéfica. "Los argentinos ya mencionaron que es hora de reevaluar la dependencia de Brasil. Cuando se está en crisis, eso es perjudicial", dijo. En la economía mundial, dice la experta, es saludable un ambiente en el que los países puedan tener relaciones comerciales diversificadas.

A pesar de l tono ralentizado de los expertos entrevistados por EXAME, el ex ministro de Relaciones Exteriores, Celso Amorim, criticó el movimiento señalado por Guedes. "Lo que Brasil quiere hacer es un ‘Brexti’, sólo que ahí es el mayor (país) que está saliendo", dijo el ex canciller, comparando la propuesta con el Brexit, la salida del Reino Unido de la Unión Europea. "Va a deshacer el Mercosur, será un gran deservicio a la paz en la región", notó.

De acuerdo con el diario argentino Clarín, las declaraciones de Guedes sumadas al anuncio de que la primera visita oficial de Jair Bolsonaro como presidente será a Chile causaron perplejidad en Buenos Aires. En público, sin embargo, el tono del canciller argentino Jorge Faurie fue amenizador.

"En este momento e incluso antes de la elección en Brasil, quedó claro que tenemos por delante una tarea de flexibilización sobre cóm o son los procesos de negociación con diferentes países del mundo", notó el ministro. Sobre la visita oficial, Faurie también relativizó, diciendo que "no importa a dónde va, sino el grado de diálogo e interacción que los gobiernos van a tener."

En Uruguay, el presidente Tabaré Vásquez tampoco hizo comentarios profundos sobre el asunto, aunque ya se ha manifestado anteriormente por la flexibilización en las reglas para que los países puedan negociar de forma más independiente. El presidente uruguayo dijo que es oportuno "esperar y ver qué actitud tendrá el nuevo gobierno en relación al Mercosur", el político uruguayo dijo que no arriesga "hacer previsiones sobre ese asunto, porque es muy importante para todos los países que integran el Mercosur".


El FMI responsabilizó al gobierno de Macri por la situación del país y dio señales de su inquietud por la recesión y la posibilidad de un estallido social hacia fin de año


Preocupa al Fondo Monetario el deterioro de la economía


Lagarde y el staff del Fondo Monetario, en un encuentro con Dujovne

Responsabilizó al gobierno de Macri por la situación del país y dio señales de su inquietud por la recesión y la posibilidad de un estallido social hacia fin de año

Con críticas al Gobierno por el manejo de la crisis, al que le achacó parte de la responsabilidad por el mayor deterioro de la economía, el staff del Fondo Monetario Internacional (FMI) empeoró sus pronósticos para la Argentina y dejó saber su preocupación por la posibilidad de un estallido social a fin de año, ante el cóctel de una recesión peor a la prevista y una inflación cercana al 50% anual que, según el oficialismo, recién ha empezado a ceder en las últimas semanas.

El Fondo prevé que la economía rebotará en el segundo trimestre del año próximo y trazará una "V", pero, así y todo, el producto bruto interno (PBI) caerá un 2,8% este año, y un 1,7% más en 2019, según los pronósticos del informe del staff que fue difundido ayer, luego de la aprobación por parte del directorio ejecutivo del nuevo acuerdo stand-by, que elevó la asistencia financiera a 56.300 millones de dólares. Ambas cifras son peores a las presentadas hace apenas unas semanas en el Panorama Económico Mundial (WEO, según sus siglas en inglés).

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Ante ese diagnóstico, funcionarios del Fondo reconocieron que siguen la situación social con preocupación cuando se les preguntó, en una conferencia telefónica, por la posibilidad de que despunten protestas por la crisis en diciembre, un mes difícil en la Argentina.

"Esa es una preocupación que está muy presente en nuestra mente, y no solo sobre diciembre", indicaron.

Por eso, uno de los aspectos del programa que se preocuparon por destacar tanto en el Fondo como en el Gobierno fueron las cláusulas para proteger el gasto social en medio del fuerte ajuste fiscal.

El staff remarcó el "fuerte respaldo" del Fondo al gobierno de Mauricio Macri y elogió la respuesta "redoblando los esfuerzos de reformas". Pero también dejó entrever críticas al Gobierno por el manejo de la crisis. El informe señala tres motivos por los cuales la crisis empeoró. Una de las razones es la "nueva oleada de volatilidad" que golpeó a los mercados emergentes. Otro de los motivos fue la causa de los cuadernos de las coimas.

"Finalmente, los mercados han dudado del compromiso de las autoridades con el programa", agregó el staff en su informe, y le dedicó una oración aparte al Banco Central: "Esto refleja en parte una estrategia de comunicación inicialmente tímida en torno al plan de estabilización, así como una estrategia de intervención de divisas poco clara y, a veces, inconsistente del Banco Central".

En otro tramo del informe, el staff señaló que el enfoque del Banco Central para el dólar "en los últimos meses" -una referencia que pareció dirigida a la gestión de Luis Caputo- "careció de un objetivo claro y ha resultado en una pérdida excesiva de reservas, haciendo poco para abordar las condiciones desordenadas del mercado".

Pero el staff también dejó entrever una crítica, un tanto más sutil, al Ministerio de Hacienda, que conduce Nicolás Dujovne, y que refleja una idea que deambula en el Fondo: el ajuste fiscal, que descansa en gran medida en aumentos de impuestos que el propio oficialismo ha criticado, es de baja calidad. Una oración: "El staff continuará trabajando con las autoridades a lo largo del programa para mejorar la calidad de la consolidación fiscal y hacerla lo más amigable y duradera posible".

Las proyecciones del staff del Fondo también prevén que la deuda pública llegue al 81% del producto bruto interno (PBI) este año para luego bajar, y anticipan, además, una apreciación real del peso hacia fines de 2020, luego de la fuerte depreciación que sufrió la moneda este año. En el Fondo creen que la inflación bajará de manera muy marcada el año próximo, pero funcionarios del organismo también indicaron que uno de los riesgos que enfrenta el programa es que la suba de precios ceda a un ritmo menor al esperado.

Otro riesgo del programa es si se produce un nuevo coletazo a los mercados emergentes, un escenario imposible de anticipar, pero que en el Fondo no descartan frente a la volatilidad que aún muestra el contexto internacional.

La caravana es hija del desastre institucional, social y económico generado por el golpe en Honduras






La caravana de migrantes que avanza desde Centroamérica a Estados Unidos es un fenómeno nuevo y muy impresionante.


Este éxodo masivo se ha convertido en una de las mayores crisis humanitarias en la región. El grupo grande se encuentra al sur de México y avanza lentamente, con la incertidumbre de cómo serán recibidos por las autoridades y cómo irán aguantando el tránsito, ya que, a medida que avanzan, los contextos son más peligrosos y hostiles y las prácticas de las fuerzas policiales más intimidatorias.


Las caravanas de migrantes centroamericanos rumbo a Estados Unidos son una serie de éxodos iniciados en octubre de 2018 con el objetivo principal de ingresar a ese país en busca de mejores condiciones de vida. El primero de ellos fue iniciado por unos mil hondureños el 13 de octubre de 2018, quienes partieron de San Pedro Sula, Honduras, algunos con el objetivo de llegar a México para pedir asilo,1​ y empujados por la pobreza y violencia en su país de origen.2​3​ Esta motivó a una segunda caravana de casi mil hondureños, que partió de Esquipulas, Guatemala, el 21 de octubre; y a una tercera conformada por alrededor de 200 salvadoreños, que salió de San Salvador, El Salvador una semana después.

Esta caravana parte de Honduras, dode un gobierno que llegó a través de un golpe institucional con el apoyo que le dio Hillary Clinton [como canciller de Obama] que fue un fracaso absoluto y llevó al país a la miseria y a la violencia social e institucional, en la más completa impunidad. En Honduras el 3% de las familias ricas posee el 80% de los recursos del país. Esta caravana es hija del extractivismo puro. Hay mineras canadienses a cielo abierto que contratan sicarios para desaparecer a defensores de la tierra, como fue el caso de Berta Cáceres.



La mirada sobre la caravana está centrada en la crisis humanitaria. Como siempre ocurre cuando hablamos de migraciones, nos limitamos a las consecuencias. No vamos nunca a las causas. El mayor responsable de este éxodo hondureño es un Estado con déficit democrático, tanto en su proceso electoral como en la separación de poderes públicos. Un sistema político con altos índices de corrupción y que favorece la impunidad, limita las libertades públicas y persigue a los defensores de los derechos humanos.

El crecimiento imparable de los niveles de desigualdad y empobrecimiento sitúan a Honduras en los últimos puestos de desarrollo del continente. A la par, la violencia generalizada es un drama diario en el país. Las tasas de homicidio, la extorsión y la amenaza, así como la falta de confianza en los cuerpos de seguridad, hacen inconciliable la vida cotidiana personal, comunitaria, social y económica en los pueblos y ciudades de Honduras. La caravana es, por tanto, el rostro de las múltiples crisis que acechan la región.

Es un éxodo masivo nunca antes visto en América Latina. Y es una crisis humanitaria que representa un problema para los refugiados y para los países a los cuáles llegan, donde saca lo peor de los locales que se ven invadidos y perturbados y ponen en la otredad todos la frustración propia original y la originada por el nuevo contexto.


Esta como las otras caravanas que han pasado por el territorio mexicano son organizadas por defensores de los migrantes que buscan visibilizar las condiciones de violencia y empobrecimiento que existen en Centroamérica Esta caravana, que lleva por lema "Todos Somos Americanos de Nacimiento", partió el pasado 13 de octubre de San Pedro Sula, Honduras, y de otros puntos de este país.


¿De qué huyen los migrantes?

Cuando fueron cuestionados por la BBC, los migrantes no dudaron en responder lo mismo que han contestado los migrantes de caravanas anteriores: huyen de la miseria y la violencia.


Honduras es el segundo país más pobre de la región, con una extrema desigualdad. Su ingreso nacional bruto, per cápita apenas asciende a los 2,150 dólares y la población que en situación de pobreza alcanza el 60.9%.


Oxfam enumera que a nivel mundial la migración se debe principalmente a los siguientes 3 factores: la violencia, la pobreza y el cambio climático.