Cataluña: El independentismo se asegura el control del Parlament

Parlament de Cataluña

Roger Torrent, elegido presidente del Parlament con el voto del secesionismo

El independentismo se asegura el control de la Mesa al conseguir cuatro de los siete puestos


Carme Forcadell saluda a Roger Torrent este miércoles en el Parlament.


El diputado de Esquerra Republicana Roger Torrent, de 38 años, ha sido elegido este miércoles presidente del Parlament de Cataluña en segunda votación con 65 votos de los partidos secesionistas (Junts per Catalunya, Esquerra y la CUP).

José María Espejo, de Ciudadanos ha logrado el apoyo de 56 diputados correspondientes a su partido, el PSC y los del PP. Los ocho diputados de Catalunya en Comú-Podem han votado en blanco y se ha sumado a ellos un voto, con toda probabilidad procedente de los partidos constitucionalistas del Parlament.



El voto es secreto al haberse producido la elección en urna y llamada nominal, por lo que nunca se conocerá la identidad el diputado que ha roto la disciplina de voto. Los socialistas han desmentido de manera categórica que el diputado díscolo provenga de su grupo parlamentario y concretamente que se pueda tratar de Ramon Espadaler, consejero de Interior con Artur Mas y dirigente de la extinta Unió Democràtica. El mismo Espadaler ha desmentido también en Twitter que él fuera el diputado díscolo.

En la primera votación no se ha alcanzado la mayoría absoluta de 68 diputados, por lo que ha hecho falta la segunda ronda. Roger Torrent sustituye en el cargo a Carme Forcadell y esta será su tercera legislatura. En la pasada fue adjunto al portavoz del grupo parlamentario de Junts pel Sí.




La elección de los miembros de la Mesa que acompañarán a Torrent tampoco ha deparado ninguna sorpresa. Los independentistas tendrán cuatro de las siete sillas (dos para Junts per Catalunya y otras tantas para Esquerra), mientras que Ciudadanos se queda con dos y el PSC con una.

La sesión de constitución de la Cámara ha finalizado con un discurso de Torrent que ha empleado un tono muy distinto a la radicalidad mostrada por Ernest Maragall, presidente de la Mesa de edad en su intervención.

"Quiero contribuir a coser la sociedad catalana", ha asegurado Torrent, al tiempo que ha recordado que Cataluña es una sociedad de "identidades cruzadas" y "un país plural". Ha recordado que en su mandato como alcalde en Sarrià de Ter (Girona) siempre ha tendido la mano a todo el mundo y se ha comprometido a seguir haciéndolo ahora como presidente de la Cámara.

El nuevo presidente del Parlament ha anunciado que trabajará "sin descanso para restituir el conjunto de las instituciones catalanas" y ha recordado a los ocho diputados ausentes, encarcelados o huidos, en Bruselas. "No sería honesto si no denunciásemos este hecho con contundencia", ha dicho. En esa línea se ha propuesto defender los derechos de todos los diputados, "especialmente de los que no están".



La sombra de los ocho diputados ausentes, encarcelados o huidos, a planeado durante la sesión de constitución de la Cámara

Torrent ha recordado que el Ministerio de Hacienda tiene "intervenidas" las finanzas catalanas en aplicación del artículo 155 de la Constitución. Por ese motivo ha asegurado que su primer objetivo será también finalizar con la intervención de la autonomía catalana.

La sombra de los ocho diputados secesionistas ausentes ha planeado durante la sesión de constitución de la Cámara. Antes de iniciarse la votación, Ernest Maragall, presidente de la Mesa de edad, ha anunciado que aceptaba la delegación del voto de los tres diputados secesionistas electos que están encarcelados (Oriol Junqueras, Jordi Sànchez y Joaquim Forn) al considerar que la petición encajaba en los supuestos previsto en el Reglamento del Parlament.

Maragall ha asegurado que, al margen de la interpretación que estaba haciendo del Reglamento, también había de considerarse el derecho de participación política que asistía a los diputados en prisión. Inés Arrimadas, líder de Ciudadanos, ha pedido la palabra para reclamar a la Mesa de edad que reconsiderase su decisión, por entender que el artículo 93.2 del Reglamento no permitía delegar el voto al no tratarse de baja por enfermedad, maternidad o paternidad ni incapacidad permanente prolongada. "No se puede empezar con mal pie porque las tres causas para delegar el voto están muy tasadas", ha dicho Arrimadas, pero Ernest Maragall ha respondido que le correspondía la Mesa de edad ordenar el debate.





Santi Rodríguez, portavoz del PP, ha pedido también la palabra para expresar su discrepancia con esa interpretación para delegar el voto, pero no ha pedido la reconsideración a la Mesa. Miquel Iceta, ha intervenido de manera muy breve para desmarcarse de Ciudadanos y del PP y asegurar que compartía la interpretación que había hecho la Mesa para que se pudiera delegar el voto.

La sesión ha continuado con la elección del vicepresidente primero y segundo del Parlament, para los que han sido elegidos Josep Costa (Junts per Catalunya) y José María Espejo, respectivamente. En esta ocasión no se ha producido ninguna fisura en la votación. Costa ha obtenido los 65 votos del independentismo y Espejo, las 57 papeletas de los partidos constitucionalistas. Los ocho parlamentarios de los comunes se han abstenido.

Tampoco se ha producido ninguna sorpresa en la elección de los cuatro secretarios de la Mesa del Parlament, para los que han sido escogidos Eusebi Campdepadrós (Junts per Catalunya, con 48 votos), David Pérez (PSC, 30 diputados), Joan García (Ciudadanos, 27) y Alba Vergés (Esquerra, 24).

Aranguren confirmó que el gobierno privatiza Transener y le responde a los radicales

El ministro retrucó duramente las críticas de los radicales y defendió la reprivatización.


El ministro Aranguren con flamante barba en la reunión de gabinete de este martes.

El ministro de Energía, Juan José Aranguren, confirmó que el gobierno de Mauricio Macri venderá las acciones que el Estado nacional tiene en la transportadora eléctrica Transener, en una dura nota de respuesta a las críticas del radicalismo.

Horas después de la primera reunión de gabinete con Macri, el jefe de la cartera energética difundió la respuesta a la cúpula de la UCR, a la que le reprochó haber hecho pública la carta que le enviaron la semana pasada para avisarle que se opondrían a la reprivatización de las acciones de Transener.

El tono de la nota de Aranguren deja en evidencia el fastidio con los radicales. El ministro busca dejar expuestos algunos "errores" de concepto básicos de sus socios de Cambiemos. "Se destaca, en varias partes de la nota, la idea de la importancia de la presencia del Estado Nacional en Transener, como si ésta fuese una empresa de control estatal, o que por razones estratégicas relativas a su operación requiriese indefectiblemente de la presencia del Estado", escribió, antes de recordar que desde 1993 está bajo control de privados.

Las empresas del sector objetan que la venta de Transener y las centrales se encargue a un banco y piden que se haga bajo el sistema de licitación pública. "Con ese sistema hay menos riesgo de direccionar la operación".

Aranguren también remarca que el hecho de que el Estado controle acciones "en ningún caso le otorgó a Transener el carácter de empresa pública" y recuerda que en los hechos la empresa estuvo en los últimos diez años manejada por Pampa Energía y Electroingeniería (que en 2016 vendió su parte al Estado) y que ni siquiera el kirchnerismo designó directores cuando ingresó como accionista en 2008.

El ministro también le explica a los radicales que "no es correcto" afirmar que el Estado, a través de Enarsa y la Anses, "sea el mayor accionista" de la compañía ni pueda tomar decisiones. "Enarsa no es titular de acciones directas de Transener, sino que es el accionista co-controlante de Citelec", aclara. Citelec controla el 52% de Transener.

También detalla que no podría el Estado tomar el control "porque ello significaría incurrir en una violación de sus obligaciones contractuales y del marco regulatorio (...) que prohíbe a los generadores mantener una posición de control en una transportista eléctrica".

Como detalló este medio, en el Gobierno señalan al ex secretario de Energía, Jorge Lapeña como el "ideólogo" de las críticas de Alfredo Cornejo y los jefes legislativos de la UCR. Lapeña ocupa un lugar en el directorio de Enarsa, que vería reducida a cero su influencia en Transener con la reprivatización de las acciones.

El titular de la UCR, Alfredo Cornejo

La privatización total de Transener es en rigor parte de una operación más amplia, el argumento que esgrimen en Energía para desprenderse de las acciones es que el Estado debe asumir el rol de regulador y liberar el mercado. Aranguren no sólo reitera esa posición sino que también destaca la labor de la gestión privada en la empresa.

En la última parte de la nota, el ministro defiende el negocio que significa para el gobierno. En primer término, desmiente que la compra del 25% de Citelec en 2016 haya sido por "razones estratégicas" como sostienen los radicales, sino que fue por motivos económicos ya que por el aumento de las tarifas energéticas evidentemente la empresa aumentaría su valor de mercado.

"Enarsa tuvo claramente en cuenta y este ministro lo avaló, al momento de proponer y considerar la operación de compra, la posibilidad de aprovechar una oportunidad de negocio antes que una decisión de tipo estratégica", admite Aranguren, que luego agrega que la venta permitirá "una ganancia más que importante" para Enarsa. "Ese fue, en definitiva, el resultado buscado, y no dejar que ese buen negocio lo concretara un tercero", añade.


Este medio había adelantado que en el Gobierno esperan obtener unos 350 millones de dólares por la venta del paquete accionario, que según Aranguren significará una ganancia de 500% comparando con el valor de compra.

Finalmente, Aranguren también le explicó a los radicales que Pampa Energía -empresa de Marcelo Mindlin- "no puede acrecentar su participación accionaria en Citelec", por lo que consideró "innecesaria" la sugestiva acusación de un posible interés del funcionario encargado de firmar la disposición administrativo. En todo caso, el ministro les recordó que la decisión de venta de acciones la tomó Macri en un decreto.

Primera reacción docente al decreto: "Es un mamarracho y este gobierno es antidemocrático"




El secretario general uno de los sindicatos de docentes bonaerenses Suteba, Roberto Baradel, criticó la decisión del Gobierno de establecer nuevas reglas para las negociaciones salariales del sector.

"Este decreto es un mamarracho jurídico y este es un Gobierno antidemocrático", dijo el sindicalista en declaraciones a Radio Rivadavia.

A través de un decreto publicado en el Boletín Oficial, lo fijó en un 20% por encima del mínimo, vital y móvil. Además igualó la representación sindical de todos los gremios que participan en la mesa de negociaciones.

"Creo que muestra cada vez más que ni siquiera tiene la delicadeza de simular, son un Gobierno autoritario que no quiere discutir. Es como si mañana no le gustara el sistema electoral a Cambiemos y modifica por decreto el sistema electoral", comparó.

Al ser consultado sobre el audio en el cual el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, insulta a una colaboradora consideró que es "indignante" que el propio titular de la cartera laboral tenga un empleado en negro.

"Me parece espantoso lo que hizo el ministro de Trabajo, pero por quién van a cambiarlo por (Luis Miguel) Etchevehere o algún otro, me parece igual o peor", analizó.

El Gobierno, por decreto, le restó poder a Ctera en la discusión salarial docente

Con un cambio por decreto, restringe su rol a cuestiones no salariales


El Gobierno dispuso hoy que la discusión entre el Gobierno y los gremios docentes a nivel nacional se circunscribirá, a partir de este año, a cuestiones no salariales y, en lo que atañe a la discusión paritaria, dejó formalizado el piso del 20 por ciento por encima del salario, mínimo, vital y móvil para que, a partir de ese valor, se rijan las negociaciones entre las provincias y las entidades sindicales a nivel local.

Además, igualó la representación de los gremios docentes nacionales en el espacio de debate estipulado por la Ley de Financiamiento Educativo, con la participación del Ministerio de Educación de la Nación, para acordar, año a año, “un convenio marco” en torno a condiciones laborales, calendario educativo y carrera docente, entre otros aspectos.

Así fue establecido por el Decreto 52/2018 que, con la firma del presidente Mauricio Macri; del jefe de Gabinete, Marcos Peña; y de los ministros Jorge Triaca (Trabajo) y Alejando Finocchiaro (Educación), que fue publicado en la edición de hoy del Boletín Oficial.

Se trata de un decreto que introduce modificaciones a otro anterior, del 2007, que, con la firma del entonces presidente Néstor Kirchner fijó las pautas para la negociación a nivel nacional entre los gremios docentes y el gobierno al reglamentar el artículo 10 de la Ley 26.075 de Financiamiento Educativo.

"Deviene necesaria la actualización del ámbito de discusión del convenio marco, garantizando la equidad en la representación de todas las voces con el fin de mejorar las condiciones generales de los docentes del Sistema Educativo Nacional, adecuando la normativa vigente y estableciendo nuevos criterios de relación”, indicó en sus considerandos la norma publicada hoy en el Boletín Oficial.

Con este argumento, el artículo 1 del decreto establece que “la representación de los trabajadores docentes del sector público de gestión estatal en el convenio marco, será ejercida por un miembro de cada asociación sindical” del orden nacional, con cual iguala la presencia de los gremios, que, hasta ahora, era proporcional a su cantidad de afiliados a nivel nacional.

De hecho, en el ámbito de discusión del denominado “convenio marco” de las negociaciones docentes, la Confederación de Trabajadores de la Educación (Ctera) tenía una presencia mayoritaria frente a los demás gremios del orden nacional, que son la Unión Docentes Argentinos (UDA), los privados del Sadop, la Asociación del Magisterio de Enseñanza Técnica (Amet) y la Confederación de Educadores Argentinos (CEA).

No obstante, con el decreto publicado hoy, el Gobierno nacional también separó los ámbitos de discusión de ese “convenio marco” para la educación pública de gestión estatal y para la educación de gestión privada.

De hecho, para el caso de la educación pública estatal, prevé la participación en las negociaciones de representantes del Ministerio de Educación de la Nación, del Consejo Federal de Educación y de los gremios; mientras que, para la discusión del convenio marco en el ámbito de la educación de gestión privada, prevé, además de la participación del Ministerio, la del Sadop y la de “los representantes de los empleadores del sector”.

En tanto, el artículo 4 de la norma deja en claro que el ámbito de discusión entre el Gobierno nacional y los gremios docentes a nivel nacional se dedicará a cuestiones laborales, del calendario educativo y de la carrera docentes.

De hecho, al enumerar los temas que serán abordados en ese espacio, deja afuera el salarial, e incluye las condiciones de ingreso a la carrera docente, promoción y capacitación y calificaciones del personal; el régimen de vacantes; los trámites de reincorporaciones; las jornadas de trabajo; los derechos sociales y previsionales; las políticas de formación docente y capacitación; y la representación y actuación sindical.

"En lo referido al salario mínimo docente, queda establecido que el mismo no podrá ser inferior al 20 por ciento por encima del salario mínimo vital y móvil vigente, acuerdo arribado entre las asociaciones sindicales y el Poder Ejecutivo Nacional según el acta suscripta entre las partes de fecha 25 de febrero de 2016”, indica el artículo 4 del Decreto 52/2018 publicado hoy. De esta forma, busca saldar uno de los puntos de mayor conflictividad en la discusión entre los gremios y el Gobierno nacional que se dio el año pasado, que pasó justamente por el reclamo de la realización de una discusión paritaria a nivel nacional, lo que llevó a la Ctera a convocar distintas medidas de fuerza y a poner en marcha una carpa itinerante que arrancó frente al Congreso y luego recorrió todas las provincias para visibilizar ese reclamo.

Piden investigar a Triaca por pagar sueldos de empleados a través del SOMU



El abogado Carlos Broitman, que patrocina al exsecretario general del SOMU Omar "Caballo" Suárez, se refirió al caso de la exempleada del ministro de Trabajo, Jorge Triaca, designada en ese sindicato y denunció que "hay otros funcionarios que utilizaron al gremio para pagar sueldos".

"Utilizaban al gremio para pagar sueldos de empleados del ministro Triaca, ya hicimos una denuncia penal. Ya se está investigando porque hay otros funcionarios que utilizaron al SOMU para pagar sueldos", sostuvo el letrado.

En diálogo con Radio 10, Broitman aseguró que quiere "van a salir a la luz varios casos más, no solamente el de esta empleada de Triaca, hay varios empleados más a los que les pagaban sueldos a través del SOMU", en alusión al caso de Sandra Heredia, que trascendió como consecuencia de un duro audio en el que el ministro la insultaba.

"Esto podría ser un escándalo 100 veces mayor de lo que se le acusa al ´Caballo´ Suárez. Hablan de transparencia, entonces que investiguen a Triaca", destacó.

Y anticipó: "Quiero ser muy precavido, pero la semana que viene tendremos novedades sobre este asunto".

"¡Sandra no vengas, eh! No vengas porque te voy a mandar a la concha de tu madre. ¡Sos una pelotuda!", fue el duro mensaje de audio de WhatsApp que le envió el funcionario nacional a Heredia, quien se desempeñaba como casera de la quinta familiar ubicada en San Isidro.

Tras la difusión del mensaje, la mujer contó que desde el 1º de abril de 2017 es delegada interventora en el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), a donde llegó ubicada por el propio Triaca.

Al respecto, el ministro de Trabajo explicó que la designación de Heredia en ese cargo fue consensuado por el equipo de intervención: "Se le ofreció hacerse cargo de esa delegación, lo hizo muy bien y lo sigue haciendo, y cesa su contrato cuando cesa la intervención. No tiene nada que ver con una compensación a su trabajo y a ninguna otra cuestión".

Paisaje religioso, mundo eclesiástico y disputas políticas y sociales: Tres dimensiones para analizar el viaje del papa Francisco a Chile

Por Sol Prieto


El viaje de un papa a un país se puede analizar desde múltiples dimensiones, de las cuales me parecen más productivas tres. Una tiene que ver con los factores propiamente “religiosos”. ¿Qué quiero decir con esto? Desde ya que el catolicismo es, como lo dijo José Casanova hace ya más de 20 años, una religión pública, que promueve la acción sobre el mundo más que la huida de este, y por lo tanto resulta complicado distinguir lo “puramente religioso” de lo social y lo político. Sin embargo, las pertenencias, las dinámicas y las formas de vivir la religión constituyen un campo de análisis relativamente autónomo: las tendencias presentes en este campo varían de acuerdo a las sociedades, sus instituciones y su historia. Por lo tanto, un encuentro del papa con la juventud en Brasil (uno de los países con la mayor proporción de católicos de Latinoamérica y en el mundo, pero donde el campo evangélico crece desde hace unos 40 años entre los sectores populares) no significa lo mismo para el campo religioso que su encuentro con los católicos filipinos (donde la Iglesia, desde distintos ámbitos, es una parte indisociable de la vida política del país, de sus costumbres y de sus leyes). De la misma manera, la visita del papa a Sri Lanka, donde el catolicismo es apenas una minoría ante una religión no teísta como el budismo Theravada y una religión politeísta como el hinduismo, no representa lo mismo que su encuentro con los católicos de países donde el proceso de colonización estuvo signado por el catolicismo.

En segundo lugar, el viaje de un papa se enmarca también en las discusiones y estrategias desplegadas dentro de la Iglesia católica. Tal como lo señaló Émile Poulat a fines de la década de 1970 en su libro Iglesia contra Burguesía, lo que comúnmente llamamos “Iglesia católica” es el resultado de una serie de pujas entre distintos discursos (en general sostenidos por grupos diversos) por definir las relaciones entre lo que está más allá del mundo en el que vivimos, y lo que está más acá. En un sentido similar, Pierre Bourdieu dijo sobre los obispos: “De todos los grupos de representación, indudablemente, no hay ninguno que trabaje de manera tan constante y sistemática como el episcopado, en la tarea de moldear su propia imagen como cuerpo”. En Latinoamérica y específicamente en Argentina, los sociólogos de la religión estudiaron y siguen estudiando los modos en los cuales la Iglesia católica produce homogeneidad a partir de la diversidad. Abelardo Jorge Soneira planteó , para decirlo muy resumidamente, que en América Latina a partir del postconcilio surgieron dentro de un mismo marco institucional dos identidades en competencia que señalan distintos hitos de memoria que devienen en diversos linajes: por un lado, la Renovación Carismática Católica (RCC) y por otro lado, la Teología Popular y la Teología de la Liberación. La primera subraya la noción de la Iglesia en tanto comunidad de carismas; la segunda, en cambio, subraya la idea de la Iglesia como “pueblo de Dios”. Mientras que la primera pone el acento en la espiritualidad y piensa el mundo de los pobres a partir del vector espiritual, la segunda recoge la tradición del compromiso social. A la vez que toman como referencia distintos documentos, estas dos tradiciones apelan, además, a distintas reuniones del Episcopado Latinoamericano. La primera se remonta a Santo Domingo (1992) mientras que la segunda se remonta a Medellín (1968). Este componente, que para un no católico o para un católico que cree “por su propia cuenta” puede parecer menor, se vuelve muy relevante dentro del movimiento católico de cada país. Estas tradiciones permean las disputas al interior del movimiento católico y de la Iglesia católica como institución, y si se pretende analizar el viaje de un papa no se pueden puede desestimar estas diferencias y los modos en los cuales las conferencias episcopales producen homogeneidad en cada lugar.

Por último, resulta importante considerar las disputas “propiamente políticas y sociales” que existen dentro de cada país por el significado de la visita del papa. El objetivo de estas disputes reside en, como lo marca Juan Esquivel, traccionar la legitimidad religiosa y reconvertirla en legitimidad política. No está del todo claro que en democracia esta ecuación se pueda llevar adelante. Pero, como lo marca también Esquivel, a menudo los políticos tienen la creencia de que esto se puede hacer obteniendo resultados positivos. Así, “el sueño del coronel propio” del que hablaba Alain Rouquié, se reformuló primero en “el sueño del obispo propio” y hoy, en el sueño del papa propio. Por este motivo, las tensiones y disputas políticas en cada país por definir el sentido del viaje de un papa, de sus palabras, de sus saludos y trayectos, de sus expresiones faciales inclusive, deberían formar parte de los análisis sobre el viaje de un papa.


La dimensión religiosa: ruptura del monopolio católico y pluralización del campo religioso, individuación y desinstitucionalización de las prácticas y creencias

Ahora bien, en lo que respecta a la dimensión específicamente religiosa en Chile, el sociólogo de la religión David Miera Miranda estudió a través prolongadas series del tiempo las creencias y actitudes religiosas de los chilenos a través de datos de censos y encuestas nacionales.

Los datos son bastante similares a los de Argentina: hay un 12 por ciento de chilenos que se consideran como “sin religión”, una categoría que viene creciendo sostenidamente desde la década de 1990; un 67 por ciento de chilenos que se consideran católicos, una categoría que se encuentra en declive desde la década de 1970; un 17 por ciento de chilenos que se consideran evangélicos, una categoría que viene trepando desde la década de 1960 aproximadamente; y un 4 por ciento de chilenos que se consideran parte de otras “otras religiones”. Es decir, un paisaje religioso en el cual, si bien los católicos son mayoría, se observa una creciente pluralización en lo que refiere a las pertenencias religiosas.

A la vez, las formas de vivir la religión de los católicos chilenos fueron cambiando en las últimas décadas (de manera consistente con el resto de los países latinoamericanos) hacia formas desinstitucionalizadas e individuales de creencias, actitudes y prácticas. Esto significa que, lejos de existir niveles menores de religiosidad, las formas en las cuales esta religiosidad se manifiesta están cada vez menos reguladas y organizadas por las iglesias, sobre todo por la Iglesia católica, y son vividas de manera cada vez más individual. Esto se traduce, por un lado, en menores niveles de asistencia al culto, menos jóvenes que quieren iniciar una carrera como especialistas religiosos, menos participación de laicos en parroquias, movimientos u otros tipos de organizaciones, menos catequistas, etc. Y por otro lado, en formas de acercarse a Dios cada vez más individuales como el rezo en la casa y la formación de opiniones que difieren con el discurso oficial de las jerarquías católicas.

Esto coincide desde el punto de vista histórico con otro fenómeno al que Fortunato Mallimaci y Verónica Giménez Béliveau denominaron “quiebre del monopolio católico y pluralización del campo religioso”: Ruptura del monopolio católico porque la Iglesia católica perdió su lugar central a la hora de demarcar las creencias consideradas legítimas de aquellas que no lo son ; pluralización porque otros actores religiosos reclaman para sí este poder de definir el campo de lo legítimamente creíble.

En este sentido, algunas lecturas que se están haciendo sobre el viaje del papa a chile que usan palabras como “indiferencia” o “rechazo” quizás están tomando como supuesto de “normalidad” el caso argentino. Sin embargo, lejos de ser generalizable, el caso argentino implicó un giro inesperado con la elección de un papa proveniente de este país. La figura de Francisco (“un papa argentino”) se convirtió en un símbolo de argentinidad, a través de un dispositivo cultural que Alejandro Frigerio define como “incorporación al panteón de seres extraordinarios” con los que los argentinos construyen identidades culturales colectivas. Con esto quiero decir que más allá de tratarse de un líder religioso, Francisco (y no Bergoglio) comparte esta característica (ser un “individuo extraordinario”) con Maradona, Gardel, Evita, el Che o Messi .

Por otro lado, estas lecturas que postulan el “rechazo” y la “indiferencia” de los chilenos hacia el papa, a menudo se basan en el rechazo de los chilenos a que el Estado financie el viaje papal. En este dato se naturaliza una preocupación particularmente chilena por el gasto estatal consistente con sondeos de hace por lo menos dos décadas, en los que esta preocupación es especialmente elevada en Chile y no coincide con los datos presentes en otros países, como por ejemplo Argentina, Brasil o Bolivia. Esta preocupación por la disciplina fiscal probablemente se pueda explicar por las políticas implementadas en este país desde el pinochetismo en adelante pero, más allá de estas hipótesis que no podré constatar aquí, se puede afirmar que la misma constituye, por ahora, un rasgo fuerte de la opinión pública chilena.
Dimensión eclesiástica: una jerarquía descreditada y lejos de los pobres

Desde el punto de vista eclesiástico, es decir, de los diversos discursos que conviven en el campo católico chileno y las formas de producir homogeneidad a partir de esa diversidad, la visita de Francisco puede ser importante en un contexto de baja legitimidad de la jerarquía católica en Chile.

Este fenómeno es relativamente reciente. A diferencia del caso argentino, la Iglesia católica chilena (junto a otras iglesias y comunidades) fue un actor clave en la defensa de los Derechos Humanos durante la última dictadura chilena, generando incluso redes trasnacionales que luego funcionaron como soporte de los movimientos de Derechos Humanos de otros países. Y dentro la Iglesia católica chilena, la jerarquía jugó un rol particularmente fuerte en la defensa de estos derechos y garantías elementales. El movimiento católico chileno fue importante, incluso, en la defensa de las minorías sexuales. Uno de los primeros grupos LGTBI, el Grupo Integración, conformado en 1977, agrupaba sobre todo a católicos y personas religiosas pertenecientes a otros credos, que se reunían para hablar de los problemas que enfrentaban diariamente debido a su orientación sexual. Esta historia de la Iglesia católica en Chile la llevó a ser uno de los actores con mayor credibilidad en ese país, con porcentajes muy elevados de aprobación hacia el final de la dictadura pinochetista.

Sin embargo, en los últimos años, esta posición comenzó a cambiar, lo cual se debe sobre todo a dos factores. En primer lugar, a una dificultad de la jerarquía eclesiástica chilena (que muchas Iglesias nacionales enfrentan) para comprender y acompañar los procesos sociales que se dan en el marco de la modernidad tardía. Esta dificultad se hace visible en discursos que hacen más énfasis en cuestiones de moral sexual y familiar que en temas considerados “sociales”, relacionados a la pobreza y los problemas de los sectores más postergados. En segundo lugar, la crisis de legitimidad de la Iglesia chilena está muy vinculada a las denuncias de abusos ampliamente difundidas en la prensa local e internacional. En este sentido, el nombramiento del obispo de Osorno, Juan Barros, por parte de Francisco, fue una medida muy cuestionada por la comunidad católica en Chile y por la opinión pública en general. Barros fue formado por el sacerdote Fernando Karadima, de quien fue colaborador. Karadima es un sacerdote que tuvo mucha llegada a los sectores de poder económico y político en Chile y, si bien fue sobreseído por la Justicia en ese país, fue hallado culpable del pecado/delito de “efebofilia” (abuso de adolescentes) por la Justicia eclesiástica.

En su momento, cuando el papa fue consultado sobre la designación de Barros, respondió duramente que Osorno sufría “por tonta”. “No se dejen llevar de las narices de todos los zurdos que son los que armaron la cosa; la única acusación que hubo contra ese obispo fue desacreditada por la Corte judicial. ¿Osorno sufre? Sí, por tonta, porque se deja llevar por las macanas que dice toda esa gente”, dijo, en un video que rápidamente levantó críticas de parte de los chilenos. En este sentido, el rol que cumpla Francisco en este viaje puede ir en un sentido de profundizar la crisis de credibilidad de la Iglesia católica como institución en este país, o apaciguarla según cuál sea su abordaje sobre esta cuestión.
Dimensión política y social: un conflicto más que centenario y un momento de nuevos derechos

En general, la llegada de un papa a un país implica una serie de disputas por parte de la mayoría del arco político para apropiarse de su figura y de sus discursos. Sin embargo, esto no ocurre con tanta intensidad en Chile, donde la líder socialista y atea Michelle Bachelet está “de salida”. El presidente electo Sebastián Piñera, por su parte, no tendrá un encuentro privado con el papa sino que estará presente en dos actos institucionales, uno en la Casa de la Moneda y otro en la Pontificia Universidad Católica.

Hay, sin embargo, dos cuestiones políticas importantes sobre este viaje: por un lado, el conflicto indígena y por otro lado el debate sobre la Ley de Identidad de Género. El conflicto mapuche por las tierras de la Araucanía data de 1860 aproximadamente y desde la ley antiterrorista sancionada en 1984 por el gobierno dictatorial de Pinochet, se recrudeció cada vez más, en una disputa que continúa aún hasta nuestros días. Tal como lo destacó Marcelo Ciaramella, la prédica del papa Francisco en defensa de los pueblos originarios se encontrará con un límite en Chile dado que las organizaciones representativas de los mapuches en la región de la Araucanía tomaron el edificio de la Corporación Nacional Indígena en rechazo a la visita del papa a una zona de conflicto.

En segundo lugar, la Ley de Identidad de Género, que postula el reconocimiento en el documento de identidad de la identidad autopercibida, obtuvo el voto de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados chilena. Si bien algunos actores políticos alertaron acerca de que esta ley, que entra en colisión con las posiciones históricas de la Iglesia católica respecto a la identidad de género de las personas, peligraba con la llegada del papa, todo indica que pasará próximamente al plenario de la Cámara donde será aprobada. Esta ley representa un paso más en un recorrido que la legislación chilena viene emprendiendo en los últimos años, junto con la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo en algunos casos (violación, riesgo de vida de la madre, etc.) y el reconocimiento de las uniones matrimoniales entre personas del mismo sexo. En suma, la visita del papa a Chile constituye una serie de desafíos, propios de una Iglesia católica que debe lidiar crecientemente con nuevos formatos de sociedad.

La chica que me ayuda


Leemos en el Blog de Quique


julio 10, 2009

quien no fue mujer, ni trabajador,
piensa que el ayer fue un tiempo mejor
María Elena Walsh – “Orquesta de Señoritas”

Como a una sirvienta paraguaya

-Te juro: antes de que se me vaya la empleada, prefiero que me abandone mi marido.

Lo dice Paula, la mujer de mi amigo Ernesto. No me lo dice a mí, se lo dice a mi mujer, quien –para mi sorpresa y preocupación- asiente con la cabeza. Yo converso con Ernesto de política –porque es impropio de varones adultos e informados andar hablando de esas cosas-, pero escucho de costado porque me interesa.

-A mí me alcanza con que venga a la mañana, porque Enrique puede estar a la tarde para cuidar a la nena.

Yo sigo hablando de Cosas Muy Importantes; pero, al escuchar mi nombre, paro la oreja porque ahora el asunto afecta mis derechos personalísimos.

-¿La necesitás sólo para que cuide a la nena? –se informa Paula.

-Bueno, también quiero que me ayude con la casa.

Mi casa no es una casa, sino más bien un departamento y bastante chico, pero Ernesto me cambia ahora de tema y se pasa a la historia. Empieza a desmenuzar las causas que –a su juicio- hicieron que el Imperio Alemán perdiera la primera guerra mundial. Me gusta la conversación de Ernesto, pero presumo que a mi lado se están decidiendo aspectos decisivos de mi fututo cercano. Trato de escuchar.

-Que esté cuando vos estás, así controlás un poco, ves cómo trata a la nena, te fijás que no use todo el día el teléfono.

Esas palabras me intranquilizan ligeramente. “Que esté cuando vos estás” me prefigura un destino de niñero vespertino. A veces trato de ser o parecer un padre ejemplar. Cuido a mi hija, la llevo al pediatra, le doy la mamadera, cocino. No obstante, quisiera tener algunas horas de tranquilidad a la tarde, para trabajar o para escribir papeles como éste. Mi mujer se toma muy en serio eso de la igualdad de los géneros. Para mí, el género es una tela.

-Y tené cuidado, porque a mí, la última, me robó.

Absorto como estoy en seguir dos conversaciones diferentes, no advierto que ya es la hora de cenar. Mi mujer me pregunta:

-¿Vas a cocinar algo o pedimos unas pizzas?

La decisión es fácil. Rápidamente opto por las pizzas.

-¡Ja! –mi mujer sonríe con suficiencia- Hoy dijiste que ibas a cocinar. Me engañaste como a una sirvienta paraguaya.

Ahora, que las mujeres trabajan.
Un millón de veces he escuchado frases que empiezan con “ahora, que las mujeres trabajan…”. La frase se puede completar de cualquier modo, a veces para criticar el presente, a veces para vindicarlo; pero siempre se parte de la premisa de que ahora las mujeres trabajan y antes no. ¿Desde cuándo trabajan las mujeres?

Me acuerdo de esa zamba hermosa que dice “veo a mi tata, contento y feliz / pitando un chala y meta matiar / Mientras mi mama, déle trajinar...” y se me hace que las mujeres trabajan desde hace mucho mucho tiempo.

Alguno me dirá que lo que cambió es que ahora las mujeres trabajan fuera del hogar. Puede ser, pero –que yo sepa- ya en la antigüedad remota había esclavas y sirvientas. Además, la idea misma de hogar hace alusión al trabajo de las mujeres. Según dicen los que saben, un buen día los seres humanos descubrieron algo que ignoraban y que no tenían por qué suponer: que había una relación entre el sexo y la procreación, una relación de causa-efecto, digamos. Ese descubrimiento –que habrá sido toda una desilusión, supongo- generó la primera y más primitiva división sexual del trabajo. El varón sale a cazar, la mujer se encarga de que no se apague el fuego. Después vinieron la cultura y Aristóteles a naturalizar esa distinción y a deducir de ella consecuencias enormes y duraderas.

Han pasado ya muchos siglos desde aquel descubrimiento y –en el último siglo especialmente- algunas cosas cambiaron en forma significativa. En la Argentina las mujeres votan (1951), pueden comprar y vender aunque estén casadas (1968) y comparten con los padres varones la autoridad sobre sus hijos (1985 [1]). Todas estas cosas nos resultan ahora naturales y las juzgamos eternas, pero nuestras madres y abuelas no las vivieron.

Las mujeres pueden también trabajar, como lo hicieron siempre.

La regulación legal del trabajo de mujeres.
Toda forma de conocimiento construye y constituye un discurso, que a veces converge con otros y a veces no. El discurso del feminismo y el del derecho laboral no suelen cruzarse y empalmarse. No hay mucha mirada de género en nuestra disciplina, que sigue viendo a las mujeres con ojos patriarcales.

Sólo así se explica que –salvo algunas notables excepciones- a nadie le asombre demasiado que en la ley de contrato de trabajo siga existiendo un título entero llamado “trabajo de mujeres”, que en realidad sólo protege un determinado rol de las mujeres: sus funciones de madre y esposa.

A nadie le causa mayormente ninguna incomodidad que la protección del matrimonio este normada en esa sección del “trabajo de mujeres”, como si las mujeres se casaran entre ellas, y todavía muchos resisten la idea de que la protección de la paternidad también es algo que merece receptarse en términos de equiparación.

Nunca escuché quejas en nuestra disciplina por la existencia de un artículo como el 174 de la LCT, que establece para las mujeres un descanso obligatorio de dos horas al mediodía (que nadie cumple ni hace cumplir), aun cuando es evidente que el único fundamento de ello es permitir que la mujer vuelva a su casa para cocinar; lo cual, en definitiva, protege más al marido que a la mujer trabajadora.

Así las cosas, no es raro -y hasta resulta sintomático- que el fallo más importante en materia de discriminación laboral de las mujeres (“Fundación Mujeres por la Igualdad c/ Heladerías Freddo”) haya sido dictado en el fuero civil, bien lejos de laboralistas y laboralistos.

¿En qué trabajan las mujeres?
Cierta iconografía feminista nos ha habituado a ver en la mujer con un alto puesto ejecutivo en una multinacional el paradigma de la moderna mujer trabajadora. Las estadísticas lo desmienten.
Si utilizamos la clasificación de actividades económicas usual en los sistemas estadísticos oficiales [2], observamos que más de la mitad de las mujeres que trabajan por un sueldo lo hacen cocinando y sirviendo la mesa (Hoteles y restaurantes), enseñando (Enseñanza), cuidando personas (Servicios sociales y de salud) y haciendo la limpieza (Servicio doméstico). En otras palabras, hacen fuera de su casa las mismas tareas que tradicionalmente hacían en su casa [3].

De todas estas actividades hay una –por supuesto- que es la actividad femenina por excelencia. La mayoría de las mujeres que trabajan fuera de su casa lo hacen en una casa ajena.

El servicio doméstico concentra el mayor índice de presencia femenina (97,6% [4]) y el mayor porcentaje de trabajadoras con respecto al total de trabajadoras de todas las actividades (23,25 % del total de mujeres trabajadoras).

En otras palabras –o más bien otros números- de 3.918.000 mujeres que trabajan, 991.000 son empleadas domésticas. Más o menos una de cada cuatro.

Si la cuarta parte de las mujeres trabajadoras son empleadas domésticas, debemos concluir que no se puede –como hacen los programas de estudio y los manuales de derecho laboral- separar ambos temas. Cuando hablamos de trabajo de mujeres, hablamos –sobre todo- de servicio doméstico. Cuando hablamos de servicio doméstico, hablamos –exclusivamente- de trabajo de mujeres.

Los nombres de las cosas.
Sabemos -gracias a Borges y al Cratilo- que los nombres prefiguran y contienen lo nombrado y, por eso, el uso de sinónimos siempre implica alguna falsedad. Los obreros son obreros; los trabajadores son trabajadores; los empleados, empleados.

Algo raro pasa, sin embargo, con la manera de nombrar a las empleadas domésticas. Nadie usa ya –gracias a Dios- el horrible y ominoso sirvienta, aunque he escuchado llamarlas la paraguaya, en forma despectiva. La muchacha está reservado a señoras del estilo de Mirtha Legrand. Mucama, también está en desuso y acaso se ha transformado –en su forma diminutiva- en una palabra de uso exclusivamente erótico.

Hay también formas más raras y eufemísticas de nombrarlas. Hace algunos años, en Misiones, cuando alguien necesitaba una empleada doméstica ponía un cartel en la puerta de su casa con la leyenda “se necesita secretaria”. Giovani Guareschi, en su hermosísima novela “Vida en Familia”, la llama la colaboradora familiar.

El nombre que se ha impuesto con más fuerza es el de empleada doméstica y por eso es el que uso en este artículo. Sin embargo, es fácil observar que también este nombre genera alguna incomodidad cuya causa se me escapa. En el habla coloquial, es visible que la mayoría de las personas prefieren evitarlo y usan para ello giros de lo más complicados: la señora de la limpieza, la mujer que me viene a ordenar la casa y, sobre todo, la chica que me ayuda.

No sé a qué se debe esa incomodidad, ese uso y abuso de eufemismos, pero supongo que tiene algo que ver con el pudor. Lo que sí sé es que esos eufemismos, sobre todo el más popular (“la chica que me ayuda”), encierran cierta falsedad. La chica que me ayuda suena a una amiga que viene a visitarme de tanto en tanto y que me da una mano mientras se toma unos mates. No parece el nombre más claro para referirse a una trabajadora.

Abril.
Era en el mes de abril y en el barrio privado “abril”, el que queda cerca de la rotonda de alpargatas. Recién se había reglamentado en la Provincia la libreta de trabajo del servicio doméstico y queríamos estrenar la novedad con inspecciones y control, pero también con difusión y servicios.

La idea había sido mía y la creía muy buena. Íbamos a ir a los barrios cerrados con inspectores para controlar el registro de las empleadas domésticas y también íbamos a instalar una oficina móvil (un camión acondicionado al efecto) con computadoras, internet y cámara de fotos digital. Si la gente quería, ahí mismo le registrábamos la empleada, le dábamos la libreta y se salvaba de la multa. Era buena la idea, no me digan que no, y yo tenía muchísimas expectativas. Me imaginaba cinco cuadras de cola de empleadas domésticas en busca de su libreta.

Nos costó entrar, porque en la entrada nos dieron mil y una vueltas y, recién después de una hora, un gerente nos franqueó el acceso luego de que yo jurase por mi honor que no íbamos a sacar fotos de nada.

Yo nunca había entrado a un barrio privado y cuando pasé el portón de ingreso no pude evitar abrir la boca asombrado ante tanta tranquilidad y hermosura. No me imaginaba que en el corazón de Berazategui existiesen lugares como ése, fuera del mundo.

El resultado del operativo fue decepcionante. Las empleadas domésticas estaban todas en negro y a nadie le interesó mucho la oferta de blanquearlas ahí mismo. A la oficina móvil apenas si se acercaron tres o cuatro. Yo estaba desconcertado. No entendía –y en algún punto sigo sin entender después de mucho tiempo- cómo podía fallar tan rotundamente una idea que creía buena.

Para sacarme la decepción me fui a tomar un café al club jáus. Me acompañó el gerente que nos había habilitado el ingreso y que me seguía a todas partes preocupado porque no sacara fotos.

Empecé a cuestionar algunas ideas que tenía. Siempre pensé –y sigo pensando- que el fenómeno del trabajo en negro se explica fundamentalmente por una simple cuestión económica: el empleador que tiene a sus trabajadores en negro abarata alrededor de un 25% su costo laboral; pero esa explicación no sirve para el caso del servicio doméstico. La contribución patronal al sistema de seguridad social es, en este caso, baratísima: 35 pesos para una empleada a tiempo completo, una bicoca.

Supongamos que se trata de un empleador generoso, que –además de la contribución patronal- se hace cargo del aporte que debe hacer la empleada. Sigue siendo barato: $ 81,75 (en la época que estoy contando era $ 55). Según me dijo el gerente seguidor, en ese barrio los propietarios pagaban entre $ 500 y $ 2.500 de expensas, según la casa. ¿Cómo se explica que alguien pague esa plata de expensas y no sea capaz de pagar $ 35 (que se pueden descontar del impuesto a las ganancias) para que su empleada, la que le cuida los hijos, la que le hace de comer, tenga obra social y se pueda jubilar? Han pasado los años y todavía no encuentro la respuesta a esa pregunta.

Tampoco la ignorancia del sistema es una explicación convincente, porque desde hace ya tiempo el gobierno nos bombardea con propagandas en la televisión sobre las ventajas de blanquear a las empleadas domésticas y nadie puede quejarse tampoco de que haya que hacer trámites difíciles y engorrosos: no hay que inscribirse en ningún lado, se llena un formulario que se baja de internet y se paga en cualquier pago fácil. Mucho más sencillo que pagar la luz o el celular.

En el caso del servicio doméstico, el trabajo en negro no se explica por los costos, ni por la falta de información, ni por la burocracia. No conozco la razón por la que sucede en la magnitud descomunal en que sucede, pero sospecho que hay también algún componente psicológico, inconciente. Poner en blanco a la empleada significa reconocerle su lugar de trabajadora con derechos. Significa que ya no tiene que estar agradecida por las cosas que le doy, porque no se las doy de bueno, sino porque es mi obligación. Significa pasar de la cultura de la dádiva generosa, a la de los derechos.

Sorbía mi café, apesadumbrado, mientras rumiaba estas cavilaciones, cuando el gerente seguidor me contó una anécdota que me alegró la mañana. Días atrás había habido una reunión de padres del colegio ubicado dentro del barrio privado. Muchas madres expresaron allí su preocupación porque –pese a que el colegio dicta las clases en inglés y castellano- sus hijos aprendían primero algunas palabras en guaraní.

La cruda realidad.
La mayoría de las empleadas domésticas son pobres (71%) y, en muchos casos, migrantes (41,3 %). Sus sueldos son bajísimos. Cobran en promedio un 34% de lo que cobran las demás mujeres trabajadoras (y un 30,6% del salario promedio de los trabajadores varones). Esta enorme brecha salarial se explica -en parte- porque el 46% de las empleadas domésticas cobra un sueldo menor al mínimo que prevén las leyes para el sector.

El 94,5% de las empleadas domésticas (casi todas) trabaja en negro. Es la actividad económica que presenta el mayor porcentaje y la mayor cantidad de relaciones laborales en negro. Sobre un total de 1.980.000 mujeres que trabajan en negro, 991.000 son empleadas domésticas (prácticamente la mitad). Sobre un total de 4.075.000 trabajadores en negro que hay en el país –varones y mujeres- 991.000 trabajan en el servicio doméstico. Más o menos uno de cada cuatro [5].

Parecería que –en materia de servicio doméstico- nadie cumple la ley.

Pero, en realidad, ¿hay ley?

La ley es tela de araña.
Para la mayoría de las empleadas domésticas no hay ninguna ley de ninguna especie. Hay un estatuto, claro, que dictó Aramburu (y que refrendaron el almirante Rojas –vicedictador- y los ministros de Ejército, Marina y Aeronáutica) en uso de su poder legislativo usurpado.

Pero ese mismo estatuto excluye de sus disposiciones a las empleadas domésticas que trabajen menos de cuatro horas por día o cuatro días por semana, lo que significa en la realidad que el 52,8% de las empleadas domésticas está fuera de esa regulación.

La mayoría de la doctrina y la jurisprudencia ha deducido de ello que esas empleadas no tienen ningún derecho a reclamar nada de sus patrones [6]. Para estas trabajadoras, aquella frase de la Constitución que dice “el trabajo en todas sus formas gozará de la protección de las leyes”, es más bien un mal chiste.

¿Y las que sí entran en el estatuto? No están mucho mejor tampoco.

El estatuto no es especialmente generoso. Los derechos que concede a las empleadas domésticas caben en un solo artículo y parecen una broma de mal gusto. Las empleadas tienen derecho a dormir nueve horas seguidas a la noche (siempre que el patrón no necesite algo con urgencia), a tomarse algunos días de vacaciones, a salir del trabajo una hora por semana para ir a la iglesia, a no trabajar un día por semana –o dos medios días- (teniendo en consideración las necesidades del patrón), a faltar si se enferman (hasta treinta días), a cobrar aguinaldo y a comer. Eso es todo.

Para despedirlas, alcanza con avisarles cinco o diez días antes y, si es durante el primer año de trabajo, no hay que pagarles nada. Si ya tienen más de un año de antigüedad, les corresponde una indemnización que es menos de la mitad que la que les corresponde a los demás trabajadores.

En cambio, su jornada no tiene límite alguno, no tienen cobertura por accidentes de trabajo [7], no cobran asignaciones familiares ni prestación por desempleo y carecen de todos los derechos que se les reconocen al resto de los trabajadores, entre ellos, el más necesario y cuya omisión resulta increíble: no tienen derecho a licencia por maternidad.

-¿Qué? –me pregunta azorada Pamela, la chica que me ayuda- ¿Usted me quiere decir que si quedo embarazada no me corresponde licencia?

Exactamente. Mientras los profesores de derecho laboral nos llenamos la boca hablando de la protección de la maternidad, la cuarta parte de las mujeres que trabajan no tiene derecho a la licencia si quedan embarazadas.

Y, ¿por qué?
Las empleadas domésticas están expresamente excluidas de la aplicación de la ley de contrato de trabajo (y de todas o casi todas las regulaciones laborales generales) y sólo algunas (menos de la mitad) tienen su mezquino estatuto especial [8].

Se suele justificar esto en dos razones. La primera, que el trabajo doméstico no es motivo de lucro para el empleador. La segunda, que las tareas domésticas se desarrollan en la intimidad del hogar.

Ambos argumentos son fácilmente refutables con datos de la realidad. Hay trabajadores cuyas tareas no significan lucro para el empleador (los trabajadores de asociaciones benéficas, por ejemplo) o cuyas tareas se desarrollan en la intimidad del hogar ajeno [9] (los enfermeros a domicilio, por ejemplo) que, sin perjuicio de ello, están incluidos en las protecciones laborales generales [10].

Pero aun admitiendo que por esas circunstancias particulares sea necesaria una regulación especial, eso no autoriza a pensar que se puede desproteger del modo en que lo hace la regulación actual. Esas circunstancias particulares justifican –por ejemplo- que exista un régimen de registración muy simplificado, pero no que la jornada de trabajo sea ilimitada.

Porque, hablemos claro, el régimen normativo actual del servicio doméstico no es una regulación especial que da cuenta de circunstancias especiales como lo son el estatuto del futbolista, el del periodista, el de encargados de edificios. El régimen del servicio doméstico es sencillamente injusto. A su lado, el estatuto de los peones rurales y el de los obreros de la construcción parecen la apoteosis misma del estado de bienestar.

La verdadera razón de la desprotección de las empleadas domésticas proviene de nuestros prejuicios patriarcales más antiguos. Las trabajadoras domésticas tienen muchos menos derechos (y en la mayoría de los casos no tienen ninguno) porque sus tareas son la más clara proyección productiva del clásico trabajo reproductivo de las mujeres y, según los paradigmas tradicionales de la sociedad patriarcal, esos trabajos no valen nada.

No es que crea que Aramburu, Rojas y sus tres comandantes se juntaron a escribir el estatuto y dijeron “vamos a hacer una ley para discriminar a las mujeres”. Creo que en la época en que se dictó el estatuto (época en que las mujeres no tenían derechos civiles) esa discriminación ya venía dada, formaba parte de las premisas indiscutibles del sentido común.

El resultado es el que vimos: un régimen normativo que objetivamente discrimina a la cuarta parte de las mujeres trabajadoras y que afecta especialmente a las mujeres más vulnerables: las pobres y las migrantes. Me parece que a la luz de los nuevos paradigmas de la conciencia política, jurídica y cultural, la situación se ha vuelto inaceptable.

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[1] Bueno es recordar que la patria potestad compartida –y la igualdad jurídica de los cónyuges en todo sentido- ya había sido establecida en la Constitución de 1949, derogada por la dictadura militar de 1955. Vuelta por poco tiempo la democracia en 1973, el Congreso volvió a establecerla, pero la ley fue vetada por la primera presidenta mujer que hubo en la Argentina. Finalmente, fue impuesta a través de la ley 23.234, sancionada durante el gobierno de Alfonsín.[2]El Indec clasifica las actividades económicas en los siguientes ítems: Actividades primarias; Industria manufacturera; Construcción; Comercio; Hoteles y restaurantes; Transporte, almacenaje y comunicaciones; Serv financieros, inmobiliarios, alquileres y empresariales; Enseñanza; Servicios sociales y de salud; Servicio doméstico; Otros servicios comunitarios, sociales y personales; Otras ramas y Sin especificar[3]A menos que se indique lo contrario, todos los datos estadísticos volcados en este artículo provienen de la Dirección General de Estudios y Estadísticas Laborales del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, se basan en la Encuesta Permanente de Hogares (INDEC) correspondiente al cuarto trimestre del año 2004 y pueden consultarse libremente en internet en el sitio del MTEySS.[4] Aunque, como bien se aclara en “Diagnóstico sobre la situación laboral de las mujeres.
Segundo trimestre de 2005”, elaborado por la Subsecretaría de Programación Técnica y Estudios Laborales del MTEySS , “Si se toma el servicio doméstico en sentido estricto, considerado el tipo de tareas desarrolladas y no ya la distribución por ramas de actividad, el total de ocupadas en estas tareas son mujeres”[5] Los datos sobre el trabajo en negro volcados en este párrafo surgen de la serie histórica denominada “Empleo no registrado según sexo, grupos de edad, posición en el hogar, nivel de instrucción, ramas de actividad, tamaño del establecimiento, calificación de la tarea y horas trabajadas, excluyendo beneficiarios de planes de empleo” y se basa en los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (INDEC) correspondiente al primer trimestre del año 2007. Los datos pueden consultarse libremente en el sitio en internet del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos.[6] El razonamiento que se sigue me resulta igualmente un poco raro. Puesto en palabras sencillas es más o menos éste: Si trabajan menos de cuatro horas por día o menos de cuatro días por semana, están fuera del estatuto. Si están fuera del estatuto, se aplica el régimen del contrato de locación de servicios regulado en el Código Civil. Si se aplica la regulación civil del contrato de locación de servicios, no tienen derecho a reclamarle nada al patrón si las echa sin motivo. Me parece que la última de esas premisas no justifica la conclusión final. Los artículos 1204, 1637, 1642, 1643 y 1644 del Código Civil –entre otros- dan suficiente sustento normativo como para entender que el patrón que echa a su empleada sin justificación debe indemnizarla por el perjuicio sufrido.[7] El artículo 1 del decreto 491/97 (1997) incorporó a las empleadas domésticas al régimen de la ley de riesgos del trabajo, pero supeditó dicha incorporación a que la Superintendencia de Riesgos del Trabajo la reglamentase. Doce años después, la reglamentación sigue sin dictarse y las empleadas domésticas siguen sin cobertura.[8] Para un análisis jurídico profundo de la inconstitucionalidad de la exclusión de las trabajadoras domésticas de la LCT y de muchos aspectos del estatuto especial, remito a la lectura de los excelentes trabajos de Irilo E. C. Carril Campusano “Estatuto del personal de servicio doméstico. Algunas dudas. Algunas Certezas” –ponencia presentada en el Foro Permanente de Institutos de Derecho del Trabajo de los Colegios de Abogados de la Provincia de Buenos Aires, 2009- y de Eduardo E. Curuchet y Diego A. Barreiro “Discriminación y control de constitucionalidad estricto (El caso del trabajo doméstico remunerado)”, publicado en el libro "Derecho del Trabajo y Derechos Humanos" (Luis Enrique Ramirez, Coordinardor) de la editorial BdeF, octubre de 2008 pag. 155 a 196[9] El caso de los trabajadores que no realizan tareas del servicio doméstico pero prestan sus servicios en hogares particulares da también algunas pistas para pensar. También en este caso el incumplimiento de las normas laborales y previsionales es muy alto (el trabajo en negro alcanza al 79,5%), pero –así y todo- es muy inferior al caso de las empleadas domésticas (el trabajo en negro alcanza al 94,5%).[10] De todos modos, esa no es la mejor refutación. Entre las muchas que pueden ensayarse –y en las que no me detendré porque este artículo no puede ser eterno- me gusta aquella que cuestiona la ausencia de lucro (el empleador del servicio doméstico gana dinero en el tiempo que ahorra gracias a que la empleada hace las tareas domésticas), porque amenaza con desnudar nuestros prejuicio ninguneadores de las tareas del hogar.

La promesa de la marca política Macri y la actual adhesión al macrismo




Por qué a pesar de la profunda recesión, caída del nivel de vida, aumento del desempleo, cierre de fábricas y comercios, y mal humor generalizado, Macri, según las encuestas, cae pero retiene un importante caudal de adhesiones?


La promesa de la marca política Macri, planteaba evitar la continuidad del kirchnerismo en el poder. El votante macrista no pensaba que “cada día ibamos a estar un poquito mejor” o “no vas a perder nada”. El votante macrista creía en lo que desde el PRO llamaban campaña del miedo. Por eso los índices de apoyo bajan, pero se sostienen en una base alta a pesar de la recesión, caída abrupta del nivel de vida, desempleo, inflación, tarifazos, etc.

Las promesas de campaña no se cumplieron, la promesa de la marca si. 


La Promesa de la marca politica Macri, es la garantía de que el kirchnerismo no sea gobierno.
El rechazo al kirchnerismo y el miedo a la vuelta de Cristina es clave en la actual adhesión al Pro.

Cuando los votantes de Macri repiten “no vuelven más”, estan volcando el verbatim del miedo. Nadie dice “Menem no vuelve más” porque a nadie se le puede ocurrir que Menem pueda volver, o De la Rúa, con el kirchnerismo la no certidumbre es grande y directamente proporcional al miedo en los que lo rechazan intensamente.

Las cuatro variables a tener en cuenta de cara al futuro inmediato son

a) el trade off malestar-rechazo al kirchnerismo

b) resignificación y reordenamiento del peronismo

c) la resignificación y cambio de anclaje de las marcas políticas kirchnerismo, CFK, etc

d) marca política Massa y su construcción electoral



Por Rubén Weinsteiner

Una de los interrogantes que le hace ruido a analistas, periodistas más o menos independientes, políticos y a la gente en general, tiene que ver con la aparente contradicción entre el humor social y las percepciones socioeconómicas negativas y el apoyo robusto y sólido que muestran las encuestas, retiene el macrismo.



El macrismo llegó al gobierno, desde su propio desarrollo (excluimos para este análisis los errores, debilidades y falencias, de su adversario) sobre la base de 4 factores fundamentales. Dos de orden estrictamente político y dos ligados a la comunicación política.

Factores de orden político

a) El alquiler del despliegue territorial del radicalismo, sin el cuál Macri se hubiera bajado como lo hizo en el 2003, 2007 y 2011.

b) El apoyo total y sin fisuras de los grupos Clarín, La Nación y Vila-Manzano, y sus periodistas.

Factores de comunicación política:

c) Poder juntar a todos los que adversaban al kirchnerismo en un mismo campamento, que se erigiera en continente de heterogeneidades intensas, unidas por ese rechazo. Cosa que no pasó ni en 2007 ni en 2011.

d) Poder sustituir el anclaje de la marca política Macri, ligada atributos como: la patria contratista, corrupción, derechoso, menemista, neoliberal, que impedía que sujetos de elección que se definían como “progres” lo votaran.



Cuál es el voto macrista puro? Sin duda el de las PASO. Ante todas las opciones ese 24 % que optó por Macri es un voto duro, con una lealtad intensa.

A ese voto duro de las PASO, debemos sumarle los casi 10 puntos que se incorporaron en la primera vuelta, heredados de Sanz y Carrió. Ese 34% es la base que se sostiene sólida apoyando sin fisuras y “pase los que pase” (?) al macrismo.


Transcurrió un año y las percepciones como dijimos son negativas. Podemos diferir en las opiniones con respecto al pasado o al futuro, pero la lectura del presente nos impone una mirada de preocupación.

Los salarios han perdido 15 puntos frente a la inflación, ha aumentado el desempleo llegando a los dos dígitos, aumentó la pobreza, la indigencia, cerraron muchas PYMES, las changas están en estado crítico básicamente por la caída de la construcción y la industria textil, el consumo cae mes a mes, el mega endeudamiento no parece mover la aguja, el contexto internacional, Brasil, China y Trump no ayudan y la gente lo siente en el día a día. “No hay un mango en la calle” “no se vende nada” “cierran empresas, negocios, restaurantes”, “cada vez hay más locales vacíos”, son frases que escuchamos a diario, que transmiten, preocupación, estrés y miedo.

La comunicación macrista, muy eficaz en campaña, cometió muchos errores en la gestión. Por ejemplo el abuso de las promesas defraudantes de corto plazo. Promesas como que no van a subir los precios porque están anclados al blue, o que los retrotraer a noviembre, o que en el segundo semestre arranca todo, o en el tercer trimestre, o en el cuarto, o en marzo de 2017, o la lluvia de inversiones, el shock de obra pública, etc.

Las promesas defraudantes de corto plazo, tienen un efecto boomerang, porque funcionan como placebo un tiempo, pero luego generan desconcierto, desconfianza y angustia, debilitando a la marca política emisora de esas promesas.

Volviendo a la contradicción inicial, muchos se preguntan porque, si el macrismo no cumplió las promesas de campaña,  como por ejemplo eliminar totalmente el impuesto a las ganancias, mantener el fútbol para todos, un millón de créditos hipotecarios, 500.000 puestos de trabajo en turismo, sostener el consumo y el empleo, entre otras, sigue teniendo el apoyo que muestran las encuestas.

Porqué si el 99% de sus votantes vive bastante peor que hace un año, se sostiene el respaldo en valores relativamente altos teniendo en cuenta el escenario.

Esa supuesta contradicción interroga acerca de, como puede ser que si la situación objetivamente empeoró, las perspectivas son inciertas y las promesas de campaña se incumpleron, muchos de sus votantes sigan bancando.

Esa supuesta contradicción responde a una lógica de análisis que poco tiene que ver con la estructuración del sistema de preferencias de los sujetos políticos


Corrupción y queja moral

La decencia no es dato importante para el elector argentino cuando se siente económicamente bien, pero recurre a ella para acusar desde un pedestal moralizador al gobernante que ya le fastidia. Ocurrió con el menemismo, cuyos casos de corrupción sólo importaron al final de su ciclo. Con De La Rua, que no tuvo cosas buenas que mostrar, ocurrió de inmediato apenas se conoció el escándalo de las coimas senatoriales vía banelco.

Con el kirchnerismo fue la principal bandera de la oposición, descartándola esta inmediatamente al llegar al gobierno.
La crítica moral es una crítica al ser, no al hacer. vos SOS corrupto, no es que tenes prácticas corruptas.


Al ciudadano argentino no le preocupa que se robe, sino quien robe. Porque la queja moral es una herramienta de marketing político, para castigar al que no se quiere.

Muchas veces vemos que nos molesta la corrupción de A, pero no la de B, entonces, nos molesta la corrupción? O nos molesta dependiendo de quien sea el corrupto? O bien la utilizamos solo como herramienta para castigar a quien no nos gusta?

Porqué las denuncias de corrupción no funcionan con los adeptos?

Luego del derrocamiento de Perón, los militares prohibieron pronunciar las palabras Perón, peronismo, Evita y los medios revelaban con prolija frecuencia y periodicidad, hechos de corrupción del ‘tirano prófugo’, (forma autorizada por la censura para nombrar a Perón) ilustrando esas revelaciones con exposiciones de las joyas de Evita, y demás tesoros de los funcionarios del gobierno derrocado.

La campaña contra Perón, además de la corrupción, incluyó acusaciones de pedofilia, y el señalamiento acerca de qué, su amistad con el boxeador de los Estados Unidos, Archie Moore, tenía que ver con una relación homosexual (estamos hablando de la década del 50). En las calles de Buenos Aires apareció un grafitti que decía: “puto y ladrón, igual queremos a Perón”.


Sistema de preferencias

Cuando se piensa en la transacción campaña-voto, se tiende a priori, a analizar el equipaje de propuestas y promesas, que se desplegarán con el objeto de resultar elegible. Ningún votante hace un excel para votar, la estructuración del sistema de preferencias a la hora de definir un voto o una adhesión, poco tienen que ver con las propuestas concretas y racionales que se hagan. La competitividad electoral muy poco tiene que ver con el listado de propuestas.

Solo el 15% del sistema de preferencias se articula de manera racional, funcional, y analítica, con una estructura de secuencia lógica que se define en el cortex o corteza cerebral, que es la sede de la razón, la herramienta lógica que usamos para ver el mundo.

Es el que define menos, pero es el emisor, el que habla, por eso nos parece que define todo.“Voto al candidato C, porque promete mejor transporte público, porque promete incentivar el empleo, porque es inteligente y culto” “voto al candidato porque C porque es honesto” “Es un gran economista”.

El listado de propuestas, los discursos y las consignas operan fuerte en el cortex, pero como dijimos solo determinan el 15% del proceso de decisión.

El 30% del sistema de preferencias se define en el sistema límbico o cerebro emocional, centro de la afectividad. Es aquí donde se procesan las emociones (penas, tristezas, angustias o alegrías). “Voto al candidato A porque me emociona” “está comprometido con la tolerancia” “es sensible con los que menos tienen”, “es un genio” “es de los míos”. Los jingles, las canciones y los slogans operan fuerte aquí.
Aquí se ubica la empatía, “el es como yo”.

El sistema límbico o cerebro emocional, también llamado “cerebro medio”, está justo debajo de la corteza cerebral y comprende el tálamo, hipotálamo, el hipocampo y la amígdala cerebral . Estos centros funcionan en todos los mamíferos, siendo el asiento de movimientos emocionales como el temor o la agresión. Y en el ser humano éstos son los centros de la emoción.

El sistema límbico es considerado también el centro de recompensa, por lo que se ve afectado en el caso de las adicciones. Ese centro de recompensas es el que se puede alinear con la ritualidad emotiva, con lo que emociona, hace llorar, reir enojarse, indignarse etc.
Camuflado detrás de los 2 sectores ya mencionados y responsable del 55% de la constitución del sistema de preferencias, se encuentra nuestra fase más primitiva, el cerebro reptil.
El 55% del sistema de preferencias del sujeto de elección, se juega en la parte más primitiva de nuestro cerebro, lo que llamamos reptiliano. La zona cerebral que se encarga de los instintos básicos de la supervivencia: guarida, comida, salud, deseo sexual, reproducción, seguridad, venganza, codificaciones amigo-enemigo, respuestas pelea-huye, el futuro, la muerte etc.


El Reptiliano es lo que le aseguraba a nuestros antepasados la supervivencia. Es que nos decía cuando podíamos quedarnos y cuando teníamos que huir, cuando podíamos relajarnos, y cuando teníamos que luchar, donde y cuando podíamos conseguir comida, guarida y pareja, como cuidar y defender a los hijos, y cuando debíamos abandonar un lugar para buscar otro.

La protección, la venganza, la seguridad, el poder, la supervivencia y los hijos, son ejes centrales en el metadiscurso reptiliano.

Gran parte del comportamiento humano se origina en esta zona, profundamente enterradas en el cerebro, son las mismas que en un tiempo dirigieron los actos vitales de nuestros antepasados.
El reptiliano busca, guarida, alimentación y educación y salud para la cría. El reptiliano se conmueve cuando el candidato lo toca, come y baila. Tocar, comer y bailar, tiene que ver con rituales tan primitivos como el reptiliano, son rituales atávicos, a través de los cuales el reptiliano decodifica, cercanía, “amigo” y no “enemigo”, y predispone al 45% restante compuesto por el cortex y el límbico, para recibir con buena predisposición los mensajes específicos.
Este cerebro primitivo de reptil se remonta a millones de años y aún dirige parte de nuestros mecanismos para cortejar, casarse, buscar hogar y seleccionar dirigentes.

La promesa de la marca política


La marca política es un dispositivo disparador de significados a la mente de los votantes, que se articulan en una promesa de marca que les da sentido.

La promesa de la marca política, es lo que ésta comunica que hará por sus votantes. O, dicho de otro modo, lo que sus votantes perciben que pueden esperar de ella.

Esa promesa debe ser relevante para los votantes y diferente a las de los competidores. Esa diferencia, debe ser visible y notable para los diferentes segmentos, interpelados por la marca política.

El votante adulto va al mercado de las marcas políticas a resolver problemas y a satisfacer necesidades, y lo hace en un marco de clivajes y creencias muy instalados que funcionan emocionalmente en piloto automático. Convicciones, amores, odios, tradiciones y prejuicios, articulados en historias personales e internalizados en anclajes emotivos, que no son cuestionados a la hora de recrear el sistema de preferencias.

La promesa de la marca política Macri, no fue la expresada en los discursos de Macri, en el debate o en los spots de campaña. La promesa de la marca política Macri fue otra.

La promesa de la Marca política Macri, fue desalojar al kirchnerismo del poder. El poder ganarle al kircherismo es el atributo mayor, principal y casi único de la marca política Macri.

Durante los últimos años por diversos motivos fue aumentando la polarización y el rechazo extremo de un campamento hacia el otro.

Las expresiones que podíamos escuchar en los cacerolazos, o que leemos hoy en las redes sociales, tanto desde identidades truchas de call center como reales, nos muestras la intensidad del rechazo a ambos lados de esta asimétrica grieta.

El votante de Macri no era indiferente a “la campaña del miedo”, simplemente no le importaba, porque la promesa de la marca política Macri era: “voy a sacar al kirchnerismo del poder”.

Esa promesa no fue defraudante y se sostiene.

Los porqué del rechazo al kirchnerismo, son variados y complejos. Rechazo al estilo, actitudes, la guerra contra Clarín, que hizo que el grupo hiciera según las palabras de su Blank “periodismo de guerra”, y desatara una feroz campaña de erosión de la imagen del gobierno k.

Junto con eso el miedo a la movilidad ascendente de la otredad, los alineamientos internacionales, el discurso entre otros factores que generaron adhesiones y rechazos.


En todo caso la promesa de la marca política Macri de ser el garante del no retorno del kirchnerismo, es la motivación más importante y a medida que la situación económica y social se va deteriorando, se constituye en la única, por ahora sólida y fuerte, pero la única.

El macrismo lo sabe, y cada vez que los problemas se agravan recurre a esa promesa. Al día siguiente de los Panamá Papers, o de las denuncias contra Aranguren, aumento de la inflación, desempleo, recesión, conflictos graves, o de algún informe de la UCA, siempre viene un nueva movida judicial contra Cristina o Scioli, aparecen los bolsos de López, o aparece Báez.

Aún cuando sea la principal fortaleza de la marca política Macri, el abuso, gasta la promesa, sobre todo en el #votojoven, más labil y con menos tabúes.
En los segmentos que menos funciona la promesa de la marca política Macri, es en los segmentos del #votojoven, allí el voto anti, pierde fuerza, en el voto joven la identificación no es tan rígida, y difícilmente se construya por oposición, a la vez se impone cuestionar los tabúes parentales. Es así como muchos hijos de los más acérrimos antiperonistas se hicieron peronistas con Perón en el exilio, y lo votaron en el 73.

Las elecciones modernas salvo casos aislados, se definen por diferencias pequeñas, por eso es tan importante la microsegmentación por variables blandas por estilos de vida, por marcos de pertenencia y pertinencia, en definitiva, lo que la que la gente hace, más que lo que la gente es.

Los segmentos constituidos por variables blandas se ordenan como el resultado de una articulación de demandas. Las personas demandan cosas y los que demandan las mismas cosas se agrupan funcionalmente en microsegmentos aunque sean muy diferentes entre sí, determinando cruces a veces disruptivos, que plantean escenarios novedosos y lleno de oportunidades.

Un segmento de 1 % en una competencia de 2, determina, por desplazamiento 2 puntos, en definitiva lo que puede llegar a definir la próxima elección de 2017.

Hay que ver como va a operar el trade off entre la fortaleza de la promesa de la marca política Macri, y el deterioro de la situación económica, la unificación o no de la oferta peronista, la resignificación de la imagen del gobierno anterior en los sectores lábiles, la oferta de terceros partidos como el de Massa, y fundamentalmente la ingeniería de microsegmentación de mensaje y promesa de marca política de cada espacio, para construir votos.



Rubén Weinsteiner

Tras las elecciones, se desaceleró el consumo minorista

Las ventas en autoservicios cayeron 0,6% en noviembre y 0,7% en diciembre. Perspectivas para 2018.



El consumo minorista en el último trimestre de 2017 se estancó según se desprende de un informe de la consultora Focus Market sobre el estudio de los tickets de ventas en supermercados controlados mediante la tecnología de Scentia Scanntech.


Si bien como todos los años el consumo en diciembre registró un fuerte aumento respecto de noviembre por las fiestas, mostró una retracción en todos los segmentos salvo en grandes superficies. El último informe de Kantar Worldpanel destaca que los mayoristas lograron atraer en 2017 a casi 500 mil clientes, la mayor expansión de la que se tenga registro. "Fueron los claros ganadores de este año", dijo Damián do Pace, autor del informe.

Así, mientras las grandes superficies (hipermercados) lograron un aumento de las ventas del 1,2% en diciembre respecto de igual mes de 2016, al tomar el conjunto de las ventas en supermercados de autoservicio de todas las superficies (comercios de cercanía, súper e hipermercados) el consumo se retrajo 0,6% interanual.



De esta forma, el consumo en autoservicios cayó, en el promedio anual 3,1%, lo que se suma a una caída en 2016 del 4,5%. En el análisis por rubro, Di Pace aclaró que "Perecederos+Frio, Higiene+Cosmética y Bebidas con Alcohol evidenciaron un crecimiento con respecto a Diciembre de 2016, siendo bebidas con Alcohol la única que cerró el 2017 positivo, con un alza del 2.8% para todo el 2017".



Si se mira la evolución en el tiempo se observa que la peor contracción interanual se registró en agosto de 2016 con una caída del consumo de 8,1%. Desde ese entonces, con altibajos, la serie muestra caídas cada vez más chicas hasta julio y agosto de 2017, con mermas del 2,5% y 2,8% respectivamente. En septiembre, un mes antes de las elecciones -y en auge con los créditos Argenta- el consumo registró la primera variación positiva interanual (0,4%) desde febrero de 2016.



Ya en octubre, el consumo volvió a las variaciones interanuales negativas: -3,3% en octubre, -0,7% en noviembre y -0,6% en diciembre. De esta forma, en el tercer trimestre, en coincidencia con el fin de la campaña electoral, el consumo volvió a estancarse, producto de gastos creciendo a un ritmo más modesto (19,1% interanual) contra precios que empezaron a subir a cada vez mayor ritmo (19,3% en octubre, 21,3% en noviembre y 21,4% en diciembre).



Esta retracción en el consumo minorista es coincidente con la caída en la imagen del Gobierno luego de las elecciones del pasado 22 de octubre. Como consignó LPO, a partir de un estudio de la consultora Synopsis, la inflación y el futuro de la economía crecen como las principales preocupaciones de los argentinos, mientras que el desempleo también se establece como uno de los temores de la opinión pública.



El estancamiento se registró principalmente en una de variables que sigue el estudio de Damián Di Pace: la cantidad de tickets (-2,2% en diciembre y -4,2% en el promedio de 2017). La cantidad de unidades por ticket tuvo un fuerte incremento en los últimos tres meses y terminó el año en 5 unidades cuando el promedio anual fue de 4,7, mientras que el valor promedio de los tickets subió 22,6% en términos nominales, debajo del 24% del aumento de los precios relevado por Scanntech.



Así, en realidad el ticket promedio terminó ajustando debajo de la inflación, que fue del 24,8% a nivel general para el Índice de Precios al Consumidor que mide el Indec a nivel nacional, pero ligeramente por encima del 20,4% que registraron las estadísticas públicas exclusivamente para su canasta de Alimentos y Bebidas no alcohólicas



'Se observa la restricción del gasto por una persepectiva de aceleración de la inflación, cuando ya la pérdida de poder adquisitivo de 2017 respecto a 2016 fue del 4%', explicó Damián Di Pace.

Con las grandes cadenas en expansión en el último trimestre-pero aún en caída en términos interanuales-, el grueso de la retracción del consumo minorista obedece a lo ocurrido en comercios de cercanía y supermercados independientes: 2017 registró una caída interanual del 4,5% en las ventas, producto de un aumento del 19,6% en la facturación contra una inflación del 24%. Esta caída fue más marcada en el interior (-4,8%) respecto del Gran Buenos Aires (-4%).



En el análisis por rubros se observa que lo que más cayó fue el consumo de alimentos, que se retrotrajo 5,6%, mientras que lo que menos perdieron fueron las ventas de artículos de cuidado personal, que mermaron 2,9%.



Por el contrario, "Al realizar un análisis exhaustivo por canales observamos que el consumo en grandes superficies comerciales evidencia un crecimiento de 1,2 % con respecto a Diciembre 2016, cerrando el 2017 con una retracción de -2.8% a total Nacional", destalló Di Pace en su informe.

Perspectivas para 2018

"En el primer cuatrimestre vamos a ver mucha fluctuación en las categorías de consumo en la medida en que las familias van a destinar más del gasto hogareño a servicios, por el aumento de las tarifas, que antes se destinaba a la compra de bienes. Se repite el contexto de salarios viejos con tarifas nuevas", resumió Di Pace a LPO.

"Para los ocho meses restantes va a ser una variable clave lo que suceda con las paritarias y con la desinflación lograda. Este es un gran desafío porque pasada la primera parte del año en la que impacta con más fuerza la suba de precios regulados, se va a saber si van a alcanzar la meta del 15% anual. El recorrido del consumo de ahí en adelante puede ser muy fluctuante de acuerdo a cuánto se desinfle y cuánto poder adquisitivo se recupere en la segunda mitad del año. De momento, las expectativas de los consumidores sigue en 20% anual -según el relevamiento de la UTDT-, lo que está muy por encima de la meta", agregó el especialista en consumo.

"Actualmente se observa la restricción del gasto por una persepectiva de aceleración de la inflación, cuando ya la pérdida de poder adquisitivo de 2017 respecto a 2016 fue del 4% según datos del FMI en base al Indec. En adelante la cuestión va a ser muy heterogénea: para las economías regionales las paritarias difícilmente cierren en 15% cuando lo que se está negociando es a lo suma preservar la fuente de empleo. Similar es el caso del sector textil y del calzado, afectados por un mundo más proteccionista y los problemas de competitividad de la economía Argentina. Distinto es el caso de la construcción, las energías renovables, las telecomunicaciones y los agronegocios que vienen creciendo por encima del promedio del PBI", adelantó Di Pace.

Netflix y Amazon van a la guerra


(Bloomberg / David Paul Morris)

Desde fuera, Amazon y Netflix son las principales compañías de streaming que cuentan con presupuestos masivos y grandes ambiciones para hacer su propia marca en Hollywood. Pero su batalla por el poder y el prestigio en el negocio cinematográfico ha puesto de manifiesto dos maneras de distribuir las películas al público: uno está tratando de imitar el modelo de Hollywood y otro muy diferente.

Durante años, los principales estudios cinematográficos han confiado en un sistema para exhibir una película en los cines y después lanzar un DVD o una descarga. La "ventana", el término con que se conoce en la industria, supone un auténtico cajero automático para Hollywood. Durante un estreno en salas, las audiencias son atraídas a la taquilla ya que, sino, no podrán ver la película hasta dentro de tres meses. Esa "ventana" garantiza que las ventas de DVD y de pago por visionado (pay per view) no compitan directamente con la venta de entradas. Por eso, se realiza de forma escalonada.



Para Netflix, la "ventana" de Hollywood es un anacronismo, es decir, un sistema antiguo que sirve para los bolsillos de los propietarios de teatro, distribuidores y estudios más que a los clientes del siglo XXI conectados a Internet. Al igual que el paquete tradicional de televisión por cable, los analistas dicen que esa "ventana" forma parte de un aparato económico que depende de un ecosistema de negocios ya instalado, pero también sostienen que es un modelo que no ha evolucionado junto a los cambios masivos que ha habido en la cultura de los medios y el comportamiento del consumidor. "Las salas de cine son la próxima compañía de cable", auguró Ross Gerber, presidente y director ejecutivo de Gerber Kawasaki, una firma de administración de inversiones y riqueza.





En 2015, Netflix lanzó su película de USD 12 millones, Beasts of No Nation, que debutó en algunos teatros al tiempo que lo hacía en su plataforma de streaming. Esta medida enojó a las salas de cine y algunas de ellas se negaron a proyectar el largometraje. La compañía de Los Gatos, en California, plantea hacer lo mismo con algunas de las cuarenta películas que quiere estrenar antes de final de año.

"No somos anti-salas de cine, somos anti-'ventana'", confesó el portavoz de Netflix, Jonathan Friedland.

Beasts of No Nation generó mucha expectación y ganó varios premios, pero la cinta generó menos de USD 100,000 en taquilla, según datos facilitados por Mojo.

Por el contrario, el apoyo de Amazon al sistema tradicional se puso de manifiesto en el mayor escenario de Hollywood, durante los premios de la Academia de 2017. Fue allí donde la filial de video del gigante tecnológico ganó dos Oscar por Manchester by the Sea, una película cuyos derechos compró por USD 10 millones.



A diferencia de Netflix, Amazon defiende el modelo de distribución de Hollywood permitiendo que las películas se pasen exclusivamente en auditorios y que, más tarde, se pongan a disposición de los suscriptores de la plataforma. Manchester by the Sea estuvo en cartelera durante más de cinco meses antes de que estuviera disponible en Amazon. La película generó más de 47 millones de dólares en Estados Unidos (Jeffrey Bezos, director ejecutivo de Amazon.com, es también dueño de The Washington Post).

Bob Berney, director de marketing y distribución de Amazon Original Movies, aseguró que utilizaban este método tradicional con el objetivo de generar críticas, conciencia pública, exposición y reconocimiento de los cineastas. "Consideramos que es importante para nuestros clientes, los clientes de Prime, que quieren películas que han sido ampliamente distribuidas en las salas de cine", expresó. Es por esa razón que Amazon no tiene, por ahora, planes de acabar con la famosa "ventana".

Aunque Amazon parece que está jugando un buen papel dentro del sistema de Hollywood, la compañía valorada en USD 500 billones de dólares es menos dependiente que Netflix para generar más ingresos a costa de la industria de Hollywood y así crecer y triunfar. El negocio de Amazon no es el cine o el video, es tan solo un minorista en línea. Sin embargo, Netflix, cuya capitalización de mercado es de USD 90 billones, vivirá o morirá en función de su contenido y si los ingresos por suscripción pueden soportar las grandes inversiones que se están haciendo en el contenido. Netflix prevé gastar USD 6 billones en contenido original mientras que Amazon pretende hacerlo con USD 4.5 billones.