"¡Muerte al dictador!": los cantos de los iraníes en las mayores protestas desde 2009

Se cumple el cuarto día de protestas en al menos 40 localidades del país. Donald Trump advirtió que "Estados Unidos está mirando" por posibles violaciones a los derechos humanos



La situación en Irán se recrudece minuto a minuto cuando se cumple el cuatro día de protestas en al menos 40 localidades por los bajos salarios y la pérdida de poder adquisitivo en las clases bajas, y que anoche dejaron al menos dos muertos en un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad.



"¡Muerte al Dictador!", "¡Muerte a Rohani!" fueron las consignas que se alzaron en las últimas horas contra el líder del país, el ayatollah Ali Khamenei.



Se trata de la protesta más grande desde las de 2009, cuando denuncias de fraude desembocaron en grandes manifestaciones en distintas localidades y también en la capital, Teherán.


Esta mañana, el régimen iraní, a través del ministro del interior Abdolrahman Rahmani Fazli, advirtió que "quienes dañen la propiedad pública, interrumpan el orden y violen la ley deben ser responsables de su comportamiento y pagar el precio".



En tanto, Donald Trump publicó en su cuenta de Twitter un mensaje donde advierte al dirigente iraní que Estados Unidos "está mirando de cerca". El presidente norteamericano ya se había expresado ayer en la red social desde donde criticó la "opresión del régimen".



(@realDonaldTrump)



Las primeras víctimas que se registraron en los disturbios en la ciudad de Doroud, luego de que la policía antidisturbios abriera fuego contra un grupo de personas para contener a los manifestantes que, según indicaron desde esa fuerza, intentaban ocupar la oficina del gobernador local.



"El sábado por la noche hubo una protesta ilegal en Dorud y varias personas salieron a las calles respondiendo al llamamiento de grupos hostiles, lo que provocó enfrentamientos", explicó Habibollah Khojastehpour a la televisión oficial, aunque no explicó las circunstancias las circunstanicas de las muertes.

Se fue el ministro de los despidos en Brasil

Renunció Ricardo Nogueira a la cartera de Trabajo cuando las cesantías superan a los nuevos empleos

Desde la entrada en vigor en noviembre de la reforma laboral del gobierno de Michel Temer, que legalizó el empleo irregular y redujo el costo de las indemnizaciones, hubo 12 mil despidos más que nuevas contrataciones en Brasil.


El gobierno argumentó motivos personales al presentar la dimisión de Ronaldo Nogueira, pero los números no lo ayudaron.


El ministro de Trabajo de Brasil, Ronaldo Nogueira, renunció ayer al cargo, horas después de que datos oficiales revelaran que los despidos superaron a las contrataciones en noviembre en 12.000 puestos, tras la entrada en vigor de la reforma laboral del gobierno de Michel Temer, que legalizó el empleo intermitente y redujo el costo de la indemnizaciones.

En un comunicado oficial, enviado, el gobierno informó que Nogueira, quien pertenece al conservador Partido Laborista Brasileño (PTB), argumentó motivos personales al presentar su dimisión. El PTB, aliado del presidente Temer en el gobierno, anunció que el diputado por el estado de Maranhao Pedro Fernandes, un aliado del ex presidente José Sarney, asumirá el cargo en Trabajo, y aseguró a través de su presidente, Jovair Arantes, que Nogueira deja el ministerio para disputar su reelección como diputado en los comicios de octubre.

La dimisión se conoció horas después de la difusión de las mediciones del mercado laboral tras el primer mes en vigencia de la reforma que impulsó el gobierno. En noviembre se rompió una racha positiva de creación de empleo de siete meses consecutivos, debido a que 12.292 puestos de trabajo fueron cerrados en Brasil, resultado de la ecuación entre las contrataciones, que fueron 1.111.798 y los despidos, que sumaron 1.124.090, según datos del Ministerio de Trabajo.

El número quedó lejos de una visión positiva que esperaban los analistas del mercado financiero, que pronosticaron la creación de 26.600 puestos de trabajo con la reforma laboral, según el diario económico Valor.

En la comparación con años anteriores, el saldo negativo de noviembre de 2017 es mejor que el del mismo mes de 2016 y 2015, cuando se perdieron 116.747 y 130.629 trabajos formales, respectivamente, en medio de una profunda recesión económica, indicó el Registro General de Empleados y Desempleados (Caged) del Ministerio de Trabajo.

En esos dos años, el Producto Bruto Interno de Brasil se encogió más del siete por ciento, algo que no ocurría desde la década de 1930.

Esta base no mide el desempleo, algo que registra el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), que indicó en octubre una desocupación del 12,5% de la población económicamente activa.

Según el Ministerio de Trabajo, siete de ocho sectores de actividad económica tuvieron eliminación de puestos de trabajo en noviembre, siendo el comercio, apenas, empujado por el furor del Black Friday, el único segmento que tuvo más contrataciones que despidos. La nueva ley laboral permitió, informó el Ministerio de Trabajo, la contratación de 3.067 empleados vía contratos intermitentes (por horas, apenas cuando el empleador requiera) y 231 mediante contratos a tiempo parcial.

El resultado fue el peor desde marzo pero para el ministro de Trabajo, Ronaldo Nogueira, “no significa la interrupción del proceso de recuperación del crecimiento económico del país”.

En el acumulado del año, fueron generados 299.635 empleos como saldo de la ecuación entre despidos y contrataciones. Pero, en la comparación interanual, había en noviembre de 2016 (38,79 millones) más empleados registrados que el mes pasado (38,62). “Los resultados de la reforma laboral serán recogidos en 2018”, dijo el ministro Nogueira, que citó la perspectiva de economistas y del gobierno de un crecimiento del PBI el año próximo año de entre 3% y 3,5%.

La reforma laboral, que quebró la legislación de 1943, fue la gran conquista del oficialismo en la agenda parlamentaria de 2017. La nueva ley entró en vigor el 11 de noviembre y recibió el aliento de la Federación de Industrias del Estado de San Pablo (Fiesp), la entidad cuyo presidente, Paulo Skaf, es dirigente del Movimiento de la Democracia Brasileña (MDB), el partido de Temer.

El gobierno se encuentra negociando los apoyos para otra reforma para la cual necesita modificar la Constitución, la previsional, con sesión marcada en la cámara baja para el 19 de febrero. La reforma necesita de 308 votos de los 513 de la Cámara de Diputados y hasta este fin de año el gobierno no llegaba a ese número.

El ministro de la Secretaría de Gobierno (Articulación Política), diputado Carlos Marún, dijo que los gobernadores que busquen financiación de los bancos públicos deberán ordenar a los parlamentarios de sus estados a votar la reforma previsional.”El gobierno espera que aquellos gobernadores que tienen recursos liberados actúen con reciprocidad con la ley jubilatoria. Esto es una cuestión de vida o muerte para el país”, dijo Marún. Ante el alboroto de la declaración, el ministro negociador aclaró: “No entiendo que sea chantaje trabajar a favor de algo tan importante como la modernización del sistema previsional”.

En el top 50 de las cotizadas del mundo, Apple, Google, Microsoft, Amazon y Facebook son las cinco compañías más valiosas

EL TOP 50 DE LA BOLSA

Las grandes tecnológicas agigantan su poder a través de la Bolsa.


No hay quien mueva en la Bolsa a los titanes tecnológicos de Estados Unidos. Copan todos los primeros puestos del listado de las 50 compañías más valiosas del mundo al terminar 2017. Apple, Google, Microsoft, Amazon y Facebook han visto subir a doble dígito su valor en el mercado en un ejercicio marcado por una euforia en Wall Street que las ha hecho todavía más poderosas. Lejos quedan los años en los que el oro negro y las materias primas movían los parqués del mundo. Algunas petroleras resisten todavía entre el medio centenar de gigantes. Pero el mundo de las finanzas y de la tecnología copan el ranking.

Un grupo de fotógrafos en el lanzamiento de productos de Apple Marcio Jose Sanchez AP

Entre las cinco primeras posiciones del top 50, el año pasado todavía se coló un fondo y una petrolera. Este año no hubo hueco. La tecnología es la mano que mece las Bolsas mundiales. Y el quinteto más poderoso tiene pasaporte estadounidense: Apple, Google, Microsoft, Amazon y Facebook. Ese es el podio que queda tras un ejercicio marcado en Estados Unidos por la ausencia de sustos y los récords en la Bolsa. El Dow Jones, el selectivo con más solera del parqué neoyorkino, se ha revalorizado en el año el 25% y ha cerrado 71 días batiendo récord. El Nasaq, que agrupa sobre todo compañías tecnológicas, ha subido el 30%. Wall Street despidió en conjunto su mejor ejercicio desde 2013 y a poco se quedó de rebasar la marca de 1995.
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Las empresas estadounidenses, que ya eran las más poderosas también en 2016, han sacado partido de este rally agigantando su dominio. En total, entre las 50 compañías cotizadas más valiosas del mundo, 31 son de EE UU. Solo China es capaz de hacerle algo de sombra: coloca siete en el ranking, y dos más si se suman a su órbita las que tienen sede en Hong Kong y Taiwán. Europa deja poca marca: tres suizas, una belga, una holandesa, una británica y otra angloholandesa. De España, Francia, Alemania o Italia, en el top 50, ni rastro.

Apple repite en 2017 al terminar el año como la compañía cotizada que más vale del mundo. Sus acciones en conjunto suman 860.822 millones de dólares (717.065 millones de euros al cambio de ayer). El precio de sus acciones se ha disparado un 46,11% este año y cada título vale ya 169,2 dólares. Y eso, a pesar de que, ya a finales de año, le han costado algunas sesiones en rojo algunos problemas con las baterías de sus móviles antiguos y los rumores de que la venta de su nuevo teléfono —este año lanzó el iPhone X en honor al décimo aniversario de su producto estrella— es más débil de lo esperado. Pero han sido solo unos pequeños baches en un año excepcional.

En 2018, Apple seguirá centrada en desarrollar productos para conquistar el hogar, en desarrollar la inteligencia artificial y espera lanzar al mercado el iMac Pro, el ordenador más potente que han hecho nunca. En Bruselas también tiene todavía deberes pendientes: le condenaron a devolver a Irlanda 13.000 millones de euros ahorrados en impuestos con un trato fiscal demasiado ventajoso. El pago sigue pendiente.

Google, que cotiza a través de su matriz Alphabet, no ha logrado alcanzar a su rival. Pero el gigante de Internet tampoco puede quejarse en 2017: sus títulos se han revalorizado un 32% y ya valen 1.053 dólares. Vale en Bolsa 729.294 millones de dólares (607.502 millones de euros). En 2018 la compañía vivirá un cambio corporativo importante: Eric Schmidt deja en enero la presidencia y asume un papel solo de asesor técnico. El gran mentor y embajador de la marca, que fue 10 años consejero delegado, se aparta por completo de la cabeza ejecutiva de la matriz Alphabet.

Microsoft, la más veterana de las tecnológicas poderosas (fue fundada en 1975), sigue al pie del cañón. Defiende su tercer puesto de nuevo, con una capitalización bursátil de 659.906 millones de dólares (549.702 millones de euros). Sus títulos también han vivido una potente revalorización de casi el 37% en el año.

Amazon es la cuarta empresa más valiosa del mundo y, en su caso, sí supone una novedad. El gigante del comercio electrónico gana dos puestos en un año y se cuela así en el grupo ganador, con una subida en Bolsa de récord: 56%. La empresa fundada por Jeff Bezos ya no solo vende de todo por Internet: también almacena millones de datos en sus servidores, tiene un periódico y es dueña de una cadena de supermercados que compró este año (Whole Foods, por los que pagó 13.700 millones).

El quinteto del poder tecnológico lo cierra Facebook, la red social que fundó Mark Zuckerberg y que basa su negocio en la publicidad. Gana también dos posiciones en el ranking, porque sus acciones suben un 53,4%.
China defiende su poder, Europa a la cola

En el top 10 de las más valiosas del mundo todavía hay espacio para dos tecnológicas más, pero en este caso, llegadas de China. Tencent protagoniza otro de los estirones más llamativos del año: es una empresa de telecomunicaciones e Internet y sus acciones se han disparado más del 100%. Eso le ha hecho escalar en un año del puesto 14 al seis. Llegó incluso a desbancar a Facebook en noviembre. Dos escalones más abajo se coloca Alibaba, el gran bazar virtual, un Amazon en versión china que ha dado el salto de la posición 21 a la octava.

Tras la tecnología, el sector con más representación en el ranking de los 50 más poderosos, es el financiero. Aquí el poder está algo más repartido: China sitúa cuatro grandes bancos (ICBC, China Construction Bank, Agricultural Bank of China y Bank of China) y una aseguradora (Ping An). Estados Unidos, otros cuatro bancos de inversión (JPMorgan, Bank of America, Wells Fargo y Citigroup). La aportación del Viejo Continente es la del HSBC, con sede en Reino Unido. Europa limita su presencia en el resto de sectores a dos farmacéuticas, tres firmas de consumo y una petrolera.

Por el bajo precio del petróleo, Arabia Saudita y Emiratos estrenan por primera vez el IVA el 1 de enero

Los bajos precios del petróleo han obligado a los Estados del Golfo a buscar fuentes alternativas de ingresos

Una mujer mira joyas en Jeddah, en Arabia Saudí.


“Última oportunidad antes del IVA”. Grandes almacenes, cadenas de electrodomésticos, e incluso el gimnasio del barrio, intentan animar el negocio en este final de año con el reclamo de que pronto tendrán que cargar el correspondiente impuesto. A partir del 1 de enero, Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Arabia Saudí empiezan a aplicar un 5 % de IVA (impuesto sobre el valor añadido) a bienes y servicios. Aunque la tasa está en la franja baja, los comerciantes temen que afecte al consumo. La caída de los precios del petróleo a partir de 2014 ha obligado a las petromonarquías árabes a replantearse sus fuentes de ingresos.

El IVA es parte de los planes de esos países para reducir su dependencia del crudo y asegurarse entradas adicionales. Los seis miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) se comprometieron en 2015 con el Acuerdo Unificado para el Impuesto sobre el Valor Añadido. Pero sólo los dos citados han cumplido el plazo. El resto, es decir, Kuwait, Qatar, Bahréin y Omán, aún no han puesto en marcha los mecanismos para ello.

Una tasa del 5 % de IVA se espera que genere ingresos adicionales de entre el 1,5 y 3,0 puntos porcentuales del PIB (excluido el petróleo), según el Fondo Monetario Internacional (FMI), que está facilitando asistencia técnica con el impuesto a los Estados del Golfo. La recaudación media por tributos en los países exportadores de crudo de Oriente Próximo y el Norte de África apenas representa un 7 % del PIB, que es la mitad de lo que obtienen los países importadores de esa región, según explicó recientemente Abdelhak Senhadji, vicedirector de asuntos fiscales de ese organismo.

Más allá de la lógica que sustenta el sistema impositivo, la decisión tiene en las petromonarquías un alto componente psicológico. Muchos empresarios, inversores e incluso profesionales extranjeros las han elegido como residencia o base de operaciones precisamente por ser libres de impuestos.

“La aplicación del IVA no va a afectar a la competitividad del país porque se trata de uno de los más bajos del mundo”, defiende Khalid Ali al Bustani, director general del Departamento Federal de Tributos de Emiratos.

Nadie niega sin embargo que van a subir los precios. El IVA es un impuesto que paga el consumidor final. Por lo tanto, si no aumentan los sueldos, y al menos en EAU el ministro de Estado para Asuntos Económicos, Obaid Humaid Al Tayer, ya ha dicho que no van a variar, se perderá poder adquisitivo. Las autoridades confían sin embargo que el efecto no sea excesivo, ya que el 5 % es relativamente bajo (en la UE supera el 20 %) y se han excluido alimentos básicos, servicios sanitarios, educación, transporte local y alquiler de viviendas.

“El impacto social del IVA en el primer año será de 1,42 % y variará de una persona a otra, dependiendo de sus gastos. Para quienes gastan 5.000 dirhams [unos 1.200 euros] al mes apenas supondrá 70 dirhams [16,7 euros], mientras que quienes gasten 10.000 pagarán 140 dirhams como resultado del impuesto”, ha declarado Al Tayer.

A los autónomos y pequeños empresarios les preocupa también el coste adicional que genera el cumplimiento de la recaudación y presentación del impuesto. En EAU, están obligados a ello todos aquellos negocios con ingresos superiores a 375.000 dirhams anuales (89.300 euros). Pero además de cambiar sus sistemas contables, algunos pueden necesitar la ayuda de expertos fiscales. Algunos portales de empleo ya se han hecho eco de un aumento de la demanda de estos profesionales.
Impuestos indirectos para las 'petromonarquías'

En Arabia Saudí, donde la introducción del IVA llega en medio de una reestructuración económica más amplia que incluye el recorte de subsidios y la subida de los precios de la energía, el Gobierno ha puesto en marcha un sistema de ayudas directas para compensar a las familias de bajos ingresos. En total, cerca de un millón y medio de hogares (unos diez millones de saudíes) van a recibir transferencias mensuales de entre 300 y 1.000 riales (entre 75 y 250 euros) en función de sus rentas.

Es la primera vez que las petromonarquías introducen impuestos indirectos. El pasado junio Arabia Saudí abrió la veda con un impuesto al consumo del 100 % sobre el tabaco y las bebidas energéticas, y del 50 % sobre los refrescos azucarados. EAU le siguió en octubre con las mismas tarifas. Además, Riad ha empezado a cobrar este año un canon mensual a los familiares de los trabajadores extranjeros. Dubái, por su parte, empezó a cobrar en 2014 una tasa de 15 dirhams (3,6 euros) por habitación y noche para financiar las obras de la Expo. Tanto este emirato como el vecino Abu Dhabi gravan los alquileres con un 5 % y un 3 %, respectivamente.

“Eventualmente, considero que será necesario introducir impuestos sobre los rendimientos del trabajo, dependiendo de cómo evolucione el petróleo, el resultado que tengan las reformas y cómo se presente el conjunto del presupuesto”, estimaba Senhadji. El FMI también ha aconsejado que se tase el sector inmobiliario.

Estado Islámico reivindicó el atentado en un centro comercial de San Petersburgo





La organización terrorista Estado Islámico se declaró responsable del ataque con bomba perpetrado el miércoles pasado en el centro comercial Gigant Hall de la ciudad rusa de San Petersburgo.

El ataque con bomba dejó heridas a 18 personas y según Site, el portal estadounidense que monitorea la información fundamentalista publicada en Internet, los yihadistas dijeron que una de sus células plasmó la acción.

En el centro comercial se explotó una bomba casera que equivalía a unos 200 gramos de TNT.

El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo que la acción fue un ataque terrorista y pidió a las fuerzas de seguridad a matar a los responsables de terrorismo cuando haya riesgo de vida para uniformados o inocentes.

"Ordené al director del FSB (Vladimir Bortnikov) que la detención de esos sujetos se haga con apego a derecho, con pleno respeto de las leyes. Pero si surge el más mínimo riesgo para la vida de nuestros efectivos, de nuestros oficiales, actuar de la manera más decidida y no detener a nadie: matar a esos bandidos sin contemplaciones", dijo Putin.

Lo hizo en un acto en el que condecoró a un grupo de militares rusos que regresaron de Siria.

Después del categórico anuncio de Putin, la vocera del Comité de Instrucción declaró que se manejan varias hipótesis con su respectiva línea de investigación, entre ellas la de un "atentado terrorista", aunque inicialmente se habló sólo de "un intento de asesinato de dos o más personas".

Putin’s Medieval Dreams




DINA KHAPAEVA

As much of the world makes amends for social and political injustices of the past, Russia is lionizing its despots, raising statues to the worst of them. Behind this phenomenon is an ultra-nationalist brand of conservatism that seeks to take Russian politics back to the Middle Ages.
 While much of the world is busy dismantling monuments to oppressors, Russians are moving in the opposite direction, erecting statues to medieval warlords who were famous for their despotism. Understanding this revival can shed light on the direction of Russia’s politics.




In October 2016, with the endorsement of Russia’s culture minister, Vladimir Medinsky, the country’s first-ever monument to Ivan the Terrible was unveiled in the city of Orel. A half-year later, President Vladimir Putin christened Moscow’s own tribute to the tyrant, declaring, erroneously, that “most likely, Ivan the Terrible never killed anyone, not even his son.” And a month ago, Vladimir Zhirinovsky, the leader of the ultra-nationalist Liberal Democratic Party of Russia, called for Lenin Avenue in Moscow to be renamed Ivan the Terrible Highway

Most historians agree that Ivan lived up to his name; not only did he kill his son and other relatives, he also ordered the oprichnina, the state-led purges that terrorized Russia from 1565 to 1572. He also presided over Russia’s defeat in the Livonian War, and his misrule contributed to the Time of Troubles and the state’s devastating depopulation.

Joseph Stalin initiated the modern cult of Ivan the Terrible. But, since the mid-2000s, Russia’s Eurasia Party – a political movement led by the pro-fascist mystic Alexander Dugin – has moved to position Ivan as the best incarnation of an “authentic” Russian tradition: authoritarian monarchy.

Dugin’s brand of “Eurasianism” advocates the embrace of a “new Middle Ages,” where what little remains of Russian democracy is replaced by an absolute autocrat. In Dugin’s ideal future, a medieval social order would return, the empire would be restored, and the Orthodox church would assume control over culture and education.

Eurasianism, which was marginal in the 1990s, has gained considerable popularity in recent years by contributing to the formation of the so-called Izborsky Club, which unites the Russian far right. On several occasions, Putin has referred to Eurasianism as an important part of Russian ideology; he has even invoked it as a founding principle of the “Eurasian Economic Union,” a burgeoning trade area of former Soviet states.


Eurasianism has given ultra-nationalist groups common ground around which to unite. It has also given symbols of totalitarianism, like Ivan the Terrible and Stalin, new legions of support.

Chief among them are members of the Eurasia Party, who consider political terror the most effective tool of governance and call for a “new oprichnina” – a staunchly anti-Western Eurasian conservative revolution. According to Mikhail Yuriev, a member of the political council of the Eurasia Partyand author of the utopian novel The Third Empire, the oprichniks should be the only political class, and they should rule by fear.

Ivan the Terrible is not the only medieval vestige being revived in Russia. Cultural vocabulary is also reverting. For example, the word kholop, which means “serf,” is returning to the vernacular, a linguistic devolution that parallels a troubling rise in Russia’s modern slavery. Data from the Global Slavery Index show that more than one million Russians are currently enslaved in the construction industry, the military, agriculture, and the sex trade. Moreover, serf “owners” are also happily identifying themselves as modern-day barins.

Even Russian officials speak approvingly of modern slavery. Valery Zorkin, who chairs the Constitutional Court, wrote in Rossiyskaya Gazeta, the official government newspaper, that serfdom has long been a “social glue” for Russia. And another medieval term – lydi gosudarevy, which translates to “servants of his majesty” – has returned to favor among high-ranking bureaucrats.

Nostalgia for serfdom compliments the desire for a return to autocracy. Prominent Russian intellectuals – including the filmmaker Nikita Mikhalkov, journalist Maksim Sokolov, and Vsevolod Chaplin, a Russian Orthodox cleric – call for the coronation of Putin, and petitions of support are gaining signatures online. Significantly, the protests against Putin’s regime in 2012 have since been interpreted not as a protest against Putin himself, but rather against the social order to which Eurasianism aspires.

Putin’s tacit support for the Eurasian vision of a neo-medieval Russia invokes the historical memory of Stalinism. According to Dugin, “Stalin created the Soviet Empire,” and, like Ivan the Terrible, expresses “the spirit of the Soviet society and the Soviet people.” No wonder, then, that monuments to Stalin, too, are multiplying in Russian cities.

Neo-medievalism is rooted in nostalgia for a social order based on inequality, caste, and clan, enforced by terror. The lionization of historical despots reflects the contemporary embrace of such pre-modern, radically anti-democratic and unjust values. For Ivan’s contemporary champions, the past is prologue.

AFL-CIO calls for a break with “lesser of two evils” politics

By John Wojcik And Mark Gruenberg



Lee Saunders, Randi Weingarten, and Mark Dimondstein. | Credit: AFL-CIO and APWU

ST. LOUIS – The AFL-CIO convention here passed yesterday a political resolution that calls for a break with “lesser of two evil politics” but came up short when it comes to projecting a clear path to how that will be accomplished.

“The time has passed when we can passively settle for the lesser of two evils,” reads the main political resolution passed Tuesday by the AFL-CIO convention delegates. Lee Saunders, chair of the AFL-CIO’s political committee and president of AFSCME, and Randi Weingarten, president of the American Federation of Teachers, introduced the resolution. They lead the labor federation’s two largest unions. Convention managers yoked the resolution to another measure it also approved discussing a labor party, though not by name.

“For decades the political system has failed working people,” Weingarten said. “Acting on behalf of corporations and the rich and powerful, the political system has been taking away, one after another, the pillars that support working people’s right to good jobs and secure benefits.”

The two measures, adopted October 24, followed a late Monday-evening meeting of supporters of reviving the Labor Party idea. It attracted about 50 delegates to an upstairs meeting room at the convention’s lead hotel. Their contention: Both the Democrats and the Republicans are under corporate domination.
The prime mover of a Labor Party motion at the convention, Postal Workers President Mark Dimondstein, has been calling for such a new formation since the passage of NAFTA in 1993, which he said showed both Democrats and Republicans were in the pockets of the corporate class.

Dimondstein made many of the same arguments for a Labor Party on the convention floor that he voiced in the meeting the night before, when Baldemar Velasquez of the Farm Labor Organizing Committee, Mark Dudzic of Labor’s Committee for Single Payer, and Donna DeWitt, former president of the South Carolina AFL-CIO, joined him.

Meeting participants differed over whether the nascent party should first build an organization and concentrate on issues, or get into political races, running the risk of becoming “spoilers” in the current political system, rigged in favor of the two existing parties.

“We had a vision to build a party of the working class. You have to have the labor movement at the table from the beginning,” of the effort, “or you’re building sand castles,” Dudzic explained. He was a leader in the original Labor Party effort of the late 1990s and early 2000s. Participants in the meeting agreed. “We cannot build a party of labor when the working class is in retreat,” he added. The question was how to move forward.

“We have to crawl before we walk, we have to walk before we run and we have to run before we sprint,” one attendee, Professional and Technical Engineers President Greg Junemann, said.

Velasquez contended pro-Labor Party members should participate in electoral politics, but starting at the local and state levels. But all agreed, as he put it, the Democrats “are not doing us any favors, never have and never will.”

Several unions meanwhile drew delegates to another meeting off the main convention floor – a meeting of Labor for Our Revolution. Seven national unions called on their member delegates to attend that meeting Monday, across the street from the convention hall to, in their words, continue the movement that grew out of the Sanders challenge in last year’s Democratic primaries.

The unions that called that meeting were the Amalgamated Transit Union, the American Postal Workers Union, the Brotherhood of Maintenance Way Employees, the Communications Workers of America, the International Longshore and Warehouse Union, National Nurses United, and the United Electrical Workers. They were joined by the Massachusetts and South Carolina AFL-CIOs.

The Our Revolution organization they are backing claims more than 300 local chapters in the US and four state-wide chapters in Texas, Massachusetts, Wisconsin, and Maryland.

Communications Workers of America previous president Larry Cohen is the chair of Our Revolution and has been asking union leaders to become part of the local groups.

Rand Wilson, a leader in SEIU’s Local 888, is a steering committee member for Labor for Our Revolution. He explained at the group’s meeting here that unions getting involved in Our Revolution gives labor the ability to influence it so it has significant focus on the working class. “It also gives us the opportunity to organize our own members around broad, working class issues,” he said.

The group is pushing a number of bills in Congress including Medicare for All and Free College tuition.

The AFL-CIO is not actually pulling the plug on the Democrats, although their politics resolution, which doesn’t mention the party by name, is a clear warning to Democrats that labor support will not be taken for granted. The labor leaders who introduced the independent politics resolution, Saunders and Weingarten, are both members of the Democratic National Committee. The main resolution declared that for the 2018 elections labor would “define a pro-worker agenda…to hold as a joint standard for all officials, regardless of party.”

That resolution also commits the federation to establish a communications framework to send the agenda to unions and their allies, “prioritize year-round member-to-member communication” and greater internal organizing, mobilizing non-union workers and opposing suppression of union, young, old, female and minority-group voters. AFL-CIO convention delegates went out into St. Louis neighborhoods to door-knock for a Right to Work education campaign. | AFL-CIO

The Labor Party supporters at the convention made the argument that the massive grassroots mobilization for the Democratic presidential primary candidacy of Sen. Bernie Sanders, Ind-Vt., and the later GOP triumph of Donald Trump – powered in part by defecting working class voters in key Great Lakes states – “showed the working class is done with the status quo.” Dimondstein made that point in both the upstairs session and on the convention floor. Sanders drew tens of thousands of union volunteers and many more union voters.

“We can’t take half a loaf, a quarter of a loaf, an eighth of a loaf, or even crumbs,” Dimondstein added.

He received applause when he pointed out on the convention floor that even when the Democrats gained total control of the presidency and Congress, in the 2008 election, they not only didn’t follow through on labor law reform and other top progressive and worker priorities, but instead produced the Trans-Pacific Partnership “free trade” pact and similar measures. “The Democratic Party was not delivering anything,” he said, “even when it had control of the White House, the Congress and the Senate.”

The Republicans entrenched union-busting, Democratic President Bill Clinton deregulated Wall Street, and Democratic President Jimmy Carter deregulated trucking, Dimondstein said.

Constructing a Labor Party, Dimondstein admitted, will be a long-range project and needs both community and labor support. “What would be wrong would be to confine this movement” for a Labor Party “to the institution of the two-party system.”

“Continuing to follow the same model, expecting a different result, is not a solution,” a delegate from Vermont said in the meeting.

Erdogan llamó al Papa para hablar de Jerusalén



Erdogan llama al papa Francisco

El presidente turco, Recep Tayyp Erdogan, llamó esta mañana por teléfono al papa Francisco.
Según los medios turcos, Erdogan expresó sus preocupaciones por la decisión estadounidense sobre Jerusalén, que está causando nuevas tensiones en todo Medio Oriente.
La vicedirectora de la sala de prensa vaticana, Paloma Ovejero, confirmó el coloquio entre el Papa y Erdogan.
"La conversación tuvo lugar -dijo- por iniciativa del presidente turco". El Vaticano en cambio no dio indicaciones sobre el contenido de la conversación.

Con un enorme presupuesto de publicidad, el gobierno mexicano tiene un control absoluto de los medios de comunicación

Por AZAM AHMED

Una conferencia de prensa en Ciudad de México. En los últimos cinco años, el presidente Enrique Peña Nieto gastó casi 2000 millones de dólares en publicidad.


 Dirigir un periódico, una estación de radio o un canal de televisión en México generalmente significa confiar en un cliente único y poderoso que gasta sumas exorbitantes en publicidad con una simple advertencia: “No te pago para criticarme”.

Ese cliente es el gobierno mexicano.

La gestión del presidente Enrique Peña Nieto ha gastado cientos de millones de dólares anuales de los fondos gubernamentales en publicidad, creando lo que muchos propietarios, ejecutivos y periodistas mexicanos definen como una gigantesca marca presidencial que puede suprimir artículos de investigación, escoger portadas e intimidar a las salas de redacción que la desafían.

A pesar de su promesa de regular la publicidad gubernamental, Peña Nieto ha gastado más dinero en publicidad que ningún otro presidente en la historia de México, casi 2000 millones de dólares en los últimos cinco años, según datos del gobierno recopilados por Fundar, un centro de análisis de transparencia. Esa organización reveló que la actual presidencia gastó más del doble del generoso presupuesto de medios que los legisladores mexicanos le aprobaron para 2016.

Y eso solo es el dinero federal.

Cada año los líderes de todos los partidos políticos recaudan cientos de millones de dólares en dinero estatal para publicidad, unos recursos que distribuyen entre sus medios de comunicación favoritos, según calcula Fundar. Según los ejecutivos y editores involucrados en las negociaciones, algunos secretarios de prensa del gobierno les exigen abiertamente una cobertura positiva antes de firmar un contrato publicitario.

El resultado es un panorama mediático en el que los funcionarios federales y estatales dictan las noticias de forma rutinaria, exigiéndole a los medios qué es lo que deberían y lo que no deberían informar, según docenas de entrevistas con ejecutivos, editores y periodistas. Los reportajes contundentes a menudo son suavizados o se posponen indefinidamente, si es que llegan a investigarse. Dos tercios de los periodistas mexicanos admiten que se censuran.Continue reading the main storyFoto
El presidente Enrique Peña Nieto durante la presentación de su informe anual en septiembre. Su equipo propuso el diseño de un plan que regulara el gasto público en los medios, pero el proyecto no se realizó.

“Si un reportero profesional quiere cubrir los elementos sucios de lo que está sucediendo en el país, ni el gobierno ni las empresas privadas le darán un centavo”, dijo Enrique Krauze, un historiador que dirige Letras Libres, una revista mexicana que, entre sus anunciantes, también recibe algo de dinero del gobierno. “Ese es uno de los mayores defectos de la democracia mexicana”.

El partido de Peña Nieto, el PRI, fue pionero en la implantación de este sistema durante sus 70 años en el poder. El expresidente José López Portillo expuso explícitamente las expectativas del gobierno hace décadas, incluso fue citado diciendo que no le pagaba a los medios para que lo atacaran, y la práctica continuó cuando la oposición ganó la presidencia en 2000, y nuevamente en 2006.

Pero la influencia del gobierno sobre los medios va más allá del aspecto publicitario y, a veces, los funcionarios recurren al soborno directo. En Chihuahua, el exgobernador gastó más de 50 millones de dólares en publicidad, según los funcionarios, dejando al estado con enormes deudas públicas. Sin embargo, esa es la cifra que se manejó oficialmente.

Los fiscales también han conseguido recibos firmados con sobornos a periodistas locales, pagos tan comunes que incluso algunos reporteros fueron incluidos como contratistas del gobierno, según los documentos. Los fiscales sostienen que, con tanta cantidad de dinero oficial circulando, surgieron sitios web de noticias con el único propósito de apoyar la agenda del exgobernador.

“La relación entre los medios y el poder es uno de los problemas más graves de México”, dijo Javier Corral, el nuevo gobernador de Chihuahua. “Existe una colusión, un acuerdo, en términos de cómo se gestionan los recursos públicos para recompensar o castigar a los medios. Es una zanahoria y el palo: ‘Compórtate bien y te daré mucho dinero y publicidad. Actúa mal y te los quitaré'”.
Dependencia de la publicidad pública
Trabajadores de La Jornada durante una huelga. El gobierno apoyó a ese diario con más de un millón de dólares en publicidad oficial durante una grave crisis financiera. Los críticos dicen que el periódico perdió independencia editorial.

Lea un periódico, sintonice una estación de radio o encienda la televisión en México y recibirá una avalancha de publicidad oficial. En algunos diarios, casi cualquier página es usada para publicar avisos que promueven alguna secretaría gubernamental. A veces, se destina tanto tiempo al aire a alabar el trabajo del gobierno como a cubrir las noticias.

Este gasto extraordinario se produce en un momento en que el gobierno mexicano está recortando los presupuestos en general, incluidos los de salud, educación y servicios sociales. El gobierno federal gastó tanto dinero en publicidad el año pasado, alrededor de 500 millones de dólares, como lo hizo para apoyar a los estudiantes de su principal programa de becas para las universidades públicas.

Según los historiadores, la cooptación de los medios de comunicación es más importante que el gasto de cualquier otro gobierno en promoción. Refleja la ausencia del pacto básico que la prensa libre establece con sus lectores en una democracia, un compromiso en el que responsabilizar a los poderosos forma parte de su misión.

“Es un problema común en el mundo en desarrollo pero el problema es mucho, mucho más grave en México”, dijo David Kaye, representante especial de las Naciones Unidas para la libertad de expresión. “Es notable lo que gasta el gobierno”.

El estado actual de los medios mexicanos, y su estrecha relación de dependencia con los fondos gubernamentales, no es una rareza en América Latina. Desde hace varios años, diversas organizaciones como la Unesco y la Relatoría Especial para la libertad de expresión de la CIDH han alertado sobre el uso de la publicidad estatal para recompensar o castigar las líneas editoriales.

Casos como el de Venezuela, país en el que desde la llegada de Hugo Chávez al poder se han suscitado denuncias por el uso de la pauta oficial para presionar a los medios y donde solo este año, en la gestión de Nicolás Maduro, cerraron 49 medios de comunicación; Ecuador durante los mandatos de Rafael Correa, quien demandó a diversos medios de comunicación y llegó a prohibir que se otorgara publicidad estatal a los medios privados, o Evo Morales, quien gobierna Bolivia desde 2006 y aspira a la reelección. Este año, ante las repetidas denuncias de asfixia económica por parte de los medios locales que no reciben publicidad oficial, Morales escribió en su cuenta de Twitter: “Medios que no reciben publicidad del Estado son los que mienten, insultan, difaman y desprestigian autoridades”.

La mayoría de los medios mexicanos han dependido de la publicidad pública durante tanto tiempo que no sobrevivirían sin los aportes del gobierno, lo que le otorga a los funcionarios una gran influencia para presionar sobre la cobertura de ciertas noticias y dejar a un lado otras informaciones, dicen los analistas, reporteros y dueños de medios.

“Este es un problema económico”, dijo Carlos Puig, columnista del periódico Milenio, un diario que recibe fondos del gobierno sustanciales. “El modelo estadounidense clásico no existe aquí”.

El año pasado, estalló una protesta pública luego de que un alto funcionario del gobierno fue a las oficinas de Milenio para quejarse por una noticia. El artículo, que criticaba una iniciativa nacional contra el hambre, fue retirado del sitio web del periódico inmediatamente después de la visita.

La noticia volvió a ser publicada más tarde, con un titular mucho menos negativo. El periódico dijo que la razón era simple: el artículo era “deplorable”, un intento inexacto y “vulgar” de difamar a un funcionario por lo que se disculpaban con sus lectores. Pero los periodistas y defensores de la democracia, citando el poder de la publicidad del gobierno, se quejaron y el periodista renunció en señal de protesta, alegando que había sido censurado. Finalmente, el título original fue restaurado.

La interferencia gubernamental directa, a menudo es innecesaria. Un 68 por ciento de los periodistas mexicanos dijeron que se censuraban, no solo para evitar ser asesinados, sino también por la presión de los anunciantes y el impacto en los ingresos de los medios, según un estudio realizado a lo largo de tres años por académicos mexicanos y estadounidenses.
El funeral de Javier Valdez Cárdenas, un periodista premiado que fue asesinado a balazos en mayo. En México, la violencia contra la prensa es generalizada.


Francisco Pazos trabajó durante varios años en Excélsior, uno de los periódicos más grandes y antiguos de México. Cuenta que uno de los momentos más frustrantes de su carrera sucedió a fines de 2013, cuando el gobierno estaba en medio de una lucha para aumentar el costo del pasaje en el transporte público.

Pazos dijo que trató de explorar en detalle la ira de los pasajeros, hasta que un editor lo detuvo, diciéndole que el periódico ya no cubriría la controversia.

“Llegué a entender que había temas que simplemente no podía cubrir”, dijo Pazos. “Y, finalmente, dejé de buscar ese tipo de noticias. Finalmente, tú mismo te conviertes en parte de la censura”.

Muchos propietarios y directores de medios dicen que tienen tan pocas fuentes independientes de ingresos aparte del gobierno que se enfrentan a una dura elección: asfixiarse por la falta de recursos o sobrevivir como cómplices de su propia manipulación.

“Por supuesto, el uso del dinero público limita la libertad de expresión, pero sin ese dinero público no habría medios en México”, dijo Marco Levario, director de la revista Etcétera. “Todos somos cómplices en eso”.

El modelo significa que algunos medios de comunicación apenas pueden permitirse mantener sus propios principios. Hace veinte años, el diario La Jornada era uno de los más apreciados en el país, una voz crítica y una lectura obligada para los intelectuales y activistas que caminaban por la ciudad con el periódico bajo el brazo.

Pero los años no han sido amables con ese diario. Hace unos años, estaba muy cerca de la ruina financiera. Luego, el gobierno intervino rescatando la publicación con más de 1 millón de dólares en publicidad oficial y, según los críticos, afectando en el proceso la independencia editorial.

“Ahora se adueñaron de ellos”, dijo Levario. “El periódico ha sido como un portavoz del presidente”.

Otros vínculos comerciales unen a los medios de comunicación con el gobierno. Muchas empresas de medios forman parte de conglomerados más grandes que construyen carreteras u otros proyectos públicos. La misma persona propietaria de Grupo Imagen —una organización que tiene estaciones de radio, canales de televisión y varios medios impresos— también es propietaria de Prodemex, una importante empresa de construcción. Ha ganado más de 200 millones de dólares en los últimos cinco años con la construcción de instalaciones gubernamentales y desempeñará un papel importante en la construcción del nuevo aeropuerto de Ciudad de México.

Tanto La Jornada como Grupo Imagen, que es la empresa matriz de Excélsior, no respondieron a las repetidas solicitudes de entrevistas para este trabajo.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación abordó recientemente el tema de la publicidad oficial al dictaminar en noviembre que el gobierno debe cumplir con la promesa del presidente de regular el flujo de dineros públicos de una manera imparcial.

“La ausencia de regulación en la publicidad oficial permite el uso arbitrario de los presupuestos de comunicación, lo que indirectamente restringe la libertad de expresión”, dijo Arturo Zaldívar, un juez de la Suprema Corte.

En un comunicado, la oficina del presidente se refirió a la publicidad oficial como una forma de promoción con respaldo constitucional que le permite informar y educar al público sobre sus labores. Pero rechaza la afirmación de que ese gasto distorsiona la cobertura de los medios de asuntos importantes o asfixia la libertad de expresión de cualquier manera.

“Todos los días los periodistas de México cuestionan, con absoluta libertad, las acciones del gobierno y las de nuestros representantes, incluido el presidente”, se lee en el comunicado. “Hay una crítica permanente de los periodistas mexicanos hacia el gobierno. Con solo abrir cualquier periódico, encender la televisión e ir a las redes sociales, eso puede verificarse”.

Poco después de su elección, el equipo de Peña Nieto ideó un plan para regular el gasto de los medios, según tres personas familiarizadas con la propuesta.

Pero Aurelio Nuño, el exjefe de gabinete del presidente y exsecretario de Educación Pública, dijo que la propuesta nunca avanzó lo suficiente como para convertirse en el borrador de una ley que pudiera cambiar esa situación. El esfuerzo fue subsumido por otras promesas de campaña y se quedó atrás, dijo.
‘Calentar’ a los políticos
La mayoría de los medios de comunicación han dependido de la publicidad oficial durante tanto tiempo que no sobrevivirían sin los aportes del gobierno.

Como jefa de reclutamiento en el periódico Reforma, Diana Álvarez se ha acostumbrado a la definición flexible del periodismo en México.

Ella cuenta que hace unos años entrevistó a una joven que trabajaba en un gran periódico de Ciudad de México. La mujer, que tenía una maestría en periodismo, dijo que su trabajo en el periódico consistía en crear archivos de recortes de prensa negativos sobre los gobernadores de todo el país.

Esos archivos se le entregaban al departamento de ventas del periódico que luego se acercaba a los gobernadores para venderles “planes de cobertura” para mejorar su imagen pública, explicó la joven.

Álvarez citó más ejemplos. Un candidato a editor se jactó de que sabía cómo trabajar sus relaciones con los políticos para obtener más dinero publicitario.

Lo definía como “calentarlos”, lo que implicaba mostrarle a los políticos una noticia crítica que su periódico planeaba publicar. Luego, como le explicó a Álvarez, un contrato publicitario con su periódico que le ayudaría a “apagar el fuego”.

Sin embargo, otro solicitante, un exempleado del gobierno, dijo que sabía cómo “tratar a la prensa”, recordó Álvarez. Le contó cómo había estado a cargo de distribuir sobres llenos de efectivo para los periodistas.

“Me gustaría poder decir que estos son casos aislados, o solo algunos, pero no es así”, dijo Álvarez. “Hay muchos como ellos que hablan de esas prácticas de una forma en la que te percatas de que las han normalizado”.

Daniel Moreno, director de la publicación digital Animal Político, dice que no recibe casi nada de dinero del gobierno federal, y cantidades relativamente pequeñas de los gobernadores estatales.

No es porque no quiera el dinero, dice Moreno. Es solo que el tipo de cobertura crítica que su equipo de noticias hace no es recompensado con contratos gubernamentales, sostiene.

Recientemente, Moreno dijo que recibió una llamada de funcionarios del estado de Morelos —que invierte cerca de 3000 dólares al mes en publicidad en su medio—. La esposa del gobernador estaba atravesando un momento complicado por las afirmaciones de que estaba politizando la ayuda para las víctimas del terremoto, una acusación que ella rechazó, por lo que un funcionario estatal sugirió que Animal Político debía hacer algunas noticias positivas.

Moreno rechazó cortésmente la propuesta. “Estaban bastante ofendidos”, dijo encogiéndose de hombros. “Y estoy seguro de que el dinero se ha ido”.

Aún así, les fue mejor que con la mayoría de los estados, dijo Moreno. Como política, Animal Político despliega una notificación en las piezas que se pagan por publicidad, por lo que los lectores saben que el trabajo no es periodismo independiente, dijo.

Pero funcionarios de los estados de Chiapas, Oaxaca y Sonora se han negado a pagar por el contenido a menos de que se publique sin la advertencia, dijo. Y Moreno se ha negado. “He perdido más dinero de esa manera del que he ganado”, dijo entre risas.

Este mes, las organizaciones de noticias se unieron para denunciar la violencia contra la prensa en México, donde los asesinatos de periodistas alcanzaron un récord este año. Un total de 39 grupos de medios firmaron un comunicado.

Pero algunos medios, como Animal Político, no se unieron porque insistieron en agregarle al mensaje algunas líneas adicionales sobre el daño que la publicidad oficial le hace a la libertad de expresión.

Se produjo un pequeño alboroto, dijeron. Algunos grandes periódicos que dependen en gran medida del dinero del gobierno se opusieron.

Finalmente, la carta fue enviada sin las líneas, y sin la firma de Moreno y sus colaboradores. Aparentemente, los medios noticiosos no estaban dispuestos a desafiar su sustento.
Una revelación que plantea preguntas
Ricardo Anaya, candidato presidencial del Partido Acción Nacional: "No se puede competir con un gobierno que le paga 500 millones de dólares al año a los medios".

El 23 de agosto, Ricardo Anaya, presidente del opositor Partido Acción Nacional (PAN) y ahora candidato a la presidencia en las elecciones del próximo año, se despertó con la noticia de que su nombre y su familia estaban en la portada de El Universal, un importante periódico del país.

La noticia entraba en detalles sobre el imperio de bienes raíces de su suegro y, más específicamente, las formas en que la carrera política de Anaya había ayudado a impulsar esa fortuna.

El relato era familiar en México: un líder político que había utilizado su influencia para enriquecerse a sí mismo y a su familia. El Universal expuso las direcciones y los valores de las diversas propiedades, e incluso publicó fotos de su familia extendida, 14 personas en total. Los medios de comunicación de todo el país divulgaron la historia.

Lo único que le faltó al reportaje, según dictaminó un tribunal, fue precisión. Anaya logró demostrar que gran parte de la información era errada, sesgada o simplemente incorrecta. Mientras que sus suegros poseían claramente una serie de propiedades, muchas de ellas habían sido adquiridas antes de que comenzara su carrera política, según demostraron los registros públicos.

Según Anaya, lo más desconcertante eran las fotografías de su familia. Por lo que la familia sabía, nunca habían sido publicadas. De hecho, se parecían bastante a fotos de pasaporte.

Como esas fotos estaban en manos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, que emite los pasaportes, Anaya sospechaba que sus rivales en el gobierno le habían filtrado las fotos al periódico.

“Están tratando de destruir mi carrera política con esta campaña”, afirmó. “No se puede competir con un gobierno que le paga 500 millones de dólares al año a los medios”.

Durante los siguientes dos meses, el periódico le dedicó más de 20 portadas a Anaya, acusándolo de malversar fondos públicos, beneficiarse financieramente de su posición y dividir a su partido.

Anaya presentó una demanda. En octubre, el tribunal determinó que El Universal había tergiversado la riqueza de sus suegros y acusó erróneamente a Anaya de utilizar su cargo para beneficiarlos.

El Universal afirmó que tenía derecho a publicar la noticia amparándose en la libertad de expresión, un argumento que el juez cuestionó porque el periódico “no había basado su investigación en hechos”. El diario apeló la decisión del tribunal.

Este caso plantea preguntas sobre la confianza en los medios de comunicación, en un país en el que reciben tanto dinero de la publicidad gubernamental.

El Universal recibe más publicidad gubernamental que cualquier otro periódico de la nación, alrededor de 10 millones de dólares el año pasado, reveló Fundar. Los críticos argumentan que el diario se ha convertido en algo así como un perro de ataque del gobierno para las elecciones presidenciales del próximo año.

Según el periódico, esa sugerencia es “falsa y ofensiva”. La publicidad oficial “no afecta de ninguna manera la línea editorial del periódico”, dicen los voceros del medio y agregan que “los pensadores de todos los partidos políticos” están representados en sus páginas.

No todos sus periodistas están de acuerdo. En julio, media docena de columnistas anunciaron sus renuncias en protesta por lo que calificaron como cobertura parcial, diciendo que los propietarios habían destruido la credibilidad de la institución.
José Antonio Meade, candidato del PRI a la presidencia. El editor de investigaciones de El Universal renunció porque cree que el periódico está demasiado cerca de ese partido, dicen sus colegas.

Salvador Frausto, un exeditor de investigación que ganó muchos premios en el periódico, también se marchó. Sus colegas dijeron que estaba claramente incómodo con lo cerca que estaba el periódico del PRI y su nuevo candidato presidencial, José Antonio Meade.

La persona que remplazó a Frausto como el nuevo editor de investigación fue recientemente un funcionario de prensa en la Secretaría de Relaciones Exteriores, según su perfil de LinkedIn.

Y el director de noticias de El Universal tiene vínculos estrechos con el nuevo candidato: su esposa era la jefa de prensa internacional de Meade en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público de México.

El diario dice que no hay conflicto de intereses y que no tolera la cobertura parcial de ningún tipo.

Pero no es la primera vez que los reporteros del periódico cuestionan su independencia. Los periodistas contaron que en 2012, cuando Peña Nieto se postulaba para su cargo actual, los editores y directores de noticias comenzaron a cambiar las columnas que eran críticas con el candidato sin advertirles, a veces en el último momento.

“La razón por la que terminé renunciando al periódico es que ya no sentía que tenía garantizado un espacio libre”, escribió Andrés Lajous, un estudiante de doctorado de la Universidad de Princeton, en un artículo que relata lo sucedido.
‘Fueron los federales’
Una vigilia por las personas que murieron en enfrentamientos con la policía federal en el estado de Michoacán.

Los testigos lo definieron como una ejecución. En enero de 2015, Laura Castellanos, una periodista premiada, fue enviada por los editores de El Universal a cubrir un par de tiroteos en los que estaba involucrada la policía federal.

En ese momento, los grupos de autodefensa habían tomado las armas para luchar contra el crimen organizado y Castellanos, que había escrito extensamente sobre el tema, era considerada una experta.

Pasó 10 días reporteando la noticia contactando a sus viejas fuentes y entrevistando a los testigos en el estado de Michoacán, donde murieron 16 personas y docenas resultaron heridas.

El tema fue especialmente delicado porque un aliado cercano del presidente, Alfredo Castillo, que había sido designado para supervisar la situación de seguridad en Michoacán, afirmó que las muertes se produjeron en un tiroteo con asaltantes armados.

Castellanos dijo que grabó entrevistas con 39 personas —víctimas, transeúntes, trabajadores de hospitales— y llegó a una conclusión distinta. La policía federal ejecutó sumariamente a sospechosos desarmados, incluidos algunos que se rindieron de rodillas y con los brazos arriba, según lo que refleja su investigación.

Después de días de edición y verificación de datos, dijo que el reportaje estaba listo para publicarse. Pero eso no sucedió.

Castellanos y sus editores no se sorprendieron. Peña Nieto ya estaba bajo una fuerte presión pública por su manejo de la desaparición de los 43 estudiantes universitarios, así como por la compra que hizo su esposa de una casa multimillonaria a un importante contratista del gobierno.

Pero después de dos meses y medio —durante los cuales una de sus fuentes fue torturada y asesinada, según contó la reportera— Castellanos comenzó a preocuparse porque su reportaje nunca se publicara.

Al consultar con abogados dijo que descubrió una laguna en su contrato que le permitió publicar el material en otra parte.

Uno de los pocos medios dispuestos a contar esa historia fue el sitio web fundado por Carmen Aristegui, otra periodista galardonada, que perdió su trabajo en una estación de radio después de revelar el caso de la casa de la esposa del presidente.
La periodista Carmen Aristegui aceptó publicar un reportaje de investigación que otros medios no quisieron divulgar. El día de la publicación su sitio web dejó de funcionar.

Pero en la mañana en la que se programó la publicación del reportaje de Michoacán, con el titular “Fueron los federales”, el sitio web de Aristegui dejó de funcionar.

Eventualmente, descubrieron lo que sucedió: el sitio web fue intervenido.

Finalmente el reportaje se publicó, pero es un caso que suscita preguntas sobre la independencia editorial en un país inundado de publicidad gubernamental.

Ni los asesinatos ni el hackeo se resolvieron por completo. El Universal dijo que no había publicado el trabajo de Castellanos porque no cumplía con los estándares del periódico.

Al año siguiente, el reportaje de Castellanos fue distinguido con el Premio Nacional de Periodismo en la categoría de periodismo de investigación, uno de los galardones más prestigiosos del país.

Los gremios quieren paritarias con un piso del 20%




Tras el anuncio del gabinete económico del Gobierno, el sindicalismo endurece su postura ante la discusión salarial.




El ministro de Trabajo Jorge Triaca recibió a la cúpula de la CGT.



Los cambios en las metas económicas que anunció ayer el Gobierno tuvieron varias consecuencias casi inmediatas. La primera fue que el dólar experimentó una nueva suba y superó los 19 pesos. Otra es que algunos gremios decidieron recalibrar sus estimaciones para las paritarias de 2018.

Ayer el Jefe de Gabinete de Ministros Marcos Peña; el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, y los ministros de Hacienda, Nicolás Dujovne; y de Finanzas, Luis Caputo, brindaron una conferencia de prensa en la Casa Rosada en la que anunciaron que el Gobierno decidió "recalibrar" las metas de inflación y según los pronósticos en 2018 será del 15% y alcanzará un dígito recién en 2020.

A eso se le suma el aumento en el transporte. Los nuevos cuadros tarifarios de colectivos y trenes comenzarán a regir desde febrero próximo y serán anunciados por el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, la semana que viene. Por lo que se anticipó, la suba será gradual.

Ante esta situación, los gremios quieren un 20% de aumento, más una cláusula gatillo, parámetros que chocan con las pretensiones que tiene el Gobierno.

El Ejecutivo tiene la intención de establecer un techo del 16%. Además, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, expresó en reiteradas ocasiones la voluntad del Gobierno de dejar de usar la variable de la cláusula gatillo que se tomó como costumbre en las negociaciones en los últimos años. Por lo que se estima que la discusión paritaria para el año que viene podría ser tensa.


Los sindicatos argumentan que luego de que las estimaciones oficiales con respecto a los cálculos de la economía de los últimos dos años fueran erróneos, será difícil que acepten acuerdos sin el salvoconducto de la cláusula gatillo.

La American Psychological Association estudió la correlación entre la percepción de felicidad y el nivel socioeconómico


Científicos revelan como experimentan la felicidad ricos y pobres


Una investigación realizada en Estados Unidos ha revelado que las emociones positivas que experimentan las personas adineradas tiene un carácter más egocéntrico.



Los ricos son diferentes del resto de la población, y esa diferencia incluye la forma en cómo experimentan la felicidad.

En lugar de sentir emociones positivas que involucran conexiones con otras personas, su felicidad se expresa con más frecuencia en forma de sentimientos que se enfocan hacia sí mismos, según muestra una nueva investigación publicada por American Psychological Association.

Sin embargo, esta diferencia no significa necesariamente que las personas de altos ingresos sientan una felicidad más total que las personas que ganan menos, según el estudio publicado la semana pasada en la revista Emotion.

Los autores de la investigación concluyeron que las personas adineradas están más aisladas de las amenazas sociales y ambientales, lo que les permite poder centrarse en sus propios "estados y metas internas", en lugar de tener que preocuparse por otras personas.


Por otro lado, aquellos que pertenecen a clases más desfavorecidas económicamente son más vulnerables a la delincuencia o a verse obligados a enviar a sus hijos a escuelas con fondos insuficientes. En sus casos, sugieren los investigadores, la mejor estrategia de afrontar las dificultades de la vida es atravesarlas en compañía, buscando el apoyo de otros.

Esto requiere que se centren en otras personas en lugar de solo en sí mismas. Para ver cómo la clase social influye en la felicidad, Paul Piff y Jake Moskowitz, de la Universidad de California Irvine examinaron datos de encuestas de 1.519 estadounidenses que respondieron a preguntas sobre los ingresos de su hogar y su estado emocional.

Number of U.S. workers employed by foreign-owned companies is on the rise


Foreign-owned companies employed 6.8 million workers in the United States in 2015, up 22% from 2007, according to preliminary data from the U.S. Bureau of Economic Analysis. The increase is notably larger than overall U.S. private employment growth, which was 3.6% over the same span.

Among foreign enterprises, British-owned companies employed the highest number of U.S. workers in 2015 (around 1.1 million), followed by companies with majority ownership in Japan (around 856,000) and France, Germany and Canada (each over 600,000). These five countries alone accounted for a majority (58%) of U.S. employment by foreign-owned enterprises in 2015 and have made up the top five since at least 2007, the earliest year for which comparable data are available.

Overall, foreign-owned companies accounted for 5.5% of all U.S. private sector employment in 2015, up from 4.7% in 2007. This analysis counts full- and part-time employees of foreign multinational enterprises’ U.S. affiliates (such as corporate branches) that were majority-owned by their foreign parents in 2015, the most recent year available. The BEA provides country-level data for 41 countries and territories, as well as broader regional and global totals.



For British-owned enterprises, transportation and hospitality and food services were among the top-employing industries in the U.S. Jobs in manufacturing (especially transportation) and wholesale trade stood out for Japan.

While companies majority-owned in the UK and Japan have led the pack for foreign direct investment, U.S. employment by Chinese-owned companies has grown exponentially since 2007, showing by far the largest percentage increase in employment. Chinese enterprises employed nearly 44,000 U.S. workers in 2015, more than 30 times greater than in 2007. By comparison, New Zealand (second fastest for U.S. employment growth) employed nearly five times as many U.S. workers in 2015 as in 2007 – paling in comparison with China.

Although Canada is consistently a top employer among U.S. affiliates, employment by the U.S.’s southern neighbor is increasing. Mexican-owned companies had nearly 80,000 U.S. workers on their payrolls in 2015, an 82% increase over 2007.

What foreign enterprises pay their U.S. workers

As the country with the most U.S.-affiliate employees, the UK also paid the most in total compensation ($84.9 billion) in 2015. Japan, the second-highest employer of U.S. affiliates, followed at $72.2 billion.

Foreign-owned companies overall paid $539.1 billion in total compensation to U.S. workers in 2015 – around $79,000 per employee. This figure includes all income received for work, including employer spending for employee benefit plans. Compensation by foreign companies was somewhat higher than the average among all U.S. private industry employers in 2015, which was around $63,600 per employee, according to Bureau of Economic Analysis data.

Saudi Arabian companies had the highest compensation per employee at around $163,000, more than double the figure for all foreign-owned companies. However, Saudi Arabian companies have consistently employed far fewer U.S. workers than other U.S. affiliates – British companies, for example, employed over 100 times as many in 2015.

Seven other countries’ U.S. affiliates had an average compensation per worker of more than $100,000: Bermuda, Norway, Venezuela, South Africa, Israel, Finland and Ireland; Switzerland’s enterprises paid just under six figures per employee on average. Of these countries, only Irish- and Swiss-owned companies employed more than 100,000 workers.

Despite the recent surge in U.S. employment by companies majority-owned in China, compensation per worker by Chinese enterprises trended downward from 2007 and ranked near the bottom of countries and territories analyzed for 2015 at around $49,000 per employee.

Some states have more foreign direct investment than others

U.S. affiliates of foreign-owned companies employ people in all 50 states and in U.S. territories. In 2015, the states with the largest shares of total private industry employment by foreign-owned companies were New Jersey (8.1%), South Carolina (8.0%) and New Hampshire (7.7%), followed by Kentucky, Indiana, Hawaii, Connecticut and Delaware (each more than 7%). The states with the largest populations in general also had the most employees who worked for foreign-owned companies: California, Texas, New York, Florida and Illinois. California led, with 715,800 such workers.

Rising contribution to U.S. GDP

Foreign-owned companies contributed $894.5 billion to the U.S. gross domestic product in 2015, a 16% increase from 2007 and 6.4% of the total contribution to the GDP by U.S.-based private industry during this span. While 2007 is the earliest comparable year for these data, it also marks the start of the Great Recession, which appears to have had a larger impact on U.S. affiliates of foreign enterprises than on U.S. private businesses.

During the 2007-2009 recession, the contribution to the GDP by U.S. affiliates declined at an average rate of 6.7%, compared with a 1.6% average decline for U.S. private businesses. After the recession, GDP contributions rose faster for U.S. affiliates than for U.S. private businesses. Between 2009 and 2014, U.S. affiliate contributions to the GDP increased 8.3% on average, nearly twice the rate of U.S. private businesses.

Worldwide, People Divided on Whether Life Today Is Better Than in the Past

Current economic conditions a key factor in assessing progress



Fifty years ago, the world was a very different place. The United States and its allies were locked in a Cold War with the Soviet Union, personal computers and mobile phones were the stuff of science fiction, and much of the world’s population had yet to experience substantial improvements in life expectancy and material well-being.

Numerous countries found themselves at important crossroads – whether it was military conflict between Israel and its Arab neighbors, civil rights and war protests in the U.S., or Soviet tanks crushing Czechoslovakia’s Prague Spring.

How far do people around the globe think they and others like them have come, compared with 50 years ago? Pew Research Center put that question to nearly 43,000 people in 38 countries around the globe this past spring.

At a country level, some of the most positive assessments of progress over the past 50 years are found in Vietnam (88% say life is better today), India (69%) and South Korea (68%) – all societies that have seen dramatic economic transformations since the late 1960s, not to mention the end of armed conflict in the case of Vietnam. A majority in Turkey (65% better) also share a sense of progress over the past five decades. In some of the more developed countries, publics also report that life is better today, including 65% in Japan and Germany, and 64% in the Netherlands and Sweden.

But not everyone is convinced that life today is an improvement over the past. Americans are split on this issue: 41% say life is worse while 37% say better. Meanwhile, half or more in countries ranging from Italy (50%) and Greece (53%) to Nigeria (54%) and Kenya (53%) to Venezuela (72%) and Mexico (68%) say life is worse today.

Events unique to the history of individual countries cannot be ignored when considering why publics are more positive or negative about how the present compares with 50 years ago. However, our analysis also indicates that views of the current economy are a strong indicator of whether people say life for people like them is better today than it was 50 years ago, even when controlling for the demographic factors of income, education, gender and age. Indeed, across the countries analyzed, people with positive views of the current economy are 30 percentage points more likely than those with negative views to say life has improved for people like them.1

In general, countries that are more upbeat about their national economy are more likely to say life today is better compared with the past. For example, in Vietnam, where 91% say economic conditions are good, a corresponding 88% say life is better for people like them compared with 50 years ago. And in Venezuela, where only 20% say conditions are good, 10% say life is better for people like them. Overall, the correlation between economic assessments and views of the past is quite strong (+0.68).

These are among the major findings of a Pew Research Center survey conducted among 40,448 respondents in 37 countries from Feb. 16 to May 8, 2017. A separate survey in the U.S. was conducted June 27-July 9, 2017, among 2,505 respondents.
Regional variations in assessments of present vs. past

Latin Americans stand out for their widespread negative assessment of progress over the past half-century. Venezuelans and Mexicans (72% and 68% life is worse) are the most downbeat, but nowhere in the region do more than half say life has improved for people like themselves.

Across the Middle East and North Africa, views of life today compared with 50 years ago vary substantially by country. Turkey reports the most progress in the region, with 65% saying life is better, followed by Israel, where 52% say the same about their country. Tunisians, Jordanians and Lebanese tend to say life has gotten worse for people like them, with Tunisians expressing the most widespread negativity (60%).

In sub-Saharan Africa, comparative assessments of present and past are more evenly divided. A median of 46% say life today is worse than five decades ago, compared with 42% who think life is better. Positive ratings of progress range from 47% “better” in South Africa to 36% in Ghana.

Nigeria and Kenya are the only countries surveyed in the region where more than half say life is worse (54% and 53%, respectively).

Europeans tend to see the past half-century as a period of progress. A regional median of 53% describes life as better today, compared with 30% who take the opposite view. Upbeat assessments are most common in Germany (65% better), the Netherlands (64%), Sweden (64%), Poland (62%) and Spain (60%). Greeks (53% worse) and Italians (50%) are the least convinced that life is better than 50 years ago.

The Asia-Pacific region is home to some of the most favorable assessments of progress. Vietnam (88% better) stands out, but views of life today vs. the past are also quite rosy in India (69%), South Korea (68%) and Japan (65%). Filipinos are the least sanguine about progress, with fewer than half (43%) saying life is better.

In North America, Canadians widely report progress over the past five decades (55%) while fewer Americans (37%) say the same about life in their country. In the U.S., Republicans are more likely to say life is better today, compared with Democrats – an attitudinal shift in the wake of Donald Trump’s election as president in November 2016.
The more educated are more likely to say life is better

In more than half the countries polled, people with more education say that, for people like them, life is better than it was a half-century ago. The educational divide on whether life is better is greatest in Poland and Peru (both 19 percentage points). But it is also apparent in many European and Asian nations, as well as the U.S.2

The reverse pattern, with less educated more optimistic about life today, is seen in just two countries: Nigeria (by 23 points) and Turkey (9 points).

While age is not as large a dividing line on whether life is better today, there are some interesting patterns by age across a select group of countries. For example, in the United Kingdom, 66% of those ages 18 to 29 say life is better today, compared with 41% who say this among Brits 50 and older (some of whom might remember what life was actually like back then).

Age differences also appear in Australia, Sweden, the U.S. and Germany among advanced economies, and in South Africa, Ghana and Peru among emerging economies.

There is a reverse pattern on age in South Korea, where 73% among those 50 and older say life is better now compared with 59% who say this among 18- to 29-year-olds. This pattern is also found in Senegal and Venezuela.
Divisions within countries point to perceived gains and loses

In some countries polled, views about who has gained and lost over the past half-century divide sharply along religious or ethnic lines.

In Turkey, 79% of Muslims who observe the five daily prayers (salah) that are required under Islam say life is better for people like them compared with 50 years ago. In contrast, only about half (49%) of Turkish Muslims who pray seldom or never at all see the same progress. These divergent views may in part reflect differences in opinion about President Recep Erdogan and his religiously conservative AKP party.

In Nigeria – home to both Muslims and Christians, but now governed by an elected Muslim leader – Muslims are much more enthusiastic about their country’s progress. Nearly three times as many Nigerian Muslims as Christians (62% vs. 22%) say life is better today compared with 50 years ago.

In Israel, 50 years after the Jewish State was victorious in the Six-Day War against a coalition of Arab nations, Israeli Jews are far more convinced than Israeli Arabs that life today is better for people like them. Nearly six-in-ten Jews in Israel say life has improved, compared with only a third of Israeli Arabs who see similar progress.

And in South Africa, there is a sharp racial divide on social progress: Blacks in the country, who a half-century ago were oppressed via the apartheid system, are much more likely to say life is better today for people like them (52%), compared with mixed-race (or “coloured”) and white South Africans (37% and 27%, respectively).
Political divides on life today in Europe

Populism is often associated with nostalgia for an idealized past. In the case of Europe, at least, our survey findings confirm that populists tend to be more enamored of the past than people who look askance at some of the continent’s right-wing populist parties.

For example, Germans who support the Alternative for Germany party (AfD) are 28 percentage points more likely to say that life is worse off for people like them than those who have an unfavorable view of the anti-immigrant party. This pattern also holds in Sweden among supporters of the Swedish Democrats, in France among those with a favorable view of National Front, in the Netherlands among PVV supporters and in the UK among fans of the UK Independence Party (UKIP).

Luego de que Corte suspendió el primer indulto presidencial, Temer prepara un nuevo indulto


El presidente brasileño, Michel Temer, prepara un nuevo indulto para los condenados en la causa Lava Jato luego de que el anterior fue suspendido cautelarmente por el Supremo Tribunal Federal.
El mandatario mantendrá hoy una agenda de reuniones reservadas en el Palacio del Planalto, en las que no se descarta que analice el texto de un nuevo indulto para aliviar las condenas de los imputados en Lava Jato.
Ayer el Supremo consideró que el "indulto no es un premio al delincuente, ni tolerancia con el delito" y dejó parcialmente sin efecto el perdón navideño promulgado por Temer la semana pasada.
Posteriormente el ministro de Justicia,Torquato Jardim, dijo que el Supremo mantuvo en pie la "esencia" del indulto y que el gobierno redactará uno nuevo.
Por su parte el juez Sergio Moro, responsable de Lava Jato, consideró "acertada" la medida cautelar del Supremo Tribunal Federal. "El revés en el intento de favorecer a los corruptos es un golpe simbólico en la imagen del Presidente" escribió este viernes la comentarista Eliane Cantanhede, en el diario Estado de San Pablo.
"Se admite en el núcleo del Palacio del Planalto que el presidente Michel Temer salió extremadamente desgastado del episodio que culminó con la suspensión del indulto" dijo el periodista Gerson Camarotti, de la cadena Globo.
Roberto Livianu, director del instituto No Acepto Corrupción, afirmó que indulto "tenía el carácter descarado de querer generar impunidad y estancar el trabajo de Lava Jato" , publicó hoy Folha de San Pablo.

Por descontento general, peronistas no piden permiso y se reúnen a espaldas de sus jefes

Un grupo de pesos pesados peronistas se movilizan a desafiar el individualismo de sus jefes políticos en busca de una unidad del justicialismo que sirva para recuperar el poder. Por la jerarquía y la variedad de sus asistentes, estos encuentros son inéditos por lo menos desde octubre de 2015.



Por la jerarquía y la variedad de sus asistentes, estos encuentros son inéditos por le menos desde octubre de 2015.
Si bien era una idea que ya se venía gestando, este diciembre caliente y violento aceleró los tiempos.

Si bien era una idea que ya se venía gestando, este diciembre caliente y violento aceleró los tiempos. El combo de recorte de las jubilaciones y represión en los alrededores del Congreso fue la gota que rebasó el vaso. “No podemos permitir más esto, para defender a la gente tenemos que estar unidos”, evalúa quien aparece como el más decidido a avanzar aunque en este camino a pesar de todo.

Avizoran que marzo puede aún peor, cuando queden atrás las vacaciones y las familias se encuentren otra vez con la realidad. Será en ese momento cuando impacten de lleno en el bolsillo, principalmente de la clase media, las nuevos tarifazos y las subas en las prepagas, los colegios, la nafta, etcétera.

Explicado de otra manera, el objetivo de este agrupamiento es armar “un colchón político y social” para cuando “la red de contención que armó el periodismo para sostener este modelo ya no alcance”. No todos estaban tan convencidos de patear el tablero pero los más reacios se vieron “obligados” porque “no ven una sólo medida de gobierno a favor de los pobres o de los hogares de ingresos medios.

Como ya aprendieron a no subestimar a MM y a Durán Barba, no quieren darle la chance que otra vez le encuentren la vuelta discursiva. “Estos dos primeros años el sacrificio era por la herencia recibida y los dos que vienen serán peores y dirán que es necesario para que no vuelvan”, alertan.

Por ahora, los que dijeron presente lo hicieron “a título personal” pero con el objetivo de poder convencer a sus espacios de que esta es la última ficha que tienen para jugar. También esgrimen un argumento complementario: después de la patria, buscan salvar al movimiento.

Si bien no es la primera vez que se augura la muerte del PJ, entienden que al antiperonismo que agita Macri los pone en una situación delicada. Atención: no sólo los mueve el corazón sino también la calculadora. Sacan cuentas y ven que en 2019 Cambiemos puede arrebatarle bastiones desde los cuales hoy se hacen fuertes.

Según fuentes conocedoras se realizaron al menos dos juntadas, en días consecutivos. La conformación de la mesa fue casi idéntica en ambas ocasiones. Este portal tuvo acceso al listado de nombres que estuvieron en el último episodio: los massistas Felipe Solá y Daniel Arroyo, los kirchneristas Agustín Rossi, Daniel Filmus y Víctor Santamaría, y los randazzistas Alberto Fernández y Fernando “Chino” Navarro.

Aunque algunos comparten camiseta, cada uno arriesga una carta distinta. Unos llegan con cierta venia de arriba pero otros saben que, si esto no prospera, les espera, como mínimo, aguantar una rabieta considerable. No falta quien lo vive como “una misión suicida”.

Las charlas son sin pelos en la lengua y aseguran que nadie se salva de las críticas: se reparten palos para todos… y todas. La gran incógnita pasar por saber hasta dónde tendrán soga y cuánto pesarán en la balanza los intereses personales.

Para uno de los promotores de esta alternativa hay sólo dos opciones: Cristina, Massa y Randazzo tienen que elegir entre perder separados o ganar juntos. Pero claro, para la segunda, alguno o alguna tendrá que ceder.

Por ahora no se sabe si el llamado “grupo selfie” –cuyos máximos referentes son Menéndez e Insaurralde- tienen conocimiento de que el piso se empezó a mover. “Están acopiando armas pero no tiraron un solo tiro”, los chicanean, en referencia a que ya tienen el PJ Bonaerense y la vicepresidencia de Diputados en la Legislatura pero se mantienen en calma. Sí hay una decisión por parte de estos dirigentes de salir a hablar con los gobernadores del PJ para invitarlos a esta aventura.