El macrismo no es un golpe de suerte


Por José Natanson



¿Cómo se explica la victoria de Cambiemos en las elecciones del domingo? Propongo un método bastante empírico para enfrentar el desafío de entender los resultados: consiste en hacer de cuenta que el macrismo gobierna la ciudad de Buenos Aires desde hace una década, que hace dos años sorprendió con su victoria bonaerense y nacional y que, transcurrida la mitad de su mandato, logró revalidarse de manera contundente. Propongo, en suma, olvidarnos por un rato de las memes de Esteban Bullrich, sacudirnos el rechazo instintivo que nos genera la contemplación de la puesta en escena de sus festejos y, por fin, empezar a tomárnoslo en serio.

Los motivos del triunfo, entonces. Como viene ocurriendo, Cambiemos desplegó una campaña profesional que se ajustó a lo que Jaime Durán Barba define como “disciplina estratégica”, es decir que no se apartó de la línea trazada, y que incluyó esfuerzos importantes como la abrumadora blitzkrieg mediática de María Eugenia Vidal de las 48 horas previas a la veda. Sin embargo, hay algo más que una simple habilidad táctica detrás del triunfo del macrismo, que el domingo pasado logró consolidarse como la fuerza más votada a nivel nacional, mejoró su performance respecto del 2015 y derrotó al peronismo en bastiones históricos. ¿Qué tendencias sociales consiguió interpelar? ¿Qué entendió Macri de la Argentina?

En primer lugar, el Gobierno identificó temas que venían generando una creciente preocupación social y sobre los cuales el kirchnerismo no había elaborado una política concluyente, entre los que se destaca el del narcotráfico. Por supuesto que el abordaje demagógico elegido no logrará resolverlo e incluso es probable que, como ha ocurrido con otros líderes latinoamericanos punitivistas, en algún momento se le vuelva en contra. Por el momento, sin embargo, alcanza con nombrarlo: no hace falta llevar años invertidos en sesiones lacanianas de veinte minutos para entender el alivio profundo que produce el mero hecho de poner en palabras un problema, de nombrar lo que hasta el momento permanecía callado.

La política exige muchas cosas, entre ellas la capacidad de detectar las angustias sociales: el narcotráfico puede parecer extraño para quienes nos relacionamos con la droga a través de una maceta y vivimos en barrios alejados de la densa trama de relaciones entre capos, transas y soldaditos, pero aparece como una amenaza cotidiana, casi existencial, para quienes se ven obligados a convivir con él todos los días. La línea antimafia que subraya Vidal, presentada como una cruzada contra los poderes oscuros de la provincia, y las diversas declinaciones del giro punitivista oficial, son la respuesta –insisto: equivocada y peligrosa– a este problema.

Pero hay algo más que la puntería programática detrás de la victoria oficialista en las PASO. Cambiemos, ya lo hemos señado, expresa una nueva derecha: democrática, dispuesta a marcar diferencias económicas con la derecha noventista, y socialmente no inclusiva pero sí compasiva. Para transmitir con eficacia esta idea fuerte, el macrismo se apoya en dos pilares. El primero es la decisión de prolongar el generoso entramado de políticas sociales construido por el kirchnerismo: Asignación Universal, jubilaciones, incluso las cooperativas del Argentina Trabaja, que en su momento había denunciado como un foco de clientelismo y corrupción. El segundo es su gestión en la Ciudad de Buenos Aires: como durante sus dos mandatos como jefe de gobierno Macri no rompió el consenso en torno a la universalidad de los servicios públicos (no privatizó las escuelas ni los hospitales y no les prohibió a los bonaerenses, ni siquiera a los paraguayos, atenderse en ellos), pudo construir la imagen de una administración eficiente y moderada, que además produjo una mejora importante del transporte público y que volcó recursos tanto al espacio público de parques y plazas como a la oferta cultural orientada a clase media.

Esto no implica, aclaremos nuevamente, una evaluación positiva de su performance al frente del gobierno de ciudad, sino apenas reconocer que si se hubiera comportado de otro modo probablemente no hubiera ganado todas las elecciones porteñas desde 2007 y quizás tampoco la Presidencia. Porque el espejo de esta caracterización sosegada del macrismo es el agitado paisaje de trazo grueso que durante demasiado tiempo quiso pintar el kirchnerismo: la consigna “Macri basura/vos sos la dictadura”, en particular, reflejaba la incapacidad para comprender la verdadera naturaleza de la criatura política que tenía enfrente.

Y en este sentido cabe preguntarse también si la insistencia en equiparar al macrismo con el menemismo noventista no resulta a esta altura igualmente estéril: aunque su programa macroeconómico de metas de inflación, altas tasas de interés y bicicleta financiera se alinea claramente con la ortodoxia, la decisión de no recortar el gasto público ni recurrir al despido masivo de empleados estatales, junto a la promesa de no reprivatizar las empresas públicas (ni siquiera aquellas que, como Aerolíneas, generan pérdidas), marca un contraste con los 90. El de Macri es un neoliberalismo desregulador, aperturista, anti-industrialista y, por supuesto, socialmente regresivo, pero no privatizador ni anti-estatista. Quizás esto explique por qué, pese al deterioro ostensible de la situación socioeconómica, un sector importante de la sociedad cree en la promesa oficial de que las cosas mejorarán pronto.

Sucede que el neoliberalismo macrista incluye también una propuesta de justicia, sintetizada en la perspectiva de igualdad de oportunidades, la única referencia más o menos abstracta que el presidente se atreve a incluir en sus discursos. A menudo acompañada por exhortaciones a recuperar la “cultura del trabajo” y evitar “los atajos y las avivadas”, la igualdad de oportunidades es la respuesta que filósofos liberales notables, como John Rawls y Amartya Sen, han encontrado a las dificultades para congeniar igualdad y libertad en las sociedades contemporáneas. Aterrizada en la Argentina de hoy, la perspectiva encarna en el trabajador meritocrático, el verdadero sujeto social de esta nueva batalla cultural, y sintoniza con la tradición inmigrante que es parte constitutiva de nuestra cultura política: la idea de progreso en base al esfuerzo individual (a lo sumo familiar) que le permite al que llegó con una mano atrás y otra adelante progresar hasta ascender al mundo alfombrado de la clase media: el mito de “mi hijo el dotor”.

Antes de que lluevan los tomates, aclaremos: que el oficialismo formule este discurso no implica que la gestión concreta de su gobierno lo esté llevando a la práctica ni que sus principales dirigentes sean ejemplos de self-made men: el del macrismo es un caso asombroso de herederos meritócratas. Pero el objetivo de esta nota no es denunciar la simulación de Cambiemos ni desnudar la oscuridad de su alma verdadera sino entender por qué sus propuestas resultan convincentes, indagar los motivos profundos de su eficacia, entender por qué funciona.

El macrismo ha logrado expresar también ciertas marcas de la época. Sus apelaciones a los valores pos-materiales, aquellos que van más allá de las necesidades cotidianas de supervivencia, resultan seductoras para las clases medias acomodadas en un contexto de hipersegmentación social, en donde los sectores más privilegiados llevan una vida más parecida a la de sus pares sociales de Nueva York o París que a los sufridos compatriotas que viven en el Conurbano, a un colectivo de distancia. Esto se verifica en las vagas tonalidades ambientalistas del slogan “ciudad verde”, en la importancia atribuida al cuidado de uno mismo (expresada en la retórica new age, las bicisendas, las ferias de comida saludable) y en una revalorización de la cotidianeidad frente al sacrificio totalizante que exigía la militancia kirchnerista (Macri insiste con que sus funcionarios deben volver a casa antes de que anochezca a cenar en familia). Todos estos aspectos, fomentados por una gestión multi-target que se segmenta en sectores tan específicos como la secta de los runners, los reclamos éticos de los veganos y las demandas insondables de los amantes de mascotas, terminan de completar la idea del macrismo como una fuerza política moderna y cosmopolita, a la altura de los tiempos.

Por último, Cambiemos se presenta como una renovación modernizante de la política. Sin entrar una vez más en discusiones acerca de la realidad concreta de sus acciones (la manipulación del escrutinio bonaerense desmiente este supuesto higienismo), señalemos que, auto-reivindicado como el primer partido político del siglo XXI, el macrismo se proclama como un paso adelante respecto de los vicios y las mañas de las agrupaciones tradicionales.

Más pendiente de la época que de la épica, el oficialismo defiende una visión anti-heroica de los asuntos públicos, una reivindicación de la normalidad cuya gran escenificación es el timbreo. Concebido como un contacto directo entre el funcionario y las personas, el timbreo es espontáneo, informal, casi diríamos puro, en contraste con la forma favorita del populismo: el acto de masas y toda su parafernalia de organización, traslado, protocolo de oradores y largas negociaciones previas por los lugares en el palco. Decisivamente, el timbreo permite desplazar el eje del ciudadano al vecino. Aunque quien pulse el timbre sea un funcionario nacional, incluso un ministro, la gobernadora o el mismísimo presidente, la política se hace, en un pase de manos mágico, local: el mensaje es que son los problemas inmediatos y cotidianos los que realmente importan, los que el político, como muestran las fotos que luego circulan por los medios, se acerca a escuchar.

El efecto es individualizante. Lejos de las asambleas, las movilizaciones o cualquier otra forma de apelación colectiva, el timbreo es la operación ideal de la política macrista porque sintoniza con su concepción de la sociedad como una agregación de individualidades. Al limitarse a un contacto bilateral funcionario-vecino, el timbreo apunta a la particularidad de cada persona: la singularidad de su problema concreto prevalece sobre su condición de clase o filiación política, que es lo que al fin y al cabo lo que hermana a los individuos en una identidad común y lo que, en última instancia, los construye como iguales.

Rebobinemos antes de concluir. La amplia victoria oficialista en las PASO se explica por sus dotes de campaña pero también por el hecho de que expresa una alternativa política capaz de conectar con amplios sectores sociales. El macrismo no es, por recurrir a la fórmula de Ricardo Forster, una anomalía, un accidente o un golpe de suerte; es una fuerza potente que se encuentra en el trance de construir una nueva hegemonía. Los resultados socialmente negativos de sus políticas, el fondo individualista que late detrás de sus decisiones, la concepción liberal de justicia sobre la que sostiene su discurso lo empujan sin remedio a la derecha del cuadrante ideológico, pero es una derecha democrática y renovada, que hasta el momento estaba ausente de nuestra escena política. Esa es la gran novedad, la noticia que la oposición debería registrar si de verdad desea ganarle en octubre.

* Director de Le Monde Diplomatique, Edición Cono Sur

Para Macri "la CGT perdió la capacidad de entender lo que pasa en Argentina"

El Presidente se mostró molesto y sorprendido por la decisión de la centrar obrera de sostener la marcha de la semana próxima




El presidente Mauricio Macri aseguró hoy que los líderes de la CGT “han perdido la capacidad de escuchar y entender lo que está pasando en la Argentina”, luego de que los sindicalistas ratificaran la marcha a Plaza de Mayo del próximo martes pocos días después de las PASO.

“La verdad es que recibí la noticia con sorpresa. Tuvimos una elección recientemente y los argentinos han ratificado la vocación de cambio y el apoyo a este Gobierno”, evaluó Macri al brindar una conferencia de prensa junto al presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, en la residencia de Olivos.

El jefe de Estado dijo que “hubiese esperado de los gremios una actitud de decir "bueno, vamos a acompañar para que el país crezca durante muchos años, para que los argentinos tengan un mejor futuro”.

Macri se mostró así sorprendido y molesto por la decisión de la central obrera de sostener la marcha de la semana próxima.

En medio de fuertes internas y de un áspero debate en una reunión de Consejo Directivo de este miércoles, la central obrera ratificó que se movilizará a la Plaza de Mayo el martes que viene para protestar contra la política económica de la administración Cambiemos, manteniendo así su agenda de reclamos tendiente a que cambie el rumbo de las medidas oficiales en esa materia.

El sector más dialoguista, que encarnan los gordos e independientes y que representan a gremios con numerosos afilados (Comercio, Sanidad, OUCRA, UPCN, entre otros), buscaron cancelar la movilización al plantear que el oficialismo no sufrió el revés electoral que muchos sectores sindicales pronosticaban, pero al final prevaleció la postura de los más “duros”, entre ellos Camioneros y otras organizaciones moyanistas.

Además de Macri, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, también salió a cuestionar a los jefes sindicales por la movilización convocada, al considerar que es “errónea” y “extemporánea”.


Pablo Moyano, encabezó en la sede de la calle Azopardo un plenario con secretarios generales de las regionales de la central para ultimar detalles de la movilización

“¿Ratificar esta marcha en este momento? ¿A tres días de las elecciones? Me parece un error que tiene que ver con la crisis de conducción que tiene la central obrera”, remarcó Frigerio, en medio de las versiones, incluso confirmadas en público por varios integrantes de la central, de que la CGT comenzará a discutir en breve el reemplazo del triunvurato que con muchas dificultades viene comandando la organización por una jefatura de un sólo secretario general.

En declaraciones radiales, el titular de la cartera política consideró que lo que está viviendo el sindicalismo “es una transición en su conducción que les hace cometer algunos errores, como una marcha extemporánea, cuando hay una economía que se está poniendo de pie”.

Pese a las críticas de la Casa Rosada, la CGT siguió adelante este jueves con la organización de la marcha, ya que uno de los más partidarios de ir a fondo con la protesta, el secretario adjunto de Camioneros, Pablo Moyano, encabezó en la sede de la calle Azopardo un plenario con secretarios generales de las regionales de la central para ultimar detalles de la movilización.

También difundió la convocatoria por redes sociales, mediante un afiche con una imagen aérea de una masiva marcha de la CGT a Plaza de Mayo correspondiente a una oportunidad anterior, junto a la leyenda: “Contra la flexibilización laboral; contra la reforma previsional; por una jubilación digna; por la defensa del empleo”.

Manuel Alcántara Saez: “Los liderazgos en América Latina no supieron institucionalizar los procesos distributivos”

El politólogo español dialogó con Veinte Manzanas sobre la coyuntura latinoamericana y los posibles escenarios luego de los procesos electorales venideros.

Por Luciana Berman




Manuel Alcántara Saez es catedrático de la Universidad de Salamanca y especialista en América Latina. En el marco de XIII Congreso Nacional de Ciencia Política organizado por la Sociedad Argentina de Análisis Político, opinó sobre la incorporación de los jóvenes a la política y las carreras partidarias, la dilución de las identidades partidarias, las virtudes y los fracasos de los presidencialismos de coalición, los ciclos latinoamericanos y los liderazgos personalistas del continente.

Cuando hablamos de nuevos perfiles políticos podemos entenderlo desde, al menos, dos perspectivas: la incorporación a las instituciones formales de jóvenes con miras a iniciar una carrera política o la incorporación de outsiders con trayectoria fuera de la política. ¿Cómo juega la profesionalización, la expertise y las carreras políticas en cada uno de los casos?
La evidencia que estamos teniendo es que ambas figuras que has planteado están muy relacionadas o hay una muy tenue diferencia entre la lógica vital, que es que las personas jóvenes se van introduciendo en el que hacer colectivo, y los outsiders. Estoy pensando en la figura de Macron, que no es un joven pero tampoco es una outsider, pero termina siendo ambas. Tengo la impresión de que la edad de la juventud se ha pospuesto, entonces ahora es muy frecuente escuchar eso que Macron es joven cuando es un hombre de 39 años. Desde mi propia experiencia, uno dejaba de ser joven a los 24/25 años, después se decía que las personas constituían una familia, que entraban en el mercado de trabajo estable y todo eso hoy sabemos que ha desaparecido. Esto quiere decir que la juventud se extiende más y esto entonces facilita a que alguien que es outsider siga siendo joven, entonces se produce esta mezcla. Pero, además, la palabra outsider, que era perfectamente entendible cuando Fujimori entra a la política latinoamericana en los noventa, hoy también es más ambigua porque Macron, por seguir con este ejemplo, ha tenido una experiencia en el gobierno de François Hollande pero es una muy breve y llega siendo, a su vez, outsider. Pero es uno muy especial porque es una persona que tiene antecedentes de formación en Sciences Po en el Instituto de Estudios Políticos de París y luego en el mundo de la Escuela Nacional de Administración (ENA) y, además, su proximidad al ámbito de lo público y de la política es muy tradicional. Por eso, la pregunta es muy interesante pero me cuesta encontrar la diferenciación de un camino y otro. Dicho esto, creo que sobre cualquier otra consideración descansa la idea de la formación y de la experiencia. En la política, la experiencia que permite generar un capital, bien sea de publicidad, de conocimiento o reconocimiento, o el capital de un conocimiento técnico, practico, de asuntos públicos es más que necesario. Incluso cuando una persona viene de los medios de comunicación, o de la industria del entretenimiento. Eso se ha diluido mucho los últimos tiempos y la exigencia de una carrera dentro de algo normado como en un partido político se ha ido desvaneciendo.
En el caso de España, el fenómeno que incorpora muchos jóvenes a la política es claramente Podemos. ¿Cuánto de esto influye en la imposibilidad de negociación entre esta fuerza política nueva y el tradicional PSOE?
Pero tampoco son tan jóvenes. Juan Carlos Monedero, 52 años, parece físicamente muy joven pero no lo es; Pablo Iglesias tiene 38, Íñigo Errejón es un poco más joven pero tiene 33; Carolina Bescansa tiene 46. Hay una idea de que son jóvenes, pero no lo son, aunque sí en el sentido que decía antes. En el caso español una de las brechas que se produce en las elecciones de diciembre de 2015 es la brecha generacional, pero no sólo una brecha generacional individualmente considerada, sino sobre todo la brecha de lo nuevo y lo viejo. Eso es algo que vendieron muy bien y que, por otra parte, es el título de una conferencia de Ortega y Gasset de hace cien años. Pero era evidente que había una brecha generacional de hacer las cosas de manera distinta, de tener una experiencia distinta. Podemos representa algo nuevo, en lo digital, en las redes sociales, en la manera de abordar los problemas, menos encartonado o encorsetado. Es una brecha cultural casi diría, más que demográfica.
En el último Congreso de ALACIP, Steven Levitsky planteó que la “solución” a los problemas del presidencialismo multipartidista es la conformación de coaliciones para así evitar los colapsos del sistema. Sin embargo, también destacaba que estas coaliciones no convencen a los ciudadanos (que son quienes los votan) porque terminan viendo un cartel de partidos políticos enquistados y corruptos porque negocian a puertas cerradas, lo que genera una brecha entre lo que hacen los políticos y lo que quiere el electorado. ¿Puede esta tensión significar un riesgo para los regímenes políticos latinoamericanos?
Eso nos lleva al tema de los partidos políticos y qué representan hoy en la región y en el mundo. Ahí tenemos el primer problema, porque las identidades con los partidos políticos se han diluido enormemente, es decir, se han diluido en una doble dirección: lo han hecho en el sentido en el que la gente ya no se casa con el partido político como se casaban sus padres o sus abuelos, en el sentido de mantener una fidelidad a rajatabla y, segundo, en que los propios partidos políticos esas señas de identidad las han diluido a su vez. Entonces, hay un proceso de licuación doble y, en ese sentido, es muy difícil generar un ambiente coalicional. Además, en América Latina el formato presidencial hace muy difícil el funcionamiento de las coaliciones, porque uno puede negociar una coalición y la negociarla con el presidente pero no tiene el mecanismo decisivo que es hacerlo caer. Esto es así porque el presidente es elegido por un período fijo y se puede enquistar o encastillar en su propio ámbito en la Presidencia de la República. Aquel que no esté a gusto con la coalición puede retirarse sin, a simple vista, mayores riesgos. Mientras que en el parlamentarismo, la ruptura de una coalición puede suponer el fin del presidente entonces esto es un problema añadido al problema que antes veíamos. El caso de Brasil es muy interesante. El presidencialismo de coalición funcionó en las dos presidencias de Fernando Enrique Cardoso, en las dos presidencias de Lula y en la primera de Dilma. Estamos hablando de cinco presidencias por cuatro años: veinte años funcionando. Pero llegó a funcionar tan bien que realmente se estructuró un régimen parlamentario sin serlo. Mi interpretación de la caída de Dilma Rousseff es que el régimen era presidencial pero funcionaba como uno parlamentario cuando la coalición se rompió: cuando un núcleo importante de diputados decidieron no apoyar a Dilma, políticamente ya ella estaba muerta, entonces quiso argumentar que, al ser Brasil un régimen presidencial, quitarla del medio significaba un golpe. Políticamente hablando tenía razón pero institucionalmente no.
¿Hay algún tipo de transición que esté atravesando América Latina que nos permita hablar de un cambio paradigmático?
Sí, estamos diciendo que se ha producido el final del tercer ciclo. Si tomamos la política latinoamericana desde finales de los setenta, principio de los ochenta hasta hoy, hay claramente tres ciclos. El primero es el de las transiciones, el de la recuperación de la democracia, el de restablecimiento de los valores republicanos, en unos países con unas notas muy importantes, como es Argentina, con el tema de derechos humanos, en otros con otro tipo de acomodaciones. El segundo ciclo es el neoliberal, donde se pasa de la lógica de la transición a la de la gobernabilidad: había que volver gobernables a los países, había que intentar superar el fracaso de la matriz estado-céntrica que había entrado en crisis con la crisis de la deuda. Esta lógica neoliberal se quiebra y entramos en la tercera etapa que es la del posneoliberalismo, neopopulismo o bolivarianismo. Está época está terminada porque está muy vinculada a la figura de Hugo Chaves. Su desaparición física termina con el final del boom de las commodities y se acentúa esa culminación con la llegada de Macri al poder en Argentina. Sabemos que esa época ya ha terminado, estamos en una cuarta ola en la que es difícil ahora mismo precisar cuáles son sus características porque 2018 va a ser un año muy importante en América Latina, porque hay elecciones presidenciales en Colombia, México y Brasil, es decir los tres países más grandes demográficamente hablando tienen citas electorales y, además, sabemos que en los tres países va a haber un nuevo presidente, en México y en Colombia porque no puede haber reelección y en Brasil porque Temer es un cadáver político. Va a depender mucho de lo que pase, hay escenarios que hoy están abiertos: es perfectamente posible pensar que López Obrador pueda llegar al poder en México, con lo cual supondría que en este país la izquierda por primera vez llegara al poder, que sería algo histórico para México, algo que también podría pasar más difícil en Colombia. Son los únicos dos países de América Latina que no han pasado por la experiencia de gobiernos de izquierda. Hay que esperar a ver qué ocurre en estos tres procesos electorales para ver cómo gira la región, porque claro está es muy heterogénea, extremadamente diversa, pero estos tres países de alguna manera se imponen. También habrá elecciones en Chile antes que termine el año. Es presumible que Piñera vuelva a la presidencia.
Estamos abriendo un nuevo ciclo con una economía mundial en plena atonía. No se esperan grandes sorpresas, con una economía mundial con un crecimiento radiante lento lo cual no va a calentar la economía de América Latina y fenómenos que, indudablemente, van a tener un impacto en América Latina como es el fenómeno Trump. Es decir será muy distinto si Trump dejara la presidencia o lo obligaran a dejarla dentro de unos meses a si Trump consigue llegar a las elecciones de medio término de Estados Unidos y asentar el producto republicano y continuar en el poder. Eso daría unas señales al aventurismo en América Latina muy importantes y será muy distinto si Trump realmente terminara la presidencia ya, porque entonces eso también sería una vacuna frente los outsiders por y el populismo.
¿Cuáles de los problemas de los liderazgos personalistas son los que está atravesando América Latina hoy?
Algunos países de América Latina han perdido una oportunidad de oro teniendo economías boyantes y habiendo hecho políticas públicas de carácter distributivo muy notables. Lo que el chavismo hizo en Venezuela, lo que los programas asistenciales hicieron en Brasil, fueron muy importantes, pero la parte coja fue la incapacidad de institucionalizar el proceso. Curiosamente, Brasil era el caso donde mejor se iba, precisamente por los presidencialismo de coalición, pero esto se quebró brutalmente por tres fenómenos. Uno es el canibalismo de la clase política brasileña porque han estado dispuestos a matar muriendo no hay tenido una compleción mucho más generosa ni mucho más universal del propio país. El segundo es el activismo judicial que era un poder que absolutamente dormido, pero que actuaba institucionalmente, para algunos de manera dudosa, pero para otros de manera muy eficiente. El tercer fenómeno es la corrupción que se ha descontrolado y ha dañado enormemente el proceso de institucionalización que se estaba dando.
¿Esta incapacidad de institucionalización de los liderazgos puede tener que ver con que las identidades de los partidos políticos se han diluido y ahora se votan líderes en lugar de partidos?
Sí, está claro. Pero el líder también es alguien que institucionaliza. La historia de América Latina está llena de este tipo de liderazgos. José Figueres en Costa Rica fue un líder muy fuerte, un tipo tremendamente aguerrido pero él tuvo la capacidad de institucionalizar este liderazgo y su primer mandato en un partido político, el Partido de Liberación Nacional de Costa Rica, que es un partido que logró asentarse perfectamente y con una vocación mayoritaria. Por otro lado, contrapongo la figura de Juan Domingo Perón que tenía una ansia por el poder muy fuerte y eso marca lo que va a ser el peronismo y lo que va a marcar el liberacionismo.

Las PASO entre la ciudad y el campo


 

  Por Marcos Schiavi, el 16 de Agosto de 2017.




Hace cinco meses escribimos “PRO y Conurbano: un vínculo incierto” y en ese momento afirmamos que las elecciones del 2017 en la provincia de Buenos Aires eran un interrogante y que podían ser una gran noticia para el gobierno de Cambiemos o todo lo contrario. Además nos preguntábamos: ¿Podrá el PRO superar su identificación con la CABA?; ¿Cuánto impactará en las elecciones el resultado que alcance la gestión?; ¿Predominará la (nueva) comunicación? Analicemos brevemente algunos puntos de los resultados del 13 de agosto y, en base a estos, veamos si podemos contestar alguna de estos interrogantes.

Como mencionamos en su momento, en los 24 distritos que conforman el Gran Buenos Aires, en agosto de 2015, Daniel Scioli le ganó a Cambiemos por alrededor de 800.000 votos. En octubre de 2015, por 600.000. Incluso Aníbal Fernández le ganó a María Eugenia Vidal, con una diferencia de algo más de 100.000 votos. Aunque aún falta el recuento definitivo, que seguramente ensanche la diferencia, en el conurbano Cristina Fernández de Kirchner superó a Esteban Bullrich por 400.000 votos.

En octubre de 2015 Scioli había superado a Macri en 20 de los 24 distritos, Aníbal Fernández y Vidal se los repartieron en mitades, y el domingo pasado CFK ganó en 15, el 60% de los municipios del conurbano, dentro de los cuales se encuentran los cinco distritos más grandes. En relación de la elección de Vidal/Aníbal, los que cambiaron de signo fueron: Avellaneda, Lanús y Quilmes (esto último fue el distrito que mostró mayores distancias entre ambas elecciones). Cambiemos mantuvo su hegemonía en el norte y en el primer cordón del oeste mientras que el kirchnerismo ganó en el segundo cordón del oeste y en todo el sur.

De los 9 distritos en donde Bullrich superó a Unidad Ciudadana, cinco fueron por dos puntos o menos (San Martín, Ituzaingó, San Fernando, San Miguel y Tigre). En dos tuvieron diferencias por encima del 35% (Vicente López y San Isidro). CFK, por su parte, en once municipios ganó por más de 10% (las mayores diferencias se dieron en Florencio Varela, Merlo, José C. Paz, La Matanza y Moreno, superando el 20%). Sólo en dos casos la diferencia fue exigua: Hurlingham (2%) y Lanús (por céntimos). Es decir, en casi un tercio de los distritos del Conurbano (siete, específicamente) CFK y Bullrich tuvieron una diferencia de dos puntos o menos.



Luego de este brevísimo panorama vayamos a los interrogantes originales.

¿Los resultados de las PASO en el Conurbano fueron una buena noticia o un problema para el gobierno? La respuesta no nos aparece clara. En comparación al resto del país es un problema. Si uno ve la película 2015-2017, es una buena noticia aunque lejos del techo electoral Bullrich perdió en el conurbano por menos que el Macri de octubre de 2015 pero por mucho más margen que Vidal, quien, recordemos, ganó en toda la provincia salvo en el conurbano.

En cantidad de votos su elección fue semejante a la presidencia de octubre de 2015 (apenas unas decenas de votos más): alrededor de 1.650.000 votos. En relación a las PASO 2015 fue un avance sustancial; si se la compara con las elecciones a gobernador perdió más de 200.000 votos. A nivel provincial, la diferencia que Unidad Ciudadana le sacó en estos 24 distritos (alrededor de 6% en casi dos tercios del padrón), la recuperó en el tercio provincial restante. La elección fue mejor de lo esperado, pero sin llegar al techo de Vidal 2015.

¿Pudo el PRO superar su identificación con la CABA? Obviamente, esta es una pregunta que no puede encontrar respuestas en poco tiempo. Si ocurre será un proceso de mediano largo plazo. Sí podemos afirmar, desandando lo que planteamos en el texto anterior, que la figura de Massa como representación de un sector del Conurbano sufrió un duro golpe. Y que Vidal parece estar logrando consolidar la representación social de una minoría importante del área. Claramente ocupa el espacio que el presidente no puede ocupar.

¿Cuánto impactó la gestión? Aquí tenemos muchas variables a analizar, pocas certezas, pero sí algunos números sorprendentes. Las variables de gestión y su impacto van desde la caída del poder adquisitivo del salario real y los tarifazos, a la multiplicación de obras públicas y los permanentes anuncios de la “lucha contra las mafias”, todo eso es Cambiemos. La reparación histórica y los medicamentos del PAMI. Medir cuánto impactó esto es complejo, más considerando que los resultados no son ni el piso ni el techo del 2015. Si lo que llama la atención es lo que ocurrió en seis distritos gobernados por Cambiemos (San Isidro, Vicente López, Morón, Lanús, Quilmes y Tres de Febrero). Allí Bullrich obtuvo casi 100.000 votos menos que Vidal en 2015. Quilmes fue el municipio donde más votos perdieron. Los millonarios aportes que alguno de estos distritos obtuvieron del gobierno nacional y provincial parecen no haber ayudado a la consolidación del voto de 2015. Se puede suponer que las nuevas gestiones municipales de Cambiemos aún no han generado un impacto positivo.

¿Predominó la (nueva) comunicación? La comunicación vía redes fue parte importante del mito de la victoria PRO de 2015. Como mencionamos antes, esta herramienta es un intercambio privado y no público, lo que no permite conocer fácilmente el real alcance de la pauta publicitaria y las viralizaciones. Tan importante fue en 2015 que dos años después la campaña de la principal opositora al gobierno, CFK, se basó casi completamente en esa herramienta. Ahora bien, y volviendo al oficialismo, las últimas dos semanas de la campaña demostraron la limitación de esta (nueva) comunicación. La aparición constante de Vidal en televisión, en un raid que demostró la fuerte alianza del gobierno con los principales medios de comunicación, da cuenta de esos límites. No alcanzaba con Facebook.

En dos meses conoceremos cuál será el resultado final de estas elecciones legislativas. Sí podemos afirmar que en el marco de unos resultados nacionales muy positivos, el Conurbano sigue siendo uno de los territorios más hostiles para Cambiemos. En el interior de la provincia de Buenos Aires, Cambiemos ganó por 400.000 votos. En la Ciudad de Buenos Aires, sacó una diferencia de 640.000 votos. En el medio del campo y la Ciudad, el Conurbano.

Elecciones 2017 Cordobesismo, el regreso



Por Dante Leguizamón


Córdoba volvió a darle una alegría a Macri: su candidato, el ex árbitro de fútbol Baldassi, se impuso en las PASO. Hace dos años, una mayoría abrumadora se pronunció en las urnas contra el centralismo de Buenos Aires y, sobre todo, contra el kirchnerismo. Con datos comparativos, escenas de luchas obreras fallidas y sus encuentros con Baldassi, Dante Leguizamón reactualiza el concepto “cordobesismo”.



Aeropuerto Córdoba. Dos semanas antes de las P.A.S.O.



Junto a un referente kirchnerista cordobés, esperábamos a unos amigos que regresaban en el último avión que arriba desde Buenos Aires. Una voz nos interrumpió:



—¡Eeeh muchachos! ¿Cómo andan?



Al darnos vuelta vimos que Héctor “la Coneja” Baldassi se acercaba con los brazos abiertos. Ellos se conocen de la política y yo lo conozco de mi pueblo: ambos somos de Río Ceballos y fue alumno de mi mamá. En medio de la charla apareció un señor, con la remera de Belgrano, emocionado.



—Che, pibe. Sacame la foto —le dijo al legislador kirchnerista mientras se abrazaba al árbitro, feliz. Intervine y pedí ser el fotógrafo. Tras la foto, Baldassi hizo tres chistes seguidos y se negó a dar números de las encuestas con un simple: “estamos tranquilos”. Después tiró otros tres chistes más y nos abrazó de nuevo. Mientras lo miramos irse, me di cuenta de que éramos un público sonriente. El legislador dijo:



—Es imposible no quererlo a este culiado.



Veinte meses después del “Cordobesismo”



En 2015 Anfibia publicó la nota “Cordobesismo”. El texto, comenzaba así: “El día del balotaje, un vecino de Buenos Aires pagaba 3 pesos el boleto de colectivo gracias a los subsidios del gobierno nacional; el de Córdoba costaba 7,10. Un amigo que vive en Palermo, pagaba 80 pesos de luz subsidiada en un 3 ambientes. El autor de esta nota paga 380 a la Empresa Provincial de Energía (EPEC) en los meses más baratos. Un tubo de gas –donde vivo no hay gas natural aunque estoy a unos 45 minutos del microcentro de Córdoba– cuesta 600 pesos y dura, en invierno, entre 3 y 4 semanas. No quiero ni saber cuánto pagan de gas por mes en la Capital Federal”.





Dos años después, esta otra nota sobre cordobesismo debe revisar aquellos datos: en 2017 el colectivo en Ciudad de Buenos Aires cuesta entre 6 pesos y 6,50; en Córdoba, 12,55 pesos. Una familia tipo de 4 personas en la Ciudad Autónoma paga, en un tres o cuatro ambientes, 600 a 800 pesos de gas, 750 pesos de luz y 800 de agua (hay casos de boletas de dos mil y tres mil pesos, pero no son mayoritarios). La misma familia en Córdoba pagaría entre 2000 y 2700 de gas, 1600 de luz y 800 de agua.



La ola amarilla cordobesa que le dio la presidencia a Cambiemos trajo espuma. El gobierno de Macri le otorgó al de su amigo Juan Schiaretti la coparticipación que le había sido negaba durante la administración Kirchner así como la posibilidad después de pagarle a los fondos buitre de sacar créditos internaciones en dólares —Dios sabe cómo se pagarán— pero en la vida cotidiana de los cordobeses, sus gastos siguen empeorando. El problema es que ahora no hay a quién echarle la culpa.



El Cordobazo cordobesista



En junio pasado la ciudad capital fue testigo de un Cordobazo. Esta vez la palabra mítica de la historia gremial argentina no estuvo vinculada al peso simbólico de la gesta obrera de 1969, sino al peso concreto de la frase acuñada en diciembre de 2015 por el presidente Mauricio Macri tras ganar el balotaje: “Esto es un nuevo Cordobazo”. Lo dijimos en aquella nota: la idea de Macri está directamente relacionada con el concepto “cordobesismo”, creado en su momento por José Manuel De la Sota, el hombre que hace 19 años fundó la alianza Unión por Córdoba (UpC) que desde entonces gobierna la provincia. Según el investigador del Conicet, Juan Manuel Reynares, estudioso de la historia del peronismo cordobés, la alianza UpC es “una etiqueta electoral que cobija dirigentes partidarios, empresarios y técnicos de un amplio abanico de la derecha local”.



El 4 de junio de 2017 los delegados de los choferes de la ciudad de Córdoba, agremiados en la Unión Tranviarios Automotor (UTA) local -intervenida desde Buenos Aires hace más de un año decretaron un paro de transporte que duró algo más de diez días y terminó con 206 choferes despedidos –158 mediante telegrama, el resto en una especie de limbo-. A ello se agregó, unos días más tarde, una asamblea (organizada por la intervención de la UTA) en la que algunos compañeros de los delegados votaron por la destitución de sus representantes tal cual lo deseaba el empresariado, el gobierno provincial, el gobierno municipal y los analistas políticos de los grandes medios.


El argumento para culpar a los choferes de “mantener de rehén a la sociedad cordobesa” tenía asidero. Por una razón legal muy debatible (los choferes querían que, además del acuerdo logrado en la paritaria de UTA nacional, se les reconociera un porcentaje que llevaba la paritaria local del 21 al 32 por ciento) gran parte de la población sufrió de manera injusta las consecuencias de la protesta. Un millón de cordobeses quedó a merced del paro. Sin embargo, la idea de criminalizar a los choferes y sus delegados tenía un objetivo mucho mayor: comunicar al pueblo de Córdoba las consecuencias de enfrentar al establishment local.



Los delegados -en su gran mayoría de izquierda- no midieron el tiempo político, endurecieron demasiado su postura y fueron abandonados por sus referentes a nivel nacional. De esa manera, abusaron de la paciencia de los usuarios y terminaron poniendo en riesgo la fuente laboral.



Cuando las autoridades municipales parecían vencidas, gran parte de lo que podríamos llamar “el arco político-económico” se aglutinó y decidió que no había más tiempo de negociación. Una foto resume esta posición: reunidos en el municipio los representantes de la “multisectorial” con Schiaretti, su vicegobernador Martín Llaryora –el derrotado primer candidato a diputado de UpC en las PASO del domingo-, el intendente radical de Cambiemos Ramón Mestre a la cabeza rescataron junto a las cámaras empresarias una vieja Ley redactada en tiempos de De la Sota en el poder y terminaron sancionando una norma que declara al Servicio de Transporte Público como servicio esencial. Aunque la norma va en contra de las pautas que sostiene la Organización Internacional del Trabajo (OIT), al cordobesismo eso no le importa.



Hubo una manifestación masiva de la que se ausentaron los gremios grandes de Córdoba. Quien sí acompañó a los delegados hasta el final fue Lucio Garzón Maceda, el emblemático abogado laboralista que en 1969 asesoró y participó junto a Atilio López (UTA), Elpidio Torres (SMATA) y Agustín Tosco (Luz y Fuerza) en la organización del Cordobazo en 1969.



Cuando le pregunté sobre estas dos etapas del gremialismo y la protesta de los delegados a Lucio Garzón Maceda, dijo:



—Marché ese día pero les dije que estaban equivocados y habían hecho un desastre. Sin embargo, por más errores que cometieron los trabajadores de la UTA nunca había pensado que la sociedad cordobesa se sentaría, como aquellas mujeres que tejían mientras se decapitaba a los rebeldes en la Francia de Robespierre, a pedir la cabeza de los trabajadores.



2014. Aeroparque, Buenos Aires.



Estábamos sentados con un consultor cordobés en un bar de Aeroparque. Se acercó Héctor Baldassi. Saludó y se sentó. Tomamos un café. El consultor le preguntó:



—Te das cuenta de que vas a ser el futuro gobernador de Córdoba, ¿no?

Baldassi se rió.

—Me falta mucho, recién estoy empezando. Tengo que aprender más.



Por entonces con él sólo se podía hablar de fútbol. Después de un rato se levantó, pagó su café y se fue a tomar el avión. Le pregunté al consultor:



—¿Le da para ser gobernador?

—¿Y a vos te parecía que a Scioli le daba para gobernar Buenos Aires?



Córdoba y sus metáforas



El historiador César Tcach tiene una mirada sobre la historia de Córdoba que resulta interesante para entender aquella dualidad entre la provincia rebelde de la reforma del ‘18 y el Cordobazo y la provincia conservadora que aterroriza a los porteños progres (que por otro lado, no se hagan los tontos, también votan abrumadoramente a Macri, Vidal y Carrió). Según afirma, la cultura política de Córdoba es fuerte hasta el punto de ser autónoma, distinta y con una proyección nacional que no todas las provincias del país poseen. En ese contexto plantea tres metáforas centrales para entender nuestra historia.



Según su mirada Córdoba es una ciudad “de frontera” en lo político cultural donde conviven polos opuestos y contradictorios que por momentos le han dado a la provincia una dinámica explosiva que va de lo revolucionario a lo moderado, en algún caso conservador. Esta realidad se conjuga con una curiosidad: tanto el radicalismo como el peronismo local contienen en sí mismos ambos elementos.



En el radicalismo conviven laicos y progresistas con conservadores y clericales. De la misma forma el peronismo provincial, que tuvo una matriz conservadora en sus inicios integrado por representantes del patriciado cordobés y la Acción Católica, llegó a integrar también a sectores progresistas como el Atilio López o el Obregón Cano de los años 70. Clericalismo y el anticlericarismo están en el interior de las fuerzas políticas provinciales.





Una segunda metáfora indica que Córdoba se ha mostrado en diferentes oportunidades como el rostro anticipado del país. Esto ha ocurrido tanto por izquierda como por derecha. La Reforma Universitaria de 1918, el Cordobazo son ejemplos y también lo es el levantamiento de setiembre de 1995 que tuvo a Córdoba como eje y que llevaría al general Lonardi a declarar por cuatro días durante aquel mes a esta provincia como la capital del país, llegando incluso a imprimir una estampilla con ese sello.



La tercera metáfora es la de la Isla. Aunque no lo crean esta provincia sin salida al mar tiene -construido por Unión por Córdoba- un faro que vigila. Lo curioso es que algunos creen que ese faro no guía a nadie, pero resulta que eso es falso. En ese faro funciona el panóptico más grande de la provincia. Allí se dirigen las señales de las cámaras de seguridad que, distribuidas en todo el territorio de la ciudad, le permiten a la Policía controlar a los ciudadanos.



La isla que supo acuñar Eduardo César Angeloz en lo ‘80, en realidad se remonta a muchos años antes. En 1930 mientras en el país se gobernaba con el fraude electoral relegando las libertades públicas, en Córdoba las gobernaciones de Amadeo Sabattini y Horacio Del Castillo se sostenían sin fraude, sin presos políticos y llegaron incluso a reconocer a nuevos sindicatos. Tcach lo resume así: “Para Sabattini el Estado no es sólo guardián de las leyes, es también un creador de derechos y esos derechos son derechos sociales”.



En 1959 Arturo Zanichelli (padre de la primera esposa de José Manuel de la Sota) llegó al poder acompañando el proyecto conciliador de los primeros tiempos de Arturo Frondizi. Sin embargo, cuando el presidente se aleja de aquellos conceptos, y nombra a Álvaro Alzogaray como su ministro de economía, Zanichelli se rebela y, por seguir con sus conceptos conciliadores, termina sufriendo la intervención de la provincia. Algo similar ocurre en 1974 cuando Perón gira a la derecha y Obregón Cano junto a Atilio López mantienen su mirada progresista de izquierda que los condena a un golpe de Estado provincial que deriva en otra nueva intervención y la implementación del terror en Córdoba, dos años antes del Golpe.



Para Tcach en los últimos tiempos aquella metáfora inicial de las tensiones que hacían a Córdoba diferente “se ha normalizado”. Ante la consulta sobre si se corrió a la derecha, contestó: “Córdoba no es lo que fue. Es una provincia más. Y estas metáforas son objeto de usos. De los usos de la historia que hacen los políticos. Córdoba hoy carece de la estructura social que dio sustento a esas visiones contrapuestas”.



En este sentido Tcach ofrece un ejemplo que quizá sirva para entender por qué se produjo el Cordobazo Cordobesista en relación al paro de transporte. En sus palabras el vector del movimiento obrero cordobés en la década del 60 y del 70 era el sector metalmecánico y sus referentes (impulsores del Cordobazo) estaban vinculados a los sectores más dinámicos de la economía. Hoy las bases del movimiento obrero están vinculadas al sector terciario de la economía: el de los servicios públicos. Los trabajadores del transporte.



Las tensiones que según aquella metáfora inicial impulsaron a Córdoba a ser la rebelde, han desaparecido. El conservadurismo de los partidos hegemónicos se fagocitó las rebeldías.



Bar. Córdoba, 2017



Empecé a bocetar esta nota una semana antes de las elecciones en otro bar. Escribía mientras en otra mesa vi dialogar a un consultor (otro, no el de Buenos Aires) y un concejal filo K. De repente me golpearon la mesa como un tambor tatatata. Era Baldassi.



—¡¿Cómo andás Papá?!

—Qué hacés culiado. Escribiendo sobre vos. Las encuestas dicen que arrasás ¿Vas a ser gobernador?

—Siempre con lo mismo. Quedate tranquilo que yo estoy tranquilo.



En diez minutos entraron siete personas a saludarlo. Hizo chistes, las mozas dijeron que iban a votarlo, los de las otras mesas también. Al rato se fue y pagó mi merienda, la del consultor, la del concejal y no sé si alguna más. Abrazó a todo el mundo.



—Está aprendiendo —me dijo el consultor—. Es un huracán.



Cinco elecciones, los mismos números



En diciembre de 2015 decíamos que el apoyo abrumador del electorado cordobés a Macri tenía un sentido. Que el enfrentamiento entre el gobierno nacional de Cristina Fernández de Kirchner y el provincial del tándem De la Sota-Schiaretti había sido utilizado mejor por estos últimos: “Córdoba es, esencialmente, conservadora y etnocéntrica. Si la atacan, se encierra; y si no la atacan, se encierra también”. Pero también decíamos que ese voto no era un voto puro PRO, sino fruto de ese mismo enfrentamiento entre nuestra provincia y el poder central. Un voto que, además, tenía aires de desprecio hacia el resto del país.





Las PASO 2017 no han mostrado ninguna sorpresa. Lo que sí parecen insinuar es que ese electorado conservador que desde 1999 a esta parte prefirió sostener en el poder a la alianza Unión por Córdoba parece inclinarse (gracias a la imagen de Mauricio Macri) un poquito más hacia Cambiemos.



Tomemos las últimas cinco elecciones que hemos tenido en esta provincia. En junio 2015 se elegió gobernador y la elección la ganó el peronismo (UpC) que llevaba a Schiaretti como candidato, con el 39,99% de los votos. La segunda fuerza fue Cambiemos (Oscar Aguad- Héctor Baldassi) con el 33,74%. Juntas sumaron el 73,73 del total. Poco más de un mes después se realizaron las PASO para presidente. El gobernador a punto de terminar su mandato, De la Sota, disputaba internas con el Frente Renovador de Massa en la Alianza UNA. El resultado fue: 38,79 (De la Sota) y Mauricio Macri 35,38. Juntas ambas fuerzas sumaron 74,17. En las generales de octubre (ya sin De la Sota como candidato que había perdido las PASO, pero con él jugando claramente para Massa) Macri obtuvo el 53,24% de los votos y Sergio Massa el 19,21. Juntas sumaron 72,45 de los votos. Un mes después, cuando se produjo el balotaje, Macri obtuvo el 71,51 por ciento de los votos.



No soy consultor, quizá ni llego a analista político pero creo que está claro que al menos un 70 por ciento de la sociedad cordobesa vota hacia la derecha. Vota hacia la normalidad de los últimos 30 años y no tiene interés en valorar aquellas tensiones que la convirtieron en la provincia rebelde que añoran en otros lugares del país. En conclusión: a nadie debería sorprenderle que en estas PASO 2017, si se suman los votos de Cambiemos (44,51) y Unión por Córdoba (28,58), el número dé 73,09. El votante cordobés sigue apostando al cordobesismo.



¿El kirchnerismo cordobés? Disgregado, con algunos dirigentes que buscaron calor cerca de De la Sota y Schiaretti, llevó como cabeza de lista a Pablo Garro, titular del gremio universitario Adiuc: 9,89% de los votos, apenas por debajo del 10% que había sacado el kirchnerismo en las PASO 2013.



13 de agosto, PASO. Colegio Espíritu Santo, Río Ceballos.



Mientras esperaba a mi hermana, que fue fiscal general, para llevarla a su escuela a votar, un amigo me paró y me preguntó:

—Y… ¿A quién hay que votar?

Lo miré, estaba por contestarle cuando escuché de nuevo esa voz.

—¡Qué hacés Papáaaaaa!

—Hola loco. Cómo andás.

Yo ya sabía que él ganaba: la boca de urna que me habían pasado unos minutos antes decía que si se sumaban los votos de Cambiemos, le sacaba más de 16 puntos a UpC.

—La vine a traer a mi vieja —dijo Baldassi mientras la gente se le acercaba, emocionada.



Esa tarde, en mi pueblo que todavía hoy sufre las consecuencias de la inundación de febrero de 2015 en las que el kirchnerismo –a excepción de sus militantes- se mantuvo ausente, los resultados fueron los siguientes: Cambiemos: 6442 votos, UpC 2590, el kirchnerismo 1469.



Lo que pasó y lo que viene



El final de esta nota anfibia debería ser exacto al final de la nota de diciembre de 2015:



“Córdoba no cambió. La provincia fue coherente con su historia conservadora de las últimas décadas. Y no se pudo, no se supo o no se quiso desde el gobierno nacional (Cristina Kirchner) llegar a fondo con políticas –y referentes- capaces de generar un ‘contra Córdoba’, capaz de doblarle el brazo al poder del conservadurismo lúcido local. (…) Ahora, como siempre, nos sentimos una isla, la más pro de todas las islas, a la espera de las soluciones que lleguen del puerto de Buenos Aires.



Me atrevo a agregar algo más. La estrategia de UpC de demonizar al kirchnerismo en tanto “gobierno central que se queda con nuestras riquezas” para afianzar el cordobesismo y ganar elecciones, quizá sea la peor trampa que el peronismo cordobés se hizo a sí mismo. Imposibilitado por su orgullo anti k de seducir al votante kirchnerista –o al menos de darle un espacio significativo dentro de su sector- UpC ha terminado encerrado en la postura personalista y aislacionista de sus dirigentes.





Por ello no le sirvió de nada que, cuando veía venir la derrota, sus referentes hayan salido a marcar diferencias con Cambiemos. El mismo gobernador, que apenas unos meses atrás bailó en una tarima junto a su amigo Mauricio Macri, trató de criticar al Presidente y retomar aquello de “las agresiones contra Córdoba” pero el problema es que, a esta altura, el cordobesismo como “normalizador” de las anomalías cordobesas, no tiene identidad partidaria definida. Antes de ayer fue radical, ayer fue UpC y hoy -aunque Schiaretti siga teniendo una imagen positiva en la sociedad que supera el 60%- está virando hacia Cambiemos.



En Córdoba, la marca Cordobesismo con la que De la Sota buscaba exportar su propio mito de gobierno, está mutando. Cambiando de dueño. Baldassi ríe y hace reír. No creo que le interese saber qué es este cordobesismo del que hablamos, pero hoy es su principal referente.



Los choferes de UTA siguen sin trabajo. Y Córdoba, va.

Lo que se sabe del atentado en La Rambla de Barcelona

Fuentes oficiales confirman que el atropello fue "deliberado y masivo" y confirman que hay, al menos, 13 víctimas mortales y más de 100 personas heridas





Una furgoneta se ha introducido en La Rambla de Barcelona este jueves y ha atropellado a un número indeterminado de personas a su paso. Por el momento, las fuentes oficiales hablan de, al menos, 13 muertos y más de 100 heridos. El ISIS ha asumido la autoría del atentado a través de la agencia Amaq:
Lo que se sabe del atentado:


A las 16.50 horas, una furgoneta accedió por el carril central en La Rambla de Barcelona y atropelló a decenas de personas en el atentado más grave que sufre España desde el 11-M en 2004 (y el primero yihadista desde entonces). El vehículo inició su recorrido en la plaza Catalunya y avanzó 530 metros, hasta llegar a la zona del teatro del Liceu.


Posteriormente, el sospechoso ha salido del vehículo y se dio a la fuga. No profirió ningún grito y no hubo "pruebas visibles" de que fuera armado.


Fuentes oficiales han confirmado que la cifra de muertes se eleva a 13 y hay más de 100 heridos, de 18 nacionalidades. El número de fallecidos puede aumentar, según las declaraciones de el mayor de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluís Trapero.
Inmediatamente después fueron evacuadas y cerradas la Plaza Catalunya, Ronda Universitat y Pelayo, así como diferentes zonas céntricas, comercios y hoteles de la zona.
El Estado Islámico (ISIS) ha reivindicado el atentado.
Es el ataque terrorista más grave ocurrido en España desde el 11 de marzo de 2004. Un total de ocho atentados con atropello se han perpetrado en Europa en el último año.

Lo que se sabe de la investigación:
Las autoridades catalanas aseguran que hay dos detenidos en relación con el atentado y que ninguno de ellos es el conductor de la furgoneta, que sigue huido. Los Mossos d'Esquadra investigan de qué forma los arrestados están vinculados con el ataque.
Uno de ellos es el marroquí Driss Oukabir, de 28 años, detenido en Ripoll. El otro, nacido en Melilla, ha sido arrestado Alcanar.
En esta localidad, se registró en la noche del miércoles una explosión en un edificio que causó la muerta de una persona y dejó siete heridos. En un primer momento, el hecho se atribuyó a una acumulación de gas. Sin embargo, por la tarde, las fuerzas de seguridad vincularon este suceso con el atentado en el centro de Barcelona.
Los Mossos d'Esquadra también informaron de un fallecido que al volante de un vehículo trató de rebasar un control de la policía en la localidad de Esplugas de Llobregat. Tras atropellar y romperle el fémur a un agente, fue abatido por las fuerzas de seguridad. Es de nacionalidad española y no tiene antecedentes. Según las autoridades no tiene relación con los detenidos.
Durante buena parte de la tarde se creyó que había dos personas atrincheradas en un local cercano al lugar del atropello. Los Mossos d'Esquadra lo desmintieron por la noche.
El teléfono que ha facilitado Interior para dar información sobre los hechos ocurridos es el 900 40 00 12.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se ha desplazado a Barcelona junto a Soraya Sáenz de Santamaría y el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido. El Rey Felipe VI también lo hará y estará el viernes en la plaza de Cataluña para unirse al minuto de silencio en solidaridad con las víctimas.

El Estado Islámico asume la autoría del atentado de Barcelona

El grupo yihadista es el ejecutor, según la agencia que ejerce como portavoz oficioso

Un grupo de gente se desplaza entre el despliegue policial en el lugar del atentado, en las Ramblas de Barcelona.


El Estado Islámico ha reivindicado a través de su rama mediática, Amaq, el atentado terrorista perpetrado este jueves en Barcelona con al menos 13 muertos y 80 heridos. “Los ejecutores del ataque en Barcelona son soldados del Estado Islámico y han realizado una operación contra un país de la Coalición”, clamó horas después del ataque el mensaje difundido por el ISIS en las redes sociales.

Los expertos interpretan que cuando los yihadistas hablan de "la Coalición" se trata de la Coalición internacional liderada por Estados Unidos que desde septiembre de 2014 bombardea objetivos del ISIS en Siria e Irak. Entre los 68 países participantes se encuentra España, que aporta unos 425 efectivos dedicados, principalmente, al adiestramiento de las Fuerzas Armadas iraquíes y la policía federal en a lucha contra el terrorismo.

España participa también en una operación bilateral con Francia en Gabón y Senegal, con dos aviones de transporte aéreo para tropas y material táctico con un despliegue de unos 100 efectivos. En Mali, donde los grupos terroristas se hacen fuertes en el norte, el Ejército español asiste a las tropas locales con 150 soldados.
Mensaje de ISIS donde reclama la autoría del atentado


En Turquía, además, en el marco de la OTAN, España ha desplegado una treintena de baterías antimisiles antes el riesgo de ataques desde Siria, donde se han destacado a 150 militares.

Al menos cinco terroristas abatidos en un segundo atentado en la costa catalana

Al menos cuatro terroristas abatidos en Cambrils

Tras la matanza en la tarde del jueves en la capital catalana, que ha causado al menos 13 muertos y más de 100 heridos, un segundo ataque deja varios heridos en la costa de Tarragona

Los servicios de emergencia trasladan a una de las personas afectadas por el atentado en Las Ramblas de Barcelona.

Una furgoneta ha atropellado esta tarde a decenas de personas en La Rambla de Barcelona en un atentado terrorista asumido por el ISIS. Hay al menos 13 muertos y más de un centenar heridos, 15 de ellos se encuentran en estado grave. Además de la furgoneta con la que se ha perpetrado el ataque, hay otra que los agentes han interceptado en Vic. Hay dos detenidos y se ha identificado a uno de los supuestos autores, Driss Oukabir, pero un hombre con esta identidad ha denunciado haber sido suplantado por su hermano. El conductor de un coche que arrolló a varios mossos en un control ha sido hallado muerto a tres kilómetros de distancia.

Muerte en La Rambla, brutal atentado en Barcelona



 
Cuerpos en la acera y desesperación. Una escena brutal captada poco después del ataque en La Rambla de Barcelona.

 Al menos 13 personas murieron y más de 100 personas resultaron heridas, 15 de ellas de gravedad, en un cruento atentado perpetrado con un furgón que arrolló a la multitud sobre La Rambla de Barcelona y que Estado Islámico reivindicó. La furgoneta arrolló a los transeúntes por decenas haciendo "eses" a lo largo de 700 metros por una zona que está llena de gente, en su mayoría turistas extranjeros, a cualquier hora del día. El autor del atentado abandonó posteriormente la furgoneta y huyó a pie por el barrio cercano del Raval, con gran presencia de población árabe. La policía desalojó la zona de La Rambla y ordenó a los restaurantes y tiendas que bajaran las persianas, provocando momentos de pánico entre la población.
Las autoridades confirmaron la detención de dos personas tras el atentado, sin ofrecer más detalles.

Fuentes policiales informaron que un presunto terrorista, que aún no se sabe si participó en el atentado, fue abatido horas después a tiros por la policía cuando intentó saltarse un control policial instalado a las afueras de Barcelona hiriendo a dos agentes.
Otro hombre identificado como Driss Oukabir Soprano acudió a la comisaría de Ripoll (a unos 100 kilómetros de Barcelona), donde reside, y denunció el robo de su documentación.
Antes las fuerzas policiales habían difundido la imagen de esta persona como presunto autor del ataque. Los terroristas habrían utilizado dos furgonetas para el atentado: una con la que perpetraron el atentado, y otra que la policía sospecha que iba a ser utilizada para huir y que fue localizada en Vic, ciudad a 82 kilómetros de Barcelona y que tiene una alta tasa de inmigración árabe.

Tras condenar el atentado, las autoridades catalanas decretaron tres días de luto y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, convocó para mañana un minuto de silencio en la Plaza de Cataluña para "demostrar que no tenemos miedo". El presidente del gobierno regional catalán, Carles Puigdemont, declaró que tras otros atentados en ciudades europeas "hoy le ha tocado a Barcelona".


Puigdemont expresó que "no dejaremos que una minoría acabe con nuestra forma de vida. Los catalanes somos y seremos gentes de paz y gentes de acogida".
El presidente, Mariano Rajoy, suspendió sus vacaciones en Galicia y se dirigió a Barcelona para coordinar el operativo de seguridad. "Los terroristas nunca derrotarán a un pueblo unido que ama la libertad frente a la barbarie", escribió Rajoy en Twitter. España se encontraba desde 2015 en un nivel de alerta antiterrorista 4 de una escala de 5.
Con este atentado el terrorismo yihadista volvió a golpear a España 13 años después de los atentados de trenes del 11 de marzo de 2014 en Madrid, en el que murieron 191 personas.

Según el INDEC las ventas bajaron un 5% en los shoppings

El INDEC registró una merma en el consumo del 5% en los centros de compras y del 1,2% en los supermercados.



Por la pérdida del poder adquisitivo, las ventas en los supermercados descendieron 1,2% en junio contra igual período de 2016. En los shoppings, el INDEC registró una baja del 5,1%.

En supermercados, las ventas a precios constantes en junio sumaron un total de $ 21.416,4 millones. Esto representa una caída de 1,2% respecto de igual período de 2016.

A precios corrientes, la facturación de junio sumó $ 27.726,1 millones. El aumento fue del 20,3% respecto al mismo mes del año anterior.

En los centros de compras, las ventas a precios constantes de junio alcanzaron los $ 4.340,3 millones. Esto representó una caída de 5,1% respecto al mismo mes del año anterior.

La facturación a precios corrientes en junio fue de $ 5.249,6 millones. La suma representó un aumento de 11,3% respecto al mismo mes del año anterior.

El 'Chino' Navarro y Pérsico se reunieron en secreto con Taiana

La reunión se da en el marco de una implosión del espacio de Florencio Randazzo.


Fernando 'Chino' Navarro.



Fernando ‘Chino' Navarro y Emilio Pérsico mantuvieron hoy una reunión con Jorge Taiana donde se conversó la posibilidad de un acercamiento a Unidad Ciudadana.





La cúpula del Movimiento Evita se reunió para definir los pasos a seguir. Todo ocurre en el marco de un complejo estado de ebullición en el armado de Florencio Randazzo tras la elección del domingo.



Tras los magros resultados de la elección, los intendentes y sectores con peso que se jugaron por un Randazzo competitivo salen a buscar contención en otros espacios.



Por caso, este jueves se dispararon versiones de un acuerdo entre el intendente de San Martín, Gabriel Katopodis, con Cambiemos. Es que el Defensor del Pueblo, Guido Lorenzino (un hombre que responde a Katopodis), salió a pedir el voto electrónico en medio de la polémica por el recuento de los votos de la Provincia. No solo eso, sino que se encargó de enfatizar que el último domingo "no hubo fraude".



La situación de Katopodis es compleja. El intendente quedó cuarto en su propio municipio y sabe que eso puede ser un problema para la gobernabilidad, al perder fuerza en el Concejo Deliberante. Por eso, no desconoce que necesita algún tipo de apoyo para poder gobernar.



A Cambiemos le conviene sostener el espacio de Randazzo como alternativa política para evitar que ese voto le sume a Cristina Kirchner. La estrategia es simple: será más fácil negociar con legisladores y concejales de Randazzo antes que con los de Unidad Ciudadana.



Por eso, en algunos distritos del Conurbano algunos referentes del ex ministro de Transporte comenzaron a tender puentes con el PRO de cara a la elección de octubre.



Pero la revuelta en el randazzismo alcanza también a otro intendente de peso de ese espacio: Juan Zabaleta (Hurlingham) quien promovió una cumbre de intendentes para comenzar a presionar al ex ministro para que baje su candidatura, convencidos de que les juega en contra tenerlo en la boleta.

Zabaleta promovió una cumbre de intendentes para bajar a Randazzo


En el kirchnerismo dicen que juega para ellos. Fue a Salto para convencer al intendente de cerrar con Cristina.





Florencio Randazzo sufre una revuelta en sus propias filas, donde algunos de los dirigentes que le respondían promovieron una cumbre el miércoles por la noche en Salto para comenzar a presionar al ex ministro para que baje su candidatura, convencidos de que les juega en contra tenerlo en la boleta.


El intendente de Hurlingham, Juanchi Zabaleta, es uno de los primeros que comenzó a correrse del randazzismo. En el kirchnerismo aseguran que el jefe comunal ya juega para ellos y -según contaron- fue el promotor de la visita que un grupo de referentes de Unidad Ciudadana hizo ayer a Salto, con el objetivo de arrimar al intendente Ricardo Alessandro.

"Randazzo nos ha firmado el certificado de defunción", sentenció ayer Alessandro en declaraciones radiales previas a ese encuentro y habló de la "mala experiencia" de competir en el espacio del ex ministro, en una confirmación anticipada de que abandonará Cumplir.

"Alessandro va a terminar bajando la lista", aseguró una fuente randazzista. Según supo este medio, de la cumbre en Salto que tuvo lugar entrada la tarde del miércoles, participaron -además de Zabaleta- la precandidata a concejal de Unidad Ciudadana en San Andrés de Giles, Marina Moretti; el intendente de Colon, Ricardo "Pito" Casi; y el funcionario local Aldo Saia.

Como contó este medio, los resultados del domingo dejaron a los intendentes randazzistas muy complicados en sus propios distritos y -ante la amenaza de que la gobernabilidad se complique en sus Concejos Deliberantes- exploran acuerdos por fuera del espacio Cumplir.


"Alessandro está viendo con quién cierra. Moretti lo quiere llevar a Unidad Ciudadana, mientras que Florencia Arietto lo llamó para convencerlo para que juegue con Sergio Massa. Va a terminar cerrando con el kirchnerismo", vaticinó una fuente cercana a Randazzo.

Lo curioso es que un rato antes de que iniciara la cumbre en Salto, Randazzo se juntaba con sus dirigentes en sus oficinas, en una reunión a la que no fueron ni el intendente de Hurlingham ni su par de San Martín, Gabriel Katopodis, que tampoco estuvo en Salto pero también da indicios de estar alejándose del ex ministro.


Randazzo reunió ayer a sus dirigentes. Zabaleta y Katopodis no fueron

"Obviamente escuchamos los comentarios de que Katopodis y Zabaleta se están abriendo, pero no tenemos una confirmación de ellos", dijo una fuente que participó de la reunión de Randazzo. En off, describió que primero se hizo un "balance" del espacio tras las PASO, pero luego se abrió la discusión sobre el rol de esos intendentes.

"No se pueden ir, en caso de que se vayan, ¿con qué sello piensan participar en octubre? ¿Con boleta corta por fuera de cumplir?", se preguntó esa fuente que insinuó que lo que buscan es que Randazzo se baje, algo que -aseguran desde el entorno del ex ministro- no sucederá.

Desde Cumplir intentan acallar las consecuencias negativas que podría traerles que se aparten Katopodis y Zabaleta. Ambos intendentes se excusan en que ya le avisaron a Randazzo que repartirán la boleta cortada. "Vas a sacar tres puntos en octubre. Si no hacemos algo, nos hundimos, no metemos ni un concejal y nos la van a cobrar", dicen que advirtieron al ex ministor.

En el randazzismo dijeron que la reunión de ayer fue para "calentar motores" y planificar la campaña de cara a las elecciones de octubre. En el espacio del ex ministro de Cristina dan por hecho que no se bajará. Incluso su compañera de fórmula, Florencia Casamiquela, se apuró a tuitear ni bien se dieron a conocer los resultados de las PASO: "El domingo no ganamos, ni perdimos: nacimos".

El randazzista Alejandro Dichiara fue uno de los que blanqueó el estado de ebullición del espacio, al afirmar durante una catarsis en Twitter que hay intendentes que tienen "huevos" para pedir que Randazzo se baje pero no se animaron a enfrentar a Cristina.

Dichiara aclaró: "Me refiero fundamentalmente a los intendentes que se juntaron con Florencio diciéndole que el peronismo necesita una renovación, salirse del cristinismo, pero se quedaron en unidad ciudadana para no perder su quintita, mientras Randazzo se inmoló por el peronismo".

Si bien el randazzismo terminó de arder después de las PASO, el ocaso comenzó antes y muchos intendentes usaron la estrategia de promover el corte de boleta en sus distritos. El caso de Alessandro -que recién ahora blanquea su alejamiento- es emblemático: su lista local sacó 1.815 votos más que la de Randazzo en Salta, en un caso de corte de boleta. Allí, la lista de concejales sacó más que el doble de la de senadores: 17,14 por ciento contra 8,42 por ciento.

NAGASAKI

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Pablo Touzon & Martín Rodríguez

Después del Hiroshima del 15, llegó el Nagasaki del 17. Los resultados electorales de este domingo revelan un fracaso del espacio opositor argentino. Porqué perdieron (perdimos) políticamente todos. Todos los peronismos: el kirchnerista (que no dio su batacazo bonaerense anunciado), el massista, el puntano, el cordobés y el pampeano, resumiendo que esos “gobernadores peronistas” que la prosa periodística invoca como poder detrás del poder puede ser un tigre de papel. Un tufo a Primavera Árabe ahí. Y también las “socialdemocracias” realmente existentes, manifestadas en el derrumbe del socialismo santafesino y de la candidatura de Martín Lousteau. Incluso la izquierda trotskista permaneció lejos del crecimiento que esperaba. Todos lejos de sus expectativas.

Subyació entonces en el análisis opositor preelectoral un cálculo: no tanto el de lo bien que se hicieron las cosas para ganar, sino el de lo mal que las hizo el gobierno para perder. Economicismo, realpolitik y astucia sociológica armaban el rompecabezas. Pero el gobierno salió airoso. Muy airoso.

Toda elección es presidencial


“Toda elección es presidencial”. Un tweet del Coronel Gonorrea que condensa la experiencia argentina en términos de elecciones de medio término, y que, a la vez, pone en evidencia “el elefante blanco en el living” que el oficialismo en la campaña ocultó. Es el principio de la Navaja de Ockam: la explicación más sencilla tiende a ser la más verdadera. Y es que esta primera elección desde el 10 de diciembre es una evaluación del desempeño nacional del gobierno de Cambiemos y de su presidente, Mauricio Macri. No un concurso de popularidad de la gobernadora Vidal, ni una encuesta de “campañas políticas comparadas”. Pura y sencillamente, una pregunta sobre el experimento de Cambiemos en el poder.


"la explicación más sencilla tiende a ser la más verdadera"

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El macrismo aprobó su bautismo de fuego como oficialismo. En una nueva apuesta al “purismo” amarillo (y pese a que lo empiojó el conteo de votos para tener tres horas triunfalistas en el prime time) logró un empate técnico con sabor a victoria en la elusiva y castigada Provincia de Buenos Aires, en donde compitió virtualmente sin candidato contra las dos veces presidenta y tantas veces ganadora en el distrito Cristina Fernández de Kirchner. Un kirchnerismo en versión pura también, ciudadana, pero que puede afirmar al menos su presencia electoral en algunos de los principales distritos del país (empatador en PBA, ganador en Santa Fe, perdedor en Santa Cruz, CABA y Córdoba) y una idea de unidad política, mas de lo que pueden jactarse tanto el PJ como el FR. El quid de la cuestión remite a que tras el Peronexit, el kirchnerismo ya no parece poder sintetizarse con otros. Como dicen las barras de fútbol: “no hacen amistad”. Lo demuestra el hecho que de haber competido con Randazzo dentro del marco de las PASO, hoy podría contar con sus votos como suyos “automáticamente”. Prefirió no hacerlo, y con eso liquidar hasta la ficción de una “casa común” en donde poder resolver y procesar una oferta de poder real para el 2019, cuanto menos. Al final… a la oposición le faltó política.

El grueso del peso de la responsabilidad opositora recae sobre el peronismo, único “universo” político con peso específico en gobernaciones y legislaturas, en la calle y en los sindicatos. Pero su fragmentación y atomización nacionales, junto con la ausencia de liderazgo que impide la posibilidad de una síntesis (“nadie quiere liderarlo”) impiden hablar de un peronismo mas que como una aspiración. La profunda crisis que lo atraviesa no es solo electoral: es también ideológica, de prácticas, de formas de organización. Una crisis orgánica. El massismo, ese hijo no reconocido, otea y ve, como manchas impresionistas, algo de ese siglo XXI, de esa necesidad de modernidad, de nueva síntesis. Sin embargo, su escala y sus propias limitaciones organizativas le impidieron conducir de manera solitaria ese proceso.


"El quid de la cuestión remite a que tras el Peronexit, el kirchnerismo ya no parece poder sintetizarse con otros"

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¿Qué riesgo corre el peronismo? Convertirse en una suerte de UCR sin PRO a la vista. Ingresar a su era de pan peronismo. En el ambiente se respira una nueva forma de anti peronismo, basado en el deseo de una experiencia no vivida. Si la democracia es una sucesión de desafíos, de preguntas y respuestas, estamos ante una nueva formulada sin ninguna inocencia: ¿se puede gobernar sin el peronismo? No tanto en la comprobación de un programa, sino en la confirmación de una “formalidad” que sostiene una suerte de pacto tácito (sólo el peronismo construye gobernabilidad, el No peronismo es helicóptero). El kirchnerismo se preguntó: ¿se puede gobernar con Clarín en contra? Alfonsín se preguntó lo que se respondió Menem: ¿se puede gobernar la Argentina con el ejército vencedor de su “guerra sucia” subordinado al orden civil? Cambiemos modula un desafío: ¿se puede gobernar sin el peronismo en la cuarta década democrática? Para eso invoca una supuesta raíz autoritaria, corporativa, permanente, que frustró a Alfonsín, por ejemplo (“¡le hicieron 13 paros generales!”). A su modo, sobre algo de eso se hizo eco la propia Cristina con su Unidad Ciudadana. Hay algo así como una sensibilidad hacia el débil que el gobierno explota. Es un gobierno al borde de la ley, es un gobierno que devolvió poder a las fuerzas de seguridad, es un gobierno que llegó al poder, en parte, para devolverlo, devoverlo a su cauce natural (anular ley de medios, sacar retenciones, et.). Esa tercerización muestra débil “lo político”. ¿Marketing? Es ese. Debilitar lo político es su fuerza dominante. Y en ese juego expone al peronismo como el macho alfa de lo político que debe ser democratizado, civilizado. Así, vuelve la pregunta: ¿podemos gobernar sin el peronismo? ¿Nos dejarán? Busca el socorro de la sociedad con el “más débil”.

Volver a Empezar

La cuestión de la nueva oposición va de la mano de lo que será la cuestión política de los próximos meses y años, de confirmarse los resultados de las PASO en Octubre. El pueblo argentino les votó hegemonía, su 1985-1993-2005, y por ende les otorgó la capacidad potencial de realizar verdaderas transformaciones y a la vez intentando poner voluntad en su debilidad política aparente, en esa suerte de “gobierno sin relato” al que el anti macrismo con la potencia simbólica del progresismo relata más. A efectos de su micro-segmentación, el macrismo parece narrado centralmente más por sus otros. Pero ya no será la minoría o el “accidente” histórico (del que hablaba Carlos Pagni) el subterfugio para su inacción. Se asistirá probablemente a una concentración del poder inédita en la historia argentina: nunca antes el poder de los votos, del Estado y de la Clase habían estado reunidas en torno al mismo grupo de personas. Único partido nacional, la transición del PRO al PAN. La chilenización social y política de la Argentina. ¿Qué hará el gobierno con tamaño poder? ¿Mantener el “gradualismo” hasta lo que se pueda, por aquello de “equipo que gana no se toca”? ¿O empezar su verdadero gobierno, el de Mauricio Macri, el de las “reformas estructurales”? ¿Ha terminado ya la transición desde el populismo?


"Cambiemos modula un desafío: ¿se puede gobernar sin el peronismo en la cuarta década democrática?"

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¿Y cómo se hace oposición? Si se trata de copiar algo del PRO, resulta infinitamente mas interesante el ejemplo de la construcción de un proyecto serio y sostenido en el tiempo (los 20 años que van desde el primer Grupo Sophia hasta el domingo pasado), antes que tratar de instrumentalizar a los ponchazos las fórmulas mágicas del duranbarbismo. Quedó demostrado que replicar y apretar el botón de F5 del 2015politico solo produce el mismo resultado electoral que en ese entonces: la victoria del PRO. Dicen que decía Einstein que la definición de locura es intentar mil veces lo mismo esperando un resultado diferente. Esta elección se cumplieron dos constantes que vienen desde 2013: subestimar la estrategia electoral de Cambiemos y sobreestimar la potencia electoral peronista. La oposición constituida por un elenco de políticos que deciden no hablarse o que si se hablan lo hacen sólo entre gallos y medianoches, que alambran sus porciones, más fanáticos de explicarse a sí mismos o a sus fuerzas que a la sociedad, puede parecer decepcionante. Y a la vez esa mezquindad política sólo podrá mostrar aún más un problema: la fuerza principal de Cambiemos se sostiene en la fragmentación opositora.

El consumo de leche cayó 4,5% en el primer semestre



La venta de leche y derivados en el mercado interno se retrajo 4,5% en el primer semestre del año con respecto al mismo período de 2016, según un informe elaborado por el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA).

Entre enero y julio pasado, el consumo de leche fue de algo más de 1.184 millones de litros contra 1.240 millones de igual período anterior.

La principal baja en ventas en el mercado interno se produjo en el ítem leche refrigerada, que se contrajo 22,1% hasta los 348 millones de litros en comparación con los 446,7 millones de litros consumidos en los primeros seis meses de 2016.

En tanto, el consumo de quesos rallados, en polvo, fundidos y otros bajó 35,1%; el de manteca retrocedió 18,8%; y en las leches chocolatadas o saborizadas la merma fue de 9,7%.

Por el contrario, se registró un aumento en el consumo de quesos de muy alta humedad, que creció alrededor de 265% -al pasar de 7.291 toneladas a 26.612 toneladas-, una mejora explicada por "una recategorización de productos y no por un incremento de ventas".

También experimentó un alza del 58,6% en la leche en polvo descremada al pasar de 7.282 toneladas a 11.550 toneladas; y de 56,2% en la variedad entera y semidescremada, que pasó de 23.990 toneladas a 37.477 toneladas.

Merkel abrió la campaña con una entrevista con cuatro youtubers

La canciller apuntó al electorado más joven.



La canciller alemana, Angela Merkel, se sometió ayer a las preguntas de cuatro jóvenes "youtubers", con el fin de captar la atención del electorado juvenil, más interesado por lo general en ver los videos de sus ídolos que en seguir la política tradicional, y en uno de sus primeros actos de campaña de cara a las elecciones federales del 24 de septiembre.

Fueron cuatro entrevistas que, a lo largo de una hora, siguieron cerca de 56.000 personas de forma simultánea en Youtube. El matrimonio homosexual, la escalada de tensión con Corea del Norte, las relaciones con Turquía, la justicia social o los escándalos de la industria automovilística fueron algunas de las cuestiones a las que contestó abiertamente la canciller.

Londres no quiere frontera con Irlanda




El Reino Unido no desea introducir controles fronterizos entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda después del Brexit, aseguró el gobierno conservador dirigido por Theresa May en un documento sobre las "circunstancias únicas" vigentes en esa frontera terrestre entre Londres y un país de la Unión Europea (UE).

De cara a la tercera ronda de negociaciones con la UE, que comenzará el próximo día 28, el ejecutivo de May está desgranando su postura ante temas clave en el proceso de diálogo con los Veintisiete.

Fuertes tensiones entre México, EEUU y Canadá por el TLCAN

México, EEUU y Canadá en tensa renegociación

Washington llega con espada desenvainada. Tensiones y esperanzas

Tensiones en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, firmado por México, Canadá y Estados Unidos.

La primera ronda de la esperada renegociación del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN), que catapultó el comercio en la región en 23 años de historia, inició hoy en Washington en medio de discrepancias entre los tres países.
El tema del déficit emergió como "la manzana de la discordia" al abrir el proceso de revisión del tratado que hizo de la región de Norteamérica como una de las más dinámicas del mundo en términos comerciales.
Los tres negociadores-jefe pronunciaron sendos discursos antes de comenzar las tratativas, en los cuales surgieron inmediatas discrepancias sobre el tema del déficit comercial, esgrimido por el presidente Donald Trump como un argumento para sustentar su idea de que el acuerdo ha sido "catastrófico" para su país.
Estados Unidos llegó con la espada desenvainada al señalar por voz del representante comercial Robert Lighthizer que el TLCAN le ha "fallado a muchos americanos".
"Los números son claros: el gobierno de Estados Unidos ha certificado al menos que 700.000 estadounidenses han perdido sus empleos por los cambios de ley que resultaron del TLCAN. Mucha gente cree que el número es mucho mayor que eso", afirmó.
"En 1993, México y Estados Unidos experimentaban un comercio relativamente balanceado, pero desde entonces hemos tenido déficits persistentes", agregó.
Canadá contraatacó de inmediato y dijo que "no ve los superávits o los déficits como una medida principal de si una relación comercial es funcional", según afirmó la canciller Chrystia Freeland, en el hotel Wardman Park, sede de las pláticas.
Estados Unidos mantiene un déficit de unos 60.000 millones de dólares con México, pero el gobierno azteca argumenta que este no es un "juego de suma cero" donde lo que gana uno lo pierde el otro.
Lighthizer afirmó que su país buscará ser "heterodoxo" en términos de analizar los textos, tratar de mejorarlos y aislar las diferencias para "conseguir un acuerdo que funcione mejor para los tres países involucrados".
El ministro de Economía mexicano, Ildefonso Guajardo, reconoció que será "un proceso difícil" pero dijo que parte importante de la labor durante estos meses será "encontrar el punto medio entre las posiciones" de las partes.
"Estoy convencido que los beneficios que podremos lograr para nuestros países justifican ese, y cualquier esfuerzo", afirmó el funcionario.
Está "en el mejor interés de las tres economías avanzar rápidamente, sin dejar de lado la sustancia y el contenido de la negociación", agregó.

"El objetivo es tener más y no menos comercio, y asegurar que sea funcional para todas las partes involucradas. Para que sea un acuerdo exitoso, tiene que funcionar para todas las partes involucradas. De otra forma, no es un acuerdo", expuso.
Por lo tanto, indicó que México está comprometido en lograr un acuerdo ganar- ganar- ganar para los tres países", sin "romper lo que no ha funcionado sino mejorar en donde haya espacio para hacerlo".

"El proceso que inicia hoy no se trata de ver al pasado sino hacia el futuro", añadió el ministro, quien replicó a Lighthizer al indicar que el tratado "ha sido un éxito rotundo para las partes y estamos también de acuerdo que hay espacio para modernizarlo, a fin de hacer un acuerdo más exitoso".
Para Guajardo, que participó en la negociación del acuerdo hace 25 años, se abre "la oportunidad de ser pioneros nuevamente, rediseñando la forma en que interactuamos, redefiniendo nuestra región y haciendo una contribución positiva al sistema de comercio internacional".

En la primera ronda de negociación, los tres países se definirán alrededor de 30 capítulos, se compartirán propuestas de texto de forma clasificada, se intercambiarán cifras comerciales y empezarán el proceso de identificar coincidencias y discrepancias.
La primera ronda durará cinco días, para dar lugar en septiembre próximo a la segunda en Ciudad de México y la tercera en Canadá en una fecha aún todavía no establecida.

Desde el kirchnerismo salen a pedir que Randazzo se baje para ayudar a Cristina

"Sería un gesto histórico", dijo el intendente de Moreno, Walter Festa. Y admitió que habla con Zabaleta y Katopodis.
El kirchnerismo comenzó a pedir que Florencio Randazzo se baje de las elecciones de octubre para colaborar con una victoria de Cristina Kirchner.

"Que se baje sería un gesto histórico más que importante en estos tiempos, donde necesitamos estar juntos", planteó Walter Festa, intendente de Moreno y uno de los líderes de Unidad Ciudadana.

Randazzo obtuvo 5.59% votos el domingo, un porcentaje que mantuvo parejo en la mayoría de las secciones. Festa cree que puede cederle una buena parte a Cristina si se retira.

"Si comprende el momento que están pasando los argentinos, y más que esta elección es la elección intermedia más importante desde la llegada de la democracia por lo que significa: si Macri gana se legitima con el voto del pueblo y si pierde se le empieza a poner un freno", sostuvo el alcalde.

"Y Randazzo también es del campo popular. Ojalá que tenga ese gesto histórico porque todos los peronistas y los bonaerenses lo vamos a valorar". Completó.



Para evitar suspicacias, Florencia Casamiquela, candidata a senadora en la lista de Randazzo, negó que su jefe renunciara. "No hay posibilidad alguna de que nosotros desistamos de este proceso de construcción que hemos decidido", garantizó.

El ex ministro tiene un motivo para pelear: si repite la performance de las primarias obtendrá dos diputados nacionales, que serán Eduardo "Bali" Bucca y Juan Manuel Abal Medina.

Pero la presión se hace sentir y así lo dejó claro Festa, al aclarar que "nunca perdió relación con (el intendente de San Martín) Gabriel Katopodis ni (el de Hurlingham) Juanchi Zabaleta", ambos junto a Randazzo.

"En su momento entendimos su decisión, luego de hacer un esfuerzo por ir todos juntos. En algunos casos no la compartí. Hoy el adversario es Macri", afirmó el intendente de Moreno.

Zabaleta y Katopodis ya habrían tenido contactos con Máximo Kirchner, entre otras cosas porque La Cámpora contralará varios concejales de esos distritos y ya necesitan un marco de convivencia futura. Y el primer paso será ayudar a sumar votos de Cristina Kirchner en octubre.

Ocaña sacó muchos más votos que Bullrich, por eso la quieren poner a liderar la campaña

El gobierno quiere jerarquizar a Ocaña para ganarle a Cristina en octubre
‘La Hormiguita' logró más votos que Bullrich desde un lugar con menos protagonismo.


Graciela Ocaña durante la campaña en La Plata.



Jerarquizar el rol de Graciela Ocaña es una de las primeras decisiones que la mesa chica de campaña del gobierno podría definir de cara a la elección de octubre.


Es que en el gobierno se quedaron muy conformes con la perfomance de la candidata a diputada nacional durante la campaña. Y observan que logró mejores resultados que Esteban Bullrich, quien lidera la lista de senadores. La diferencia no es abismal -son más de 26.000 votos- pero da cuenta que desde un segundo plano ‘La Hormiguita' tuvo mayor llegada a los votantes que Bullrich.



En ese escenario, quien puede capitalizar el desempeño de Ocaña es Horacio Rodríguez Larreta. Es que fue el jefe de Gobierno quien apuntaló su candidatura en la provincia de Buenos Aires. Ambos mantienen una estrecha relación y hasta se especuló -antes de su candidatura- con un lugar en el Ejecutivo de la Ciudad.



En las primeras semanas de campaña se especuló con que Ocaña podía quedar referenciada con su pasado por el gobierno de Cristina Kirchner. Sin embargo, las fuertes críticas a la ex presidenta lograron diferenciarlas de ese espacio.



En paralelo, en la mesa chica del PRO se debaten qué hacer con Bullrich. Saben que no pueden esconderlo pero al mismo tiempo entienden que no logró empatía con el electorado y algunas frases del candidato restaron en una campaña de por sí compleja.



El más caro fue asegurar que el camino emprendido por Cambiemos "todos los días tiene un metro más de asfalto, una sala más, un pibe más que está preso". A su lado, Vidal lo mira azorada.



La frase se dijo en el tramo final de la campaña y Bullrich terminó el camino a la elección explicando que no quiso decir lo que dijo.



Pero hubo otras frases desafortunadas, antes había sugerido que los emprendimientos de cerveza artesanal son una buena salida para los trabajadores que pierden su fuente laboral.

La CGT ratificó la movilización para el 22 de agosto




Semanas atrás, la CGT parecía que iba hacia una unidad total, con el regreso del MASA y de la Corriente Federal, pero el resultado de las PASO, que varios sindicalistas estimaban negativos para la Casa Rosada, complicó ese proceso y volvió a abrir grietas entre los sectores duros y dialoguistas.



En medio de una fuerte interna, el Consejo Directivo de la CGT se reunió esta miércoles y ratificó la movilización del próximo martes a Plaza de Mayo, en rechazo a las políticas del Gobierno. "Los ciudadanos no puedo valer solo a la hora del voto", sostuvo, uno de los triunviros Juan Carlos Schmid, en conferencia de prensa.

"El Gobierno puede pensar que las elecciones son un espaldarazo pero nosotros vamos a volver a imponer nuestra agenda frente al ejecutivo, frente al empresario y frente al legislativo porque después de las seis de la tarde los problemas siguen estando", señaló.

La movilización fue ratificada a pesar del reclamo de algunos sectores gremiales para que se suspendiera la convocatoria tras el resultado de las PASO. En la sede de Azopardo al 800 hubo un fuerte debate ya que dirigentes de "los gordos" y "los independientes" planteaban dar de baja la protesta tras los comicios del domingo, en los que Cambiemos tuvo un importante respaldo en todo el país.

"Los temas nuestros no se resuelven con el momento electoral, los ciudadanos no sólo valen a la hora de los votos. Nuestros problemas siguen presentes y seguirán después de (las elecciones de) octubre", sostuvo Schmid.

Por su parte, su colega Héctor Daer relativizó que el Gobierno de Mauricio Macri haya tenido un espaldarazo en los recientes comicios por parte de los votantes: "El 65% fue un voto opositor a determinadas políticas de ajustes", evaluó.

En la previa al encuentro existía una clara división: por un lado, el sector más dialoguista de los "gordos" y los "independientes" que iba con la postura de cancelar la marcha luego de que los resultados de las PASO fueran bastante favorables al Gobierno, mientras que el sector más "duro" que encarnaban los moyanistas planteaba realizarla de todos modos, alegando que la medida no estaba relacionada al proceso electoral.

Los gordos e independientes, que agrupan a los gremios de mayor cantidad de afiliados de la CGT, ya habían planteado días antes de las elecciones del domingo la necesidad de dejar sin efecto la marcha y, tras los comicios, tuvieron una reunión en la que resolvieron ratificar esa postura.

Este sector busca mantener un buen diálogo con la Casa Rosada y considera que el macrismo salió fortalecido de la contienda electoral, por lo cual la CGT debería dejar de lado la marcha para protestar contra el Gobierno, además de plantear la posibilidad de que en la movilización del martes se produzcan incidentes con grupos cercanos al kirchnerismo y a la izquierda que reclaman un endurecimiento de la central obrera, tal como sucedió en abril pasado.

El supuesto hijo de Evo Morales nunca existió

La última escena del show de Gabriela Zapata

Seis meses después de que Gabriela Zapata, desde la cárcel, admitiera haber formado parte de una operación política orquestada por el opositor Samuel Doria Medina, que incluyó la versión de un supuesto hijo oculto de Evo Morales, acusación determinante en el resultado del plebiscito que le hubiera permitido al actual presidente aspirar a un cuarto mandato entre 2020 y 2025, la Justicia boliviana dio por probada la falsedad de la partida de nacimiento del supuesto niño Ernesto Fidel Morales Zapata y cerró el caso.



La titular del Juzgado Público Tercero de Familia, Mitzi Mejía, dio por terminada la polémica, que había iniciado la empresaria ahora detenida, y ratificó la decisión de la jueza Jacqueline Rada, quien en mayo de 2016 declaró la inexistencia física del supuesto hijo de Morales y Zapata, aunque la causa continuó abierta porque Zapata decía contar con un supuesto certificado de nacimiento del joven, que teóricamente tendría 20 años.

Ayer Mejía anuló el supuesto certificado de nacimiento y desmintió la versión original de Zapata, quien se negó a hacer declaraciones públicas.