Los socios de los Werthein en Telecom, venden su parte a Fintech

El directorio de Telecom Italia decidió la venta de sus activos en la Argentina a Fintech, según anunció el CEO del grupo, Marco Patuano. El comprador es el fondo de inversión que convive con el Grupo Clarín dentro de Cablevisión, Fintech, con una participación del 40%. Telefónica, que es el principal accionista de Telecom Italia, intenta reducir la deuda de esa empresa, superior a los 28.000 millones de euros.

Ya se había filtrado entre la prensa española que la firma italiana se desprendería hoy de activos en Argentina por 1.300 millones de euros para concentrar sus operaciones en Italia y Brasil. Se estima que con esta y otras transacciones logren impulsar sus finanzas en alrededor de 4.000 millones de euros (u$s 5.350 millones).

El mayor operador de telecomunicaciones de Italia aseguró que recibió una oferta no solicitada por la unidad argentina. Sin embargo, la operación deberá ser aprobada por el Gobierno argentino.

El grupo también dijo que planea vender más de 17.000 torres de transmisión que posee en Italia y Brasil y enajenar plataformas multiplex en Italia, con lo que busca conseguir más de 2.000 millones de euros.

Dentro del plan también se encuentra la emisión de un bono convertible por hasta 1.300 millones de euros.

Adicionalmente, Patuano aclaró que la unidad brasileña TIM es un activo central y que sólo consideraría venderla a un precio "convincente". "Brasil es un activo central, pero también los activos centrales tiene un precio", dijo en una conferencia telefónica con analistas para comentar los planes de negocio de la empresa para 2014-2016.

La empresa se encuentra en medio de un cambio estratégico tras la salida de su expresidente Franco Bernabe.

El Consejo de Telecom Italia, participado por Telefónica, también aprobó una emisión de obligaciones convertibles de hasta 1.300 millones de euros con vencimiento en noviembre de 2016 para hacer frente a su complicada situación financiera.

Mediante un comunicado, el grupo italiano informó de esta medida al término del Consejo de Administración celebrado en Milán (norte de Italia), en el que además se aprobaron los resultados económicos de enero a septiembre pasados, cuando registró unas pérdidas de 902 millones de euros, frente al beneficio de 1.938 millones de euros del mismo periodo de 2012.
La emisión de esos bonos de conversión obligatoria en acciones tanto de ahorro como ordinarias con vencimiento en noviembre de 2016 comenzará en el mismo momento de este anuncio y se espera que se cierre como muy tarde mañana, toda vez que está destinada a "inversores cualificados" fuera de Estados Unidos, Australia, Canadá y Japón, según explica la nota.

Las órdenes de adquisición de esos bonos que provengan de inversores que ya sean accionistas de Telecom Italia podrán obtener un tratamiento prioritario en el proceso de colocación y en una asamblea extraordinaria que se celebrará no más tarde del próximo febrero se propondrá a los accionistas la aprobación de un aumento de capital.

Una vez aprobado ese aumento de capital, se satisfará el derecho de conversión de los bonos, que tendrán un cupón anual a tipo fijo de entre el 5,75 % y el 6,5 %, mediante la entrega de acciones ordinarias y/o de ahorro a sus suscriptores.

Este plan fue aprobado durante el Consejo de Administración en el que participaron hoy el presidente y vicepresidente de Telefónica, César Alierta y Julio Linares, respectivamente, consejeros en la compañía italiana en representación del grupo español, presente en el accionariado de Telecom Italia mediante el consorcio Telco.

La reunión sirvió para abordar de un modo inmediato el plan de viabilidad de la compañía, después de que en el último encuentro, el 03/10, dimitiera el hasta entonces presidente de la compañía, el italiano Franco Bernabè, para evitar divisiones internas.

El directivo italiano había lanzado una propuesta que no contó con la aprobación de sus principales socios: una ampliación de capital de al menos 3.000 millones de euros como fórmula para afrontar la situación de Telecom Italia, que a 30 de septiembre de 2013 tenía un endeudamiento financiero neto rectificado de 28.229 millones de euros.

La salida de Bernabè se produjo después de que el pasado 24 de septiembre los principales accionistas de la compañía, que controlan el 22,4 % de su accionariado a través de Telco, anunciaran un acuerdo por el que aumenta su participación en el consorcio con el que gestionan esas acciones el único socio español, Telefónica. Por este acuerdo, el grupo español, que contaba con el 46,18 % de Telco, llegará a tener el 70 % del control económico pero no de voto (asciende inmediatamente al 66 %), aunque puede llegar a controlar el total de este consorcio si decide ejercer la opción de compra que le han otorgado los accionistas.

Los brasileños creen en aquello que les produce bienestar y felicidad

Los resultados de una encuesta nacional realizada por la prestigiosa Fundación Getulio Vargas haría pensar que los brasileños no creen en nada. En efecto, los resultados sobre la fe y confianza de los ciudadanos en seis importantes instituciones, como los partidos políticos, el Congreso, la policía, la Iglesia Católica, la prensa y las Fuerzas Armadas, podrían hacer creer que los brasileños se han vuelto unos descreyentes totales. Lo que no es cierto.
Según dicho sondeo, sólo un 4,9% tiene confianza en los partidos políticos. El 95,1% no confía en ninguno de ellos. En el Congreso Nacional, fulcro de la democracia y de la participación popular a la gestión pública, sólo creen un 19,5% y lo rechazan un 81,5%. No queda mucho mejor la policía en la que confía sólo un 29,9% y la rechaza un 70,1%.
Hasta la Iglesia Católica, que aún es profesada por más del 60% de los ciudadanos y que ha estado siempre muy presente en la política social del país gozando de buena reputación en general, ha empezado a perder credibilidad. Hoy sólo confían en ella un 49,7% y la rechazan más de la mitad: un 50,3%. Eso, incluso, después de la visita en julio pasado del papa Francisco que parecía haber significado una inyección a los católicos hasta el punto que muchos evangélicos confesaron que, después del ejemplo de desprendimiento y sencillez del papa de Roma, querían volver a ser católicos.
Lo mismo le ha ocurrido a los medios de comunicación que, en el pasado, resultaban una de las instituciones mejor valorizadas. Hoy sólo tienen confianza en la televisión, un 29% de la población y la rechazan un 71%. Un poco mejor situada aparece la prensa escrita o digital que es rechazada sólo por un 62%, por lo que un 38% aún confía en ella. Hasta las Fuerzas Armadas, que años atrás aparecían como la institución en la que más fe ponían los brasileños, ha bajado en la apreciación de los mismos. Hoy confían en ellas un 65,4% mientras las rechazan un 34,6%, lo que indica, sin embargo que continúa siendo la institución mejor vista.
Y esa falta de confianza resulta más grave ya que las seis instituciones analizadas han seguido perdiendo credibilidad. Las que más, el Ejército que ha perdido en un año un 10% de credibilidad y la Iglesia, un 8%, justo las dos que en el pasado presentaban mayor índice de credibilidad. Si ello es así, habría que que preguntarse en qué creen y en quienes confían los brasileños si esa confianza no se la ofrecen ni los políticos, ni la policía, ni la iglesia, ni los medios de comunicación y cada vez menos incluso el Ejército.
Creen en los valores opuestos a los que condenan en esas instituciones, como el alto grado de corrupción de los políticos o de la policía, o la falta de acercamiento a la gente y la vida relajada y burguesa, por ejemplo, de la Iglesia Católica. Por contraposición, los brasileños siguen creyendo, sobre todo los más pobres, en la institución de la familia en todas las formas que hoy se presenta cada vez menos tradicional.
Creen en los valores de la solidaridad, en los espacios de libertad para disfrutar de la vida y el amor; creen cada vez más en sus propias capacidades. De ahí el que busquen, principalmente los jóvenes, crear sus propias pequeñas empresas. Gustan de todos los espacios de distensión, desde la música al deporte, el baile y el “churrasco” compartido con los amigos. Les gusta vivir en compañía, compartir sus experiencias. Creen en la fuerza de la comunicación, de ahí el aumento de su presencia en las redes sociales. Y creen en el fenómeno religioso en cualquiera de sus formas y credos. Los brasileños son tremendamente polireligiosos. Pueden creer y dar culto a varias confesiones al mismo tiempo.
Les gusta hasta la política, pero no la de los partidos. Prefieren a las ONGs, principalmente a las que trabajan en los ambientes sociales más olvidados por las instituciones del Estado. Los brasileños saben disfrutar con lo poco o mucho a su alcance. Y de los políticos de profesión, a pesar de no confiar en ellos, procuran sacar el mayor partido posible, tratando de conquistar a alguno de ellos para que “les echen una mano”. Después de usarlos, siguen desconfiando de ellos.
En eso, se parecen, por ejemplo, a los italianos: votan a los que saben que son más proclives a “hacer favores”. Como en Italia, donde no se da un paso, sin un “padrino”, en Brasil, paradójicamente, siguen confiando en la ayuda puntual del político o padrino de turno. Se hizo, por ejemplo, célebre la afirmación irónica del novelista João Ubaldo de que en Brasil es difícil que cuaje el movimiento de los “indignados” porque el sueño de los brasileños es “tener un político corrupto” en la familia para que les resuelva todas sus penas y problemas.
Al final creen en lo que les procura bienestar y felicidad. ¿Es poco?

Mitos usuales sobre la economía

Por Bernardo Kliksberg

Desarrollos recientes en la economía mundial refutan a diario mitos que circulan ampliamente en la región y el país como verdades absolutas. Entre ellos.

1. Se debe desregular para potenciar la economía La Justicia americana está acordando con el principal Banco de Estados Unidos una multa de 13.000 millones de dólares. Será la mayor de la historia. Se debe a sus manejos en el mercado de hipotecas y otras prácticas dañinas.
Un jurado federal encontró responsable a otro gran banco, The Bank of America, por prácticas fraudulentas en el mercado de hipotecas antes de la crisis del 2008/9. Los fiscales piden 849 millones de dólares de sanción, y acusaron criminalmente a uno de los operadores.
Las Justicias de Gran Bretaña, EE.UU., Suiza y Hong Kong están investigando a operadores de cinco bancos líderes de dichos países por manipular operaciones de cambio, un mercado que genera cinco trillones de dólares diariamente. Por lo pronto los bancos han puesto en vacaciones forzadas a doce de sus operadores.
Prosigue la investigación judicial sobre la adulteración deliberada de la tasa Libor, la tasa de referencia de gran parte del sistema financiero mundial. Se acuerdan, en base a ella, 30 trillones de dólares de préstamos y el 70 por ciento de las operaciones a futuro. Han aceptado ya su responsabilidad dos bancos líderes, uno inglés y otro holandés, y prosiguen las investigaciones sobre otros doce. El presidente del organismo regulador de EE.UU., Gary Gensler, dice que las maniobras para falsear los datos en favor de las ganancias para los bancos llevaron a que “la tasa Libor sea ficción más que realidad”.
Todo esto, más otras operaciones similares, fueron posibles por la desregulación de los mercados parafinancieros. Llevó a las burbujas de hipotecas basura, y derivativos basura, y fue fundamental en la gran crisis económica del 2008/9, que hizo caer la economía mundial y aún continúa. Los intereses en juego siguen oponiéndose a ella y practicando un activo lobby para impedir que las nuevas regulaciones sancionadas se apliquen en la práctica.
Uno de los principales ideólogos de la desregulación, Alan Greenspan, presidente de la FED durante años, señala (The Financial Times, 27/10/13) respecto de las fallas de los modelos predictivos aplicados: “El modelo falló. El modelo de la FED falló, el del FMI falló, estoy seguro de que el del Goldman Sachs también se equivocó”.
Declara que “hay un problema tramposo que no sabemos cómo solucionar, y sobre el que ni siquiera hablamos, que es el ascenso inexorable de lo que significan las finanzas, y los seguros sobre las finanzas, sobre el producto bruto”. Está aludiendo a la financialización de la economía mundial. Se sorprende con que “esperábamos que con la crisis de 2008 ello cambiaría, y bajó por un pequeño tiempo, pero después volvió a pesar del hecho de que las finanzas tienen una terrible reputación”. Su entrevistador Gillian Tett resalta que “está desencantado con Wall Street y con los extremistas del libre mercado financiero, no obstante haberlos defendido durante muchos años”.
La realidad muestra que es imprescindible un Estado que regule activamente, en protección del interés colectivo.
2. La austeridad paga Se trataría de una cuestión de paciencia histórica. Los pueblos deben entender que las políticas de austeridad los van a conducir finalmente a economías pujantes y estables. Han pasado más de cinco años de su aplicación en Europa y el sufrimiento prosigue pese a los “cantos de sirena” sin evidencia empírica.
Según los últimos datos de EuroStat, la tasa de desempleo en los 17 países de la Eurozona es 12,2 por ciento. En España es 26,6 por ciento y en Grecia 27,6 por ciento. Recientes estudios de la Universidad Bocconi de Milán y de la Universidad de California muestran que los costos de los gruesos ajustes en el gasto público llevaron a caídas abruptas de la actividad económica en todos los lugares donde se están aplicando, creando círculos económicos viciosos que se retroalimentan. Fueron buenos para los grandes acreedores, muchos actores clave de la financialización, pero fatales para la gente y la economía.
Entre muchos otro casos, relata The New York Times (1/11/13), Argyris Athanassiuss, 24 años, se graduó de economista en la Universidad de Atenas, hace dos años. El único trabajo que consiguió es cuidar a los bebés de amigos de sus padres, que se condolieron de él. Thanasis Stamatapoulos, 46 años, vendedor en un comercio de artículos eléctricos, fue despedido hace un año. Dice: “Todos despiden, nadie toma. Me presenté en la panadería de mi pueblo, me rechazaron”.
La “Austeritis” tiene asimismo costos gravísimos en términos de racismo y xenofobia. Crecen los partidos neonazis en Grecia y Hungría y la extrema derecha en Francia. Su consigna, “la culpa la tienen los inmigrantes y las minorías”, está prendiendo en sectores desesperados de la población.
La ola delirante de persecución a los once millones de gitanos lo testimonia. Como en la Edad Media, se ha difundido la brutal versión de que “raptan niños”. La policía de Irlanda sacó dos niños gitanos de sus hogares para tomarles el ADN. Los devolvió porque daba que sus padres eran legítimos. Gergely, director de una organización que defiende los derechos humanos de los gitanos, dice ante los atropellos: “Imaginen si los chicos fueran morenos y los padres blancos. ¿Los hubieran sacado de sus familias?”.
3. Las políticas públicas antipobreza no dan resultado El mito repite en América latina y otros lugares que son mero “asistencialismo”. Que son un dispendio de recursos y favorecen la indolencia.
La promercado revista británica The Economist muestra (26/10/13), por el contrario, los efectivos resultados de los programas de transferencia condicionada que, señala, “aparecieron en primer lugar en América latina y se extendieron alrededor del mundo”.
Las evaluaciones son contundentes, y de allí su diseminación internacional. Bolsa Familia, de Brasil, protegió en los últimos 10 años a más de 50 millones de pobres. Los hijos de las 13,8 millones de familias beneficiadas mejoraron sus tasas de aprobación escolar, y redujeron las de deserción, por encima de los promedios del país.
La Asignación Universal por Hijo apoyó en la Argentina, en sus tres años de existencia, a 3,5 millones de niños desfavorecidos. Combinado con un fuerte aumento de la inversión en la creación de escuelas en las áreas pobres, y de la ampliación de los servicios en salud, mejoró sustancialmente las tasas de aprobación escolar y de salud.
En ambos casos, más otros en la región, la política pública concentró sus aportes en la madre, y exigió a la familia asegurar la escolaridad y las exigencias en salud.
Las familias respondieron. Los recursos están siendo invertidos, de acuerdo con todas las observaciones practicadas, en bienes imprescindibles. Las madres son administradoras ejemplares. Se crea además un círculo virtuoso. Los bienes se compran en pymes que a su vez emplean y demandan.
En ambos programas, y otros similares, hay un énfasis en integrar finalmente al mercado de trabajo, con avances considerables.
¿Por qué la proliferación de estos y otros mitos? ¿A quién le conviene que el Estado sea débil y no regule, que se sigan aplicando las políticas de austeridad, a pesar de sus impactos regresivos, y desacreditar sistemáticamente políticas públicas sociales, aunque den claros resultados?
Las cifras hablan. En la actual economía mundial, la participación del uno por ciento más rico sigue creciendo, con fuerte base en la financialización de la economía, las operaciones monopólicas y el debilitamiento del Estado.
La participación ciudadana ha abierto en América latina otros caminos derrumbando mitos. Hoy más del 55 por ciento de la población de la región vive en países que están practicando reformas sociales profundas, y están avanzando en otros.
Hay mucho más por hacer, pero el 99 por ciento está en control creciente de su destino.
* La más reciente obra del autor, Etica para empresarios, ha sido publicada en inglés y está en proceso de publicación en mandarín, en China.

Grecia paralizada por la visita de sus acreedores

Los sindicatos de estatales iniciaron un nuevo paro general ante la llegada de los miembros de la troika integrada por la Comisión Europea, el FMI y el Banco Central europeo, que analizarán si el gobierno concretó los ajustes exigidos a para saldar las cuentas del rescate financiero otorgado por ese mismo organismo.

Con la de hoy es la huelga número 35 de este tipo desde que comenzó la grave crisis financiera en 2010. El lema de la convocatoria fue "No más despidos y recortes. Juntos podemos conseguirlo" y los manifestantes, reunidos en varias marchas, llamaron a los acreedores a "tomar su programa de ajustes e irse".
Los empleados públicos, los maestros y los ferrocarriles pararon durante 24 horas, en tanto los conductores de micros hicieron huelga durante seis horas en Atenas y los médicos atendieron solamente las urgencias. También hubo muchos problemas en el tráfico de ferries.
Durante tres horas hubo además una huelga de controladores aéreos que causó retrasos y cancelaciones, sobre todo en las conexiones nacionales. Las convocatorias fueron hechas por los dos principales sindicatos, GSEE y ADEDY y si bien llamaron a una huelga general, no se plegaron los empleados de supermercados, taxistas, los conductores del metro, los comerciantes o empleados hoteleros.
Los representantes de la troika se reunieron mientras unas diez mil personas se congregaron frente al Parlamento y otras 5 mil en Salónica, a pesar de las intensas lluvias que obligaron a una desconcentración rápida.
La economía en Grecia se contrae desde hace seis años y la crisis impacta sobre todo entre los jóvenes: más de un 60 por ciento de los menores de 24 años están desempleados. El gobierno pronostica que en 2014 se producirá la primera buena noticia, con un crecimiento del 0,6 por ciento y una bajada del desempleo de un 27 a un 26 por ciento, cifras que los sindicalistas consideran irreales.

Jubilarse en México


Los mexicanos que nunca se jubilan

Miles de trabajadores que pagaron impuestos toda la vida se ven obligados en la vejez a pasar a la informalidad por las exiguas pensiones

El señor Ricardo Garfias es el "empacador voluntario" favorito de un supermercado de la colonia Roma, un barrio de clase media-alta de la Ciudad de México. "Quiero que me empaque el señor Ricardo", dicen algunas mujeres cuando van a hacer la compra. Los empacadores son quienes meten los artículos en bolsas de plástico, que en México también se les llama cerillos. El nombre oficial dice voluntarios porque la empresa no les paga ni un peso por el trabajo. Los empacadores viven de la voluntad del cliente y suelen ser o muy jóvenes, adolescentes principalmente, o muy mayores, como Garfias, que tiene 68 años.
La historia de Ricardo ha sido como subir una montaña y volver a bajarla. Su padre murió cuando era muy niño y enseguida se puso a trabajar vendiendo periódicos, chicles y lustrando zapatos en la calle. Encontró su verdadera vocación a los 15, cuando entró por primera vez a una empresa textil. 
Era 1960. Los siguientes 48 años Ricardo los pasó de fábrica en fábrica, cada vez le pagaban más y llegó a ser nombrado técnico textil. "Fui bueno, muy bueno", dice.
Con una empresa italiana hasta viajó a Florencia para recibir formación y recorrió EE UU para participar en ferias internacionales. La vida le fue bien, cuenta que en los 90 tenía un salario base de más de 5.000 pesos al mes (384 dólares) más viáticos y algún otro extra por trabajar los fines de semana. "Me alcanzaba para mucho". Entonces se compró una casa y sus hijos fueron a la universidad... "Hasta que los chinos acabaron con todo" y la gente dejó de pagar por las medias de nylon de fabricación nacional.
Se quedó en la calle. A los 63, con el tiempo cotizado, pidió la pensión al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y le concedieron 3.800 pesos al mes (292 dólares) con los que debían arreglarse él, su mujer y el hijo pequeño, que entonces aún estudiaba Ingeniería de sistemas (ahora ya trabaja). Ricardo solo encontró cómo aumentar la suma en el supermercado, al que acude de lunes a domingo (después de un viaje en camión de una hora y media de ida y de vuelta) y donde está ocho horas de pie, empacando. Al menos la voluntad de los clientes da para mucho más de lo que le supondría un salario y dice que gana al día unos 400 pesos (31 dólares).
Como él, miles de mexicanos que pagaron impuestos toda su vida se ven en la necesidad de entrar en la vejez en el sector laboral informal (que no cotiza ni paga impuestos), con trabajos para los que están sobrecualificados intelectualmente pero infracualificados físicamente, aunque digan que todavía se sientan "fuertes".
Garfias forma parte del 52,6% de "afortunados" mexicanos mayores de 65 años que recibe una pensión, según datos del Banco Interamericano de Desarrollo. El Gobierno de Enrique Peña Nieto ha lanzado una iniciativa para aprobar la pensión universal, que alcanzará al resto de la población mayor que no recibe ni una ayuda. La cuantía que se maneja es de entre 580 pesos al mes (45 dólares) y 1.092 pesos (85 dólares). "Para empezar no está mal y aún siendo tan pequeña a una enorme cantidad de gente le va a hacer una gran diferencia, pero que eso les permita vivir dignamente por supuesto que no. Está como para decir que nadie se muera de hambre, pero no es suficiente", dice Enrique Cárdenas, director ejecutivo del Centro de Estudios Espinosa Yglesias.
En México la pobreza afecta al 43% de la población mayor de 60 años, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). La pensión universal que pretende otorgar el Gobierno excluirá directamente a todos aquellos que ya reciben una pensión del IMSS, aunque no alcance para vivir, como le pasa a Garfias o a Agustín Chávez Pérez.
El Gobierno de Enrique Peña Nieto ha lanzado una iniciativa de pensión universal para llegar al 47% de los mayores que no reciben ayudas 
A pocos metros del supermercado, Don Agustín, como le llaman algunos vecinos, regenta una portería como policía de seguridad. Tiene 66 años y la pensión que recibe cada mes es de 2.500 pesos (192 dólares). Trabajó durante 22 años en una empresa en la que empezó como mensajero y acabó como administrativo. "Mi jefe me apreciaba mucho, era ingeniero químico, falleció joven", explica. Durante aquellos años "vivíamos bien", incluso se pudo comprar una casa en el Estado de México, fuera de los límites de la capital. Hoy son cuatro en casa: él, su segunda mujer (que limpia casas "a veces") y sus dos hijos menores, de 17 y 19, que aún están estudiando.
El trabajo en la portería es duro. Hace turnos con otro compañero de 24 horas seguidas, todos los días del año y solo puede dormir "sentadito en la silla". Le pagan 1.800 pesos al mes (138 dólares). "Todavía me siento fuerte para seguir trabajando, yo trato de aguantarme hasta que mi cuerpo aguante o hasta que la administración me diga que ya estoy demasiado grande para el trabajo", cuenta. "Y si me dicen eso, ¿yo qué hago?".
El avance hacia la pensión universal es un paso de gigante para un país con casi un 60% de la población empleada en el sector informal (sin pagar impuestos). Esa gente, que en muchos casos dedica su vida a alimentar a los trabajadores desde un puesto de tacos en la calle, recibirá a partir de ahora al menos una cantidad mínima. Pero el problema de las pensiones en México es mucho más profundo. "La pensión universal es indispensable, pero tal y como está diseñada compite con las pensiones garantizadas (como la de Agustín o Ricardo). A muchos trabajadores que sí contribuyen les va a tocar lo que llaman la pensión garantizada [igual al salario mínimo: 1.942 pesos en el DF], que es poco más que la pensión universal. No es justo el tratamiento. Hay que reestructurar todo el sistema de pensiones", explica Cárdenas.
Ajena al debate político, la vida sigue en la portería o en el supermercado. "Me paro [levanto] a las 4.20. Me baño. Me pongo ropa limpia. Bajo a lo que es la cocina. Me preparo un café con un pan. El siguiente paso es arreglarme el peinado y lavarme la boca. Camino 10 minutos para llegar al transporte. A las 5.20 pasa el camión y llego a metro Chapultepec a las seis de la mañana. De ahí al trolebús. El supermercado abre a las siete. Como de los guisados que preparan en la tienda, pero nada con código de barras. Salgo a las cuatro de la tarde. Llego a casa y platico un rato. Mi mujer me pregunta si me he lavado las manos y me sirve la cena". Después vuelve a empezar otro día.

La tercera es la vencida


El triunfo del FR bonaerense , como señalamos oportunamente, tuvo su vértice en la penetración que la fuerza logró sobre segmentos populares, cuyo emblema fue la performance del frente opositor en la tercera sección electoral bonaerense, cuya magnitud se observa en el gráfico que abre el post, sección electoral que donde se nuclean los partidos más postergados del conurbano.

hay un tema cualitativo severo que debe ser observado respecto a la performance 2013 vs 2009, y es la pérdida d eprofundida electoral sobre segmentos vulnerables que hizo posible por caso que los resultados electorales entre el primero y segundo cordón bonaerense en 2013 fueran prácticamente homogéneos para el FpV e incluso se perdieran más votos en el segundo cordón como se observa en el cuadro que sigue publicado en Queruzo Investiga en su momento.



Así las cosas, desde el punto de vista de su perfil electoral este FpV 2013 fue "otra cosa" no solo menos robusta cuantitativamente, sino alterando cualitativamente su clivaje electoral histórico, por lo que en el mix electoral , contra todo lo supuesto por el análisis de medios , paradojalmente  "floto hacia arriba" en el NES , se constituyó como una experiencia electoral menos votada y con  mayor componente de segmentos medios en su electorado que el histórico. Ojo con esto que la terminal desemboca en el FRESAPO II.


Direccionando el análisis, sabemos que se concentra en la tercera sección electoral bonaerense la base electoral histórica del FpV, donde el oficialismo en octubre del año 2013 penetró mucho menos que en junio del año 2009, como se observa en el cuadro que sigue, con los resultados de la elección de 2009 , publicado en el blog Conurbanos en su momento.
La suba del mínimo no imponible que se ensayó entre las PASO y las elecciones generales a modo de corrección de última hora no tuvo efectos electorales, ya que pegó muy lejos del nivel de ingresos medio del plexo del electorado oficialista mayoritario.

Chris Christie, los republicanos ya tienen quien se plante frente al tea party

El gobernador de Nueva Jersey, el republicano


“Nuestro triunfo demuestra que los principios republicanos obtienen resultados”, ha señalado Christie tras conocer los resultados. La suya es la victoria del ala más moderada e inclusiva del Partido Republicano, frente a la más radical representada por el Tea Party. Aquí con Barack Obama.

El mensaje de unidad de Chris Christie ha conseguido atraer a votantes progresistas y a las minorías hispanas y republicanas, un aviso para el ala más radical de su partido, el Tea Party, y que puede sentar la estrategia del Partido Republicano en el futuro.

Diferente fue el comicio en Virginia, un Estado decisivo en toda elección presidencial, en el que los demócratas lograron quitárselo a los republicanos, 47% a 45%.

Los dos candidatos que se han alzado con el poder en Nueva Jersey y Virginia, Christie y Terry McAuliffe, han explotado un mensaje moderado, tratando de atraer a los votantes del centroizquierda (en el caso de Christie), y de centroderecha (McAuliffe).

En el caso del gobernador de Nueva Jersey, su abrumadora victoria que es un indicio de que su apuesta integradora, en una época de desorientación política, es una garantía de éxito frente a la radicalizada propuesta del Tea Party, cuya derrota fue la del candidato republicano en Virginia, Ken Cuccinelli.

El triunfo de McAuliffe, en Virginia, supone la victoria de los Clinton, amigos íntimos del nuevo gobernador de Virginia. Los Clinton participaron en forma permanente en esa campaña, y un atisbo de cómo podría ser el gobierno de Hillary, si se postula a la Casa Blanca.

Los primeros datos ofrecidos por las encuestas en boca de urna otorgaron a Christie el 57% del apoyo de las mujeres, el 51% de los hispanos y el 21% de los afroamericanos: éxito de un mensaje inclusivo.

En 2012 Nueva Jersey apoyó a Barack Obama por 80 puntos de diferencia respecto del aspirante republicano Mitt Romney.

Pero en 2013, la personalidad del gobernador, el apoyo velado del presidente  Obama, quien alabó su labor en la resaca del huracán Sandy –y que decidió no hacer campaña a favor de su contrincante demócrata Barbara Buono porque a Obame le conviene que entre los republicanos aparezca alguien bien diferente al Tea Party- le ha granjeado un apoyo abrumador, la mejor carta de presentación de cara a la carrera presidencial de 2016, que Christie no ha despreciado.

La ventaja que Christie ha abierto entre las mujeres, los hispanos y los afroamericanos fue lo que no pudo conseguir el candidato republicano al gobierno de Virginia, Cuccinelli.

El cambio demográfico en el Estado, con un incremento de la población joven y urbana y de las minorías hispanas, sobre todo en los condados más cercanos a Washington DC, y el apoyo del voto femenino, que Obama peleó en ese territorio durante la pasada campaña y que ganó por un margen del 9%, construyeron la victoria del candidato demócrata, que ha basado buena parte de su campaña en destacar las posiciones antiabortistas y contrarias a los métodos anticonceptivos de Cuccinelli.

“Nuestro triunfo demuestra que los principios republicanos obtienen resultados”, ha señalado Christie tras conocer los resultados. La suya es la victoria del ala más moderada e inclusiva del Partido Republicano, frente a la más radical representada por el Tea Party.

La duda es si la estrategia centrista del gobernador será suficiente para asegurarle el triunfo en una potencial lucha por las primarias del Partido Republicano en 2016,  donde sus candidatos se ven forzados a abrazar posturas más extremas para granjearse el apoyo del electorado más reaccionario.

Virginia, por su parte, ha dado la medida de la aceptación de la política nacional de Obama. Cuccinelli ha centrado su candidatura en desprestigiar la reforma sanitaria de Obama, y los ciudadanos descontentos con la marcha de la ley le permitieron al republicano mantener vivas sus esperanzas... pero fueron una minoría en el resultado final.

McAuliffe ha vinculado directamente a su adversario, favorito del Tea Party, con el cierre de la Administración de principios de septiembre, motivado por los miembros de ese ala del Partido Republicano y a quien Cuccinelli no se opuso explícitamente, pese a los efectos negativos para el Estado, dado el número de agencias y funcionarios públicos que trabajan en ese territorio.

Chris Christie, fue reelegido en un Estado tradicionalmente demócrata. Los resultados otorgan a Christie un apoyo del 60% de los votos, y así se ubica en una posición de privilegio de cara a la carrera presidencial de 2016.

Bill De Blasio la "Historia de 2 Ciudades"

El demócrata Bill De Blasio le ganó al republicano Joe Lhota, y con el respaldo de casi todos los sectores sociales de New York City, es el nuevo alcalde de la Gran Manzana. Él ha sido calificado como el "anti Bloomberg". Su propuesta de gobierno consiste en afrontar lo que él llama l


Bill de Blasio y su familia, eje de su campaña en NYC.

Ya no hay dudas de que Bill De Blasio sucederá a Michael Bloomberg, convirtiéndose en el 1er. demócrata que dirigirá el destino de Nueva York en 2 décadas.

En otras votaciones cruciales en la misma jornada, el demócrata Terry McAuliffe venció al republicano Ken Cuccinelli y será gobernador de Virginia. En Nueva Jersey, el republicano Chris Christie fue reelecto gobernador de Nueva Jersey.

"Mis amigos neoyorquinos, hoy han hablado alto y claro sobre la nueva dirección que quieren darle a nuestra ciudad", dijo Blasio desde su centro de campaña en Brooklyn al anunciar el triunfo.

Blasio es Defensor del Pueblo de la ciudad y anteriormente dirigió la campaña de Hillary Clinton al Senado.

"No se equivoquen. La gente de esta ciudad ha elegido un camino progresista y esta noche nos ponemos en ese rumbo, junto", él agregó el martes 05/11.

"Estamos muy orgullosos de lo que hemos logrado en esta campaña. Esta noche empezamos a caminar juntos como una sola ciudad", afirmó De Blasio hablando en español.

Mientras tanto en su cuartel general de Manhattan, el republicano Lhota reconoció la derrota pero aclaró que "habría deseado un resultado diferente".

Joseph J. Lhota había dirigido la Autoridad Metropolitana de Transporte. En la página web de su campaña, Lhota destacó su pasado como banquero de inversión, y su trabajo en el gobierno del alcalde Rudolph Giuliani, cuando ocupó varias posiciones importantes.

Una de sus prioridades como candidato fue hablar de sus planes para una economía diversificada y un aumento en la cantidad y variedad de los empleos.

Ante el ascenso de Bill de Blasio y su propuesta de aumentar los impuestos a los más ricos, Lhota también fue visto como el candidato que apoyaban muchos en la élite financiera de Nueva York.

"Pese a lo que puedan haber escuchado, somos una sola ciudad", dijo Lhota haciendo referencia al slogan de campaña de Blasio, quien planteó la "historia de 2 ciudades", una Nueva York empobrecida y otra opulenta.

"Espero que el alcalde electo entienda esto antes de que sea muy tarde", agregó el derrotado.

En enero, Blasio sustituirá al actual alcalde Michael Bloomberg.

El futuro alcalde no sólo romperá con 2 décadas de gobiernos republicanos (aunque en su último mandato Bloomberg se presentó como independiente) sino que llevará a la oficina una posición menos amigable hacia el mundo de los negocios y las finanzas por la que muchos neoyorquinos parecen haber votado, en lo que los analistas consideran un rechazo a una era.

Blasio hizo eje en la falta de equidad de Nueva York: una metrópolis donde cohabitan los multimillonarios -como el actual alcalde Michael Bloomberg- con quienes están cerca de la línea de pobreza.

Entre sus objetivos están crear una tarjeta de identidad para todos los residentes, incluidos los inmigrantes indocumentados, así como aumentar los impuestos a los más ricos de la ciudad para expandir los programas educativos.

Sin embargo, la clave de Blasio es su historia personal, que tiene elementos propios de una novela: desde el alcoholismo y el suicidio, hasta un viaje revelador al extranjero y un amor poco convencional.

Aunque él nació en Manhattan, Blasio muy pronto se mudó con su familia a Massachusetts, donde creció alejado de su padre, Warren Wilhelm, un veterano de la 2da. Guerra Mundial con problemas de alcoholismo, quien más adelante se pegó un tiro en el pecho. Su madre fue su principal referencia y él decidió adoptar el apellido de ella.

Ya en la universidad, De Blasio comenzó a interesarse por la política, entre ella la latinoamericana, y a finales de los años '80 decidió vincularse a la campaña de David Dinkins, el único afroestadounidense que ha sido alcalde de Nueva York.

En esa etapa de su vida también conoció a quien sería su futura esposa y la madre de sus hijos, Chiara y Dante: Chirlane McCray, una escritora y activista que había salido públicamente del clóset en un artículo que escribió en 1979 para la revista Essence.

A Blasio no le importó que ella hubiera sido lesbiana y en 1994 se casaron con la ayuda de 2 pastores homosexuales, tal como cuenta la revista New York en un extenso perfil que tituló "El alcalde del 99%".

Desde entonces y especialmente a medida que su perfil se ha vuelto más conocido, Blasio ha sabido involucrar a su familia sui generis en su carrera política hasta convertirla en un símbolo de sus ideales liberales.

Durante la campaña salió a relucir que Blasio realizó un viaje de 10 dias a Nicaragua en 1988, en tiempos en que la revolución sandinista enfrentaba la guerrilla de la contra que apoyaban los republicanos de Ronald Reagan.

Blasio participó en una misión humanitaria organizada por un grupo católico del estado de Maryland que, según un reportaje del diario The New York Times, lo "convirtió en un ardiente partidario de los revolucionarios nicaragüenses".

El periódico agrega que la influencia fue tan grande, que las raíces de su "estilo político progresista están en las sombras de los volcanes, a miles de millas de la ciudad que ahora espera liderar".

El nuevo alcalde ha hablado poco de ese tiempo en Centroamérica, al punto que ni siquiera aparece mencionado en su biografía en la página de su campaña.

El periplo nicaraguense de Blasio ha servido a sus críticos para atacarlo. El candidato del partido Independiente, Alfonso Carrión, lo acusó de "apoyar una dictadura brutal en América Central" y de haberse inspirado en Ernesto Guevara y Fidel Castro.

Sin embargo, Blasio ha cuestionado al actual gobierno sandinista y, tras un debate en septiembre con otros aspirantes al cargo, se limitó a decir que su preocupación por aquellos años era "la manera como nuestro país estaba tratando a los países pequeños de nuestro hemisferio".

a "Historia de 2 Ciudades", una referencia a la novela del escritor Charles Dickens que él apropió como referencia para hablar de la falta de equidad de Nueva York: una metrópolis donde cohabitan los multimillonarios y quienes están cerca de la línea de pobreza. Él quiere emitir una tarjeta de identidad para todos los residentes, incluidos los inmigrantes indocumentados, y aumentar los impuestos a los más ricos de la ciudad para expandir los programas educativos.

Ahora Clarín quiere adecuarse

Por Mario Wainfeld

En forma sorpresiva, con reflejos políticos llamativos, el Grupo Clarín presentó un plan de adecuación ante la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca). La movida se acompaña con nutridas reservas de derechos: seguir litigando en instancias nacionales e internacionales sólo para empezar. La presentación se describe y explica en otras notas de esta edición. A los efectos de esta columna, se señala que el multimedios optó por una táctica mucho más sutil que su tosca defensa en los Tribunales, que siempre partió de un implícito: su poder lo colocaba en una posición de ventaja indescontable. Hipótesis que parece petulante, pero que no lo era tanto, a la luz de la historia de décadas.
Ahora, Clarín no desiste de defenderse como gato panza arriba ni, seguramente, de chicanear o “embarrar la cancha”. Pero se coloca en la cancha de la legalidad. Pasemos de la imagen futbolera a la bélica: la guerra continúa, pero el Grupo decidió no pasar a la clandestinidad.
Hasta su modo de ingresar en una trama administrativa que será enmarañada es un rebusque ingenioso. Irrumpe de la mano de un socio que detesta, pero cuya compañía, en este tramo, le viene bien.

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Un David con onda: Fintech Advisory Inc. es una multinacional que (abreviando densos detalles sobre empresas complejas y conglomerados) es socia minoritaria de Cablevisión, cuyo socio mayoritario es Clarín.
El mandamás de Fintech es (abreviando etc...) un empresario mexicano llamado David Martínez. El tal David (pronunciar onda “Deivid”, con fonética yanqui) mora en las zonas encopetadas de Nueva York.
El hombre, según sus decires, contempló con sorpresa y nula empatía la batalla encarnizada del Grupo contra el Gobierno. Martínez departió sobre el tema con dirigentes políticos (no todos oficialistas) y empresarios (casi todos opositores al Gobierno). Es un hombre de negocios, un mercader multimillonario que se dedica a la comunicación, entre muchos otros rubros. Nada lo identifica con un filántropo o un monje trapense: es un empresario feroz, taimado por demás. En esa pintura gruesa, no difiere mucho de Héctor Magnetto, el CEO de Clarín. Lo que los separa es el modus operandi de Cablevisión respecto del Gobierno, pensando más en una disputa pura de poder que en el lucro desnudo.
Martínez dice no entender para qué enfrentarse a todo o nada. Quizás entienda, pero no comparta. Coloquialmente, suele valerse de un ejemplo conspicuo en estas pampas. Le resulta absurda la obstinación en no admitir (en una grilla con decenas o centenares de canales) una señal de dibujitos animados. Quienes dialogaron con él chimentan que hace alarde de no saber el nombre exacto de Pakapaka. Tal vez exagere, para demostrar la importancia que le asigna.
Como fuera, mezclando lo útil con lo beneficioso, Martínez presentó en diciembre pasado una propuesta de adecuación de Cablevisión en la Afsca. Su proyecto era que Clarín se desprendiera de su cuota parte, para quedar en regla. También avanzar en pos de un rédito propio.
La moción de la minoría societaria sólo tenía, digamos, un valor testimonial. Pero abrió una ventana para que Clarín se “colara”, como concretó ayer. La astucia, enancada en palabras previas del titular de la Afsca, Martín Sabbatella, permite suponer que la movida fue pensada con antelación. Un plan de contingencia para el peor de los escenarios: el que habilitó la Corte Suprema con su sentencia de hace apenas una semana.

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Dividir para triunfar... o empatar: Clarín sugiere una división de su impresionante patrimonio es seis unidades de negocios (ver notas aparte).
El orden en que se enumeran tal vez no sea casual: en algún sentido van de mayor a menor. Sería aventurado un juicio acerca de si los conjuntos cumplen todas las exigencias de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LdSCA). Es dudoso, pero están enunciados como para dar esa impresión.
Clarín pide, con desmesura, que se le concedan plazos que han vencido. Considera “ganados” sin costos los de las medidas cautelares que le fueron concedidas con mala praxis por distintos tribunales, incluyendo a la Corte misma. Es chocante que se quiera sacar provecho de decisiones que la tutelaron de una supuesta inconstitucionalidad que la Corte (tarde pero seguro) desestimó de plano. No ha de ser la única de las picardías que incluye la presentación, aunque sí es una de las más notorias.
Lo más factible, aunque su nota reserva precisiones para más adelante, es que Clarín piense en desmembrarse conservando, a través de sus socios, varias de las “unidades” en cuestión.

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Espíritu y letra: ¿Admite la LdSCA este gambito? Podría suponerse que en su espíritu más hondo, no. Pero su letra, menos rigurosa tal vez, abre ese resquicio que ya fue reconocido por Sabbatella cuando todos los grupos mediáticos concernidos presentaron los planes de adecuación. En esta columna se habló de eso, meses ha. Por una vez, vale la pena repetir lo enunciado, porque la situación se mantiene.
¿Es viable que un conglomerado fraccione su patrimonio entre varios de sus socios o de personas de confianza? La respuesta extrema no es la correcta. La LdSCA estipula reglas antitrust, busca mayor igualdad dentro del espectro, pero no deja fuera de acción a personas o actores determinados. De hecho, si Clarín se aviniera a honrar la ley, quedaría con un patrimonio formidable: el mayor en la Argentina, con escaso o nulo parangón en el mundo (salvando diferencias relativas). Pero cedería su posición dominante, que es uno de los objetivos de la ley.
Si los principales integrantes del Grupo se dividieran las frecuencias, llegando a dimensiones admisibles, la movida podría ser válida. Esto es, fabulando un poco, si se fragmentara en espacios que poseyeran (es un decir) José Antonio Aranda, los hermanos Noble Herrera, Marcelo Tinelli, Adrián Suar. Claro que las nuevas empresas tienen que ser realmente autónomas y no “un dibujo”. No deben funcionar como grupo. Sabbatella explica que, en tal hipótesis, deben tener su estructura legal, patrimonios diferenciados, sus edificios diferentes, personal diferente, directorios sin repeticiones de personajes, sus móviles de exteriores, sus cámaras, sus estudios. Hasta sus maquilladoras, añade, exagerando un poquito con fines didácticos. Hay que escrutar con lupa los paquetes accionarios, no puede haber más de un diez por ciento de acciones “cruzadas”.
En los hechos, no es lo mismo una potencial confederación de empresas que un gigante que comprenda todas. Ni en su poder relativo respecto de sus competidores, ni en su capacidad para atraer inversores, ni para cotizarse en la Bolsa de Nueva York. Una cosa es un grandote que pugna con muchos chiquitos y otra una empresa mediana que dice tener otras que son sus amigas.
Si se cumple acabadamente, entiende Sabbatella, la aparición de nuevas unidades operativas podría aumentar los puestos de trabajo, la cantidad de medios, la (parcial) equiparación de la competencia. La línea editorial es muy otro cantar: un conjunto de empresas diferentes, pero del mismo origen sostendrá posiblemente un mensaje común. Pero eso no resiente el espíritu de la LdSCA, que nada regula sobre contenidos políticos, una de sus virtudes cardinales.

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Cuestiones de poder: Los contrafactuales no sirven, acaso, para reconstruir un pasado posible, pero sí para barruntar por qué los sujetos históricos adoptaron una conducta y no otras. En toda mesa de café o de arena es posible interrogarse por qué Clarín no optó antes, con mejores chances, por lo que insinuó ayer. Una respuesta parcial, aunque no falsa, es porque leyó que seguía vigente el contexto de su edad de oro. La era de la posición dominante, de las maniobras desleales contra los competidores, de las presiones brutales contra los avisadores... y el poder formidable que sostuvo respecto de los sucesivos gobiernos. Poder que supo mezclar pactos y enfrentamientos. Ese esquema duró hasta 2008, cuando el kirchnerismo decidió darle batalla.
Puesto en combate, el Grupo eligió enfrentarse a todo o nada. También “hizo tiempo”, volviendo a la metáfora futbolera, más rica que la bélica a despecho de los imbancables divulgadores de Sun Tzu. Consiguió años de handicap, no es poco.
La hipótesis era esperar a una coyuntura electoral adversa para el Gobierno y ahí “coronar”: fracasó en 2011, pareció haber tenido éxito el 27 de octubre. Pero la Corte, tan magnánima con las chicanas, le propinó un revés observando la Constitución. Algo lógico y hasta “normal”, pero impensado para el poder fáctico.
Con el poder mellado, tras años duros en lo “meramente” económico, atada de pies y manos para crecer y expandirse en el futuro cercano, la Corpo posiblemente esté buscando dilatar y trabar. Ayer hizo gala de adaptación, lo que la sostiene como un contendiente de fuste.
Claro que la brega es dura y no ha tocado a su fin, para nada. Esta historia, que ya duró más que mil y una noches, continuará. Pero muchas correlaciones de fuerzas cambiaron. De modo progresivo desde hace cuatro años, con un salto cualitativo y cuantitativo una semana atrás.

Misiones

Misiones es un distrito muy importante aporta 2,3 votos cada 100 nacionales y es el que más crecimiento en electores tuvo de la región Noreste en la década.

Uno de los aliados claves del oficialismo nacional es el Frente Renovador de Misiones que con el 43% de los votos logró imponerse el pasado 27 de octubre en 16 de los 17 departamentos con los que cuenta la provincia. Sólo Capital volvió a serle adversa al oficialismo provincial.

Estos son los resultados de las elecciones de medio mandato , según el escrutinio provisorio del Ministerio del Interior (ver cuadros), que se cerró con el 96,66 por ciento de las mesas escrutadas (2.228 sobre un total de 2.305).
El Frente Renovador logró imponerse y mantener las dos bancas que ponía en juego, renovando el mandato de Alex Ziegler y de Silvia Risko. La tercera banca fue para el ganador del departamento Capital, la Unión Cívica Radical (UCR), que tras ocho años de ausencia en la Cámara Baja incorpora un diputado nacional, que será Luis Pastori.

El futuro ya llegó


Por José Natanson

n medio de la guerra de interpretaciones, dos conclusiones asoman nítidas tras las elecciones del 27 de octubre: el oficialismo conserva, frente a la dispersión opositora, su lugar de primera fuerza nacional y, al mismo tiempo, sufrió una derrota dura, en la provincia de Buenos Aires pero también en los demás distritos importantes del país. Ambos datos, que no son excluyentes, deberían ser la base de cualquier análisis.
El deterioro de la coalición social construida por el kirchnerismo es la causa principal de este retroceso. Como señala María Esperanza Casullo (1), esta coalición se había mantenido con pocos cambios desde el 2003, con un núcleo duro de apoyo en los sectores más pobres, la adhesión firme de los trabajadores organizados y el respaldo más fluctuante de grupos de clase media (el kirchnerismo progresista). A diferencia de lo que ocurrió en el otro período de declive del ciclo, el conflicto del campo del 2008 y su prolongación en la derrota electoral del 2009, esta vez la erosión no fue resultado de una sola medida adoptada en un momento determinado sino de un proceso gradual que se extendió a lo largo de los últimos dos años.

Inflación & inseguridad

Indefectiblemente clase medio-céntrica, la prensa tiende a enfocar sus análisis en las demandas y reclamos de este sector. Pero, aunque por supuesto una parte importante de los grupos medios que votaron al kirchnerismo en 2011 lo rechazaron el domingo 27, la causa central está en otro lado: mi tesis es que el problema principal no radica en los sectores medios sino en lo que la literatura especializada llama “clase media baja” o “clase media emergente” y que en otra ocasión preferimos definir como “nueva clase media” (2), ese 30 por ciento aproximado de la población que integran, entre otros, los trabajadores formales sindicalizados, los pequeños comerciantes, los cuentapropistas y los prestadores de servicios particulares.
Producto del crecimiento económico y la democratización del consumo de la última década, la nueva clase media es sin embargo un sector social extremadamente frágil y, quizás por ello, irascible. Como en Brasil o Venezuela, comparte algunas de las características de las clases populares (pocos años de educación, residencia suburbana, familias numerosas), pero dispone de ingresos más parecidos a los de los sectores medios clásicos: un camionero o un operario de SMATA puede ganar lo mismo que un médico de hospital público o un docente universitario, aunque probablemente carezca de su capital patrimonial, educativo y relacional (un camionero no hereda un departamento de dos ambientes en Palermo ni tuvo la suerte de contar con una familia que lo sostuviera mientras estudiaba abogacía ni dispuso de la red de contactos esenciales para insertarse en el mundo profesional).
Por el lugar que ocupa en el mercado laboral, la nueva clase media se encuentra muy expuesta a los vaivenes del ciclo económico, y es aquí donde aparece el primer problema: en los últimos dos años, en un contexto de desaceleración del ritmo de crecimiento e incremento de la inflación, el gobierno logró sostener, vía aumento de las jubilaciones, la asignación universal y el salario mínimo, el poder de compra de los sectores más pobres, mientras que la clase media clásica apelaba a herramientas de defensa desarrolladas en su larga experiencia en crisis económicas, incluyendo una habilidad para el manejo de los instrumentos financieros que sería la envidia de más de un operador de Standard & Poor’s.
Mi impresión es que la nueva clase media, ubicada en un escalón social superior a los sectores más pobres pero desprovista de los recursos de los sectores medios clásicos, se sintió decepcionada por la acumulación de promesas económicas incumplidas, del plan de alquileres baratos al precio del pan, que había sido justamente uno de los grandes aciertos del kirchnerismo, siempre ágil para ofrecer respuestas a los problemas terrenales. Mientras tanto, algunas medidas importantes que la benefician, como el notable Plan Procrear, recién han comenzado a aplicarse (probablemente en diez o veinte años haya familias que se acuerden del Procrear como todavía hoy existen personas que le agradecen al primer peronismo haberles facilitado su primera vivienda).
A esta explicación económica se suma un segundo factor. Por las ocupaciones y oficios que desempeñan, los sectores pertenecientes a la nueva clase media son especialmente sensibles al problema de la inseguridad, que todas las encuestas coinciden en señalar como una de las demandas centrales al gobierno. Un taxista con turnos de doce horas, un kiosquero de Lanús que tiene el negocio abierto hasta tarde para aprovechar hasta el último cliente, un plomero que circula de un lado a otro de la ciudad, un vendedor de Frávega que junta buenas comisiones pero vive en Ramos Mejía... No hay que ser muy perspicaz para comprobar que la nueva clase media sufre una exposición al delito muy diferente a la de alguien que pasa todo el día encerrado en un consultorio, una oficina o un banco, vuelve a casa en subte a las 6 de la tarde y vive en el cuarto piso contrafrente de una calle iluminada con un Farmacity en la esquina.
En suma, los decepcionantes resultados obtenidos por el kirchnerismo se explican en buena medida por sus dificultades para retener al “moyanismo social”, categoría que merece una aclaración: en tanto jefe de un sindicato privilegiado como el de Camioneros y líder durante casi todo el ciclo kirchnerista de la representación de los trabajadores organizados, Hugo Moyano funciona como la máxima expresión política de la nueva clase media. Y sin embargo, el hecho de que haya roto su relación con el gobierno no implica que estos sectores se hayan deskirchnerizado por ese motivo. En otras palabras, no es que Moyano conduzca a este sector social, como prueba el rotundo fracaso de su candidato, Francisco de Narváez, en la provincia de Buenos Aires, sino que percibió tempranamente que muchos de sus reclamos no iban a ser atendidos, lo que confirma su sagacidad de sindicalista a la vez que demuestra sus limitaciones como político.

La reacción

Como las PASO configuraron un curioso escenario, en el que en lugar de una sola elección tuvimos dos medias campañas, luego de la primera derrota en agosto el kirchnerismo reaccionó con un ajuste de su estrategia electoral y algunas correcciones importantes de gestión, probablemente interrumpidas por la operación a la que fue sometida la presidenta y el reposo obligado de las últimas semanas: el aumento del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias y los cambios en el monotributo buscaron aliviar la carga tributaria que pesa sobre importantes sectores sociales. Aunque opinables desde el punto de vista de la justicia fiscal, las decisiones eran electoralmente lógicas.
Algo similar ocurrió con la inseguridad, que apenas fue mencionada por los candidatos oficialistas en el primer tramo de la campaña y que sin embargo ocupó un lugar relevante en el segundo. Estos zigzagueos tácticos, totalmente razonables en la angustiante búsqueda de un triunfo, se notaron sobre todo en el giro en la publicidad oficial: si antes de las PASO prevaleció un mensaje que parecía más destinado a consolidar un núcleo propio de apoyos que a conquistar nuevas voluntades, más tarde se notó un mayor esfuerzo de apertura, que incluyó la visita de los candidatos kirchneristas a esa panza de la ballena que es el set de TN y dos entrevistas televisivas concedidas por Cristina. El reflejo de este viraje fue un cambio de eslogan un poco desconcertante, del jacobinismo inicial de “En la vida hay que elegir” al estilo cerveza sin alcohol de “Hay un futuro y es de todos”, invitación que podrían haber formulado Macri o Massa pero llevaba la firma de Martín (el amigo de Daniel).

Todo un palo

Por supuesto, el resultado de las elecciones no se explica sólo por la pérdida de adhesiones en la nueva clase media. Aunque para un análisis más fino será necesario mirar con cuidado los datos distrito por distrito, lo cierto es que el kirchnerismo también retrocedió en los sectores medios clásicos, como prueba su derrota en las zonas típicamente de clase media de la Capital, Rosario y Córdoba, e incluso, aunque en menor medida, sufrió una merma de votos en los sectores más pobres, lo que configura un veredicto crítico que es a la vez nacional y policlasista.
Pueden ensayarse varios argumentos para explicarlo, desde el rechazo a las restricciones a la venta de dólares y la fatiga con el dichoso estilo kirchnerista en un extremo, al menor rendimiento de la asistencia social en el otro (en este caso muchas veces por “problemas virtuosos” generados por las propias políticas sociales y de ingresos del gobierno: la asignación universal, los aumentos de salario y jubilaciones y el bajo desempleo incrementaron la presión sobre el sistema educativo, de salud y de transporte; como dirían los economistas, problemas por el lado de la oferta más que por el de la demanda).
Hay, desde luego, otras causas posibles, que exceden los límites de esta nota y que iremos elaborando con el tiempo. Pero creo que vale la pena insistir con la tesis –intuitiva y desprovista por ahora de datos cualitativos, pues el artículo se cierra apenas conocidos los resultados de los comicios–de que la explicación pasa sobre todo por la nueva clase media.
No parece casual, en este sentido, que los grandes protagonistas de la elección (Massa, Scioli, Insaurralde) pertenezcan a la camada de los “políticos commoditie”, esas estrellas del sentido común capaces de combinar barrialidad y gestión sobre el fondo de un peronismo omnipresente pero que apenas se menciona, como si se lo diera por hecho. Más que ubicarse a uno u otro lado de la frontera K, habitan las zonas desmilitarizadas de la Guerra Fría. Tranquilos en su paralelo 38, prometen correcciones, construir sobre lo ya edificado, refundacionismo cero. Expresan el mix de tres tradiciones políticas potentes: el conservadurismo típico de los caudillos del PJ, el liberalismo propio de la era del mercado y el peronismo territorial que provee estructura y aliados. Cada uno a su modo, todos pertenecen a una generación que nació en los 90 y pegó el salto a partir del 2000: con un botín clavado en cada década, los políticos commoditie carecen de la sobrecarga ideológica del kirchnerismo sunnita y han demostrado la flexibilidad adecuada para sintonizar con las nuevas demandas sociales. Todavía no podemos confiar en ellos, pues nadie sabe qué piensan realmente de la mayoría de los grandes problemas de Argentina, pero no cuesta mucho imaginarlos como los dueños del futuro.
1. Ver nota en la página 8.
2. Ver “Una política para la nueva clase media”, Le Monde diplomatique, edición Cono Sur, Nº 152, diciembre de 2012. Allí se citan datos de Héctor Palomino y Pablo Dalle (“El impacto de los cambios ocupacionales en la estructura social argentina: 2003-2011”, Revista del Trabajo, Año 8, Nº 10). Ellos sostienen que la “clase media inferior” está compuesta por microempresarios (hasta 5 empleados), cuentapropistas con equipo propio, técnicos, docentes y trabajadores de la salud y empleados administrativos. Equivalen al 36,1 por ciento de la población. No todos, pero sí la mayoría, forman parte de lo que yo llamo “nueva clase media”, a la que habría que agregar a una parte de los trabajadores calificados.

Apuntes de Serbia




Andreja Zivkovic
Serbia oficialmente se encuentra en bancarrota. Según Aleksandar Vučić, primer ministro de Serbia, no podemos seguir gastando más de lo que ganamos, “o vamos a cavar nuestra tumba con nuestras propias manos”. El error, conforme a esta versión, radica en la política económica aplicada por los gobiernos anteriores en los últimos 13 años tras la caída de Milošević. Esta es la justificación para la austeridad y las reformas anunciadas finalmente el 8 de octubre. De hecho, podemos afirmar que la nueva ola de austeridad no es una pausa, sino que representa una intensificación del régimen económico neoliberal. No sólo no resolverá el problema de la deuda económica, sino que simplemente intensificará la crisis.

Tanto la actual línea oficial, como el paquete de medidas de austeridad en sí mismo proceden del FMI. Es la típica medicina neoliberal de apertura al capital extranjero, privatización de la industria del Estado y de los servicios públicos, liberalización de los mercados de trabajo y un tenso control sobre la política monetaria.

La idea de que se trata de dar una nueva oportunidad a Serbia resulta ridícula. Desde el año 2000, el neoliberalismo ha proclamado que sólo la apertura de los mercados a las inversiones extranjeras directas mediante la privatización de los activos del Estado y la desregularización del mercado de trabajo puede dar paso a la inversión, la productividad y el crecimiento. De hecho, al capital extranjero se le debe pagar una fortuna para invertir en Serbia mediante altas tasas de interés y una moneda sobrevalorada. En cambio, los créditos extranjeros subvencionaron la importación y el auge de los créditos en la primera década de 2000.

Pero el mismo régimen monetario que ha atraído los créditos extranjeros y las facturas de las privatizaciones ha sido a la vez responsable de destrozar la industria, produciendo el desempleo en masa y el aumento de la pobreza absoluta. El dinero caro actuó como un desincentivo para la inversión en la economía real, mientras que la sobrevaloración de la moneda hizo que las exportaciones no resultasen competitivas. El déficit presupuestario y comercial aumentó la deuda externa. Serbia se volvió tan dependiente de los préstamos que, al secarse el grifo de los préstamos extranjeros con la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008, la economía se derrumbó y aún no se ha recuperado.

Con el comienzo de la crisis, todos los estados se vieron obligados a intervenir con el fin de evitar que la crisis financiera mundial provocase una crisis del sistema bancario y la desintegración de la economía mundial. Como a los banqueros se les entregaron billones de dólares de dinero gratis, el FMI se apresuró a proteger las instituciones financieras de los países ricos del Norte. Las economías con deudas, como Serbia, fueron colocadas bajo el régimen de los "Acuerdos Standaby" y se ampliaron las facilidades de crédito para evitar la bancarrota, dado que los préstamos procedían de los bancos extranjeros. Como resultado, ha explotado la deuda pública en Serbia, que virtualmente se duplicó de un 33.4% del PIB en 2008 a un estimado 61.8% en 2013. La recompensa por actuar en connivencia con el FMI para rescatar de la quiebra técnica el sistema bancario internacional ha sido que nuestra crisis de deuda, al igual que la de la Europa periférica, se ha convertido en una crísis terminal.

Cuando el rescate de los bancos por parte de los Estados creó una gigantesca crisis de deuda internacional, el FMI, junto con la Unión Eueropea, empezó a exigir la aplicación de medidas de austeridad.

Con el fin de justificar lo que era obviamente un flagrante intento de hacer que la clase obrera pagase las deudas de los bancos, el FMI afirmó que la crisis había sido causada por un gasto excesivo por parte del Estado. La amplia expansión de la anarquía del mercado, que había causado la crisis, se ha convertido ahora en la solución. En Serbia, hemos oído la misma melodía durante algún tiempo, sólo que ahora con mayor insistencia, ya que estamos a punto de la bancarrota.

La austeridad comenzó con la congelación de los salarios del sector público en el año 2009-10, lo que redujo la factura salarial un 0.3 por ciento del PIB en 2009-11. Una nueva ronda de reformas neoliberales, como la independencia del banco central – es decir, la independencia de las políticas monetarias neoliberales de cualquier interferencia democrática – y el inicio de las reformas de las jubilaciones, datan de este periodo. Por supuesto, estas reformas no fueron lo suficientemente "business friendly" para contentar al FMI, y es cierto que se permitió un aumento significativo de los salarios y las jubilaciones en 2011-12, antes de ser recortados en 2012-13.

Pero esto tiene que ver menos con el "populismo" electoral o el "clientelismo", como pretenden los halcones neoliberales, que con las contradicciones de la austeridad, contradicciones que enfrentan todos los estados capitalistas.

La austeridad, mientras que con una mano aprieta a la clase obrera para reembolsar la deuda, con la otra aumenta la deuda mediante la reducción del consumo y, en consecuencia, del crecimiento económico.

Al mismo tiempo, el estancamiento del crecimiento se convirtió en una doble recesión y ha exacerbado la crisis de la deuda, en especial en la zona euro y los Balcanes. La raíz de la contradicción, desde una perspectiva marxista, es que las mismas medidas que previenen el colapso inmediato del sistema financiero son a la vez las que bloquean la liquidación de capitales ineficientes, y por lo tanto la reducción de los costes de producción y de las inversiones, así como la recuperación de la tasa de beneficio. ¿Qué queremos decir con eso?
Marx afirmó que el proceso de producción de mercancías compitiendo en el mercado para obtener beneficios obliga a los capitales a invertir en tecnología con el fin de lograr beneficios adicionales a precios más baratos que sus rivales.

Sin embargo, el proceso de competencia fuerza también a otros capitales a responder de manera similar, reemplazando la mano de obra, la fuente de todo valor, por tecnología, lo que da lugar a una tendencia estructural a la disminución de la tasa de beneficio y a la crisis económica. La actual crisis económica hunde sus raíces en la disminución a largo plazo de la tasa de beneficio en los países capitalistas avanzados. En respuesta, enormes cantidades de capital no utilizado fueron capturados por los mercados financieros internacionales, lo que se traduce en booms internacionales basados en la especulación financiera. Desde el punto de vista de la teoría del valor, este tipo de booms se basa principalmente en "ganancias ficticias", es decir, los beneficios obtenidos no son producto de inversiones en la explotación productiva de la fuerza de trabajo, sino en operaciones especulativas sobre los futuros valores del trabajo tal y como se expresan en el crédito y la deuda. La crisis fue expresión de la brecha entre la tasa de beneficio real y las reclamaciones de dinero sobre valores ficticios inflados (inicialmente en derivados de hipotecas en EE UU).

Marx sostiene que la crisis, al destruir los capitales más débiles, reduce los costes de producción e inversión, y, por lo tanto, aumenta la tasa de ganancia, lo que permite la aparición de un nuevo ciclo de acumulación. Pero como los capitales son cada vez mayores y están invertidos en todo el mundo, el precio del fracaso es una crisis catastrófica.

Esta es la razón por la cual, a fecha de hoy, la respuesta de los capitalistas es intervenir para evitar el colapso del sistema financiero mundial. Prefieren una larga depresión que permitir que los mercados se “purguen” de capital improductivo. Por esa razón se hace necesaria la austeridad, para obligar a los gobiernos, las empresas y los consumidores a pagar sus deudas a los bancos. También se desprende de la necesidad de bajar costes para los capitales, en particular los costes salariales, y también impuestos y gastos en concepto de intereses, así como la necesidad de debilitar al movimiento sindical para que los beneficios puedan volver a aumentar.

Sin embargo, esta ayuda al capital no ha podido ni ha logrado restablecer la tasa de beneficio, porque la mayor parte del esfuerzo de la austeridad se dirige a la realización de valores ficticios, es decir, a pagar deudas bancarias basadas en futuras reclamaciones sobre el valor, lo que bloquea la eliminación de capitales no rentables y, por lo tanto, un posible nuevo ciclo de inversión.

Por eso Serbia, como la mayoría de estados capitalistas, ha oscilado entre la depresión y la crisis financiera, y, por tanto, se han alternado políticas de austeridad y de endeudamiento del sector público para evitar que la recesión se convierta en una nueva crisis financiera.

Sobre esta base, es evidente que las reformas no resolverán la crisis de la deuda. Si los impuestos sobre los ingresos superiores del sector público, el aumento de IVA (impuesto sobre el valor añadido) sobre los elementos básicos de consumo y la reducción de subsidios del sector público aumentan los ingresos del gobierno, al mismo tiempo reducen el crecimiento económico. Por lo tanto, se intensifica el peso de la deuda. Pero a la vez la crisis fiscal conduce a la fuga de capitales. Ya se ha iniciado la fuga de capitales del sector financiero, y, en el caso de la deuda a largo plazo, cerca de medio billón de euros han salido desde el comienzo del año. La actividad crediticia de los bancos ha caído a cero y su estancamiento puede tener graves consecuencias para la actividad económica. Por otra parte, tan sólo durante el próximo año vamos a tener que pagar 114.000 millones de euros en intereses por la deuda externa del estado, mientras que a medio plazo nos encontramos con la necesidad de refinanciar prestamos muy caros y cuantiosos.

Por tanto, la polític de austeridad no sólo no servirá para alcanzar las metas fiscales establecidas por el gobierno, sino que, por definición, no cambiará el hecho de que Serbia está en quiebra. La verdadera función de la austeridad y de las reformas bussines friendly (permitiendo a los inversionistas extranjeros contratar y despedir a su gusto, mientras que se arrincona a los sindicatos mediante la limitación del derecho a la huelga) es atraer préstamos extranjeros, creando la impresión a los inversores extranjeros de que el problema de la deuda está bajo control en nuestro paraíso inversionista. 

El objetivo es repagar los actuales préstamos caros mediante nuevos préstamos. En el mejor escenario, eso significa obtener nuevos préstamos más baratos de nuestros nuevos amigos en los Emiratos Arabes Unidos, a cambio de venderles la industria de armamentos y sectores de la agricultura. (Una repetición de la entrega de la industria de la energía a Rusia a cambio de su veto a la independencia de Kosovo en la ONU, y a préstamos ocasionales). En el peor de los casos significaría una vuelta a los préstamos del FMI con intereses mucho más altos. Pero, en ambos casos, la deuda se acumula para pagar la deuda existente. Y la economía política de la esclavitud de la deuda, esto es, la defensa del valor del dinero (deuda) a costa de la destrucción de la industria, seguirá su paso, lo que significa que el incumplimiento del pago y la bancarrota llegará más tarde o más pronto, ocurra lo que ocurra.

Al mismo tiempo, de lo que podemos estar seguros es de que hemos entrado en un nuevo periodo de asalto neoliberal contra la clase trabajadora. La reforma de las jubilaciones ya ha supuesto el aumento de la edad de jubilación de las mujeres a 63 años y la penalización de la jubilación anticipada. El objetivo a medio plazo es la reforma de los salarios del sector público. Pero estamos sólo al inicio y el gobierno avanza con lentitud, juega con trucos populistas, como detener a un puñado de magnates locales por malversación financiera o gravar los salarios más altos del sector público, a fin de desactivar la resistencia, para crear un consenso de medidas neoliberales más radicales en torno a la idea de que "todos estamos en el mismo barco".

En respuesta, los activistas de izquierda tendrán que llamar a un frente amplio de lucha contra la austeridad, uniendo a sindicalistas, colectivos feministas, activistas estudiantiles, jubilados y asociaciones campesinas. La generalización de la ofensiva crea la base para una unidad amplia y radical: la limitación del derecho a la huelga, los recortes de los derechos de los parados, de los jubilados, y los ataques al nivel de vida de la clase trabajadora en su conjunto mediante la subida del IVA. Con el fin de tener éxito, una campaña de resistencia así tiene que afrontar el clima generalizado de temor e incertidumbre, la creciente convicción de que aun cuando las reformas sean injustas, resultan empero inevitables ya que "no podemos gastar el dinero que no tenemos". En otras palabras, no podemos simplemente hacer llamadas vacías a la resistencia. Tenemos que ofrecer a la vez alternativas políticas convincentes a la ideología reinante. Necesitamos hacer un llamamiento al rechazo de la deuda y una nacionalización de los bancos y la industría como base para invertir en el empleo, prestación de servicios de bienestar social y calidad de vida.

Es de vital importancia iniciar el proceso agrupando diferentes grupos de activistas, dado que la crisis se acelerará y los préstamos del gobierno pueden no ser suficientes para evitar un impago de la deuda el próximo año. Si no conseguimos popularizar las políticas para una alternativa a favor de los trabajadores, nos encontraremos en una situación a la griega, donde nos enfrentaremos a un colapso catastrófico de los niveles de vida, el final de la democracia y el aumento del fascismo, pero sin la acumulación de fuerzas populares y la alternativa política de izquierdas, Syriza, que existe en Grecia. Por lo tanto, la izquierda radical tiene un papel que jugar en una amplia coalición contra austeridad: argumentar que la crisis capitalista sólo puede ser resuelta a través de una alternativa socialista, y que la eficacia de la lucha por esa alternativa depende de la creación de un partido de los trabajadores que una activistas de los diferentes sectores en lucha contra la ofensiva neoliberal.


Andreja Zivkovic es un sociólogo serbio, miembro de Marx21, autor de Revolution in the Making of the Modern World (Routledge 2007) así como el editor de ‘The Balkan Socialist Tradition’ (número especial de Revolutionary History Journal, 2003)
Traducción para www.sinpermiso.info: Corina Tulbure

Provincias y crédito externo


Economía avalará a provincias que tomen créditos externos

El arreglo con el Ciadi le permitirá a gobernadores salir a los mercados externos. Se colocaría deuda por 2.500 millones de dólares

La posibilidad de acceder nuevamente a los mercados voluntarios de deuda es un escenario que están estudiando las provincias, con el objetivo de aliviar la carga de los presupuestos para fnanciar obras de infraestructura. Además, ahora el Gobierno nacional no objetaría esas colocaciones, siempre que tengan por destino la inversión pública y no se utilicen para financiar el gasto corriente.
El arreglo del Gobierno con varias empresas que tenían juicios ganados en el CIADI y la firma del programa de asistencia con el Banco Mundial por u$s3.000 millones abrió el camino para que los distritos salgan a colocar bonos en los mercados voluntarios. Se estima que el próximo año podrían llegar a colocaciones sumadas por u$s2.500 millones entre la Ciudad, Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.
La provincia de Buenos Aires estaría estudiando una primera emisión de u$s500 millones para el próximo año, que serán destinados al programa de inversión pública. También la Ciudad de Buenos Aires tiene previsto la colocación de deuda.
Esas colocaciones tendrán varios atractivos, como la posibilidad de financiarse a una tasa muy inferior a la que se consigue en el mercado local y a más largo plazo y terminar con los bonos dolar linked que se convirtieron enb una apuesta a favor de la devaluación del peso.
Además, los dólares ingresarán al Banco Central con lo cual ayudarán a cubrir las necesidades de divisas del próximo año, estimadas en unos u$s10.000 millones para financiar las importaciones y los pagos de deuda...

Reindustrialización y formalidad laboral en la argentina pos convertibilidad




La destrucción de la estructura productiva nacional fue enorme y reconstruirla no es tarea sencilla. Requerirá de la profundización del proyecto iniciado en mayo del año 2003 que, aún con avances y retrocesos, resultó desde la recuperación democrática de hace tres décadas, el único modelo de desarrollo orientado a resituar al país en el camino de la reindustrialización, único capaz de garantizar crecimiento con mayores niveles de formalidad laboral, mejores salarios y mayor equidad.

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Apuntes sobre la informalidad laboral



Uno de los temas centrales de la etapa es, a pesar de las mejoras acontecidas en la década que se observa en el gráfico 1 de la deracha del post (click para agrandar) la persistencia de niveles altos de informalidad laboral y lo que supone esto términos de ausencia de cobertura de salud, previsión social y bajos salarios.  
Particularmente intensa sobre los jóvenes menores de 30 años ( el 30% del padrón electoral y el 40% del electorado del FpV)  donde hoy el trabajo informal supera el 45%, es necesario considerar la centralidad de esta problemática para explicar diversos comportamientos sociales, incluso los electorales, obviamente.
Al respecto leemos un enfoque controversial pero sugerente sobre la precarización laboral que instala la reflexión sobre el fenómeno segmentando el impacto en actividades específicas (como lo muestra el gráfico que abre el post) concretamente trabajo doméstico, construcción, rural y textil , dejando de lado la visión dual y homogénea sobre el fenómeno de informalidad que mantienen la mayoría de los analistas. Leemos:
Finalmente, retomando varios de los hilos de la exposición, deben ser remarcadas las dificultades prácticas, teóricas e ideológicas que plantean los múltiples sentidos de la noción de informalidad laboral que, además, han sido cambiantes con el paso del tiempo. Hacia fines del siglo la noción se vinculaba con procesos de “reestructuración productiva”, para indicar las alternativas de ocupación a las que derivaban quienes perdían su inserción formal en la industria u otras actividades urbanas. Es posible que la noción más adecuada que alude a este uso sea la de “informalización”, que podría asimilarse a la de “precarización” en el sentido de que lo que está en juego es la pérdida de los derechos y garantías asociados a la inserción como “asalariado registrado en la seguridad social”.

Actualmente es posible identificar los problemas emergentes del no registro en la seguridad social en cinco actividades concretas, que constituyen el grueso de este tipo de empleo: las trabajadoras en casas particulares (servicio doméstico), el empleo rural, la construcción, la producción y comercialización de prendas de vestir, el transporte alternativo. Tómese nota de que se trata de actividades sumamente diferenciadas y específicas, seguramente no intercambiables entre sí, que explican en su mayor parte el no registro en la seguridad social. Algunas de estas actividades se corresponden con la inserción de trabajadores independientes no asalariados, otras con la de inmigrantes de países limítrofes, algunas con la producción de bienes comercializables y otras con servicios no comercializables. Es decir que aunque cuenten con un componente común, el predominio de trabajadores no registrados, difícilmente se resuelvan en el plano de las políticas de empleo o de la inspección laboral: en varias se requiere inversión en equipamiento colectivo –como guarderías infantiles, transporte–; en otras, regulaciones de orden municipal o urbano –construcción–; finalmente, otras como las confecciones constituyen una problemática universal que ha sido difícil de resolver en varios países.

Esta identificación de problemas precisos, acotados, va a contramano de la actual generalización de la noción de informalidad laboral entre algunos especialistas, tal vez menos atentos a las evidencias empíricas que a reproducir antiguos esquemas de análisis. Es que efectivamente lo que denominamos “informalidad” laboral fue comprendido tradicionalmente en el marco general de la economía del desarrollo y en el más particular de la economía del trabajo. Pero tal vez convenga plantear directamente las cuestiones teóricas de índole más general, a través de una discusión sobre modelos de desarrollo.

En efecto, la evolución de la Argentina actualmente es similar a las que registran otros países de la región, particularmente Brasil, donde desde 2003 hasta hoy se revirtió la tendencia secular de incremento de las desigualdades, al tiempo que el crecimiento del empleo fue liderado por el correspondiente a los “asalariados con cartera”, en cierto modo asimilables a nuestros “asalariados registrados en la seguridad social”. Al mismo tiempo el peso relativo de los trabajadores por cuenta propia también se redujo considerablemente en ese país.