Todas las encuestas


Al igual que ocurrió con las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), se difundieron los sondeos de pocas encuestadoras. Nuevamente González y Valladares/MGMR, Poliarquía y Management & Fit fueron las más destacadas a partir de su cobertura de las elecciones tanto en territorio bonaerense como porteño así como por la renovación de sus relevamientos.
Las encuestadoras no dudan en señalar que Sergio Massa, candidato del Frente Renovador, volverá a imponerse en territorio bonaerense. Así lo afirman los cinco sondeos de opinión sobre tendencia electoral que han sido publicados en los principales matutinos hasta el momento.
La incertidumbre gira en torno a la diferencia que logrará el intendente de Tigre sobre el candidato del Frente para la Victoria (FPV). Todas acuerdan en señalar que Massa ampliará la brecha con respecto a las PASO aunque solamente una lo ubica 10 puntos por encima de Martín Insaurralde.
A fines de septiembre el candidato del Frente Renovador figuraba en todos los sondeos con una ventaja superior a los dos dígitos. La merma en la diferencia puede que sea la razón por la cual Massa volvió a insistir con la re-reelección como tema de campaña el pasado fin de semana.
Resta saber el impacto que tendrá el estado de salud de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ya que todas las encuestas conocidas fueron difundidas antes de su internación y posterior operación.
En Capital, se consolidó en el primer lugar Gabriela Michetti del PRO entre los aspirantes al Senado. De acuerdo a los tres sondeos conocidos, la candidata supera cómodamente a Fernando "Pino" Solanas de UNEN, la fuerza más votada en las PASO. El cinesta disputa el segundo lugar y la tercera banca con el candidato del Frente para la Victoria Daniel Filmus.
En Diputados pelean Sergio Bergman (PRO) y Carrió (UNEN) por la primera posición mientras que Cabandié (FPV) figura consolidado en el tercer lugar. Las encuestas conocidas hasta el momento son previas a la difusión de los videos que muestran al candidato kirchnerista discutiendo en un control vehicular y será interesante ver si se altera su intención de voto.
Tal como ocurrió con las primarias, la escasa difusión de sondeos en los diarios a menos de dos semanas de las elecciones del 27 de octubre es el dato saliente a esta altura de la campaña electoral.
Las encuestas de Poliarquía (Capital y provincia), Management & Fit (Capital y provincia), González y Valladares/MGMR (Capital y provincia), Aresco (provincia) y OPSM (provincia) son las únicas publicadas en las páginas de La Nación, Clarín, Perfil y Página/12 hasta la fecha.
Como sucede antes de cada elección, Diario sobre Diarios (DsD) presenta todas las encuestas para que los lectores puedan contemplar el posicionamiento mediático de los diferentes candidatos en base a los sondeos de consultoras especializadas publicadas en los matutinos. Así lo ha realizado DsD en los últimos diez años.

 

Provincia de Buenos Aires


Diputados

Diputados por la Provincia de Buenos Aires

Blanco nulo
Indecisos
Ficha técnica
Public. en:
Aresco
37,5%
29,1%
11,9%
8,7%
4,3%
s/datos
s/datos
s/datos
2015 casos
MGMR / González y Valladares
42.1%
35.2%
14.1%
4.9%
2.8%
s/datos
s/datos
s/datos
950 casos
Management & Fit
39.3%
28.7%
10.2%
8.5%
3.6%
0.7%
s/datos
s/datos
800 casos
OPSM
37.7%
31.2%
11.0%
8.7%
s/datos
s/datos
s/datos
s/datos
+ de 1000 casos
Poliarquía
39.8%
32.3%
11.7%
6.3%
3.9%
s/datos
s/datos
s/datos
1727 casos












Todas las encuestas ubican a Sergio Massa en primer lugar
González y Valladares/MGMR, Poliarquía, Management & Fit, Aresco y OPSM no tienen dudas en marcar que el candidato del Frente Renovador será el ganador en la provincia de Buenos Aires. Todas señalan también que Martín Insaurralde marcha segundo.
González y Valladares/MGMR es la consultora que mayor intención de voto le otorga al intendente de Tigre con 42,1% y es la única que lo coloca por encima del 40%. Le siguen Poliarquía (39,8%) y Management & Fit (39,3%). Los sondeos más antiguos de Aresco (37,5%) y OPSM (37,7%) son los que peores guarismos registraron.
La dupla de consultores que trabaja con Perfil también es la que mejor posiciona a Insaurralde con un 35,2%. Poliarquía (32,3%) y OPSM (31,2%) son las otras dos empresas que ven al candidato del FPV por encima de lo obtenido en las PASO. Management & Fit (28,7%) y Aresco (29,1%), en cambio, establecen diferencias con sus colegas y colocan al intendente de Lomas de Zamora por debajo de lo obtenido en las primarias.
Management & Fit es la que mayor distancia observa entre ambos candidatos con un 10,6%. Aresco (8,4%), Poliarquía (7,5%), González y Valladares/MGMR (6,9%) y OPSM (6,5%), en cambio, registran que la brecha gira en torno a los 7 puntos porcentuales.
En ninguno de los sondeos se aclaró cuál es el número de indecisos.
A diferencia de lo que ocurrió en la previa a las PASO, todas las encuestas coinciden en marcar que la candidata del Frente Progresista, Margarita Stolbizer, repetirá su actuación en las primarias y cosechará el tercer lugar entre las adhesiones de los votantes.
González y Valladares/MGMR es la que proyecta el mayor caudal de votos para la candidata con un 14,1%. La dupla también es también la que mayor diferencia marca con Insaurralde al ubicarla 21,1% por debajo del candidato kirchnerista.
Aresco (11,9%), Poliarquía (11,7%), OPSM (11%) y Management & Fit (10,2%) le otorgan a Stolbizer una intención similar a lo logrado en las primarias (11,13%). Aresco (17,2%) y Management & Fit (18,5%) son las únicas que ven a la candidata del Frente Progresista a menos de 20 puntos porcentuales de Insaurralde.
De Narváez marcha cuarto según todos los sondeos. Y todos marcan que obtendrá menos votos que en las primarias
Aresco (8,7%) y  OPSM (8,7%) son los que mayor intención de voto le otorgan. Sin embargo, vale aclarar que ambos relevamientos fueron difundidos apenas dos semanas después de las PASO. Entre los sondeos más recientes sólo Management & Fit (8,5%) señala un guarismo similar. Para González y Valladares/MGMR (4,9%) y Poliarquía (6,3%), en cambio, De Narváez perderá aún más adhesiones y estará más cerca del quinto lugar, ocupado por Néstor Pitrola del Frente de Izquierda (FIT), que de Stolbizer.
De los datos divulgados surge que los primeros tres candidatos mejorarán sus desempeños mientras que De Narváez caerá al desdibujarse su rol como principal candidato opositor al Frente para la Victoria en la provincia, factor aprovechado en las legislativas de 2009. Quien mejor capitalizaría esta fuga de votos es el candidato del Frente Renovador, lo que explica el crecimiento de la brecha con Insaurralde.
Nuevamente se conocen pocos sondeos sobre el distrito más importante del país.
Otra vez Perfil inició la difusión de sondeos apenas una semana después de las PASO y actualizó sus datos en dos oportunidades en las páginas del bisemanario. A fines de agosto se sumaron Aresco y OPSM en Clarín. En septiembre comenzaron a conocerse los primeros sondeos de Poliarquía, en La Nación, y Management & Fit, en Clarín. Curiosamente la última encuesta de Poliarquía fue dada a conocer por Página/12 a mediados de la semana pasada.

Ciudad Autónoma de Buenos Aires


Senado

Senadores CABA

Blanco nulo
Indecisos
Ficha técnica
Public. en:
MGMR / González y Valladares
40.1%
24.9%
25.9%
2.9%
4.3%
1.9%
s/datos
s/datos
900 casos
Management & Fit
32.7%
22%
24.8%
3%
2.6%
2%
s/datos
s/datos
1000 casos
Poliarquía
39.6%
22.5%
21.6%
3.3%
3.1%
1.3%
s/datos
s/datos
2380 casos












Las tres consultoras que divulgaron datos sobre la ciudad acuerdan en señalar como clara ganadora de las próximas elecciones a la lista de Senadores del PRO encabezada por Gabriela Michetti.
Es la única que supera el 30% en todos los sondeos e incluso podría alcanzar el 40% según González y Valladares/MGMR (40,1%). Poliarquía (39,6%) y Management & Fit (32,7%) también coinciden en marcar que Michetti mejorará su performance en las PASO (31,39%) gracias a una parte de los votos logrados en agosto por los precandidatos de UNEN Alfonso Prat-Gay y Rodolfo Terragno.
La diferencia con el segundo oscila entre los 17,1% que observa Poliarquía y los 7,9% que marca Management & Fit. Más allá de estas diferencias, ninguna duda que el PRO obtendrá dos senadores por la ciudad de Buenos Aires.
El segundo lugar aparece disputado por Fernando Solanas, de UNEN, y Daniel Filmus, del FPV. González y Valladares/MGMR (25,9% a 24,9%) y Management & Fit (24,8% a 22%) se inclinan a favor del cineasta, mientras que Poliarquía (22,5% a 21,6%) marca una leve ventaja a favor del ex ministro de Educación.
De acuerdo a estos guarismos, Filmus superará lo logrado en las PASO (19,85%) y cruzará la barrera del 20%. En el caso de Solanas el crecimiento es aún mayor ya que duplicará su desempeño (13,27%) aunque no logrará capturar todos los votos obtenidos por UNEN, que superaron el 30% y la colocaron como la fuerza más votada en las primarias.

Ciudad Autónoma de Buenos Aires


Diputados

Diputados CABA

Blanco nulo
Indecisos
Ficha técnica
Public. en:
MGMR / González y Valladares
32.9%
33.5%
21.1%
4.2%
4.3%
3.2%
s/datos
s/datos
900 casos
Management & Fit
26.2%
29.2%
20.5%
3.7%
2.7%
1%
s/datos
s/datos
1000 casos
Poliarquía
30.6%
28.2%
20.6%
5.3%
5%
1.6%
s/datos
s/datos
2380 casos












Sergio Bergman y Elisa Carrió figuran disputando el primer lugar de acuerdo de los sondeos conocidos.
González y Valladares/MGMR (33,5% a 32,9%) y Management & Fit (29,2% a 26,2%) ven a la candidata de UNEN como ganadora el próximo 27. Poliarquía (30,6% a 28,2%), por su parte, estima que el candidato del PRO encabezará la lista más votada. La diferencia entre ambos no supera los 3 puntos en ninguno de los casos.
Las tres empresas asignan al rabino guarismos similares a los obtenidos en las primarias (27,54%). A diferencia de Michetti, Bergman no logra capitalizar los votos que fueron a los precandidatos de UNEN en las PASO.
En el caso de Carrió, las consultoras estiman que la ex candidata presidencial será más eficaz que Solanas a la hora de fidelizar los votos que obtuvieron los otros candidatos del frente UNEN en las primarias. Por ello, dan por descontado que mejorará su desempeño al menos 10 puntos y que saltará del tercer lugar a disputar el primero.
El candidato del FPV, Juan Cabandié, marcha tercero. González y Valladares/MGMR (21,1%), Poliarquía (20,6%) y Management & Fit (20,5%) indican que superará por poco el 20% y prevén un leve crecimiento en relación a las primarias (18,99%).
Management & Fit es la que menor diferencia marca con el segundo lugar con una distancia de 5,7% con respecto a Bergman. González y Valladares/MGMR (11,8%) y Poliarquía (7,6%) ven aún más lejos a Cabandié de encabezar la segunda lista más votada.

Ciudad Autónoma de Buenos Aires


Legislatura

Legisladores CABA

Blanco nulo
Indecisos
Ficha técnica
Public. en:
Management & Fit
19.9%
18.6%
11.3%
2%
12.4%
0.8%
1.2%
2.3%
1%
s/datos
22.5%
s/datos















En la única encuesta conocida hasta el momento, Management & Fit indicó que Iván Petrella, candidato del PRO, encabeza la intención de voto con el 19,9%. Apenas por debajo se ubicó Jorge Taiana, del FPV, con el 18,6%.
De acuerdo al relevamiento, el tercer lugar es disputado por Graciela Ocaña, de Confianza Pública, y Gustavo Vera, de UNEN. La ex ministra de Salud tiene el 12,4% de intención de voto mientras que el titular de La Alameda cosecha el 11,3% de las adhesiones.
El caso de Ocaña se destaca ya que supera el 10% pese a que su fuerza política sólo se presenta en la categoría de legisladores porteños. En el caso de los otros tres candidatos, solamente Taiana mantiene una intención de voto cercana a la que logra el FPV en las otras dos categorías en disputa mientras que Petrella y Vera registran valores inferiores a los restantes candidatos de sus fuerzas políticas.
El dato saliente del sondeo es el número de indecisos (22,5%) ya que supera la intención de voto de cualquiera de los candidatos. Por ello mismo, esta encuesta constituye una aproximación a lo que pueda ocurrir el 27 de octubre. La distribución de los indecisos y el impacto del corte de boleta definirán los posicionamientos finales en esta categoría.
Lejos de los primeros lugares, Management & Fit ubicó a Fabio Basteiro (2,3%), de Camino Popular, y a Marcelo Ramal (2%), del FIT, en quinto y sexto lugar respectivamente.



Obama: "Si no les gusta nuestra política, argumenten y ganen las elecciones"

El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, habló hoy después de que el Congreso aprobara el presupuesto para el año que viene y evitara así el default, 16 días después del cierre del gobierno, y desafió a los republicanos: "Si no les gusta una determinada política o un presidente en particular, argumenten su posición y ganen una elección".
Obama se dirigió a los republicanos y los desafió a ganar las elecciones.
Obama se dirigió a los republicanos y los desafió a ganar las elecciones.
Desde la Casa Blanca, el mandatario llamó a reflexionar sobre lo sucedido estas dos semanas, y atribuyó el shutdown a ciertos sectores que se dedican a hacer "politiquería". "No hay una razón económica detrás de la parálisis del gobierno federal", afirmó Obama, y agregó: "Hay algunos miembros que querían el cese de operaciones administrativas del gobierno".
"Si no les gusta una política o un presidente, argumenten su posición, ganen una elección, hagan presión, pero no quebranten lo que vienen haciendo nuestros antepasados ni el mandato de los estadounidenses", expresó el presidente norteamericano, visiblemente enojado.
"Las últimas semanas han dañado a nuestra economía"
Obama destacó también que en el conflicto "no ha habido ningún ganador", ya que "las últimas semanas han dañado a nuestra economía". Por este motivo, afirmó: "No me sorprende que la gente esté harta de Washington. Tenemos que volver a ganarnos la confianza del pueblo estadounidense".

"El que no entiende el peronismo no entiende la Argentina"

¿Cuál es el secreto para llegar a los 90 años? La respuesta la tiene el físico, filósofo y epistemólogo Mario Bunge. "Es facilísimo . Primero, es cuestión de llegar a los 89 años. Después se le agrega uno y se llega a los 90. ¿Y cómo se llega a los 89? Trabajando siete días por semana, aprendiendo todos los días alguna cosa y absteniéndose de fumar, de beber y de leer a los posmodernos, es decir, absteniéndose de consumir tóxicos, sean materiales o espirituales."

-Muchos encuentran rasgos parecidos entre los gobiernos de los Kirchner y el primer gobierno peronista. ¿Es así?
-No lo sé. En la época del primer peronismo, y durante muchos años, yo fui gorila porque en el terreno de la cultura el peronismo no dejó nada positivo. Al contrario, arrasó con lo poco que había. Pero con el correr del tiempo comprendí que el peronismo tenía algunos aspectos buenos.
-¿Por ejemplo?
-El voto de la mujer, transformar los territorios en provincias, hacer un plan de construcción de empresas hidroeléctricas. Hablar sobre la reforma agraria estuvo bien, pero no la hizo. Prometió una cantidad de cosas que no realizó y así engañó a mucha gente. Ya no soy gorila, aunque lo fui, y el motivo principal fue porque Perón degradó la educación y la cultura y, además, realmente no fue muy democrático.
-¿Entonces dice que ya no es gorila?
-No, soy mono tití (risas). No soy ni gorila ni chimpancé.
-¿Y qué cambió en usted?
-Eramos tan apasionadamente antiperonistas que no fuimos capaces de hacer un análisis objetivo del peronismo. Más aún, usábamos categorías políticas europeas. Creíamos que el peronismo era una forma de fascismo. Y no lo es: es original, es un tipo de populismo. Creíamos también que Perón era bruto. Es falso. Era inteligente, no sólo habilidoso, y tenía cultura histórica, al fin y al cabo era profesor de historia militar en el Colegio Militar. Lo menospreciamos y por eso no lo entendemos. Gino Germani, que fue el fundador de la sociología moderna en la Argentina, se fue del país en 1966 y al año siguiente me visitó en Montreal. Le pregunté: "¿Por qué te fuiste de la Argentina? ¿Por la persecución? No -me dijo-, me fui porque fui incapaz de entender al peronismo. Todavía hoy no lo entiendo". Y es así: quien no entiende al peronismo no entiende el país.
-La incomprensión del peronismo es casi lógica, por ejemplo, cuando se ve que conviven la izquierda, la derecha, el centro.
- Sí, pero hay ciertos aspectos que son muy originales. Por ejemplo, Perón quiso modernizar la Argentina. También otros militares progresistas como el general Savio o como el fundador de YPF, el general Mosconi. El partido dominante, conservador, no quería modernizar nada.

-En la Argentina tenemos siempre la sensación de estar comenzando una etapa nueva que nunca es exitosa. ¿Hay responsabilidad de los dirigentes o de toda la sociedad?
-Es una característica argentina: destruir y empezar después de nuevo.
-¿Y a qué lo atribuye?
-No lo sé.
-Entiende más al peronismo que a la sociedad argentina...
-Me fui hace más de medio siglo del país. Estoy mucho más enterado de la política norteamericana y canadiense que de la argentina. Y éste es un país muy complejo, mucho más que los Estados Unidos. Allá hay un solo partido con dos alas: el ala republicana y el ala demócrata. Y, a su vez, el ala demócrata se divide en dos partidos, republicano y demócrata (se ríe).
-Lo que no cambia en usted es su enfoque muy crítico de los Estados Unidos.
-Sí, aunque insté a mis dos hijos canadienses a que fueran a estudiar a los Estados Unidos porque las universidades son mejores que las canadienses. Ser completamente antigringo es absurdo, es de reaccionario: en Estados Unidos está lo mejor junto con lo peor.
-Quizá esté más cómodo en Estados Unidos que en Europa porque allí hay más pensadores posmodernos... ¿Tanto le molestan?
-Sí, paralizan el pensamiento. Cuando se repiten frases imbéciles como las de [Martin] Heidegger, o demenciales como las de [Edmund] Husserl, o muchas de [Georg] Hegel, no se puede pensar en forma racional. Por ejemplo, la definición que da Heidegger en su gran libro El ser y el tiempo : "El tiempo es la maduración de la temporalidad". O en su Carta sobre el Humanismo dice: "El ser es ello mismo". ¿Qué significa todo eso? Absolutamente nada. Es para engrupir a la gilada.
-¿Y usted se considera moderno?
-Soy preposmoderno (risas).
-Si critica a aquellos filósofos, ¿qué queda para los actuales? ¿Respeta a alguno?
-Los pensadores profundos hoy están refugiados en la matemática, la física, la química, la teología y en algunas ciencias sociales como la historia o la sociología. También faltan pensadores profundos en la economía: no hay ningún economista, de izquierda o de derecha, que le llegue a los talones a John Maynard Keynes, el fundador de la macroeconomía moderna. No hay nuevas teorías: falta un nuevo Keynes que no les tenga miedo a las matemáticas, a la estadística.
-¿Por que lo decepcionó el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama?
-No cumplió ninguna de sus promesas y, además, cometió un acto inmoral: aceptar el Premio Nobel de la Paz al mismo tiempo que era comandante en jefe de dos ejércitos invasores. Más aún: reforzó la cantidad de soldados en Afganistán y no cerró ninguna de las 860 bases militares que tiene Estados Unidos en el extranjero.
-¿Le parece que Obama nunca tuvo intención de hacerlo o se encontró con una maquinaria que se lo imposibilitó?
-Los científicos sociales no deberían especular sobre la mente de los personajes. Sabemos que cuando entró en la Casa Blanca, Obama entró en una prisión muy bien custodiada por la enorme burocracia, los militares, el Partido Republicano y la derecha de su propio partido. Tiene las manos atadas, pero en su caso yo habría denunciado eso y habría renunciado a la presidencia. Porque él llegó al poder con la consigna del cambio y nada esencial puede cambiar por los intereses creados, por la corrupción profunda.
-Algunos imaginaron que la crisis financiera internacional iba a permitir que surgiera un capitalismo distinto, más "sensible". ¿Estamos a tiempo de esperar algo semejante?
-Hubo cosas positivas y negativas. Hay que empezar por averiguar por qué China y la India son los dos únicos países en el mundo cuya economía ha crecido en los últimos doce meses. Ambos son proteccionistas y no son neoliberales. La India se ha salvado de los tsunamis financieros, en particular, porque regula el mercado financiero y no permite las especulaciones. Y a China le falta democracia, pero también está avanzando en ciencia y técnica a pasos agigantados. A propósito de esto, ¿sabe cómo se manejan la finanzas internacionales en este momento? Hay un cuento que lo ilustra. En un pueblo turístico de Europa, llega de pronto un alemán muy rico al único hotel del lugar, deja en el mostrador un billete de cien euros y le dice al dueño: "Me gusta mucho el lugar y quiero estudiar la posibilidad de pasar una semana acá. ¿Me permite mirar las habitaciones?" "Sí, suba, las habitaciones están todas abiertas", le responde el dueño del hotel, que sale corriendo y le lleva el billete de cien euros al carnicero para saldar una deuda. El carnicero sale corriendo con el billete para pagarle al proveedor de alimentos para sus cerdos. A su vez, el proveedor de alimentos para cerdos va corriendo con ese billete y le paga a la prostituta una deuda por sus servicios. La prostituta toma el mismo billete de cien euros y lo deja en el mostrador del hotel para pagar la deuda que tiene por haber alquilado las habitaciones. Entonces, al cabo de un rato, baja el turista alemán y le dice al dueño del hotel que no le gusta ninguna de sus habitaciones, toma el billete y se va. Han transcurrido nada más que cinco minutos, nadie hizo nada, nadie produjo nada, pero todo el mundo está feliz porque todas las deudas han sido saldadas (risas). En esto consisten las grandes finanzas. Detrás de estas grandes manipulaciones no hay nada. Hay gente que se arruina, pero nadie se beneficia. Es monstruoso.
-¿Le gustaría volver al país?
-Claro, me gustaría mucho. Pero invertimos el producto de la venta de una casa en un departamento en Montreal y no nos queda plata. Y acá, además, no me necesita nadie. En la Facultad de Filosofía, por ejemplo, no me han invitado. Me invitaron una sola vez, en 1985. Nunca más.
-¿No se siente reconocido por sus pares?
-No, para nada. Mis libros no son usados ni recomendados en ninguna facultad.
-¿Por qué?
-Porque no están al día. Además, mis libros huelen demasiado a ciencia y ese olor no es el perfume preferido de los filósofos argentinos. Y la filosofía de la ciencia estuvo dominada casi desde que me fui por gente que no tiene la menor idea de lo que es la ciencia y que, para peor, defendía a seudociencias como el psicoanálisis.
-¿Usted no tiene una fijación contra el psicoanálisis? ¿Lo habló con su psicólogo?
-(Risas) Es un fenómeno típicamente argentino. En el resto del mundo, el psicoanálisis ha sido olvidado. Pero la Argentina es un país muy conservador. Cuando yo tenía 16 o 17 años, cualquier adolescente se entusiasmaba con el psicoanálisis por el tema del sexo. Nos dábamos cuenta de que [Sigmund] Freud no tenía la menor idea del sexo y las pocas ideas que tenía eran equivocadas. Por ejemplo, el orgasmo vaginal o el complejo de Edipo no existen. Cualquiera se hace psicoanalista sin la menor formación científica.
-¿Cree que muchos no le perdonan ese tipo de posturas en la Argentina?
-Claro, porque les arruino el negocio. En 1985 vine al país invitado por una asociación de psicología y algunos justamente me pidieron: "Doctor, no nos arruine el negocio; vivimos de eso". Lo mismo me dijeron en un congreso en España cuando ataqué a la microeconomía neoclásica y demostré que sus postulados eran falsos. Entonces dos profesores me dijeron: "¿Y qué vamos a enseñar?" Yo les dije: "¿Y por qué no enseñan algo inofensivo como trigonometría?"

"La disputa por la hegemonía"

  por Alejandro Grimson

(Por Alejandro Grimson*, El Dipló)


Los resultados de las primarias de agosto se explican por la mala lectura del kirchnerismo de su apabullante victoria del 2011, interpretada como un respaldo absoluto cuando en verdad se trataba de un apoyo heterogéneo y condicionado. En este marco, recuperar la capacidad de construcción hegemónica es crucial para el gobierno.

a más indigente de las teorías políticas es aquella que presupone que los jugadores son perfectos. Desde esa perspectiva, los actos de cada participante del juego son pensados como si fueran la mejor de todas las estrategias posibles, como si cada político fuera la máquina que pudo ganarle a Kasparov. Las decisiones más llamativas y extrañas son justificadas, y aquellas que desnudan una inhabilidad notoria son adjudicadas a motivos secretos y a conspiraciones que no están al alcance de la gente de a pie. Cuando actores importantes cometen errores evidentes se escuchan nuevas adhesiones a la teoría de los jugadores perfectos, que llevan a malabarismos intelectuales y contradicciones flagrantes: en pocos minutos el pueblo se convertirá de agente de la liberación nacional en retrógrado, mientras que las corporaciones, que antes eran pasibles de ser enfrentadas y derrotadas, pasan a ser todopoderosas.
¿Cuál es el talón de Aquiles de los jugadores de la política? ¿Cuál es la dimensión que resulta más difícil de visualizar? Claramente es, al menos en el caso argentino, el tiempo: el hecho de que las cosas serán necesariamente diferentes mañana y que nadie sabe cómo serán.
Hay historiadores a los que les gusta jugar: se preguntan, por ejemplo, qué hubiera sucedido si el 17 de octubre de 1945 hubiese habido represión policial o si Hitler no hubiese invadido la Unión Soviética. En base a un conocimiento detallado del resto de los hechos, la historia contrafáctica busca reconstruir, hasta donde es posible, aquello que no sucedió. En la política argentina de las últimas décadas, por ejemplo, muchos se preguntan qué hubiera sucedido si Chacho Álvarez no hubiera aceptado conformar la Alianza con el radicalismo en 1998.
En este sentido, el triunfo del kirchnerismo con el 54% de los votos en las elecciones de 2011 resultó paradójico: la amplitud de la distancia respecto del resto de las fuerzas políticas habilitó una interpretación parcial y a la postre equivocada de lo que había sucedido. La legitimidad de origen fue tan abrumadora que dejó en un segundo plano un aspecto que había caracterizado momentos decisivos del oficialismo desde su llegada al poder en mayo de 2003: la construcción cotidiana de hegemonía. En efecto, cuando Néstor Kirchner asumió con apenas el 22% de los votos o cuando Cristina Fernández vio sacudido su apoyo social en 2009 toda su potencia política estuvo orientada a la construcción de hegemonía a partir de las leyes propuestas, de las políticas desplegadas y de la propia gestión de gobierno.
Por supuesto, ni siquiera frente a una legitimidad electoral tan apabullante dejan de existir otros jugadores, poderes, corporaciones, políticos. Del mismo modo, nada podía haber incidido en la dinámica de la crisis económica internacional. Esos y otros elementos deberán ser tenidos en consideración a la hora de describir la historia contrafáctica acerca de qué hubiese sucedido si el kirchnerismo hubiese interpretado de modo diferente la elección de 2011, si hubiese tenido en cuenta la dimensión de la temporalidad política en base a la idea de que había ganado una plataforma extraordinaria, pero que en el mediano plazo nada podía asegurar que la conservaría.
El hecho social, el dato insoslayable, es que varias de las orientaciones políticas de los últimos dos años fueron generando una creciente distancia entre el gobierno y una parte de sus votantes, al tiempo que algunos de sus principales discursos parecían más destinados a fortalecer el vínculo con sus propios seguidores que a convencer a aquellos que se iban ubicando en una posición crecientemente dubitativa.

Posibles explicaciones

Descartar las explicaciones simplistas es necesario para comprender la situación actual. Más allá del carácter legislativo de las elecciones de octubre, el resultado de las PASO, desfavorable al kirchnerismo, está a la vista, y en este sentido el mayor error político sería construir argumentos ad hoc para minimizarlo.
¿Cómo se explica la pérdida de votos? Nunca falta quien aplique la ley economicista según la cual el apoyo al gobierno es directamente proporcional a las tasas de crecimiento económico. El pronóstico economicista afirmaba que al kirchnerismo le iría mejor en la PASO de agosto que en los comicios de 2009. El problema de este tipo de modelos predictivos es que no todas las sociedades le asignan la misma importancia a la economía, los derechos humanos, las instituciones, la transparencia o el relato épico. Es más: la misma sociedad valora esos elementos de manera diferente en tiempos distintos.
Otras explicaciones, basadas en el poder de los medios o de las corporaciones, ignoran el pequeño detalle de que en 2011 ese poder era idéntico al de 2013, lo que no impidió que el gobierno obtuviera un triunfo rotundo. Por último, una interpretación que circuló con fuerza afirma que la sociedad ha girado a la derecha, lectura basada en las ideologías presuntas de los candidatos más votados.
Pero la clave está en otro lugar. El principal motivo de la erosión oficialista es la interpretación equivocada que se realizó del 54% logrado en 2011. Para construir estrategias políticas adecuadas es imprescindible no sólo entender por qué ciertos sectores votan a los adversarios; también es crucial comprender los motivos por los cuales apoyan a la propia fuerza. En este sentido, cuando un político reúne millones de votos debe presumirse que logró sintetizar motivos heterogéneos. Y en este sentido hay un dato sencillo: en aquel 54% estaban Massa, Moyano y una parte del peronismo disidente. El 54% expresaba un apoyo heterogéneo que se tendió a leer como un festejo incondicional. En la medida en que el gobierno creyó que tenía el respaldo asegurado, fue menos sensible a escuchar opiniones y críticas de diversos sectores. Pero registrar esas críticas y responder de modo adecuado es una condición sine qua non de la construcción de hegemonía.

La clase media y la sintonía fina

Lo que se expresó en las PASO y probablemente se expresará en octubre es básicamente un cambio de expectativas de la sociedad. Quien no lea ese cambio, antes y después de las elecciones, contribuirá al ruido y a la sensación de confusión que sobrevuela el clima cultural argentino. El cambio puede sintetizarse en que la comparación con los noventa ya no es una matriz de lectura suficiente para la sociedad. Los procesos de movilidad social ascendente modifican expectativas y demandas, y la insistencia en esa comparación puede producir el sentido de quitarles peso a esas expectativas. Lo cual, a su vez, desdibuja la construcción de un horizonte de futuro. Y la disputa por el voto implica siempre una construcción de futuro.
Si hay un punto ciego de esta grieta, éste se condensa en el término “clases medias”. Se ha escuchado a dirigentes oficialistas referirse a las clases medias aludiendo a la Recoleta o a los manifestantes que se reunían a cacerolear en la esquina de Santa Fe y Callao, pero los estudios indican que se trata de un universo mucho más amplio: una encuesta realizada en el Área Metropolitana de Buenos Aires encontró que el 78% de los consultados se considera a sí mismo como parte de las clases medias (1). Así, mientras en una interpretación tradicional, ajustada a una realidad de otra época, las clases medias se definían en contraste con los trabajadores, actualmente la mayoría de la población la define por dos contrastes: con los millonarios y los pobres. En efecto, si el 78% se considera como parte de las clases medias es evidente que la mayoría de los trabajadores se ubican en ese lugar. ¿Cómo es posible? Probablemente algunos signos del lenguaje social distingan a las personas de uno y otro sector social. Un hijo en la universidad, una casita, un autito o quizás hasta una motito pueden, a los ojos de muchos, hacer que una persona ya no se considere pobre. De hecho, la encuesta incluyó a un 20% que se autodefine como perteneciente a la “clase media baja”. Pero clase media al fin.
Si hemos superado aquella predicción recurrente de los 80 y 90 que indicaba que la clase media estaba en proceso de desaparición, evidentemente es resultado de los logros importantes de estos años. Resulta paradójico entonces que quien motorizó esos cambios no incorpore en el análisis las consecuencias de sus propias políticas. La sintonía fina, esencial para corregir la estrategia, refiere a poder escuchar sin interferencias y hacerse entender. En los últimos dos años, sin embargo, las dificultades para escuchar diferentes planteos fueron abonando el terreno político de paradojas: cuando el antikirchnerismo visceral no tenía forma de articularse encontró en el rechazo a la re-reelección un único punto de reunión. En este marco, parte del oficialismo consideró que abandonar explícitamente el proyecto implicaba abrir la interna de la sucesión, aunque las encuestas indicaban que sectores cercanos al Frente para la Victoria no apoyarían una reforma de la Constitución. Así las cosas, la re-reelección podía resultar útil para postergar disputas internas al tiempo que erosionaba el capital político del gobierno.
En cualquier caso, no parece haber habido un análisis cuidadoso de los tiempos políticos, en el sentido de que no era necesario estirar la idea de la re-reelección al punto de que cayera por el simple efecto del resultado electoral. Pero hubo otras paradojas: el oficialismo, por ejemplo, impulsó la elección por voto directo de los miembros del Consejo de la Magistratura. Si la Corte no la hubiera declarado inconstitucional y si las distintas fuerzas anti-kirchneristas, que denunciaron el proyecto como un atentado a la democracia, hubiesen presentado una única lista, probablemente el organismo hubiese quedado bajo control opositor a partir de diciembre de este año.
El problema de la interpretación se encuentra en el corazón de las tensiones políticas actuales. En nuestro mundo político se ha impuesto la teoría de que las interpretaciones producen realidad. Esto puede derivar no sólo en graves errores, sino que puede convertirse en una fábrica de enormes frustraciones. Suele creerse, por ejemplo, que si se afirma con suficiente contundencia que un candidato ganará una elección eso lo favorecerá, o que si se insiste con que la economía está sólida –o débil– eso fortalecerá –o debilitará– a la economía. Y aunque por supuesto es cierto que si se produce confianza o desconfianza eso tendrá un efecto sobre la realidad, la sociedad nunca es tan ingenua como para creer literalmente en las intervenciones de economistas o funcionarios sin considerar otros indicios. Un ejemplo: si el ministro de Economía no para de vociferar que “el que apuesta al dólar pierde” mientras que la realidad apunta exactamente en dirección contraria, se produce entonces “la paradoja de Sigaut”: la interpretación inverosímil del ministro termina alimentando la corrida cambiaria.
Néstor Kirchner lo había entendido bien: cuando Argentina se encontraba todavía en situación de crisis afirmaba “estamos en el infierno”, y al hacerlo sintonizaba con una sociedad acostumbrada a que las máximas autoridades digan que no hay graves problemas. A veces, claro, es muy difícil, o incluso imposible, resolver en el corto plazo ciertos problemas, pero es necesario no agravarlos a través de su negación. En este sentido, el catastrofismo visceral siempre resultó funcional a un kirchnerismo que logró mantener la gobernabilidad. Pero no todas las críticas, ni siquiera la mayoría, y menos aun las surgidas de las propias filas, están orientadas a alimentar la catástrofe. Algunos análisis suelen señalar que los gobiernos, en la medida en que consiguieron éxitos, tienden a cerrarse a los cuestionamientos. Pero en política no hay inexorables y, por otra parte, hay que llamar la atención sobre las consecuencias reales de ese fenómeno.

Lo esencial

Reconocer un problema no es de derecha ni de izquierda; es una condición de la sintonía fina. La ideología se juega en el lugar que cada problema ocupa en la agenda y en las propuestas para resolverlo. Detectar los problemas y separar lo esencial de los errores y los efectos no deseados es crucial para el gobierno. Negarlos, en cambio, sólo contribuirá a alimentar el malestar social. Hay inflación, es un hecho y negarla sólo produce el efecto de distancia con la población. Que su solución sea compleja si se pretende evitar el clásico ajuste no implica que deba minimizarse el problema. Otro ejemplo: Argentina nunca logrará desarrollarse con una fuga de dólares como la de las últimas décadas, por lo cual una regulación del Estado en esta materia es imprescindible. Pero la forma en que se administra la venta de dólares genera una irritación adicional e innecesaria en la población. Otro ejemplo: la solvencia fiscal es crucial para un Estado activo, pero la ausencia de una legislación impositiva progresiva afecta la legitimidad de la recaudación. Al final, el debate público termina centrándose más en el impuesto a las ganancias que en el IVA.
En fin, inmediatamente después de las PASO el gobierno buscó retomar la iniciativa mediante una serie de reuniones con empresarios y sindicalistas y anunció cambios sustanciales en el impuesto a las ganancias y el monotributo que produjeron un fuerte impacto político. Además, la grave amenaza que se cierne sobre el país por los fallos de las cortes estadounidenses genera incluso el apoyo de sectores de la oposición. En ese contexto, ¿es el momento más adecuado para debatir, por ejemplo, sobre el uso de un galpón en Aeroparque?
Aunque las ciencias sociales han desterrado las metáforas biológicas hace mucho tiempo, se escucha con insistencia hablar del “ADN del kirchnerismo”. Sus cosas buenas y malas se explicarían, desde este punto de vista, por sus genes. Pero si analizamos la última década encontramos continuidades y características comunes tanto como cambios y redefiniciones. Nadie se mantiene una década en el poder sin modificar sus estrategias. A la vez, podremos ver diferentes sectores que, acordando con el núcleo central de las políticas oficiales, se distinguen en el énfasis, las estrategias y los estilos. Cada vez se hace más evidente que resulta apropiado hablar de los kirchnerismos, en plural.
En este sentido, buena parte del futuro depende de cómo el propio kirchnerismo entienda su lugar en el juego y su capacidad de construcción hegemónica. Decíamos al inicio que los actores políticos no siempre se destacan en el manejo del tiempo, y en este sentido los resultados de las elecciones de octubre serán leídos como un pronóstico de los comicios presidenciales del 2015. Desde luego, no caben dudas de que una elección configura un mapa relevante. Pero los pronósticos se ofrecen por doquier, a los precios más variados: ¿o acaso las elecciones de 1987 permitían pronosticar el ascenso de Menem o las del 2001 el de Kirchner? ¿Alguien hubiera previsto en el 2009 la victoria de Cristina en el 2011? Leer adecuadamente un resultado electoral implica no sólo preguntarse por el mapa sino también por los posibles caminos que cada uno de los protagonistas recorrerá en los dos años sucesivos. Insistamos: un jugador no necesariamente hará las mejores jugadas, y si queda alguna duda alcanza con mirar la trayectoria de Francisco de Narváez.
1. La encuesta fue realizada por el IDAES-UNSAM en el marco de un proyecto del CONICET.
* Antropólogo.