EL “ETNONACIONALISMO”: LAS NUEVAS TENSIONES INTERÉTNICAS EN AMÉRICA LATINA

En su último informe sobre tendencias mundiales, el Consejo Nacional de Inteligencia de Estados Unidos menciona entre los peligros potenciales para la seguridad hemisférica el “indigenismo militante” asociado al antiamericanismo.


Por Luis Esteban González Manrique

En muchos países latinoamericanos la proliferación de nuevos “actores armados” se vincula a una progresiva organización de grupos étnicos que reclaman una mayor cuota de autonomía territorial y política. En Bolivia, el Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales, en Ecuador la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) y en el Perú el Movimiento Etnocacerista (ME) denuncian la discriminación étnica de “naciones originarias”. Incluso en Venezuela algunos sectores del chavismo hablan de una supuesta lucha de la oligarquía contra mestizos y mulatos. La analista venezolana Elizabeth Burgos define el proceso “bolivariano” como un “nacional-populismo-etnicista con rasgos neofascistas”, una especie de racismo invertido que Chávez promueve como parte de su revolución continental. Las consecuencias económicas podrían ser peligrosas si ese fenómeno pone en peligro la explotación de recursos naturales –gas, petróleo, oro…– en territorios donde la presencia de comunidades indígenas es importante.


En su último estudio sobre tendencias mundiales durante los próximos 15 años –Mapping the Global Future: Report of the National Intelligence Council’s 2020 Project–, el Consejo Nacional de Inteligencia (CNI) de EEUU, dedica muy pocas páginas a América Latina, pero su diagnóstico sobre la principal amenaza a la seguridad de la región es inequívoco: el fracaso de los gobiernos para encontrar soluciones a la pobreza extrema y a la ingobernabilidad podría alimentar el populismo, el indigenismo radical, el terrorismo, el crimen organizado y el sentimiento antiamericano. Por su parte, Dirk Kruijt y Kees Kooning, en su libro Armed Actors: Organized Violence and State Failure in Latin America subrayan que la proliferación de “actores armados” en la región obedece en parte a tensiones étnicas que están irrumpiendo violentamente en varios países, especialmente en el núcleo de los Andes centrales: Ecuador, Perú y Bolivia.

Algunos grupos rechazan la globalización, percibida como un fenómeno homogeneizador que mina sus culturas con un modelo económico basado en la explotación de las poblaciones indígenas y sus ecosistemas. Michael Radu, del Foreign Policy Research Institute, ha criticado la “parálisis” de Washington frente a la “creciente radicalización de los indígenas en la región andina”. A su vez, Michael Weinstein prevé un nuevo “ciclo de inestabilidad” en los Andes centrales cuyas señales son “marchas masivas de protesta, bloqueo de carreteras, toma de instalaciones oficiales, rebeliones regionales, desarraigo de los gobiernos e intentos de los gobiernos para extender anticonstitucionalmente sus poderes”.

Nacional-populismo-etnicista
Algunos de los protagonistas políticos son la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) de Ecuador, el Movimiento Etnocacerista (ME) de los hermanos Ollanta y Antauro Humala en el Perú, el Movimiento al Socialismo (MAS) del líder cocalero boliviano Evo Morales y el Movimiento Indigenista Pachacutik del dirigente aymara Felipe Quispe, que busca la fundación de un Estado quechua-aymara en el sur peruano y el norte boliviano al que denomina “Collasuyo”, el nombre de la región durante el imperio incaico. El discurso de Quispe y Antauro Humala es abiertamente xenófobo contra los criollos, en una suerte de racismo invertido. En Bolivia las manifestaciones más violentas se han registrado en las comunidades de inmigrantes quechuas y aymaras asentadas en El Alto, un suburbio superpoblado de La Paz, que conserva la fuerte cohesión originaria de las comunidades rurales, que le da una capacidad organizativa muy eficaz para bloquear carreteras, paralizar los mercados e incluso emboscar patrullas policiales y militares. A este escenario se han añadido las protestas campesinas de las más importantes zonas agrícolas –las Yungas y el Chapare– contra las campañas gubernamentales para erradicar los cultivos de coca.

En Sicuani, Puno, el departamento peruano limítrofe con Bolivia, el pasado 8 de abril Morales con otros diez diputados del MAS asistieron a la fundación de la versión peruana de su partido. En una entrevista con el diario chileno El Mercurio, Morales habló de la necesidad de “internacionalizar” el MAS promoviendo movimientos sociales antiimperialistas en toda la región andina. En Ecuador, la Conaie y su brazo político –el partido indigenista Pachakuti, que respaldó en 2000 el levantamiento del coronel Lucio Gutiérrez contra Jamil Mahuad– ha jugado un papel fundamental en las últimas crisis políticas.

Según Weinstein la movilización étnica toma la forma de la acción directa porque el segmento indígena de la población andina ha conservado sus vínculos comunitarios. La escritora venezolana Elizabeth Burgos incluye a Hugo Chávez entre los líderes “etnonacionalistas”, al caracterizar al proceso “bolivariano” como un “nacional-populismo-etnicista” fundamentado en el discurso de una Venezuela rota en dos mitades: una con un imaginario occidental y criollo y otra llena de ancestros mestizos y mulatos. Al definir la confrontación en términos casi raciales –‘No nos quieren. La oligarquía nos desprecia. Siempre se ha burlado de nosotros’– Chávez pulsa los resentimientos, acude a las diferencias y a las experiencias de rechazo. La historiadora Margarita López Maya dijo ante la Asamblea Nacional en agosto de 2004 que con el chavismo está emergiendo un país “de ancestros mulatos y mestizos” que estaba escondido y silencioso.

El Jornal do Brasil, abierto partidario de Lula da Silva, editorializaba que: “Venezuela se ha convertido en el primer motivo de desacuerdo entre EEUU y Brasil. Chávez tiene dinero y está lejos de ser inofensivo (…) pretende encontrar un villano para justificar la creación de una milicia popular y armar a su ejército. La lista de ingredientes explosivos se engrosa porque al igual que Ecuador, Perú y Bolivia, Venezuela padece una lucha fratricida entre una elite blanca y una población pobre de origen mayoritariamente indígena y mestiza”. La mezcla de peronismo y guevarismo de Chávez es la confirmación de la fuerza del populismo que recorre toda América del Sur y que incluso podría terminar afectando a la Colombia de Uribe y al Chile de la Concertación.

El ex presidente boliviano Gonzalo Sánchez de Lozada acusó a Chávez de haber financiado el “movimiento indigenista y cocalero” que puso fin a su mandato. Evo Morales ha sido un asiduo visitante de Caracas, donde fue recibido en varias ocasiones por Chávez. Morales es un agitador que denuncia a las multinacionales y al imperialismo. Venezuela es el principal proveedor de crudo y gas en América Latina. Algunos analistas creen que Hugo Chávez podría estar utilizando a Morales y al MAS para que se invaliden las inversiones que puedan competir con Venezuela y vincular a Bolivia a su proyecto “bolivariano”. Evo Morales tiene cierto eco en Perú y Ecuador, países con condiciones parecidas a Bolivia.

Esas advertencias son tomadas muy en serio en Washington. La secretaria de Estado, Condoleeza Rice, declaró ante el Senado que la administración Bush “conoce muy bien las dificultades que Chávez está causando a sus vecinos”. En el Pentágono se cree que Chávez está usando el dinero del petróleo para intervenir en la política interna de sus vecinos y que está eligiendo para ello a los que tienen un tejido social más vulnerable, en algunos casos mediante métodos abiertamente subversivos.

La internacional “bolivariana”
En el Perú varios analistas han denunciado que Chávez dio apoyo –ideológico y quizá económico– al asalto de una comisaría en Andahuaylas el pasado 1 de enero de los 165 paramilitares del ME, en el que murieron cuatro policías. Al cabo de 36 horas Humala se entregó a las autoridades. Ha sido encarcelado en un penal de máxima seguridad mientras espera juicio. Tras el asalto la policía incautó a los “etnocaceristas” 110 fusiles de asalto, 50 granadas, 60 pistolas, cuatro vehículos y munición abundante. En su visita a Cuzco en diciembre de 2004 para la ceremonia de creación de la Comunidad Suramericana de Naciones, Chávez –que hizo un apasionado elogio del general Juan Velasco Alvarado (1968-1975)– fue vitoreado por los seguidores de Humala. El ME –que tendría alrededor de 4.000 militantes– reivindica el legado del gobierno de Velasco, a pesar de que éste nunca utilizó el nacionalismo étnico o el racismo. Sin embargo, el régimen velasquista oficializó el quechua e hizo de Túpac Amaru el icono de la “revolución peruana”.

La asonada de Humala para exigir la renuncia de Alejandro Toledo fue ejecutada al estilo de la de Chávez en 1992 y la de Lucio Gutiérrez en 2000: una insubordinación que les sirvió de antesala para su exitosa carrera política al poder. El eclecticismo ideológico de Chávez le lleva a apoyar movimientos que defienden una combinación de nacionalismo étnico y un populismo izquierdista pero que en el caso del ME utiliza profusamente una simbología fascistoide: uniformes, boinas rojas, banderas, estandartes con águilas y brazaletes, en una suerte de identificación entre el uniforme y la “raza originaria”. El asalto de Humala fue anticipado por analistas que advirtieron de una organización paramilitar que reclamaba la “globalización de la guillotina contra los corruptos”. En octubre de 2000 los hermanos Humala encabezaron un levantamiento abortado contra el gobierno de Alberto Fujimori, poco antes de que éste huyera del país.

El gobierno de Valentín Paniagua amnistió a Ollanta Humala, que se reintegró en el ejército, pero su hermano Antauro se dedicó a organizar el ME, que pronto fue acusado de financiarse con el narcotráfico por su apoyo a las protestas cocaleras. El ME es algo parecido a una secta: dice defender un reconstituido “código moral de los Incas” y la memoria del mariscal Avelino Cáceres, un héroe de la guerra con Chile (1879-1883) que organizó milicias campesinas contra los invasores. El ME predica el odio de los cobrizos contra los blancos del Perú, Chile, EEUU e Israel, aproximadamente en ese orden. Nadie ha pedido la libertad de Humala, lo que revela su orfandad política, pero su discurso “etnonacionalista” revela las tensiones sociales larvadas del país. La cuestión racial no había formado parte del programa de ningún actor político. El ME ha sido el primero en hacerlo, aunque la Coordinadora Permanente de los Pueblo Indígenas del Perú ha denunciado en términos inequívocos la violencia preconizada por el ME.

Humala buscaba un baño mediático antes que un baño de sangre: protagonizar un acontecimiento que captara la atención pública en el comienzo de un año preelectoral y que permitiera una mayor visibilidad política para su eventual comparecencia electoral. El horror de la población ante los asesinatos de Andahuaylas llevó a Ollanta Humala, agregado militar de la embajada peruana en Seúl hasta diciembre de 2004, a tomar distancia del intento de su hermano de “presentar en sociedad” al etnocacerismo. Sin embargo, algunas encuestas dieron un alto nivel de apoyo (28%) al asalto de la comisaría.

Norberto Ceresole, el ideólogo
El parentesco ideológico entre Chávez, Humala y Morales tiene un antecedente común: el peronismo, expresión del ascenso de una fuerza popular nacionalista. Perón nunca ocultó su admiración por Mussolini y el fascismo italiano. Chávez se nutrió del peronismo a través del sociólogo argentino Norberto Ceresole, un personaje complejo y excéntrico que le asesoró durante varios años antes de que éste se deshiciera de él –entre otras cosas por su declarado antisemitismo– ordenando su expulsión de Venezuela en 1999. Ceresole murió en Buenos Aires en 2003 tras sostener que su expulsión de Venezuela se había debido a la “persecución judía”. En la fórmula de Ceresole, publicada formalmente en Madrid en 2000, se establece que el caudillo garantiza el poder a través de un partido cívico-militar, en un modelo que denomina “posdemocracia”. A largo plazo, según Ceresole la integración “bolivariana” del continente conduciría a una Confederación de Estados Latinoamericanos en la que las fuerzas armadas tendrían las riendas del desarrollo económico, social, político y de la seguridad del continente.

Chávez jamás ha renunciado a la simbología castrense. Según El Universal de Caracas, más de 100 militares, en su mayoría activos, ocupan cargos directivos y de confianza en las empresas estatales, en servicios e institutos autónomos y nacionales, fondos gubernamentales, fundaciones y comisiones especiales. En las elecciones regionales de octubre de 2004, 14 de los 22 candidatos oficialistas designados por Chávez provenían de las filas militares. Según Chávez: “Cuando hablo de revolución armada no estoy hablando de metáforas; armada es que tiene fusiles, tanques, aviones y miles de hombres listos para defenderla”. Venezuela tiene ya más oficiales que México y Argentina juntos y 120 civiles han sido juzgados por tribunales militares. Ese esquema no funcionaría sin el petróleo.

El eje Caracas-La Habana
Roger Noriega, subsecretario de Estado para asuntos hemisféricos, ha declarado que a EEUU le preocupa la posibilidad de que los 100.000 fusiles AK que Venezuela comprará a Rusia terminen en manos de “grupos criminales, milicias o guerrillas”. Chávez dice que se entregarán a “unidades populares de defensa” que responderán directamente al presidente, en una estrategia que los opositores atribuyen más a una intención de control político interno que a una amenaza militar exterior real. Chávez no va poder garantizar que esas armas no terminen en manos indeseables. Venezuela tiene miles de kilómetros de fronteras poco resguardadas por las que podrían filtrarse esas armas, como ocurrió en Centroamérica con el armamento que fluyó a esa región durante los años 70 y 80.

En su visita al Foro Social de Porto Alegre, Chávez advirtió que considerará cualquier ataque contra Cuba como un ataque a Venezuela. El eje Caracas-La Habana completa el complejo escenario de la nueva situación estratégica de la región y del surgimiento del “etnonacionalismo” como uno de sus factores principales. Tras la derrota del sandinismo en Nicaragua, Fidel Castro pareció conceder una tregua a un continente en gran parte pacificado. Pero Chávez –al que Castro recibió en 1995 con honores de jefe de Estado pocos días después de ser excarcelado por el gobierno de Rafael Caldera– parece haberle devuelto las esperanzas de cumplir el sueño del Che: con el petróleo venezolano –dijo Castro a Régis Debray en 1962– la revolución continental sería cuestión de meses.

A cambio del crudo venezolano, Cuba envía alfabetizadores, asesores culturales, deportivos y médicos que realizan labores de proselitismo político, a los que se unen los servicios comunitarios a cargo de las guarniciones militares venezolanas. Chávez tiene además una ventaja: su poder es fruto de un proceso democrático. Según un antiguo funcionario del Departamento de América del Comité Central del Partido Comunista: “Fidel no quería cometer el mismo error que en Chile; él ahora hace todo de manera legal”.

La estrategia tiene múltiples frentes. Las repetidas visitas de Chávez al Foro Social Mundial de Porto Alegre han tenido la obvia intención de utilizarlo como una plataforma de propaganda política. El Movimiento Sin Tierra de Brasil ha propuesto al comité internacional que organiza el Foro que en 2006 la sede sea en Caracas, lo que ha agudizado las diferencias entre quienes creen que éste debe ser un espacio plural y quienes creen que debe organizarse como una especie de partido político global.

La línea más radical, integrada entre otros por el periodista español Ignacio Ramonet y el escritor paquistaní Tarik Alí, defienden la cita en Caracas como un gesto de respaldo del “altermundismo” a Chávez. Tarik Alí dijo en Porto Alegre que “en Irak está la resistencia armada y en Venezuela la resistencia democrática al imperialismo”.

Esas tensiones se inscriben en un marco geopolítico: el presidente colombiano Álvaro Uribe y el peruano Alejandro Toledo han estrechado sus lazos políticos y militares con EEUU mientras que, según el Washington Post, el gobierno de Chávez está gestionando compras de armamento en Rusia por valor de 5.000 millones de dólares, incluyendo una flota de 40 helicópteros y caza-bombarderos Mig-29 de última generación, y ha comprado aviones Tucano a Brasil y fragatas y aviones de transporte militar a España.

Una dimensión continental
Chávez y Castro parecen haber percibido el potencial “revolucionario” de las reivindicaciones indígenas. Si bien los criterios usados en las definiciones étnicas varían de país a país, se estima que existen más de 400 grupos indígenas identificables en América Latina, con casi 40 millones de personas, que incluyen desde pequeñas tribus selváticas amazónicas hasta las macroetnias andinas quechua y aymara. México tiene la población indígena más numerosa de América Latina, alrededor de diez millones, pero representa solamente entre el 12% y el 15% de la población total. En contraste, los indígenas de Guatemala y Bolivia constituyen la mayoría de la población nacional y en Perú y Ecuador llegan casi a la mitad. Según estimaciones de la CEPAL y el BID, un 9% de la población total de la región es indígena, pero representa el 27% en el mundo rural.

Un estudio del Banco Mundial de 1994 concluyó que la relación entre un color de piel oscuro y pobreza no es casual: la pobreza entre las poblaciones indígenas y negras de América Latina es severa y persistente. A pesar de ser los más pobres entre los pobres –en Bolivia un 75% vive por debajo del umbral de la pobreza, un 79% en Perú, un 80% en México y un 90% en Guatemala– y de las dificultades para precisar los criterios censales que los definan, los últimos datos disponibles muestran que la población indígena tiende a aumentar. Las propuestas de estatutos que otorguen autonomía territorial a los grupos indígenas se extienden desde México a Chile, especialmente desde 1992, cuando con ocasión del V Centenario del Descubrimiento se realizó en Guatemala el primer encuentro regional de organizaciones amerindias. En Ecuador el partido Pachacutik obtuvo ese año el 11% de escaños en el Parlamento.

En México, el Frente Zapatista de Liberación Nacional (FZLN) ha lanzado una estrategia basada en la creación de gobiernos indígenas autónomos en 30 municipalidades, urgiendo a las demás etnias del país a imitarles para introducir los procedimientos “indígenas” para elegir y sustituir a sus autoridades. Incluso en países como Colombia y Venezuela, donde la población amerindia representa una reducida minoría, varios partidos indígenas han ganado posiciones en los parlamentos nacionales y los gobiernos locales. En Guatemala y el Perú ha habido poca o ninguna organización política étnica, probablemente por los traumas causados en sus recientes guerras internas, en las cuales sus comunidades fueron las principales víctimas. Sin embargo, algo ha empezado a cambiar: en octubre de 2002 organizaciones indígenas peruanas formaron el partido Llapansuyo (“todas las regiones” en quechua) con la presencia de delegaciones de los partidos Pachacutik de Bolivia y Ecuador. En Chile, los mapuches, que tienen una presencia significativa en la Patagonia (25% de la población en las regiones IX y XI), quieren obtener el mismo estatus legal que el pueblo Rapa Nui (polinesio) de la Isla de Pascua, al que el gobierno central ha concedido considerables facultades de autogobierno como “territorio especial”. Sólo Panamá ha concedido un territorio semiautónomo a una etnia indígena: a los kuna, desde 1925.

En 1989, la OIT aprobó la convención 169 como el estatuto de los derechos indígenas, en la cual los amerindios eran, por primera vez, referidos como pueblos, pero pocos países de la región la han suscrito. El caso boliviano muestra que el patrón de pacíficos avances electorales puede verse en peligro si no predomina una actitud más abierta al respecto. Un factor que inhibe las reformas políticas por parte de los Estados es el carácter supranacional de muchas de las etnias, como la de los quechuas, que abarca seis países desde Argentina a Colombia; los mayas o varias tribus amazónicas, cuyos territorios se superponen con las fronteras de Brasil y sus vecinos, lo que alimenta el temor a potenciales movimientos secesionistas.

Discriminación étnica
Uno de los grandes mitos difundidos por los nacionalismos latinoamericanos de todo tipo ha sido la virtual ausencia de discriminación racial entre sus ciudadanos y el mestizaje como paradigma de la composición étnica de sus sociedades. En los hechos, el racismo, disimulado o explícito, es una de los rasgos de la vida cotidiana y de la estructura socioeconómica más visibles en los países de la región. El problema es que al ser una realidad persistentemente negada, prácticamente ningún Estado se ha enfrentado el asunto.

La diferencia de clases es el argumento que más se utiliza para explicar la pobreza porque es el más simple: ofrece una coartada solvente para encubrir aspectos incómodos de las relaciones sociales. Esa estrategia de subterfugios más o menos velados, es casi indistinguible en los discursos oficiales desde México a Brasil. En ese complejo universo social, lleno de subterfugios y eufemismos, el racismo latinoamericano implica una discriminación no admitida que corresponde a unas sociedades que postulan un credo político igualitario pero que mantienen la desigualdad en los hechos. Se trata de un racismo emotivo, no ideológico o doctrinario. Sin embargo, desde la ola democratizadora de los años 80, el problema ha comenzado a ser abordado con menos prejuicios a medida que los pueblos indígenas se han convertido en actores políticos y sociales que exigen que las diferencias étnicas reales sean reconocidas social y jurídicamente.

En 1980 se creó el Consejo Indio de América del Sur (CISA) en Ollantaytambo, Cuzco. En los años 60 ese tipo de organizaciones apenas eran un puñado. En los 90 eran ya centenares: locales, intercomunitarias y regionales, con una intensa actividad internacional. En sus versiones extremistas iniciales articularon un discurso entre mesiánico y renovador que denunciaba a los partidos políticos, de izquierda y de derecha, por estar controlados por criollos. De ahí que incluso la revolución socialista fuese criticada como insuficiente y ajena; en todo caso, incapaz, por su origen étnico, de comprender y plantear adecuadamente el problema indígena. El énfasis en ese tipo de discurso se refleja en posturas como las de Demetrio Cotji, de la etnia kaqchiquel y catedrático en la Universidad San Carlos de Guatemala, que sostiene que cada quien teoriza según la etnia a la que pertenece en una “sociedad colonizada”; es decir, que si un marxista pertenece a la etnia dominante, pensará necesariamente en función de esa perspectiva.

Desde los años 80 las organizaciones indígenas comenzaron a realizar congresos, publicar manifiestos, dirigir peticiones a los gobiernos y a los organismos internacionales y, con mayor frecuencia, manifestaciones, marchas de protesta, ocupaciones de tierras y movilizaciones nacionales para protestar contra la depredación de sus tierras, exigiendo derechos territoriales, representación política y la preservación del medio ambiente. Las más importantes de esas luchas fueron las organizadas por la Conaie en Ecuador en 1990, 1993, 2000 y 2001, que prácticamente paralizaron el país y obligaron al gobierno a negociar cuestiones agrarias y reformas constitucionales. A escala internacional, su actividad logró que la ONU proclamara 1993 como el “Año Internacional de las Poblaciones Indígenas” y el “Decenio Internacional de las Poblaciones Indígenas”, que comenzó en 1995. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA comenzó a elaborar ese año un instrumento jurídico interamericano sobre derechos indígenas. El énfasis inicial en la idealización de un pasado mitificado dio paso a reivindicaciones más concretas, como el acceso a la tierra, al crédito agrícola, a la educación, la salud y la cooperación técnica. Según Stavenhagen, los derechos territoriales, es decir, el reconocimiento y la delimitación legal de territorios ancestrales, son imprescindibles para preservar “el espacio geográfico necesario para la reproducción cultural y social del grupo”. La Federación Shuar-Ashuar de Ecuador niega, por ejemplo, querer formar un Estado dentro del Estado, y defiende su participación dentro de la sociedad ecuatoriana desde sus propios valores culturales, territorio y sistema político organizado.

Probablemente nunca ha habido sociedades totalmente homogéneas en términos raciales, lingüísticos o religiosos. Y mucho menos en América Latina. Los mapas étnicos no coinciden con los lingüísticos, ni la voluntad de los ciudadanos con las formaciones históricas de los Estados nacionales: la realidad multicultural presenta una imagen de múltiples estratos que se superponen y confunden. Cualquier nuevo Estado entraría inmediatamente en conflicto con minorías irredentas que se sentirían legitimadas a ejercer su propio derecho a la autodeterminación. El principio de los derechos colectivos, in extremis, tendría que aceptar la legitimidad de la autodeterminación de todas las unidades sociales, por pequeñas que fueran y segregarlas, en uno u otro sentido, en una miríada de cantones étnicos.

Conclusiones: Como en otros terrenos, Brasil está tomando la iniciativa a través de medidas de discriminación positiva, siguiendo el modelo de la affirmative action de EEUU. Con una población de origen africano mayor que la de cualquier otro país americano, el gobierno de Lula da Silva ha decidido disminuir las desigualdades sociales estableciendo cuotas raciales para el acceso a universidades y las administraciones públicas. Lula está empeñado en reexaminar la noción idealizada de Brasil como una armoniosa “democracia racial”, obligando a la sociedad a enfrentar la realidad de la exclusión social. Entre los negros (pretos) y mestizos (pardos) –más de un 50% de la población se define de ese modo– la tasa de desempleo duplica a la de los blancos que, además, ganan un 57% más que los brasileños no blancos que trabajan en el mismo campo. Los pardos y negros tienen también mayores índices de delincuencia y un 50% menos de posibilidades de tener agua potable en sus hogares.

Cuatro de los ministros de Lula son negros, incluyendo el de la recién creada cartera de promoción de la igualdad racial, y también ha nombrado al primer juez negro del Tribunal Supremo. Si el Congreso aprueba su proyecto de ley para la igualdad racial, las cuotas se aplicarán en todos los niveles de gobierno, incluso en la programación de televisión y las listas de candidatos de los partidos políticos. Desde el gobierno de Fernando Henrique Cardoso, tres ministerios federales y la municipalidad de São Paulo ya aplican una cuota del 20% de “afrobrasileños” en los principales cargos. La Universidade Estadual de Río de Janeiro ha sido la primera institución educativa que ha introducido la discriminación positiva en sus procesos de admisión: al menos un 40% de los estudiantes deben ser negros o pardos y un 50% provenir de escuelas públicas. En pocos meses ha conseguido a través de esas políticas duplicar y en algunos casos triplicar el número de sus estudiantes negros o mestizos en facultades como las de medicina, derecho e ingenierías.

Al mismo tiempo, las demandas judiciales de quienes se sienten perjudicados se han disparado. El problema para aplicar estas políticas en un país de 180 millones de habitantes en el que casi todos reconocen tener ancestros de diferentes razas es elemental: ¿quién es realmente negro, o blanco, o indio? ¿Es suficiente decir, como ahora, que uno es negro –o blanco– para serlo? ¿Debería existir una especie de tribunal racial que clasifique a las personas de acuerdo a un genotipo racial específico? El censo brasileño incluye cien clasificaciones determinadas por el color de la piel, algunas tan surrealistas como la de “café con leche”. América Latina sabe ahora que tiene un problema racial, pero está aún lejos de saber cómo resolverlo.

Luis Esteban González Manrique
Analista independiente de economía y política internacionales de Política Exterior y Dinero

Escribir

En el proceso de la escritura, dedicarle un tiempo a planificar la idea, después redactar y por último corregir, reduce las posibilidades de equivocarse y permite expresar lo que realmente se tiene la intención de decir, pensando los efectos que causará en quien lea.

¿Por qué hacerlo si estamos tan apurados? Porque las palabras se han hecho para entendernos y mal utilizadas, crean desinteligencias. Un mail redactado con apuro o un acuerdo comercial ambiguo pueden llevar a desaciertos adentro y fuera de la empresa, además del consabido deterioro de la imagen. Como un restaurant famoso, que me invitó por mail a probar la carne de "siervo". Me apuré a contestar que yo no aceptaba el convite, no vaya a ser que lo tienten a uno con la antropofagia.

En las organizaciones de hoy todos somos escritores. Mail, chat, informes a superiores, presentaciones, balances: todos tenemos en algún momento que expresar ideas por escrito.

Escritores y periodistas han sabido desde siempre que además de talento, o quizá por encima de él, es necesario "ablandar la pluma" para escribir, poner el músculo del brazo al servicio del pensamiento.

Gas y política

Por Alieto Aldo Guadagni

"Los jugos de la tierra pertenecen al rey." Carlos III (Ordenanzas de Aranjuez. Minas en Nueva España, 1783)

Los hidrocarburos han ocupado un lugar importante en nuestra agenda política; recordemos el frustrado acuerdo con la Standard Oil de California, propiciado por Perón antes del golpe militar que lo derrocó, en 1955, o los contratos petroleros impulsados por Frondizi y Frigerio en 1958. También podríamos mencionar las iniciativas de Alfonsín para estimular la producción nacional, bautizadas Plan Olivos en 1988 y que fueron profundizadas por Menem en los años 90 con la privatización de YPF. Es así como nuestro país, tradicional importador de petróleo, no sólo pudo lograr su anhelado autoabastecimiento, sino también convertirse en exportador de petróleo y de gas.

Pero las cosas han comenzado a cambiar en los últimos años, a pesar de que los precios energéticos han trepado, impulsados al alza por varios factores, entre los cuales destacamos la creciente demanda china (a fines de 2001 el petróleo se cotizaba a apenas 20 dólares el barril y en la actualidad supera los 70). Si no definimos con urgencia una nueva política de hidrocarburos que aliente el aprovechamiento de nuestros recursos corremos el riesgo de caer en la trampa de la "triple tenaza", al transitar de un estadio de energía abundante, barata y exportada a otro caracterizado por energía escasa, cara e importada.

Estamos en presencia de un creciente desfase entre una demanda energética que trepa por la expansión económica y una oferta que declina año tras año.

Señalemos que la producción de petróleo viene cayendo desde 1998, cuando su nivel se ubicaba un 30 por ciento por encima del volumen actual; por este motivo, estas exportaciones han caído nada menos que un 80 por ciento en la última década. Pero lo más grave es que las reservas vienen cayendo por la merma en las tareas de exploración. Por todo esto no debe sorprender que las exportaciones se estén evaporando y apunten a su extinción hacia 2009, cuando perdamos así el autoabastecimiento y nos convirtamos nuevamente en importadores.

No sólo se perderían entonces los recursos fiscales por retenciones a las exportaciones, sino que también emergerían presiones para alinear nuestros precios internos con los precios de importación, que equivalen a más del doble. Para darse cuenta de ello, basta con mirar a nuestros vecinos importadores de petróleo -Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay-, donde los combustibles tienen precios que duplican los nuestros.

Pero el mayor esfuerzo debe estar orientado hacia el gas que, como no es un commodity global como el petróleo, se moviliza en ámbitos regionales más reducidos, potenciando así su importancia geopolítica, por la gravitación de la cercanía geográfica entre países exportadores e importadores. La madre de todas las batallas por nuestra seguridad energética se librará, por estas razones, en el sector gasífero, ya que en pocos países el gas es tan importante como en la Argentina. En el mundo representa apenas la quinta parte del consumo de energía, mucho menos que el petróleo y el carbón. Las cosas son distintas en nuestro país, donde el gas satisface la mitad del consumo energético (en Brasil apenas el 8 por ciento). No es sólo esencial para el confort familiar, sino que también es un insumo crítico en las muchas actividades productivas que necesitan de gas abundante y barato para potenciar sus ventajas competitivas.

Alrededor del 60 por ciento de la generación eléctrica depende del gas; con más de 1,5 millones de vehículos impulsados por GNC, lideramos en el mundo la transformación tecnológica que significa este reemplazo de petróleo por gas. No es una exageración decir que nuestro crecimiento económico dependerá del acceso a suministros seguros de gas a costos moderados. Esto se refuerza cuando se considera que en poco tiempo volveremos a ser importadores de petróleo.

Es preocupante observar que la producción de gas está estancada desde 2004 y que las reservas han caído más del 40 por ciento desde 2002. Por esto, es conveniente buscar el acceso a las reservas gasíferas de Bolivia, como procura el contrato firmado por Enarsa con Yacimientos Petrolíferos Bolivianos el año último. Pero para que Bolivia pueda cumplir en el futuro sus compromisos de exportación a nuestro país hay que construir un gran gasoducto que recién se está licitando ahora y además hay que invertir en desarrollar los campos gasíferos.

Si la producción boliviana no se expande, podrían aparecer problemas para nuestro abastecimiento. Aquí es preocupante el artículo 3.8 del contrato firmado por Enarsa, que reza "las exportaciones de gas a la Argentina, ante potenciales interrupciones que pudieran presentarse, mantendrán razonable prioridad o proporcionalidad (...) respetando las obligaciones asumidas con anterioridad (...) es decir, abastecer primero el mercado interno boliviano, luego la exportación de gas a Brasil e inmediatamente después el contrato con la Argentina".

Vale la pena aprender de las lecciones de la diplomacia energética mundial, que procura diversificar las fuentes de abastecimiento para evitar los riesgos de la dependencia en este crítico rubro. Esto ocurre no sólo ahora en Chile y Brasil, sino también en Japón, China, la India, Estados Unidos y, particularmente, en la Unión Europea, que no está nada contenta con su dependencia del gas ruso.

En nuestro caso, es razonable que procuremos el acceso al gas boliviano, pero no es recomendable olvidar nuestras propias posibilidades, ya que el consumo aumentará fuertemente por la construcción de nuevas centrales eléctricas que ahora impulsa el Gobierno.

Es difícil de entender que fijemos un precio de 5 dólares para el gas boliviano mientras la producción de Salta, Neuquén y la Patagonia tiene un precio de apenas 1,5 dólares por millón de BTU. No olvidemos que cada metro cúbico adicional de gas argentino significará más regalías para las provincias y más empleo, inversiones y prosperidad en el interior de nuestro país.

La caída en las reservas y en la producción de nuestros hidrocarburos no puede ser atribuida a una "maldición geológica", sino a deficientes políticas que no alientan inversiones que enfrenten el riesgo exploratorio. Los productores de hidrocarburos, en los últimos años, salvo ciertas excepciones, pusieron más énfasis en extraer de pozos conocidos que en incorporar reservas.

Es urgente replantear la movilización de genuinos capitales de riesgo para el desarrollo de áreas potencialmente productivas. Y para ello es crucial un nuevo régimen de estabilidad tributaria, similar a la ley de minería que impulsó esta históricamente olvidada actividad. En este nuevo régimen nos tendremos que olvidar de las retenciones a las exportaciones (que están desapareciendo) y capturar la renta fiscal del recurso mediante licitaciones abiertas, transparentes y competitivas. Este mecanismo es claramente superior a las decisiones discrecionales de adjudicación de concesión de áreas a las cuales son tan afectos las burocracias políticas de muchos países petroleros.

La recuperación de nuestras alicaídas reservas y seguridad energética se logrará no con el "capitalismo de amigos" sino con inversores genuinos y eficientes productores que acepten lo que insinuaba Carlos III, en el sentido de que la renta del recurso natural pertenece a toda la sociedad.

El autor fue secretario de Energía durante la presidencia de Eduardo Duhalde.

"La democracia es la única solución para el mundo árabe"

El escritor egipcio Alaa al Aswany analiza el origen del fanatismo religioso

MADRID.– ¿Qué se lee en Medio Oriente? Lejos de las diatribas de jeques fanáticos o de políticos extremistas, el best seller más grande de los últimos años es una novela que cuenta la historia de un glamoroso edificio estilo art déco en El Cairo, en su época de gloria: la década del 30. Allí convivían –¡oh, sorpresa!– la elite cairota: judíos, homosexuales, intelectuales y comerciantes burgueses. El libro, El edificio Yacobián (Editorial Maeva), narra la gradual decadencia del inmueble, hasta su miseria total, en la actualidad, que marcha en paralelo con la creciente penetración de la pobreza y del fundamentalismo entre sus paredes y en la sociedad en general.

El autor, Alaa al Aswany, no se cansa de decir que el único remedio para los males que afectan al mundo árabe es la democracia. No una democracia distinta de la conocida. Una democracia como las occidentales, sin ningún tipo de aditamento. Alaa al Aswany es un dentista encantador y –valga la coincidencia– de sonrisa perfecta. Le resulta difícil ocultarla mientras confiesa que, entre sus largas jornadas en la clínica odontológica y sus madrugadas escribiendo, logró intercalar clases de castellano para leer a Cervantes y García Márquez en su idioma original.

Pero su ademán alegre y despreocupado contrasta con lo duro de sus opiniones políticas, para las que también le han servido sus años de estudio del cuerpo humano en la Universidad de El Cairo y luego en la de Chicago, en Estados Unidos.

"Si uno confunde el síntoma con la enfermedad, el paciente muere. Si se cura la fiebre, pero no se presta atención a la inflamación cerebral que la causó, no sirve de nada. Y en la gran enfermedad del mundo árabe, lo primero que hay que atender es la dictadura. La injusticia, la corrupción, el fanatismo y la pobreza son sólo síntomas o complicaciones", asegura.

A pesar del éxito rotundo de su obra -ya traducida a una veintena de idiomas, comparada con la de Naguib Mahfuz, el premio Nobel de Literatura egipcio, y llevada al cine en la mayor superproducción de la historia reciente del mundo árabe, con entusiastas críticas en los festivales de Cannes, Berlín y Nueva York-, Al Aswany sigue trabajando en su clínica dental. "Cada día estoy expuesto a muchas personalidades distintas, y no podría haber mejor fuente para crear personajes. Además, escribo sobre personas y atiendo a personas. Por eso cuando voy de las bocas al papel no me parece que esté saltando de un mundo a otro dramáticamente distinto", explica con humor a LA NACION durante su visita a España, invitado por la Casa Arabe para presentar la traducción al castellano y hablar del futuro de su país.

-¿Cuál cree que es el primer paso para curar lo que usted llama "la gran enfermedad de la sociedad árabe"?

-El primer paso es también el único posible: democracia.

-Pero ¿una democracia estilo occidental o una democracia especial, que contemple las sensibilidades propias de esa sociedad?

-Yo no creo en tipos especiales de democracia. El "tipo especial de democracia adaptado al mundo árabe" es un juego de palabras, la excusa que han usado todo el tiempo los dictadores para evitar el sistema político que la gente normal, en la calle, sabe que quiere: elecciones libres, Parlamento libre, prensa libre, respeto por los derechos humanos, Estado de Derecho. No creo que sea algo muy complicado ni que se necesite una gran sofisticación para buscar algo así.

-Sin embargo, tanto en su libro como en sus escritos políticos, usted apunta que no es ése el rumbo que se está tomando. ¿Por qué?

-Existen varias interpretaciones del islam. Hasta fines de los años 70, en Egipto la visión de la religión era abierta, tolerante y liberal, y por eso El Cairo era una sociedad tan cosmopolita, con un componente considerable de armenios, judíos, italianos y demás. Era una visión del islam que reflejaba bien nuestro carácter nacional: habíamos tendido a ser abiertos durante siglos. Pero entonces hubo un punto de inflexión en nuestra historia: los precios del petróleo escalaron y le dieron a Arabia Saudita un poder sin precedente en la región. Tuvieron millones de dólares para exportar su visión wahabi del islam, que no podría haber sido más contraria a la nuestra. Es una visión cerrada, intolerante, que va en contra de las mujeres y que es muy agresiva no sólo con aquellos que no son musulmanes, sino con los musulmanes que no son wahabi. A esto se sumó que en los últimos 25 años algo así como un cuarto de la población egipcia viajó a Arabia Saudita para trabajar. En general, era gente pobre y sin educación, y trajeron de vuelta consigo la interpretación saudita del islam. Esto no podría haber sido un mejor regalo de Navidad para cualquier dictador, ya que en la interpretación wahabi no existen los derechos políticos y no hay derecho a rebelarse si quien detenta el poder es musulmán. La combinación de todos estos factores llevó a una erosión constante de la libertad, lo que es el centro de los problemas de la región.

-¿Qué opina sobre la integración de los musulmanes en Europa?

-Hay serios problemas, y ambas partes son responsables. Muchos musulmanes no hacen el esfuerzo de educarse e integrarse, pero, por otra parte, las sociedades quieren mantenerlos a prudente distancia, como se ve en las banlieues , en Francia. En Europa, muchas mezquitas son patrocinadas por los sauditas, y los gobiernos no se meten a ver qué tipo de religión se está enseñando allí, lo cual es muy peligroso. Respecto de puntos específicos, como el debate sobre el velo, creo que lo importante es que demuestra la dificultad que tiene Europa para aceptar la diversidad. Dicho esto, hay que aclarar que lo de llevar toda la cara tapada, y no sólo la cabeza, es wahabi, y que hay musulmanes que sostienen que el islam no les pide a las mujeres que usen velo.

-¿Y sobre la guerra en Irak?

-No creo que llevar la democracia a Medio Oriente necesariamente tenga que significar la muerte de tantos iraquíes y norteamericanos, y la destrucción de una antigua civilización. Se me ocurren muchas ideas mejores de hacerlo. La democracia tiene que surgir de adentro. No puede ser impuesta. Yo no creo en el choque de civilizaciones. Creo que, simplemente, por un lado está la gente común, que quiere vivir con dignidad, y por el otro están los fanáticos, los imperialistas, los que odian. Ahora, respecto de Irak, qué hacer es el problema de los norteamericanos. Uno no puede ir, destruir una casa, matar a parte de sus habitantes y luego marcharse. Los norteamericanos son los responsables de la situación actual y tienen que encontrarle una solución.

-Usted ha sostenido que existe un islam para los ricos y un islam para los pobres.

-Nosotros solíamos tener una de las interpretaciones más liberales del islam, y por eso Egipto fue primero en casi todo en el mundo musulmán. Tuvimos el primer Parlamento, la primera legisladora, la primera Constitución, el primer periódico libre, las primeras mujeres universitarias y en la administración pública... Pero también están los fanáticos. Y aquí entra la cuestión social. Los pobres son particularmente susceptibles de caer en el fanatismo como una forma de protesta. El Estado los trata de manera inhumana y no les da forma de canalizar su descontento. Entonces, la única forma de rebelarse es usando la religión. Eso es muy distinto de la persona que se acerca a Dios para agradecerle.

-En su libro, usted aborda la corrupción política, el fanatismo, la homosexualidad, temas que son considerados tabúes. ¿No tuvo miedo de posibles represalias?

-Mientras escribo no tengo miedo, y supongo que soy algo inconsciente, pero básicamente tuve que confiar en la tradición del respeto por la literatura que tiene Egipto desde hace 700 años. Los lectores no me decepcionaron. Este año publiqué un nuevo libro, Chicago , como siempre con escenas sexuales muy controvertidas, y se vendieron 25.000 ejemplares en un mes. Por supuesto que con ambos libros tuve cartas amenazantes, pero me di cuenta de que el ruido que hacen estos fanáticos es mayor que su existencia.

-¿Cree que la literatura puede contribuir a cambiar la situación política?

-La literatura muchas veces se anima a decir lo que nosotros no decimos, pero no creo que ayude en el corto plazo, como lo harían ensayos políticos o artículos periodísticos que fueran directo al grano. Lo que la literatura puede hacer es llegar a lo más íntimo de la persona, de tal manera que empiece a cuestionarse el mundo que la rodea. Una sociedad así se vuelve más participativa.

Por Juana Libedinsky

El hombre que se negó a odiar


Por Héctor D´ Amico

La mayor enseñanza que le dejaron a Nelson Mandela los veintisiete años que pasó en las cárceles del apartheid , custodiado por guardias que, al igual que los de Dachau o Auschwitz, se empecinaban en rebajar la identidad del prisionero hasta convertirla en un número -el suyo era el 46664-, es que no hay verbo más difícil de conjugar en política, sobre todo en el campo de los derechos humanos, que el verbo reconciliar.

Aprendida en circunstancias brutales, esta lección no sólo modificó la percepción que el propio Mandela tenía acerca de los abrumadores conflictos sociales de su país y de sus posibles soluciones, sino que, con el tiempo, dejó una huella profunda en la transformación contemporánea de Sudáfrica. Fue un cambio de mirada que modificó la historia de una nación.

Ocurrió a comienzos de la década del setenta, cuando el prisionero más famoso del siglo XX empezaba a ser considerado seriamente el hombre que podía liderar una estrategia de largo plazo para terminar con la dictadura de una minoría blanca, en un país donde más del noventa por ciento de los habitantes era, y sigue siendo, negro, mestizo o descendiente de indios y malayos.

Con humilde sabiduría, innato conocimiento de los mecanismos que mueven la historia, paciencia y un coraje sin límites para defender sus convicciones, Mandela ya ocupaba un lugar destacado, junto con Albert Luthuli, Oliver Tambo y Walter Sisulu, como uno de los líderes más carismáticos del Consejo Nacional Africano (CNA), principal alianza de oposición al gobierno. Condenado a prisión perpetua por organizar protestas callejeras en contra de la llamada ley del pase, que prohibía el desplazamiento de los habitantes negros desde zonas rurales a las ciudades, y en contra de la ley de nativos, que impedía que éstos compraran o alquilaran tierras que eran propiedad de los blancos, se convirtió ante el mundo en la cara visible del sometimiento de millones de africanos.

Mandela no consideró nunca el encierro como otro de los tantos castigos arbitrarios impuestos a un hombre negro para recordarle cuál era su lugar en el apartheid . Por el contrario, lo aceptó como un martirio que debía fortalecerlos a él y a su causa. En una reciente entrevista con la BBC, poco antes de cumplir 89 años, lo explicó de este modo: "No importa cómo me vean o me describan los otros, soy sólo un hombre común que tuvo que hacer cosas extraordinarias impulsado por situaciones extremas".

El entusiasmo pasajero que había sentido por los métodos violentos contra el gobierno, sobre todo después de la llamada masacre de Sharpville, en la que sesenta y ocho manifestantes que protestaban contra los pases obligatorios fueron muertos a tiros por la policía y otros ciento ochenta resultaron con graves heridas, dio lugar a un discurso reflexivo, conciliador, que muchos de sus compañeros de lucha en un primer momento no comprendieron, y otros tantos no estaban dispuestos a tolerar.

Su frase más resistida fue: "El enemigo no son los blancos, es el apartheid ". Albertina Sisula, una de las activistas más respetadas del CNA, especuló con la posibilidad de que Mandela hubiera perdido la razón debido a las condiciones inhumanas de su encierro y respondió: "Jamás podremos reconciliarnos con criminales que asesinaron a nuestros hijos, que torturaron y eliminaron a prisioneros en la cárcel".

La tensión racial, los sabotajes urbanos, los ataques nocturnos a los granjeros y a sus familias, los asesinatos y las violentas redadas de las fuerzas de seguridad, con detenciones clandestinas seguidas de tortura, crearon una atmósfera tan hostil que el gobierno, para poder describir la situación, tuvo que echar mano del vocabulario militar. La llamó "guerra civil de baja intensidad".

Una marcha de cuatro siglos

El calabozo de la isla Robben Island, de dos metros por cuatro, es ahora una especie de santuario de los derechos civiles por el que peregrinan multitudes de sudafricanos y turistas extranjeros que quieren saber más acerca del hombre que contribuyó a salvar a una sociedad del suicidio. Desde esa penumbra amurallada, Mandela predicó durante años el mensaje que tantos y por razones tan comprensibles consideraron un insulto.

¿Por qué las mayorías iban a optar por la resistencia pasiva y no la sangre, en un país de desigualdades extremas, pero a la vez dotado de enormes riquezas, en el cual la ley de unos pocos siempre fue la ley de los más, en donde holandeses y británicos impusieron la esclavitud durante siglos y en el que, todavía hoy, la mitad de la población no vive más de 39 años, el desempleo real supera el 40% y la mitad de las embarazadas es portadora de VIH?

El mayor legado que los compatriotas le reconocen hoy a Mandela, quien ganó el Premio Nobel de la Paz en 1993 y al año siguiente fue elegido presidente en las primeras elecciones libres celebradas en el país, pero al que muchos hoy llaman familiarmente mkhulu , "abuelo", no es sólo que guió la resistencia pacífica contra el apartheid , sino que tuvo la lucidez de ver antes que nadie cuál era el estrecho sendero que conducía a la democracia, serpenteando entre dos escenarios de catástrofe, una devastadora guerra racial y la perpetuación del dominio blanco.

Otro mérito no menor fue la valentía con la que introdujo ideas revulsivas para una sociedad cuyos bandos habían convivido demasiado tiempo con el desprecio por la vida y el pensamiento del otro.

"Es el miedo a las ideas del adversario lo que nos paraliza, no su poder", explicó en febrero de 1990 cuando el presidente Frederik de Clerk anunció su liberación después de que Mandela rechazara una y otra vez la posibilidad del exilio y el perdón que le ofrecía un gobierno peligrosamente debilitado. "Nuestro pueblo lleva demasiado tiempo muriendo innecesariamente -insistió-, si no somos capaces de frenar otra matanza, les aseguro que la única sangre que correrá será la del hombre negro."

Su primera aparición pública fue otra señal en la misma dirección. Aceptó estrechar la mano de Betsie, la viuda de Hendrik Verwoerd, el arquitecto del apartheid , y ser fotografiado con ella. Fue algo tan impensable como un saludo entre Churchill y Goering.

Para desmentir el temor del gobierno de que, una vez liberado, marcharía al frente de una multitud hacia Pretoria, la capital, con el fin de exigir por la fuerza el desmantelamiento del poder blanco, Mandela organizó otra visita de alto impacto político. Se reunió con el ex presidente Pik Botha, uno de los responsables de su largo encarcelamiento. Botha les comentó después a los periodistas que lo más llamativo del encuentro había sido que el visitante no había hecho la menor alusión a los casi treinta años que había estado en prisión.

Hay un lugar y un momento en Ciudad del Cabo en el que un ser humano logra, por fin, comprender la figura de Mandela en toda su dimensión.

El lugar es el Museo de Esclavos, un enorme edificio blanco, de estilo colonial holandés, enclavado en el centro histórico. Allí se vendieron y se compraron decenas de miles de esclavos, se separó a las madres de los hijos, a los esposos y a los hermanos, según el destino que les asignaba el nuevo dueño. En el patio principal del edificio, donde se hacían los remates, se exhiben ahora documentales y se teatraliza un horror de siglos. El público ocupa largos bancos de madera dispuestos en semicírculos. La mayoría, siempre, son negros, familias enteras, grupos de adolescentes, alumnos, ancianas con vestidos de colores fuertes. Los blancos son unos seis, tal vez ocho. En la penumbra, las miradas se cruzan. No son de reproche; en todo caso, de curiosidad. Pero hay blancos que sienten, tal vez por primera vez, el peso de la raza.

Es aventurado afirmar quiénes en esa sala le deben más a Mandela.

"Si frena os matáis los dos"

En el anuncio de televisión, mientras se ve como un vehículo circula muy pegado al que le precede, se dice:

- "¿Por qué te pegas a ese coche?

- Para acosar, para meterle miedo.

- Crees que la carretera es tuya.

- Te sientes poderoso y él asustado, pero si frena os matáis los dos.- Acuérdate de esto cada vez que te pegues al de delante.

- Elige tu razón para respetar la distancia de seguridad".

A más velocidad, mayor distancia

Tráfico recuerda que el primer efecto de la velocidad sobre la conducción es el aumento de la distancia de detención: a mayor velocidad más espacio se recorre antes de poder detener completamente el vehículo.

La distancia de detención, por lo tanto, está en función de la velocidad a que se circule, así, se necesitarán 44 metros cuando se circula a 80 kilómetros por hora, 70 metros a 100 y 103 metros circulando a 120.

En general, puede servir la norma de mantener una distancia de tres segundos: circulando a 120 kilómetros por hora, un vehículo recorrerá en 3 segundos una distancia de algo más de 100 metros, la equivalente a la longitud de un campo de fútbol, y por lo tanto esa podría ser la referencia para calcular la distancia de seguridad necesaria.

MÁXIMAS DE ANTONIO CARLOS MAGALHÃES


Murió ayer, a los 79 años, Antonio Carlos Magalhães, el político bahiano que supo encarnar como ningún otro el papel de caudillo brasileño y conservar su poder durante 50 años.

Era un duro. Un "coronel", como se le llama a los caudillos de mano dura en Brasil. Era famoso por el gusto que le tenía a la pelea política. "Yo no soy terco. Terco es quien es terco conmigo", era una de sus frases.

Estas son sus máximas


MÁXIMAS DE ANTONIO CARLOS MAGALHÃES


I – NO CONFÍE EN NADIE CUYA MUJER NO GUSTE DE USTED.
II – EL PODER ES LA MANERA DE TRANSFORMAR UNA IDEA EN REALIDAD. PERO ESO ES SÓLO PARA QUIEN TIENE APETITO: QUIEN NO TIENE PUEDE USUFRUCTUAR DE LAS MAS VARIADAS OPORTUNIDADES DE MANDO, PERO NO VA A CONSEGUIR MANDAR.
III – EL ARTE DE LA POLÍTICA CONSISTE EN SABER DAR A CADA UNO LO QUE ESPERA DE USTED. ALGUNOS QUIEREN PROTECCIÓN, UN EMPLEO, POR EJEMPLO. OTROS QUIEREN DINERO. HAY UN TERCER GRUPO QUE BUSCA EL PODER, PRESTIGIO, O HASTA SIMPLEMENTE CARIÑO. SI USTED CONFUNDE LOS PEDIDOS, OFRECE DINERO A QUIEN QUIERE CARIÑO, O PODER A QUIEN QUIERE EMPLEO, PRODUCIRÁ UN ENEMIGO.
IV – HABLE BIEN DE LOS AMIGOS TODOS LOS DÍAS: HABLE MAL DE LOS ENEMIGOS DOS VECES POR DÍA.
V – ES LEGÍTIMO GOLPEAR SIEMPRE A LOS ADVERSARIOS PARA QUE NO PUEDAN CRECER Y MALTRATAR A NUESTROS ALIADOS. NUNCA RECLAME DE LOS GOLPES RECIBIDOS: PREPARE LA RESPUESTA. ES VÁLIDA LA MÁXIMA: LA VENGANZA ES UN PLATO QUE SE COME FRÍO.
VI – LAS GRANDES VIRTUDES DE UN HOMBRE SON LA GRATITUD Y LA GENEROSIDAD. LA GRATITUD LO MOTIVA A DEVOLVER EN IGUAL MONEDA TODO AQUELLO QUE RECIBE. LA GENEROSIDAD LO OBLIGA A RETRIBUIR EL DOBLE.
VII – CUANDO ENTRE EN UNA CASA PRESTE ATENCIÓN A LOS NIÑOS, PUES NADA ES MAS SINCERO QUE SU MIRADA. SI UN NIÑO LO MIRA TORCIDO ES PORQUE EN ESE LUGAR USTED NO ES BIENVENIDO.
VIII – SOLO DEBE PELEARSE CON LOS DE ARRIBA, SOBRETODO EN DEFENSA DE LOS MÁS DÉBILES, PUES TODOS PASAN A RESPETARLO AUNQUE USTED NO TENGA RAZÓN. PELEARSE CON LOS SUBORDINADOS NO TRAE NINGUNA VENTAJA, NADIE SE ENTERA Y TODAVÍA LO LLAMARAN COBARDE.
IX – SALVO EN ASUNTOS PERSONALES PROCURE SIEMPRE HACERSE REPRESENTAR POR AMIGOS PARA RESPONDER A LAS CRÍTICAS DE LOS ENEMIGOS. EL ALIADO SALDRÁ AGRANDADO Y EL ADVERSARIO DISMINUIDO.
X – SI, A PESAR DE SUS DEFECTOS, USTED QUIERE QUE ALGUIEN SEA SU AMIGO, NO PUEDE EXIGIR QUE ESE AMIGO SEA PERFECTO.
XI – SÓLO GUARDE LAS RECLAMACIONES DEL ENEMIGO. DEL AMIGO SAQUE TODO PARA AFUERA, RESUELVA INMEDIATAMENTE. SI UN AMIGO LE PIDE PERDÓN, PERDÓNELO. HABLE LO QUE ESTÁ COMPLICANDO Y, SI FUERA EL CASO, EXIJA ALGUNA COMPENSACIÓN. PERO ENSEGUIDA OLVIDE EL ASUNTO.
XII – DIGA SIEMPRE LA VERDAD CUANDO ALGUIEN LE PIDA ALGO. EXPLIQUE LO QUE VA A INTENTAR HACER, CUANDO Y COMO. EN EL CASO DE QUE NO PUEDA ATENDER EL PEDIDO DIGA ENSEGUIDA QUE NO PUEDE, PERO EXPLIQUE EL MOTIVO. LAS PERSONAS ESPERAN QUE USTED SE PREOCUPE. INTENTE, AUNQUE NO LO CONSIGA.
XIII – NO SE OLVIDE JAMÁS DEL AMIGO QUE DEJÓ EL PODER, INCLUSIVE PORQUE EL DÉBIL DE HOY PUEDE SER EL FUERTE DE MAÑANA. NADIE ES TAN FUERTE QUE NO PUEDA PERDER, NI TAN DÉBIL QUE NO PUEDA VENCER.
XIV – JAMÁS PERMITA QUE SE HABLE MAL DE UN AMIGO EN SU PRESENCIA. REACCIONES INMEDIATAMENTE SI ESO ACONTECIERA.
XV – ES MEJOR SUFRIR EN EL PODER QUE LEJOS DE ÉL.

Malas Palabras


El escritor y humorista gráfico Roberto Fontanarrosa propuso "una amnistía" para las "malas palabras", pidió cuidar de ellas e integrarlas al lenguaje y consideró que "las vamos a necesitar".
Al intervenir en el III Congreso Internacional de la Lengua Española, Fontanarrosa explicó: "Este es un ámbito más que apropiado para plantearse ¿por qué son malas palabras? ¿Le pegan a las otras palabras? ¿Son de mala calidad, y cuando uno las pronuncia se deterioran? ¿Quién las define como malas palabras?".




"¿Por qué son malas las malas palabras? ¿Son malas porque les pegan a las otras? ¿Son de mala calidad, y cuando uno las pronuncia se deterioran? ¿Quién las define como malas palabras?", se preguntó Roberto Fontanarrosa, entre las risas incontenibles del público y los rostros serios de algunos de sus compañeros de panel. "Tal vez sean como esos villanos de la televisión, que al principio eran buenos pero a los que la sociedad hizo malos", agregó.

El propio panel en que se encontraba fue un tema de humor. "Es tan polémica esta mesa que es la única a la que le han asignado un escribano" dijo Fontanarrosa, en alusión al moderador. También cronometró su intervención, en una parodia de la forma en que Federico Reyes Heroles, quien le antecedió, midió los diez minutos exactos que se permitían a los expositores: "ha impuesto un estilo", bromeó.

Las malas palabras "son más saludables, más fuertes", "brindan otros matices" y constituyen "una familia marginal" del lenguaje, afirmó Fontanarrosa. Después de recordar que también se las trata de palabrotas, asoció este término con las "carotas" de las películas de Federico Fellini y concluyó que reflejan una mayor expresividad. "No es que haga una defensa incondicional y quijotesca, algunas me gustan, otras no. Hay malas palabras que son irremplazables por su sonoridad, su fuerza y su contextura física. No es lo mismo decir que una persona es tonta o que es zonza que decir que es pelotuda", ejemplificó.

A continuación, parodió el análisis lingüístico: "El secreto de la fuerza (de la palabra pelotudo) está en la letra t: anoten, las maestras". También se preguntó si el Diccionario de Dudas abordaría esa cuestión.

"Hay una palabra maravillosa que en otros países está exenta de culpa, que es la palabra carajo. Están las islas Carajo, en el Caribe, y el carajillo, en español. La palabra mierda es irremplazable", opinó Fontanarrosa y a continuación advirtió sobre "la triste función" de los puntos suspensivos que suelen censurar la inscripción de ese término en los diarios.

Fontanarrosa apeló a su memoria familiar, al recordar que "en ningún momento se impuso eso de eso no se dice, eso no se hace, eso no se toca". "Cuando mis primos venían a mi casa me decían vamos a jugar al tío Berto (personaje al que evoca en un cuento de su libro "La mesa de los galanes"): se escondían en una habitación y puteaban. Fíjense lo que lograba que no hubiera televisión", contó. "Mi viejo era lo que se llamaba un mal hablado, un bocasucia, expresión antigua que se sigue empleando. Habrá que ver qué dice este Congreso", dijo y provocó más risas.

"Atendiendo a las condiciones terapéuticas pido una amnistía para las malas palabras. Vivamos una Navidad sin malas palabras, integrémoslas al lenguaje y cuidemos de ellas, porque las vamos a necesitar", concluyó Fontanarrosa.

Ben Gurión táctica y estrategia

Durante la segunda guerra mundial Israel se hallaba bajo dominio británico. Las leyes coloniales eran opresivas y crueles. Uno de los elementos más claros de esta opresión era que el país había sido cerrado a la inmigración judía mediante el infame "Libro Blanco". El Libro Blanco condenaba a cientos de miles de judíos a morir en Europa al negarles una natural vía de escape hacia la Palestina Británica. Al mismo tiempo los ingleses combatían al nazismo y los judíos se alistaban en el ejercito británico para luchar contra Hitler. Le preguntaron al viejo estadista cual iba a ser su actitud. "Muy simple – respondió – lucharemos junto a los ingleses contra los Nazis como si no hubiera Libro Blanco, y lucharemos contra el Libro Blanco como si no hubiera guerra".

Paul Saffo: "En la Red, la reacción política es inmediata"


Considerado como un verdadero gurú de las nuevas tecnologías y su impacto en la economía y la sociedad, el norteamericano Paul Saffo opina que la democracia y sus instituciones deberán adaptarse a los cambios y a la instantaneidad de la era de Internet. De lo contrario, señala, "los canales de decisión informales contarán más que los formales"


"Con la difusión de los nuevos medios electrónicos personales, los diarios y la TV están en medio de la tormenta. No desaparecerán pero su papel cambiará. Lo que le está pasando al periodismo, obligado a inventarse nuevos rumbos, es, sin embargo, sólo un aspecto de una realidad mucho más compleja: en la era de Internet las tecnologías digitales son el solvente que despega el adhesivo de las instituciones tradicionales".

A pesar de haber sido durante 25 años el alma máter del Instituto para el Futuro, de Palo Alto, a Paul Saffo no le gusta ser definido como futurólogo, en parte porque en la lengua inglesa no se establece la diferencia entre futurólogo y futurista y él no quiere ser confundido con un artista italiano de los años 20. "Soy un espectador profesional", dice con una nota de humor el estudioso que en la universidad de Stanford, en California, analiza el impacto de las nuevas tecnologías sobre la economía y la sociedad. Silicon Valley lo ha elegido como su oráculo.

-El "hombre nuevo" que usted describe en los debates y en sus escritos ya no es más un consumidor, ni un lector habitual, ni un elector que verdaderamente esté en condiciones de tener peso. El "prosumidor" es alguien que participa activamente en la creación de los contenidos que luego utiliza. Un "creador", asegura usted. Pero los escenarios que describe no son para nada tranquilizadores.

-Veremos. La sociedad de los creadores puede producir valores que duren, un nuevo compromiso social, o ser un fracaso: otro caso de grandes civilizaciones que caen porque transforman todo en entretenimiento. Yo tengo fe en lo nuevo y por eso soy optimista en el largo plazo, pero soy pesimista a corto plazo porque existe el riesgo de desarrollos negativos en varios campos, desde el social, en el que asistimos a una suerte de abolición del concepto de privacidad por parte de los jóvenes, hasta el político: Internet está poniendo contra las cuerdas los mecanismos de la democracia representativa.

Saffo, hijo de una pareja formada en la posguerra, en Venecia (el padre era médico en Praga, la madre una norteamericana que trabajaba en American Express y que en su tiempo libre hacía de baby-sitter), está habituado a hablar el idioma de la sociología, del análisis de los medios masivos, de la ingeniería de sistemas, no el de la política. Pero, en la California donde se revolucionan las fronteras entre partidos y en la cual Arnold Schwarzenegger se mueve más como el jefe de una nación que como gobernador -firma acuerdos con el primer ministro británico Tony Blair, impone sus límites ecológicos a la industria automotriz, se opone a la política del presidente Bush en varios campos, desde la energía hasta la investigación con células madres-, los planos que traza Saffo tienen su utilidad.

-La era de los medios ha cambiado los mecanismos de la política pero no sus reglas que, en Estados Unidos, son las mismas de hace dos siglos: se vota en noviembre, después de la siembra, y California, que tiene un PBI superior al de algunos países del G-8, elige dos senadores como cualquier otro estado, desde Alaska, que tiene 700 mil habitantes, hasta el minúsculo Rhode Island, de 3000 kilómetros cuadrados.

-La época de los medios tradicionales era todavía una era de comunicación lenta. Con Internet las cosas cambian: todo sucede a alta velocidad, cada acción política provoca en la red un "feed back", una reacción inmediata y mensurable. Sin embargo, todavía votamos no por el presidente sino por colegios electorales estatales, que a su vez eligen al presidente. Al jefe de la mayoría parlamentaria lo llaman todavía "speaker". ¿Se da cuenta? ¿Cuánto puede durar esto?

-¿Cuál es la alternativa? ¿La democracia directa telemática?

-El sistema actual ya está en ruinas. Fíjese en qué condiciones está Bush. No sé si se llegará a la democracia directa, pero sé que el parlamentarismo no funciona más. Si no se logra reformar el sistema, se creará una situación de hecho en la cual los canales de decisión informales contarán más que los formales. Ya estamos yendo en esa dirección. Y los casos de votaciones al filo de la navaja con resultado dudoso, como en Florida, serán cada vez más frecuentes, porque el uso masivo de las técnicas de marketing en las campañas electorales tiende a equilibrar el peso de los dos campos: no habrá más candidatos elegidos masivamente.

-En Italia, Berlusconi a menudo pareció tentado por la "democracia de las encuestas".

-Estoy feliz de que Berlusconi no haga política en Estados Unidos, pero debo decir que observo con mucho interés su aventura montada entre la política y la gran empresa. Es inquietante, pero es un signo de los tiempos. Por otro lado, con la esclerosis cada vez mayor de los Estados-nación, crecerá en el futuro el papel de otras entidades: de las organizaciones no gubernamentales a las empresas multinacionales.

-Schwarzenegger, que no puede aspirar a la Casa Blanca porque nació en Austria, ¿ es ya, de hecho, un jefe de Estado?

-El mundo no es más aquel del Tratado de Westfalia. Dentro de medio siglo EE.UU, tal como lo conocemos hoy, quizás no exista más. Europa ha perseguido durante largo tiempo la unidad política, el sueño de Jean Monnet, no realizado, provocó mucha frustración. Pienso, en vez, que las estructuras actuales de la Unión Europea pueden quizás adaptarse mejor que las norteamericanas para afrontar una era nueva en la cual las regiones, como Cataluña y Lombardía, o las ciudades Estado, como Singapur o la cuenca de San Francisco-Silicon Valley, tendrán más peso que las entidades estatales.

-Pero la defensa, la seguridad interna, el derecho al uso legal de la violencia, sin embargo, pertenecen siempre a las naciones.

-Es verdad. Pero también es cierto que ésta no es una verdad inmutable. Hace un tiempo, Bush, al tener que mandar más soldados a Irak, solicitó a Schwarzenegger que enviara soldados de California a la frontera con México en lugar de los del ejército federal. El gobernador le respondió con un seco "no". Hace veinte años esto hubiera sido impensable. Estados Unidos gasta en defensa más que el resto del mundo en su conjunto. Con un "retorno de la inversión" poco reconfortante, a juzgar por su prestigio y su papel en la era Bush. Tarde o temprano, algo cambiará. Veo indicios hasta en la arquitectura. ¿Cuáles son los edificios más imponentes construidos por el hombre? Primero fueron los castillos, luego vino la era de las grandes catedrales, finalmente la de municipios espléndidos y sedes gubernamentales monumentales. Hoy la edificación más suntuosa y simbólica es la de los rascacielos de las grandes corporaciones.

-Fascinante, pero quien detenta el poder no acepta fácilmente las reformas que se lo sustraen.

-Quizás asistiremos también a procesos violentos. Como he dicho, no soy necesariamente optimista. En mis análisis distingo entre escenarios que considero auspiciosos y los que las fuerzas en juego tienden naturalmente a producir. Es como en Internet: es un fenómeno positivo y su avance es imparable, pero cada vez que participo en una convención invito a sus defensores, a aquellos que piensan que la red hará nuestra vida mejor, a ser cautos.

-Entonces, nada de democracia electrónica directa.

-Internet hoy se nos aparece como un instrumento democrático, abierto, accesible: el máximo de la democracia. Pero con la maduración del sistema surgirán vallados, áreas exclusivas, prohibiciones. Hoy veo demasiado entusiasmo, sobre todo en los jóvenes, que ya no tienen ningún sentido de la privacidad. Podría costarles caro de aquí a algunos años.

-¿Qué intenta decir?

-La generación de My Space exhibe todo en la gran plaza electrónica, desde datos personales a confidencias íntimas. Dentro de algunos años tendremos millones de reconocidos profesionales que potencialmente podrán ser chantajeados con imágenes y memorias de sus aventuras juveniles. Una especie de versión interpersonal del viejo "equilibrio del terror" entre Estados Unidos y la Unión Soviética, en el cual cada uno amenaza con poner en problemas al vecino de enfrente. Más aún, en una sociedad que expone todo en público, lo que se vuelve más precioso es el secreto. No sé qué tipo de sociedad estamos construyendo. Ya se lo dije: no soy un futurólogo, sólo un espectador profesional.

Por Massimo Gaggi

Traducción: María Elena Rey

LA NACION y Corriere della Sera

El perfil

Primeros años

Nació en 1954, en Los Angeles, California. Realizó estudios en las universidades de Harvard, Cambridge y Stanford, y se ha especializado en el análisis del impacto social de largo plazo de las nuevas tecnologías.

Libros y ensayos

Durante más de dos décadas fue investigador del Instituto para el Futuro, de Palo Alto. Ha publicado varios libros, entre ellos Dreams in Silicon Valley y The road from Trinity , así como numerosos ensayos y artículos.

Internet formatos para generar ingresos

En diferentes congresos, Folha de Sao Paulo presentó los formatos especiales que ayudan a aumentar la publicidad del periódico.

En promedio, Folha trabaja unos 274 proyectos especiales al año.

Estos se dividen en ¨Paquetes Especiales¨ (eventos, coberturas y otras acciones), ¨Oportunidades Especiales¨ (temas, fechas y celebraciones) y ¨Formatos Especiales¨.

Los Paquetes Especiales incluyen coberturas de eventos como el Carnaval, la Copa América, Conciertos Especiales, Olimpiadas, etc. Por otro lado, las Oportunidades Especiales incluyen el Aniversario de la Ciudad, Día del Chocolate, Día de la Mujer, Día del Café, etc.

El poder de los formatos especiales crea impacto, visibilidad, top of mind y ventas.

Entendiendo los cambios en Internet, pueden entenderse los requisitos que debe satisfacer un medio digital.

Los nuevos axiomas de la red son:

a) Fomentar la inteligencia colectiva
Amazon.com (user engagement), Wikipedia (modelo open source), Blogger (we the media), Bittorrent (peer to peer), Ebay (oferta y demanda), Flickr.com (folksonomia), Yahoo.com (hipervínculos).

b) Aumentar la experiencia del usuario.

c) Múltiples dispositivos de acceso
Celular, Computadora, Televisión, Ipod, etc.

d) Estado de Beta permanente, donde diferentes diarios del mundo están en diferentes etapas de publicación en Internet.
Actualmente la red se caracteriza en este sentido por una inmensa zona gris plagada de múltiples experiencias. Estas pueden citarse con algunos casos ejemplificativos, referidos a medios que: 1) tienden a duplicar su contenido (Clarín, El Comercio); 2) permiten comentarios de los usuarios (O Globo, La Nación); 3) intentan crear comunidades alrededor de su producto (El Tiempo, El País); 4) usan noticias exclusivamente generadas por los usuarios (Ohmynews.com, Newsvine.com); 5) organizan la información de diferentes áreas (News.google.com); 6) que se enfocan en un área local, etc.

Que publican los medios en su edición online?

por Emiliano Viotti

Los principales diarios argentinos hace ya varios años que cuentan con una página web para publicar sus noticias, y poner on line las últimas novedades del día sin tener la necesidad de esperar hasta la mañana siguiente para divulgar la información actual, que corre a una velocidad inusual. Para ello, utilizan el mismo criterio editorial que a la hora de seleccionar los temas para la edición impresa, a pesar que la página de internet signifique una nueva opción y abra aún más el abanico de posibilidades, los diarios deben seguir respetando el perfil por el cual los lectores los eligen cada día.
Luego de realizar un rastreo cuantitativo de las noticias publicadas el martes 22 de mayo en las versiones digitales de los diarios argentinos de mayor tirada, este informe intentará develar cuál es el verdadero criterio editorial de cada medio, a la hora de seleccionar los temas que marcarán la agenda del día para la opinión pública.

Clarín y La Nación, los más visitados

Si hablamos de medios gráficos, la mayoría de los argentinos optan por Clarín o La Nación y las versiones on line no son la excepción a la regla. A diario estas páginas reciben miles de visitantes que se informan a través de estos periódicos sobre la actualidad de nuestro país. ¿Pero cuáles son los temas que estos medios privilegian a la hora de publicar en la web?
Clarín “colgó” en su página el 22 de mayo 113 notas, de las cuales el 25,7% son de información general y el 24,8% están referidas al deporte, un dato curioso si se tiene en cuenta que, por lo general, es el lunes el día en el cual abundan las noticias de esta índole. Mientras que en tercer lugar, es la sección de internacionales con el 15,3% la que se destaca por sobre el resto del diario.
Otro dato que llama la atención en Clarín es que sólo ocho noticias (el 7,07%) están referidas a la política, más si se tiene en cuenta que este es un año electoral, y tres (2,6%) son meramente económicas. Hecho curioso ya que por lo general, este diario ofrece a estas dos secciones en las primeras páginas de su edición impresa.
Clarín se destaca también por el hecho de ser el único de los cinco diarios digitales analizados que ofrece en la fecha dos suplementos (arquitectura y mujer), y por publicar cuatro notas de ecología (el 3,5%), un tema que por lo general no es tenido muy en cuenta por los periódicos argentinos, a no ser que cuenten con una noticia relevante de esta índole.
Por su parte La Nación, ofreció 141 noticias en la fecha analizada en su versión on line, de las cuales 20 son notas de opinión, colocando a este diario en el primer lugar del podio a la hora de elegir este formato periodístico. En segundo lugar, este medio “subió” a la web 18 notas de la sección internacionales (12,8%) y 17 están referidas a la tecnología (el 12,05%), un número que parece excesivo para el cuerpo principal del diario, ya que por lo general estas notas se agrupan semanalmente en un suplemento especial.
Otro dato curioso que aporta La Nación es que el 10,6% del total de las publicaciones tiene que ver con el entretenimiento, donde aparecen problemas matemáticos, juegos que exigen de la razón para ser resueltos y crucigramas. Algo que llama la atención en un diario catalogado de conservador, aunque este dato puede tener que ver con la diagramación de los días martes, donde por decisión editorial se dedica un espacio mayor a la recreación del lector.
Al igual que Clarín, se pudo observar que La Nación tampoco dedicó un gran número de notas a las secciones de política y economía, aunque sus publicaciones ocuparon los principales lugares de la página y en su mayoría aparecen en el apartado de las noticias destacadas.

El pelotón de los segundos

En un segundo grupo del análisis se encontramos a los diarios Ambito Financiero, Infobae y Página /12. En teoría, estos son medios importantes, pero estarían un escalón por debajo de los citados anteriormente en cuanto a popularidad y a la cantidad habitual de lectores, y algunos de ellos tienen un perfil más específico en cuanto a la orientación editorial.
Ambito Financiero es el periódico económico por excelencia de la Argentina. A lo largo de su historia pasaron por sus páginas los principales hechos financieros de nuestro país y del exterior, ocupando un lugar central en la diagramación del periódico.
En este marco de referencia, no sorprende observar que en la edición del 22 de mayo, sobre un total de 131 noticias publicadas, el 19,8% sean notas de connotación política y el 19% respondan a un perfil meramente económico (26 y 25 noticias respectivamente), depositando en un tercer lugar a la sección internacionales con un total de 17 notas periodísticas, lo que representa un 13% de la publicación total.
El dato que sí sorprende se da al contemplar que en la mencionada edición, Ambito Financiero “colgó” en la web 22 notas culturales (el 16,8%), sólo un 2% menor al porcentaje de noticias económicas, y que las publicaciones deportivas ascendieron a 10 (7,7%), un número llamativo si tenemos en cuenta que estamos hablando de un diario con un marcado perfil económico - político.
Infobae se destaca por el ser el medio que mayor cantidad de noticias publicó en su página la fecha reseñada, con un total de 160. Habitualmente, gran parte de la opinión pública ve a este medio como pregonero de un sector de la derecha argentina, y quienes no lo leen a menudo suponen que sus páginas están repletas de información política y económica.
¿Pero que ocurrió en la edición digital de la fecha señalada? Infobae publicó 28 notas de espectáculos (el 17,5%) y 24 referidas a la tecnología (15%). Este dato es más que sorprendente, aunque vale aclarar que la mayoría de las noticias “cholulas” son muy cortas en su extensión y no formaron parte de la edición impresa de ese día, al igual que las que dan cuenta de los avances tecnológicos.
A continuación, si aparecen en un orden descendente las noticias que el lector suponía encontrar, ya que la sección económica contó con un total de 21 (13,1%), deportes acusó 19 noticias (11,9%), interés general 18 (11,2%) y política e internacionales publicaron 17 notas cada sección, o sea un 10,6% del número total del periódico.
Página /12 es un caso aparte. Desde sus comienzos este diario fue indicado como un medio “progresista”, con una tendencia política editorial que se volcaba hacia la izquierda argentina, y que en sus notas periodísticas reinaba la opinión y el análisis por sobre la información pura y “objetiva”.
Con el paso de los años Página /12 fue mutando, su incorporación al Multimedio Clarín le quitó esa tendencia izquierdista, sumado al cambio de la dirección del diario, que dejó afuera del medio a Jorge Lanata, uno de los periodistas que sostenía con su sola presencia el antiguo perfil del medio.
En su página web del martes 22 de mayo, este diario publicó solo 64 notas, un número sensiblemente menor al de los demás medios analizados. Sobre este total, la sección que contó con mayor cantidad de noticias fue interés general con 18 informes, lo que corresponde al 28,1%.
Por su parte, las informaciones referidas a la política sumaron 11 notas (17,2%) y la sección de economía contó con 8 noticias (12,5%) para la información del lector.
En lo que se refiere a la actualidad internacional, Página /12 decidió publicar 6 notas (un 9,4), mientras que a la actividad cultural el medio le brindó exactamente el mismo espacio de su versión digital.

¿Cómo se reparten la “torta” publicitaria?

Al igual que ocurre con las ediciones impresas, las versiones digitales de los diarios argentinos necesitan del aporte de sus auspiciantes para subsistir. A diario observamos que los periódicos, como la mayoría de los medios de comunicación, obtienen de la pauta oficial un porcentaje importante de sus ingresos publicitarios, lo que los lleva a menudo a confrontar entre ellos y con el gobierno para mejorar ese porcentaje que no siempre es equitativo entre las empresas periodísticas.
Durante el recorrido realizado por las diferentes páginas web de los periódicos analizados, se pudo observar que las publicidades que aparecen no siempre se corresponden con las publicadas en sus versiones impresas.
La Nación es el medio on line que mayor número de publicidades presenta. Entre ellas resaltan empresas multinacionales como Fed Ex, Banco Galicia, Philips, MicrosofT, Nokia, Delta Air Lanes, Lan, Revista Rollig Stone o Toshiba. Pero también cuenta con empresas nacionales vinculadas al Estado, como Terminal de Cargas Argentina o Aeropuertos Argentinos.
Clarín, en cambio, opta por publicar en su página web los productos de su multimedio. Más oportunidades.com, Revista ELLE, Clarín.com o la programación de TN, son las publicidades que mayor espacio ocupan dentro del sitio, aunque también existen empresas extranjeras como OSDE o Easy, y nacionales como Dietas Cormillot o la encuestadora D’ Alessio entre sus auspiciantes.
El caso de Ambito Financiero es el más llamativo. Su página web sólo cuenta con cuatro publicidades fijas: Sessa Editores.com, Novedades Fiscales.com, Banco Itaú y Brista Blindados, lo que conforma un número mucho menor al promedio publicitario de los restantes medios.
Infobae cuenta con un número interesante de auspiciantes en el sitio. Entre ellos se destacan multinacionales como Sedal, Easy, Lan o Banelco, mientras que entre las empresas argentinas sólo aparecen Dietas Cormillot y Busca Pé. Además este diario hace la publicidad de una emisora que forma parte de su multimedio, como lo es Radio 10, y cuenta con publicidades oficiales como Miradores del Lanín (Gobierno de Neuquén) y Sierras de Córdoba.com (Gobierno de Córdoba).
Para finalizar, Página /12 no cuenta con una gran cantidad de auspiciantes, aunque el dato llamativo se da al observar que de ellos, una gran parte proviene de la publicidad oficial. Banco Provincia, Municipalidad de Villa Gesell o el Gobierno de Santa Cruz eligieron su sitio web para colgar su publicidad.

El síndrome de Diógenes

Por Rosa Montero


Se diría que cada día hay más gente que sufre el síndrome de Diógenes, porque cada dos por tres sale alguna noticia contando cómo los bomberos o la policía lograron rescatar a uno de estos enfermos, desincrustándolo literalmente del inenarrable basurero en donde habría terminado por enterrarse a fuerza de acumular y acumular desechos. La denominación del síndrome de Diógenes, hoy tan popular, fue inventada en 1975 en referencia al filósofo griego Diógenes el Cínico, ese sabio tan extravagante que se supone que vivía en un tonel y que le dijo a Alejandro el Magno que se apartara para que no le quitara el sol. A decir verdad, no veo que sea un nombre muy adecuado para una dolencia que consiste en atesorar frenéticamente todo tipo de cosas, porque Diógenes fue de una austeridad más bien patológica. Cuentan que vio a un niño beber agua del cuenco de sus manos, y que entonces tiró la escudilla de madera que llevaba y que, junto con el bastón y la capa, era lo único que poseía. O sea que sería justo lo contrario.

Lo que sí semeja a estos enfermos con el filósofo griego es el talante huraño, el aislamiento y la vida misérrima. Porque los afectados por el síndrome viven como si fueran los más pobres mendigos de la Tierra, aunque a menudo tengan casa propia, y aunque la hayan llenado a rebosar no sólo de basuras, que es lo habitual, sino también, en ocasiones, de objetos valiosos o dinero. Ya se sabe que muchos de estos enfermos de apariencia menesterosa fueron encontrados durmiendo sobre millones de las antiguas pesetas, o guardando cientos de miles de euros en bolsas de basura. Esto es lo que los hace tan inquietantes y tan interesantes. Quiero decir que el verdadero Diógenes nos interesa poco y no nos inquieta nada: esa desaforada hambruna de austeridad muestra un afán extremista y puritano que, por lo general, nos pilla muy lejos. Pero las pobres gentes afectadas por el síndrome nos turban y aterrorizan, porque a fin de cuentas sólo están unos poquitos pasos más allá en este loco proceso de acumulación que vivimos todos. Hijos como somos de la sociedad de consumo, vivimos neurotizados por el afán de atesorar cosas. A veces tengo la sensación de que todos o casi todos los ciudadanos occidentales padecemos el síndrome de Diógenes, sólo que en sus estadios más benignos. Somos unas malditas urracas.

¿Hace mucho que no se ha parado un instante a revisar, con ojos analíticos, toda la mugre inútil que acumula en su casa? Cajones y cajones llenos de objetos muertos, cuidadosamente guardados allí algún remoto día, pero hoy olvidados por completo. Armarios que son como la cueva de Alí Babá, repletos de bultos y artículos innecesarios. Bibelots, cacharritos, regalos arrumbados en cualquier parte. Agendas viejas, móviles en desuso, cables inclasificables e incomprensibles provenientes de antiguos aparatos eléctricos, cargadores de otros aparatos que tampoco tenemos, cámaras de fotos antediluvianas, montones de pares de gafas inservibles, teclados de ordenadores viejos que no nos atrevemos a tirar, baterías gastadas, guantes descabalados. Y ropa. Ropa vieja, ropa estrecha, ropa fea que nunca nos ponemos. Zapatos, bolsos, cajas, maletas abolladas. Herramientas oxidadas o rotas. Guardamos las cosas más increíbles. Seguro que si vacía ahora mismo el cajón de su mesa de despacho encontrará media docena de objetos alucinantes y que ignoraba por completo que tenía.

La sociedad de consumo en la que vivimos ha llegado a tal extremo de aceleración, a tal perversión en la abundancia, que se ha convertido en la apoteosis del desperdicio. Quiero decir que, en el mismo instante en que compramos una cosa, ese objeto comienza a transmutarse en un desecho. Y así vivimos, rodeados de rutilantes detritus, perdidos en un mar de posesiones absurdas. Náufragos en mitad de la inutilidad de nuestras cosas. Ahora, cuando morimos, dejamos atrás, principalmente, un montón de basura. Las casas de los muertos han de ser vaciadas de mugre, de la misma manera que los bomberos vacían la porquería acumulada por los enfermos del síndrome de Diógenes. En mi última mudanza tomé la decisión de tirar a la basura, sin revisarlo, el contenido de los cuatro cajones de mi mesa de trabajo, que estaban atiborrados de cosas. Eso fue hace diez años, y nunca eché de menos nada. Ojalá fuera capaz de hacerlo todos los días.

http://www.rosa-montero.com

EL PAIS, S.L.

La autora es periodista y escritora española

Einstein


Un periodista le pregunta a Einstein"¿Me puede Ud. explicar la Ley de la Relatividad?" y Einstein le contesta "¿Me puede Ud. explicar como se fríe un huevo?". El periodista lo mira extrañado y le contesta "Pues, si, si que puedo", a lo cual Einstein replica
"Bueno, pues hágalo, pero imaginando que yo no sé lo que es un huevo, ni una sartén, ni el aceite, ni el fuego".

Durante el Nazismo Einstein, a causa de ser judío, debió soportar una guerra en su contra con el fin de desprestigiar sus investigaciones. Uno de estos intentos se dio cuando se compilaron las opiniones de 100 científicos que contradecían a las de Einstein, editadas en un libro llamado "Cien autores en contra de Einstein". A esto Einstein respondió: "¿Por que cien? Si estuviera errado haría falta solo uno".

En una conferencia que Einstein dio en el Colegio de Francia, el escritor francés Paul Valery le preguntó: Profesor Einstein, Cuando tiene una idea original, ¿qué hace? ¿La anota en un cuaderno en una hoja suelta? A lo que Einstein respondió: "Cuando tengo una idea original no se me olvida".

Einstein tuvo tres nacionalidades: alemana, suiza y estadounidense. Al final de su vida, un periodista le preguntó que posibles repercusiones habían tenido sobre su fama estos cambios. Einstein respondió: "Si mis teorías hubieran resultado falsas, los estadounidenses habrian dicho que yo era un físico suizo; los suizos, que era un científico alemán; y los alemanes que era un astrónomo judío".

En 1919, Einstein fue invitado por el inglés lord Haldane a compartir una velada con diferentes personalidades. Entre estas había un aristócrata muy interesado en los trabajos del físico. Tras una larga conversación, el inglés explicó a Einstein que había perdido recientemente a su mayordomo y que aún no había encontrado un sustituto. "La raya del pantalón la he tenido que hacer yo mismo y el planchado me ha costado casi dos horas. A lo que Einstein comentó: "Me lo va a decir a mí. ¿Ve usted estas arrugas de mi pantalón? Pues he tardado casi cinco años en conseguirlas."...


En una reunión social Marilyn Monroe se cruzó con Albert Einstein, ésta le sugirió lo siguiente: "Que dice profesor, deberíamos casarnos y tener un hijo juntos. ¿Se imagina un bebe con mi belleza y su inteligencia?", Einstein muy seriamente le respondió: "Desafortunadamente temo que el experimento salga a la inversa y terminemos con un hijo con mi belleza y su inteligencia".


En otro evento Einstein coincidió con el actor Charles Chaplin. En el transcurso de la conversación, Einstein le dice a Chaplin:- Lo que he admirado siempre de usted es que su arte es universal; todo el mundo le comprende y le admira. A lo que Chaplin respondió: - "Lo suyo es mucho mas digno de respeto; todo el mundo le admira y prácticamente nadie lo comprende".







¿De qué sirve el profesor?

Por Umberto Eco
Para LA NACION


¿En el alud de artículos sobre el matonismo en la escuela he leído un episodio que, dentro de la esfera de la violencia, no definiría precisamente al máximo de la impertinencia... pero que se trata, sin embargo, de una impertinencia significativa. Relataba que un estudiante, para provocar a un profesor, le había dicho: "Disculpe, pero en la época de Internet, usted, ¿para qué sirve?"

El estudiante decía una verdad a medias, que, entre otros, los mismos profesores dicen desde hace por lo menos veinte años, y es que antes la escuela debía transmitir por cierto formación pero sobre todo nociones, desde las tablas en la primaria, cuál era la capital de Madagascar en la escuela media hasta los hechos de la guerra de los treinta años en la secundaria. Con la aparición, no digo de Internet, sino de la televisión e incluso de la radio, y hasta con la del cine, gran parte de estas nociones empezaron a ser absorbidas por los niños en la esfera de la vida extraescolar.

De pequeño, mi padre no sabía que Hiroshima quedaba en Japón, que existía Guadalcanal, tenía una idea imprecisa de Dresde y sólo sabía de la India lo que había leído en Salgari. Yo, que soy de la época de la guerra, aprendí esas cosas de la radio y las noticias cotidianas, mientras que mis hijos han visto en la televisión los fiordos noruegos, el desierto de Gobi, cómo las abejas polinizan las flores, cómo era un Tyrannosaurus rex y finalmente un niño de hoy lo sabe todo sobre el ozono, sobre los koalas, sobre Irak y sobre Afganistán. Tal vez, un niño de hoy no sepa qué son exactamente las células madre, pero las ha escuchado nombrar, mientras que en mi época de eso no hablaba siquiera la profesora de ciencias naturales. Entonces, ¿de qué sirven hoy los profesores?

He dicho que el estudiante dijo una verdad a medias, porque ante todo un docente, además de informar, debe formar. Lo que hace que una clase sea una buena clase no es que se transmitan datos y datos, sino que se establezca un diálogo constante, una confrontación de opiniones, una discusión sobre lo que se aprende en la escuela y lo que viene de afuera. Es cierto que lo que ocurre en Irak lo dice la televisión, pero por qué algo ocurre siempre ahí, desde la época de la civilización mesopotámica, y no en Groenlandia, es algo que sólo lo puede decir la escuela. Y si alguien objetase que a veces también hay personas autorizadas en Porta a Porta (programa televisivo italiano de análisis de temas de actualidad), es la escuela quien debe discutir Porta a Porta. Los medios de difusión masivos informan sobre muchas cosas y también transmiten valores, pero la escuela debe saber discutir la manera en la que los transmiten, y evaluar el tono y la fuerza de argumentación de lo que aparecen en diarios, revistas y televisión. Y además, hace falta verificar la información que transmiten los medios: por ejemplo, ¿quién sino un docente puede corregir la pronunciación errónea del inglés que cada uno cree haber aprendido de la televisión?

Pero el estudiante no le estaba diciendo al profesor que ya no lo necesitaba porque ahora existían la radio y la televisión para decirle dónde está Tombuctú o lo que se discute sobre la fusión fría, es decir, no le estaba diciendo que su rol era cuestionado por discursos aislados, que circulan de manera casual y desordenado cada día en diversos medios –que sepamos mucho sobre Irak y poco sobre Siria depende de la buena o mala voluntad de Bush. El estudiante estaba diciéndole que hoy existe Internet, la Gran Madre de todas las enciclopedias, donde se puede encontrar Siria, la fusión fría, la guerra de los treinta años y la discusión infinita sobre el más alto de los números impares. Le estaba diciendo que la información que Internet pone a su disposición es inmensamente más amplia e incluso más profunda que aquella de la que dispone el profesor. Y omitía un punto importante: que Internet le dice "casi todo", salvo cómo buscar, filtrar, seleccionar, aceptar o rechazar toda esa información.

Almacenar nueva información, cuando se tiene buena memoria, es algo de lo que todo el mundo es capaz. Pero decidir qué es lo que vale la pena recordar y qué no es un arte sutil. Esa es la diferencia entre los que han cursado estudios regularmente (aunque sea mal) y los autodidactas (aunque sean geniales).

El problema dramático es que por cierto a veces ni siquiera el profesor sabe enseñar el arte de la selección, al menos no en cada capítulo del saber. Pero por lo menos sabe que debería saberlo, y si no sabe dar instrucciones precisas sobre cómo seleccionar, por lo menos puede ofrecerse como ejemplo, mostrando a alguien que se esfuerza por comparar y juzgar cada vez todo aquello que Internet pone a su disposición. Y también puede poner cotidianamente en escena el intento de reorganizar sistemáticamente lo que Internet le transmite en orden alfabético, diciendo que existen Tamerlán y monocotiledóneas pero no la relación sistemática entre estas dos nociones.

El sentido de esa relación sólo puede ofrecerlo la escuela, y si no sabe cómo tendrá que equiparse para hacerlo. Si no es así, las tres I de Internet, Inglés e Instrucción seguirán siendo solamente la primera parte de un rebuzno de asno que no asciende al cielo.

La Nacion/L’Espresso (Distributed by The New York Times Syndicate)

(Traducción: Mirta Rosenberg)

Microsoft compra compañía de publicidad online

Microsoft Corp comprará la compañía de márketing digital aQuantive por 6.000 millones de dólares. Microsoft espera que el acuerdo se cierre en la primera mitad del año fiscal 2008.


Microsoft Corp dijo que comprará la compañía de márketing digital aQuantive Inc por 66,50 dólares en efectivo, lo que supone una operación valorada en unos 6.000 millones de dólares.

El monto representa un 85 por ciento adicional sobre el precio al que cerraron el jueves los títulos de aQuantive .

El acuerdo corona la consolidación del sector que se inició hace un mes. Google Inc. acordó comprar a DoubleClick por 3.100 millones de dólares y Yahoo Inc. adquirió de Right Media.

Microsoft afirmó que mediante la compra de aQuantive busca potenciar su avance en la publicidad de internet a través de las herramientas de administración y venta de anuncios de internet.

Aquantive, una compañía con sede en Seattle que se dedica a suministrar servicios tecnológicos enfocados a la publicidad online. AQuantive, tiene 2.600 empleados y fue fundada en 1997, ayuda a los
actores del mercado a comprar, mantener y hacer crecer sus clientes en
los medios digitales, según Microsoft.

El catecismo de Mafalda


Formó parte de nuestra educación sentimental. Respiraba nuestra misma perplejidad, formulaba las mismas inquietas preguntas, alentaba utopías parejas y, en su paisaje cotidiano, las mismas Susanitas y Manolos pintaban las emociones y los días. Mafalda fue la sutil compañía, la conciencia cercana, y todo lo que representó sigue con nosotros para siempre. De hecho, transgeneracional como todo grande, Quino ha conseguido que Mafalda sea amiga de nuestros hijos, hermana mayor de los Guilles que se pasean por los rincones de nuestra felicidad. El título, pues, de este artículo, es lo que parece, un sentido y agradecido homenaje. Sensible, comprometida y, a pesar de todo, deliciosamente niña, Mafalda siempre será de una sola pieza.

¿Son de una sola pieza los Mafaldos que pululan por las esquinas del pensamiento, por los despachos de algunas cancillerías, por las cátedras impolutas de múltiples universidades, por las calles de la pancarta y el grito? Toda esa progresía, heredera de las utopías de izquierdas que intentaron cambiar el mundo, ¿mantiene intactos los criterios morales que las movilizaron? Y más aún, ¿mantiene el compromiso con la libertad?

Las banderas que blanden son las de siempre, la propia de la libertad, la solidaridad, la justicia social, la lucha contra la marginación, y así hasta completar la lista del catecismo del buen pastor de izquierdas. Poco o nada tengo que decir contra esas banderas que, sin paliativos, son las mías. Pero mucho hay que decir sobre algunos de los que se han apropiado de ellas, y, desde la atalaya de su soberbia ideológica, nos castigan con su verbo airado. Ya hablé, en otra ocasión, de los D Elía y Bonafini, eficaces lacayos del pensamiento reaccionario de izquierdas. Pero más allá de los peones que se mueven por el tablero, con más ruido que inteligencia, existe una sólida corriente de izquierdas que, a pesar del efectismo de su retórica, está traicionando seriamente la ley de leyes, la Carta de Derechos Humanos.

No es nueva esa traición, y ahí están las víctimas de las dictaduras de izquierdas clamando su lugar en el sol del recuerdo, sospechosas por el hecho de haber muerto bajo balas amigas, esos bellos dictadores que leían a Lenin y mataban como Goebbels. Y que algunos aún cabalgan, cual patéticos jinetes con zapatillas, por las islas de nuestras revoluciones adolescentes.

Hoy, como ayer, existen víctimas que no conmueven, dictaduras que no movilizan, terrorismos que no indignan, esclavitudes que no arañan las paredes de la conciencia, y todo ello pasa mientras tomamos las calles para gritar contra la injusticia.

Diversas son las traiciones morales que la izquierda está perpetrando, en nombre de los mismos principios que dice defender. Con un añadido fundamental: más allá de los gobiernos que cada cual elige, los ciudadanos otorgan un plus de prestigio a los intelectuales y a los movimientos de izquierdas, hasta el punto de que un pensador de derechas sólo puede equivocarse una vez, antes de hundirse. La izquierda puede perpetrar una vida de errores, y mantiene intacto el prestigio.

¿Sirve el ejemplo de Saramago? Defendió a Stalin como libertador, estuvo a favor del Muro de Berlín, considera a Chávez y a Castro como referentes legítimos e, incluso, entró en las listas del PC portugués, el más jurásico de los partidos comunistas del mundo, si obviamos la excepción de Corea del Norte, que detenta el honor de ser el mayor dinosaurio. Sin embargo, Saramago vocifera contra los yankees, clama contra la maldad judía, disculpa al terrorismo islamista, repite los tópicos sudados de la corrección política, y las universidades del mundo babean de complacencia, lo elevan a los altares y lo consideran un ejemplo de intelectual comprometido. ¡Qué importa que haya defendido a alguno de los asesinos más importantes de la historia reciente! ¡Qué importa la quiebra moral que ello significa! Cumple felizmente con el primer mandamiento del catecismo progresista, y eso lo convierte en ícono de la izquierda reaccionaria: "Odiarás a USA sobre todas las cosas, y a Israel como si fuera lo mismo". Si tuviera que definir este progresismo de doble moral, lo haría usando su propio concepto de solidaridad: un concepto bizco, que llora por un ojo a las víctimas que le gustan, y por el otro disculpa a los asesinos que no le disgustan.

Por supuesto, estoy a favor del pensamiento crítico con el accionar norteamericano, y practico esa convicción tanto respecto de su política en la región como en el caso de Irak. Pero el pensamiento crítico es un compromiso integral, que no permite extrañas ambigüedades. El problema de los Mafaldos no es contra quién luchan, sino contra quién no luchan ni levantan banderas. Subidos al orgasmo permanente de la caza al yankee malvado y al perverso israelí, se les escapan vivos todos los dictadores del planeta. Es decir, les preocupan más los errores de los demócratas que las locuras de los tiranos.

Hablé de traición moral. Permítanme. Traición a las mujeres que viven bajo las tiranías islámicas, sin ningún derecho, abandonadas a su suerte, culpables de no ser esclavizadas por alguna democracia occidental. Su dolor no preocupa a ningún vocero de la izquierda auténtica. No está en el catecismo del buen progre luchar por las víctimas del islam. Traición a la libertad, minimizado el terrorismo nihilista, perdonados los suicidas "jihadistas", reconvertidos en milicianos los fanáticos enloquecidos que matan a decenas de personas en los autobuses de Jerusalén o en los mercados de Bagdad. ¿Se han fijado que si matan americanos o judíos, son resistentes, pero si matan españoles o ingleses, son terroristas? Los mismos. Su mismo totalitarismo nihilista. La misma financiación. La misma tecnología vía satélite, conectada a la Edad Media. Pero distinto rasero.

Traición a la tolerancia, con ese coqueteo desacomplejado con el nuevo antisemitismo que corroe al mundo. Traición a la inteligencia, convertida la ideología en una religión, y las ideas en dogmas de fe. Y, finalmente, traición a la solidaridad, cuya bandera manchan de tanto usarla como munición demagógica. El mundo, sin duda, no vive un tiempo de luz. Pero la izquierda tendrá que preguntarse qué culpa tiene en esa oscuridad. Tanto por las palabras que dice como por los silencios que otorga. ¿No será que los Mafaldos han traicionado a Mafalda?