Las intrigas políticas detrás de la caída del presidente de Cataluña


La inhabilitación de Quim Torra no ha pillado por sorpresa a nadie. Desde el Palau de la Generalitat llevan desde la semana pasada diseñando la marcha del ya ex president y los pasos a dar por un nuevo Govern en el que ERC y JxCat van a estar mirándose de reojo durante cuatro meses. Altos cargos del ejecutivo catalán, además, afirman que el fallo del Supremo "se esperaba para el jueves o el viernes". Y por ese motivo, el presidente Pedro Sánchez decidió no enviar al Rey a Barcelona a un acto de nombramiento de nuevos jueces.

Esa filtración, afirman fuentes del Govern contactadas por LPO España, llegó a los gobierno de España y Cataluña "a principios de la semana pasada". Fue entonces, cuando Moncloa decidió trasladar al Palacio de Zarzuela lo inconveniente del viaje de Felipe VI a la Ciudad Condal. Desde la Generalitat, incluso afirman que el presidente del Supremo Tribunal de España, Carlos Lesmes, "empujó para que la sentencia se conociera coincidiendo" con el acto al que estaba previsto asista el Rey. No obstante, agregan las fuentes, "el anuncio del fallo se pospuso al lunes, aunque el viernes todos en Madrid y Barcelona sabíamos lo que había".

El fallo del Tribunal Supremo inhabilitando al presidente de la Generalitat se esperaba para el jueves o el viernes y por ese motivo, Pedro Sánchez decidió no enviar al Rey a Barcelona al acto de entrega de despachos a los nuevos jueces.

Para entonces, JxCat y ERC -los partidos independentistas que gobiernan Cataluña- habían sentado las bases de la "transición tranquila" de la presidencia de la Generalitat, de Torra a Pepe Aragonés (el primero de JxCat, el segundo de ERC), una vez confirmada la sentencia. 

El presidente del Supremo Tribunal de España, Carlos Lesmes junto al ministro de Justicia, Juan Carlos Campo.

Fuentes del Govern explicaron  que la opción de dejar a Torra con una "presidencia simbólica" se descartó en el seno de JxCat, ya que "no se quería poner en peligro" la continuidad en el poder de Cataluña de la consejera de esa fuerza, Meritxell Budó: "Mantener al ex president en el despacho le podía suponer una inhabilitación a Budó, y es lo último que quiere JxCat".

El republicano Pere Aragonés, por tanto, será presidente en funciones, aunque tendrá en Budó un importante contrapeso en la cúpula del Ejecutivo. Según fuentes de ERC bien situadas en el Govern: "Ni Puigdemont ni Torra quisieron poner en peligro a Budó porque va a ser sus ojos y sus oídos hasta que haya elecciones". Además, recuerdan, "seguirá siendo la portavoz del ejecutivo, por lo que ese foco no lo pierde Junts".

Los integrantes de la coalición independentista reconocer que tras la caída de Torra, el nuevo Govern de Cataluña será "un gobierno partido en dos", ya que los dos partidos que lo integran (JxCat y ERC) van a estar tensionados por las próximas elecciones en las que competirán.

En todo caso, desde Esquerra (ERC) admiten que hasta la celebración de elecciones, el nuevo Govern en funciones de la Generalitat va a ser "un gobierno partido en dos", ya que los dos partidos que lo integran "vamos a mirar ya más a las elecciones, y a los posibles pactos postelectorales, que a otra cosa".


Ese análisis, de hecho, coincide con lo que piensan en JxCat. Los diputados de Junts consultados por este diario recuerdan que, una vez notificada la inhabilitación de Torra, el presidente del Parlament, Roger Torrent, dispondrá de un periodo de diez días para sondear a los diferentes grupos parlamentarios y constatar si se presenta un candidato alternativo. En caso afirmativo, y , sería la decisión de Torrent dar luz verde al proceso o no, si no considera que goce de los apoyos necesarios.

Meritxell Budó y Pere Aragonés, las caras del nuevo gobierno de Cataluña tras la inhabilitación de Torra.

En caso negativo, recuerdan en Junts, se abriría un periodo de interinidad de dos meses, con el hasta ahora vicepresidente Pere Aragonés ejerciendo como presidente en funciones. En este tiempo no podrá convocar elecciones, ni remodelar el Govern, ni aprobar proyecto de ley, pero sí decretos legislativos. Además, el Govern en funciones deberá someterse a sesiones de control en el Parlament y esto es lo que más temen en JxCat. Los republicanos podrán impulsar normas y ser mucho más visibles que ahora, en segundo plano desde la Vicepresidencia. Fuentes de JxCat confirmaron a LPO que "se ha hablado de este tema" y de cómo pueden seguir manteniendo la actividad para no perder esa visibilidad en el Parlament y entre la gente.

Los diputados de Torra aseguran que tras su inhabilitación, y con el 1-O a tres días vista, habrá "agitación" en las calles y aseguran que desde la ANC también se impulsarán actividades para que el asunto de Torra no quede en el olvido. Así, ya avanzan que se impulsarán distintas iniciativas para "luchar contra la represión del Gobierno" de España contra Cataluña, poniendo como ejemplo las caídas de Torra y el ex president, Carles Puigdemont.

Pero el temor de Junts es que desde la inhabilitación de Torra hasta la convocatoria de elecciones hay cuatro meses, en los que ERC aprovechará al máximo para hacer campaña, según indican las fuentes consultadas. Algo que es "urgente" contrarrestar. De ahí que la cercanía o no de los republicanos al Gobierno sea sibilina, ya que los de Torra podrían utilizar esa baza para intentar restar votos a su principal rival, que hoy en día sigue primero en las encuestas.

Pere Aragonés, nuevo presidente en funciones, mira a los fotógrafos mientras Torra se despide acompañado de todo el Govern.

El pacto anti-agresión entre las dos fuerzas podría romperse por parte de unos u otros. Las relaciones siguen débiles e, incluso, "inexistentes" en algunos niveles, según desvelan dirigentes de ambos partidos. El pistoletazo de salida comenzó este lunes con el fallo del Supremo. Ahora, se preparan para cuatro meses de campaña electoral.