Coronavirus: Alberto Fernández muestra sus cartas para la post crisis


Alberto Fernández acomoda las piezas para pasar de pantalla. El acto por el 9 de Julio fue un anticipo del escenario que imagina para el país una vez que concluya esta etapa de la batalla contra la pandemia y los convidados son los protagonistas de ese libreto: gobernadores, empresarios y sindicatos. Antes, los había comprometido a apoyar una serie de proyectos legislativos, los primeros pasos del plan de salida de la doble crisis. La experiencia reciente advirtió al gobierno sobre los peligros de avanzar sin chequear los nudos del entramado político que debe sostener cada iniciativa; el Presidente no quiere encontrar otra vez sorpresas a mitad de camino.

Los anuncios concretos deberán esperar, aún, unos días más. En la Casa Rosada no encuentran todavía la forma de hablar del futuro en medio de un presente tan tormentoso. Esperan que a mediados de la próxima semana se vean los resultados de los controles que se comenzaron a aplicar a comienzos de este mes. Se cumpla o no ese pronóstico, antes del 20 de julio Fernández relanzará su gestión. Este modelo de gestión de la pandemia, que dio sus frutos al evitar un colapso social, político y sanitario como en otros países de la región, está agotado. “No es verdad que no tengamos futuro y no es verdad que no tengamos ideas”, dijo hoy, como pidiendo un poco más de paciencia.
Estéticamente hablando, el acto de esta mañana fue todo lo contrario al anuncio de la expropiación de Vicentin. La puesta en escena parece anticipar el Consejo Económico y Social que será parte de ese paquete de medidas que se definen por estas horas entre la Quinta de Olivos y Balcarce 50 y que, en los planes del gobierno, le dará espalda a las iniciativas que presente el Poder Ejecutivo para reactivar el consumo, crear empleo y atender las necesidades urgentes de millones de argentinos que van a seguir requiriendo asistencia directa del Estado por varios años. El Presidente considera que sin consenso amplio es imposible avanzar con las reformas necesarias.

Por eso, también, cree necesario aislar a aquellos sectores de la oposición que no van a comprometerse de ninguna manera en el esfuerzo de la reconstrucción. Los “odiadores seriales” de los que habló esta mañana. “Ninguna sociedad concreta su destino en el medio de insultos, divisiones y fundamentalmente teniendo al odio como común denominador”, agregó Fernández. Fue un mensaje que repitió en privado cuando compartía chocolate y churros con los representantes del G6 (industria, construcción, campo, bancos, comercio y sector financiero) que asistieron a Olivos y que sonaba como una respuesta directa a algunas de las declaraciones que había hecho horas antes Mauricio Macri.
Así como recibió a los empresarios después del acto, con los gobernadores había hablado la tarde de ayer, en una videoconferencia donde les anunció la continuidad del IFE en todo el país y un reparto de la coparticipación via ATN de 10 mil millones de pesos, para reforzar el gasto social. Del encuentro participó, además del ministro de Economía, Martín Guzmán, y el de Interior, Eduardo De Pedro, el presidente de la cámara de diputados, Sergio Massa, que fue el encargado de pedir (y conseguir) el compromiso de todos los mandatarios provinciales para aprobar el primer paquete de leyes que enviará el gobierno: la moratoria fiscal, el canje de la deuda bajo legislación argentina y la ampliación del presupuesto 2019.

En ese contexto, también debe tenerse en cuenta la reunión que tuvo ayer Fernández con Jorge Macri y Néstor Grindetti, intendentes de Juntos por el Cambio, y Juan Zabaleta, el jefe comunal de relación más fluida con el presidente. Son ejercicios de gobierno en búsqueda de una transversalidad que no sea electoral, como la que intentó cuando era jefe de Gabinete de Néstor Kirchner, sino atada a un plan estratégico para el país, con el apoyo de múltiples sectores. El lunes que viene, el Presidente dará un paso más, cuando reciba a los titulares de todos los bloques parlamentarios, oficialistas y opositores. Les pedirá normalizar el trabajo del Congreso para poder avanzar con otros proyectos. El primero va a ser la Reforma Judicial.