Se agrava la situación en Brasil: 55.961 muertos pero la OMS dice que lo peor aún no llegó







Jair Bolsonaro, presidente de Brasil (foto: ANSA)


Brasil concluyó hoy una de las semanas más graves por los números alarmantes del Covid-19, con los gobiernos provinciales perdiendo aprobación de la ciudadanía, mientras el presidente Jair Bolsonaro apuesta con más fuerza por el fin de la cuarentena.
El mandatario apeló este viernes una medida judicial que lo obligó a usar tapaboca en espacios públicos en cumplimiento de una disposición del gobierno de Brasilia para impedir el contagio del Covid-19.

El Consejo Nacional de las Secretarías de Salud, donde están representadas todas las provincias del país, informó en la tarde de hoy que el número de muertos llegó a los 55.961 y los infectados ya suman 1.274.974.
Para la Organización Mundial de la Salud pese a los números altos, Brasil aún no llegó al peor momento de la pandemia que comienza a desembarcar con fuerza en el interior de buena parte de los 27 estados.
La Universidad de Washington estima que Brasil, con contagios en alta y cuarentenas cada vez más leves, puede superar los 166 mil fallecimientos en el mes de octubre.
Este jueves el estado de San Pablo, con cerca de 249 mil infectados, superó a España en número de contaminados, y las autoridades locales reconocieron que en el interior de esa provincia, la más poblada de Brasil, la pandemia avanza aceleradamente. También crecieron de forma agresiva los números de la pandemia en Rio de Janeiro, Minas Gerais y Brasilia, minetras los gobiernos provinciales han perdido respaldo.
El cuadro puede resumirse de la siguiente manera: de un lado la mayoría de los gobernadores defienden la cuarentena y el uso de importantes sumas de dinero para contener el avance del coronavirus.

Del otro lado el gobierno federal opuesto a la cuarentena y destinando recursos a cuentagotas.
En ese contexto la aprobación de las políticas estaduales frente al SARS-CoV-2 es del 44 % según una encuesta de la agencia Datafolha divulgada este viernes.
Ese sondeo mostró una pérdida de 14 puntos porcentuales de apoyo a los gobernadores frente a otra consulta realizada en abril. Para los 2016 entrevistados por Datafolha son "malas o pésimas" las medidas adoptadas por los gobernadores ante la pandemia, mientras en abril sólo el 16 % había reprobado a los gobiernos estaduales. Según la encuestadora la caída del apoyo tiene varias explicaciones, entre las que figura una crisis económica que hace cada vez más difícil que la población respete el aislamiento y la cuarentena.
Por otra parte Dafatolha informó que las medidas del Ministerio de Salud nacional tiene el 33 % de imagen positiva con un desplome brusco frente al mes de abril cuando contaban con el 76 % de apoyo.
Entre abril y mayo hubo tres ministros de Salud: Henrique Mandetta, que ocupó el cargo durante 16 meses, hasta abril, sucedido por Nelson Teich, cuya gestión duró menos de un mes y Eduardo Pazuello, que está al frente de la cartera actualmente.
Los médicos Mandetta y Teich fueron destituídos de sus cargos cuando manifestaron su defensa de la cuarentena y sus reservas sobre la prescripción de la cloroquina a todos los pacientes contaminados con el Covid.
El general Pazuello, que no tiene formación en medicina, apoya el consumo de cloroquina y esta semana defendió, al hablar ante parlamentarios, el levantamiento del asilamiento. Lo mismo fue planteado el jueves por la noche por el presidente Bolsonaro, quien rindió un homenaje a los pacientes fallecidos pero consideró que hay que reabrir los comercios y toda la actividad económica cuanto antes.
Bolsonaro dijo una vez más que posiblemente haya estado infectado con el Covid-19 y pese a ello en los últimos meses estrechó las manos y se tomó fotografías con decenas de simatizantes en recorridas por las calles de Brasilia, encuentros en el Palacio de Alvorada y en actos políticos.
El líder de ultraderecha es uno de los pocos presidentes del mundo que se opone a las medidas para mitigar la dolencia y considera, como lo dijo el jueves a la noche, que es inevitable que el 70 % de la población brasileña se contagie.
Coherente con esa posición Bolsonaro es reticente al uso del tapaboca.
Este viernes el presidente, a través de la Abogacía General de la Unión, apeló una decisión de la Justicia federal de Brasilia en la que había sido obligado a usar el barbijo en espacios públicos, so pena de tener que pagar una multa de 2 mil reales (400 dólares).
Una personas que se presente en público sin barbijo no puede ser acusada de afectar "el principio de moralidad y (ni de afectar) la salud pública", alegó la Abogacía General de la Unión. (ANSA).