Gana Netanyahu, y queda un paso de formar gobierno



Triunfo de Netanyahu en elecciones en Israel

El Likud de Benjamin Netanyahu vuelve esta noche para ser el primer partido en Israel con 37 escaños, anulando las predicciones de la víspera y la última vuelta electoral del pasado septiembre.
Su gran oponente, Benny Gantz, líder del centrista azul y blanco, se queda con 32 bancas, según los primeros boca de urna emitidos por el Canal 13 al cierre de las urnas.
Sin embargo, el bloque de derecha se detendría en 60 asientos, mientras que la mayoría de la Knéset es de 61. El mismo quórum tendría el centro-izquierda si Avigdor Lieberman con sus preciosos 8 asientos decidiera unirse a Gantz, alcanzando así 60 asientos.
El juego de estas elecciones -las primeras desde la aparición del coronavirus en Israel, con 18 escaños especiales dedicados a los más de 5.600 israelíes en cuarentena- parece en tanto estar bloqueado incluso si, innegablemente, el resultado de esta noche -si se confirma con datos reales-, es un triunfo para Netanyahu, quien el 17 de marzo enfrentará un juicio por graves cargos de corrupción, fraude y abuso de poder. La imagen que sale de la votación -confirmada también por otras bocas de urna- parece en tanto más segura que en las elecciones anteriores, pero aún no es claro, incluso si es posible que del conteo real pueda salir aquel escaño que actualmente falta a la derecha. O en las negociaciones con los partidos que seguramente Netanyahu comenzará en los próximos días para traer a casa aquel único banco que en este momento lo separa de la victoria completa, y sorprendente, que la tercera votación en un año lo ha regulado.

Otro dato relevante en Israel es la alta afluencia registrada esta vez (la más alta desde 1999) respecto a las últimas dos votaciones: se logró derrotar tanto la apatía como el miedo al contagio del coronavirus.

Por lo tanto, es más probable que surja un nuevo gobierno del resultado de esta noche. Para estigmatizar lo que habría sucedido si hubiera asistido a una cuarta elección, fue, por otro lado, el mismo presidente, Reuven Rivlin, quien no dejó de demostrar, inmediatamente después de la votación, "vergüenza" por la caída de tono de la campaña electoral que acababa de terminar. "Normalmente este debería ser un día feliz, escribió en Twitter, pero yo no tengo ningún sentido de celebración. Estoy profundamente avergonzado de ustedes, ciudadanos de Israel".
"No nos merecemos -había advertido- otra campaña electoral tan terrible y sucia como la que terminó hoy. No merecemos otro período de inestabilidad interminable. Nos merecemos un gobierno que trabaje para nosotros. Así que le pido ir a votar".
Palabras a las que hizo eco Benny Gantz, el principal retador del primer ministro. "Espero que a desde hoy -dijo- comience un proceso de curación y que podamos comenzar a vivir juntos uno al lado del otros".

A decir verdad fueron todos los líderes, desde Netanyahu a Gantz, a invitar a los electores a las urnas en el intento de desbloquear el callejón sin salida y dar una respuesta clara para formar el nuevo gobierno. Un llamado que tuvo en cuenta también el coronavirus (12 los casos en Israel, del cual uno está curado).

Netanyahu había resaltado que "no hay nada por temer" porque "hacemos todos lo debido para cuidar la salud". Por lo tanto, se estableció 18 escaños para los israelíes en cuarentena. Y el horario de apertura se extendió de 17 a 19 horas (15 y 17 GMT) para permitir que todos votaran, dadas las colas que se formaron debido a la lentitud con la que se llevaron a cabo las operaciones de votación para los diversos procedimientos de seguridad utilizados, incluidos el uso de desinfectantes.