Los dos mensajes de Merkel para Argentina


El encuentro cordial entre ambos mandatarios ocurrió el lunes


El encuentro que mantuvo el presidente de Argentina, Alberto Fernández, con la canciller alemana, Angela Merkel, tiene varias lecturas posibles y lleva a pensar en un análisis más profundo respecto de cuáles son las motivaciones de una y otra nación para destacar el vínculo. En particular, hay que pensar en cuál es la agenda que le importa a Alemania para poder entender por qué le interesa Argentina.

En términos económicos, lo que Argentina puede aportar a Alemania no es voluminoso, por lo cual hay que avanzar en considerar, si en términos de relaciones comerciales no es tan significativo, cuáles son los otros aspectos por los que Alemania tiene interés. Y bastante.

Merkel habló del interés por invertir y dijo: "Sabemos que Argentina no se encuentra en una situación económica fácil, y por eso es importante que hablemos de nuestras relaciones económicas también y pensar cómo desde Alemania, desde Europa, podemos apoyarle, y ayudarle". La mención a las inversiones no debe ser soslayada. Es importante, pero, ¿a qué se refiere?

Hay recursos que tiene Argentina que resultan muy atractivos para Alemania. Por ejemplo, el litio y también el impacto que puede proveer la obra pública, por ejemplo en puertos.

Pero sería insuficiente reducir la cuestión de los vínculos a un tema comercial porque se pueden encontrar razones que se explican más desde la política, o desde la geopolítica.

La Unión Europea y Alemania están compitiendo con China en América latina, y ese es un tema relevante. Porque América latina, teóricamente, no es parte de la agenda del bloque. Pero como la competencia con China creció mucho en los últimos años, se transforma en un elemento clave de su política exterior.

Para Alemania, en especial, porque más allá de ser una potencia económica y exportadora quiere posicionarse a la misma altura que otras potencias de su calibre, como China, Rusia y Estados Unidos. Estos tres países, por ejemplo, tienen poder de veto, ya que integran el Consejo de Seguridad en forma permanente. Y Alemania, no.

En este sentido, la necesidad de cooperar es a veces también tener una agenda común, trabajar en conjunto en los distintos foros internacionales. Es parte de la estrategia alemana para equiparar poder y no estar en una posición de desventaja frente a otras potencias.

La visita de Alberto Fernández a Berlín y la atención que le dispensó el gobierno de Angela Merkel deja entonces varios mensajes: inversión, pero también multilateralismo. Son los dos escenarios, los intereses que hay que estar observando para entender por qué ahora Alemania pone el ojo sobre Argentina.