Las 'dos caras' de Podemos: la fortaleza institucional contra la debilidad orgánica

La formación morada afronta la muy probable entrada al Consejo de Ministros frente a las acusaciones de los abogados despedidos por "irregularidades".


Podemos vive en una auténtica paradoja: una fuerte debilidad orgánica como consecuencia de tensiones internas y a la vez una cómoda presencia institucional. La formación morada sufre otra convulsión más en su estructura orgánica con la polémica por las denuncias contra la dirección de la antigua encargada de Cumplimiento Normativo, Mónica Carmona, que además advierte de "graves irregularidades" en cuanto a la financiación, material laboral y limpieza en primarias. El partido la expulsó a ella y al ex-Delegado de Protección de Datos de Podemos, José María Calvente, por investigar esta situación, según denunciaron los afectados.

Calvente ha rechazado las acusaciones de "acoso sexual" que se han utilizado como "excusa" y asegura que se trata de un "vil montaje" de la dirección para desacreditarle. Por su parte, Carmona explicaba en una carta interna publicada por LPO que los despidos se deben "exclusivamente a una torpe estrategia de represalia de la Gerencia y de la Secretaría de Organización Estatal por exigir el cumplimiento de la ley y por no aceptar la investigación honesta, discreta y profesional de las irregularidades detectadas".

En el texto, explica que tanto su despido como el de Calvente y su cese "es un grave acto de represalia y posibles coacciones porque estábamos investigando graves irregularidades de Podemos en materia de Protección de Datos y de Cumplimiento Normativo Penal y en los que se verían envueltos varios cargos internos y que conllevaría graves perjuicios para el partido". A esta polémica surgida los últimos días, se suma la dimisión de once miembros de Podemos Baleares por la deriva "errática" del partido.


¿Partido de futuro?

A su vez, Pablo Iglesias está a punto de convertirse en el socio menor del que previsiblemente será el primer gobierno de coalición en España, mientras forma parte de distintos ejecutivos autonómicos de izquierdas, como es el caso de Aragón, las Islas Baleares o la Comunidad Valenciana. Asimismo, ocupa cuatro sitios en la Mesa del Congreso gracias a un pacto con nacionalistas e independentistas, que sirvió para arrebatarle una silla a Vox. Llama la atención, porque su formación ha conseguido grandes cuotas de poder a la vez que sufre constantes desgajes internos.

Podemos también es muy resistente en las urnas, puesto que consigue mejores resultados que los que les otorgan los sondeos. De hecho, otra de las crisis más graves que ha sufrido la formación morada en su historia más reciente ha sido la escisión de todo el errejonismo hacia Más País a las puertas de la repetición electoral del 10-N. Incluso la dirección murciana anunció su dimisión y su inclusión en el partido que impulsaba Íñigo Errejón. A pesar de ello, el ex-miembro morado se estrelló con solo tres diputados y la irrelevancia en el grupo mixto, mientras Iglesias sobrevivió con 35 y se situó como cuarta fuerza parlamentaria.