El 2019 fue otro año de destrucción de valor para los activos argentinos: cayeron hasta 76,5% en dólares

El año que finaliza deja como resultado una pérdida de valor de enorme magnitud para las acciones argentinas y los bonos, que cotizan tanto en Buenos Aires y como en Wall Street: sufrieron caídas de hasta el 76,5% en dólares.


El 2019 será recordado por siempre en la historia del mercado local, y no por buenos motivos precisamente. Producto del shock bursátil que causó la estrepitosa derrota electoral del entonces presidente Mauricio Macri en las PASO de agosto, ante el actual mandatario Alberto Fernández, el año que finaliza deja como resultado una pérdida de valor de enorme magnitud para las acciones argentinas y los bonos, que cotizan tanto en Buenos Aires y como en Wall Street: sufrieron caídas de hasta el 76,5% en dólares. A su vez, el S&P Merval cedió 30% en dólares, con su peor baja diaria de la historia - y la segunda en los mercados mundiales - el 12 de agosto-: se desplomó 49% en moneda estadounidense. Por su parte, el riesgo país se duplicó, los títulos cotizan a paridades del 50% y el carry trade perdió 16%.

Y todo a pesar de la reciente parcial recuperación ocurrida en diciembre, de la mano del mega paquete fiscal impulsado por el nuevo ejecutivo, que aleja la posibilidad de default en el corto plazo y ofrecen un mayor margen para negociar con los tenedores privados de la deuda argentina.

Inicialmente, la esperanza del mercado era que este año fuera mucho mejor que el anterior: 2018 había sido para el olvido por una crisis de diversas causas que había azotado las carteras de inversión de la peor manera en una década. Pero 2019 estuvo exactamente en las antípodas de las expectativas y la decepción fue mayúscula. “Hasta agosto, la incertidumbre electoral fue un factor común que contaminó con volatilidad a todos los activos financieros. El quiebre de las PASO y el desenlace de octubre aceleraron la erosión”, describió Nery Persichini, jefe de estrategia de GMA Capital.



Sergio Morales, presidente de CELAI, divide la performance bursátil local de este año en tres sub-periodos: “Una primera parte, caracterizada por una marcada volatilidad a raíz de la incertidumbre electoral. Un segundo período post-PASO, luego del fuerte ajuste cambiario y en los activos financieros, determinado por la estabilidad de la transición. Y finalmente, una tercera etapa de alza generalizada del mercado, a medida que se iban conociendo las medidas económicas y los anuncios fiscales para reducir el déficit”.

Tras las PASO y el consiguiente cimbronazo financiero, el gobierno saliente se vio obligado a reperfilar los vencimientos de Letes y Lecaps y a implementar un cepo que, luego de la previsible derrota electoral de octubre, debió endurecer (solo permitió la compra u$s 200 por mes y por persona) para llegar a entregar el mando en tiempo y forma el 10 de diciembre.

Así, el mercado sintió fuerte el impacto post PASO con una macro endeble, que sufría una importante caída de la demanda de dinero y de los depósitos en dólares, y a la par con el peso volviéndose a devaluar frente al dólar, llevando a la inflación a ubicarse en niveles muy elevados, en torno del 55% (marca inédita en casi tres décadas)

“Hubo mucha incertidumbre por la volatilidad política, con escenarios disruptivos cómo fueron las PASO, que deterioró fuertemente la confianza y generó pérdidas diarias de una magnitud nunca vista antes en el mercado argentino. Realmente fue un mazazo para las expectativas del inversor”, resaltó Diego Martínez Burzaco, director de MB Inversiones.
Acciones

El mercado de renta variable claramente se vio afectado al contexto económico y político. En pesos, el S&P Merval acumuló en 2019 una suba del 37,6% (gracias a la fuerte recuperación del 20% de diciembre). Pese a esa cifra nominal positiva, el resultado es una caída en términos reales, dada una inflación casi 20 puntos porcentuales por encima de esa variación.

Con ciertos reparos sobre las restricciones para girar dividendos, Argentina logró mantenerse como mercado emergente en la última revisión de MSCI, que decidió extender unos meses más su consulta sobre la clasificación de nuestro país. Mientras, la salida de cotización directa de las acciones de Petrobras y Tenaris (ahora sólo lo hacen en forma de Cedear) dejaron al mercado con cotizantes exclusivamente locales, consignó un informe de Tavelli.

Así las cosas, los ADRs argentinos que cotizan en Wall Street anotaron descensos de gran consideración: los más castigados fueron los papeles de de Edenor (-76,5%); los del Grupo Supervielle (-57%); los de Transportadora Gas del Sur (-51,7%); los del BBVA (-50,2%); y los de Pampa Energía (-47,2%).

En la bolsa porteña, por su parte, los retrocesos fueron liderados por los activos de Edenor (-53%); Caputo (-44%); Metrogras (-39%); Distribuidora de Gas Cuyana (-36%); y del Grupo Clarín (-33,1%).

Más allá del contexto negativo, siempre aparecen algunas perlitas que lograron “salvar la ropa”. Así, las subas las encabezaron las acciones de Longvie (+180,8%); del Grupo Financiero Valores (+180,1%); de Endesa Costanera (+124%); de Mirgor (+105,1%); y de Ternium (+104,4%), consignó Tavelli.

“Además del Grupo Valores y de algunas empresas de menor capitalización bursátil y liquidez que subieron y en algunos casos fuertemente, ha sido un año para el olvido, después del duro golpe del 12 de agosto y a pesar de la recuperación de diciembre. Las bajas se concentraron en las utilities, con el problema del congelamiento por 180 días de las tarifas que acaba de decretarse. Y un manto de dudas respecto a la inversión futura”, sostuvo Gustavo Neffa, director de Research For Traders.

En la misma línea, Rafael Di Giorno, director de Proficio Investment, recordó que “las empresas del rubro energético necesitan financiación a gran escala, que sólo se consigue en moneda dura”. Por eso, “si las tarifas se van atrasando mucho en términos de dólares, estas empresas tendrán dificultades financieras y vendrán las cancelaciones de inversiones, pedidos de subsidios, etc, carcomiendo el precio de dichas acciones”, advirtió.
 
Más allá del duro golpe, el mercado local permitió hacer un trading importante encontrando los puntos correctos de entrada. Por caso, en diciembre, se destacaron las subas de Banco Hipotecario (+55,8%); del BBVA (+46,7%); de Mirgor (+40%); de Banco Macro (+39,8%); y de Rigolleau (+38%). “El mercado argentino no es sinónimo de comprar y mantener, como sucede en otros mercados más estables, sino que requiere encontrar los momentos exactos para entrar y salir. El S&P Merval históricamente se movió en un rango donde la oportunidad de compra se presenta en torno a los 300 dólares, y la oportunidad de venta o de salida en torno a los 900 dólares”, reflexionó Neffa. El panel líder terminó el 2019 en unos 560 dólares, medido en contado con liqui.
BONOS

En cuanto a la renta fija, y producto de los desplomes registrados en sus precios por el efecto PASO, los bonos argentinos tuvieron en 2019 la particularidad de dejar de cotizar por rendimiento para pasar a operarse por paridad. “El riesgo de inminente default y los reperfilamientos de Letes y Lecap condujeron a que las operaciones con títulos tuvieran una lógica de distress. Empezaron a pesar los arbitrajes jurisdiccionales (ley local vs. ley Nueva York) y las expectativas de un canje respecto de las paridades (que llegaron al 30%)”, consideró Persichini.

El mercado de renta fija se mantuvo con cierta estabilidad hasta las PASO, cuando sufrieron un derrumbe que se extendió hasta noviembre inclusive. Los títulos locales, sin embargo, mostraron una recuperación en diciembre, expectante sobre la negociación de la deuda.

Los bonos más operados en dólares, como el Bonar 2024 (AY24D), y el Bonar 2020 (AO20D) acusaron pérdidas de 57%, y de 53%, en moneda dura. A su vez, el Cupón del PBI en dólares, bajo ley argentina, registró una baja del 40,8%.

La contracara fue una disparada fenomenal del riesgo país argentino. Previo a las PASO, el sobrecosto financiero argentino registraba 872 puntos, solamente 80 unidades por encima de los valores de fines de 2018. Luego de la sorpresa electoral, el spread se catapultó y llegó a 2.531 puntos a fines de agosto, indicó un informe de GMA Capital. A pesar del rally de diciembre, el riesgo país culmina en la zona de los 1.740 puntos, más del doble que hace un año.

“El mercado fue invirtiendo en Letes hasta la fecha de las PASO pero la desconfianza hizo que los inversores no renovaran letras tras las primarias, al punto de que el gobierno tuviera que apelar a un rolleo forzado de dichos títulos. Esto se podría haber evitado si se hubiera pagado una prima de 200 puntos básicos para completar el calendario anual de financiamiento en los días donde había más fondeo, pero primó el optimismo y se quiso evitar pagar ese ´seguro´, comentó Di Giorno.

Los rojos de las variaciones anuales en activos de renta fija contrastaron, de todos modos, con los fuertes repuntes de diciembre, sobre todo de los títulos en pesos. Por ejemplo, el Cupón PBI en moneda local se revalorizó 48,3%; el Discount en dólares bajo ley de Nueva York trepó 42,2%; el PR13 ganó un 37,3%; y el Cuasipar subió un 36,4%.

Una mención especial para el carry trade en 2019. “La estrategia de posicionarse en pesos para buscar un retorno en dólares vía una apreciación cambiaria recibió otro golpe. Tras haber cedido casi un 29% en 2018, este año perdió casi 16% en dólares sobre la base de rendimientos en pesos a tasa BADLAR y la evolución del CCL. De haber contemplado retorno con Lecap, las pérdidas habrían sido mayores debido al reperfilamiento”, agregaron desde GMA Capital.