José Ignacio de Mendiguren : "No se puede cobrar el sueldo de La Matanza y pagar el pan como Francia"

El diputado y referente de la UIA José Ignacio de Mendiguren promueve un consejo económico y social para que empresas y gremios debatan cómo estabilizar el país.



Por Mauricio Cantando


José Ignacio de Mendiguren renovó su banca de diputado en 2017 por el Frente Renovador y aunque asegura que quiere cumplir su mandato, en el peronismo brotan rumores sobre un posible desembarco en un gabinete de Alberto Fernández.

Lo mencionan como ministro de Producción o a cargo de un Consejo Económico y Social, un organismo similar al que funciona en España con la tarea de definir entre empresarios y gremios cómo repuntar cada sector de la economía.

Sería la continuidad del consenso económico para definir precios y salarios por 180 días que Fernández negoció con la UIA y la CGT en Tucumán, pero con objetivos más ambiciosos como producir más, frenar la inflación y que el sueldo alcance, porque "si no recuperamos poder adquisitivo, no salimos más".

-¿En qué consiste el consenso económico y social anunciado por la UIA y la CGT en Tucumán?

-Que haya existido es importante y también la definición de Alberto Fernández sobre una alianza con la producción, que será un Gobierno que se pondrá delante de las medidas económicas, no de las financieras, sino de aquellas que pongan de pie a Argentina. Fue muy importante una definición política. Es similar a 2002.

Un acuerdo de precios y salarios y un consejo económico y social son cosas distintas. Lo peor que podría pasar es que un consejo económico y social termine siendo una paritaria ampliada, lo cual no quiere decir que no haya que hacerla en algún momento. Pero no dentro de este instrumento.

En el corto plazo estos acuerdos sociales y económicos son importantes porque el Gobierno tiene claro que se trata de poner plata en el bolsillo a la gente, darle mayor poder adquisitivo al salario. Es clave, porque es imposible seguir sosteniendo que uno arregla lo macroeconómico decreciendo, sin crecer.

Este es el primer modelo que dice que para bajar la pobreza hay que aumentarla. Entonces nosotros estamos convencidos que es creciendo que se resuelve la pobreza y se sanea la moneda. Y para crecer tiene que haber mercado. Resulta vergonzoso decirlo porque es obvio. Mercado es poder adquisitivo del salario y si logramos que por lo menos el salario en los primeros 18 meses recupere la fuerte caída que ha tenido este año se generará un movimiento en la economía que pasa a ser virtuoso.

Porque nadie que recupera ese sueldo va a comparar bonos del tesoro. Va a consumir y el consumo está gravado, por lo tanto crece la recaudación. Todos sabemos que en una economía que no crece, el déficit fiscal es infinito. Nunca se llega al famoso déficit cero, porque al caer la actividad hay menos recaudación y nunca se llega al objetivo.

-¿Habrá 6 meses de congelamiento de precios y salarios?


-No. Lo que anunció Alberto es un mecanismo y un objetivo: si no se recupera poder adquisitivo del salario no arrancamos y si no arrancamos no hay posibilidad de resolver ninguno de los problemas de Argentina. Y para eso vamos a instrumentar una fórmula que implica administración de precios en algunos casos. Pero siempre teniendo en cuenta que el salario que se recupere no se vaya a la inflación.

-¿Y cómo podría lograrse?

-Hay muchas formas. Por ejemplo las tarifas. Se está trabajando en un proyecto de no aumento de tarifas por un período. Se está hablando de desdolarizar la economía argentina.

La tasa de interés también repercute en un trabajador aunque no se haya endeudado, porque lo que come y lo que se viste tiene la tasa adentro. Y si se financió con la tarjeta paga 120% anual. En la medida que cambiemos eso, mejoramos el poder adquisitivo.

Hay que mejorar el poder adquisitivo del salario pero sin que se vaya a la inflación. Ya hay un proyecto para congelar las tarifas por un período y de desdolarizar la economía argentina.

-¿Las paritarias seguirán siendo libres o se ajustarán a la fórmula de la que habló?

-Ese tema no le hemos visto. Con el Frente Renovador lo teníamos resuelto con 100 puntos. Las paritarias deberían ser libres, pero debería haber un acuerdo de 180 días marco donde todos veamos los resultados detrás de lo que vamos.

Es difícil que uno le pida a un trabajador que firme por debajo de la inflación y tampoco lo podemos garantizar si subimos salarios nominales y se los come la inflación. Lo que nos importa es el poder adquisitivo. De nada le sirve a un trabajador tener más plata en el bolsillo si con eso compra menos cosas. Es un desafío difícil, que lo vamos a lograr

-¿Cómo lograr congelar sueldos de alimentos si una paritaria puede ser excusa para subirlos?

-Acá hay un tema profundo de resolver en un Consejo Económico y Social: Argentina exporta lo que come. Los chilenos no se comen el cobre y cuando sube festejan todos. Si hay una suba internacional de los precios de lo que exportamos estamos en una crisis interna.

Es un debate, un tema de fondo cómo hacemos parar compatibilizar esta situación. Se hace teniendo un precio promedio a exportador y mercado interno.

-¿La junta de granos que propuso Solá es una opción?

-Yo no voy a discutir ese instrumento, lo que yo planteo es que Argentina tiene este problema. A esa mesa cada uno llevará su propuesta. Pero lo que no podemos comprender es que los argentinos cobremos el sueldo de La Matanza y paguemos el plan como los franceses.

Eso requiere una solución consensuada. Hay muchos países que lo han hecho. Hay problemas que Argentina tiene hace tiempo y los resuelve mal, pendularmente, yendo de un extremo al otro.

-¿Cómo se puede bajar la inflación en Argentina?

-Yo soy industrial y lo veo de una sola forma. El problema de la economía uno te dicen que es el gasto público, pero para mí lo más importante es la producción. Si entramos en déficits estructurales es porque le vendemos al mundo lo que vale poco y le compramos lo que vale mucho. En Argentina un período de crecimiento es un velorio porque todo lo que gana no te alcanza para lo que gastas. Entonces que viene la famosa restricción externa, la crisis por falta de dólares.

Y aparecen dos clubes: el de los devaluadores, que es un disparate y no se arregla nada. Y el de los endeudadores, que dicen hay un déficit vamos a conseguir la plata para financiar. Bueno ahora tuvimos los dos juntos.

El crédito no es ni bueno ni malo. Es como un cuchillo: sirve para comer o sirve para matarte. Si es para transformar la matriz productiva y para no caer más en esa restricción externa, es una inversión. Si traemos la plata para tapar el agujero sin corregir la causa crónica de que falten dólares lo único que fabricamos es el próximo default.

Es decir, estoy tirando para adelante un problema que se va a agudizar no que se va a arreglar. La solución es cambiar la matriz productiva. Argentina exporta cuero e importa zapatos, exporta trigo importa fideos, exporta porotos de soja y traemos proteínas. Exporta el 10% de la minería chilena.

Argentina vende sus cereales en la primera escala: el 85% del trigo que producimos lo vendemos a granel, a 180 dólares la tonelada. La agregada de valor de harina llega a 450 dólares y más empleo. Pastas y galletita a 1600 dólares la tonelada. Estos son los temas de un consejo económico social. Hoy el mundo gana más plata con nuestra producción que nosotros.

Cuando un europeo ve un grano de maíz ve proteína y combustible y tiene la plata pero no el grano, que requiere tierra y agua. Explíquenme cómo en el país que tiene lo que los demás tienen hay un 30% de pobres y le entrega a los demás lo que les hace falta.

-¿Cuánta responsabilidad hay en los industriales en no haber podido agregar valor?

-Desde que el mundo es mundo las guerras son por donde se agrega el valor. Los países desarrollados nos dan el rol de productor de recursos naturales. Quieren nuestro lodo con oro, nuestro poroto de soja; y en (el yacimiento de shale oil) Vaca Muerta quieren nuestro gas y no el producido del polo petroquímico más grande de América del Sur.

Yo los felicito, pero el tema es que queremos hacer nosotros. A China el 85% de lo que mandamos es poroto de soja, el 85% de lo que le compraos es mano de obra de China. ¿Eso es insertarse el mundo?

Tenemos que exportar 15 millones de argentinos, porque este modelo cerraba en el siglo 19, no cierra ahora. O tenemos que decir con total claridad que el modelo de Argentina cierra a fuerza de salarios bajos. Estas son las definiciones claves que hay que tener en un Consejo.

Para poder dar esta batalla hay que entender que nuestro enemigo es el subdesarrollo y para eso que hace falta unidad del campo nacional. Es una batalla que hay que dar. Antes venían con los ejércitos, ahora usan algunas universidades que enseñan nos venden el modelo.

-¿La concentración de la economía no es una de las causales de la inflación? Hubo años con superávit gemelos en que los precios subieron igual

-De ahí venían mis grandes peleas con (el ex secretario de comercio interior Guillermo) Moreno. Por eso no digo que no fue una década ganada y perdida. Fue partida. Hasta 2008 Argentina tuvo tipo de cambio competitivo, baja inflación y superávit gemelos con esta fórmula. La industria creció 110%, acumulamos 55 millones de dólares de verdad, cancelamos deuda y crecíamos desendeudándonos. La inflación pasó al 30%, se rompió el Indec que fue otro gran error, el superávit fiscal del 4% pasó a ser déficit y el tipo de cambio competitivo lo perdimos con la inflación.

Pusimos un cepo y lo más serio es que ahuyentamos la inversión, cuando uno tiene una economía que demanda no hay que enfriarla, hay que calentarla inversión.

-¿No cree que hay sectores de la economía que concentran la producción y manejan los precios?

-Es verdad. Yo con Moreno tuve mis serias diferencias porque por no corregir a tiempo el péndulo volves a los 90. Perdimos las elecciones y pasó lo que está pasando.

-¿Cómo se soluciona esa concentración?

-Pensamos en un funcionamiento muy ágil y activo de los tribunales de Defensa de la competencia. Porque está claro quiénes son.

-Pero si en algunos sectores no hay competencia no hay cómo combatirlos

-Bueno, la idea es comparar los precios locales con los internacionales. Hace dos meses estuvimos con Sergio Massa en una empresa muy importante del sector químico y le preguntamos porqué le vendía a un productor chileno más barato que a los locales.

Eso se corrige, se llama los formadores de precios que dejan afuera a toda la cadena. Yo soy textil y hago indumentaria y todos los tejidos no los producen. Queremos una industria textil local pero si el mercado no produce una cadena de lino la tengo que importar. Si no lo importo me importan la camisa.

Otro desafío es cómo lograr que el campo doble su producción. Y de las 55 zonas de mayor futuro minero en el mundo, Argentina tiene 4. Vaca Muerta o el litio pueden darnos vuelta Argentina. ¿Pero qué hacemos? ¿Un gasoducto y lo exportamos como Nigeria? ¿O buscamos el polo petroquímico más importante de América Latina?

Argentina puede doblar su producto bruto, pero puede crecer aumentando la pobreza. Lo que planteamos es que el salario vuelva a participar del 50% del ingreso nacional. Uno puede aumentar un Argentina macrocefálica, que el 55% de la población está en el 2% del territorio; o integrar Argentina. A partir de ahí se plantea el sistema tributario y logístico.

Los impuestos no son solo un instrumento de recaudación sino de política económica, que permite definir qué país tiene. Si uno quiere agregar valor, el sistema tributario debe premiarlo. Si quiero integrarlo, el sistema debe promover radicación en el interior, sino todos quieren estar al lado del consumo. Es en estos debates donde surge cómo se ingresa al mundo, cómo se integra. ¿Queremos vender porotos de soja y maíz?

Macri está contento porque el mundo lo recibió bárbaro. ¿Cómo no lo va a recibir bárbaro si le fue a vender el poroto que no tiene? ¡Que vaya a vender proteína! Ese es el desafío que tenemos que tener en el mercado externo. Esos debates profundos se dan en un consejo económico y social.
-¿Cómo sería el plan para empezar un acuerdo de precios y salarios los primeros meses?

-Yo no estoy en ese plan. Si te puedo decir que en Tucumán quedó claro que hay una decisión política. En 2002 se había roto todo pero había una decisión política. Si hoy el Gobierno sostiene esa tasa de interés no está pensando en cómo levantar Argentina.

-¿Imagina mesas sectoriales para definir cómo levanta cada rubro de la economía?

-Yo lo veo así. No veo una norma general porque hay sectores que tienen para exportar. En el mío (e textil) el salario repercute en el 40% del costo. En otros como el siderúrgico no llega ni al 15%. Y además tiene menos gente, entonces ahí es más fácil esos acuerdos.

-Cristina pidió discutir ganancias y costos de empresas ¿Qué opina?

-Hay un problema de cómo estamos viendo la Argentina. Si uno saca la foto está todo mal, por eso no tenemos una capacidad de pago para la deuda, tenemos puja distributiva. Yo me imagino una Argentina creciendo y ahí toda la discusión es distinta, porque no tenemos que volver a repetir la experiencia. Esta coalición (por Todos) aprendió mucho de sus errores.

-¿Pero cree que hay que revisar costos?

-No soy partidario. Porque cuando las cosas están funcionando nadie gana demasiado porque se cae. Ahora si tenemos un mercado cautivo como dijimos antes y hay una dolarización de las tarifas que se despega de la capacidad de pago de la gente, tenemos que intervenir.

-¿Pudo hablar con Alberto de este tema?

-No, todavía no.

-¿Con sus asesores?

-Si, en los equipos técnicos, con Virginia García (ex senadora) y con Nicolás Trotta, de la UMET. Pero aplicamos los planes que teníamos y Alberto los conoce. Yo soy desarrollista. Si tendría que manejar las Islas Caiman llamaría a (el ex ministro de Finanzas Luis) "Toto" Caputo. Pero este país necesita una cabeza productiva.

Cuando mi empresa tiene un problema si llamo al contador sé lo que me dice: "Apagá la luz, suspendé los diarios, no tomes café". Pero yo llamo a mi gerente de producción para que me diga qué mercados ir a buscar. Ese es el que me dice a donde voy y es el que le falta a Argentina.

De eso se va a tratar un consejo económico y social. Decir: "Argentina puede duplicar la producción de gas, cuantificado, destinar tanto a la producción, etc.".

-¿Un consejo económico puede plantear reconvertir un sector?

-Durante el gobierno de Kirchner fuimos tres veces a España con la CGT y vimos cómo funciona. No es la Moncloa (El pacto de España tras la muerte de Francisco Franco). Se creó con rango constitucional cuando España se preparaba para ingresar a la Unión Europea.

Allí dijeron que hay que crear sectores nuevos, transformar y hasta cerrar otros. ¡Pero no se le pegaba un tiro en la cabeza a nadie! Yo vi como Bilbao que era una ciudad portuaria fue transformada en una cultural.

No hay nadie que pueda decir que Argentina no está en condiciones de producir algo si mantenes esta locura macroeconómica de empresario.

¿No cree que haya que eliminar sectores directamente como pide (el empresario agrícola Gustavo) Grobocopatel?

¡Pobre hombre! Me hace acordar a las señoras gordas de Recoleta que se juntaban en (el café) La Biela a preguntarse "Cómo no ganó Alsogaray". Cada pyme que veo en San Martín la quiero llevar a Harvard. ¿Por qué Grobocopatel no se pone en los pies de ese señor? Es gente pasó por el Rodrigazo, la tablita de Martínez de Hoz, el plan austral, primavera, la hiper y vino el "Mingo" le puso la convertibilidad y lo dejó en 2001. Ponele la estabilidad que tiene su par alemán o español.

¿Crees que le asusta la competencia? Cuando yo me siento con un textil alemán, tiene al lado a Ángela Merkel que le da estabilidad y tasas negativas. Yo voy con Mauricio (Macri) que me puso 50% de inflación, 4 devaluaciones en menos de un año, una presión tributaria más grande que la alemana, la tasa que allá cobran en 50 años me la cobra en uno. ¿Quieren que vaya a jugar al tenis en Roland Garros con una paleta de pin pon?

Yo un día discutía con (el ex ministro de Producción Francisco) Cabrera, un buen muchacho, pero no distingue un bulón de una arandela. Venía de las AFJP. Le dije se están pudriendo manzanas y peras en los árboles y las importamos. Me dijo que no sabía de qué hablaba que era sólo una parte.

Le digo: "Pancho, si yo soy ministro de producción y sé que tengo la tierra más fértil del mundo y los tipos no pueden sacar la manzana me tengo que preguntar qué pasa". Llamás a un perito mercantil y te dice cuánto cuesta el flete, la tasa de interés, la presión tributaria, el crédito. ¿Qué puede hacer ese productor de la finca para adentro?

Si se generan espacios de rentabilidad hay sectores que se autofinancian. Ya lo viví en 2002. Pero sino, las empresas no aceptan ni empleados gratis porque no pueden pagar la luz.

-¿Cuál es la capacidad instalada de la industria hoy y cuánto puede crecer?

-Estamos en el 40% de la capacidad instalada vacía. Hay sectores mejores y peores. Si se logra recrear el espacio de rentabilidad hay muchas pymes que se autofinancian y arrancan. Lo viví en 2002, cuando nos dieron una cuota de 10 mil toneladas de carne y a los dos meses había 1600 trabajadores nuevos en los frigoríficos.

Yo le decía a (ex ministro de Economía Jorge) Remes Lenicov que nadie había pedido un crédito. Por eso la prioridad es generar espacios de rentabilidad, porque sino aunque me regales la plata no la tomo. Si no crezco aunque me digas ‘no pagas salarios' no tomo a nadie porque me cuesta la luz.

-¿Se imaginaba hace unos meses compartiendo un espacio con Cristina Kirchner y Axel Kicillof?

-Si.

-¿Por qué?

-Yo cuando presidí la UIA tuve excelente relación con Cristina. Después tuve mis diferencias con (Guillermo) Moreno, porque estaba convencido que nos llevaba a perder y a volver a Cavallo. Pero tuve buena relación con Kicillof en el Congreso. Trabajamos juntos hace 4 años. Hicimos un pacto: no hacer política partidaria sino industrial.

Porque además necesitamos hacer docencia. Es inexplicable que en Argentina tanta gente apoye a quienes nos venden la soga que nos ahorca. Cuando veo pymes todavía hablar de Macri no lo puedo creer. Es un tema ideológico. Trabajamos bien. Ideológicamente, Argentina tiene hacer una raya al medio: los que estamos con el desarrollo nacional y los que están con el subdesarrollo. Y después definimos nuestras diferencias de adentro. Lo primero es la unidad.

-¿Imagina a Massa presidiendo en Diputados?

-Sí, creo que va a trabajar bien en la construcción de consensos. Porque estoy convencido de que el próximo Gobierno tendrá que tener capacidad para crear consenso. El actual no sabe consensuar nada. Y este espacio demostró eso. Cristina le ofreció cargos a gente con la que tuvo diferencias.

-¿Massa va a ser el constructor de consensos?

-Trabaja en eso y se complementa bien con Alberto.

-¿Y Cristina?

-Fue la primera en hablar de industrializar la ruralidad. Yo hablé mucho con ella y salvo esos desvíos de los últimos tiempos en el resto coincido. Yo discutí mucho el tema de integración de China, que tiene dos debilidades: la minería y la agroindustria.

Cuando fui ministro de Producción viajé a China pero con Sergio Amaral, que era el ministro de Desarrollo de (el ex presidente de Brasil Fernando Henrique) Cardoso. Fue la única vez que los dos Gobiernos juntos íbamos a negociar con el gigante del mundo.


Argentina y Brasil reúnen el 35% por ciento de la proteína vegetal de mundo. Brasil es el segundo productor de mineral de hierro del mundo. En la zona tenemos el 55% de las reservas de litio del mundo. Entre los dos países podemos producir 5 millones de autos por año. Esa es la forma de negociar con China. Que nos presten yuanes no tiene sentido.

-Como el swap de Cristina y Macri

-Me opuse y Cristina me criticó. Tuvimos diferencias y la vamos a volver a tener. Es bueno que imitemos a Chile y Uruguay y hagamos coaliciones de Gobierno. Me vuele a entusiasmar que esta vez seamos capaces de salir del subdesarrollo.