Trump y Johnson lideran las nuevas tribus políticas radicales

 
Usted es un republicano estadounidense promedio a principios de 2015, siempre vota como republicano y, el resto del tiempo sigue con su vida cotidiana. Obviamente, las diatribas de Donald Trump acerca de los "violadores" mexicanos y sobre la planificada prohibición de la entrada de los musulmanes al país son desconcertantes, pero tal vez simplemente representan su retórica de campaña. Su voto resulta ser tu rito de iniciación en una nueva y radical tribu.

En 2019 respalda a un presidente que llama a los supremacistas blancos "muy buenas personas"; que ordena que los niños pequeños migrantes sean retenidos en jaulas separados de sus padres; y que les dice a unas congresistas de color que regresen a su país de origen. De alguna manera, "ha sido parte".

O usted es un británico promedio en 2015. No le gusta Bruselas, pero rara vez piensa en ello. Cuando se le pide opinión, vota a favor de dejar la UE. En 2019 respalda a Boris Johnson para que suspenda el parlamento y se lance al abismo con un Brexit sin acuerdo.

En ambos países, se formó una nueva tribu dominante, que luego se radicalizó. Esto no era inevitable. Los líderes de cada tribu no sólo intuyeron lo que sus seguidores querían, también llevan a sus seguidores en una dirección que la mayoría nunca hubieran imaginado.

El almacenamiento de datos y la universalización de la vigilancia convierten a las personas en entidades cada vez más conocidas y menos anónimas. Pero ya comenzó el contraata ...

Trump no reveló una tribu existente, creó una. Convirtió a la tribu republicana existente —más del 90% de sus miembros votaron por él — en una tribu de Trump. Es cierto que lo está haciendo recurriendo a tradiciones racistas que son tan antiguas como EE.UU.

"Envíalos de vuelta", por ejemplo, es una frase diseñada para decirles a los inmigrantes, o a los nacidos en EE.UU. pero que no son de raza blanca, que no son "verdaderos estadounidenses".

Existen otros caminos en la historia estadounidense, otras direcciones. La mayoría de los republicanos habían votado por presidentes a favor de los inmigrantes, como George W. Bush y Ronald Reagan, y muchos no tenían firmes opiniones sobre la inmigración antes de que Trump irrumpiera en el escenario político. Es probable que se hayan preocupado más por los impuestos, por el aborto o por la atención médica privada.

En otras palabras, un líder con excepcionales habilidades de comunicación puede alterar la mente de sus seguidores, de la misma forma que un buen anuncio publicitario puede hacer que ansíes algo que nunca antes había considerado. Trump se comunica tan poderosamente que incluso también ha creado una tribu enemiga: él ha hecho un mejor trabajo movilizando a los liberales estadounidenses que cualquier líder liberal en la historia de EE.UU.

La formación tribal en el Reino Unido es más revolucionaria: una nueva tribu de quienes están a favor de salirse de la UE desplazó a la antigua tribu conservadora. (cuatro de cada diez conservadores votaron para permanecer dentro de la UE en el referéndum). La "tribu de salirse" no tiene un evidente líder: Boris Johnson y Nigel Farage compitieron por el control desde 2016. Pero los de la 'tribu de salirse', y su contraparte, la 'tribu de quedarse', eclipsaron todas las identidades tribales anteriores: actualmente, más británicos se identifican como parte de una de las tribus que con cualquier partido o religión.

Todas estas nuevas tribus ayudan a salvar a sus miembros de la soledad. En nuestras atomizadas sociedades, cada vez hay más adultos que son solteros, que no se identifican con sus trabajos, y que no pertenecen a una clase económica clara, a una agrupación religiosa o a un sindicato. Especialmente para las personas de la edad de Trump que viven solas con sus televisores, las nuevas tribus proporcionan una comunidad de almas gemelas.

Las tribus no priorizan la legislación; quienes están a favor del Brexit no ejecutan ninguna política, y Trump no muchas, aunque los jueces que nombraron para la Corte Suprema moldearán a EE.UU. durante décadas, particularmente al bloquear las regulaciones ambientales. Para la mayoría de los miembros tribales, las tribus funcionan sobre todo como movimientos culturales, comparables con el punk en la década de 1970 o con la actual subcultura "incel" (acrónimo de "celibato involuntario") de hombres jóvenes iracundos.