Por deuda, fuga y remisión, el déficit de divisas del 2020 llegará a US$20.000 M

Con el mercado de crédito cerrado, la demanda de dólares supera por mucho a la oferta




Durante el año que viene, el Gobierno que haya ganado las elecciones del 2019 deberá enfrentar una coyuntura externa por demás compleja, incluso más grave que la debía sortear Cambiemos durante este año antes de conseguir que el FMI le permitiera usar las reservas con cierta discrecionalidad. Y es que, entre vencimientos de deuda, fuga y remisión de utilidades, por un lado; y balance comercial positivo, roll over y últimos desembolsos del Fondo, por el otro, la demanda de dólares proyectada supera a la oferta por US$19.219 millones.

Algo similar a lo que mostraban, hasta fines de abril, los números del 2019. A mediados de ese mes, el presidente del BCRA, Guido Sandleris, reconoció en una conferencia de prensa que la oferta de dólares iba a totalizar US$15.000 millones. Al mismo tiempo, sólo por el lado de la fuga, la demanda prometía trepar al menos hasta US$25.000 millones, lo que evidenciaba grandes complicaciones cambiarias que adelantó BAE Negocios. Dos semanas más tarde, el BCRA confirmaba la existencia de los problemas al comunicar que el organismo internacional daba el permiso para vender reservas, apuntalando la oferta potencial de divisas.

Para el año que viene la demanda de dólares casi duplica a la oferta. Tal como publicó el CESO, entre deuda, fuga y remisión, la demanda de divisas trepará hasta US$41.819 millones. Por el otro lado, la oferta contrarrestará sólo parcialmente y llegará a US$ 22.600 millones. La brecha, de US$19.291 millones, representa un número similar al de las estimaciones privadas de las reservas netas actuales. Para colmo, en el medio, la expectativa generalizada es que el BCRA tenga que quemar algunas para lograr sostener al precio del dólar de acá a octubre.

Desde el CESO detallaron: "El próximo gobierno tendrá una situación complicada en términos de necesidad de divisas. Considerando la información oficial, el próximo gobierno deberá enfrentar necesidades financieras por US$33.419 millones en su primer año. Son US$8.720 M de intereses por bonos, organismos internacionales y Letes. Además hay vencimientos de capital por US$24.700 M. El balance comercial y de servicios podría aportar US$1000 M de superávit. Sin embargo, deberá hacerse frente a demandas de remisión de utilidades por US$800 M, fuga por US$8000 M, en un escenario conservador, y salida de portafolio por US$600 M".

Un total de US$42.000 M en 2020. Por el lado de la oferta, el CESO contó: "El FMI ingresará US$4.900 M, incluyendo el desembolso de diciembre del 2019. La refinanciación de Letes podría alcanzar los US$9.900 M, y los vencimientos intra-estado más la refinanciación de organismos internacionales se estiman en US$7.800 M". Una oferta bruta de US$22.600 M. "En este escenario conservador, el saldo de dólares para financiar será deficitario por US$19.220 M", concluyó el informe.

Con los mercados voluntarios de crédito cerrados, la otra gran complicación es la continuidad de las obligaciones de deuda. Cuando se supere el partido del 2020, el Gobierno de turno deberá enfrentar entre 2021 y 2023 obligaciones que trepan hasta US$105.368 M, entre vencimientos de capital e intereses.