La venganza de Marcos Peña contra el ala política preocupa a los mercados

El jefe de gabinete dejó sin candidatos a Frigerio y Monzó, impugnando en los hechos la apertura que se insinuó con Pichetto.


Marcos Peña reaccionó con virulencia tras soportar durante un par de semanas que subieran las acciones del "ala política" del Gobierno con la elección de Miguel Pichetto como candidato a vicepresidente de Mauricio Macri.


El jefe de gabinete fue el gran perdedor dentro del Gobierno con esa movida que no sólo reivindicó a los aperturistas como Rogelio Frigerio y Emilio Monzó sino que emocionó a los mercados y le dieron un poco de aire a Macri en las encuestas luego de meses de malas noticias.

Peña se sintió atacado cuando Pichetto se apersonó en una reunión de gabinete y les exigió informes a los ministros. Y terminó de enfurecer cuando no lo invitaron a comer a Los Platitos.

Pero dos semanas después el jefe de gabinete volvió a demostrar la ascendencia única que tiene con el presidente y monopolizó la lapicera en el cierre de listas. Marginó de manera adrede a Monzó, a quien le vetó el 90 por ciento de las candidaturas en un entendimiento circunstancial con María Eugenia Vidal.

Y de forma menos perceptible desplazó a Frigerio, el factótum del acuerdo con Pichetto. El ministro del Interior no pudo colar ningún candidato en la provincia ni en la Ciudad. Pichetto también sufrió la ira de Peña y sólo pudo colar a Claudia Rucci en una lista seccional de la provincia.

Curiosamente, en el Gobierno creen que la demostración de Peña esconde una señal de debilidad: creen que cerrar las listas para delfines sin peso político y no abrir el juego a otros sectores es una señal de salida. En ese sentido, el ejemplo de Horacio Rodríguez Larreta es el caso inverso: abrió las listas como nunca para asegurarse la victoria.

En este contexto, en algunos sectores del Gobierno creen que la concentración por sí misma le hace daño a Macri y que no le conviene que la apertura le haya durado dos semanas. Más que nada porque terminará disipando las dudas del mercado sobre si la unción de Pichetto era una apertura real o representaba otra martingala del Ejecutivo para calmar al Círculo Rojo.

En el mercado parecieron advertir que la venganza de Peña demostraba que la apertura no era tal. La señal más clara es que este lunes bajaron todos los bonos en dólares y subió el riesgo país de 820 a 855 puntos básicos.

Se trata de una reacción que algunos atribuyeron al fallo de la Corte Suprema de EEUU contra la Argentina en el caso YPF, que retrajo las acciones de la petrolera en un 1,2 por ciento. Pero la reacción también tiene un costado político: una fuente de Wall Street aseguró que no está tan clara la lectura de que el Gobierno va a perder sino que por el contrario, como Macri mejoró en las encuestas se vuelve a cerrar, justamente la crítica que viene haciendo el mercado que obligó a abrir su fórmula a Pichetto.

En el entorno del senador rionegrino creen que el cierre de listas significó un ajuste de cuentas interno entre los sectores del PRO históricamente enfrentados. Aseguran en tanto que Pichetto seguirá juntándose con peronistas como hizo este lunes con Juan Schiaretti.

"Vamos a ver cómo termina", dicen respecto de la posibilidad de que busquen reducir el rol de Pichetto como hicieron con Gabriela Michetti.