Ucrania, el modelo de reestructuración de deuda que recomiendan para Argentina



Por Marcia Dell´Oca 

Daniel Marx considera que el país debería ir a un acuerdo con el FMI para renegociar quitas del capital de deuda con fondos privados. Una parte del kirchnerismo coincide con el diagnóstico.



Ucrania. Corría el año 2014 y el escenario macroeconómico no tenía nada que envidiarle a la Argentina de 2018: déficits gemelos, inflación acelerándose, economía en recesión, tipo de cambio cada vez más devaluado, los intereses de la deuda externa disparándose y agravando el déficit; y para peor, el país atravesaba un conflicto armado.



Un primer acuerdo con el FMI no bastó y los pronósticos optimistas de devolver a la economía a su senda de crecimiento y menor inflación no se materializaron. Por el contrario, la recesión se prolongó más allá de lo esperado por los técnicos del organismo de crédito multilateral, el precio de los bonos se desplomó y se disparó el riesgo país a mitad de año cruzó los 100 puntos básicos y en 2015 la reestructuración de la deuda era inevitable: el riesgo país había llegado a la zona de los 4300 puntos básicos.



Cualquier parecido con la Argentina no es mera coincidencia. Por eso, en el mercado hace meses que se viene especulando con que el año que viene el país va a ir al default, o al menos a una reestructuración de los pasivos y, por lo bajo, se cruzan los dedos para que la renegociación sea "a la ucraniana", es decir con un final feliz para los bonistas que soportaron toda la volatilidad de 2014 y 2015 y terminaron recuperando el capital invertido en Ucrania, pese a aceptar una quita de capital del 20%.



El ex secretario de Finanzas, Daniel Marx, fue uno de los primeros en mencionar que el Gobierno argentino debería "pensar en un programa distinto con FMI el año que viene", allá por el mes de marzo en el Séptimo Seminario de IAEF en el Yatch Club Argentino. Se refería a abandonar el Acuerdo Stand-By y pasar a un Extended Fund Facility (EFF) como hizo Ucrania en marzo de 2015.

Daniel Marx, fue uno de los primeros en mencionar que el Gobierno argentino debería 'pensar en un programa distinto con FMI el año que viene', en relación a un EFF.

El economista recordó que pese a los muchos dolores de cabeza y de estómago que atravesaron los fondos de inversión, a la larga fue una historia feliz para todas las partes. Para el país porque redujo la carga de la deuda para des-ahogar a la economía y volver a crecer, para el FMI porque pudo cobrar su parte y para los bonistas porque evitaron un default.



Por eso, esta semana la consultora Delphos Investment sacó un informe explicando cómo fue el caso ucraniano, en el que los cuatro fondos principales que habían comprado su deuda negociaron con el Ministerio de Finanzas una quita del 20% del principal de la deuda a cambio de un aumento del 7,2% al 7,75% anual en el cupón, más un premio por crecimiento de la economía con cupones PBI y 4 años de postergación de los vencimientos: de 2015-2023 a 2019-2025.



La experiencia es reciente y se mostró por ahora positiva, pese a que Ucrania sigue liderando los rankings de debilidad financiera en los que comparte podio con Argentina y Turquía.



Solo Rusia no aceptó la reestructuración de los 3.000 millones de dólares en eurobonos que tenía de deuda ucraniana. Y esa deuda fue defaulteada. Sin embargo, por haber logrado reunir a la mayoría de los acreedores con el apoyo del FMI, no hubo bonistas "holdouts" y Ucrania pudo volver al mercado de deuda voluntaria. En 2016 el riesgo país estaba nuevamente debajo de los 1000 puntos básicos.



Esta renegociación facilitada por el FMI contó con condicionamientos para el gobierno ucraniano: en primer lugar, la quita de capital tenía que ser tal que la deuda bruta cayera debajo del 71% del PBI; el Gobierno se comprometía a no superar el 12% del PBI de necesidades brutas de financiamiento entre 2019 y 2025, y un objetivo de saneamiento de la balanza de pagos para reducir el peso de las amortizaciones de la deuda durante la duración del acuerdo EFF.



Lo interesante de esta experiencia es que una parte del kirchnerismo tiene como objetivo ir en 2020 a una renegociación con el FMI similar a la de Ucrania y que el FMI sea un aliado estratégico para reunir a los fondos y bancos de inversión entre los que los K no tienen buena recepción. Con el FMI como facilitador consideran que es factible descomprimir el cúmulo de más de 60.000 millones de dólares de vencimientos de deuda que se amontonaron entre 2020 y 2023 con el sector privado internacional.

No solo lo consideran una opción conveniente, sino que en entorno de Axel Kicillof aseguran que Mauricio Macri también deberá recurrir a una estrategia similar si no quieren prolongar la recesión porque renegociar los vencimientos con el FMI no le alcanzará al presidente para darle oxígeno a la economía.



Pero no es la única posición dentro del kirchnerismo. Sin más, el abogado constitucionalista Eduardo Barcesat afirmó hoy a FM La Patriada: "Que les vayan a cobrar las deudas a Macri y su séquito por haber eludido el control del Congreso de la Nación", reclamó en relación a los 56.000 millones de deuda contraída con el FMI. "Presentamos una denuncia porque la deuda tomada es inconstitucional", agregó.