Del plan V, el plan N y un knock out que madura


Un adelantamiento de las elecciones por la crisis, como en 1989. Rumores que, de concretarse, serían compatibles con el "plan V" del establishment. También con el "plan H", por el porteño Horacio Rodríguez Larreta.


El jueves, los medios oficialistas hablaban del famoso plan de recambio, el plan V, por María Eugenia Vidal. Esos medios y sus operadores más famosos no podían ocultar el desconcierto que les producía ver a la luz del día el desbarajuste que han ocultado sistemáticamente.

“Macri pierde con todos según las encuestas”. “Vidal puede ganar aunque no es garantía”. “Pero si la sacan a Vidal, pierden la provincia de Buenos Aires”. “Con Macri no hay salida”. Ese era el repiqueteo en los medios oficialistas que hasta ayer rendían pleitesía a la figura presidencial.

Macri no se quiere bajar, es él o él. El no vino por un proycto político, lo suyo es un proyecto biográfico. No quiere pasar a la historia como el que lo hace ver a De la Rúa como un no tan mal presidente.

Este tironeo lo debilita cada vez más Macri y al gobierno en general. Cuanto más tarde en bajarse, más débil será la posición de Vidal. Hoy parece la pregunta no es si Macri se baja, sino cuando.

El establishment le dice a Macri "o  te bajás y va a Vidal, o no llegás, se pudre, los radicales rompen con vos y se van con Lavagna.

En el medio el proyecto  Nosiglia. El Coti junto con parte del establishment, quiere que los radicales se bajen de Cambiemos, arreglen con Lavagna, dándole el despliegue terriotrial que hoy no tienen, fiscales para trabajar, repartir, cuidar y contar las boletas, con Massa en provincia, Losteau en capital, y varios gobernadores peronistas.

Es que los radicales se acostumbraron a consumir poder más que construirlo. Por eso al tope de su agenda ponen la contención vía las efectividades conducentes.

Pagarán el grave error de Gualeguaychú los gerentes de la UCR S.A. ?

¿Renunció realmente la gobernadora a pegar el salto a la Rosada cuando dijo el martes que Cambiemos ya tiene candidato presidencial? ¿Cómo hay que interpretar su negativa a la pregunta que le escribieron en papelitos al menos quince de los 368 empresarios que colmaron el salón Versailles del hotel Alvear? ¿Es una jugada coordinada con el Presidente o la crisis ya activó un protocolo de emergencia que lo excluye?

Suponiendo que Mauricio Macri esté desahuciado, como cree ya casi todo el círculo rojo ¿es viable el intento de salida postmacrista que propicia desde las sombras el eterno Enrique Nosiglia a través de Martín Lousteau, con Vidal y Rodríguez Larreta en alianza con el peronismo no K y parte del radicalismo? Y si lo es ¿por qué Roberto Lavagna saló a descartarlo in limine?

A ocho semanas de la definición de las candidaturas, con todos los indicadores en rojo y una inflación que no le regala ni un mes de tregua, hasta los más fanáticos de la reelección de Macri terminaron de convencerse de que no llega. Incluso antes de la corrida de ayer. "El último incondicional que le queda en el empresariado es Marcos Galperín (el dueño de MercadoLibre), pero porque no trabaja en Argentina sino en la nube. Una nube donde no hay gremios, impuestos ni convenios colectivos de trabajo", ironizó un banquero líder.



Los elogios, la ovación y la poco sutil presión de los popes del establishment para que Vidal dé su gran salto adelante tampoco lucen como algo improvisado ni descoordinado. Veterano artista del lobby, Daniel Funes de Rioja les pidió a los demás jefes de cámaras patronales que subieran con él al escenario del Alvear para su debut como presidente del CICyP. Sabía que, así, sus palabras resonarían más. "Los que usted nos presente como sus desafíos van a ser nuestros desafíos", lanzó desde el atril. Solo dénos la orden, habría dicho Michael Corleone. Palabras de caballeros.



Hasta hace poco, Funes de Rioja se mostraba convencido de que la extraordinaria cosecha de soja de este año salvaría al Gobierno. Pero en marzo, según informó esta semana el propio Banco Central, las cerealeras y aceiteras que acaparan el grueso de las exportaciones del rubro liquidaron 19% menos dólares que en marzo del año pasado, cuando los productores sufrían las consecuencias de la peor sequía en décadas. Para peor, la balanza comercial arrojó superávit pero no porque hayan aumentado las exportaciones sino porque se desplomaron las importaciones. Las ventas al exterior, aun con el dólar al doble que un año atrás, volvieron a caer un 5%. El presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Miguel Acevedo, decidió ir directo al grano. Apenas se sentó a la mesa principal del Alvear junto a la gobernadora, le espetó: "Me acaba de preguntar un periodista cómo te veo como candidata a presidenta ¿es verdad que vas a ser candidata?". Ella se apuró a desmentirlo: "Me tienen loca con eso, pero no es así para nada"




Lo que dijo después, ya con todo el resto de la mesa escuchándola, significaba una cosa el martes y otra bien distinta hoy. "A mí la gente me va a votar si llega a fin de mes. Y eso va a pasar si desde ahora y hasta las elecciones se mantiene el dólar tranquilo y baja la inflación", definió.

Entre los empresarios de las demás mesas no había acuerdo unánime. El heredero de la tercera mayor fortuna del país, Alejandro Roemmers, pareció hacerle un guiño al plan V. "Creo que no nos ha ido bien con ninguno de los dos gobiernos (ni el de Cristina ni el de Macri). A lo mejor puede haber otras alternativas", deslizó. En cambio, el presidente de Fiat Chrysler Argentina (FCA), Cristiano Rattazzi, advirtió sobre su obstáculo más evidente. "Sin ella en la provincia nadie asegura ganar ahí. Y sin provincia no hay presidencia".

En realidad se trata de un problema más profundo. ¿Tan buena imagen tiene Vidal como para conducir a Cambiemos a un triunfo nacional incluso aunque su fundador renuncie a su propia reelección? ¿No implicaría ese paso al costado admitir que todo el experimento Cambiemos fracasó? Es lo que retrucan desde el despacho de Marcos Peña, nuevamente bajo fuego amigo.

Marcos Peña tuvo en las últimas semanas los primeros cortocircuitos de su larga relación con el cerebro de la campaña cambiemita, Jaime Durán Barba. Lo reveló Diego Genoud en el portal Letra P, donde contó que al ecuatoriano se lo oyó despotricar contra el Fondo Monetario en el mismísimo primer piso de la Rosada. Dicen que dijo que el déficit cero le importa "un carajo" y que recomendó que el Fondo "se vaya a la mierda". "Si pierde Macri ¿quién se jodió? ¡El Fondo!", evalúa el gurú.

Mientras tanto hay preguntas sin respuestas

** ¿hasta dónde llegará la pesadilla de la devaluación, la inflación y la recesión?;

** ¿cómo harán los que vengan para afrontar los US$156.220 millones que vencen entre capital e intereses entre 2020 y 2023, sin caer de la cornisa a un default, moratoria, plan Bonex, etc, como blanqueó el Financial Times que temen los mercados?;

** ¿se renegociará con el FMI el stand by de US$57.100 millones vigente y en cuáles condiciones?;

** ¿cuál será el margen que quedará disponible para poner en marcha el aparato productivo; generar empleos tras la debacle ocupacional a la que se arribó y morigerar el récord actual de pobreza?

** ¿cómo afectarán a los salarios y las jubilaciones las reformas previsional y laboral que los acreedores impondrán al gobierno venidero?

Desde la oposición se produjo un movimiento inesperado. Fue una operación sigilosa con varios juramentados en el silencio. Hasta los trabajadores que participaron en la edición no pudieron hacerlo con sus celulares para evitar fotografías o filtraciones.

El libro de Cristina Kirchner, Sinceramente, provocó una expectativa inusitada hasta en sus detractores, a esta altura perdidos en la neblinosa política del gobierno. Antes de salir a las librerías ya había agotado la primera edición de más de 20 mil ejemplares. Al llegar a las góndolas ya había agotado la segunda edición y el viernes ya estaba anunciada una tercera edición de 40 mil ejemplares.

El precio de casi 600 pesos no está al alcance de mucha gente. Y las librerías donde se agotó una, dos y tres veces, están en su mayoría en zonas de la Capital Federal donde el macrismo ha ganado con mucha ventaja, como Caballito, Barrio Norte y Recoleta. La persecución a través de servicios de inteligencia que articularon el periodismo de guerra con la guerra judicial, parece haberla convertido en un inmenso best seller.

Es un libro destinado a una clase media urbana que le ha sido esquiva. Surge en una coyuntura electoral y se convierte en un indicio más de que la candidatura de Cristina Kirchner es muy probable.