Cuantos son y como votan los jóvenes de entre 16 y 18 años


Rubén Weinsteiner


Más de 1.230.000 chicos de 16 a 18 años están habilitados a votar en esta elección.

Los espacios políticos, las marcas políticas en general no trabajan para acercar al votante más joven, chicos de entre 16 y 18 años que este año tendrán la opción de votar por primera vez. Se trata de un voto optativo que hasta ahora los grandes partidos no han trabajado en profundidad.

La proyección de votantes en esa franja etaria para esta elección se estima en 1.230.000. Lo curioso es que solo la mitad de los chicos de esa edad votan.

Lo interesante es que las circunstancias que conviven entre estos jóvenes, son el querer votar, el de 'querer estrenar el DNI", el desínteres producto de la falta de credibilidad en las ofertas políticas y el desconocimiento de como y donde votar. Ese cóctel hace que la mitad de los 16-18 no voten.

Las marcas políticas no están construyendo ofertas para las demandas de este segmento, es como que los meten en la bolsa del voto joven, y tienen especificidades muy concretas y difeenciales. De hecho la ratio de voto, sube pronunciadamente cuando sube la edad.

El voto joven es el talón de aquiles del macrismo. En esa franja etaria (que en las encuestas se extiende hasta los 29 años) Macri es donde registra las mediciones más bajas. Por el contrario es en los adultos mayores donde cosecha mayores porcentajes de votos. Sólo a modo de ejemplo, un trabajo de Query Argentina / M&R Asociados, en esa franja el Macri alcanzaba el 18% de acuerdo, mientras Cristina Kirchner, en esa misma franja, lograba 38%. De hecho en el voto joven Macri perdió claramente frente a Scioli en 2015.

Esta franja sufre mucho los aumentos, sobre todo en el transporte y los celulares. Con los últimos tarifazos nos les alcanza la SUBE ni el crédito del teléfono. También recorta en salidas, en indumentaria y sufre la caída en el nivel de vida familiar.

Unicef advirtió que los más jóvenes sufren en Argentina, las consecuencias "de una forma tanto o más grave que otros grupos etarios".
"Cuatro de cada 10 niños, niñas y adolescentes viven bajo la línea de pobreza" posteó Unicef Argentina en su cuenta y advirtió que, aunque los más jóvenes "son los últimos responsables" de la situación económica, "están sufriendo sus consecuencias de una forma tanto o más grave que otros grupos etarios".

El tema de la perspectiva del primer empleo está presente en la construcción de lealtades y adhesiones del sistema de preferencias de los jóvenes. La situación de los padres, hermanos y la propia incertidumbre de cara al futuro inmediato activan sentimientos intensos.

Las adhesiones, en esta franja, están más ligadas a las marcas políticas que a los partidos. El clivaje auutenticidad impostura adquiere una centralidad clara a la hora del voto.

Los esfuerzos por perfeccionar la comunicación política, volviéndola impostada, sobre-abarcativa, desprovista de emocionalidad real, y alejada de un liderazgo a la altura de los ojos, producen ruidos en el realismo político del voto joven. El lenguaje gestual derivado de la visualidad, resulta naturalmente clave en todo discurso político. La gestualidad ligada a las jerarquías produce rechazo en los segmentos jóvenes, la sobreactuación también, en ambos casos la impostura llena de ruidos el mensaje.

Los sujetos de elección jóvenes son volubles y esperan grandes cambios. Esos cambios esperados se constituyen en la demandas que los ordenan como segmento, y se satisfacen con ideas y emociones que asumen el rol de promesa y perspectiva de futuro de la marca política. No se otorga el voto por la autopista prometida, sino por la perspectiva planteada de cómo se van a sentir los votantes con la autopista construida.

Las marcas políticas y corporativas se vuelven mucho más eficaces a la hora de ocupar el imaginario de los microsegmentos jóvenes, colonizar subjetividades, y sujetar a los sujetos de elección, si exhiben su versión unplugged.
La pauta de la rebelión en los jóvenes es funcionalmente constante pero históricamente cambiante. Para analizar el posicionamiento de los jóvenes en determinada etapa histórica, hay que tener en cuenta la pauta de rebelión en función de las condiciones objetivas de poder y contra poder.

El contrapoder, lo que desafía, atrae a estos jóvenes, no solamente cuando ese desafío se hace desde el formato oposición-gobierno, sino cuando ese desafío se hace desde cierta asimetría hacia poderes importantes, y cuando la definición del confilcto tiene final abierto.

Pautas de rebelión constantes y coyunturalmente cambiantes

Desde los funcional, pensamos la juventud como la define Roberto Brito Lemus, que plantea que la juventud, comienza cuando se desarrolla la capacidad de reproducir la especie humana, y termina cuando se desarrolla la capacidad de reproducir el orden social. Se es joven mientras se cuestiona, contesta y demanda cambios y se evita reproducir el orden social tal cual está planteado. Cuando se evita “transar”.

La pauta de la rebelión en los jóvenes es funcionalmente constante, es decir, los jóvenes buscan cambiar y sustituir, ya que deben “matar al padre” como estrategia de inserción, proyección y supervivencia, por eso la rebelión y la protesta se mantienen constantes, como la identificación con los factores mas disruptivos de la sociedad, buscando luchas contra enemigos poderosos.
Esa pauta de rebelión es históricamente cambiante, y depende que lo está instituido como conservador, preservador del orden constituido y bloqueador de cambios, sustituciones, y del ingreso de los jóvenes a instancias de potencialidad de acción.

La pauta de rebelión se constituye en función de lo que obtura el recambio, con la impronta de la nueva generación.


¿Donde ponerse en el discurso?

En los limites. Hay que forzar la realidad. Todo discurso significativo que pretenda interpelar al voto joven, tiene sentido solo si transita los límites, es crítico y se apoya en el cambio como paradigma. Si se refiere a conflictos, utopías, incumplimiento de las normas, forzado de la realidad y convocatorias a luchas contra poderes enormes con final abierto.

El enfrentamiento para lograr los cambios, contra poderes hasta el momento “intocables” e “invulnerables”, le otorga vitalidad y dinamismo al vínculo, entre una marca política y los jóvenes. Ese final abierto, esa asimetría desfavorable, indignan, emocionan, convocan y le dan sentido a la bronca originaria y movilizadora, y la alegría de la acción y compromiso colectivos.

El discurso en el voto joven, debe quebrar el punto de vista, construido por los procesos de standarización, limites y estereotipia de los mensajes de los medios, estructurados siempre con mecanismos repetitivos, que en realidad se constituyen como un control destinado a evitar la irrupción de mensajes nuevos y disruptivos.


“Hacete cargo” 

Los jóvenes le demandan a la política, ser herramienta de reconocimiento, legitimación y solución de problemas, como la vivienda, empleo de calidad, medioambiente, espacio público o transporte, de los cuales los adultos “no se hacen cargo”, dejando a los jóvenes en un limbo.

La tensión entre lo prohibido y lo permitido, como el consumo de marihuana o el aborto. O en otras épocas, desde el divorcio, hasta circular por el espacio público en pantalones cortos, plantea un trade off que cliva y divide la cancha entre los “caretas”, y los propios, porque el joven pone en emergencia conductas “asociales” , que muchos viven y practican subterráneamente.

Es más importante lo que dicen otros jóvenes, dentro o fuera de la tribu, por afirmación o por negación, que lo que dicen los padres, los profesores, los medios, el gobierno, la religión etc.

Si los jóvenes cumplen con lo que está bien para los padres, medios, profesores, religión o gobierno, incumplen con lo que está bien para los pares y viceversa. “No tomes, no fumes, no entables relación con gente peligrosa, estudiá mucho, no gastés en cosas superfluas, no te acuestes tarde, no tengas amigos que anden en cosas raras, buscate una pareja así y así” consejos sobre la vida sexual, las relaciones, el trabajo y finalmente la política.

De esta manera, los jóvenes, gestionan el conflicto entre lo que está bien para los padres y lo que está bien para los pares, y así, de esa manera, responder a dos expectativas diferenciadas.


La demanda implícita es que sea aceptado lo inaceptable dentro de las condiciones objetivas, pero que como dice la marcha de la bronca de Pedro y Pablo, “haré de cualquier modo” .


Solamente en el terreno del conflicto y las contradicciones del sistema, el mensaje hacia el voto joven adquiere su máxima tensión y con ella la potencia y significación plenas.


Porcentaje de votantes de 16 y 17 años habilitados para votar en forma optativa
Buenos Aires 2,58%

CABA 1,57%

Catamarca 3,10%

Chaco 3,30%

Chubut 3,30%

Córdoba 3,10%

Corrientes 2,96%

Entre Ríos 3,55%

Formosa 4,40%

Jujuy 2,90%

La Pampa 3,02%

La Rioja 2,66%

Mendoza 3,08%

Misiones 4,64%

Neuquén 3,58%

Rio Negro 3,22 %

Salta 3,91 %

San Juan 3,47%

San Luis 3,49 %

Santa Cruz 3,32%

Santa Fe 3,04%

Santiago del Estero 3,55%

Tierra del Fuego 3,28%

Tucumán 3,49%

Electores en el exterior 0,15%

Total nacional 2,92%









Rubén Weinsteiner