Por China, Alemania endurece sus normas para la inversión extranjera


Alemania está por endurecer las normas que rigen la inversión extranjera en sectores clave como defensa y energía, lo que recalca que en Berlín crece la preocupación por la mayor influencia que tiene China en las empresas de la mayor economía de Europa.

Un proyecto de ley aprobado ayer por el gabinete otorgará al gobierno el derecho a estudiar en profundidad —y potencialmente bloquear— todas las inversiones en industrias sensibles donde una compañía no europea adquiera más de 10% de una empresa alemana. El anterior umbral era 25%, mientras que las primeras propuestas sugerían 15%.

La ley se aplicará a las compañías de defensa y seguridad y a las que operan en "infraestructura esencial" como energía, electricidad, telecomunicaciones, y también en el sector de medios de comunicación. "Este es un paso extremadamente importante hacia el fortalecimiento de nuestra seguridad nacional", afirmó Peter Altmaier, ministro de Economía alemán.

Los analistas dicen que la revisión refleja que en los últimos años ha aumentado notablemente la preocupación de Alemania por la influencia económico de China. "Este es el resultado de haber repensado en profundidad toda nuestra relación económica con China", dijo Thorsten Benner, director del Instituto Global de Políticas Públicas en Berlín.


El siglo XX ofreció visiones audaces, pero la realidad del mercado marca los límites de la utopía

"Solía estar la creencia de que Alemania y China eran socios perfectamente complementarios. Ahora nos damos cuenta de que China se convirtió en un competidor central y que usa la inversión de manera muy estratégica para copiar tecnología. Y se llegó a la conclusión de que la inversión china tiene impacto sobre la seguridad nacional".

Los líderes políticos y corporativos en Alemania están particularmente preocupados por los efectos de la iniciativa "Hecho en China 2025", el plan del presidente Xi Jinping a diez años que apunta a transformar el país en una potencia en alta tecnología en diez sectores de avanzada, incluyendo vehículos eléctricos. Ese programa es considerado una amenaza directa a muchos de los pesos pesados del sector manufacturero alemán.

En paralelo, ha habido una creciente reacción en contra de las adquisiciones e inversiones estratégicas chinas en importantes compañías alemanas. Entre las más polémicas se encuentra la compra (por 4,5 millones de euros) de Kuka, un fabricante germano de robots industriales, por parte de la china Midea en 2016, y la oferta —que finalmente no prosperó— presentada por Fujian para adquirir Aixtron, un productor de microprocesadores alemán.

Este año Berlín apenas logró frustrar una oferta de la red eléctrica china apuntada a adquirir 20% de 50Hertz, una de las empresas que operan la red de electricidad de alto voltaje de Alemania. Fue esa propuesta de compra en particular lo que impulsó la decisión del gobierno de bajar el umbral de 25% a 10%.

Altmaier señaló que Alemania seguirá aprobando la "gran mayoría" de las inversiones extranjeras pero presionará para que haya una mayor reciprocidad con sus socios comerciales. "En el futuro intentaremos garantizar de que haya una mayor igualdad de condiciones en el ámbito internacional".

En Alemania vemos con buenos ojos la inversión extranjera, pero nos gustaría que las compañías germanas tengan oportunidades comparables en el exterior", agregó. El ministro recibió de buena manera los recientes esfuerzos de reforma en China específicamente.

También ayer, el gabinete alemán rubricó un proyecto de ley de inmigración que apunta a captar más trabajadores calificados al país. Después de una década de crecimiento económico ininterrumpido, el desempleo se encuentra en su nivel más bajo de la historia y las compañías alemanas se han quejado varias veces de que la escasez de mano de obra les impide seguir adelante con sus planes de expansión.

La federación de empleadores BDA de Alemania recibió con agrado el proyecto de ley y describió la escasez de empleados calificados como "el freno número uno para el crecimiento" en el sector privado.