El Banco Central busca un nivel de emisión monetaria cero y se espera una economía congelada en un año electoral

Se anunció el fin de las metas de inflación y la adopción del nuevo esquema de agregados



Sandleris anunció un apretón monetario extraordinario



El nuevo presidente del BCRA, Guido Sandleris, tuvo un debut álgido: anunció que el dólar tendrá un techo de $44 y un piso de $34, lo que significa que la autoridad monetaria no saldrá a intervenir en el mercado hasta que el precio de la divisa alcance ese precio. Además, las bandas subirán al 3% mensual, lo que para algunos es una vuelta a "la tablita". También anunció un nuevo régimen de política monetaria que podría implicar una fuerte contracción en la actividad: la base monetaria no crecería de acá a junio del 2019 cuando hoy se mueve en torno al 50% interanual. Un apretón monetario extraordinario que genera dudas en su cumplimiento, por su significado en materia social y política.

Por el lado cambiario, el nuevo régimen de política del BCRA es un esquema de bandas. Habrá una zona de libre flotación y dos límites en los que en Central empezará a vender o comprar dólares. Si el precio de la divisa llega a $44, por ejemplo, el BCRA saldrá a vender un máximo de u$s150 millones. El ajuste de 3% mensual implica que el dólar, si es que el Central logra contenerlo con las ventas diarias, podría cerrar el año en torno a $48. Inicialmente el nuevo régimen cambiario tiene una duración de 3 meses pero desde el BCRA consideran que seguramente será necesario sostenerlo por más tiempo.

Los números generaron algo de ruido. En la previa al anuncio del nuevo acuerdo con el FMI, una buena parte de la discusión pasaba por qué capacidad de intervención podría negociar la autoridad cambiaria en las discusiones con el staff del Fondo. Si bien ahora el BCRA tendrá mayor capacidad para salir a poner los billetes sobre la mesa, el límite diario de u$s150 millones supo a poco. En total, en los primeros tres meses del régimen el total previsto para intervenir es u$s9.000 millones, a razón de u$s3.000 millones mensuales.

Mirando los datos de agosto se observa una demanda de dólares bastante por encima de ese nivel. El último dato del rojo del comercio externo de bienes, de agosto, publicado ayer por el Indec, mostró una demanda neta de divisas por u$s1.127 millones. A eso se le suma el último número de fuga de capitales neta también del mes pasado, publicado esta semana por el propio BCRA, que dio u$s2.790 millones. Un total de u$s3.917 millones. Bastante por encima de la capacidad de intervención.

Una fuente encumbrada del BCRA le dijo a BAE Negocios que ya en septiembre esos números ajustaron fuerte y que la fuga cerraría el mes en torno a u$s1.500 millones. La expectativa del Central es que en adelante, tanto la fuga como el rojo comercial, se reduzcan con fuerza por "la propia caída del ingreso en dólares y porque el apretón monetario hará que sea difícil comprar dólares". Ahí hay tela para cortar: desde el BCRA sostienen que la demanda neta de las últimas dos semanas cayó a u$s60 millones diarios. Pero si se observan los datos de la última semana se ve que en cuatro de los siete días las ventas superaron los mentados u$s150 millones. Si se cumple la expectativa de que el dólar llegue a la banda superior, en esos días el BCRA no habría podido cubrir la demanda.

Para Sandleris, la pata clave del plan anunciado ayer es la monetaria. El apretón, que haría que la base no se mueva en absoluto hasta junio de 2019, implicaría una actividad económica bien fría hasta ese entonces. La idea del BCRA, tal como le explicó un directivo a este diario, es que con poca cantidad de moneda circulando las expectativas inflacionarias se verán ancladas y lo que impactará en forma positiva sobre la actividad. "Lo que pasa hoy con la actividad es por la inestabilidad y no por el apretón monetario. Si acotás incertidumbre, que afecta a la actividad, el efecto es positivo para el PBI", dijo.

El economista del CESO, Estanislao Malic, opinó: "A los agregados los van a poder contener con una baja radical y real del déficit del Estado, con una tasa de interés por las nubes y sin aumentos nominales de salarios. Y eso con el dólar subiendo. Hay que ver si la sociedad lo tolera".