Caputo desesperado, le pide al FMI que le deje usar otros USD 1000 millones de reservas para atajar al dólar

Luego del fracaso de las Letes que emitió Dujovne, el presidente del Central se prepara para un jueves caliente.


Este miércoles por la noche el presidente del Banco Central, Luis Caputo, se preparaba para un jueves caliente. La furia de renovaciones y lanzamientos de letras que lanzó para atajar el primer desarme grande de Lebacs -la pesada herencia de Sturzenegger- lo obligó a quemar en las últimas 48 horas unos USD 1.000 millones de reservas y negociaba con el FMI que le autoricen a destinar un monto similar mañana para atajar la demanda que quedó suelta.


Tras el fracaso de la emisión de Letras del Tesoro que lanzó este el Ministerio de Hacienda, quedaban en el mercado sueltos unos 86 mil millones de pesos de particulares que no aceptaron ninguno de los paltos del menú de letras que diseñó Caputo, pese a que ofreció una impresionante tasa del 45 por ciento.

En el gobierno hacen otra cuenta, . De los 120 mil millones de pesos que según el Banco Central hoy quedaban flotando en el mercado, 30 mil millones se fueron a dólares, 23 mil millones a las Letes que emitió Dujovne y 30 mil millones a Fondos de Inversión.

Esto, siempre según las cuentas del gobierno, deja sueltos para este jueves unos 37 mil millones de pesos. Por eso Caputo negociaba este miércoles con el italiano Roberto Cardarelli, jefe de la misión del FMI que monitorea las últimas medidas, que le suelte otros USD 1.000 millones.


Si lo logra, es posible que este primer escalón de baja de Lebac haya concluido con relativo, muy relativo, éxito. Pero el problema de fondo sigue intacto: El gobierno tiene cerrado el financiamiento externo y le faltan al menos USD 15.000 millones para cerrar el programa financiero de acá al final del mandato de Macri.

Por eso, en un estado cercano a la desesperación los funcionarios de Macri intentan por estas horas conseguir dólares de donde sea. Los tanteos, hasta ahora fracasados, incluyen desde un pedido al FMI de que anticipe ya todos los fondos prometidos hasta consultas a la Corporación Financiera Internacional, brazo para el sector privado del Banco Mundial, que no puede prestar a estados.