México: En el umbral de un cambio dramático

Será un "cataclismo" desde la fundación del PRI, según analistas

Andrés Manuel López Obrador, el candidato de centro izquierda que se perfila como el próximo presidente de México


México está en el umbral de un "cambio estructural e histórico", en vísperas de las elecciones del 1 de julio, coinciden analistas, donde puede producirse "un cataclismo en la cultura política" desde la fundación del PRI, en 1929.

En los comicios, a los cuales están convocados 89 millones de ciudadanos, se sufragará por un presidente de la República, 500 diputados, 128 senadores y 9 gobernadores.
El favorito de las encuestas desde hace 15 meses, con intenciones de voto superiores en algunos casos al 50%, es el candidato presidencial izquierdista Andrés López Obrador.

El politólogo de 64 años, nacido en el estado sureño de Tabasco, compite por tercera vez para el cargo, aunque en la segunda, en 2006, estuvo a medio punto de ganar, si bien se declaró víctima de "un fraude colosal". El gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI, centro), una de las formaciones políticas más antiguas de América Latina, se encamina a una tercera derrota, pero podría ser más contundente que las sufridas en 2000 y 2006, coinciden los especialistas.

El PRI, cuyo aspirante presidencial José Antonio Meade, un tecnócrata de credenciales de peso (egresado como doctor en Economía de la elitista Universidad de Yale y cinco veces ministro en los últimos 11 años) no sólo perdería la presidencia.
Algunas encuestadoras predicen que también saldría derrotado en ocho de nueve gobernaciones y la mayoría en el Congreso Federal.

"Es un cataclismo en la cultura política mexicana. Es el derrumbe del sistema creado por la Revolución Mexicana de manera pacífica", afirmó Sergio Aguayo, investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
"El PRI estaría condenado a un tercer lugar muy pequeñito, que probablemente signifique el fin" de la organización surgida de la guerra civil de 1910, que estalló tras el derrocamiento del dictador Porfirio Díaz, quien gobernó con el puño de hierro al país por 36 años, afirmó el respetado historiador Lorenzo Meyer.

"Si esto ocurre, entonces este partido acostumbrado a subordinarse, fácilmente se podría subordinar al nuevo presidente", pronosticó el economista Macario Schettino.
"De esta manera, López Obrador no tendría contrapesos en el Congreso", dijo el profesor de la Escuela de Gobierno del Instituto Tecnológico de Monterrey.
Schettino consideró que López Obrador, quien hizo de la lucha contra la corrupción el eje central de campaña, podría construir una mayoría legislativa suficiente no sólo para cambiar leyes, sino incluso para cambiar la Constitución. Por su parte, el historiador Héctor Aguilar Camín, estimó que "es posible que el PRI haya dejado de ser el adversario a vencer en la partidocracia mexicana y esté caminando hacia la posición de un partido minoritario". "El partido mayoritario emergente es Morena. Este es quizá el cambio mayor de la partidocracia mexicana, salvo que Morena pueda ser una vuelta al viejo PRI", afirmó Aguilar Camín.

Se refería al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que postuló a López Obrador, y quien es considerado en las encuestas como el "único honesto" de los contendientes, Sin embargo, los expertos estimaron que ese vuelco histórico sería en realidad una especie de "restauración" del PRI antiguo, el de la época del presidente Luis Echeverría (1970-1976).

En ese período se produjo una de las peores represiones políticas de la segunda mitad del siglo XX con una economía mixta opuesta al neoliberalismo actual.
Aguilar Camín, autor de la novela "Morir en el golfo", señaló que "si la vía 'neoliberal' adoptada en estas décadas resultó a la vez improductiva y fragmentaria, la vía 'nacionalista' se antoja arcaica y en muchos sentidos impracticable".
"Quizá estamos efectivamente en el vértice de un cambio de época, que augura cualquier cosa menos una transición fácil a la modernización de México", auguró el historiador.