Trump, entre halcones y palomas


Indecisión en la Casa Blanca sobre medidas

Donald J. Trump

Aún con el apoyo de Francia y el Reino Unido, la Casa Blanca confirmó que continúa evaluando la "información de inteligencia" para determinar la posibilidad de lanzar un ataque sobre Siria, como respuesta al supuesto ataque químico sirio en la cuidad de Duma.
"Seguimos evaluando información de inteligencia y estamos en conversaciones con nuestros socios y aliados", informó la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders.

La vocera agregó que el presidente Donald Trump tiene previsto hablar con el mandatario francés Emmanuel Macron y la primera ministra británica Theresa May.
El presidente Trump se encuentra cercado entre halcones y palomas, en una Casa Blanca que vive horas frenéticas para determinar el camino a tomar en Siria. Están quienes presionan por una intervención inmediata, y los que, en cambio, tratan de ponerle paños fríos a la escalada militar.

A esta altura, y tras las duras advertencias de Trump de lanzar misiles "bonitos e inteligentes" sobre Siria, resulta difícil pensar que no habrá un ataque militar, sobretodo porque el propio mandatario no es hombre de echarse atrás.
Por el lado del Pentágono, la cúpula militar está intentando predicar la máxima prudencia.
Precisamente, el secretario de Defensa James Mattis está tratando de calmar los ánimos más belicosos en el interior de la Casa Blanca, como el que encarna el nuevo secretario de Estado Mike Pompeo.

Mattis insiste en que, antes de demostrar que la acción militar es necesaria, son necesarias "pruebas concretas y convincentes" sobre el uso de agentes químicos prohibidos por las convenciones internacionales, y sobre su empleo de parte de las fuerzas de Damasco.
En segundo lugar, sostiene Mattis, la eventual represalia tendrá que ser "equilibrada", además de acordada con Londres y París. Y particularmente, acordada en silencio con Moscú, para evitar peligrosos incidentes.
El número uno del Pentágono sostiene que habría que darle a Rusia una listado preciso de los objetivos que Estados Unidos quiere atacar.
Para lanzar un ataque no basta solamente con que los expertos estadounidenses obtengan muestras biológicas de Duma, donde se habría arrojado cloro y gas nervioso.
La prudencia de Mattis es compartida por gran parte de la cúpula del Departamento de Estado.

Inclusive la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley (una de las más fieles a Trump), considera que "una decisión tan delicada no puede ser tomada tan repentinamente".
Luego de sembrar dudas respecto a un posible ataque sobre Siria, al afirmar que podría "ser muy pronto o no tan pronto", Trump pareció ponerle paños fríos ayer.
"Nunca dije cuando un ataque en Siria se llevaría a cabo", tuiteó el mandatario. "Podría ser muy pronto o no tan pronto en absoluto!".