El debate presidencial mexicano deja ganadores y vencidos (
El segundo en las
encuestas para las presidenciales del 1 de julio, Ricardo Anaya, fue
proclamado ganador tras el primer debate televisado entre los 5
aspirantes al puesto que dejará vacante el 1 de diciembre Enrique Peña
Nieto.
En cambio, el izquierdista Andrés López Obrador, el
favorito, fue el más golpeado por sus contendientes, que lo hicieron
víctima de una andanada de ataques en este duelo verbal realizado el
domingo por la noche, que se teme lo haga bajar un poco en las
compulsas.No obstante, quizá el "gran perdedor" haya sido José Antonio Meade, del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), el segundo peor calificado por sondeos y las opiniones de expertos difundidas en los medios y quien cada vez se ve con menos posibilidades de ganar.
En una encuesta telefónica entre 245 ciudadanos levantada en las últimas horas, el diario Reforma le otorgó 36% de calificaciones positivas a Anaya, del conservador Partido Acción Nacional (PAN), del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), contra 34% de López Obrador. Meade en cambio, sólo tuvo 10% de las opiniones favorables, en medio de una tendencia hacia la debacle de su campaña, a pesar de proclamarse un "candidato ciudadano" pues no pertenece a ningún partido.
El aspirante es considerado un "brillante tecnócrata" que ocupó 5 puestos ministeriales en las dos últimas gestiones gubernamentales, pero su campaña no despierta ningún entusiasmo y carga con el descrédito acumulado del partido que lo apoya, que gobierna a México desde 1929, con una pausa entre 2000 y 2012.
Los más recientes relevamientos colocan a López Obrador con 48 puntos de apoyo, contra 26% de Anaya y 18% de Meade, es decir, con una ventaja de 2 a 1 frente a su principal competidor.
La única mujer en liza, la ex primera dama Margarita Zavala, que compite por la vía independiente, fue calificada con apenas un 5%, lo mismo que el otro independiente, el gobernador del estado norteño de Nuevo León con licencia, Jaime Rodríguez.
El sondeo entre expertos de Reforma, basado en 903 líderes en la ciudades de México, Monterrey (norte) y Guadalajara (occidente), fue aún más contundente.
Anaya se adjudicó el 68% de las opiniones favorables, López Obrador el 50%, Zavala el 38% y Rodríguez el 47%.
López Obrador sufrió desde el primer momento en su "tete a tete" con sus contrincantes pues era el rival a vencer, vista su amplia ventaja que lo perfila como el posible ganador en próximos comicios.
En estas consultas, a las que han sido convocados unos 87 millones de personas, se votará además por 128 senadores, 500 diputados federales y 9 gobernadores.
La propuesta del aspirante, de 64 años, que compite por tercera vez a la presidencia y en 2006 estuvo a medio punto de ganar, de amnistiar a los criminales fue la que más criticas le atrajo.
"La violencia no se puede enfrentar con violencia", afirmó López Obrador, pero sus rivales lo acusaron de querer "pactar" con "los verdugos de los mexicanos" que en los últimos 11 años han dejado una estela de "dolor y sufrimiento" y un balance sangriento de 135.000 muertos y 33.000 desaparecidos.
López Obrador, que se veía enojado, de mal humor y a veces dubitativo "perdió el debate" por pretender "amnistiar a los delincuentes que han matado, torturado y secuestrado", escribió el analista Pablo Hiriart. Meade además lo acusó de ser propietario de tres departamentos sin declarar, pero López Obrador rechazó esa acusación con un actitud teatral y respondió: "si los tengo, se los regalo".
Pero Meade también fue acusado de estar involucrado en la protección de los involucrados en el escándalo de corrupción de la constructora brasileña Odebrecht, mientras que a Anaya se le reflotaron las acusaciones de lavado de dinero por la venta de una instalación industrial.
La nota más sorprendente e histriónica de la noche la dio el independiente Jaime Rodríguez, quien prometió "cortarles las manos a los ladrones y a los corruptos", aplicándoles la "Ley del Talión", lo que desencadenó ingeniosas bromas de todo tipo a través de las redes sociales.