Porno y millenials


El porno y los 'millennials'

Los pornonativos nacieron con el porno al alcance de la mano. Mientras la generación X y la Y, tenían que hacer malabares para poder ver una porno en VHS, DVD o el codificado, la generación Google crecieron con los grandes portales de porno siempre accesibles en casa. Los que hemos conocido el porno en los canales codificados o las cintas en VHS sabemos que el porno sí ocupaba lugar. No era accesible desde la infancia y mucho menos a diario. Nuestra sexualidad se construía antes de verla representada artificialmente en planos ginecológicos. Por eso definimos como pornonativos a quienes llegaron mucho antes al porno que a la propia sexualidad. Creo que todavía es un fenómeno demasiado reciente como para saber si tendrán más o menos herramientas críticas. En principio, hay bastante comportamiento de imitación (según relatan, por ejemplo, las mujeres que trabajan en la prostitución) y su contracara, una inhibición patológica creciente, entre los veinteañeros y treintañeros. Por otro lado, hay mucho humor sobre el porno entre 'millennials', lo cual es un buen arranque de reflexión. No sabemos cómo debutarán en las relaciones los pornonativos de la última hornada: los hijos de los 'millennials'…

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El sitio Ponrhub, publicó en su blog un nuevo informe el cual revela que los intereses de los millennials, en términos de consumo de porno, son muy pero muy distintos al de otras generaciones.

Y es que los millennials destacan en este estudio porque es el único sector de la población que muestra mucho menos interés por los “senos”, esa parte corporal del cuerpo femenino que ha formado el verdadero significado de la palabra “erotismo”.

En la información presentada se puede observar las principales búsquedas y comportamiento de los usuarios de Pornhub nacidos entre el año 1982 y 2000 que significa el 60% de sus visitantes.

La mayoría de los millenials entran a ver porno los lunes entre las 11 pm. y la medianoche con su teléfono móvil y en promedio permanecen dentro del sitio 9 minutos con 10 segundos, casi un minuto menos que el sector mayor de 35 años.

Algo que destaca enormemente es que Kim Kardashian es la ‘actriz porno’ más buscada dentro del sitio. Esto sobresale debido a que solo existe un video en donde ella tiene relaciones sexuales con el rapero Ray-J, material que salió a la luz en el año 2007. En segundo lugar se encuentra —la consentida del equipo editorial de FayerWayer—, Mia Khalifa.

Los términos ‘lesbianas’ y ‘adolescentes’ son los términos específicos más visitados por este sector de edad.

En materia geográfica, Colombia y México son los países latinoamericanos con los porcentajes más altos de millenials que ven videos en Pornhub.

Las mujeres alcanzaron un 24% dentro del total de usuarios millenials. Este dato las sitúa arriba del rango con más edad cuyo porcentaje es de 21%.








Según un análisis de larga duración realizado por el psicólogo Jean M. Twenge de la Universidad Estatal de San Diego que se publicó el año pasado en Archives of Sexual Behavior, los millennials tienen una actitud más abierta en torno a la promiscuidad en comparación con las cuatro generaciones anteriores. "Conforme aumenta el individualismo, la actitud y el comportamiento relacionado con el sexo se vuelve más permisivo", dijo Twenge en la publicación.

El "individualismo", en este caso, significa ser soltero por más tiempo y posiblemente para siempre. Aunque el centro de investigación no reunió información sobre las relaciones en comparación con los acuerdos de amigos con beneficios, descubrió que los millennials no se casan tanto como sus mayores y que probablemente uno de cada cuatro millennials nunca llegue a casarse.

Según Chauntelle Tibbals, socióloga y autora de Exposure: A Sociologist Explores Sex, Society, and Adult Entertainment, esa falta de conexión, y la promiscuidad que resulta de ella, no son producto del porno. Lo más probable, según Tibbals, es que estén atados al "aislamiento y ruptura interpersonal" que experimentó la generación X y que se extendió a otras generaciones. Esa falla en la conexión ha sido el tema de muchos libros.

Por lo tanto, Tibbals dijo que el porno es un "artefacto social" que refleja un panorama social más amplio. Dicho artefacto es,"sinérgicamente una causa y efecto del contexto en el que existe". En otras palabras, ¿qué fue primero: la gallina de la falta de romance en la vida real o el huevo de la pornografía poco romántica?

En 2014, la socióloga Elizabeth Armstrong de la Universidad de Michigan dijo a la revista Rolling Stone, "Parece que [los jóvenes] tienen menos sexo, menos relaciones y menos compromiso pero lo que están haciendo simplemente es más casual. Todavía no lo entendemos del todo". No está claro si existe una relación entre la pornografía y una tendencia a evitar las relaciones. "Lamento decir que sólo puedo especular sobre los efectos de la pornografía en la generación de los millennials", me dijo Armstrong en un correo electrónico.

Los trabajos académicos sobre la pornografía y los millennials se enfocan en la estética del porno. De igual forma, la investigación de la conducta que vincula el consumo de la pornografía a los hábitos sexuales relacionados tiende a ser muy específica y tiene poco que ver con la edad. Un informe de 2014, por ejemplo, vincula el sexo sin condón entre hombres gay con el consumo de porno sin condón. Aunque el estudio no se enfoca en los millennials, esta clase de estudios demuestran que las fantasías pornográficas de las personas y los hábitos sexuales del mundo real a veces chocan.

Es muy dificil precisar las fantasías porno colectivas de los millennials como un grupo gigante y monolítico pero aun así hay quienes lo han intentado. En julio del año pasado, PornHub y Mic se unieron para explicar cómo los millennials consumen pornografía en una publicación llamada "Coming of Age: Millennials". No era perfecto, se centraba demasiado en la forma en que los millennials utilizan PornHub pero al menos es un argumento convincente de que los millennials aman el hentai (caricaturas porno japonesas).

Rubén Weinsteiner