Facebook pierde casi 70.000 millones de euros desde que saltó el escándalo de Cambridge Analytica




¿Se ha convertido Facebook en una Tabacalera? Es decir, ¿en una empresa con un sólido modelo de negocio, grandes márgenes y un enorme retorno para sus accionistas, pero con un problema de imagen insuperable?

La pregunta, que había sido planteada hace dos meses por Marc Benioff, el consejero delegado del gigante de la nube Salesforce, se ha convertido en una realidad muy tangible en Wall Street, cuando la dueña de la mayor red social del mundo se ha llegado a desplomar hasta un 6,5% en medio de la confirmación oficial en un comunicado de lo que la agencia de noticias Bloomberg había declarado hace una semana: que las autoridades de EEUU están llevando a cabo una investigación "acerca de las prácticas de Facebook en relación a la privacidad [de sus usuarios]". La empresa ha llegado a acumular una caída de casi el 7%. Eso supone una pérdida de valor de 69.000 millones de euros (87.0000 millones de dólares) -es decir, tanto como todo el PIB vasco- desde que estalló el escándalo, hace una semana. A media sesión, sin embargo, la compañía se estaba recuperando y su caída rondaba el 2%.

La caída de Facebook tenía más relevancia si se la comparaba con la subida, a esa hora, del 1,76% del Nasdaq, el mercado especializado en empresas tecnológicas en el que cotiza. Esa divergencia parece indicar que Facebook tiene un problema serio de imagen que la separa del resto del mercado. También introduce una dinámica nueva en Wall Street: el final de los FAANG, que son las empresas tecnológicas que más han tirado de la Bolsa en los últimos dos años: Facebook, Apple, Amazon, Neftlix y Google,.

Ahora, la 'F' de Facebook se ha caído, y la 'G' de Google corre peligro de seguir ese camino, ya que su modelo de negocio es similar al de la red social propiedad de Mark Zuckerberg, es decir, captar mayor cantidad posible de información de sus usuarios. De hecho, el domingo, Facebook admitió que, tal y como se había propagado en, precisamente, las redes sociales -incluyendo la suya propia-, ha estado recopilando los datos de las llamadas y mensajes de texto de los usuarios de teléfonos Android, que es, precisamente, el sistema operativo fabricado por Google. Amazon -que tiene poca presencia en el área de la publicidad online- y Apple -cuyos dispositivos usan un software propio de esa empresa, el iOS, que es mucho más restrictivo que los de Facebook y Google a la hora de respetar la privacidad de sus usuarios- se perfilan, por ahora, como los grandes beneficiarios de la crisis.

La mala imagen de la empresa de Zuckerberg es un problema muy real. Lo que temen los inversores es que esta catástrofe de relaciones públicas desencadene algún tipo de regulación de la actividad de Facebook -y, por extensión, de Alphabet, que es la dueña de Google- que limite la enorme libertad con la que esas empresas operan en el mercado. En principio, la pena máxima que podría imponerle el regulador de EEUU ronda los 100 millones de dólares (80 millones de euros), es perfectamente asumible por la compañía.

Empresas como el fabricante de coches eléctricos Tesla y la empresa de cohetes Space X -ambas, dirigidas por el controvertido multimillonario Elon Musk- se han ido de la red social, y, en lo que puede ser un verdadero motivo de alarma para Facebook, el gigante holandés de los productos de consumo Unilever amenaza con hacer lo mismo. Y tanto el número de usuarios como el de horas que éstos pasan en la red social está estancado, al menos en los mercados más maduros. Al mismo tiempo, una serie de rivales, como Twitter o Snap, amenazan con llevarse ciertos grupos demográficos de Facebook, como la Generación Z, es decir, los nacidos entre 1995 y 2005. Pero ésos son problemas potenciales. Por ahora, las dificultades de Facebook son de imagen.