La reducción de impuestos cambió las percepciones de los estadounidenses

Los 13 puntos de ventaja que tenían los demócratas en los sondeos de opinión se redujeron a la mitad, pero la popularidad del presidente de EE.UU. sigue siendo baja


En una fábrica suburbana de Cincinnati, un alegre Donald Trump hablaba sobre las virtudes de su reducción de impuestos por un billón de dólares para las familias trabajadoras cuando Fox News abruptamente hizo un cambio de cámara.

El Dow se "está derrumbando", informaba el presentador de Fox News Shepard Smith, el lunes. "Nunca se vio una caída en puntos como ésta", contaba.

Fue un momento de pantalla partida muy desagradable para el presidente norteamericano, que ha atado su reputación al pujante mercado de valores y al auge de la economía.

Mientras los republicanos se preparan para las elecciones de mitad de término de este año, el derrumbe de la bolsa fue un revés que se produjo justo cuando los sondeos sugerían que sus recortes de impuestos estaban convenciendo a los votantes.

Los demócratas contaban con la hostilidad hacia el presidente para alentar a sus seguidores a que vayan a votar en las elecciones de noviembre. Sin embargo, las encuestas de opinión hacen dudar de las probabilidades de que haya una sólida victoria demócrata.

Desde que los republicanos aprobaron el proyecto de reforma tributaria en diciembre, la ventaja de los demócratas en las elecciones parlamentarias 2018 se redujo de 13 puntos a 6,6 puntos, según la consultora RealClearPolitics. Junto con las cifras sólidas de crecimiento económico y creación de empleo, la recuperación de los republicanos se debe a la mejor percepción sobre las reformas fiscales.

Una encuesta de la Monmouth University la semana pasada señala que, si bien la opinión de la gente blanca sobre la legislación impositiva está dividida, con 44% a favor y 44% en contra, se produjo un giro significativo en el apoyo desde diciembre, mes en que sólo 26% estaba a favor.

Patrick Murray, director del Instituto de Encuestas de la Monmouth University, afirmó que es probable que la opinión pueda mejorar aún más cuando los empleadores reflejen los menores impuestos en los salarios de los trabajadores. Murray dijo que no es sólo una cuestión del cambio absoluto en el salario sino que también en la percepción de la gente, ya que verán que "obtuvieron una porción justa del recorte de impuestos".

Algunos votantes ya cambiaron de opinión. En Effingham, estado de Illinois, Tony Griffith respondió a la reforma tributaria otorgando a cada uno de sus sesenta y pico de empleados un premio de u$s 1000 dividido en cuotas semanales de 20 dólares. "Cuando vi el proyecto tributario supe en ese momento que nosotros ahorraríamos entre u$s 50.000 y u$s 60.000 en impuestos el año próximo," dijo refiriéndose a su empresa de transporte en camión, y agregó que el derrumbe bursátil se sintió como una corrección esperada y breve.

En Cushing, estado de Iowa, John Anfinson, el dueño de un pequeño comercio de fertilizantes y provisiones para el campo, contó que había decidido comprar un nuevo silo de u$s 25.000 después de la aprobación de las reducciones de impuestos, mientras que otorgó a sus empleados un aumento salarial de 5% y un bono de u$s 1000.

Anfinson tiene demócratas y republicanos en su personal, y no parece que nadie se queje. "Independientemente de su afiliación partidaria, van a apreciarlo. Creo que también lo recordarán cuando voten".

El aparente giro en la opinión pública en cuanto a la reforma tributaria se produce en un momento en que los demócratas buscan mostrar que el Partido Republicano intenta ayudar a las grandes empresas y a los jefes, y no a los ciudadanos comunes, resaltando la noción de que los recortes de impuestos no son equitativos.

Los sondeos de opinión anteriores al lunes negro sugerían que las actitudes hacia la economía eran positivas. Dos de cada tres votantes consultados por Quinnipiac el mes pasado, por ejemplo, pensaban que la economía era "excelente" o "buena".