El nuevo escenario sirio para el enfrentamiento Israel-Irán, luego del derribamiento del F-16

F-16 derribado: nuevas reglas

La pérdida de un caza tras un ataque en suelo sirio cuestiona la libertad de acción de la aviación israelí durante la guerra

Imagen de un vídeo del lugar donde se estrelló el caza F-16 en el norte de Israel.


“Fuimos muy afortunados. El misil estalló tan cerca del avión que pudo habernos matado”, relataron los dos aviadores del F-16 israelí derribado el sábado después de haber participado en un ataque contra objetivos iraníes en Siria. La grabación de su declaración filtrada a la prensa israelí confirma que la explosión dañó seriamente el fuselaje. El piloto —herido por la metralla— y el navegante ya solo pudieron pulsar el botón de eyección antes de que el caza, dotado de defensas electrónicas anticohete, se estrellara en un kibutz de Galilea.

Israel ha perdido su primer avión de combate desde la guerra de Líbano de 1982. Nadie pone en duda su supremacía aérea en los cielos de Oriente Próximo, pilar de consecutivas victorias en guerras e incursiones en la región (incluso en las no reconocidas). Pero la libertad de acción que han mantenido sus escuadrillas para intervenir en Siria durante siete años de conflicto parece estar tocando a su fin. El despliegue militar ruso en auxilio del régimen de Bachar el Asad ya limitó su margen de actuación desde el otoño de 2015. El derribo del F-16 lo cuestiona ahora.

En la tarde del sábado, después de que la aviación hubiese lanzado la mayor ofensiva en más de tres décadas contra posiciones militares en Siria, el gabinete de Seguridad de Benjamín Netanyahu se planteaba desencadenar nuevos ataques de represalia. Ocho baterías sirias de misiles —la mitad de los sistemas de defensa aérea del país árabe— y cuatro objetivos iraníes habían sido destruidos de una tacada.

Una llamada del presidente ruso, Vladímir Putin, al primer ministro israelí para pedirle que evitase dar pasos que pudiesen conducir a “una nueva etapa de peligrosas consecuencias para la región” enfrió el ardor guerrero. La calma sobre el espacio aéreo sirio que siguió a la comunicación telefónica muestra quién es el “verdadero jefe en Oriente Próximo”, diagnostica Amos Harel, analista de defensa del diario Haaretz. Cerca de 50.000 miliares rusos han rotado por el frente sirio desde hace dos años.



Aunque los responsables del Estado Mayor israelí ya han transmitido que un nuevo enfrentamiento con Irán es “solo cuestión de tiempo”, su capacidad de maniobra para impedir que se rearme la guerrilla libanesa de Hezbolá desde Siria parece haber quedado limitada tras el derribo del caza. El cambio en las reglas de juego coincide con la advertencia lanzada por Teherán y sus aliados chiíes de que responderán con contundencia a las nuevas incursiones de Israel.Ya no se trata de una mera amenaza retórica.

En el inicio de la secuencia de enfrentamientos del sábado, ocho F-16 de Israel atacaron de madrugada instalaciones de la Guardia Revolucionaria iraní en la base T-4, cerca de Palmira. Desde allí se manejaba el avión no tripulado que había sido abatido poco antes por un helicóptero Apache tras penetrar en el espacio aéreo israelí.

En un aparente exceso de confianza tras más de un centenar de misiones en Siria, uno de los cazas permaneció al margen de la formación para verificar la destrucción de los objetivos. Las defensa sirias dispararon una veintena de SA-5 y SA-17, y un cohete fijó su guía de autodirección en el aparato israelí que acabó estrellándose.

Está por ver si la infiltración del dron iraní fue el cebo para que los F-16 se adentraran hasta el desierto de Siria, donde les aguardaba una salva de misiles de fabricación rusa.


Un segundo avión israelí F-16 fue capaz de evadir los misiles sirios

Una investigación de la Fuerza Aérea de Israel sobre el derribo de un avión de combate F-16 durante el fin de semana encontró que los misiles antiaéreos sirios se engancharon a otro de los ocho aviones que realizaban el ataque, pero ese avión pudo evadir el misil.

Dos formaciones de cuatro aviones realizaron un ataque aéreo para tomar represalias por la infiltración de un drone iraní en el espacio aéreo israelí el sábado. Entre otras cosas, atacaron el centro de control y comando del avión no tripulado, así como otros objetivos iraníes y sirios.

Después de bombardear sus objetivos, los aviones de combate israelíes fueron atacados por la defensa aérea siria, con más de 20 misiles antiaéreos SA-5 y SA-17 lanzados contra ellos.

Un misil explotó cerca de uno de los aviones, lo que llevó al piloto y al navegante a eyectarse en cuestión de segundos, a pesar de no haber informado esto al sistema de comunicaciones.

Como el misil no impactó directamente al avión, algunas evaluaciones indican que si el piloto y el navegante hubiesen tomado un curso de acción diferente, el avión podría no haberse derribado. Sin embargo, aún no se llegó a conclusiones certeras al respecto.

La investigación inicial sobre el incidente descubrió que al menos uno de los jets F-16 estaba expuesto al fuego cuando volaba a gran altura para confirmar que los misiles que Israel había lanzado habían alcanzado sus objetivos.

El avión principal de la formación notó los misiles, pudo zambullirse a tiempo y evadirlos.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, expresó el domingo que Israel dio "golpes severos a las fuerzas armadas de Irán y Siria". Estos golpes incluyeron 12 objetivos en Siria, cuatro de ellos iraníes.

Uno de esos objetivos iraníes era la base aérea militar en Mezzeh, que está cerrada al ejército sirio. Los "consejeros" iraníes de la Fuerza Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Iraní se encuentran allí para supervisar la transferencia de equipos militares desde Teherán a Damasco y desde allí a Hezbollah en el Líbano.

Otro objetivo era la base aérea T-4 en la provincia oriental de Homs, a 60 kilómetros al este de Palmyra. Esta es la base aérea militar más grande de Siria, que alberga equipos de la Fuerza Aérea iraní. La base sufrió daños extensos, poniéndola fuera de servicio después de que su torre de control y 54 pistas sufrieran impactos directos.