La UCR le baja el pulgar a las extraordinarias



El Honorable Congreso de la Nación seguirá anestesiado al menos hasta el 1 de marzo. La Unión Cívica Radical, principal aliado de la coalición oficialista, ya elevó su dictamen: no hay fecha ni urgencia para convocar a las Cámaras en febrero. Mauricio Macri vuelve hoy a la actividad oficial luego de sus vacaciones en Villa La Angostura y el miércoles reunirá al Gabiente nacional, más autoridades de ambas Cámaras, para definir si habrá sesiones extraordinarias con un temario "light". Sin apoyo de la CGT, y después de la traumática aprobación del nuevo cálculo jubilatorio, el Poder Ejecutivo Nacional levantó de agenda a los proyectos conflictivos como la reforma laboral, la boleta única electrónica y la nueva ley orgánica del Ministerio Público Fiscal.

De cara a un eventual llamado a sesiones extraordinarias, ya sin proyectos en agenda como la reforma laboral, los jefes del bloque de la UCR en Diputados y en el Senado, Mario Negri y Luis Naidenoff, recomendaron que no se convoque a sesiones extraordinarias. Con la excepción de la ley de mercado de capitales, la UCR sostiene que no existe premura para reabrir el Congreso y volver a librar una batalla política en medio del verano. No sólo será difícil reunir el quórum con los legisladores nacionales de vacaciones sino que además Cambiemos se expondría a una derrota política en caso de no poder garantizar 129 diputados y 36 senadores nacionales presentes para poder sesionar.

Existe otro factor que conspira contra las extraordinarias. A partir del jueves 15 de febrero, el Presidente internará al menos 72 horas en Chapadmalal a sus Ministros, a las autoridades del Congreso y a los jefes de los interbloques para diseñar el año político. Con Emilio Monzó, Gabriela Michetti, Federico Pinedo, Negri y Naidenoff en el retiro espiritual se acota el margen de tiempo para poder celebrar sesiones extraordinarias en el próximo mes. El razonamiento del radicalismo es político y pragmático: ¿para qué arriesgar con la reapertura del Congreso, darle micrófono a Cristina de Kirchner y al peronismo, cuando el Ejecutivo no tiene leyes urgentes para tratar? Esa lógica ya la aplicó en parte la Casa Rosada con el mega-decreto de reforma del Estado. Anestesió al Legislativo a través de una DNU que será remitido al Congreso recién a fin de mes para ser tratado en la comisión bicameral a fines de febrero.

La bicameral permanente de seguimiento de trámite legislativo deberá constituirse en los próximo días. El Frente para la Victoria designó entre sus integrantes a Máximo Kirchner. Ese cuerpo, la bicameral, está compuesta por ocho diputados y ocho senadores. La sorpresa podría ser el desembarco de Cristina de Kirchner como parte del staff de la Cámara alta. La ex presidente podría coincidir con su hijo en la integración. En cuanto a la presidencia de la comisión, este año le corresponde a Cambiemos. Si bien Naidenoff debería ocupar esa silla, la conducción todavía no está definida. Podría corresponderle a otro radical o a un senador del PRO.

El radicalismo viene de sufrir un roce con el Ministerio de Energía a partir de una carta presentada ante el ministro de Energía, Juan José Aranguren, donde rechazan el proceso de venta de las acciones que el Estado posee de la empresa Transporte de Energía Eléctrica en Alta Tensión (Transener). La UCR viene además de votar, con forceps, el nuevo cálculo de jubilaciones que, al menos en el tramo del empalme con el anterior sistema, implicará una baja en los haberes previsionales. El centenario partido debió interceder además junto a Elisa Carrió para que el Ejecutivo descarte la vía del Decreto de Necesdad y Urgencia en la polémica por las jubilaciones luego de la sesión fallida en medio de una batalla campal frente al Congreso