Trump da por cerrado el "deshielo" con Cuba



El gobierno de Donald Trump endurece cada vez más su relación con Cuba, y acaba de anunciar la suspensión temporal de sus operaciones de las oficinas gubernamentales en La Habana.


El Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS, por sus siglas en inglés) anunció que "suspenderá temporalmente sus operaciones" en su oficina La Habana, ante la "reducción de personal" de la embajada estadounidense.
La agencia informó que la medida tiene "efecto inmediato" y que su oficina en la Ciudad de México asumirá la jurisdicción de La Habana.

"Debido a la reducción de personal en la Embajada de EEUU en La Habana, la Oficina de Servicios de Inmigración y Ciudadanía (USCIS) de este país suspenderá temporalmente, pero con efecto inmediato, las operaciones en su sede de la capital cubana", indicó la agencia en su página web. "Durante este tiempo, la oficina en Ciudad de México asumirá la jurisdicción de La Habana, que incluye solo a Cuba", amplió.

En el caso de que sea, agregó, un "residente permanente en los EE.UU. que ha perdido sus documentos de viaje o permiso de reingreso al país, y necesita documentación para volver, debe presentar una solicitud en cualquier sección consular estadounidense fuera de Cuba".

La administración Trump ha reducido al mínimo su personal en su embajada en La Habana, lo que ha llevado a suspender la emisión de visados y limitar sus servicios consulares a trámites de emergencia, en respuesta a los supuestos "ataques" sónicos que ha sufrido más de una veintena de sus funcionarios en Cuba, registrados entre finales de 2016 y el pasado agosto y cuya causa se desconoce. Además de retirar a gran parte de su personal en La Habana en octubre, el Departamento de Estado ordenó la expulsión de 15 funcionarios de la embajada cubana en Washington, un paso que ha aumentado las tensiones con el Gobierno cubano, que niega toda relación con los incidentes.

Esta semana, el presidente cubano, Raúl Castro, lamentó el retroceso en las relaciones con EE.UU tras la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, un giro que calificó de "serio" y que atribuyó a la "fabricación artificial de pretextos irracionales". "En 2017 hemos sido testigos de un serio e irracional retroceso de las relaciones Cuba-EE.UU., del cual nuestro país no es responsable", subrayó Castro, quien volvió a negar que Cuba haya participado en los supuestos "ataques acústicos" sufridos por diplomáticos estadounidenses en la isla.