Se vienen cuatro elecciones claves para Europa

El 17 de diciembre se realizan las elecciones en Cataluña para elegir la asamblea o parlamento regional. Esta elección ha sido la jugada clave del presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, para sofocar el movimiento secesionista catalán, la crisis política más grave de España desde el régimen franquista.
Los separatistas resistieron la elección, pero la salida hacia Bélgica del Presidente del gobierno separatista (Puigdemont) así como la prisión de otros dirigentes que se quedaron en el país, mostraron una dirigencia separatista dividida y a la defensiva, sin capacidad de oponerse al gobierno nacional español. La elección planteada por Rajoy se convierte así en una suerte de nuevo referéndum sobre la independencia catalana. Ha realizado una apuesta partiendo de la base de que el resultado de la elección será favorable a los partidos que se oponen a la secesión. Varios sondeos fundamentaban la estrategia, ya que daban cuenta de que ellos se impondrían.
El fracaso de la dirigencia secesionista en lograr la unidad electoral de sus tres partidos pareció reforzar las posibilidades de triunfo de la estrategia político-electoral de Rajoy. Pero los sondeos difundidos la última semana muestran que los partidos secesionistas, aunque divididos, podrían ganar. No llegarían al 50% de los votos pero tendrían mayoría en la asamblea.
Es un escenario similar al registrado en la última elección. Un triunfo secesionista sería un fuerte retroceso no sólo para el gobierno español, sino también para la UE, que apoyó decididamente a Rajoy, con intención de neutralizar a otros movimientos independentistas del continente.

En marzo tiene lugar la elección presidencial en Rusia y Putin sería reelecto. El Presidente ruso impulsó y concretó la reforma constitucional que le permite tener un nuevo mandato presidencial consecutivo. La reelección de Putin confirmará que el país más poblado de Europa, que además es la primera potencia militar del continente, consolida un régimen autoritario. Nadie discute que será reelecto. Los opositores más peligrosos están presos o fuera del país. La nueva oposición, representada por cuatro candidatas mujeres que han irrumpido como una novedad en la política rusa, en los hechos dividen más la debilitada oposición y refuerzan el predominio político de Putin. Hay quienes piensan que esta irrupción es consecuencia de una estrategia encubierta del Presidente ruso, quien ganará tras haber sorteado con éxito las sanciones que le impusieran occidente por la ocupación de Crimea y el apoyo a la secesión ucraniana. Esta reelección aumenta el temor de Europa frente a avances militares rusos sobre su periferia. Los países nórdicos, los bálticos y las demás ex repúblicas soviéticas que tienen gobiernos pro-europeos, ven con creciente temor el avance ruso. A ello se agrega que en las últimas semanas se ha constatado no sólo la interferencia rusa en los procesos electorales de EE.UU., el Reino Unido -en el referéndum sobre el Brexit- Holanda, Francia y Alemania, así como también el respaldo a los movimientos secesionistas de occidente. No sólo Cataluña, sino también a los de California y Texas en los EE.UU.

A su vez en mayo tiene lugar la elección general italiana, en un contexto de fuerte incertidumbre. Tras la derrota del ex primer ministro Renzi en el referéndum realizado en noviembre sobre la reforma electoral, su partido de centro-izquierda no ha logrado recuperarse.
En el referéndum realizado el 22 de octubre, en Lombardía y el Venetto por la autonomía económica, con más del 90% ganó la posición favorable a ella, un paso hacia un proyecto que puede culminar en secesión. La Liga Lombarda que la impulsa y que apoyó el voto a favor de la autonomía, decidió nacionalizarse como partido, con la denominación de “La Liga”.

A comienzos de noviembre tuvieron lugar las elecciones en Sicilia. Contra la mayoría de los pronósticos ganó el partido que lidera Silvio Berlusconi, que así recupera protagonismo político, La derrota, dejó al PD de Renzi aún más débil. Al mismo tiempo el Movimiento Cinco Estrellas, expresión de la anti-política, aparece en los sondeos como la fuerza más votada en el ámbito nacional. En este marco, las elecciones generales de mayo resultan imprevisibles y ello genera incertidumbre en un país que tras el Brexit es la tercera economía de la UE.

A estas tres elecciones claves para Europa, se agrega ahora la posibilidad de una nueva general en Alemania. A dos meses de iniciadas las negociaciones de Merkel para formar gobierno con el Partido Liberal y el Verde, no han progresado y pueden fracasar. Ello ha llevado a la jefa del gobierno alemán, a la posibilidad de convocar a nuevas elecciones para superar la crisis política que se ha generado.
Es posible que Merkel piense que en una nueva elección obtendrá más votos, ante el temor de que el país caiga en la ingobernabilidad. Pero ello nadie lo sabe. Cuando en la última elección se pensaba que ella obtendría mayoría absoluta, terminó siendo una débil primera minoría que hoy no logra formar un gobierno de coalición. El surgimiento de una fuerza nacionalista con influencia neonazi (Afirmación por Alemania) que por primera vez llegó al parlamento desde la Segunda Guerra Mundial, así como la negativa de la Social-Democracia alemana a reiterar una “gran coalición” con la Democracia Cristina que lidera Merkel, completan la dificultad política que hoy enfrenta el primer país de la UE. Por esta razón es una mala noticia para Europa que Merkel no haya podido formar gobierno y que puede realizarse una nueva elección. La semana pasada tuvo lugar en Berlín una cumbre para avanzar en la implementación del acuerdo de Paris sobre el cambio climático, sin la participación de EE.UU..
Alemania no pudo encauzar un resultado positivo y ello refleja también su limitación para liderar occidente, frente al aislacionismo estadounidense.

En conclusión: si el separatismo gana la elección catalana del 17 de diciembre, ello implicará un fracaso de Rajoy, un golpe para la UE y un aliento a los movimientos separatistas de Europa; la reelección de Putin en Rusia en marzo implica la consolidación de su modelo autoritario y su capacidad de influir y amenazar a los países de su entorno; en Italia, la elección general de mayo se presenta incierta, combinándose el avance de la “anti-política”, con el crecimiento del separatismo en el norte y el resurgimiento de Berlusconi y la posibilidad de una nueva elección en Alemania sumaría un cuarto acto electoral que agrega incertidumbre para Europa, en el país más importante de la UE.