Facebook nos controla


Ex ejecutivo de Facebook alerta sobre la red social: Estamos siendo "programados" sin darnos cuenta


Un exvicepresidente de la mayor red social del mundo asegura que la plataforma "está desgarrando el tejido social de la sociedad".

Mirarlo nada más abrir los ojos por la mañana, consultarlo a lo largo de todo el día y revisarlo justo antes de acostarse. Hoy en día, es casi imposible imaginar la vida cotidiana de una persona moderna sin Facebook, una parte indispensable de la rutina diaria para la mayoría de nosotros.
Lo que nació en 2004 como un experimento estudiantil ahora es algo mucho más que una herramienta para comunicarnos con familiares y amigos: pasó a convertirse en un fenómeno de unas dimensiones y un poder inimaginables, una especie de Estado extraterritorial, gobernado por gente a la que nadie eligió pero que se siente cómoda en ese imaginario trono.



¿Cómo ha cambiado Facebook nuestras vidas?

Nadie va a negar que Internet y las redes sociales como Facebook han cambiado drásticamente nuestra forma de interactuar: desde el número de personas con las que podemos comunicarnos y la inmediatez con la que nos permito hacerlo hasta la libertad con la que podemos expresarnos. Sin embargo, el poder de la red social número uno va mucho más allá de esto.




Un archivo enorme: ¿Qué sabe Facebook de nosotros?

Facebook cuenta con 1.790 millones de usuarios activos mensuales, una cuarta parte de la población mundial y más gente de la que vive en EE.UU. y China juntos. Y un archivo gigante de personas de las que sabe prácticamente todo, desde su número de tarjetas de crédito hasta el tamaño de sus viviendas.

En aras de ofrecernos publicidad dirigida, Facebook utiliza casi un centenar de nuestras características, según recogió 'The Washington Post', algunas de las cuales probablemente le sorprenderán.


Otro exejecutivo de Facebook se ha pronunciado sobre el supuesto daño que la red social está causando a la sociedad civil en todo el mundo. Chamath Palihapitiya, quien se unió a Facebook en 2007 y llegó a ser vicepresidente responsable de crecimiento de usuarios, afirmó que siente "una gran culpa" por haber trabajado en esta empresa.

Durante una conferencia ofrecida en noviembre pasado en la Escuela de Postgrado de Negocios Stanford, Palihapitiya aseveró que "hemos creado herramientas que están desgarrando el tejido social" de la sociedad y recomendó a todos tomarse un "descanso" de las redes sociales.

Las críticas de Palihapitiya apuntaron no solo contra Facebook, sino contra todo un sistema más amplio que existe en la Red. El emprendedor se refirió a las interacciones en línea impulsadas por los 'me gusta' como "ciclos de retroalimentación a corto plazo impulsados ​​por la dopamina", que destruyen el funcionamiento de la sociedad.

"No hay discurso civil, no hay cooperación. [Solo] desinformación, falsedad", indicó el exejecutivo de Facebook y aseguró que no se trata de un problema estadounidense, sino global.

Además, Palihapitiya recordó un incidente en la India donde los mensajes falsos compartidos en WhatsApp sobre secuestros de niños llevaron al linchamiento de siete personas inocentes. "Imagínense llevar eso al extremo, donde los malos actores ahora pueden manipular a grandes grupos de personas para hacer lo que quieran".


En ese sentido, el exvicepresidente de Facebook subrayó que las redes sociales sirven para programarnos el cerebro. "Aunque no se dan cuenta, están siendo programados", insistió Palihapitiya y enfatizó que intenta usar Facebook lo menos posible y que a sus hijos tampoco les permite usarlo.






¿Y cómo lo sabe? Según explica la propia red social, "tus preferencias de anuncios se basan en la información que compartiste con Facebook, las páginas que te gustan o en las que participas, los anuncios en los que haces clic, las aplicaciones que usas, los sitios web que visitas, y la información de nuestros proveedores de datos y anunciantes". En otras palabras, lo sabe porque:


En este sentido, un estudio del sitio de periodismo de investigación independiente ProPublica revela que Facebook cuenta con la ayuda de los mayores 'brokers' de datos comerciales, que supuestamente les venden información sobre los gustos de sus usuarios.

Estos datos –según los autores– son utilizados por la red para ganar dinero, ofreciendo a las compañías comerciales más oportunidades para encontrar internautas que podrían estar interesados en la publicidad de sus productos.
Facebook puede arruinar su carrera/provocar trastornos psíquicos/hacerle más infeliz, etc.

El inmenso poder de Facebook sobre nuestras vidas se refleja en la cantidad de estudios científicos dedicados a esta red social y a las consecuencias de su uso.

Muchos de ellos se centran en el aspecto psicológico de su uso, por ejemplo, analizando cómo influye en la felicidad. Algunos llegan a la conclusión de que, aunque nos ofrece una satisfacción inmediata en forma de nuevos 'me gusta' y solicitudes de amistad, distorsiona nuestra percepción de la realidad y nos hace infelices.

Así, los científicos de la Universidad de Copenhague, en Dinamarca, recomiendan tomarse un descanso de Facebook, sobre todo a los 'mirones', para aumentar el bienestar emocional y el nivel de satisfacción con la vida.

Otros van más allá al sugerir que, en ocasiones, el uso de las redes sociales aumenta el riesgo de padecer patologías físicas, en nuestro caso, la depresión de Facebook —la necesidad de visualizar perfiles de otros usuarios para reducir la tristeza—, según refleja un estudio que ha realizado la consultora de comunicación española Torres y Carrera y la compañía Evidentia Marketing.

En relación con el aspecto laboral, investigadores advierten que, aunque parece que Facebook hace más fácil encontrar un trabajo o forjar nuestra marca personal, está disminuyendo la empleabilidad de algunas personas porque reduce la atención y la capacidad de centrarse en una tarea a la vez, y nos hace adoptar un enfoque pasivo para el progreso profesional.


"Desvía su tiempo y atención lejos de producir el trabajo importante y solo busca convencer al mundo de que lo que importa es usted".
Cal Newport, escritor y profesor asociado de Ciencias de la Computación en la Universidad de Georgetown (EE.UU.)



Pero aparte del aspecto psicológico, la influencia de Facebook y otras redes sociales es tan grande que puede destrozar fácilmente la reputación de una persona y costarle el trabajo, ya sea con una foto provocativa, una broma de mal gusto o un comentario ofensivo.

Sin ir más lejos, un caso reciente fue el de Jane Wood Allen, una mujer que desempeñaba tareas docentes en Georgia (Estados Unidos) desde 1989, y que fue expulsada del centro escolar en el que trabajaba después de llamar "gorila" en Facebook a la entonces primera dama del país.


¿Cómo ha cambiado el periodismo?

Aparte de ser una de las principales plataformas de comunicación, Facebook se ha convertido en una de las herramientas más importantes de la distribución de noticias y decide qué informaciones llegarán a millones de personas. En este contexto, no es de extrañar el enorme impacto que ha tenido y sigue teniendo en el mundo del periodismo.

Y es que, aunque el propio Zuckerberg insiste en que su compañía es tecnológica y no mediática, la verdad es que, hoy en día, está cumpliendo e incluso monopolizando algunas de las funciones tradicionales de los medios de comunicación. Cada vez son menos las personas que visitan las webs de los periódicos, y más las que reciben noticias directamente en esta red social.

Las ventajas parecen evidentes. Para los medios, Facebook facilitó la posibilidad de acceder a un mercado de una magnitud jamás vista. Para los usuarios, la de encontrar en un solo espacio toda la información que les interesa de todos los medios que les gustan, así como interactuar con estos medios. Sin embargo, no todo es tan positivo.

Para decidir qué noticias y cómo aparecen en el 'News Feed' ('Ultimas noticias', en español), Facebook utiliza un complejo algoritmo informático que tiene en cuenta miles de factores y que se mantiene en secreto. Es por ello que muchas veces no nos enteramos de la existencia de muchos artículos de prensa o publicaciones de nuestros amigos.

A menudo, este sistema, que prioriza la información más popular, favorece a cierto tipo de contenidos: videos con animalitos, listas, noticias escandalosas (y muchas veces falsas, tema del que hablaremos más adelante), mientras que los textos extensos o investigaciones serias pasan a un segundo plano.

Un estudio realizado en 2015 por el propio Facebook confirma que su algoritmo muestra una imagen distorsionada, aunque los autores insisten en que la culpa es de los propios usuarios, que prefieren ver las noticias que coinciden con sus puntos de vista (un efecto conocido como 'cámara de eco').



"Los medios sociales no solo se han tragado al periodismo, lo han engullido todo. Se han comido campañas políticas, sistemas bancarios, historias personales, la industria del ocio, el comercio minorista, incluso el Gobierno y la seguridad".
Emily Bell, directora del Centro de Periodismo Digital de la Universidad de Columbia




Hasta aquí lo del algoritmo, pero esto no es todo. Los documentos filtrados por 'The Guardian' el año pasado revelaron que la intervención humana —y por lo tanto, las decisiones editoriales— está en casi todas las etapas del proceso de decidir las cosas que se volverán importantes o no en Facebook.

Por si fuera poco, varios exempleados de Facebook denunciaron que durante su trabajo en la compañía eran instruidos para modificar artificialmente la popularidad de los artículos noticiosos del apartado 'Tendencias'.

Así, aseguraron que se les obligaba a eliminar artículos de autores conservadores aún cuando estos eran muy populares entre los lectores, o por el contrario, 'inyectar' historias seleccionadas en la lista de popularidad de Tendencias, incluso cuando estas no eran de interés para los usuarios.

También revelaron que las noticias que involucraban directamente a Facebook eran tratadas aún con mayor cautela y eran sometidas a supervisión de gerentes de dos niveles superiores.

Por otro lado, los medios de comunicación, aunque se beneficiaron de las posibilidades que les brindó Facebook, ahora se ven obligados a competir con la red por el tiempo de los usuarios, en unas condiciones además que están lejos de la igualdad debido a su dependencia de Facebook como plataforma.


Resumiendo, tenemos a una empresa transnacional con un poder enorme que se está moviendo hacia un monopolio de distribución periodística, mientras que el sistema que usa —sea a través del algoritmo o de un equipo editorial— afecta a la diversidad de la información y no nos permite ver otros puntos de vista.

Según Emily Bell, directora del Centro de Periodismo Digital de la Universidad de Columbia, nuestro ecosistema de noticias ha cambiado más drásticamente en el último lustro "que quizás en cualquier momento de los últimos 500 años".

Los editores de noticias han perdido el control sobre la distribución de su noticias, que ahora se realiza "a través de algoritmos y plataformas opacas e impredecibles". Todo el futuro del periodismo se está poniendo en "manos de unos pocos que ahora controlan el destino de la mayoría", explica Bell.

Probablemente, una salida para el usuario sería tomar el control de la información que consume, salir de vez en cuando de la red y dirigirse a diversos medios, incluidos aquellos con una opinión política contraria a la suya.
¿Cómo ha cambiado la política?

Estrechamente relacionado con el punto anterior, la red social ha transformado en muchos aspectos la manera de hacer política y formar la opinión respecto a sucesos y personalidades públicas.

Para empezar, ha permitido a los ciudadanos estar más conectados a la política que nunca. En lugar de ver la televisión o buscar en Internet las últimas noticias políticas, ahora pueden dirigirse directamente a la página personal de un candidato para obtener la información más actualizada, así como interactuar mejor con los políticos. En otras palabras, tienen un acceso más inmediato a la información política y más poder para responsabilizar a los legisladores por sus palabras y acciones.

Por su parte, los políticos también pueden beneficiarse de la situación: el 'feedback' de los ciudadanos permite a los organizadores y estrategas de las campañas identificar sus intereses y preferencias y dirigirse a sus partidarios de una manera más eficaz.

Por otro lado, Facebook no solo puede ser un medio de apoyo para los sistemas políticos, sino también un medio de resistencia, y muchas veces juega un papel vital en las movilizaciones ciudadanas.

En 2008, un grupo de Facebook denominado 'Un millón de voces contra las FARC' organizó una marcha de protesta en la que participaron cientos de miles de ciudadanos. Otro ejemplo fueron las revoluciones de la Primavera Árabe, en las que la platafoma desempeñó un papel clave.

La red social ha aumentado también la movilización y la influencia política de los jóvenes. El 'efecto Facebook' fue reconocido como un factor importante en la participación histórica de votantes jóvenes en las elecciones presidenciales de 2008 en EE.UU., cuando mostró a los usuarios recordatorios de la fecha de los comicios.

En las pasadas elecciones presidenciales de 2016 en EE.UU., se fue aún más lejos, mostrando durante cuatro días de septiembre un recordatorio del registro de voto en la parte superior del 'News Feed' que preguntaba a los internautas mayores de edad si se habían registrado y proporcionaba un enlace para hacerlo, una medida que disparó el registro de votantes.


Al mismo tiempo, las presidenciales de EE.UU. pusieron en el punto de mira el tema de la neutralidad de Facebook y su influencia en la política mediante la difusión de noticias e historias de dudoso contenido y procedencia por parte de medios de comunicación o internautas.

Mark Zuckerberg reconoció la existencia de noticias falsas en su plataforma, pero negó que este factor hubiera influido en el resultado de las elecciones presidenciales. "Decir que unas noticias falsas en Facebook, que son una mínima cantidad del contenido, influyeran de alguna manera en el resultado de las elecciones, es una idea bastante loca", dijo Zuckerberg.

"Los votantes toman decisiones basadas en sus experiencias vividas. Hay una profunda falta de empatía al afirmar que la única razón por la que alguien pudo haber votado lo que votó es porque leyó unas noticias falsas", criticó.

No obstante, un mes después de los comicios, anunció medidas de Facebook para luchar contra las noticias falsas en la red. "Tenemos la responsabilidad de garantizar que Facebook tenga el impacto más positivo en el mundo. Esta actualización es solo uno de los muchos pasos que daremos, y habrá más trabajos detrás", afirmó.

Sin embargo, la medida ha generado gran sorpresa, ya que para implementarla, Facebook contará con el apoyo de medios acusados recientemente de publicar "noticias falsas".

Al mismo tiempo, ninguna organización rusa colaborará en el proyecto, mientras que sí lo harán medios considerados "rusófobos". Otro motivo de preocupación fue el hecho de que las empresas tecnológicas y de información pudieran usar las "noticias falsas" como excusa para censurar el contenido que publican los usuarios.

¿Cómo ha cambiado Internet?


Como hemos dicho, Facebook tiene 1.790 millones de usuarios activos mensuales, mientras que, de acuerdo con el sitio web Internet Live Stats, hay unos 3.500 millones de usuarios de Internet en todo el mundo. Lo que quiere decir que una mitad de los internautas del planeta tienen una cuenta de Facebook.

Es más, gracias a los esfuerzos del gigante azul de llevar el Internet a los países en desarrollo, para millones de personas en todo el mundo no existe una separación entre Internet y Facebook.

Esto se debe en parte a que la compañía ha desarrollado una iniciativa aparentemente filantrópica para proporcionar a los consumidores de estos países acceso a Internet, pero en última instancia, lo que ha hecho es ampliar su base de usuarios y sus beneficios ofreciendo solamente un acceso estrictamente limitado a Facebook y a algunos de sus sitios asociados.

Por otro lado, en el marco de su política para abarcar cada vez más espacios en Internet, la firma ha adquerido los servicios más populares (compras multimillonarias de Instagram o de WhatsApp, por ejemplo) o simplemente ha copiado las funciones que ofrecen sus competidores.

Lo último se refiere, en primer lugar, a la red social y aplicación móvil Snapchat, que Facebook intentó infructuosamente comprar en 2013 por 3.000 millones de dólares. Desde entonces, la firma de Zuckerberg ha optado por clonar varias de las características y funciones de la popular aplicación.

El último ejemplo es el 'doble plagio' que representan las Facebook Stories, que básicamente imitan la función análoga de Instagram, que a su vez la copió de Snapchat.

Otro ejemplo es cuando Messenger comenzó a ofrecer la opción de escanear códigos y nombres de usuarios para facilitar que la gente se conectara y compartiera información sin necesidad de intercambiar números telefónicos, algo muy parecido a los códigos QR que ofrecía Snapchat.

Pero no solo ocurre con Snapchat. Así tenemos, por ejemplo, la función Facebook Live, que permite realizar videotransmisiones en directo. La diferencia entre ella y otras aplicaciones similares, como Periscope y Meerkat, es que no hace falta descargarla porque ya está integrada.

En general, según explica el columnista del diario 'The Washington Post' Teddy Amenabar, existe una tendencia, "ya sea un cambio interno o la reinvención de una opción nueva": todas las actualizaciones de Facebook "están enfocadas a no abandonar" la red social.