Verga Hermanos, la fortaleza de un naming difícil

Por María Julieta Rumi



Un camión de mudanzas que despierta pasiones es difícil de explicar, pero cualquiera que transite o viva en la ciudad de Buenos Aires seguramente alguna vez se cruzó con el logo de Verga Hermanos y esbozó una sonrisa, hizo un chiste o incluso lo persiguió para sacarse una foto. Además del particular nombre, hay un mito urbano según el cual encontrarse con uno trae suerte, por lo que mucha gente también va diariamente a tocar el portón de la empresa, ubicada en el barrio de Almagro. "He llegado a repartir astillitas entre los que vienen", contó la gerenta general Jorgelina García, quien se hizo cargo de la pyme familiar en 2001, tras la muerte de su esposo, bisnieto de los hermanos Verga.

A fines del siglo XIX, Juan Bautista y Ángel Verga trabajaban en ébano y otras maderas finas y construían muebles muy distinguidos. Sin embargo, tenían un problema para trasladarlos con la tecnología de la época que eran carros a caballo. De esa dificultad surgió la idea de las mudanzas y la empresa que funciona desde 1895 en Bulnes al 400, aunque el actual edificio art déco de siete pisos data de 1940.

"Los hermanos Verga eran unos genios. Yo en mi casa tengo un bureau divino hecho por ellos y cuadros en que les daban premios. Ellos pensaron en cómo trasladar megamuebles y de ahí surgieron las mudanzas y los expresos. Hugo Moyano trabajó acá. Era el que iba junto al chofer que hacía los expresos diarios a Mar del Plata. Era menor de edad y no conducía. A los acompañantes se les dice lechuzas y él era lechuza", relató García.
1 Alimentar la tradición (y el mito)

A pesar de ser una empresa familiar, los Verga se fueron quedando con pocos descendientes y tuvieron muchas hijas, por lo que la única que conserva el apellido es la suegra de Jorgelina, María Nélida "Nelly" Verga de García, de 92 años.

"Yo soy García y me casé con un García. El apellido Verga se fue extinguiendo al no haber habido hijos varones. Nelly tuvo un hermano, pero falleció a los 5 años. Como anécdota, mi marido, el hijo de Nelly, contaba que cuando empezó la facultad intentó llamarse García Verga y fue muy fuerte, no pudo. No superó tanto chiste. Te pasa hoy por hoy. De la camada que entró conmigo en la administración, todos contamos que al principio era difícil decir: «Te llamo de Verga»", recordó la empresaria.

El nombre los ayudó sin embargo a nivel de marca. Eso y el mito urbano según el cual ver un camión de Verga Hermanos trae suerte. "Son esas cosas buenísimas que logra el marketing. ¿Sabés la cantidad de gente que viene por día a tocar el portón? Yo he regalado astillitas porque me decían: «Por favor, acuérdese de mí si algún día llega a desarmarlo»", contó.

Según García, la asociación de la mudadora con la buena fortuna surgió porque Mario Pergolini les fue a hacer una nota en el primer programa de CQC y dijo que Verga Hermanos le había traído suerte y después se fueron sumando las fotos que se saca la gente con el camión y que sube a las redes sociales.
2 Profesionalizar el management

García entró en un momento crítico para la empresa, después de la muerte de su esposo, tras un cáncer, y en medio de la crisis de 2001. Ella venía de gerenciar compañías y, en ese entonces, trabajaba en una firma internacional de recolección de residuos. "Hoy hacemos 100 mudanzas al mes y en ese momento estábamos en unas 40 y estaba muy bien. ¿Qué le faltaba? Que había sido una empresa administrada por una persona que tenía que ir al sanatorio, hacerse la quimio y volver, aguantado todos los avatares. Así que eso demostró la solidez de la marca. Hoy, viéndolo hacia atrás, estuvo re bueno que me hiciera cargo, valió la pena. La empresa se volvió a posicionar, creció y tiene más personal", afirmó. Con 70 empleados y 10 camiones, la facturación prevista para 2017 es de 40 millones de pesos.
3 Animarse a innovar

En su gestión, García innovó en varios frentes. Su primer objetivo fue deshacerse de los canastos de mimbre con los que se hacían las mudanzas. Según ella, la empresa tenía millones de pesos en canastos, eran un activo, pero eran antihigiénicos, ocupaban espacio y se arruinaban con la lluvia. Entonces empezaron a usar cajas de cartón recicladas y se convirtieron en la primera empresa de mudanza sustentable del país. En cuanto al embalaje, la gerenta comentó que comenzaron a ofrecer un kit que sirve, por ejemplo, para meter la vajilla en sobres y cajas con un formato especial para poner y sacar, sin necesidad de lavar lo que se desempaca.

Pero lo más novedoso fue sin duda la idea de los remates Usá Usado, inspirada por el concepto de economía circular. "Yo estaba muy capacitada en lo referido a reciclado y me espantaba un poco ver cómo se venía generando la economía circular en el mundo mientras que acá se terminaban las mudanzas y la gente no sabía qué hacer con los muebles. Entonces empezamos a ofrecer el servicio para que dejaran en el camión lo que no quisiesen mudar. Cuando entra la mercadería, se hace un contrato de consignación y se le envía al cliente una descripción de cómo se recibieron las cosas, su valor y la comisión de la empresa y si hay cosas para donar, porque también trabajamos con ONG", puntualizó.
4 Apostar a los lazos familiares

García asegura que Verga Hermanos busca mantener el espíritu familiar y destaca que a la hora de contratar un nuevo empleado siempre priorizan los lazos de familia. "Acá casi todo el personal son familiares. Hoy tenemos 70 empleados que pertenecen a no más de ocho familias", asegura la número uno de la empresa mudadora. "Nuestros empleados están todos los días metiéndose en casas o empresas y les tenemos que garantizar la tranquilidad y seguridad a nuestros clientes. Para mí, la mejor manera es trabajar con familiares. Acá hay padre, hijo y cuñado. Mirá si vas a meter la mano donde no tenés que meterla y después se entera tu papá", sostiene García.
Mini-bio

Inicios

Jorgelina García se hizo cargo de la empresa familiar en 2001 tras la muerta de su esposo, que era bisnieto de los hermanos Verga, que a fines del siglo XIX fundaron la mudadora porteña

Liderazgo

De su mano, la empresa se volvió a posicionar como un referente del negocio y hoy cuenta con 70 empleados, diez camiones y una facturación proyectada para este año de $ 40 millones

Diversificación

En 2004 creó los remates Usá Usado para comercializar los productos que el cliente no quiere mudar. Hoy a través de este servicio organiza remates cada dos semanas y opera dos baratas sociales en Merlo