Trump: “Sería una tontería que Cataluña no siga en España”

El presidente estadounidense expresó su “respeto” a España y a su presidente y llamó a los catalanes a frenar la secesión porque España es un país “histórico y hermoso”




El respaldo de Donald Trump al Gobierno de Mariano Rajoy en torno a la disputa política que se libra en Cataluña llegó este martes en Washington más allá de lo esperado. Trump calificó de “tontería” los movimientos de los independentistas para la secesión y opinó que España “tiene que estar y permanecer unida”. El presidente estadounidense expresó su “respeto” a España y a su presidente y llamó a los catalanes a frenar la secesión porque España es un país “histórico y hermoso”.

“Estamos tratando con un gran, gran país y debería permanecer unido. He estado mirando cómo se ha desarrollado todo, ha sido un proceso que ha durado siglos. Creo que nadie sabe si se va a votar. El presidente ha dicho que no se va a votar y que hay mucha gente que se opondrá a eso [en alusión al referéndum]. Solo puedo hablar por mí, pero me gustaría ver que España continúa unida”. Esa fue la respuesta de Donald Trump a la primera pregunta que se le formuló ayer, en el Garden Rose de la Casa Blanca, sobre si había ofrecido su apoyo a Rajoy en la sesión de trabajo que celebraron.

Trump dijo todo ese párrafo de corrido, alertado del interés de los medios españoles que acompañan a Rajoy sobre Cataluña (los periodistas norteamericanos no hicieron ninguna pregunta al respecto) y con la sensación de que quería quedarse ahí, no ir más lejos, seguramente porque no hacía falta. La prensa española no cejó y le volvió a requerir para saber si le había ofrecido a Rajoy algún consejo sobre cómo afrontar el desafío separatista.

El presidente de EE UU contestó: “Creo que la gente de Cataluña, los catalanes, llevan mucho tiempo hablando de esto, pero apuesto a que si se tuvieran cifras precisas, encuestas precisas, se descubriría que aman a España y no se irían de su país. Yo respeto un país unido, respeto a su presidente y creo que los catalanes se van a quedar en España. Creo realmente que la gente de Cataluña seguirá en España. Sería una tontería no hacerlo, estamos hablando de seguir en un país verdaderamente grande, precioso e histórico”, afirmó.

En una primera valoración sobre esta relevante cita para Rajoy (era su primer encuentro oficial con Trump en la Casa Blanca) los dos presidentes incidieron en la importancia de sus buenas relaciones en la lucha contra el terrorismo yihadista y el ISIS, en la colaboración policial y de inteligencia contra esa lacra y en las buenas perspectivas que se deben abrir para ambos países en materia comercial, financiera y de infraestructuras tras la recuperación económica. Trump mencionó la palabra “recíproca” para destacar cómo debería ser esa colaboración en el futuro, aunque ese balance siempre ha sido favorable a Estados Unidos.

Parecía, por sus explicaciones, que Cataluña no había estado en su agenda, aunque los dos estaban muy avisados. Rajoy, tras escuchar a Trump, volvió a tildar de “disparate” que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, pretenda ahora, tras fracasar todos los intentos de celebrar algo parecido a un referéndum de autodeterminación, pergeñar una declaración unilateral de independencia en el Parlamento catalán. Rajoy recalcó que esa consulta no se puede ni se va a celebrar porque no hay papeletas, ni censo, ni urnas ni locales conocidos para votar y remachó que en todo caso lo que puede ocurrir es que se genere “alboroto, ruido, pero no un referéndum válido, democrático y con ninguna de las garantías”.

“Volver al sentido común”

El presidente español apostó otra vez por recuperar la sensatez y la razón porque lo contrario es provocar divisiones. Rajoy comentó su deseo de que “el próximo 1 de octubre o el 2 o inmediatamente después, se recupere en Cataluña el paso de la democracia y el sentido común”.

El asunto catalán, que apenas se abordó durante la reunión, centró la comparecencia conjunta de Trump y Rajoy y la reacción del mandatario norteamericano satisfizo totalmente a La Moncloa.

Fuentes gubernamentales españolas indicaron que no se facilitó una versión de la respuesta por anticipado a Trump y se aseguró que el presidente de Estados Unidos actuó por su cuenta. En el contexto de la conversación general sobre la situación de España, Trump inquirió sobre cómo estaba la cuestión catalana y recibió un informe sobre el conflicto y las acciones del Gobierno. Trump comentó dentro de la sala casi las mismas palabras que pronunció luego públicamente en la rueda de prensa de respaldo total al presidente Rajoy y la unidad de España.

El tono de la conversación interna llegó a tal punto de cordialidad, según fuentes de La Moncloa, que Trump se interesó ante Rajoy por el campeón español de tenis Rafael Nadal, al que definió como "un tesoro de España!", y por el golfista Sergio García, con gran predicamento en Estados Unidos. Sobre Nadal, Trump se extendió y consideró muy determinante la fuerza que el tenista de Manarcor tiene en su cabeza.

Rajoy le regaló a Trump un jamón ibérico de bellota (5 jotas y sin pezuña) con todas las garantías sanitarias y también le entregó un libro sobre David Farragut, hijo de padre menorquín y que fue el primer almirante que fue clave en la historia de la marina de EEUU y que desempeñó un papel crucial en la Guerra de Secesión (1861-1865). Su estatua está situada en Washington muy cerca de la Casa Blanca.

Rajoy ratificó ante Trump su apoyo a las políticas de firmeza contra los regímenes de Corea del Norte y Venezuela. Y presumió incluso de que pretende ejercer una posición de liderazgo dentro de la UE para conseguir sanciones más duras contra el país caribeño y contra la proliferación de lanzamiento de misiles del regimen coreano.

La delegación que arropó a Rajoy en la Casa Blanca fue más numerosa que la norteamericana y la componían en total 11 personas. Junto al presidente accedieron al almuerzo el ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, los tres secretarios de Estado de La Moncloa (Jorge Moragas, Carmen Martínez Castro y la responsable de la Oficina Económica, Eva Valle), el embajador en Washington, Pedro Morenés, y otros cargos de la embajada en los Estados Unidos. Por parte norteamericana acompañaron a Trump nueve colaboradores, entre ellos el secrertario del Departamento de Estado, Rex Tillerson, el general John Kelly, su jefe de gabinete, Jared Jushner, asistente del presidente y marido de su hija Ivanka.

El almuerzo consistió en gambas a la plancha con alioli, pollo con glaseado de membrillo y jerez romanesco, coles de Bruselas y patatas nuevas asadas con romero y milhojas de natillas de chocolate de helado de azúcar moreno. Rajoy regresó inmediatamente a España tras mantener un encuentro en la embajada de España con el embajador Pedro Morenés. El presidente no acudirá a la cita de Tallín para seguir en directo la crisis de Cataluña y estar este miércoles en Madrid para presidir el Consejo de Ministros. Moncloa aún no quiere avanzar qué tipo de cobertura y exposición tiene preparada para este fin de semana.