Trump abre la puerta a un acuerdo político con los talibanes en Afganistán



No precisa si ordenará un aumento de tropas




"Cambios drásticos" en la estrategia de EEUU para Afganistán. El presidente Donald Trump anunció en la madrugada del lunes al martes su intención de continuar con la guerra sin dar detalles sobre un posible aumento de tropas, y se mostró abierto a la posibilidad de un acuerdo político con los talibanes que resuelva la guerra más larga de la historia de Estados Unidos. Mientras, su secretario de Estado, Rex Tillerson, afirmó apoyar conversaciones entre el grupo insurgente y el Gobierno afgano "sin condiciones previas".

Desde la base militar de Fort Myer (Virginia) —un enclave simbólico por su proximidad al famoso cementerio de Arlington—, Trump rechazó "hablar de números de tropas ni sobre nuestros planes de actividades militares", después de que medios estadounidenses adelantasen que anunciaría un refuerzo de entre 3.800 y 3.900 soldados, cifra que el Pentágono considera insuficiente para neutralizar a los talibanes. Los insurgentes han ganado terreno desde 2015 y ahora controlan el 40% del país, según un informe del inspector especial para Afganistán (Sigar) difundido este mes. Estos soldados se sumarían a los 8.400 que están desplegados actualmente, un año y medio después del final de las operaciones de combate de la OTAN.

"Las condiciones sobre el terreno, no los plazos arbitrarios, guiarán nuestra estrategia a partir de ahora. He dicho muchas veces lo contraproducente que es anunciar con antelación las fechas en las que esperamos comenzar o acabar nuestras operaciones militares", añadió Trump, en una crítica a su predecesor, Barack Obama, quien en mayo de 2014 anunció una reducción drástica del contingente y fijó la retirada definitiva para finales de 2016. "Los enemigos de Estados Unidos nunca sabrán nuestros planes (...). No diré cuándo vamos a atacar, pero atacaremos", añadió.
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"En 2011, Estados Unidos se retiró a toda prisa y equivocadamente de Irak, y nuestros costosos avances cayeron de nuevo en las manos de los enemigos terroristas", lo que "dio un refugio seguro al Estado Islámico para expandirse", argumentó. Semanas después de declarar que no entendía por qué tropas de EEUU llevan tanto tiempo desplegadas en un país tan remoto, el presidente aseguró que una retirada de Afganistán "crearía un vacío" que aprovecharían "el Estado Islámico y Al Qaeda (...) como ocurrió antes del 11 de septiembre".

El mandatario intentó librarse de la decisión sobre Afganistán al conceder en junio al jefe del Pentágono, James Mattis, la autoridad de aumentar en hasta 3.900 soldados las tropas en el país, aunque Mattis se negó a enviar más tropas si Trump no autorizaba una estrategia clara. Al presidente no le convence la idea de aumentar la dotación y, según medios estadounidenses, es más partidario de utilizar contratistas privados de seguridad que asuman parte de la carga que ahora recae sobre las fuerzas estadounidenses. El artífice de esa propuesta, el empresario Erik Prince, apuesta por enviar a 5.500 contratistas para que trabajen con las fuerzas afganas y entrenen los batallones que combaten a los insurgentes.
El presidente estadounidense Donald Trump, en la base militar de Fort Myer, en Arlington, Virginia. (EFE)

Después de anunciar que reforzará la estrategia militar, el presidente advirtió al Gobierno afgano de que su apoyo "no es un cheque en blanco", y que espera ver "reformas" y resultados "reales". "Nuestra paciencia no es ilimitada, y mantendremos los ojos abiertos", subrayó el mandatario, quien añadió que Pakistán tiene "mucho que perder" si sigue "albergando" a "organizaciones terroristas" y a los talibanes dentro de sus fronteras. "Hemos pagado a Pakistán miles de millones de dólares mientras albergan a los mismos terroristas que estamos combatiendo. Esto tiene que cambiar y cambiará de inmediato", amenazó. Aunque el presidente puso énfasis en el "cambio" de estrategia hacia Pakistán, no precisó la manera en la que este se concretará.

"En último término, depende del pueblo de Afganistán tomar las riendas de su futuro, gobernar su sociedad y lograr una paz duradera. Somos un socio y un amigo, pero no dictaremos al pueblo afgano cómo vivir o cómo gobernar su compleja sociedad", afirmó Trump. "No vamos a volver a construir naciones. Vamos a matar terroristas", zanjó.