El discurso anticorrupción construye malestar pero no votos

La corrupción es una herramienta de marketing político que se utiliza para castigar al rival.

La queja moral anticorrupción, de los sectores medios es una impostura. A los partidarios del gobierno anterior no les molestaba la corrupción propia y a los partidarios del actual tampoco. Sólo "molesta" la corrupción del rival.

La corrupción sirve para construir descontento, no para construir votos, porque los denunciators no suman votos, ni a la causa de Cambiemos, ni a ninguna. Por ese motivo la Administración Macri lanzará un multimillonario paquete de microcréditos para consumo, un intento de modificar el clima y sumar sufragios en el 2do. y 3er. cordón del GBA (no muy bancarizado, habría que recordar). Luego, ya es una realidad que fracasa la apuesta de la Administración Macri por Florencio Randazzo como 'pac-man' de votos de CFK. Tampoco pudo licuar el universo de electores de Sergio Massa. Por lo tanto, Cambiemos debe ir por los votos de Massa, quien tiene entre 21 y 23 puntos porcentuales, de los que Jaime Durán Barba cree que puede arrebatarle 5, y agrega que con 5 puntos de Massa estaría asegurado el triunfo de Cambiemos en Provincia de Buenos Aires. El peligro es victimizar a Massa. Cuando el senador nacional Federico Pinedo dice por TV que prefiere comprarle un vehículo usado a CFK antes que a Massa, hace mucho ruido.