Berlín endurece su política hacia Ankara



El ministro de Exteriores alemán, Sigmar Gabriel

Alguien en Turquía "quiere claramente llevar hacia atrás las agujas de la historia y desmantelar los fundamentos del estado de derecho y la democracia", dijo el ministro de Exteriores alemán Sigmar Gabriel, que desalentó las inversiones en ese país.
"Los hechos en Turquía no son imprevisibles y hay que llamarlos por su nombre", dijo Gabriel, aludiendo a "quien despide a cientos de miles de funcionarios, soldados y jueces, quien encarcela a 10.000 personas incluyendo diputados, periodistas y activistas, quien realiza miles de confiscaciones y reprocha genéricamente a las empresas alemanas apoyar el terror, sin ningún fundamento, y quien de nuevo habla de pena de muerte".
Frente a "acusaciones insoportables", agregó, "no hemos devuelto con la misma moneda. Y hemos esperado que volviera la razonabilidad".

También la canciller Angela Merkel justifica la nueva línea política sobre Turquía anunciada por Gabriel. Las medidas comunicadas son "necesarias e imprescindibles a la luz de los hechos", dijo su vocero Steffen Seibert. "Hemos tenido mucha paciencia con nuestros amigos y aliados, aunque no siempre fue fácil", observó Gabriel en Berlín, "siempre hubo una nueva escalada".
"Ahora debemos tener una nueva orientación en la política hacia Turquía y aclarar que esta política no es sin consecuencias", subrayó.

El ministro anunció que los avisos a los viajeros alemanes en Turquía serán reforzados, porque corren el riesgo de ser arrestados. Y "no podemos aconsejar más las inversiones en las empresas" en Turquía, subrayando que las empresas son "groseramente asociadas al terrorismo". "No se puede aconsejar a nadie invertir en un país donde no rige el estado de derecho y donde empresarios íntegros son asociados a terroristas. No veo cómo nosotros, como gobierno alemán, podemos dar garantías a las empresas alemanas, dado que -como ocurrió- no solo se avanza en dirección a expropiaciones por motivos políticos sino que también son perseguidas".

"No sé cómo podemos seguir garantizando las inversiones de las empresas en Turquía -explicó- dado que por motivos políticos reciben amenazas".
Tampoco "consigo imaginar negociaciones para la ampliación aduanera con Turquía, mientras ciudadanos y ciudadanas de la UE son detenidos al mismo tiempo sin motivo", observó Gabriel.