Bachelet, perdón al pueblo mapuche

La presidenta se hizo cargo de omisiones con la principal etnia
La presidenta Michelle Bachelet pidió perdón hoy por los "errores y horrores" cometidos por el estado chileno contra el pueblo mapuche, en un inédito acto de reparación hacia la principal etnia del país. "Mari Mari pu lamien. Mari mari kom pu che", saludó la mandataria en mapudungún en el acto del palacio de La Moneda donde dio a conocer el Plan Araucanía, resultado de la Mesa de Diálogo que sentó por primera vez a agricultores, indígenas, profesionales, y que encabezó el obispo de Temuco, Héctor Vargas.
"Hoy queremos hacernos cargo de una larga historia, una historia de conflictos culturales y de brechas sociales que se han traducido en un desafío, de una complejidad y tensión tal que no se soluciona de la noche a la mañana ni con medidas efectistas", expresó la gobernante en alusión a lo que se ha denominado el conflicto mapuche.
Comunidades mapuche iniciaron a fines de los años 90 un movimiento de recuperación de sus tierras ancestrales que ha significado un permanente enfrentamiento con los terratenientes y las empresas forestales instaladas en la región de la Araucanía, distante a 670 kilómetros al sur de Santiago.
Atraco a camiones con madera, incendio de vehículos y maquinaria, ocupaciones de terrenos, enfrentamientos con carabineros, muertes de jóvenes líderes mapuche, un matrimonio terrateniente calcinado, decena de indígenas detenidos por años sin cargo alguno bajo la controvertida Ley Antiterrorista, juicios con testigos ocultos que finalmente han concluido con la liberación de presos por falta de pruebas. El pueblo mapuche jamás pudo ser dominado por el conquistador español que llegó a Chile en 1541 y se estableció una línea de frontera impenetrable al sur de Concepción que dio lugar a la larga Guerra de Arauco, que ni siquiera la república pudo dominar.
El estado chileno procedió a colonizar el territorio con europeos, principalmente alemanes, en lo que se llamó la Pacificación de la Araucanía (1883).
Los sucesivos gobiernos adjudicaron tierras quedando los indígenas con los terrenos de menos valor, pero lo más grave dividió las tierras asestando un duro golpe a la cosmovisión del pueblo mapuche (mapu, tierra; che, hombre) que empezó a empobrecer y reducir su territorio. El siglo XX evidencia la pobreza y miseria en que está el principal pueblo originario, perdiendo su lenguaje, arrastrados a una chilenización y perdiendo sus raíces. En 1998 se produce el primer acto de recuperación mapuche cuando comienzan a "robar" la madera de agricultores y empresas forestales, pero que los dirigentes mapuches defienden como propios porque corresponden a los árboles que ellos plantaron antes de 1973 (año del Golpe Militar).
Los gobiernos democráticos a partir de 1990 sellan acuerdos con las comunidades y se inicia un lento proceso de restitución de tierras; en las escuelas de la región de la Araucanía se enseña mapudungún; se crea la Comisión Nacional Indígena que promoverá a los pueblos originarios; se dan becas mapuches para que los jóvenes puedan seguir estudios universitarios. Pero como reconoció hoy la mandataria: "Debemos dar un nuevo paso" y "asumir que la convivencia efectiva de las diversidades y la paz en los territorios, debe fundarse sobre el reconocimiento institucionalizado y un desarrollo que alcance a todos".
"Hemos fallado como país. Y por eso hoy aquí, en mi calidad de Presidenta de la República, quiero solemne y humildemente pedir perdón al pueblo Mapuche por los errores y horrores que ha cometido o tolerado el Estado, en nuestra relación con ellos y sus comunidades", afirmó.
Dejó en claro que "la identidad, la cultura, los territorios y los medios de vida del pueblo mapuche no fueron resguardadas como correspondía y que en más de un siglo y medio de historia nacional, dicho pueblo fue sometido a la invisibilidad y sus comunidades desarraigadas, despreciadas y discriminadas". Se hizo cargo del "dolor y las pérdidas que han afectado a todas las demás víctimas de la violencia rural en la región, y pedirles perdón por aquellas veces que como Estado no supimos asegurar la paz ni proteger su integridad".
Bachelet, con este gesto, "quiero dar este primer paso para marcar el nuevo comienzo de un diálogo que nunca debe interrumpirse, porque en palabras del poeta mapuche Elicura Chihuailaf, queda mucho por conversar".
Enseguida entregó el nuevo Plan Araucanía que parte con la propuesta de reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas.