May y la estrategia de anticipar las elecciones la ubican con el 50% de los votos en las encuestas

Elecciones anticipadas, la estrategia  de May

Premier británica, Theresa May

 Los conservadores de Theresa May se proyectan a un máximo histórico del 50 por ciento de intención de voto y podrían acceder a más de 400 escaños de un total de 650, según una encuesta publicada por en el Sunday Mirror. El sondeo, realizado por ComRes, presenta un panorama auspicioso para la premier británica, a un mes y medio de las elecciones anticipadas, fijadas para el 8 de junio próximo. Según la fuente, los laboristas, en cambio, quedarían relegados al 25 por ciento, exactamente la mitad de los votos. Los datos coinciden con un relevamiento realizado por la consultora británica YouGov, que estableció porcentajes en 48 y 24 por ciento, respectivamente. En tanto, un sondeo del instituto Ssurvation para el Mail muestra otros índices: los Tory tendrían un 40 por ciento, manteniendo la ventaja, pero con no más de 11 puntos respecto del partido Laborista de Jeremy Corbyn, con el 29. La oscilación de los sondeos se completa con las previsiones de Opinium para The Observer, que coloca al partido de la premier británica en el 45 por ciento de las preferencias y a la principal fuerza de la oposición en un 26. Las formaciones menores no se alejan del máximo de 11 por ciento, atribuido a Libdem, del europeísta Tim Farron, y los porcentajes tienden a estar por debajo del 10 por ciento para los euroescépticos del Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP).
Con la esperanza de repuntar en los sondeos, este último partido sacó un as escondido en la manga: incluyó en su plataforma la prohibición pública del uso del burqa y de cualquier otro tipo de velo islámico. Lo anunció Paul Nuttall, que sucedió en la dirección del partido a Nigel Farage, en una entrevista al "talk show" dominical de Andrew Marr, que se emite en la cadena BBC y dijo que este punto será central en su programa electoral. Para Nuttal el burqa y el nigab son una barrera contra la integración de las mujeres musulmanas en el Reino Unido, además de un "riesgo para la seguridad". Y fue más allá: sostuvo que el 58 por ciento de las mujeres que "se esconden detrás del velo" son económicamente inactivas en el país. Los conservadores alcanzaron un 50 por ciento en los sondeos, por última vez, en 1991, bajo el liderazgo post thatcherista de John Major. Mientras que el laborismo logró un resultado análogo en 2002, antes de que Tony Blair arrastrara al país a la impopular guerra contra Irak.

Si se toman por buenos los datos de ComRes -y los de otros sondeos locales que acreditan algunos escaños a los Conservadores, incluso en Escocia, tierra dominada en el pasado por el Laborismo y luego por los independentistas del Scottish National Party- el partido de Theresa May podría aspirar el 8 de junio a obtener una afirmación comparable a la que en 1997 le tocó al New Labour de Blair (con 418 escaños) y una mayoría en la Cámara de los Comunes inferior en el siglo pasado a aquella obtenida por un solo lider Tory, Stanley Baldwin, en 1935. La decisión de May de recurrir al voto anticipado para refrendar la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea fue definida como una estrategia "oportunista" por parte de Guy Verhofstadt, líder de los liberales europeos y enviado especial del Parlamento de Estrasburgo para las negociaciones del llamado "Brexit".
Según Verhofstadt, los comicios del 8 de junio próximo son parte de una elección "oportunista" realizada con la convicción de poder "agarrar" un "poco más de poder" para el Partido Conservador "antes que el Brexit comience a morder". Según el ex premier belga, esta movida no le dará ninguna ventaja a May en las tratativas con Bruselas, aún en el caso de una afirmación absoluta en las urnas. "La teoría según la cual Theresa May, jugando la carta electoral sobre el Brexit, podría asegurar un mejor acuerdo con la UE no tiene sentido", escribió en The Observer. Subrayó, por si quedaban dudas, que "para aquellos que representan en Bruselas en la mesa" de negociaciones el resultado del voto británico será "completamente irrelevante".

Un duro ataque a la premier británica que, en tanto, en su país, debe defenderse de las acusaciones de "incoherencia" en materia de impuestos.
En las últimas horas, May insistió en que su partido es el de "los impuestos más bajos", a diferencia del laborismo de Jeremy Corbyn, pero no negó estar dispuesta a no cumplir la promesa de evitar eventuales aumentos de alícuotas establecidas por los conservadores en el programa electoral de 2015, bajo el liderazgo de David Cameron. Una reconsideración que, junto con la marcha atrás de la llamada "triple garantía" en el aumento de las pensiones, apenas anunciada por el ministro de Economía, Philip Hammond, pretende dar libre al futuro gobierno, en materia del presupuesto estatal: libre de intervenir -según la prensa- en el caso de necesidad de efectivo relacionada a las repercusiones del Brexit.