Los paros de la CGT a Alfonsín

Leemos en EL ESTADISTA




por Santiago Senén González y Fabián Bosoer



En 1987, el gobierno radical enfrentaba un pico de conflictividad gremial

En el curso de 1987, hubo cuatro paros generales de la CGT; de los trece que se registraron durante el gobierno de Raúl Alfonsín. Ese mismo año había visitado por segunda vez el país el Papa Juan Pablo II, se producía el primer levantamiento “carapintada” en Semana Santa, había elecciones de renovación legislativa en setiembre y… nacía el hoy astro mundial del fútbol, Lionel Messi.

El primero de los paros tuvo lugar el 26 de enero del ’87. Los otros se registraron casi a fines de año e incluyeron una movilización. Uno fue el 4 de noviembre y el último, de 48 horas, el 8 y 9 de diciembre. Todos ellos se hicieron bajo la invocación de Los 26 puntos, un amplio pliego de reivindicaciones que abarcaban desde “salarios dignos” hasta el “no pago” de la deuda externa, la nacionalización de los depósitos bancarios y el reordenamiento financiero y el federalismo económico. Algunos de estos enunciados encontraban lejanos antecedentes en los Planes de Lucha de los años ’60, los Congresos de la CGT de La Falda, en 1957, con participación de dirigentes peronistas y comunistas, y de las 62 Organizaciones peronistas, en Huerta Grande, en 1962.

Tras la recuperación de la democracia en diciembre del ’83, el presidente Alfonsín envía al Congreso el Proyecto de ley de Reordenamiento Sindical, que introducía, entre otros cambios, la participación de las minorías en la conducción de los gremios. La derrota del proyecto en el Senado motiva la renuncia del ministro de Trabajo Antonio Mucci, dirigente del gremio gráfico. Con su sucesor en la cartera laboral, Juan Manuel Casella, se concreta la normalización sindical con elecciones que renuevan la conducción de los gremios.

La CGT, unificada en enero del ’84 bajo la conducción del dirigente cervecero Saúl Ubaldini, convoca a un primer paro general contra las medidas económicas del Gobierno, el 3 de agosto de 1984. El segundo paro se realiza apenas un mes más tarde, el 3 de septiembre. Fue apoyado por otros encuadramientos como la Comisión de los 20, mientras la Mesa de Enlace Gremial (más cercana al Gobierno) dejó en libertad de acción a sus miembros y algunos sindicatos, por ejemplo CTERA, se declararon en contra. Tuvo un acatamiento parcial, con más peso en la actividad industrial.

El 23 de mayo de 1985, la CGT convoca a un tercer paro, con la adhesión de organizaciones empresarias y del agro (CAME y CRA), el justicialismo y partidos de izquierda. El paro fue acompañado por una movilización a Plaza de Mayo de la que participaron alrededor de 120.000 manifestantes y en el cual habló Ubaldini desde un palco que le daba la espalda a la Casa Rosada. El 29 de agosto, ya con el Plan Austral en marcha, se repite la escena: una nueva huelga con movilización y duros discursos de Ubaldini y Osvaldo Borda contra la conducción económica y la política laboral, exhortando a “romper dependencias con el FMI”. Tuvo amplia repercusión e incluyó una gran movilización juntando a una multitud estimada en 200.000 personas en la Avenida 9 de Julio.

La Iglesia, a través del Episcopado y la Pastoral Social, instaba a los dirigentes sindicales a “un esfuerzo sincero para superar la delicada situación social”. El presidente Alfonsín había convocado a una reunión constitutiva de la Conferencia Económico Social integrada también por los empresarios. Pero al no haber la posibilidad de que se realizaran ajustes salariales, la central obrera congeló su participación y convocó a un nuevo paro general el 21 de enero de 1986, agregando a los 26 puntos el reclamo de un aumento salarial del 30%. Recibió la adhesión de casi todas las organizaciones sindicales y los partidos políticos. El 25 de marzo, fracasadas nuevamente las negociaciones salariales, la CGT convocó a la segunda huelga del año, con una movilización que reunió a alrededor de 150.000 personas. El 12 de junio de 1986, en el aniversario del Plan Austral, se realiza otro paro generaltras un nuevo fracaso de las negociaciones salariales.

La normalización definitiva de la CGT hacia fines de 1986 había refrendado la adscripción al peronismo de la mayoría de los cuadros de dirigentes del sindicalismo. El Consejo Directivo cegetista convoca a una nueva medida de fuerza por 24 horas en contra de “descuartizar y malvender las empresas del estado que son propiedad del pueblo, poniéndolas bajo la tutela del capitalismo multinacional”.Mientras tanto, varios gremios acordaban aumentos de sueldos en paritarias por encima delas pautas salariales oficiales. El ministro de Trabajo Hugo Barrionuevo, ex miembro de la conducción cegetista y dirigente fideero, era reemplazado en marzo del ’87 por el dirigente de Luz y Fuerza, Carlos Alderete, como parte de un acuerdo del Gobierno con un sector más dialoguista del sindicalismo peronista. La derrota del radicalismo en las elecciones legislativas y de gobernadores precipita la salida de Alderete. Lo reemplaza Ideler Tonelli, abogado radical de origen desarrollista, y se efectúa otro paro el 4 de noviembre, con movilización en Plaza de Mayo. No pasó un mes cuando en diciembre se realizó otro paro general de 48 horas, también con movilización.



LO QUE VINO DESPUES DE 1987

Las primeras comisiones paritarias quedaron constituidas a comienzos de marzo del ’88,pero la conflictividad gremial continuaría al calor de la inflación y la oposición a la política socioeconómica del Gobierno. Será el caldo de cultivo para la plataforma de un peronismo que se prepara para las elecciones del ’89 capitalizando el descontento social. La CGT realiza el 14 de abril del ’88 la undécima huelga general. Ese día, el Poder Ejecutivo promulgay reglamenta la Ley de AsociacionesProfesionales, aprobada en el Congreso trasun acuerdo entre las bancadas radical y justicialista.El 9 de septiembre del ’88, otro parocon movilización termina con incidentes enlos alrededores de Plaza de Mayo y motiva unnuevo cese de actividades tres días después.Hasta el último día de su gestión, Alfonsín notendría respiro y será también desde la CGTque se le reclamará adelantar la entrega delmando, tras la victoria de Carlos Menem enmayo del ’89