Le Pen visitó fábrica en huelga en la ciudad natal de Macron

Fue en Amiens, ciudad natal del candidato favorito




Obreros en huelga abuchearon al favorito a ganar el balotaje presidencial en Francia, el liberal Emmanuel Macron, durante una visita del candidato a una fábrica luego de que su rival ultraderechista Marine Le Pen le tendiera una emboscada política y se reuniera previamente con los trabajadores sin haberlo anunciado.

Demostrando la cintura política que siempre se le ha atribuido, Le Pen apareció junto a los trabajadores en huelga en la fábrica de secadores de ropa Whirlpool en la norteña Amiens, que será deslocalizada, mientras Macron se reunía a puerta cerrada con los sindicatos en la Cámara de Comercio.

El poder de la imagen fue devastador: el baño de masas de la ultraderechista, entre selfis a las puertas de la planta y gritos de "¡Marine, presidenta!", difundido al mismo tiempo que la reunión de un Macron con semblante sombrío frente a una pequeña representación sindical, en la otra punta de la ciudad.

Rodeada por obreros vestidos con sus mamelucos amarillos, y en una región que apoya a ultranza a su partido anti inmigración Frente Nacional (FN), Le Pen, de 48 años, se declaró la candidata de los trabajadores de Francia y presentó a los huelguistas como víctimas de la gloablización.


Desde enero se conoce la decisión de Whirpool
de trasladar la producción a Polonia


"Te vamos a sacar de acá", le dijo Le Pen a una mujer a la que abrazó en medio de la multitud congregada frente a la planta, en cuya valla se veían pancartas de los huelguistas.

La carismática dirigente, que defiende postulados nacionalistas, proteccionistas y anti Unión Europea (UE) y que tiene en el voto obrero uno de sus principales activos, prometió no dejar que cierre la fábrica si gana el balotaje del 7 de mayo y acusó a Macron de mostrar ‘desprecio’ hacia los trabajadores por no ir a la planta.

Unas horas después, el candidato independiente apareció en la fábrica, pero no logró más que dar la apariencia de haber caído en una trampa urdida por Le Pen.

El problema de la fábrica de Amiens, que además es su ciudad natal, ha sido una piedra en el zapato para Macron desde que se conociera en enero que Whirlpool planea trasladar su producción a Polonia.

A la espera de convencer a Whirlpool para no dejar Francia o de encontrar a un socio industrial que conserve los empleos, Le Pen se comprometió a nacionalizar la planta "si es necesario".