Sturzenegger reconoció que no tiene margen para bajar la tasa de interés

La suba de tarifas amenaza el cumplimiento de las metas de inflación. Volvió a dejar la tasa en 24,75%.



El Banco Central decidió esta semana mantener su tasa de política monetaria en el 24,75% anual, el mismo nivel desde hace cuatro meses, luego de que su presidente, Federico Sturzenegger, advirtiera que "la inflación no deja margen en estos momentos para pensar en un relajamiento de la política monetaria".


Como había adelantado Sturzenegger, la suba de tarifas implicaría tres meses complicados para la inflación, por lo que en el comunicado semanal de política monetaria, el Banco Central reiteró que seguirá actuando con "cautela" pero agregó en esta ocasión que "se encuentra listo para actuar en caso de resultar necesario", sugiriendo la posibilidad de un alza de tasas de interés para acelerar la baja de la inflación.



La autoridad monetaria sostuvo en un comunicado que "la inflación se aceleró en febrero, tanto para el nivel general como para el componente núcleo" y que si bien los precios regulados (en referencia al aumento de la tarifa de electricidad) tuvieron una "incidencia importante", esta "no fue exclusiva".



En ese sentido, Sturzenegger aseguró en su discurso de cierre del XX Taller de Economía Internacional y Finanzas del Banco Central y la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) que "la inflación no deja margen en estos momentos para pensar en un relajamiento de la política monetaria", lo que alejó la posibilidad de una eventual baja de la tasa en el corto plazo.



En el mensaje de clausura, el titular del Banco Central no se ahorró críticas a sus pares "los economistas locales" por desconocer la naturaleza monetaria de la inflación y no reconocer que la tasa altamente positiva en el primer semestre del año pasado redundó, con el rasgo propio de la política monetaria, en una inflación en el segundo semestre "de un tercio" de la que había habido en el primero.



"Las explicaciones que hace la profesión en Argentina acerca de la inflación omiten la existencia de moneda. Es decir, son narrativas que se construyen que no incluyen el componente moneda como presente en la explicación", dijo el funcionario que recordó que estas posturas se volvieron vetustas luego de que el ex presidente de la Reserva Federal, Paul Volcker, en los 80' adoptara un control explícito de la política monetaria y redujera drásticamente la incertidumbre propia de los contextos inflacionarios.



Una vez más, señaló que entre julio y enero se acumuló una variación de precios del 8,1%, "que anualizada da 16,8%, dentro de la meta" de inflación de entre el 12% y el 17% fijada para este año. Con lo cual, antes de comenzar la nueva ola de ajustes tarifarios, la evolución de los precios ya estaba en línea con el compromiso del Banco Central. Pero la aceleración de febrero con señales mixtas y la proyección para los meses próximos le suponen un desafío.



Por eso, Sturzenegger reconoció que "Garantizar el cumplimiento de las metas de inflación no deja margen en estos momentos para pensar en un relajamiento de la política monetaria", al a vez que precisó que "durante las últimas semanas las tasas de interés de corto plazo se han ubicado en el límite inferior del corredor de pases, por lo cual el BCRA empezó a remover liquidez excedente a fin de ubicar la misma más nítidamente dentro de dicho corredor".

Sturzenegger reconoció que 'Garantizar el cumplimiento de las metas de inflación no deja margen en estos momentos para pensar en un relajamiento de la política monetaria'.

Casi en simultáneo, mientras el presidente del BCRA pronunciaba estas palabras, en el mercado financiero la entidad anunciaba que mantenía en 24,75% su tasa de referencia.



Además, se defendió de las críticas por los costos de la política antiinflacionaria. "La inflación es un impuesto" aseveró y subrayó que es uno regresivo, distorsivo y que afecta más a los más vulnerables. Por eso, resaltó que "No defender el combate contra la inflación, y esto se lo digo a los colegas economistas, es defender la regresividad del ingreso", expresó en otra parte de su disertación. En ese sentido, sostuvo que "si planteáramos a la sociedad la necesidad de aumentar los ingresos reales del decil de menores recursos en casi 20 por ciento y del segundo en 10 por ciento no creo que escuchara críticas".



"Sin embargo, si uno dice 'Bueno, es bajar la inflación', ahí empiezan a escucharse una serie de dudas y cuestionamientos", explicó.



En este sentido, el presidente del Banco Central también deslizó una crítica velada hacia los reclamos salariales de los gremios: "Dado el nivel de paritarias, una baja de la inflación redistribuye ingreso de las empresas a los asalariados, aumentando el salario real. Quienes hoy critican nuestra meta, en realidad están pidiendo que se distribuya en sentido inverso, de trabajadores a empresarios", fustigó.



En tanto, respecto del sistema de ahorro y préstamos, Sturzenegger consideró que las tasas que remuneran a los plazos fijos están "algo bajas para nuestro gusto" por lo que adelantó nuevos recortes en los encajes para que se mejoren los rendimientos para los depositantes. Por el contrario, los bancos aprovecharon el pasado recorte de encajes para posicionarse en pases y mejorar sus ingresos libres de riesgo.