El gobierno de EE.UU. endurece los controles para otorgar las visas

A través de cables diplomáticos, exigió que se refuerce la revisión de los antecedentes

  El gobierno de Donald Trump está haciendo cada vez más difícil el ingreso de millones de visitantes a Estados Unidos, al exigir nuevos controles de seguridad antes de concederles visa a los turistas, viajeros de negocios y familiares de residentes estadounidenses.

El secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, envió cables diplomáticos a todas las embajadas con instrucciones para que los funcionarios consulares profundicen la averiguación de antecedentes de manera generalizada. Es la primera evidencia del "escrutinio extremo" que Trump prometió durante la campaña presidencial.

Las nuevas reglas no se aplican a 38 países -entre ellos gran parte de Europa y aliados de los Estados Unidos, como Australia, Nueva Zelanda, Japón y Corea del Sur-, cuyos ciudadanos pueden ser admitidos rápidamente en el país a través del programa de exención de visa. Ningún país de Medio Oriente ni de África está incluido en el programa.
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La posibilidad de controles de seguridad aún más estrictos pende sobre seis naciones de mayoría musulmana, que están a la espera de la decisión de los tribunales federales sobre la prohibición temporaria de viajar a los Estados Unidos que pretende imponerles Trump.
Donald Trump está haciendo cada vez más difícil el ingreso de millones de visitantes a Estados Unidos. Foto: AP / Evan Vucci

Pero el presidente y su equipo de seguridad nacional no piensan esperar para endurecer las reglas que deciden quién entra y quién no. Según cuatro mensajes enviados entre el 10 y el 17 de marzo, ahora los funcionarios de la embajada deben indagar en las vidas de un grupo mucho más amplio de solicitantes de visa para intentar determinar si suponen un riesgo para la seguridad de Estados Unidos.

Ese escrutinio adicional incluye interrogar detalladamente a los solicitantes sobre sus antecedentes y, en caso de que la persona haya estado alguna vez en un territorio controlado por Estado Islámico (EI), también someter a escrutinio obligatorio todo su historial de actividad en las redes sociales.

Trump se refirió varias veces a su preocupación por la amenaza del "terrorismo islámico radicalizado" que representan los inmigrantes. Pero no queda claro exactamente quiénes serán blanco del nuevo escrutinio reforzado, ya que los cables de Tillerson dejan eso a decisión de los funcionarios de cada embajada.

De todos modos, funcionarios consulares y defensores de la inmigración por igual afirman que la medida del gobierno aumenta las posibilidades de que las solicitudes de visa sean rechazadas, y que extenderá aún más el proceso de aprobación burocrática que, de hecho, ya demora meses -o incluso años- para quienes son marcados para un escrutinio mayor. En 2016, los Estados Unidos concedió más de 10 millones de visas.

Hay razones legítimas por las cuales alguien puede ser identificado para una indagación más profunda, como ser alguna evidencia de vinculación con el terrorismo o el crimen organizado. Pero los defensores de la inmigración también dicen que les preocupa que a mucha gente se la someta a un análisis exhaustivo simplemente por su nombre o su nacionalidad.

"Esto ciertamente demorará el proceso de indagación y representará una carga extra para los solicitantes", dice Greg Chen, director de la Asociación Norteamericana de Abogados por la Inmigración. "Será mucho más difícil y las postergaciones serán largas."

Los cables de Tillerson dejan en claro que la administración Trump quiere hacer foco en los riesgos potenciales a la hora de conceder las visas.

"Los funcionarios consulares no deben dudar a la hora de negarle la visa a cualquier caso que represente un potencial riesgo para la seguridad", escribe Tillerson en los cables, titulados "Implementación inmediata de indagaciones y rechazo de solicitudes de visa".

"Todas las decisiones de visado son medidas que atañen a la seguridad nacional", agrega el secretario de Estado.

Durante su campaña, Trump acusó al gobierno de Barack Obama de no haber investigado adecuadamente a la gente que ingresaba a los Estados Unidos, una acusación que la administración demócrata se ocupó de rechazar.