Trump y Obama en guerra abierta antes del traspaso

El magnate amenaza revelar "cosas que otros no saben"

Guerra abierta entre Barack Obama y Donald Trump sobre Rusia.

Hay una guerra abierta entre Donald Trump y Barack Obama sobre las interferencias de los "hackers" rusos en las elecciones presidenciales. Después de confirmar su escepticismo hacia las conclusiones de la inteligencia estadounidense sobre la responsabilidad de Moscú, el magnate mandó a atacar a su futuro portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, a la espera de reunirse personalmente esta semana con los jefes de los servicios secretos y revelar mañana o pasado mañana "cosas que otras personas no saben".
El presidente electo, explicó Spicer a Fox, está recibiendo de la inteligencia reportes "diarios" y "no parece haber pruebas decisivas" de que los rusos estén detrás del ataque informático a los correos del partido demócrata durante las elecciones.
Sobre el reporte del FBI y de los servicios de seguridad que respalda las acusaciones contra Moscú, lo liquidó como una suerte de vademecum "de 13 páginas" que explica a los miembros del Comité nacional demócrata (Dnc) cómo mejorar la "seguridad informática de base".
Spicer fue aun más directo con la Nbc, sosteniendo que las sanciones a Rusia por los ataques informáticos son motivados por razones políticas y que Barack Obama quiso castigar a Moscú después que la candidata demócrata Hillary Clinton perdió los comicios.
El domingo Spicer había abierto el fuego en los micrófonos de la Abc, donde definió "desproporcionadas" a esas sanciones, recordando que después de un ataque informático chino en el 2015 "no fue tomada ninguna decisión pública".
En los últimos días intervino además uno de los consejeros más cercanos a Trump, Kellyanne Conway, denunciando que Obama con las medidas de "último minuto" está intentando hacer caer en una trampa a su sucesor.
Trump parece entonces preparar el terreno para desactivar las minas dejadas por los "hackers" en su camino al deshielo con Vladimir Putin, en un clima de histeria mediática anti-rusa como confirman las noticias infundadas en el Washington Post sobre la enésima intrusión rusa en la red eléctrica de Vermont y sobre el cierre de la escuela anglo-estadounidense de Moscú como represalia a las sanciones anunciada por la CNN.
No será fácil dar marcha atrás, confiesan los propios 007 y entran de inmediato en ruta de colisión con el partido Republicano, de mayoría favorable a las sanciones. A partir del senador John McCain, que ya fijó una primera audiencia parlamentaria el 5 de enero, para escuchar al director de la
National Intelligence, James Clapper, y el almirante Mike Rogers, jefe del Cyber Command norteamericano.
Los republicanos quieren borrar muchos otros aspectos de la herencia del presidente saliente, desde el Obamacare al castillo de reglas para defender el ambiente y controlar Wall Street.
Mañana se reunirá por primera vez el nuevo Congreso, controlado por el Grand Old Party en ambas cámaras y ya se sienten batir los primeros tambores de guerra.
Obama intentará poner a punto una estrategia para defender su reforma sanitaria encontrando el miércoles a parlamentarios demócratas. Pero también Trump, a través de su portavoz, prometió derogar tras su asunción en la Casa Blanca, el 20 de enero, muchas de las órdenes ejecutivas de su predecesor. Resta ver si cancelará también las sanciones a Rusia.