Presidente del Consejo Europeo:"Europa está en una situación difícil"

Carta del presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk
 
Crece la alarma en Europa por política exterior de Donald Trump

 El cambio de gobierno en Washington, con la llegada de Donald Trump, pone a la Unión Europea "en una situación difícil, con la nueva administración que parece cuestionar los últimos 70 años de política exterior estadounidense", afirmó Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo.
Así lo escribió Tusk en la carta de convocatoria a la cumbre informal de la Unión Europea programada para este viernes en Malta. Tusk citó, entre otras, las "preocupantes declaraciones" de Trump favorables al Brexit y la convicción del magnate republicano de que otros países están dispuestos a abandonar el bloque de la Unión Europea.
"Debemos usar el cambio en la estrategia comercial de Estados Unidos como ventaja para la Unión Europea" que "no debe abandonar su rol de superpotencia mundial abierta a los otros", destacó Tusk, "intensificando nuestras discusiones con los socios interesados y defendiendo nuestros intereses al mismo tiempo".
Otra tarea que debe mantener Europa es "defender con firmeza el orden internacional basado sobre el estado de derecho", porque, escribe el funcionario, "no podemos rendirnos antes aquellos que quieren debilitar los lazos transatlánticos, sin los cuales el orden global y la paz no pueden sobrevivir".
Por esto, advirtió Tusk, "debemos recordar a los estadounidenses su propio lema: unidos vencemos, divididos perdemos" ("united we stand, divided we fall").
Los desafíos que la Unión Europea enfrenta son "los más peligrosos de todos los tiempos", agregó en la misiva.
Tusk habló en general de un futuro "altamente imprevisible", a causa de "una China prepotente" en el mar, Rusia "agresiva contra Ucrania y sus vecinos", y guerras, terror y anarquía en Medio Oriente y África, junto a las "preocupantes declaraciones" de Trump.
También se refirió a las propias amenazas internas por las que "por primera vez en nuestra historia muchos se vuelven antieuropeos o, mejor dicho, euroescépticos", explicó Tusk, ante las alarmas encendidas por las crecientes olas xenófobas y de nacionalismos extremos en el Viejo Continente.
"El egoísmo nacional se está convirtiendo en una alternativa atrayente contra la integración", alertó.
La tercera amenaza, a criterio de Tusk, es el humor de las élites proeuropeas, en las que se hace evidente "una caída en la fe en la integración política, la sumisión a argumentos populistas y las dudas en los valores fundamentales de la democracia liberal".
En un mundo pleno de tensiones y conflictos, "lo que hace falta es valor, determinación y solidaridad política entre los europeos. Sin esto no sobreviviremos", añadió.
Por esto "hace falta renovar esta declaración de fe" en la unidad, porque en el mundo de hoy "los países europeos tomados por separado tienen poco peso", pero la Unión Europea "posee un potencial demográfico y económico que la vuelve un socio igual a las potencias más grandes", concluyó Tusk.