Techint avanza dentro del macrismo y pone al nuevo CEO de Aerolíneas Argentinas

Dietrich logró echar a Isela de Aerolíneas y pone a un ex Techint. El ministro detonó la salida de Costantini obligándola a aplicar un ajuste drástico en 2017. La reemplaza Dell'Acqua. Isela Costantini se une Jose María Blaquier en la lista de los CEOs que hicieron el "trabajo sucio" el primer año de gestión de Macri y se retiran de la función pública.



Guillermo Dietrich logró deshacerse de Isela Costantini después de un año de feroz interna por el control de Aerolíneas Argentinas. La ex CEO de General Motors anunció este miércoles su renuncia a la línea aérea luego de que desde la Casa Rosada le impusieron un fuerte recorte de los fondos para el año próximo. La reemplazará el ex Techint Mario Dell'Acqua.

La salida de Costantini es la primera baja de peso de la gestión de Mauricio Macri, que la utilizó como modelo del supuesto compromiso de los empresarios para dar una mano a la Argentina sumándose a la gestión pública. Pero terminó sufriendo el desgaste de la pelea con Dietrich y también con la Jefatura de Gabinete, que primero a través de Gustavo Lopetegui y luego de Mario Quintana le exigía cada vez más recortes.

Este fue el detonante de su salida, luego de que el Gobierno le confirmara que el año próximo aportaría sólo unos 150 millones de dólares, supuestamente la mitad de lo que la empresa perdió este año, según difundió en los últimos días Pablo Miedziak, director financiero de la empresa. En Aerolíneas admitieron que en realidad las pérdidas de este año serán 380 millones de dólares.

Isela comentaba en la intimidad que no podía creer el nivel de torpeza de Dietrich: "No entiende que si echo a la mitad de los empleados la empresa es imposible de conducir", se lamentaba.

Como sea, bajar el déficit a 150 millones de dólares desataría inevitablemente conflictos -gremiales y de otro tipo- dentro de la empresa, según consideraba Isela, que no estaba dispuesta a enfrentarlos. Fuentes de su gestión señalaron a LPO que la ejecutiva lo vivió como un apriete brutal para que deje su cargo y en su entorno sospechan que Dietrich estuvo detrás de la maniobra.

Durante meses, el ministro cuestionó puertas adentro a Isela por no aplicar un ajuste más fuerte en la empresa. De hecho, el recorte más grande se dio debido a que Lopetegui le negó al principio de la gestión los mil millones de dólares que pedía Costantini para sobrellevar su primer año de gestión. Primero comprometió 420 millones y después bajó a 260 millones, aunque luego la cuenta creció cuando Macri desplazó al ex CEO de Lan de la función de supervisar la gestión de Aerolíneas y puso en su lugar a Quintana.

Además, Dietrich estaba molesto con Isela porque no sólo no desactivó sino que amplió el servicio de colectivos Arbus, que traslada a pasajeros a Aeroparque y Ezeiza a tarifas muy bajas. Es que durante la campaña electoral el funcionario se había comprometido con Tienda León -aportante del macrismo y principal perjudicado por Arbus- a desactivar el servicio, a lo que Costantini se negó.

Isela por su parte comentaba en la intimidad que no podía creer el nivel de torpeza de los planteos de Dietrich. "No entiende que si echo a la mitad de los empleados no hay manera de conducir la empresa", se quejaba la ex General Motors.

El otro factor de tensión fue la política de apertura a las aerolíneas low cost que impulsaba Dietrich, en evidente choque con los intereses de la estatal. En su círculo íntimo, Isela se quejaba de que al mismo tiempo que le pedían mayor eficiencia le complicaban el mercado, al punto de tener que anunciar que suprimiría el servicio de snacks. "Ella sabe que Aerolíneas debe competir", le recordó Dietrich días atrás a través del diario La Nación.

Esta tarde en la empresa comentaban que la vía libre a las low cost fue la otra gota que rebalsó el vaso de Costantini, que sentía que iba a ser usada como chivo expiatorio ante una posible crisis de la empresa y las consecuencias políticas que eso tendría para Macri.

Con todo esto, allegados a Isela dijeron que de ninguna manera su salida se debe a "motivos personales" o "un fin de ciclo", como intentaba instalar la Casa Rosada. Recordaron que apenas llevaba once meses en la empresa, por lo tanto no se puede hablar de un ciclo cumplido.

Además, resulta un argumento ridículo teniendo en cuenta que en los últimos días ella misma se encargó de difundir a través de algunos medios el "exitoso" balance de su primero año, con una reducción a 300 millones de dólares del déficit (aunque en off admiten que serán 380 millones), la mitad que en la anterior gestión. Asimismo, se anunció con bombos y platillos un supuesto nuevo acuerdo para comprarle 20 aviones a Boeing, que en realidad era algo que había acordado la gestión de Recalde y que ahora le modificaron algunos puntos.

El triunfo del ministro queda en evidencia con la rápida designación de Mario Dell'Acqua, un hombre de su entorno, como el nuevo titular de Aerolíneas. Se trata de un ex director de Techint al que Dietrich había puesto al frente de Intercargo, la firma estatal que presta servicios de rampa y handling. Ahora, tendrá la misión de aplicar un feroz recorte en la línea aérea de bandera y enfrentar a los gremios.